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OBLIGATORIO 2004rep - Pedagogía de Los Espacios
OBLIGATORIO 2004rep - Pedagogía de Los Espacios
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Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ
Pero, en contraposición ahora a este Pues bien, si unimos los cambios es-
cambio estructural, la vida de un sujeto paciales acaecidos en los últimos tiem-
sigue teniendo sentido y encontrando ex- pos, la naturaleza espacial y territorial
plicación en los espacios cotidianos, so- que tiene el hombre y la inquietud inves-
ciales y culturales. Somos en un lugar y tigadora en torno a todo aquello que acon-
tenemos sentido dentro de unos espacios tece al educarnos, concretamente aquello
que otorgan significado a nuestras pasio- que atañe al lugar, tenemos como resul-
nes, sentimientos, actividades, relaciones tado la necesidad de acometer con rigor
[2], es decir, todo ese cúmulo de aspectos una línea de investigación que ha sido
esenciales y existenciales que conforman resaltada y traída a consideración a lo
los acontecimientos de la vida diaria y largo de estos últimos años, denotada por
que terminan por configurar numerosos autores, ya veremos quiénes
educativamente al sujeto. El lugar nos y de qué forma, pero que ha sido relega-
marca, condiciona nuestras conductas y da siempre a un segundo plano: la de los
pensamientos, lo que se traduce, también espacios como agentes educativos o, di-
en forma de reto, en el hecho de que cual- cho de otro modo, la del estudio y análi-
quier transformación socio-educativa debe sis de las bases teóricas que justifican y
tener su correlato en una coherente ade- ponen de manifiesto la educatividad que
cuación de la estructura espacial, sin la los espacios poseen, cristalizándose en lo
cual no es factible el mantenimiento de que denominamos la Pedagogía de los es-
aquella estructura social. pacios [3].
uno de los elementos que debe ser leído a educatividad que poseen. Estamos nece-
la luz de los aconteceres actuales es el sitados de dar un salto y leer los fenóme-
del lugar donde adquieren sentido dichos nos educativos en base a la consideración
procesos. La reflexión en torno al modo de los espacios como principios rectores
en que nos educamos y lo que sucede al de los procesos, aceptando los espacios
educarnos no debe estar repleta sola y como elementos básicos de toda activi-
exclusivamente de estrategias y conteni- dad que pueda ser tildada de educativa,
dos de las acciones de formación, sino que, buscando así la construcción de las per-
previamente, necesita meditar y dar for- sonas desde los espacios de influencia.
ma al engranaje territorial que posibilita Nadie discute que el hombre es el funda-
las formas concretas de educación y sir- mento y justificación de la educación, pero
ve de vehículo a las demandas formativas tampoco hemos de olvidar que el hom-
provenientes de la sociedad. bre, la persona, es un ser material, físi-
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Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…
co, biológico, cultural y social, que se cons- concepto de educabilidad para comprobar
truye en coderiva con los espacios que le cómo, en base a dicho análisis, pueden
referencian [4]. extraerse una serie de razones que justi-
ficarían el cambio de perspectiva que pro-
De este modo, vamos a articular nues- ponemos; incluso resultaría ilustrativo
tro trabajo en torno a lo que son los fun- hacer un recorrido por la Historia de la
damentos generales, prolegómenos, de lo Educación para obtener unos referentes
que entendemos y denominamos Pedago- claros de autores, instituciones y corrien-
gía de los espacios. No es nuestro objeti- tes pedagógicas que han venido
vo presentar ahora algunos de los usufructuando, de una u otra forma, la
fundamentos concretos que la sostienen
variable espacio en sus planteamientos.
sino más bien dibujar el panorama gene-
Todos estos caminos serían certeros para
ral, plantear lo que son los principios ge-
avalar el sentido de la línea de investi-
nerales que justifican, fundamentan y
gación que queremos presentar.
