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Una caja de recuerdos para cada uno de tus hijos. Es lo que te proponemos en este reportaje.
Prepárala con cariño, guarda todas estas pequeñas cosas que han hecho de sus primeros día de
vida algo inolvidable. Y acude a ella cada vez que sientas nostalgias de una etapa de su infancia
que fue y nunca volverá. Aquí tienes algunas ideas para que tu caja contenga lo mejor de esos
días.
La caja
Conviene que sea lo bastante grande para que quepan muchas cosas. La idea es que los recuerdos
sean variados y muy personales. También debería sea sólida y bonita, parecida a una caja del
tesoro. La puedes pintar, decorar con recortes de revisas como si fuera un colage que, con el paso
del tiempo se volverá vintage, o cubrirla con servilletas de papel con motivos infantiles
siguiendo la técnica del decoupage. Si esta es tu opción, en este vídeo, encontrarás los pasos a
seguir. El tutorial explica cómo hacer una caja de té. Con esta misma técnica podrás decorar la
tuya, sea de madera o de cartón duro.
El envoltorio es importante pero lo es mucho más el contenido que vas a ir guardando en ella.
Aquí tienes algunas ideas:
- Una carta de mamá y papá con las anéctodas del día de su nacimiento, sus primeras
impresiones al verle, los comentarios de la familia y los amigos, los deseos que se formularon
para él, etc.
- Un número de la revista femenina favorita de mamá para guardar constanza de las prendas de
moda esa temporada.
- Un catálogo con productos para bebé y juguetes del año en que nació.
El primer año de un bebé está lleno de momentos únicos. Si has encontrado placer en acumular
los recuerdos de su nacimiento ¿porqué no seguir con esta idea a lo largo de los próximos 12
meses? Ármate de determinación y acumula fotos, objetos, pequeños testimonios que servirán de
ayuda a nuestro huidiza memoria. Un bonito regalo para su futuro.