Está en la página 1de 22

Pedagogía de los espacios.

Esbozo de un horizonte educativo…

Pedagogía de los espacios. Esbozo de un


horizonte educativo para el siglo XXI

por Ángel GARCÍA DEL DUJO y José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ


Universidad de Salamanca

«Hablar del espacio no es una originalidad muy grande,


pero siempre es un tema interesante»
(X. ZUBIRI. Espacio, Tiempo, Materia)

1. Introducción nocimiento y de la Comunicación, supo-


En estos momentos se reconoce ya ne una modificación en muchas de las
abiertamente que estamos asistiendo a acciones y relaciones que las personas lle-
un conjunto de transformaciones impor- van a cabo en sus lugares de referencia
tantes en los modos de acción y repre- como consecuencia, entre otros aspectos,
sentación del mundo. Y cada disciplina del proceso de tecnificación al que esta-

año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278


está buscando la forma de cómo dar res- mos sometidos y del acceso a un nuevo
puesta satisfactoria a los numerosos de- espacio de convivencia, comunicación y
safíos que proceden de esas transforma- cultura. La entrada en esta nueva era
revista española de pedagogía

ciones. La Pedagogía no puede sustraer- está haciendo cambiar, en gran medida,


se a este movimiento, mucho menos si las pautas de desarrollo y de construc-
algunas de esas transformaciones apun- ción de las identidades comunitarias y
tan a revisiones importantes en la pro- personales. Estamos en una época de
pia estructura conceptual, de acción y de cambios espaciales, tanto en lo que se
interpretación, de la educación. refiere a la exploración y creación de nue-
vos espacios como en lo relativo a la rup-
Uno de esos cambios o desafíos con- tura de los espacios tradicionales,
cierne a una de las coordenadas tradicio- afectando de lleno a las estructuras pri-
nales de referencia en que las personas marias de formación de las personas y,
se vienen relacionando y comunicando, por ende, al mundo de la educación, en
el espacio. La introducción en la denomi- cuanto que en esos nuevos espacios se
nada Sociedad de la Información, del Co- construye y reconstruye la cultura [1].

257
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

Pero, en contraposición ahora a este Pues bien, si unimos los cambios es-
cambio estructural, la vida de un sujeto paciales acaecidos en los últimos tiem-
sigue teniendo sentido y encontrando ex- pos, la naturaleza espacial y territorial
plicación en los espacios cotidianos, so- que tiene el hombre y la inquietud inves-
ciales y culturales. Somos en un lugar y tigadora en torno a todo aquello que acon-
tenemos sentido dentro de unos espacios tece al educarnos, concretamente aquello
que otorgan significado a nuestras pasio- que atañe al lugar, tenemos como resul-
nes, sentimientos, actividades, relaciones tado la necesidad de acometer con rigor
[2], es decir, todo ese cúmulo de aspectos una línea de investigación que ha sido
esenciales y existenciales que conforman resaltada y traída a consideración a lo
los acontecimientos de la vida diaria y largo de estos últimos años, denotada por
que terminan por configurar numerosos autores, ya veremos quiénes
educativamente al sujeto. El lugar nos y de qué forma, pero que ha sido relega-
marca, condiciona nuestras conductas y da siempre a un segundo plano: la de los
pensamientos, lo que se traduce, también espacios como agentes educativos o, di-
en forma de reto, en el hecho de que cual- cho de otro modo, la del estudio y análi-
quier transformación socio-educativa debe sis de las bases teóricas que justifican y
tener su correlato en una coherente ade- ponen de manifiesto la educatividad que
cuación de la estructura espacial, sin la los espacios poseen, cristalizándose en lo
cual no es factible el mantenimiento de que denominamos la Pedagogía de los es-
aquella estructura social. pacios [3].

Y junto a estos referentes, sociales y Es ésta una línea de investigación que


personales, presentados aquí en forma de se concreta en el hecho de que no pode-
retos, nos interesa la reflexión en torno a mos seguir pensando que los espacios con-
todo aquello que acontece al educarnos figuran la identidad de las personas sin
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

y, más concretamente, al modo en que detenernos a replantear las bases teóri-


poder articular e interpretar los procesos cas que fundamentan el alcance y los mo-
primarios de formación, advirtiendo que dos en que esos espacios manifiestan la
revista española de pedagogía

uno de los elementos que debe ser leído a educatividad que poseen. Estamos nece-
la luz de los aconteceres actuales es el sitados de dar un salto y leer los fenóme-
del lugar donde adquieren sentido dichos nos educativos en base a la consideración
procesos. La reflexión en torno al modo de los espacios como principios rectores
en que nos educamos y lo que sucede al de los procesos, aceptando los espacios
educarnos no debe estar repleta sola y como elementos básicos de toda activi-
exclusivamente de estrategias y conteni- dad que pueda ser tildada de educativa,
dos de las acciones de formación, sino que, buscando así la construcción de las per-
previamente, necesita meditar y dar for- sonas desde los espacios de influencia.
ma al engranaje territorial que posibilita Nadie discute que el hombre es el funda-
las formas concretas de educación y sir- mento y justificación de la educación, pero
ve de vehículo a las demandas formativas tampoco hemos de olvidar que el hom-
provenientes de la sociedad. bre, la persona, es un ser material, físi-

258
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

co, biológico, cultural y social, que se cons- concepto de educabilidad para comprobar
truye en coderiva con los espacios que le cómo, en base a dicho análisis, pueden
referencian [4]. extraerse una serie de razones que justi-
ficarían el cambio de perspectiva que pro-
De este modo, vamos a articular nues- ponemos; incluso resultaría ilustrativo
tro trabajo en torno a lo que son los fun- hacer un recorrido por la Historia de la
damentos generales, prolegómenos, de lo Educación para obtener unos referentes
que entendemos y denominamos Pedago- claros de autores, instituciones y corrien-
gía de los espacios. No es nuestro objeti- tes pedagógicas que han venido
vo presentar ahora algunos de los usufructuando, de una u otra forma, la
fundamentos concretos que la sostienen
variable espacio en sus planteamientos.
sino más bien dibujar el panorama gene-
Todos estos caminos serían certeros para
ral, plantear lo que son los principios ge-
avalar el sentido de la línea de investi-
nerales que justifican, fundamentan y
gación que queremos presentar.
orientan esta línea de investigación que
viene siendo objeto de interés para noso-
tros desde hace un tiempo. Así pues, co- No obstante, sin menosprecio de lo que
menzaremos dibujando la justificación podríamos haber hecho, vamos a adoptar
educativa de este planteamiento; poste- una postura o planteamiento intermedio
riormente describiremos el trayecto desde el que expondremos, apoyados en
metodológico a seguir para, a continua- tres argumentos, algunas de las razones
ción, plantear las ideas o principios cen- que justifican este trabajo y, por consi-
trales que orientan el modo en que debe guiente, los posteriores estudios en torno
materializarse la Pedagogía de los espa- a la Pedagogía de los espacios. Nos cen-
cios. Terminaremos el trabajo con el al- traremos primeramente en las bases
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278
cance y repercusión que esta línea de antropológicas y vitales del hombre como
investigación puede y debe tener en la ser espacial y los referentes filosóficos que
práctica educativa. lo avalan para, posteriormente, en un se-
revista española de pedagogía

gundo momento, exponer la necesidad


2. Justificación de la Pedagogía de que tiene el mundo de la educación, en-
los espacios. Razones que avalan el tendida como acontecimiento y fenómeno
análisis pedagógico de la vital complejo, de cambiar de perspecti-
educatividad de los espacios va y punto de mira en los análisis e in-
Podríamos presentar una lista de atri- tervenciones educativas que se realizan
butos del fenómeno educacional que sobre aquello que sucede al educar para,
avalarían con rigor la importancia y ne- en último término, terminar la justifica-
cesidad que tenemos de contar con unas ción con unas referencias al hecho de que
bases sólidas que justifiquen la estamos ante un tema que ha venido sien-
educatividad que tienen los espacios; de do marginado y, por tanto, olvidado den-
igual forma, sería interesante analizar el tro de la Teoría de la Educación.