orientan esta línea de investigación que
viene siendo objeto de interés para noso-
tros desde hace un tiempo. Así pues, co- No obstante, sin menosprecio de lo que
menzaremos dibujando la justificación podríamos haber hecho, vamos a adoptar
educativa de este planteamiento; poste- una postura o planteamiento intermedio
riormente describiremos el trayecto desde el que expondremos, apoyados en
metodológico a seguir para, a continua- tres argumentos, algunas de las razones
ción, plantear las ideas o principios cen- que justifican este trabajo y, por consi-
trales que orientan el modo en que debe guiente, los posteriores estudios en torno
materializarse la Pedagogía de los espa- a la Pedagogía de los espacios. Nos cen-
cios. Terminaremos el trabajo con el al- traremos primeramente en las bases
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cance y repercusión que esta línea de antropológicas y vitales del hombre como
investigación puede y debe tener en la ser espacial y los referentes filosóficos que
práctica educativa. lo avalan para, posteriormente, en un se-
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del automóvil, de la política, higiene, ali- concreto, llegando algún autor incluso a
mentación, deporte, música, cine, etc. afirmar que «la investigación de los es-
Basta con observar la multitud de refe- pacios es la historia de los poderes, la
rencias espaciales que encontramos, por genealogía de las fuerzas, la cartografía
ejemplo, en el mundo del consumo y la de la exterioridad» [8].
publicidad [6].
Y, en cuarto lugar, no podemos dejar
En segundo lugar, si analizamos de- de mencionar y atender a muchos de los
tenidamente un concepto tan recurrente problemas de la calle, desajustes sociales
hoy como es el de calidad de vida, com- en cuanto que manifestaciones de
probamos que la situación social e indi- desequilibrios espaciales. Fenómenos
vidual de la persona depende en mayor o como el desamparo, la marginación o in-
menor medida de la calidad del espacio adaptación social tienen una interpreta-
de referencia. Es un hecho palpable y su- ción, origen y repercusión espacial
gerente que la calidad de los espacios está importante, puesto que el no amparo sig-
íntimamente ligada a la calidad de vida nifica, ni más ni menos, no disponer de
de las personas, remitiéndonos a la ac- espacio para ser, «no tener donde vivir ni
tualidad y proximidad del espacio. Inclu- caer muerto» [9]. El desamparo o la
so, en ocasiones, el reconocimiento o marginación se representan en lo inde-
imagen social de las personas es conse- terminado, en aquello que carece de hue-
cuencia del lugar que se ocupa en la vida llas, de señales o signos de referencia
pública. «Ello hace hablar de la natura- espacial. Ello nos reporta la idea de que
leza ecológica de los comportamientos que la nulidad del espacio supone y comporta
nos orientan, no tanto a la elección de la nulidad del significado social, cultu-
conductas cuanto… a la elección de ral, que ayuda a la persona a sentirse
ticas y estilos de vida saludables» [7]. Es decir, más allá o más acá del fenó-
meno de la globalización, del espacio como
En tercer lugar, por referir un fenó- algo global donde pasamos de lo concreto
meno más abstracto, el poder, que sólo a lo abstracto, se refuerza constantemente
existe en la realidad espacial; no puede una tendencia hacia la identidad cultu-
almacenarse y mantenerse en reserva ral y territorial de las personas, apare-
para hacer frente a las emergencias, sino cen dinámicas y movimientos que tratan
que sólo existe en un donde. Las relacio- de apoyarse y fomentar los caracteres y
nes de poder tienen efectos sociales clave especificidades de los pueblos, potencian-
que se extienden en el espacio. El domi- do y cristalizando formas espaciales con-
no económico, el dominio político y el do- cretas, materiales y simbólicas, que
minio social tienen sentido y adquieren despiertan el anhelo y la necesidad de
significado en un territorio o espacio sentirse alojado, territorializado, como
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que no se encuentra solo sino que, to- bres y además espacio; porque cuan-
mando palabras de Ortega y Gasset, «…se do digo ‘un hombre’ y pienso con esta
encuentra siempre en otra cosa (la cual a palabra en aquél que es al modo hu-
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su vez se compone de muchas otras co- mano, es decir, que habita, entonces
sas). Se encuentra rodeado de lo que no con la palabra ‘un hombre’ estoy nom-
es él, se encuentra en un contorno, en brando ya la residencia de la
una circunstancia, en un paisaje» [12]. Cuaternidad, cabe las cosas» [14].
