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SHSPAHVOTHSS ID d VOTH OVVSvedEEEdsEOY foscan rks Rose cnn Cer (0.8) Capfruo 2 LAS DIFERENTES VISIONES DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES: LA CONCEPCION POLITICO-MILITAR YY LA CONCEPCION BASADA EN EL COMERCIO Ta cleccién entre el planteamiento territorial y el comercial siempre he estado presente en Je mente de Jos Fetades Sin embarga.las naciones han legido preferentemente un punto medi gungue més cerce- no 4 Ta concepciGn terri Al principio de le edad moderne, entre ‘or Sigios xvi y xvii, les decisiones estaban muy cerca del polo territorial y militar, mientras que hacia la mitad del siglo xrx la tendencia se movié durante un cierto Sempo'bacia el polo comercial. La arientacién milite- rista fue escogida de nuevo ducasite Ia Primera y Ia Segunda Guerra Mun- ial, y solamente es a partir de 1945 cuando aparecen en el escenario po- ‘Itico-un grupo pujante de nacionss que apueste decididamente por el ‘Planteamiento mercantil. Desde entonces, este grupo ha seguido creciendo, ¥ Sus resultados, el menos medidos en términos econémicos, han sido superiozes 2 los conseguidos por los Estados Unidos y por la Uniéa Sovié- {ia Antes de que analicemos las fommas mixtas que han sido ensayadas, puede ser interesante que demos un repeso_a las dos concepciones extre- mas: ls politicomilitar y le mercantilista. La concerciGy POLiTICo-MALITAR Eni Wtico-militar. Ice paises son ordenados en funcién de la tagintud de su poder y dela extensidn del Segiv ctr Hessler csiasidn se haan nomena, oor supone que todos los Estados tienen_los mismos_ohjetivos_ylas_mismas . formas de alcanzarlo&® Todos preterden dominat los mismos territorios, CHre ts producide una polémice importante entre aquellos que considera que la homogeotided es deseable, y aquellos que piensan que es perjudicial pera el sistema internacional, origineda ea fonciéa de les diferentes definiciones que s¢ pueden dar al término. Raymond Aron y Hedley Bull eveen que un sistema homo- Stach GGiccir, sic diferencias idecldgicas, Gl mls unido. que otso mis heterogé neo. Remnsth Waltz, por.su parte, sostifae au tn sisteria esfatal es homogéneo Hemora ole Sada ino de.ot naiees crm lo comooged otieda denéader silo de sf ¥y todos Tuchan por disfrutar del liderazgo del sistema y, por supuesto, se deen pretends depnder de cealguee de be cio part nude que pueda considerar importante, desde la organizacién del aparato de: a a eas sao em cm emp rear ate ene seus ds que aa dete confi eration em SNS cl deta Bama see muy Odea Sr petaeee Hoge seat tna mopenace tla as, demtt Be enn es eae yas eens area ee no van a ganar nada con ello. Por el contrario, se dispondrfan a disputer Pa ep rae Se esc ta utara Iagobts pegs pal Seeger cas ecadea eee alo Em ce C Tntadae odes es nieabes dela co sees aes es nlados 5 maatenedres del ora inmmacionel est ated sae fescis ask ago de nyremact nao be cooigls ae ae pecs ot Conomago, ai Leis IV. ppoleén, ni por supuesto Hider Uegaron a alcanzarla. A partir de le dece- dencia del imperio romano, entie el siglo mt y el siglo V, los enfrentamien- tos feudales, o les luchas entre los Estados, han estado a la orden del Gia, siendo la anarquia el principio qve ha presidido les relacicnes interna dome ‘Le concepeiOn politico-militar implica una recurente apelacién a la (desde el momento en que todas Jas naciones compiten por la pri- macia, Ninguna esta dispuests a aceptar la hegemonia de un tercero si ‘puede impedirselo, y todas sienten mic 2 que el dominio de Tencia exterior pueda limitar su independencia o incluso ponga en pelierg ‘su propia supervivencja. Por lo tanto, el equilibrio de-noder surge comb Seer sini ie pole mcs nscteraens Je postbilidad de epelar a la Foerza para stemperar les preiensiones de 19s eps espero Tea ps pepper me ‘imo. Peter Blau sefiale que el den internacionsl besado en el deseo de autosuficiencia de cade Estado, esta filosofia condicionard a cada pafs a tratar de ensancher sus fronteras con nimo de slcanzar una total independencia. Y esta cstrategie genere- lizada, por su propie rezin de ser, conduce a la ier. Las neliciones mereRndcionites aasanas BN EL conERCIO. Por el contrario, en ls concepcién mercantil, los Ba#=s no son clasificadas én funcign de su poderio o de le amplimd de aisgieritario. En su lugar, Jas nacioties entienden que cada