259
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

2.1. …porque el espacio se presen- su forma de ser, de estar, de manifestar-


ta como «fenómeno próximo» y el se en los procesos educativos, analizán-
dolos en su estado puro, primario, básico,
sujeto como ser espacial desde esa vertiente cotidiana que presen-
El tema del espacio es siempre un tan, pues es, a fin de cuentas, desde don-
tema interesante, conectando con la fra- de tienen sentido y encuentran expli-
se que encabeza el trabajo, que ha tenido cación dentro de los procesos y fenóme-
ocupados a multitud de campos y ha sido nos educativos. La observación y descrip-
abordado desde diversas disciplinas, ción de algunos fenómenos sociales que
adoptando numerosos enfoques, perspec- traslucen una adecuada o inadecuada
tivas o teorías al respecto, es decir, mo- confrontación con la estructura espacial
dos de ver una misma realidad: aquello nos permiten comprobar el alcance y la
que nos rodea, nos acoge, nos invade, nos necesidad que tenemos de observar y es-
configura y permite, a su vez, que lo de- tudiar el espacio. Superaremos así visio-
coremos a nuestro entender y parecer, nes teleológicas de la organización social,
estableciendo un binomio en el que am- enfatizando que toda sociedad es produc-
bos actores, espacios y personas, se en- to, en parte, del propio espacio de refe-
cuentran intrínsecamente relacionados, rencia y que, en consecuencia, la
facilitando un escenario susceptible de interpretación correcta de ese espacio
múltiples interpretaciones educativas en será una garantía para resolver muchos
base a la interrelación que se establece de los desajustes y deficiencias tradicio-
entre ellos. nales con que nos hemos topado en edu-
cación.
Estas múltiples interpretaciones o
perspectivas que se han adoptado en tor- Son muchos los fenómenos que nos in-
no al espacio nos dejan como legado nu- dican la actualidad, proximidad y convi-
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

merosos interrogantes que le dibujan, de vencia cotidiana del espacio. En primer


entrada, como «un vacío, una laguna, una lugar, la evolución científico-tecnológica
duda, una pregunta» [5] que nos interro- de estos últimos tiempos, unida, en par-
revista española de pedagogía

ga constantemente merced a la particu- te, a la escasez de recursos del planeta,


laridad de estar siempre ahí, en todos ha generado movimientos y pensamien-
los acontecimientos cotidianos, allá don- tos de corte filosófico, político, social e
de suceden cosas y conviven personas. Es incluso pedagógico, de preocupación y
«esa cosa», dicho en términos poco orto- atención por el espacio o entorno que te-
doxos, que se nos escapa de las manos nemos y en el que habitamos. El discur-
pero que a la vez tenemos muy clara por so en torno al espacio viene definido por
su proximidad, actualidad y convivencia la búsqueda de un hábitat confortable,
diaria con las personas. ideal en algunos casos, por la preocupa-
ción y el interés por aquello que nos aco-
Dicho de este modo, los espacios, en- ge, incorporándolo en muchas de las
tendidos como interrogantes, demandan esferas de la actividad humana: la moda,
a la Pedagogía que busque respuestas a el mundo de la publicidad y del diseño,

260
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

del automóvil, de la política, higiene, ali- concreto, llegando algún autor incluso a
mentación, deporte, música, cine, etc. afirmar que «la investigación de los es-
Basta con observar la multitud de refe- pacios es la historia de los poderes, la
rencias espaciales que encontramos, por genealogía de las fuerzas, la cartografía
ejemplo, en el mundo del consumo y la de la exterioridad» [8].
publicidad [6].
Y, en cuarto lugar, no podemos dejar
En segundo lugar, si analizamos de- de mencionar y atender a muchos de los
tenidamente un concepto tan recurrente problemas de la calle, desajustes sociales
hoy como es el de calidad de vida, com- en cuanto que manifestaciones de
probamos que la situación social e indi- desequilibrios espaciales. Fenómenos
vidual de la persona depende en mayor o como el desamparo, la marginación o in-
menor medida de la calidad del espacio adaptación social tienen una interpreta-
de referencia. Es un hecho palpable y su- ción, origen y repercusión espacial
gerente que la calidad de los espacios está importante, puesto que el no amparo sig-
íntimamente ligada a la calidad de vida nifica, ni más ni menos, no disponer de
de las personas, remitiéndonos a la ac- espacio para ser, «no tener donde vivir ni
tualidad y proximidad del espacio. Inclu- caer muerto» [9]. El desamparo o la
so, en ocasiones, el reconocimiento o marginación se representan en lo inde-
imagen social de las personas es conse- terminado, en aquello que carece de hue-
cuencia del lugar que se ocupa en la vida llas, de señales o signos de referencia
pública. «Ello hace hablar de la natura- espacial. Ello nos reporta la idea de que
leza ecológica de los comportamientos que la nulidad del espacio supone y comporta
nos orientan, no tanto a la elección de la nulidad del significado social, cultu-
conductas cuanto… a la elección de ral, que ayuda a la persona a sentirse

año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278


entornos para vivir mejor, o a la elección identificada y, por tanto, a poderse desa-
de comportamientos para adaptarnos a rrollar como persona [10].
los entornos y hacer más fáciles las prác- revista española de pedagogía

ticas y estilos de vida saludables» [7]. Es decir, más allá o más acá del fenó-
meno de la globalización, del espacio como
En tercer lugar, por referir un fenó- algo global donde pasamos de lo concreto
meno más abstracto, el poder, que sólo a lo abstracto, se refuerza constantemente
existe en la realidad espacial; no puede una tendencia hacia la identidad cultu-
almacenarse y mantenerse en reserva ral y territorial de las personas, apare-
para hacer frente a las emergencias, sino cen dinámicas y movimientos que tratan
que sólo existe en un donde. Las relacio- de apoyarse y fomentar los caracteres y
nes de poder tienen efectos sociales clave especificidades de los pueblos, potencian-
que se extienden en el espacio. El domi- do y cristalizando formas espaciales con-
no económico, el dominio político y el do- cretas, materiales y simbólicas, que
minio social tienen sentido y adquieren despiertan el anhelo y la necesidad de
significado en un territorio o espacio sentirse alojado, territorializado, como

261
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

fundamento para el desarrollo de su per- interacciones familiares, laborales o de


sonalidad y la convivencia con los demás ocio, va tejiendo su propio contenedor, su
[11]. ámbito geográfico y social, espacial en
suma, de referencia. No es posible inter-
Estas reflexiones que venimos hacien- pretar los actos de libertad que el hom-
do nos llevan a una doble conclusión: por bre ejecuta a lo largo de su existencia sin
un lado, que el espacio tiene tal propósi- comprobar que en todos ellos se erigen
to en la vida cotidiana que no podemos actos de reordenamiento y elección de los
por menos que mirarlo de frente, pues su sitios en los que se realizan. Como seña-
actitud y proximidad con los avatares dia- la Giddens, «el hombre hace su propia
rios hacen que la propia vida sea un fe- geografía y también hace su propia his-
nómeno, entre otras cosas, de espacio, ya toria. Es decir, las configuraciones espa-
que todo lo que el hombre realiza se en- ciales de la vida social son una cuestión
cuentra íntimamente relacionado con la de importancia fundamental para la teo-
experiencia que de él tiene, lo que a su ría social, tanto como lo son las dimen-
vez nos sirve para fundamentar la nece- siones de la temporalidad» [13].
sidad que tenemos de replantear la tra-
ma educativa desde los espacios de Junto a Giddens y Ortega, otros nume-
referencia. Y, por otro lado, esos fenóme- rosísimos autores refuerzan la idea de
nos señalados nos inducen a pensar no que la persona no es ese algo que se en-
sólo que el espacio goza de actualidad, al cuentra al margen del espacio. Heidgger
impregnar todas las esferas de la vida indica que
pública, sino que es y se comporta como
un elemento constitutivo del ser huma- «el espacio no es un enfrente del
no, pudiendo éste en consecuencia ser ca- hombre, no es ni un objeto exterior ni
racterizado como «sujeto espacial», puesto una vivencia interior. No hay los hom-
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

que no se encuentra solo sino que, to- bres y además espacio; porque cuan-
mando palabras de Ortega y Gasset, «…se do digo ‘un hombre’ y pienso con esta
encuentra siempre en otra cosa (la cual a palabra en aquél que es al modo hu-
revista española de pedagogía

su vez se compone de muchas otras co- mano, es decir, que habita, entonces
sas). Se encuentra rodeado de lo que no con la palabra ‘un hombre’ estoy nom-
es él, se encuentra en un contorno, en brando ya la residencia de la
una circunstancia, en un paisaje» [12]. Cuaternidad, cabe las cosas» [14].