De este modo, las interacciones hu- Los acontecimientos sociales, los ros-
manas y las instituciones en las que se tros de las personas, las palabras que con-
mueven las personas vienen caracteriza- forman las vivencias tienen un lugar que
das, en parte, por la dimensión espacial. ancla los devenires de los hombres. En
Todo cuanto acontece en la vida del hom- expresión de Bachelard, tanto nuestros
bre sucede desde unas coordenadas es- recuerdos como nuestros olvidos «están
paciales. La persona, a la vez que va alojados» [15]. Es más, toda experiencia
elaborando su núcleo de relaciones, de que tengamos de un estímulo cualquiera
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Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…
depende del lugar en el que suceda. Ésa Ello es consecuencia, en parte, del há-
es la esencia humana y así lo reafirma bito generalizado de utilizar la variable
Zubiri cuando argumenta que inteligencia como factor explicativo del
éxito en los procesos educativos y socia-
«el hombre es un animal que se les [17]. Ha sido el recurso más emplea-
enfrenta con la realidad animalmente: do para explicar y valorar los
es un animal de realidad. He aquí la comportamientos humanos como regula-
esencia de la realidad humana, la res o irregulares, óptimos o pésimos, tan-
esencia de la sustantividad humana. to en el campo científico como en el
El ámbito constitutivo del hombre es ámbito cotidiano. Así se han generado
realidad: estamos en la realidad» [16]. procesos educativos encaminados de for-
ma reducida a la estructura mental del
Toda esta serie de consideraciones en sujeto, a su mayor o menor orden y pure-
torno a diferentes acontecimientos coti- za intelectual como consecuencia, entre
dianos y argumentos de autores diversos otros aspectos, del ensalzamiento de la
nos llevan a afirmar que, si es cierto que mente individual, su capacidad de orde-
el hombre es un ser social por naturale- nar, razonar, especular, y su facultad por
za, no lo es menos que el sujeto humano trascender o relativizar los desajustes que
por naturaleza es también un ser espa- puedan acaecer en el deambular cotidia-
cial, lo que aconseja reorientar, o al me- no del hombre.
nos proponer, formas alternativas de
pensar, entender e interpretar los fenó- La cuestión radica en que, en la cul-
menos y procesos educativos. tura tradicional occidental, el individuo
ha venido ocupando el lugar central, pa-
sando los intereses culturales a un se-
2.2. …porque existe la necesidad y gundo plano, siendo así las mentes
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pertinencia de replantear el tema en individuales las que han primado en los
clave de espacios discursos y han servido como lugar de
Estamos acostumbrados a ver e inter- explicación, no sólo en el campo pedagó-
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pretar el fenómeno educacional como algo gico sino también psicológico, filosófico,
individual producido y explicado en tér- sociológico o antropológico, de cualquier
minos personales, de intercambios de fenómeno acaecido [18]. Las creencias so-
mensajes e interacciones entre personas, bre el individuo y su mente han supues-
relegando el espacio a un papel secunda- to la base lógica y normal de la mayoría
rio y propiciando así una visión del indi- de las instituciones, obligando por ello a
viduo como algo aislado, fragmentado invertir en organizaciones educativas que
incluso, llegando a introducir en el dis- fomenten el desarrollo de la mente, olvi-
curso educativo numerosos reduccio- dando así que, si bien la formación y de-
nismos en la estructura y en los modos sarrollo de la persona es el objetivo
de actuar del sujeto y limitando el con- último, a ello es posible llegar no sólo
cepto de educabilidad al ámbito de las desde procesos unidireccionales, tradicio-
facultades internas de la persona. nales, interpersonales.