una de ellas dessgipefia funciones dife- rentes, de las cuales ninguns tiene que ser prepouderants. Por supuesto, ‘eda_pais_pretende. mejorar sx posisiGn en_el conctedo intenacional(per desde el siomento-en que cada naciGn es sumisisiradora de diferem Bienes y servicios, tanto en matecia de defensa cSf5 de economia, todas asumen Ja dependencia de las demés*. Aunaue élgimas pueden ser més ‘Fuertes_que otras, la complementariedad de Jas ifanciones que estas d]- ‘mas proporcionan las sitia en ur status de igualded. Pueden especiali- arse en alguna particular oferta dsfensiva, bien por sw situecién geogré- fice, bien por su equipamiento militar, bien por una mezcla de ambas circunstancias. Otres pueden dedicarse preferentemente a [a obtencién de materias primes 0 productos poco slaborados, mientras que algunas pus- den limitarse a la fabricaciSn de productos de alfeaecnologia, confiando todas ellasen el intercembio pare completar Ia gima de sus necesidades. Dentro de la categoria de paises industrializados, cabe una mayor desagre- gacién en funcién del modelo tecnolégico escogido. Mientras algunos pai- ses como Ttalia o Suize se concentran en Ja produccida de articulos de mécime calidad, 0 con un gran componente de artecanfa y diseSo, o ‘como Corea 0 Taiwan, se dedican » producic articulos de gran consumo, zapatos, relojes, tefidos o bienes de seonologia consolidada, sczr0, bar cpt, ete, sobre la base de un bajo coste de produccién. Los Bstadcs'aue a ep a a dels naciones_pollicommilieres = ‘Aanque Tor Evtador comerciales tratan de mejorar sue nosiciones indi- viduals, conscientes de que esta Isbor deben evarla a cabo_en un “ues de interdependecie- Han legado # la conclusién de que preten- jer obiener por st mismo toda clase de bienes o, servicios es un método extremadamente ineficiente, y apuestan por incrementar_su bienestar so- TEs més, el deseo de una nacién por disponer de determinados bietes 0 servicios, no interfiere con los deseos de otra por conseguir el mismo * Blaagop. et, capitalos 4 y 5. = 4nk RAAMORPHOPAAERE MSOC ER EREREREE 8h" ® anneal oe SPYUGSIVVvVsI YS By ss a a a a a a 9 a g objetivo. El incentive bélico esté ausente en un sistema, en el que Ia gue- ra es un elemento que interrampe el comercio y colapsa los mecanismos de interdependencia en que se bese. En definitiva, jos Estados comercia- Jes admiten lo de su economies in muieve ansion de internacionales, en los que pueda dar mayor 7 mejor calida a sus producciones, que el intento de conquista y asimile- er var pes on cx genecales 1a competencia por-_pader suge_en Jes re racoues ‘imitados. Si Tas necesidades son reciorocas, las_mutuas_dependencias obligaa se divisidn del wabaio wal estebecimient de una cooperacign gstable que todos estén interesados en_preservar. Si los recursos fuesen Gimateder, Tae pecronae o las caciones oo tendrfan que disputar eat ellas pare proporciondrsels, ax, en medio de una naturaleza geverosa, los paebios primitivos pudieron haber vivido una exstencia idiflica, libre de conflicts y ajenos cualquier competencia. Sin embargo, en ua orden social caracterizado por la excarexrelativa el conflict tiene q trolado por le interdependencis, el intereambio y ls cooperec nal. Ahora bien, sila escasez 7 el deseo de una independencia total for- san parte de Ia culture dominante, es necesaio que los Gobiernes as feyes restrinjen de alguna manera las ansias de poder y moderen le po- tencialidad de conilictos sociales. En Ja sociedad internacional, en la que no exisje una -mutarided re -conocide voiversslmente, Jas naciones se verén_ inmetsas inevitablemente conflicts de_podex_a-na_ser-que_catén sometides a una muta inde- os ocd Solamens of eereanbio ct = preconizan Jas nacionss comerciales Lenn entorno tan andrauico. Le indus- ‘Wiallzacién y el crecimiento demogréfico agudizan Is intefdependencia ¥ Gificultan Ta consecucién de los objetivos nacionsles de forma auténoma. Cuando la tecnologia era rudimientaria y la poblacién era escase, las n=- ciones mantenfan pocas relaciones entre ellas y generalmente no se im terferian. Sin embargo, la legada de la comercial ¢ industrial Jas aproximé extraordinariamente. A medida que la revoluci6n industrial emandaba nuevos recursos energéticos —alimentos, carb6a, scero, vapor y petroleo— el nimero de paises absolutamente autosuficicntes dismin- yé, Aguellos que iraban 2 la