De este modo, las interacciones hu- Los acontecimientos sociales, los ros-
manas y las instituciones en las que se tros de las personas, las palabras que con-
mueven las personas vienen caracteriza- forman las vivencias tienen un lugar que
das, en parte, por la dimensión espacial. ancla los devenires de los hombres. En
Todo cuanto acontece en la vida del hom- expresión de Bachelard, tanto nuestros
bre sucede desde unas coordenadas es- recuerdos como nuestros olvidos «están
paciales. La persona, a la vez que va alojados» [15]. Es más, toda experiencia
elaborando su núcleo de relaciones, de que tengamos de un estímulo cualquiera

262
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

depende del lugar en el que suceda. Ésa Ello es consecuencia, en parte, del há-
es la esencia humana y así lo reafirma bito generalizado de utilizar la variable
Zubiri cuando argumenta que inteligencia como factor explicativo del
éxito en los procesos educativos y socia-
«el hombre es un animal que se les [17]. Ha sido el recurso más emplea-
enfrenta con la realidad animalmente: do para explicar y valorar los
es un animal de realidad. He aquí la comportamientos humanos como regula-
esencia de la realidad humana, la res o irregulares, óptimos o pésimos, tan-
esencia de la sustantividad humana. to en el campo científico como en el
El ámbito constitutivo del hombre es ámbito cotidiano. Así se han generado
realidad: estamos en la realidad» [16]. procesos educativos encaminados de for-
ma reducida a la estructura mental del
Toda esta serie de consideraciones en sujeto, a su mayor o menor orden y pure-
torno a diferentes acontecimientos coti- za intelectual como consecuencia, entre
dianos y argumentos de autores diversos otros aspectos, del ensalzamiento de la
nos llevan a afirmar que, si es cierto que mente individual, su capacidad de orde-
el hombre es un ser social por naturale- nar, razonar, especular, y su facultad por
za, no lo es menos que el sujeto humano trascender o relativizar los desajustes que
por naturaleza es también un ser espa- puedan acaecer en el deambular cotidia-
cial, lo que aconseja reorientar, o al me- no del hombre.
nos proponer, formas alternativas de
pensar, entender e interpretar los fenó- La cuestión radica en que, en la cul-
menos y procesos educativos. tura tradicional occidental, el individuo
ha venido ocupando el lugar central, pa-
sando los intereses culturales a un se-
2.2. …porque existe la necesidad y gundo plano, siendo así las mentes
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278
pertinencia de replantear el tema en individuales las que han primado en los
clave de espacios discursos y han servido como lugar de
Estamos acostumbrados a ver e inter- explicación, no sólo en el campo pedagó-
revista española de pedagogía

pretar el fenómeno educacional como algo gico sino también psicológico, filosófico,
individual producido y explicado en tér- sociológico o antropológico, de cualquier
minos personales, de intercambios de fenómeno acaecido [18]. Las creencias so-
mensajes e interacciones entre personas, bre el individuo y su mente han supues-
relegando el espacio a un papel secunda- to la base lógica y normal de la mayoría
rio y propiciando así una visión del indi- de las instituciones, obligando por ello a
viduo como algo aislado, fragmentado invertir en organizaciones educativas que
incluso, llegando a introducir en el dis- fomenten el desarrollo de la mente, olvi-
curso educativo numerosos reduccio- dando así que, si bien la formación y de-
nismos en la estructura y en los modos sarrollo de la persona es el objetivo
de actuar del sujeto y limitando el con- último, a ello es posible llegar no sólo
cepto de educabilidad al ámbito de las desde procesos unidireccionales, tradicio-
facultades internas de la persona. nales, interpersonales.

263
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

Más allá de este planteamiento, en ambientalista o ecológica de corte espiri-


nada absurdo sino más bien reduccio- tualizante, pasando a concebirla, más
nista, con los argumentos que venimos bien, como propiedad misma de la reali-
exponiendo buscamos presentar la Peda- dad educativa.
gogía como una ciencia social de los es-
pacios cuya piedra angular se enmarca Partimos de la necesidad de atender
en la consideración de los espacios de re- al sujeto real, al sujeto situado y, por
ferencia como ejes del proceso educativo. tanto, de incidir en análisis concretos,
Nuestro propósito se centra en mostrar relacionales, espaciales, y no tanto en
los procesos y fenómenos educativos como análisis abstractos e «inmateriales» a los
acontecimientos situados, pasando el es- que tradicionalmente estamos acostum-
pacio a ser elemento primordial del pro- brados. Ello supone situarnos en una bi-
ceso. No se trata de volver a un localismo furcación entendida no como algo
vacío de contenido sino que más bien este negativo, sino como «punto crítico del sis-
cambio de perspectiva nos permite redes- tema… que será capaz de engendrar un
cubrir los espacios en cuanto apoyos para nuevo tipo de orden» [19]. Estamos, por
encontrar nuevos significados al fenóme- tanto, ante un cambio de perspectiva que
no educativo, con el fin de que sean ellos se cifra en leer los problemas, déficits,
quienes ayuden a recomponer y recons- acontecimientos y procesos educativos en
truir las identidades de las personas, as- clave de espacios entrelazados, apoyán-
pecto clave de su formación y desarrollo. donos en la dimensión espacial que la
educación posee o, dicho en otros térmi-
Ahí se centra nuestro interés, preci- nos, aceptando el espacio como elemento
samente en entender la educación básico de toda actividad educativa.
incardinada dentro del mundo de la vida
de las personas, con lo que los espacios Si cualquier hecho acontecido en el
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

de referencia pasan a ser agentes activos mundo de la vida, como ya hemos indica-
de los procesos. La preocupación estriba do, ocurre siempre en una coordenadas
en entender los espacios como aquello que espaciales, además de temporales, hemos
revista española de pedagogía

concierne a todo lo que, en términos edu- de comenzar a plantearnos y desarrollar


cativos, es real, pertenece al mundo de la idea de estudiar los espacios de in-
la vida, a los mundos particulares de las fluencia de las personas con el fin de ob-
personas, de los colectivos e institucio- tener las bases de toda acción educativa
nes, a la realidad, pura y dura, donde y comprender y facilitar así la interpre-
cristalizan las identidades, donde adquie- tación de los procesos formativos. La edu-
ren sentido las personas y en donde los cación es siempre una actividad de
espacios pasan a ser el elemento sin el relación en la que se hace necesario un
cual ese mundo de la vida queda huérfa- ejercicio de replanteamiento sobre el
no, sin sentido. Se trata de ir más allá de modo en que la persona se comprende a
la perspectiva que se viene proponiendo sí misma, comenzando precisamente por
y que alude al espacio como orientación su relación con el entorno físico, geográ-
concreta de la educación, perspectiva fico y cultural, espacial en suma.

264
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

En cualquier caso y como idea central Ello implica, y éste es el reto que nos
del horizonte educativo que venimos di- planteamos hace unos años y en el que
bujando, señalaremos que los espacios son estamos trabajando de forma continua-
quienes fundamentan de forma decisiva da, una reflexión pausada. Somos cons-
las acciones de los individuos y de los cientes de que estamos ante una «zona
grupos y, por tanto, si queremos ahondar de educación compleja», de difícil acceso,
y mejorar, desde el mundo de la educa- porque no es tarea sencilla identificar sus
ción, las situaciones personales y colecti- características y explicar su funciona-
vas de esos individuos, hemos de miento, aunque se intuya con relativa fa-
considerarlos a modo de «herramientas» cilidad su proyección práctica. La
cuyo análisis y manipulación nos permi- Pedagogía de los espacios se presenta en
ten obtener el capital educativo que po- este sentido como la respuesta más acer-
seen y la importancia que pueden tener, tada al estudio de las variables que con-
dando cuerpo a una línea de investiga- dicionan nuestra educación en la vida
ción, si no novedosa, imprescindible. Así cotidiana.
lo señala el profesor Gennari en este pá-
rrafo que transcribimos, a pesar de su 2.3. …y porque estamos ante una
amplitud, por lo acertadas que conside- interpretación pedagógica marginal
ramos sus afirmaciones:
Este cambio de perspectiva que suge-
rimos como horizonte educativo a desen-
«…si ha cambiado la noción de in- trañar en este siglo viene justificado,
fancia y, sobre todo, la de juventud, además de lo ya apuntado, por la preca-
porque ha cambiado en veinte años el riedad con la que esta problemática ha
modo mismo como se viven estas épo- sido tratada tradicionalmente; nos encon-
cas de la vida, también se ha modifi- tramos ante un tema que ha tenido un
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278
cado la categoría de espacio. A las reconocimiento tardío y en ocasiones pre-
ciencias de la educación, y a la Peda- cario en los análisis pedagógicos que se
gogía como ciencia general de la edu- han hecho al respecto.
revista española de pedagogía

cación, incumbe ahora la tarea de


proceder a una investigación sobre los Bien es cierto que, aunque la Pedago-
espacios sociales… destinados a con- gía, como ciencia de la educación, no ha
siderarlos como ambientes educativos demostrado especial interés por la varia-
potenciales. De aquí podrán surgir las ble espacial en cuanto objeto de estudio
líneas de un proyecto… en el que ar- y análisis a nivel básico, en algunos cam-
quitectura y urbanística, ecología y pos concretos sí se ha venido trabajando
proxémica, historia de la cultura y an- el tema. Hemos de señalar en este senti-
tropología, semiótica y economía han do el ámbito de la Didáctica y la Organi-
de convertirse en puntos de referen- zación Escolar, la Sociología de la
cia transdisciplinar del discurso pe- Educación, la Pedagogía Urbana, la Edu-
dagógico y de su vocación proyecti- cación Ambiental, la Arquitectura Esco-
va» [20]. lar, la Pedagogía Comunitaria o la