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de referencia pasan a ser agentes activos mundo de la vida, como ya hemos indica-
de los procesos. La preocupación estriba do, ocurre siempre en una coordenadas
en entender los espacios como aquello que espaciales, además de temporales, hemos
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Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…
En cualquier caso y como idea central Ello implica, y éste es el reto que nos
del horizonte educativo que venimos di- planteamos hace unos años y en el que
bujando, señalaremos que los espacios son estamos trabajando de forma continua-
quienes fundamentan de forma decisiva da, una reflexión pausada. Somos cons-
las acciones de los individuos y de los cientes de que estamos ante una «zona
grupos y, por tanto, si queremos ahondar de educación compleja», de difícil acceso,
y mejorar, desde el mundo de la educa- porque no es tarea sencilla identificar sus
ción, las situaciones personales y colecti- características y explicar su funciona-
vas de esos individuos, hemos de miento, aunque se intuya con relativa fa-
considerarlos a modo de «herramientas» cilidad su proyección práctica. La
cuyo análisis y manipulación nos permi- Pedagogía de los espacios se presenta en
ten obtener el capital educativo que po- este sentido como la respuesta más acer-
seen y la importancia que pueden tener, tada al estudio de las variables que con-
dando cuerpo a una línea de investiga- dicionan nuestra educación en la vida
ción, si no novedosa, imprescindible. Así cotidiana.
lo señala el profesor Gennari en este pá-
rrafo que transcribimos, a pesar de su 2.3. …y porque estamos ante una
amplitud, por lo acertadas que conside- interpretación pedagógica marginal
ramos sus afirmaciones:
Este cambio de perspectiva que suge-
rimos como horizonte educativo a desen-
«…si ha cambiado la noción de in- trañar en este siglo viene justificado,
fancia y, sobre todo, la de juventud, además de lo ya apuntado, por la preca-
porque ha cambiado en veinte años el riedad con la que esta problemática ha
modo mismo como se viven estas épo- sido tratada tradicionalmente; nos encon-
cas de la vida, también se ha modifi- tramos ante un tema que ha tenido un
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cado la categoría de espacio. A las reconocimiento tardío y en ocasiones pre-
ciencias de la educación, y a la Peda- cario en los análisis pedagógicos que se
gogía como ciencia general de la edu- han hecho al respecto.
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decimonónico, que se sustentan en argu- A tenor del desarrollo que venimos ha-
ciendo, es ahora el momento de indicar
mentos parcelados, rígidos y algo simplis-
tas. Nos referimos a la denominada nueva cuál debe ser el planteamiento general,
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Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…
del sujeto, dando cabida así a una serie autonomía, en cuanto que sistemas abier-
de transacciones y órdenes lógicos que tos el uno a la influencia del otro, acep-
arrancan de las mismas raíces sociales tándose que ninguno de los dos, por sí,
y educativas de los sujetos y sus cir- tiene la capacidad de determinar los com-
cunstancias concretas. Una estructura, ponentes que forman parte del otro; y la
en fin, que denote significados sobre las interrelación, en cuanto dos sistemas que
formas topológicas en las que deam- se afectan mutuamente, mediante la iden-
bulan las personas y, a su vez, propor- tificación de sus respectivos componen-
cione un campo semiótico que tes y las relaciones estructurales y fun-
despliegue un componente comuni- cionales que existen entre ellos. Y es que
cacional por parte de los espacios sus- la vida como actividad y el desarrollo de
ceptible de utilización como recurso o las personas como proceso vital no pue-
«herramienta» educativa. den contenerse como mera información;
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necesitan elegir objetos reales con los que En definitiva, nos afanamos en ir des-
han de entrar en contacto a través de plegando un campo semiótico, afectivo y
procesos y parámetros, requiriendo para expresivo, que es capaz de manifestar, y
ello la elaboración de estructuras com- en eso pondremos el énfasis a partir de
prensivas. Únicamente el sujeto, que ahora, una serie de «comportamientos»
aprovecha los signos y símbolos del exte- comunicacionales, culturales y educati-
rior, podrá encontrarse viviendo al nivel vos, resultado de las diversas formas
de una individualidad compleja [32]. transaccionales e interrelacionales que se
producen entre los espacios de referencia
Lo que planteamos, en pocas palabras, y las personas que los habitan. Tales com-
es la posibilidad de desplegar, a partir portamientos sólo pueden manifestarse
del concepto de interdependencia, las for- cuando existe una estructura, un siste-
mas socio-educativas en que se ma vectorial de significados, a modo de
implementa el espacio en los procesos de código educativo que reúne unas entida-
configuración y desarrollo de las perso- des patentes y otras latentes en los pro-
nas desde su incidencia en el discurrir cesos de desarrollo y configuración de las
cotidiano, más allá de lo que ha venido personas.