eutonomie completa ¢ incluso a le autar ‘erras que contuviesen Jos materiales que i itico-militr exigia para ello | ‘guerre. S6lo un cambjo de direccién hacie un sistema de comercio int dependieate, que defienda la independencia naciocal a cambio de una Inejor organizacién de los mercados y de un mayor acceso a fos recursos mundiales, puede propicier un ineremento de le conperaciéa_taterna—" 0 9 yi eed penne c ‘El sstema somctcial no precisa de_grances unidades politicas autos ficients. Como el objetivo nacional es el iotercambio con ator palee, lat naciones comerciles no necesitan tener i tm gran tervitorio ni una gran poblacién. Como demuestran los ca jingapur_o_de Hong-Kong, pue- Seq eer fan pequefios que ee reducen # uae sola ciudad, y mungue no dispongan de materias primas pueden eget a sloanzac altos niveles de reata pretando servicce 0 fabrieando productos manufacturedos con des- deneia a adoptar-un sistema alan. Existe una teoria que relacions el crecimiento hist6rico del tamafo de los Estados, a medida que el desarro- llo de los ingenios militares va haciendo mis vulnerables a los Estados més pequedos. Ast, cumndo los castillos medievales tuvieron que enfren tarse a les armas de fuego se hicieron més vulnerables y los sefiorios tu- vicron gue extender cl See que dominaban pare establecér una zona de proteccién ms amplia. con el tiempo este ensanchamiento dio origen a los primers Estados teritoriales modemos. Sin embargo, hasta los més ‘extensos paises de nuestros dias son vulnerables a un bloqueo maritimo, 2 una incursién aérea o a Is accién de los misiles intercontinentales ‘. En la sctuslidad, oi el 2 de_un posible xisrior, con ol agravaaie de que eita eventualiéa ‘permanece fuera de su control. Esta evolucién en lo militar hgce que los objetivor de defeasa en el sistema politicomliter terrtorialista sean cada vez més y més diffciles de alcanzar. Ja deocién ent festa 1a polticowaiitar. Las desver~ jadas monerquits feudales despertaban les suficicates adhesiones de sus sibditos-como para entablar decididsmente una guerra tras otra. No udaban de la lealtad de sus vasallos, y el Geico probleme que podia fre- nar sus continuas campaias era el de conseguir los recursos nevesarios pare financiarlas. A medida que ias reformas administratives fueron com siguiendo una mayor cepacidad recaudatoria, empezaron a surgir las nue ‘yas monazquias centrelistas, amparadas en ‘una orgenizaciGn tbutaria unis eficente. Resuelto.de.esta forma el protlema financero, Jas conguis- tas de fos tervitorias adyaceates resultaron mucho més sencllas. Le Espa Sia del sigho xv11y Ja Inglaterra del xvrr, demuestran que los Estados com uns estructura administrative selativamente eficfentes podian armar gram- yevdesccscmadms y conquistar grandes impetios. La Revoluciéa Fran’ cesa y Jas-reformas napolednicas proporcionaron al lider revolucionario, ‘primero, y 2 sa imperial sucesor, después, una autorided y un poder toda- fa mayores. Con Ja movilizaciéa de los citdadanos, integrados en una Gi; leet Ripindetiee te sembaoeided does geo eine sue he Se ee oes oe ee ee er eee el alee enoal oe Herz, «Rise and Demise of the Teaitorial States, en World Poles, 94 ee 1 ft oe dl é mh i 2 b 5 2 8 ay adic hee ep gates | Jas ensiguas monsrquias det siglo xvi. Con estos eféritos se daben noe- ‘os impulses alas aventuras expansionistas. Finalmente, en la dias d& ceadas del siglo xtx y en le primera mitad del siglo x, los rebrotes ne. cionalistas reforzaron las politicas gubernamentales que desembocaroa enel torrente de violencia masiva de la primera y segunds guerras mundi Jes, Cuanto mayor.eselgrado-de chediencia de una pohlacifn enfesrarece 23 por angumentos patridticos, més epoyo reciben los planteamientos de la Soncepeiin terrorial y politicomilimrists de las seleciones intemado- Por el contrario, ef si fal depen aportaci Se los esfuerzos productivos de trabsjadores y comerclantes, Ta direceiGa. af ten Ja bisoueda.de tee vinta srementar el tréfico internacional, para defender sus tesisy para reforzer ls actividad comercial citre ellas. Aunqué en el siglo aux n0 ee establocte formalm: organizacién comonitaria, les conexiones eutre Jos pria- cipales centros comerciales’ pretendian pfécticamente el mismo objetivo, Taskaladss ceomuae enmaian team ol mimo bj Pit cage te fee pln, cclentice so geval, ema po coceptn soca a meds amare