265
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

Historia de la Educación [21]. Con todo, márgenes plausibles histórica y


echamos en falta esa necesaria funda- contex-tualmente de las utopías edu-
mentación que corrobore lo clarificado a cacionales. Si bien los procesos psico-
través de las prácticas escolares y estu- lógicos son atendidos en las teorías
dios históricos y que demuestre que esta- educacionales y en las propuestas de
mos ante un «fenómeno» imprescindible, intervención pedagógica, como tam-
pues todavía es de aplicación aquella fra- bién son atendidos los procesos de
se que dijeron precisamente dos de los transferencia de los sistemas simbóli-
primeros autores que empezaron a seña- cos y el progreso de la socialización,
lar ya hace tiempo la existencia en Peda- el espacio y el contexto histórico no
gogía de un déficit notorio a este respecto: han sido suficientemente tenidos en
«la influencia del ambiente físico ha sido cuenta. (…) No aparece en las teorías
considerada de manera absolutamente de la educación el espacio (…) en el
marginal» [22]. puesto de privilegio que merece» [24].
Estos mismos autores lo indicaron ya Y, en momentos posteriores, junto con
hace más de veinte años, gozando aún de García del Dujo, subrayan la misma idea:
actualidad, en una de las primeras
aproximaciones al estudio del espacio en «Podemos percatarnos de los moti-
los términos planteados por nosotros, ar-
vos de la poca atención que en el es-
gumentando que
tudio de los problemas educacionales
ha tenido el espacio, ya que secreta-
«puede entonces decirse que hoy en
mente la imagen mental del espacio
día no tenemos una sistemática com-
se corresponde con un hueco» [25].
prensiva de los medios educativos en-
tendidos no como «medios auxiliares»
Parece que es en la década de los no-
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

o como «medios tecnológicos» (verda-


deros canales) de ámbito educativo, venta cuando estas ideas van tomando
sino en su acepción de verdaderos me- cuerpo en cuanto al reconocimiento de
dios contextuales en donde se desa- que «de hecho no es un tema muy inves-
revista española de pedagogía

rrollan y se trasvasan los mensajes tigado, pues siempre se ha minusvalorado


educativos» [23]. la funcionalidad espacial y física de los
procesos educativos» [26] o, en palabras
En tiempos más próximos, García de Romañá, «por el camino la Pedagogía
Carrasco ponía de manifiesto el déficit al ha olvidado la consideración del entorno
que nos referimos en los términos siguien- físico, su utilización y su aprendizaje,
tes: como artefacto cultural de primer orden.
(…) Estamos pues ante un tema margi-
«Todos estos procesos (educativos) nal y marginado» [27]. Y, aunque en los
tienen lugar en un espacio y tienen últimos años ha aumentado la preocupa-
como marco de referencia el tiempo. ción y el interés por este tema, aun así
El espacio y el tiempo son los dos fac- coincidimos y reafirmamos la idea de
tores que componen y señalan los que

266
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

«Educar no es meramente una 3. La metodología interdisciplinar:


cuestión de cómputo informacional o el trayecto a seguir
de ejercitación de habilidades; tampo- Lo hemos indicado anteriormente, es-
co lo es, por ejemplo, cambiar el va- tamos ante un tema difícil, complejo. Ello
lor, el sentido y el significado de las obliga a repensar el trayecto que debe-
relaciones que el individuo establece mos seguir en cuanto que cabe la posibi-
con el entorno. Y es precisamente esta lidad de tener el enfoque claro pero estar
perspectiva de transacción entre el errando en el trayecto, en el «modus
individuo y su entorno la que echa- operandi» utilizado para llevarlo a cabo.
mos en falta en buena parte de los Como dice el profesor Colom, «…ante la
análisis que se llevan a cabo para complejidad se requieren también méto-
responder a las preguntas iniciales» dos que conlleven en su razón de ser la
[28]. complejidad, es decir, que participen de
la misma esencia que conforma su objeto
Pues bien, apoyados, por un lado, en de estudio» [29]. En nuestro caso, si afir-
el hecho de que arrastramos en educa- mamos que los espacios son el objeto de
ción un concepción ancestral del espacio estudio y que estos son globales,
que nos lleva a focalizar el análisis y la holísticos, parece que el trayecto a se-
intervención educativa en individuos y guir debe venir de la mano de esa co-
acciones personales más que en procesos rriente metodológica que posibilita
de creación de circunstancias y transfor- respuestas globales a problemas comple-
mación de espacios circundantes y, por jos. Una metodología que dispone de ins-
trumentos interpretativos que permiten
otro, en que se trata de un pensamiento
abordar los problemas y desafíos de los
compartido por buena parte de la comu-
espacios de una forma complementaria,
nidad científica, nos adentramos a seña-
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278
total o global, y con una manera de tra-
lar los fundamentos generales, el marco
bajar que posibilita la explicación de los
de referencia, ideas generales sobre cuá-
espacios sin parcelaciones, representan-
les deben ser las bases de lo que hemos
revista española de pedagogía

do, en último término, la integración de


denominado la Pedagogía de los espacios. los diferentes conocimientos aportados
Seguiremos la línea incipiente en educa- dentro del campo educativo.
ción de considerar el espacio desde su
vertiente más social, buscando formas de Son numerosas las disciplinas o cam-
profundizar en una dimensión consti- pos científicos que han invertido buena
tutiva de la educación, la espacial, y parte de su tiempo en analizar todo aque-
abriendo nuevas posibilidades para llo que acontece en los espacios, rurales,
comprender la acción educativa, ya que urbanos, naturales, construidos, huma-
incorporar esta dimensión y descubrir nos y animales. Es, por tanto, obligado
espacios de incidencia en el comporta- acudir tanto a ese cúmulo de ciencias más
miento de la gente es encontrar claves habitadas por los pedagogos, como la An-
de educación. tropología, la Psicología, la Sociología, el

267
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

Urbanismo, la Ecología o la Geografía, cios fragmentados, puesto que las necesi-


como a esas otras, menos frecuentadas, dades y déficits formativos tienen siem-
pero que también aportan información y pre un espacio acotado donde se insertan,
conocimientos que pueden resultar útiles de forma unitaria, el cúmulo de relacio-
para desarrollar la Pedagogía de los es- nes e interconexiones que se establecen
pacios, como la Arquitectura, la Semióti- entre las personas y los espacios. Todo
ca, la Física, o la Zoología. ello desde los principios básicos de
globalidad y no fragmentación, llevados
Todas ellas poseen una serie de con- por ese enfoque reticular, integrador y
ceptos, procesos, maneras de entender el compartido, donde la interrelación, coope-
binomio sujeto-espacio, que podemos asu- ración y articulación de ideas constitu-
mir e integrar en análisis e interpreta- yen la base de lo que viene denominán-
ciones del fenómeno educativo. Los dose interdisciplinariedad. Suscribimos
procesos y hechos educativos, leídos en en este sentido las palabras que dijera
clave de espacios generadores de explica- María Novo en los años ochenta y que
ciones y acciones educativas encubiertas, siguen gozando de actualidad: «para abor-
demandan interpretaciones multidimen- dar las relaciones del hombre con su en-
sionales, multidisciplinares, globales y torno inmediato es preciso enriquecer la
transversales, que sólo pueden formular- visión del medio ampliando la considera-
se desde el paradigma de la inter- ción de los problemas ambientales con el
disciplinariedad. Ello supone, dicho de recurso o enfoques propios de otras disci-
una u otra manera, incorporarnos a los plinas» [31].
«carriles de aceleración» que demanda la
Sociedad de la Información y del Conoci- 4. Planteamiento general de la
miento, más allá de los modos tradicio-
Pedagogía de los espacios
nales, típicos del industrialismo
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

decimonónico, que se sustentan en argu- A tenor del desarrollo que venimos ha-
ciendo, es ahora el momento de indicar
mentos parcelados, rígidos y algo simplis-
tas. Nos referimos a la denominada nueva cuál debe ser el planteamiento general,
revista española de pedagogía

racionalidad o pensamiento complejo que los principios y fundamentos generales


alude, entre otros aspectos, a la comple- del horizonte educativo que estamos pro-
mentariedad y a la conjunción e inter- poniendo. Pretendemos a continuación
sección de conocimientos de diversas delinear «el contenido» básico de la Pe-
disciplinas [30]. dagogía de los espacios.