siendo habitual en cuanto a formas
sociotécnicas de expresión del espacio. La «… siempre que una cosa material-
cuestión del espacio, su potencialidad mente presente a la percepción del
educativa, no debe analizarse sólo desde destinatario representa otra cosa a
planteamientos teóricos para responder partir de reglas subyacentes, hay sig-
a problemas filosóficos, sino que también nificación. Ahora bien, debe quedar
debe provocar respuestas que se corres- claro que el acto perceptivo del desti-
pondan con la práctica social y educativa. natario y su comportamiento interpre-
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los espacios como auténticos agentes edu- lugares estratégicos para la acción edu-
cativos. cativa.
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5. Conclusión abierta a la acción Dirección de los autores: Ángel García del Dujo y José
Manuel Muñoz Rodríguez. Departamento de Teoría e
educativa Historia de la Educación. Facultad de Educación. Pa-
La Pedagogía de los espacios se apoya seo de Canalejas, 169. 37008 Salamanca.
en la sustitución de la idea abstracta de Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu-
espacio por el concepto de espacio de ac- lo: 20.V.2004
ción, entendiéndolo como algo inherente
a la acción humana y, por consiguiente,
a la acción educativa, y no tanto como Notas
una variable externa que influye en ésta. [1] ARROYO, A. (1997) Nuevos espacios, pp. 61-64, Cuen-
ta y Razón, 101; HINE, CH. (2001) Virtual ethnography
De este modo, será en los espacios donde (London, Sage).
podemos encontrar nuevas dinámicas que
permitan captar la unidad funcional que [2] BOLLNOW, O. F. (1969) Hombre y espacio (Barcelo-
na, Labor); ARENDT, H. (1996) La condición humana
forman las personas y sus espacios. (Barcelona, Paidós).
Y serían muchos los fenómenos y ám- [3] Nos estamos refiriendo a los espacios cotidianos, so-
bitos de la acción educativa susceptibles ciales y culturales, con los que convive habitualmente
la persona. No entramos ahora a debatir y justificar
de reinterpretación a través del plantea- que dichos espacios no son sólo los que considera-
miento que se propone desde la Pedago- mos tradicionales sino también esos otros de los que
gía de los espacios. Fenómenos como el anteriormente hablábamos, puesto que en ellos, cada
vez más, se construye cultura, se hacen cosas y se
mestizaje cultural, la marginación e in-
relacionan y socializan las personas. Desde el princi-
adaptación social, muchos problemas am- pio entendemos que este planteamiento hace referen-
bientales y no pocas decisiones de política cia tanto a los espacios tradicionales, físicos, sociales
cultural y socioeducativa tienen una in- y culturales, como a esos otros espacios que ya es-
tán siendo igualmente transitados.
terpretación y tratamiento diferente en
base a este planteamiento, cuyo alcance [4] La investigación en torno al concepto de espacio es
llega incluso a los entornos generados por una de las líneas que conforma la Pedagogía de los
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[5] PARDO, J. L. (1991) Sobre los espacios. Pintar, escri- del objeto transformado. Sujeto y objeto son
bir, pensar, p. 20 (Barcelona, Del Serval). indisociables. Literalmente objeto significa lo que el
sujeto arroja fuera de sí —ob = fuera; yectum =
[6] GARCÍA ESCALONA, E. (1997) Consumo, publicidad y arrojar—, y en la acción de arrojar el sujeto queda
lugar, en AA. VV. Lecturas geográficas. T. II (Madrid, sujetado». ALGUACIL GÓMEZ, J. y MONTAÑÉS SERRA-
Editorial Complutense). NO, M. (1998) La participación ciudadana en la trans-
formación del paisaje urbano, p. 139, en AA. VV. El
[7] COSTA, M. y LÓPEZ, E. (1996) Educación para la paisaje urbano en el marco de la sostenibilidad. Actas
salud. (Madrid, Pirámide). Citado en COLOM CAÑELLAS, de las IX jornadas sobre el paisaje (Segovia, Asocia-
A. J.; PÉREZ ALONSO-GETA, P. M.ª y VÁZQUEZ GÓMEZ, ción para el Estudio del Paisaje/CNEAM).
G. (2001) Calidad de vida, ambiente y educación, p.
10, en VÁZQUEZ GÓMEZ, G. (ed.) Educación y calidad [15] BACHELARD, G. (1965) La poética del espacio, o.c.,
de vida. (Madrid, Editorial Complutense). p. 29.