camels fom eerie menos mejorar su grado de autosulil juciendo su nivel de de Sra cae: Mmmlnme ns = ‘hegemSnico. En ei pasado, el sistema territorial propicis une continua ‘cados por tod el mundo para dar selide « sus productos” Para el esabie. ‘cimiento del sistema comercial, os Goblernos tienen que renunciar a aus tadicionales apetencias controladoras de todo Jo que se refiers a sus ade -— tministredos. Deben revosar las exigencies y controler administratives, pbolir los monopolios, © MESnGVIT a las Compatlas para que se decidan “i capiulss en ls BnanSncGa de nastas VootGnes Cae En ocasiones, algunas Gudéder mercantiles, con eslaraios espe. ales que les permiten mayores Uibértades, han crecido més vigorose. ‘mente que el resto del pets al que pertenecen, y prestan inestimsbles ser Yicios econdmicos y financieros, tanto 2 los comerciantes y @ los invee sores nacionales como a los extyanjeros. Le teoria del Jlaisser faire) que q tomé everpo durante el siglo xxx, y cuya destrina presonize Guz el Go 1 ierno se debe abstener de intervenir en la economis, parece que consigue mejores resultados que Ts antigea politica de contol y de telé oficial. j Sin embargo, al fomentar que screen interests involucrados en elcomer io a.gran escala, os Gobicmos contfbuyen de hecho ae aparciindée | & e sino # tia circunscripeicn mucho més im: sosnonale. Durante Jn guerra civil norteemericana, los comerciantes y Tinancieros de Nueva York mantuvieron estrechas relacones mereaniles con los Estados om. federados, e incluso al principio estuviron tentadcs de separarse dela Unién A finales del siglo x7, los comerciantes de Haimburgo se eocom traban més cerca de sus proveedores y clientes ingleses que de la cepital imperial que, te6ricamente al menos, les administrabe desde Berlin -E] desarrollo de estas relaciones i Yinculos_ may poderosos, come los que ya existieron entre las ciudades. Estado comercaler del Renscimiesto. Libres de ln supervisin y del com vol administativo central, estas ciudades-Estado de nuevo culo se spo. yan mutuament, igual que ocuzrié antes con la Liga Hensedtica, para tn: 4 Edward Whiting Fox, Mstoly in Geographic Perspective: The Other France Gioevs York: W, W. Norion, 1971), pigs. 3557, 55-11. En erie agercate y orig ‘al Ubro, Fox llarat a ese sistema eLa Sociedad Comervaln. eThe Commercial So siege. £R G. Alblon, Rise of New York Port, 18151860 (Nuevo York: Chasles Serb- bee's Sons, 1839), pgs. 12021. ee i 42 sucesién. de guerras, bien para salvaguardar la independencia de los Es. = tadés, bien para prevenir la posible preponderancia de alguno de ellos. Por el contrario, en el items copercaitle aacions restonsn au mer i hia interdependencia, v'acepten un status de igualdad » base de la diferes Sssién de funciones. Sus_obietives —aumentar Ja ciquera nasional_ mejorar ia asienaci del comercio= no interfieren 2a politicas idénticas de otros Estedos; ef contraria. se refuarzan. Mien fas los Estados permenezean pricticamente aislados unce de otros, y el ~ apélar a le guerra sea un recurso relativamente fécil, Ja coneepeién ter- forialista politico-militar predoiiineré sobre la concepcién comercial de las relaciones internaciocsles. Sin embargo, a medida que-aumenta la poblaciéa, erece la industializaciOn y se mulliplican las necesidedes de recursos naturales, el planteamiento politgomaltar se encusstra con se. tes diftcultades para resolver el problema. La tadicién he demostrado que las politces imperialistas o nacfonaistas ban recibido un gran apoyo Poplar; incluso-sunque éstas condujesen' I guerra; sin embargo, una predisposicién um favorable ocureié en el'pesado, y no es fécil que los Gobiemos puedan confiar en que se manrenge en el fur, Estiarsons sncras A pasar de les premises contradictorias que requieren los sistemas po- Wicermiliter y Gomersial_ tos E a io compasinar ambos Tantzamientes. Los méximos aépirantes al dominio hegemSnico —Fele Be PAE Espata, Li XIV de Francis tay Sol Neste aerate solic Europa. Para ello, Espefa se valié de la explotacign monopo- lidts dé Tas mainas'de oro y plata de Méjco y Pend, con lo que organiz6 el sjéreito més pgderoso del siglo xvi. El objetivo espaiiol consisia en foaguistar nuevas tierras en Italia, Portugal, los Pafses Bajos, Francia e nialtérd, sonietiendo después al resto de Europa. Pero el esfusrzo reque- ido por un programa de esta categoria