En base, pues, al planteamiento pro- La idea fundamental es la siguiente:


puesto por estos autores, analizaremos si el espacio, como hemos planteado al
los hechos y fenómenos educativos desde inicio del trabajo, es la situación en la
los espacios de referencia apoyándonos que se producen las relaciones y comuni-
en la necesaria incorporación de obser- caciones humanas y personales y, por
vaciones e interpretaciones sintéticas, ende, los fenómenos educativos, cabe pen-
más allá de lo que son fenómenos y espa- sar —y éste sería el hilo conductor del

268
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

horizonte propuesto— que existen unas 4.1. La interdependencia como


variables, magnitudes o parámetros, piedra angular
plurales y diversos, que en conjunto En el inicio y centro de nuestra re-
dimensionan, caracterizan y explican flexión se halla el concepto de interde-
ese espacio educativamente hablando y pendencia que podríamos concretar, en
cuya manipulación permitiría optimizar este caso, de la siguiente manera: el am-
los espacios en sentido educativo. Pre- biente social, los espacios socio-cultura-
tendemos, pues, desde una óptica glo- les, conforman la disposición interna de
bal de espacio —geográfica, social, los sujetos, mental, emocional, introdu-
cultural…—, identificar dichos pará- ciéndoles en una dinámica relacional que
metros en base a una perspectiva de despierta y fortalece a su vez la necesi-
interrelación permanente entre los su- dad que tienen de sentirse identificados,
jetos que los habitan y los espacios que en plena conexión con los espacios de re-
los acogen, para lo que resulta impres- ferencia. Esta dinámica proporciona una
cindible, como ya hemos hecho notar, serie de impulsos y manifestaciones
adentrarnos en los conocimientos de bidireccionales que la educación debe re-
otras disciplinas, también plurales y di- tomar, facilitando el análisis de las nece-
versas. sidades de los sujetos, las interpreta-
ciones de los espacios de incidencia y, en
Nuestro argumento y pretensión ra- última instancia, planteamientos e inter-
dica, por tanto, en la posibilidad y nece- venciones educativas desde los espacios.
sidad que tenemos de descubrir esa
estructura educativa viva, en nada abs- El objetivo último de este constructo
tracta, configurada en base a las es conjugar tanto la autonomía como la
interrelaciones que se establecen entre interrelación entre dos sistemas, el hu-

año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278


las estructuras espaciales, físicas, natu- mano y el espacial, en base a componen-
rales, sociales y culturales, los fenóme- tes, procesos y vectores, que desvelen el
nos y procesos educativos y la estructura fluir educativo existente entre ambos. La
revista española de pedagogía

del sujeto, dando cabida así a una serie autonomía, en cuanto que sistemas abier-
de transacciones y órdenes lógicos que tos el uno a la influencia del otro, acep-
arrancan de las mismas raíces sociales tándose que ninguno de los dos, por sí,
y educativas de los sujetos y sus cir- tiene la capacidad de determinar los com-
cunstancias concretas. Una estructura, ponentes que forman parte del otro; y la
en fin, que denote significados sobre las interrelación, en cuanto dos sistemas que
formas topológicas en las que deam- se afectan mutuamente, mediante la iden-
bulan las personas y, a su vez, propor- tificación de sus respectivos componen-
cione un campo semiótico que tes y las relaciones estructurales y fun-
despliegue un componente comuni- cionales que existen entre ellos. Y es que
cacional por parte de los espacios sus- la vida como actividad y el desarrollo de
ceptible de utilización como recurso o las personas como proceso vital no pue-
«herramienta» educativa. den contenerse como mera información;

269
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

necesitan elegir objetos reales con los que En definitiva, nos afanamos en ir des-
han de entrar en contacto a través de plegando un campo semiótico, afectivo y
procesos y parámetros, requiriendo para expresivo, que es capaz de manifestar, y
ello la elaboración de estructuras com- en eso pondremos el énfasis a partir de
prensivas. Únicamente el sujeto, que ahora, una serie de «comportamientos»
aprovecha los signos y símbolos del exte- comunicacionales, culturales y educati-
rior, podrá encontrarse viviendo al nivel vos, resultado de las diversas formas
de una individualidad compleja [32]. transaccionales e interrelacionales que se
producen entre los espacios de referencia
Lo que planteamos, en pocas palabras, y las personas que los habitan. Tales com-
es la posibilidad de desplegar, a partir portamientos sólo pueden manifestarse
del concepto de interdependencia, las for- cuando existe una estructura, un siste-
mas socio-educativas en que se ma vectorial de significados, a modo de
implementa el espacio en los procesos de código educativo que reúne unas entida-
configuración y desarrollo de las perso- des patentes y otras latentes en los pro-
nas desde su incidencia en el discurrir cesos de desarrollo y configuración de las
cotidiano, más allá de lo que ha venido personas.
siendo habitual en cuanto a formas
sociotécnicas de expresión del espacio. La «… siempre que una cosa material-
cuestión del espacio, su potencialidad mente presente a la percepción del
educativa, no debe analizarse sólo desde destinatario representa otra cosa a
planteamientos teóricos para responder partir de reglas subyacentes, hay sig-
a problemas filosóficos, sino que también nificación. Ahora bien, debe quedar
debe provocar respuestas que se corres- claro que el acto perceptivo del desti-
pondan con la práctica social y educativa. natario y su comportamiento interpre-
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

Se trata de interpretar esta interde- tativo no son condiciones necesarias


pendencia en base a la consideración de para la realización de significación:
los espacios no sólo como estructuras basta con que el código establezca una
revista española de pedagogía

topológicas abstractas, o incluso como correspondencia entre lo que represen-


infraestructuras de los programas edu- ta y lo representado, correspondencia
cativos, sino más aún como una superpo- válida para cualquier destinatario po-
sición de la estructura espacial, sible, aun cuando de hecho no exista
geométrica, física, y la estructura social ni pueda existir destinatario algu-
y cultural que conlleva, educativa, situán- no» [34].
donos así en unos niveles que podemos
denominar lógicos, naturales, pues en di- 4.2. La dialéctica del espacio como
cha estructura, desde su interdependen- esquema educacional comprensivo
cia con la persona, se dan cita la teoría y El principio de interdependencia al
la práctica, el pensamiento y la acción, que nos acabamos de referir lleva inhe-
los postulados conceptuales y las necesi- rente una concepción total, globalizadora,
dades vitales [33]. del propio concepto de espacio que no fa-
270
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

cilita concreciones de cara a formu- to constitutivo de la idiosincrasia del su-


laciones prácticas. Es por ello que nece- jeto; objetivo y subjetivo, según la pers-
sita de un movimiento complementario pectiva o intencionalidad con la que se
de deconstrucción y análisis en forma de observe y se practique; personal e imper-
componentes y, sobre todo, procesos a tra- sonal, en función del grado de
vés de los cuales se pueda mostrar su significatividad que suponga en el suje-
potencialidad educativa. Expresado de to; pasional y racional, según el peso de
otro modo, el progreso de la investiga- la lógica dominante; como aquello con for-
ción en este campo vendría de la identifi- ma donde estamos colocados, puestos, y
cación y el análisis de las distintas que actúa como marco limitante de la ac-
vertientes o manifestaciones que puede ción educativa, pero con lo que a la vez
presentar el espacio y que responderían nos sentimos plenamente identificados,
a la heterogeneidad de percepciones que situados.
puede tener el sujeto en diferentes mo-
mentos y situaciones. Grande y pequeño, local y global, caó-
tico y ordenado… de una y otra forma el
No estamos pensando, con todo, en espacio, en este planteamiento dialécti-
una propuesta elaborada en base a co, muestra todo su potencial educativo
dualismos y dicotomías del tipo «esto o en base a los movimientos que genera
aquello»; estamos más interesados en esa construcción conceptual y que en de-
mostrar y resaltar la potencialidad edu- finitiva presentan al sujeto en un perma-
cativa que tiene el «tanto…como», situán- nente dentro y fuera. Acogedor, cercano,
donos por tanto en formulaciones de tipo pasional, a la vez que desconcertante e
dialéctico y complementario. Éste es pre- incierto, tiene vida y constituye el núcleo
cisamente el presupuesto central de esta central de los acontecimientos educati-
línea de reflexión: la inevitable sujeción
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278
vos en cuanto realidad primaria como se-
del individuo a lo que podríamos llamar cundaria. Amplio, extenso, abierto, donde
«el juego dialéctico» de los espacios, esa se produce deseo e inhibición, manifesta-
dinámica cambiante que se establece en ción y ocultamiento, cierre y apertura,
revista española de pedagogía

el interior del binomio sujeto-espacio y orden y desorden, caos e inteligibilidad


que responde a la heterogeneidad de mi- que atañen a los procesos formativos.
radas y expresiones de unos y otros, su- Ésta es la virtualidad de la dialéctica es-
jetos y espacios. pacial, que aporta esquemas compresivos
de las formas como los sujetos llevan a
La investigación puede hacerse a par-
cabo los procesos de captación, selección
tir de diferentes «juegos dialécticos» cu-
y organización de los espacios.
yos polos vendrían proporcionados por la
perspectiva interdisciplinar señalada an-
teriormente. Así, el espacio quedaría ca- 4.3. Los vectores espaciales como
racterizado como aquello externo e estructura semiótica educativa
interno, que sirve tanto de contenedor de Buscamos ahora mostrar el sentido
los procesos formativos como de elemen- educativo que tiene el entramado se-
271
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