[8] PARDO, J. L. (1991) Sobre los espacios. Pintar, escri- [16] ZUBIRI, X. (1985) El hombre y Dios, p. 46 (Madrid,
bir, pensar, o.c., p. 53. Esta idea también se desarro- Alianza).
lla en SÁNCHEZ, J. E. (1988) Espacio y nuevas
tecnologías, pp. 5-69, en Geocrítica, 78; SÁNCHEZ, J. [17] GARCÍA CARRASCO, J. y GARCÍA DEL DUJO, A. (2001)
E. (1979) Poder y espacio, pp. 5-35, en Geocrítica, Teoría de la Educación II. Procesos primarios de for-
23. mación del pensamiento y la acción (Salamanca, Edi-
ciones Universidad).
[9] «En la más interminable de las dialécticas, el ser am-
parado sensibiliza los límites de su albergue». [18] MARDONES, J. M.ª (1991) Filosofía de las ciencias
BACHELARD, G. (1965) La poética del espacio, p. 31 humanas y sociales. Materiales para una
(México, Fondo de Cultura Económica). Lo contrario fundamentación científica (Barcelona, Anthropos).
ocurre hoy a numerosos colectivos, que no tienen
sitio, no tienen espacio —laboral, afectivo, social in- [19] COLOM CAÑELLAS, A. J. (2002) La (de) construcción
cluso— donde poder reconocerse. del conocimiento pedagógico. Nuevas perspectivas en
Teoría de la Educación, p. 137 (Barcelona, Paidós).
[10] Podríamos mencionar otros muchos ejemplos, como
[20] GENNARI, M. (1998) Semántica de la ciudad y educa-
el relativo al lugar en el que se nace y la importancia
ción. Pedagogía de la ciudad, p. 64 (Barcelona,
que cobra en la vida de la persona, hasta el punto de
Herder). También en su libro Pedagogía degli ambienti
que, como indica Augé, en África, al niño que nace
educativi desarrolla esta idea en torno a la propuesta
accidentalmente fuera de su pueblo se le asigna un
del «spazio como suggetto pedagogico». IDEM (1997)
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Pedagogía de los espacios. Esbozo de un horizonte educativo…
prender el espacio educativo (Málaga, Aljibe); E. (1998) Saber ambiental: sustentabilidad, racionali-
CRISTÓFOL, A. y COMES, P. (1998) El tiempo y el dad, complejidad, poder (México, PNUMA-Siglo XXI);
espacio en la Didáctica de las ciencias sociales (Bar- MORIN, E. (2001) Iniciación al pensamiento complejo
celona, Graó); GUTIÉRREZ PÉREZ, R. (1998) La estéti- (Barcelona, Gedisa); SCHNITMAN, D. F. y otros (1994)
ca del espacio escolar (Barcelona, Oikós-Tau); VIÑAO Nuevos paradigmas: cultura y subjetividad (Barcelona,
FRAGO, A. (1998) Tiempos escolares, espacios socia- Piados); VILAR, S. (1997) La nueva racionalidad. Com-
les (Barcelona, Ariel); ESCOLANO BENITO, A. (2000) prender la complejidad con métodos transdisciplinarios
Tiempos y espacios para la escuela: ensayos históri- (Barcelona, Kairós); ZABALA, A. (1999) Enfoque
cos (Madrid, Biblioteca nueva); RODRIGO, P. y globalizador y pensamiento complejo: una respuesta
RODRIGO, A. (2000) El espacio urbano (Madrid, Sínte- para la comprensión e intervención en la realidad
sis); LUCIO-VILLEGAS, E. (2001) Espacios para el de- (Barcelona, Graó).
sarrollo local (Barcelona, PPU).