aznuiné su economie. Por oe Patt, Ie financiacién de sus proyector a base del oro imporiado cons- titufe un arme de doble filo. La abundancia de metsles preciosos provoes Ja inflaciém on el interior, y loe precios de los productos expafioles dejar cad TA ammnm ana n ane en ae SSOSSS SHS BIPOS SVS Vos ywsyevs vw yr ~- ron de ser competitives y de venderse en el mercado internacional. Ast pata 1640, ef desafio espaol bebia fracasado y la nacién se acercaba at ‘porde del colapso interno. TF finales del siglo xvit, Luis XIV también intent6 dominar Europa, controlar el comercio internacional y fondar un imperio. Pero su ofensi- Se poltica no pudo abatic las fortificaciones holendesss. Su armada no Tae caficiente enemigo para las fuerzas navales inglesas y holandesas, y tus eféritos fueron contenidos en terras por Tas tropas de Austria, Ho: funds, Inglaterra y 1os Estados alemanes. Juan Bautista Colbert, el gran wemisizo de Hacienda de Luis XIV, habia intentado crear una alternative francesa al control del comercio mundial que ostentaba Amsterdam. pero fravesé miserablemente. La cultura francesa se extendi6 por toda [a Eo: rope continental, pero Ta politica de expansicn territorial preconizada por wTeey de Francia habia sido derrotada, tanto en el interior del peis como fuera ‘Un siglo més tarde, Napoleén Hlegé « conguistar una porcién arucho mayor de Europa que sus reales precurcores, y a partic de 1805 aceriié Tr idee de sglutinar todas sus nuevas posesiones bsjo la forma de un im perio duzedero. Recovociendo que no podia competir con Inglstere en el Pemercio del Atléntico y él Pacifico, estableci6 colonias en ultramar, y través cel establecimiento de un bloqueo comercial, que, prohibfe # los paises continentales bajo su control el comercio con Inglaterra, pretendie Pifivier « 1a economia briténica y crear un mercedo autosuficiente dentro del Ambito de su imperio. Finslmente, el continente se rebel6 contra este Sistema, ¢ Inglaterra pudo comprar y vender sus mercancias en el resto Ge Europa. Las tropas rusas’y alemanas derrotaron « Napoleén en Leip- Tig (1815), ¥ por iltimo, con Ia ayuda de los ingleses, le vencieron det nitivamente en Waterloo (1815). ‘Como hemos visto, niaguno de Jos espirantes histéricos a la supre- acta begeménice leg’ a alcanzar su obictivo. Sélo le Gran Bretafia stuvo @ punto de conseguir una versi6a menos ambiciosa de este sis ina, pero evitando intervenir directemente en los conflictos del resto de Europa’, A mediados del siglo xv es cierto que ayudé econémicamente a Prusia, pero se negé @ juger un papel de protagonists en los asuntos Continenteles. También contribuyé la lucha contra Napoledn, pero su Gportacign se limit6 al envio de un grupo reducido de fuerzas. que por i solas nunca hubieran podido contener el impetu francés. El éxito en tf establecimiento de un imperio colonial se debe, en gran parte, & su hhuncis’a desempefiar un papel militar en Europa, siendo extraordinaris- mente pradente en no tratar de imponer su dominio al resto de los paises aropees, que eran los Gnicos que podien oponerle un autéatico poderio rilitar. En su lugar opt6 por apartarse de su camino. 7 Wénse Micheet Howsed. The Continental Commitment (Londces: Maurice ‘Temple Smith Lid. 1972); Pal Kennedy, Strategy and Diplomacy, 1870-1945 (Low deest Fontan Paperbacks, 1984), cap. 8, pés. 218. 44 pew Estelrépido repaso hist6rico nos indica que Jos imtentos de. maximizar ve Jas ventajas comers medio de la est co-l fracazado, y que desde los tiempos de Roma nin jo he LA ELECCIGN ENTRE LA ESTRATEGIA POL{TICO-MILITAR LA COMERCIAL ‘Aunque los Estados sean conscientes de que no pueden aspirer a dominar fede la game del espectro pélitico, es decic, a desarrollar Ia estratesie de ‘gn_sistema_pol itr, y al mismo tiempo a_adoptar_la_estructura de_un pais eminenté vercial eg, sin_embargo, posible_inttater SSabicer embes concepciones de diversas maneras. Ninguna nacién de ‘SGauv orclusivamisnte-sobre la aulorided de un aparato politico o miter. odes elias tienen sus fuerzas armades para reptimir a los delineventes 6 a los qile intenten agredir a la sociedad, bien sean nacionales o extran- Soros. Igualmente, hasta los. paises rs influenciados por las doctrinas filitaristes, como pudieren ser los cass de la Alemania nazi, o el Japon Ue entreguerras, mantenian intereses en el tfico intorascional de