miótico, cultural y social, que fluye por estructuras nuevas de comunicación, de


el interior de esa «carcasa dialéctica» que manera que construir ese entramado
acabamos de construir. Es una forma de vectorial es comunicar y viceversa.
avanzar en nuestra pretensión de hacer
más visible la potencialidad educativa del La construcción de ese entramado
espacio y que siempre hemos interpreta- vectorial, núcleo esencial de esta línea
do como acreedora de tratamiento y usu- de investigación en la que venimos tra-
fructo para la mejora de los procesos bajando y que estamos mostrando desde
primarios de formación y de construcción sus raíces, debe estar basada en un aba-
de la identidad de las personas. nico lo más completo posible de funcio-
nalidades diversas, como pueden ser la
La investigación se sustenta sobre la territorialidad, la significatividad o la
posibilidad de formular y dar cuerpo a misma habitabilidad de los espacios, que
una serie de parámetros y vectores que conectan a su vez con dimensiones plu-
en conjunto conforman una estructura rales, cognitivas, afectivas, y siempre
semiótico-educativa, correlato del conjun- pragmáticas del sujeto.
to de regularidades que presentan los es-
pacios en la dinámica relacional que Esta urdimbre vectorial puede ser
establecen con los sujetos. La Pedagogía completada por otros muchos parámetros
de los espacios, representada en este mo-
en una u otra dirección, como la
mento por la interpretación de esa ma-
relacionalidad que posibiliten y fomen-
triz vectorial, pretende mostrar la
ten los espacios y su cotidianeidad o la
Pedagogía como una ciencia de significa-
historicidad que apunta a la memoria de
ciones, pero referida también a una lógi-
los sitios, y que en conjunto tienen capa-
ca interna que sostiene el «modus
cidad para transformar los espacios en
significandi» que pueden llegar a tener
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

los espacios como auténticos agentes edu- lugares estratégicos para la acción edu-
cativos. cativa.
revista española de pedagogía

El hecho de plantear tramas educati- No se trata de un planteamiento li-


vas en base a parámetros espaciales, neal sino más bien relacional, donde par-
como se ha puesto de manifiesto en algu- timos de las mismas raíces sociales y
nas de las investigaciones que hemos de- culturales de los espacios en conexión con
sarrollado [35], permite «localizar» las los sujetos y nos adentramos hacia la
acciones cotidianas de las personas de for- comunicabilidad como eslabón último, a
ma que se facilita la transformación de la vez que primero, que otorga razón y
los espacios en lugares, espacios sociales sentido a ese entramado vectorial, como
y culturales, educativos, con sentido. Así, referente primario del quehacer educati-
y en la medida en que el espacio físico se vo. Viene a ser el núcleo central de la
construye a través de interrelaciones en- imbricación entre el sujeto y el espacio,
tre percepciones y acciones, el ambiente generado a partir de una serie de tramas
social se vuelve más diferente, formando cuyo análisis nos otorga claves de inter-

272
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

pretación e intervención educativa a tra- námica interpersonal mediada por la pa-


vés de los espacios. labra. Esto quiere decir que en educa-
ción ha predominado la interpretación de
El resultado se asemeja, pues, a una los procesos y problemas comunica-
matriz vectorial semiótico-educativa ba- cionales en términos personales y
sada en una serie de regularidades que lingüísticos, ignorando así otros posibles
dan vida y sentido a las relaciones entre soportes y lenguajes también educativos.
las personas y los espacios y que, a su Nuestro propuesta, en cambio, estriba en
vez, traslucen lo que debe ser un lengua- resaltar que los espacios también cuen-
je educativo que nos ayuda a interpretar tan con un lenguaje que no puede
y orientar los procesos y las acciones edu- ignorarse a la hora de reflexionar sobre
cativas. Un entramado semiótico, social aquello que acontece al educarnos.
y cultural, en el que poder implementar
las propuestas de acción educativa, re- Nuestra última pretensión es identi-
situando los fenómenos educativos en la ficar, comprender y desarrollar la estruc-
vida cotidiana, en el mundo de la vida. tura vectorial que presentan los espacios
Estamos ante una configuración, en nada con el objetivo de que se activen tramas
abstracta, que interrelaciona las estruc- comunicacionales sin necesidad de actos
turas espaciales, físicas, naturales, socia- ordinarios de comunicación entre perso-
les y culturales, y la estructura mental, nas [36], un lenguaje definido a través
dando cabida a una serie de actuaciones de elementos básicos para la educación,
e interpretaciones lógico-educativas que un sistema de representación e identifi-
arrancan de la naturaleza misma de los cación de los sujetos en los espacios que
sujetos; una articulación de significados proporcione una cierta estabilidad a los
sobre las formas topológicas en las que procesos de desarrollo de las personas.
deambulan los sujetos; en fin, un campo La educación, en estos términos, no sería
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278
semiótico que despliega el componente de sólo hechos y procesos constituidos en
comunicación e interacción imprescindi- unos límites formales y con una capaci-
ble en la educación. dad de denotación, significación y conno-
revista española de pedagogía

tación determinada dentro de unos


esquemas, sino que más bien vendría
4.4. La comunicabilidad de los
constituida por procesos en situación,
espacios como lenguaje educativo contextualizados, semióticos, con todas
Como ya hemos indicado, el objetivo sus circunstancias pragmáticas creando
último de esta estructura y, por tanto, de sentido o concretándolo si ya lo tiene, pu-
este horizonte educativo es obtener un diendo incluso señalar diversas formas
lenguaje educativo, una forma alternati- de significar [37].
va de comprender la comunicación y, por
ende, los procesos educativos. Estamos Estamos pensando, pues, en la posi-
acostumbrados a analizar la educación bilidad de ver y analizar los procesos edu-
como un fenómeno personal e individual, cativos no tanto en base a contenidos y
producido y explicado en términos de di- conocimientos transmitidos mediante

273
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

elementos comunicacionales adjuntos, minos de relación de influencia de un su-


sino más bien como procesos insertos en jeto respecto a otro, insuficientes para la
las mismas raíces de las tramas comuni- comprensión de la totalidad de los fenó-
cacionales que se establecen entre los lu- menos educativos y de importancia
gares y sus habitantes. De este modo, la desproporcionada, dada la instancia so-
Pedagogía queda enmarcada en plantea- cial y espacial que les sostiene. Y se posi-
mientos referenciales en cuanto que toma bilitaría así, además, la confluencia entre
el lenguaje, el significado y el potencial dos perspectivas de análisis de la educa-
educativo de los espacios como coordena- ción que en ocasiones se han mantenido
das de sus operaciones y acciones, coinci- contrapuestas, como acción comunicativa
diendo nuevamente con el profesor y como acción estratégica.
Gennari en el hecho de que los lenguajes
tradicionales, basados en simples res- Todo ello nos obliga a capacitar los
puestas conductuales a estímulos aisla- espacios, presentar y extraer su lenguaje
dos, no ofrecen base suficiente a la con vistas a que permitan en los sujetos
Pedagogía [38]. Por el contrario, los mis- la posibilidad de cuestionar todo perma-
mos estímulos que producen los espacios nentemente. Sólo así podrán captar el sig-
desde la estructura vectorial aludida, si nificado de las cosas que se encuentran
se presentan como referentes contex- en el exterior, más allá de sentirlas
tuales partícipes de la cultura comunica- estimúlicamente, pasando de respuestas
cional y educativa del espacio, no de comportamiento estimuladas a res-
estímulos aislados, implican asumir una puestas narradas y significadas [39]. Los
tabla de significados, códigos educativos lenguajes que aportan los espacios tradi-
que ayudan a formular respuestas a pro- cionales de formación contribuyen a cons-
blemas y desajustes educativos. truir la identidad social y cultural de las
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

personas, pero no son los únicos respon-


El objeto de reflexión de esta Pedago- sables en dicha tarea; también podemos
gía de los espacios se cifra en la favorecer que los sujetos asimilen la in-
revista española de pedagogía

reformulación de la cultura comunica- formación desde fuentes diversas proce-


cional predominante en la educación, de dentes de las culturas comunicacionales
manera que tenga también ahí cabida que aportan los espacios por los que se
esta consideración del espacio como un mueven y en donde actúan. Bien puede
sistema de señales codificado cultu- aceptarse, en fin, que la comunicabilidad
ralmente y compartido por un grupo. Si de los espacios proporciona sentido y pro-
la educabilidad de un sujeto queda am- yección al comportamiento humano, pu-
parada en última instancia en su capaci- diendo encontrarse también ahí base
dad de comunicación entendida en sentido adecuada para explicar muchos aspectos
amplio, incluyendo aquí algunos elemen- de los fenómenos educativos, entre otros
tos del sistema de comunicación animal, los relativos al inicio y a los propios me-
procede ir más allá de un concepto y ám- canismos de desencadenamiento de di-
bito tradicional de comunicación en tér- chos procesos.