[31] NOVO, M. (1986) Educación y Medio ambiente, p. 71
[22] SUREDA, J. y COLOM, A. J. (1989) Pedagogía am- (Madrid, Cuadernos de la UNED).
biental, p. 186 (Barcelona, Ceac).
[32] «… quizá la tarea más importante consista en demos-
[23] COLOM, A. J. y SUREDA, J. (1981) Hacia una Teoría trar el papel fundamental que desempeñan en la vida
del medio educativo. (Bases para una pedagogía am- los signos no científicos, pero haciéndolo de tal mane-
biental), pp. 20-21 (Palma de Mallorca, Servicio de ra que no reduzca en lo más mínimo la capital impor-
Publicaciones Universidad Palma de Mallorca). tancia de la ciencia». MORRIS, C. (1962) Signos,
lenguaje y conducta, p. 251 (Buenos Aires, Losada).
[24] GARCÍA CARRASCO, J. (1992) La perspectiva ecológica
y el discurso teórico de la educación, pp. 54-72, en [33] En ocasiones, cuando hablamos de estructuras, expli-
Teoría de la Educación. Revista Interuniversitaria, 4. caciones o niveles lógicos, confundimos los niveles
de referencia. Desde la Ecología —ciencia que nos
[25] GARCÍA CARRASCO, J. y GARCÍA DEL DUJO, A. (1997) presenta unos esquemas de pensamiento muy lógi-
Espacio coloquial, espacio experiencial, espacio am- cos— se nos presenta el ecosistema como «el nivel
biental, pp. 1-2, en Congreso Nacional de educación lógico alrededor del cual es posible organizar la teo-
Ambiental: 20 años después de Tbilisi. (Salamanca, ría y la práctica de la ecología, en virtud de que se
Ponencia mecanografiada). trata del nivel más bajo de la jerarquía que está com-
pleto». ODUM, E. P. y SARMIENTO, F. O. (1998)
[26] CASTILLEJO BRULL, J. L. y otros (1994) Teoría de la Ecología. El puente entre la ciencia y la sociedad, p.
educación, p. 73 (Madrid, Akal). 46 (México, McGraw-Hill).
Teoría de la Educación II. Procesos primarios de for- 2002- 2004, dirigida por el profesor Ángel García del
mación del pensamiento y la acción, o.c., p. 21. Dujo.
[29] COLOM CAÑELLAS, A. J. (2002) La (de) construcción [36] HYMES, D. H. (1971) On communicative competence
del conocimiento pedagógico. Nuevas perspectivas en (Philadelphia, University of Pennsylvania).
Teoría de la Educación, o.c., p. 81.
[37] Algo parecido ocurre con el lenguaje arquitectónico.
[30] A este enfoque se acogen, entre otros autores, las Como indica Monestiroli, «el lenguaje se entiende como
aportaciones de APOSTEL, L. y otros (1983) revelación de las leyes constructivas (lenguaje técni-
Interdisciplinariedad y ciencias sociales (Madrid, co) y evocación de otros mundos formales como las
Tecnos); BOHM, D. (1992) La totalidad y el orden formas naturales o las formas históricas (lenguaje evo-
implicado (Barcelona, Kairós); COLOM CAÑELLAS, A. cador), pero también como sistema de identificación
J. (2002) La (de)construcción del conocimiento peda- de los elementos y como conocimiento y representa-
gógico. Nuevas perspectivas en teoría de la educa- ción de su identidad». MONESTIROLI, A. (1993) La
ción. o.c.; GARCÍA, R. (1994) Interdisciplinariedad y Arquitectura de la realidad. (Barcelona, Demarcación
sistemas complejos, en LEFF, E. (comp.) Ciencias so- de Barcelona del Colegio de Arquitectos de Cataluña
ciales y formación ambiental (Barcelona, Gedisa); LEFF, y Ediciones del Serval).
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Ángel GARCÍA DEL DUJO - José Manuel MUÑOZ RODRÍGUEZ
dency, Interdisciplinary.
sino indagar en el inevitable entramado
espacial de las personas para encontrar
ahí formas diferentes de pensar y hacer
la educación.
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