mer- cancias, Alemania necesitabe alimentos, mineral de hierro y petréleo; Je dependencia exterior del Jep6n era’més variads, ¢ inclufa como pas- tidas esenciales el caucho, Ja hojelata, el mineral de hierro y el pets Jeo, Los productos manufacturados alemanes y japoneses teniao que salir al exterior pera poder pagar estas importaciones, méxime cuando preci Saban ecumular tn stock estratégico para los tiempos de guerra que edt Sinaben, Si la mayoria de los paises se involucreran exclusivamente €n tun modelo comercial, les poces naciones que hubieran escogido Is espe~ Glalizacide militariste y coufiasen ea la expansin territorial como forma Ge progreso, conseguirian grandes beneficos explotando 2 les primeras. “Te mayoria de lee naciones, insisto, renunciasen en ebsoluto a los gas. tos de defense, el coste de la guerra para los otros seria bajisimo, ¥ et incentive para iniciarla muy alto, Por lo tanto, cada Estado pracura mat tener algin_ presupuesto militar icipar on sigma forma_de inter: cambio. sobre todo en Ja fuerza military ccasional cio, Siroe Tandammentan su vibiidad en cl comercio v establecen su aparsto {efensivo sdlo pare que actie ante contingencias extremas. Pera Tos oct mmeros el ce META T fiat w ‘res expansitistas, ip-nacién. Para les sexundes, el desurroila econémi bilidad de intercambio son los objetivos_prioritarios ‘seganizacidn de su defense s6lo_une spedide_téctica pare sviter les trate Siones agresoras de otros Estados. Cada peis tiene que determinar en Bh clomentos va. poner un énfasis especial, y qué método escogerd pare que inspire basicamente su politica. interna_y_la_posi- a Se 4159 _ r eaten } ( ld ow In de aguelasaiciones que pretenden ou esarrolla. sconémico” intern cunigel_comercio nia le Tuerze eer 6 fpizan « par tliperen Is politic inrerasclonal, sia embargo, We creiete ote pendencia de los Estados, ecta time allemadva se tiene que. decanear facia uno. de los dos models ahterores, Adeaés, una ver que se ha puesto en marcha el aparato industrial es preciso decidir el destino de su Produceise. A finales del siglo x, le Alemania imperial lo dedi al rar me de Ja nacién con. vistas 2 un préximo conflicto que decidiria una m va dlsitoelda de las colonia 9 de lor recuroy mundlaes,slumbreado, por lo tanto, un nuevo orden latereciona. La ingletera victoians puss fn préctca ‘una estatega ferent, y empled su cepecidad inde part jocrementar la magaitud de au comers, in pretenses impart: Tits y in buscar una sxpansin tercioril en el continent. ‘Ede igo x las naciones mas desaroleds han egablcido une co pacidedindustiel que supera amplament las posibilidades de sbsorign de] mercado interior. A menos que puedan exportar sus excedentes —bien foto Estado industria, bon « oes pels menos deserolladoe— no Puoden mantener ccupede eau poblacgn, xi pueden aspier # 02 cee. miento econémico sostenido. La capacided de produccién excedentaria debe ser utilizada de alguna manera —o fabricando armas o vendiendo focuctee do consumo # otras naciencr— Al decdive por una u ot Eiermatve, de hecho eon eliginto ooo dels de prandcs modelos gue hemos contemplado. Qué es lo ue condiciona la elec 0? iCall seré la lee ibn gue ealide or paurcioaes ea a opo Weteee ‘Tepoaerd dal guia de lon aat-¥ de los benefice oe pueden ee rarse_de un enfrentamiento bélico, por une parte('y)del fomento del co- mercio internacional, por la otra. Cuanto mayores sean icciones ‘Teoma v manors stan por lo tanto ls bumafcer gun sorte, ie ntiones se inlinarda ads ele Sl ra reer “EE Cano i pe increnenten lor coves de ua goers Yl sean los beneficios que pueda reportar, més nationes se edherirén al mo- Gels cansral come forme estable de’ convivensie pactice EL AUMENTO DE LA DYTERDEPENDENCTA El primer punto 2 tener en cuenta 2 Ja hora de establecer el anélisis coste-beneficio, tanto de le guerra como del comercio, es el aecimiente del grado de Ieierdependendia eal? lnenaciouss La toznologle moderna, los transportes, las comunicaciones y ei acceso a las fuentes comumes de sgoorgje fen ‘dado lugar a un qiivor coptacio enite lox dterent=s paises, Obligéndoles a un entendimiento pacifico o impulséndoles a la guerra. Para algunos esta dependencie puede resulter iritante y puede inspirerles el deseo roméntico de liberarse de ‘cualquier influencia extranjere, mater lizindolo en respuestas ingenuas 0 apresuradas que olvidan ls existencia