274
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

5. Conclusión abierta a la acción Dirección de los autores: Ángel García del Dujo y José
Manuel Muñoz Rodríguez. Departamento de Teoría e
educativa Historia de la Educación. Facultad de Educación. Pa-
La Pedagogía de los espacios se apoya seo de Canalejas, 169. 37008 Salamanca.
en la sustitución de la idea abstracta de Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu-
espacio por el concepto de espacio de ac- lo: 20.V.2004
ción, entendiéndolo como algo inherente
a la acción humana y, por consiguiente,
a la acción educativa, y no tanto como Notas
una variable externa que influye en ésta. [1] ARROYO, A. (1997) Nuevos espacios, pp. 61-64, Cuen-
ta y Razón, 101; HINE, CH. (2001) Virtual ethnography
De este modo, será en los espacios donde (London, Sage).
podemos encontrar nuevas dinámicas que
permitan captar la unidad funcional que [2] BOLLNOW, O. F. (1969) Hombre y espacio (Barcelo-
na, Labor); ARENDT, H. (1996) La condición humana
forman las personas y sus espacios. (Barcelona, Paidós).

Y serían muchos los fenómenos y ám- [3] Nos estamos refiriendo a los espacios cotidianos, so-
bitos de la acción educativa susceptibles ciales y culturales, con los que convive habitualmente
la persona. No entramos ahora a debatir y justificar
de reinterpretación a través del plantea- que dichos espacios no son sólo los que considera-
miento que se propone desde la Pedago- mos tradicionales sino también esos otros de los que
gía de los espacios. Fenómenos como el anteriormente hablábamos, puesto que en ellos, cada
vez más, se construye cultura, se hacen cosas y se
mestizaje cultural, la marginación e in-
relacionan y socializan las personas. Desde el princi-
adaptación social, muchos problemas am- pio entendemos que este planteamiento hace referen-
bientales y no pocas decisiones de política cia tanto a los espacios tradicionales, físicos, sociales
cultural y socioeducativa tienen una in- y culturales, como a esos otros espacios que ya es-
tán siendo igualmente transitados.
terpretación y tratamiento diferente en
base a este planteamiento, cuyo alcance [4] La investigación en torno al concepto de espacio es
llega incluso a los entornos generados por una de las líneas que conforma la Pedagogía de los

año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278


espacios. No es el momento de entrar en ello; simple-
las nuevas tecnologías. mente señalaremos que hablamos de espacio como
un concepto global y abierto, magnitud extensa que
Nuestra propuesta, por tanto, no es da cabida al sujeto y al conjunto de acciones e
revista española de pedagogía

volver a delimitar territorios o espacios interacciones que surgen en su interior. Se trata de


en base a fronteras y arraigar ahí al in- una instancia multinivel —política, social, cultural, eco-
nómica…— donde el sujeto se instala, al tiempo que
dividuo, encapsulando sus acciones y re- construye, y adquiere identidad, también
laciones, pues somos conscientes de los educativamente hablando. Un concepto integrado por
numerosos problemas que a nivel local y otros muchos términos, como ambiente o conjunto de
mundial ha conocido la historia en este circunstancias que rodean al sujeto, contexto o
condicionantes internos y externos del sujeto que for-
sentido. Sí es, en cambio, la de re-volver man la realidad física y social, medio o factores físi-
en el inevitable entramado espacial de cos, sociales, culturales, económicos, etc. que
las personas para encontrar líneas de ac- circundan al sujeto y se relacionan con él, así como la
ción educativa, en la confianza de que noción de lugar entendido como territorio o espacio
acotado donde se expresan las experiencias individua-
cuanto mayores y mejores sean esos les y sociales de las personas, configurando todo ello
anclajes, mejor soportaremos los movi- un convoy terminológico que da forma a la semántica
mientos y avatares de nuestro tiempo. del espacio.

275
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

[5] PARDO, J. L. (1991) Sobre los espacios. Pintar, escri- del objeto transformado. Sujeto y objeto son
bir, pensar, p. 20 (Barcelona, Del Serval). indisociables. Literalmente objeto significa lo que el
sujeto arroja fuera de sí —ob = fuera; yectum =
[6] GARCÍA ESCALONA, E. (1997) Consumo, publicidad y arrojar—, y en la acción de arrojar el sujeto queda
lugar, en AA. VV. Lecturas geográficas. T. II (Madrid, sujetado». ALGUACIL GÓMEZ, J. y MONTAÑÉS SERRA-
Editorial Complutense). NO, M. (1998) La participación ciudadana en la trans-
formación del paisaje urbano, p. 139, en AA. VV. El
[7] COSTA, M. y LÓPEZ, E. (1996) Educación para la paisaje urbano en el marco de la sostenibilidad. Actas
salud. (Madrid, Pirámide). Citado en COLOM CAÑELLAS, de las IX jornadas sobre el paisaje (Segovia, Asocia-
A. J.; PÉREZ ALONSO-GETA, P. M.ª y VÁZQUEZ GÓMEZ, ción para el Estudio del Paisaje/CNEAM).
G. (2001) Calidad de vida, ambiente y educación, p.
10, en VÁZQUEZ GÓMEZ, G. (ed.) Educación y calidad [15] BACHELARD, G. (1965) La poética del espacio, o.c.,
de vida. (Madrid, Editorial Complutense). p. 29.

[8] PARDO, J. L. (1991) Sobre los espacios. Pintar, escri- [16] ZUBIRI, X. (1985) El hombre y Dios, p. 46 (Madrid,
bir, pensar, o.c., p. 53. Esta idea también se desarro- Alianza).
lla en SÁNCHEZ, J. E. (1988) Espacio y nuevas
tecnologías, pp. 5-69, en Geocrítica, 78; SÁNCHEZ, J. [17] GARCÍA CARRASCO, J. y GARCÍA DEL DUJO, A. (2001)
E. (1979) Poder y espacio, pp. 5-35, en Geocrítica, Teoría de la Educación II. Procesos primarios de for-
23. mación del pensamiento y la acción (Salamanca, Edi-
ciones Universidad).
[9] «En la más interminable de las dialécticas, el ser am-
parado sensibiliza los límites de su albergue». [18] MARDONES, J. M.ª (1991) Filosofía de las ciencias
BACHELARD, G. (1965) La poética del espacio, p. 31 humanas y sociales. Materiales para una
(México, Fondo de Cultura Económica). Lo contrario fundamentación científica (Barcelona, Anthropos).
ocurre hoy a numerosos colectivos, que no tienen
sitio, no tienen espacio —laboral, afectivo, social in- [19] COLOM CAÑELLAS, A. J. (2002) La (de) construcción
cluso— donde poder reconocerse. del conocimiento pedagógico. Nuevas perspectivas en
Teoría de la Educación, p. 137 (Barcelona, Paidós).
[10] Podríamos mencionar otros muchos ejemplos, como
[20] GENNARI, M. (1998) Semántica de la ciudad y educa-
el relativo al lugar en el que se nace y la importancia
ción. Pedagogía de la ciudad, p. 64 (Barcelona,
que cobra en la vida de la persona, hasta el punto de
Herder). También en su libro Pedagogía degli ambienti
que, como indica Augé, en África, al niño que nace
educativi desarrolla esta idea en torno a la propuesta
accidentalmente fuera de su pueblo se le asigna un
del «spazio como suggetto pedagogico». IDEM (1997)
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

nombre relacionado con el lugar que acogió su naci-


Pedagogía degli ambienti educativi (Roma, Armando
miento. AUGÉ, M. (1998) Hacia una Antropología de
Editore).
los mundos contemporáneos (Barcelona, Gedisa). IDEM
(1998) Los no lugares. Espacios del anonimato (Bar- [21] Podríamos hacer una larga lista de referencias biblio-
revista española de pedagogía

celona, Gedisa). gráficas al respecto. Como muestra podemos seña-


lar: TRILLA BERNET, J. (1986) Ensayos sobre la
[11] BERVEJILLO, F. (1996) Territorios en la globalización.
escuela: el espacio social y material en la escuela
Cambio global y estrategias de desarrollo territorial.
(Barcelona, Laertes); BAEZ DE LA FE, B. (1992) Clima
(Santiago de Chile, Instituto Latinoamericano de Plani-
organizativo y del aula. (Vitoria-Gasteiz, Servicio de
ficación Económica y Social); BADIE, B. (1995) Le fin
Publicaciones Universidad del País Vasco); SALMERÓN
des territoires (Paris, Artheme Fayard).
PÉREZ, H. (1992) Evaluación de los espacios arqui-
[12] ORTEGA y GASSET, J. (1965) ¿Qué es Filosofía?, p. tectónicos escolares (Granada, Universidad de Sevilla
416, en IDEM Obras Completas, VIII (Madrid, Revista Servicio de Publicaciones); VIÑAO FRAGO, A. (1993-
de Occidente). 1994) Del espacio escolar y la escuela como lugar:
propuestas y cuestiones, pp. 17-74, Historia de la
[13] GIDDENS, A. (1984) La construcción de la sociedad, Educación. Revista Interuniversitaria. 12/13; LUQUE
p. 363 (Madrid, Alianza). DOMÍNGUEZ, P. A. (1995) Espacios educativos: sobra
la participación y transformación social (Barcelona,
[14] HEIDEGGER, M. (1994) Conferencias y artículos, pp. EUB); DOMÉNECH, J. y VIÑAS, J. (1997) La organiza-
137-138 (Barcelona, Ediciones del Serbal). «Entende- ción del espacio y del tiempo en el centro educativo
mos que no se puede separar el sujeto transformador (Barcelona, Graó); HERAS MONTOYA, L. (1997) Com-

