Tucto consulta a la coca respecto al destino que le espera a su
hija Faustina, que a sido raptada hacía un mes atrás. Estaba chacchando junto a su puerta y estaba desconcertado pues la coca le daba respuestas confusas. Sabía el afligido padre que el raptor Hilario Crispín era un golfo perdido, era ocioso, amigo de malas juntas y seductor de mujeres.
Y sin esperar respuesta de Tucto, tomó el costal y de un golpe lo
vació el contenido, era un olor nauseabundo, horripilante ahí estaba el cuerpo descuartizado de la hija de Tucto. Y así sucedió la Feroz cacería duró una hora y el horror desorbito al asesino de la doncella.
Finalmente termino la cacería con la muerte del mozuelo Hilario
Crespín. El illapu juan Jorge le saco los ojos al muerto y lo corto la lengua, guardando ambos órganos en su morral. Y el macabro ritual termina con el festín que realiza el sicario comiéndose el corazón de Hilario Crespín para aumentar su valor y su ferocidad.