Existe une tercera posi 46 ode oe | / ce del mundo exterior_A medida que Iss naciones dependen cada vez més ¢ tos productos, dé Ta financiecién_o jnrluso dela seguridad que pue: den proporcionarles otros Estados, resulte cada vex més dificil la resalv- cin de sus problemas internos por nedios militares. A menos que sean apices de conguister grandes y bien dotados confinentes, Ja mayoria de es naciones no pueden emanciparse de le denendencis exiarior. En este cuanto més aumente el gred de interdependencis nacional, eal sonsecuencias més inmediatas_probeblemente sean el_aumente_del caste 6 Je guerra y la disminuciOn de bareras y tase al come EL ANALISIS COSTE-BENEFICIO DE LAS FUERZAS ARMADAS. Los costes y los beneficios del mantenimiento de an aperato militar estén en relacién con dos factores adicionsles: Is facilidad de conquista de ole nosibilidad de aiministrarlos una vez anexionados. Ta facilidad de Conqusta implica no sdlo la eapscided para destruir o someter al territorio o al ejército enemigo, sino que debe .contemplar al mismo tiempo 1os daiios y trastornos que el proceso puede originar en el propio campo. El beneficio de conseguir nuevas tierras en el extetior puede ser muy pequefio, si como consecuencia de este esfuerzo el pais vencedor queda devastado 0 ecéndmicamente exhausto. El reto que se le plantea eatonces a Ja tecnologia militr es que para que seg rentable el aparato productivo del azresor como el del defensog-queden relativemente, ‘Hibces Gespats de ln contende- St los temenor congubtados han aie do un deterioro irreversible, o han quedado radiactivemente contamina: dos, por ejemplo, de poco pueden servir las nuevas azexiones. Pero hay ss, el agresor victorioso tiene que ser capaz de reorganizar y goberuat Boicot- de sus nueys_sdministrados. ambos requisitos son realmente de fciles de superar y encarecen notablemente cualquier proyecto expan- -Le tecnologia militar, por su parte, es un factor muy volétil que 32 modifica encrmemente de una époce 2 otra. Hablando en iémminos gene- rales, la tecnologia de_guetra ha aumentado poderosaments su capacidad para destruir instalaciones y edificios lerga distancia, pero no ha expe- rimentado_un_ desarrollo equivalente” paca _prevenir esias_dastrucclones. TET proyecto de In feccionamiento de las armas ofensivas frustrafa le oportunidad de acome- “h ter inversiones tan cuantiosas. Hoy cuzlquier agresor_no_puede confiar en © lit ilaso de un enfrentamiediig srmaio. En las guorras puramente Vencionales —las que se desarvollan en un campo de batalla bien de! nido, por ejemplo— la tecnologia militar esté orientada para ocasionar Ie mayor destruccién del cnemigo de a forma més facil y més berata posible. bg FOR e Messen nanHenanamenerageas 47 an Bah PeESTHHTHATHKH STH VS Ss BEse YE TUS ‘Ast, si el agresor tiene que arremeter contra una primera linea bien pre parada y en estado de alerts, (puede resultasle mis fécl atacar su rete Fuardia, corténdole Jos suministros © impidiéndole ta retirada. For otra inte, sil riesgo de pérdidas ¢s grande, y un etaque frontal puede dar Rugar'a un gran desgaste en términos de material costoso, come son los tenques y los aviones, la tética puede consist en plantearse objetivor tmevos espectaculares, como los deptsitos de combustible, o utilizar me Mee de destruccién més baratos o menos féciles de detectar. Pezo si el loves fa inlelativa de ia batalla es un factor importante, no lo es menos ff asegurar Ie lealted del teritorio ocupado, y conseguir que las nuevas Songuistas compensen el precio pegado por la victoria, Pero estas consi Serasiones no son les tinicas a tener en cuenta, Junto a las consecuencias que se produzcan, bles destrucciones en Se igde, Ta estrategia de la blitzkrieg; o «guerra relémpego>, permi- tis alos alomanes romper las Iineas franceses por un sitio totalmente Jnesperado como eran Jas Ardenas, bordeando al grueso de las fucrzas Cnenigas del Oeste y de Bélgica. Israel empled esta misma téenica en T9¢7.y la volvi6 a intentar al final de la guerra contra Egipto 3 Siria do 1975. En Europa central, el terreno y le densidad de poblacion hecen que este tipo de operaciones resulten mucho més diffelles, Jo que heria Jie Toe tangues sovidtcos resultasen més vulDerables a los «proyectiles Ticasigidos de alta precisién» (las lamadse bombas «inteligentes») que podrian emplear los defensores". Asimismo, los