276
Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…

prender el espacio educativo (Málaga, Aljibe); E. (1998) Saber ambiental: sustentabilidad, racionali-
CRISTÓFOL, A. y COMES, P. (1998) El tiempo y el dad, complejidad, poder (México, PNUMA-Siglo XXI);
espacio en la Didáctica de las ciencias sociales (Bar- MORIN, E. (2001) Iniciación al pensamiento complejo
celona, Graó); GUTIÉRREZ PÉREZ, R. (1998) La estéti- (Barcelona, Gedisa); SCHNITMAN, D. F. y otros (1994)
ca del espacio escolar (Barcelona, Oikós-Tau); VIÑAO Nuevos paradigmas: cultura y subjetividad (Barcelona,
FRAGO, A. (1998) Tiempos escolares, espacios socia- Piados); VILAR, S. (1997) La nueva racionalidad. Com-
les (Barcelona, Ariel); ESCOLANO BENITO, A. (2000) prender la complejidad con métodos transdisciplinarios
Tiempos y espacios para la escuela: ensayos históri- (Barcelona, Kairós); ZABALA, A. (1999) Enfoque
cos (Madrid, Biblioteca nueva); RODRIGO, P. y globalizador y pensamiento complejo: una respuesta
RODRIGO, A. (2000) El espacio urbano (Madrid, Sínte- para la comprensión e intervención en la realidad
sis); LUCIO-VILLEGAS, E. (2001) Espacios para el de- (Barcelona, Graó).
sarrollo local (Barcelona, PPU).
[31] NOVO, M. (1986) Educación y Medio ambiente, p. 71
[22] SUREDA, J. y COLOM, A. J. (1989) Pedagogía am- (Madrid, Cuadernos de la UNED).
biental, p. 186 (Barcelona, Ceac).
[32] «… quizá la tarea más importante consista en demos-
[23] COLOM, A. J. y SUREDA, J. (1981) Hacia una Teoría trar el papel fundamental que desempeñan en la vida
del medio educativo. (Bases para una pedagogía am- los signos no científicos, pero haciéndolo de tal mane-
biental), pp. 20-21 (Palma de Mallorca, Servicio de ra que no reduzca en lo más mínimo la capital impor-
Publicaciones Universidad Palma de Mallorca). tancia de la ciencia». MORRIS, C. (1962) Signos,
lenguaje y conducta, p. 251 (Buenos Aires, Losada).
[24] GARCÍA CARRASCO, J. (1992) La perspectiva ecológica
y el discurso teórico de la educación, pp. 54-72, en [33] En ocasiones, cuando hablamos de estructuras, expli-
Teoría de la Educación. Revista Interuniversitaria, 4. caciones o niveles lógicos, confundimos los niveles
de referencia. Desde la Ecología —ciencia que nos
[25] GARCÍA CARRASCO, J. y GARCÍA DEL DUJO, A. (1997) presenta unos esquemas de pensamiento muy lógi-
Espacio coloquial, espacio experiencial, espacio am- cos— se nos presenta el ecosistema como «el nivel
biental, pp. 1-2, en Congreso Nacional de educación lógico alrededor del cual es posible organizar la teo-
Ambiental: 20 años después de Tbilisi. (Salamanca, ría y la práctica de la ecología, en virtud de que se
Ponencia mecanografiada). trata del nivel más bajo de la jerarquía que está com-
pleto». ODUM, E. P. y SARMIENTO, F. O. (1998)
[26] CASTILLEJO BRULL, J. L. y otros (1994) Teoría de la Ecología. El puente entre la ciencia y la sociedad, p.
educación, p. 73 (Madrid, Akal). 46 (México, McGraw-Hill).

año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278


[27] ROMAÑÁ BLAY, T. (1994) Entorno físico y educación. [34] ECO, U (1977) Tratado de semiótica general, p. 35
Reflexiones pedagógicas, pp. 131-132 (Barcelona, (Barcelona, Lumen).
PPU)
[35] Sujeto y espacio: análisis de procesos formativos,
[28] GARCÍA CARRASCO, J. y GARCÍA DEL DUJO, A. (2001) investigación financiada por la Junta de Castilla y León,
revista española de pedagogía

Teoría de la Educación II. Procesos primarios de for- 2002- 2004, dirigida por el profesor Ángel García del
mación del pensamiento y la acción, o.c., p. 21. Dujo.

[29] COLOM CAÑELLAS, A. J. (2002) La (de) construcción [36] HYMES, D. H. (1971) On communicative competence
del conocimiento pedagógico. Nuevas perspectivas en (Philadelphia, University of Pennsylvania).
Teoría de la Educación, o.c., p. 81.
[37] Algo parecido ocurre con el lenguaje arquitectónico.
[30] A este enfoque se acogen, entre otros autores, las Como indica Monestiroli, «el lenguaje se entiende como
aportaciones de APOSTEL, L. y otros (1983) revelación de las leyes constructivas (lenguaje técni-
Interdisciplinariedad y ciencias sociales (Madrid, co) y evocación de otros mundos formales como las
Tecnos); BOHM, D. (1992) La totalidad y el orden formas naturales o las formas históricas (lenguaje evo-
implicado (Barcelona, Kairós); COLOM CAÑELLAS, A. cador), pero también como sistema de identificación
J. (2002) La (de)construcción del conocimiento peda- de los elementos y como conocimiento y representa-
gógico. Nuevas perspectivas en teoría de la educa- ción de su identidad». MONESTIROLI, A. (1993) La
ción. o.c.; GARCÍA, R. (1994) Interdisciplinariedad y Arquitectura de la realidad. (Barcelona, Demarcación
sistemas complejos, en LEFF, E. (comp.) Ciencias so- de Barcelona del Colegio de Arquitectos de Cataluña
ciales y formación ambiental (Barcelona, Gedisa); LEFF, y Ediciones del Serval).

277
Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ

[38] GENNARI, M. (1984) Pedagogia e semiótica (Brescia, Summary:


La Scuola).
Pedagogy of the spaces. Sketch of
[39] EYLES, J. (1985) Senses of place (Londres, Silverbook,
Press). an educational horizon for the XXI
century
We are used to interpret the education
Resumen: as a phenomenon which happens in the
Pedagogía de los espacios. Esbozo individual, produced and explained in
de un horizonte educativo para el terms of interpersonal relations by means
of words, relegating the space to a
siglo XXI
secondary place. The approach of the
Estamos acostumbrados a interpretar
authors, however, is that spaces become
la educación como un fenómeno que tie-
protagonist of the educational process.
ne lugar en el individuo, producido y ex-
This perspective is conceptually and
plicado en términos de relaciones
methodologically justified in this article
interpersonales mediadas por la palabra,
and the basic principles of the Pedagogy
relegando el espacio a un papel secunda-
of the spaces are also presented in the
rio. En el planteamiento que proponen
text. It is not the purpose of the authors
los autores, en cambio, los espacios pa-
to delimitate territories or spaces with
san a ser también protagonistas del pro-
regard to borders and to keep there the
ceso educativo. En el desarrollo del
individual, enclosing their actions and
trabajo se justifica conceptual y metodo-
their relations, but rather to find out in
lógicamente esta perspectiva y se presen-
the inevitable space framework of the
tan los principios básicos de la llamada
individuals with the aim to find there
Pedagogía de los espacios.
different ways of thinking and doing
education.
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 257-278

No es intención de los autores volver


a delimitar territorios o espacios en base
Key Words: Pedagogy of the spaces,
a fronteras y arraigar ahí al individuo,
Educational phenomena, Interdepen-
encapsulando sus acciones y relaciones,
revista española de pedagogía

dency, Interdisciplinary.
sino indagar en el inevitable entramado
espacial de las personas para encontrar
ahí formas diferentes de pensar y hacer
la educación.

Descriptores: Pedagogía de los espacios,


Fenómenos educativos, Interdependencia,
Interdisciplinariedad.

278

También podría gustarte