soviéticos no pueden ts Posfiguros de que no se ullizeten arzas nucleares como clemento ded fensa o come represalia, En campo abiero, a guerre ‘convencional. tiene SSE Gar a cuenta Te importancia del arma aérea, pues en cazo de que J enemigo dispusiese de superioridad en el aire, cualquier ventaja en tier Sra puede ver anviads por los ataqucs de le evigciGn « las formacioncs ofensi eupacién’ La fumbre en cuanto 2 Jos resultados de la_guerrs noes la nice Toxin GUE ha elevado va coste desde, cigamos, 1870. Bi gesto que Supone el verse atrapado en una carrera de armamentos convencionales (no hablemos ya de armas aucleares) es ofre de elles. Los costes de p10: Guceién de armas han venido subiendo entre un 3 y un 5 por 100 anual Jor ancima de a tasa de inflaci6n, es decir, estamos hablando en téeminos Be incrementos de costes reales, y por consiguiente, los paises que se ine Yolueran en Ia carrera de armamentos s¢ ven obligados a destinar al pre- Supuesto de defensa una parte creciente de su producto nacional, Si hacen esto, no es para mejorar su posicién relativa, sino simplemente para men tener el mismo margen de superioridad sobre su oponente. Este esfuerzo sélo pueden soportazio de forma continuads las grendes potencias ¢ in- 7 Véame John Mearsheimer, Conventional Deterrence (Italia: Cocnell University ress, 1985), cap. 7. See Sa Uti auaque aéceo sovisticn sobre Ine formacfones aliadas os eva: tunda por Josue Epstin en Measuring Military Power: The Soviet Air Threat 40 Europe (Princeton: Princeton University Press, 1984). 48 ‘erect cluso los supergrandes tienen que replantearse esta politica. si ol inmenso esfuerzo_milil les supone significa ¢] que otros paises les_supexen gn el terreno ssaaimic. de la guerre’ —el ser cara, destructiva nte importantes para evitar- terminados Sin embargo, los inconvenient yy quiza indil— 2 veces no son Jo suficientem: ja. Desde el punto de vista de algunos regimenes, existen Jneentivos que les hacen penear que afrontar una guerra atin puede mer- ferles {a pena. En primer lugar, los conflistos ideolsicns como los que Gnfrentan a drabes e israclfes, paises comunistes y anticomunistes, @ la India ¥ al Pakistén, pueden todavie dar lugee guerras en las que los protagonistas extin dispuestos a asumir al s los benefis les serdn. poquefas. Los regimens nacionalistas Fetente estabilidad han apelado en ocasiones a fz guerra pata consolider- se y para crear [a cohesién y Ie solicaridad todavia oo demasiado arraige- des entre s0 poblacién. En fin, las disputas entze los partidos politicos ¢n fi interior de-ua pats, también han contribuido al enfrentamiento entre Toeluso en el caso de que una micién haya supuestamente ganado una guerra, inmediatamente después tiene que considerar camo serian en el Fifure sus relaciones con los demés paises, asf como con la poblacién de rrotada; dicho de otra forma, tiene que contemplar lo que se ha dado en Tiamar eel dilema de la herencia del vencedory. Es decir, debe respon deree # preguntas como éstas: (EL desgaste sufrido puede haberle debi- Iitado tanto, como para que otra potencia fronterize se aproveche de su siteaci6n y fe ataque de nuevo? cE] vencedor esté en condiciones morales f cconémicas de enfcentarse con érito a todas las potencies que han per. Tpenecido neutrales durante toda la guerra? (En 1844-56, Rusia perdié a de Crimes, en perte porgue no se atrevis a desguarecer st frontera con Austria) La renuacis rusa a un ataque nuclear a Chine ¢ finales de 1980 se debié tal vex a que no estaba segura de poder eliminar ja capacidad de represalia china y « evitar el peligro de debiitarse ebrien- do un segundo frente, a le vista cel duelo que estaba manteniendo con los Estados Unidos. Pero es més, ain suponiencio quel objetivo _conquistado permene- ciese intacto-v que-ch hubisa quedado a-salvo de cuslavier dafio, ef agresor debe plantcarse ce antemano el problems de administer sus See t ertitorfos- Con la tecnologia militar del siglo vit 00 era ffeil com- SEBGF Gotocios en Europa, pero en contrapartide, una vez ccupados Fesultaba relativamente fécil su integracién. El nacionalismo no habia proeperado-hesta el extremo de Eaoer impracticable una admivistracién Cxtranjera, En-los siglos xix y xx resultaba bastante fécil 1a anexién de quevas tierras (salvo durante [a primera guerre mundial), pero era in- comparablemente més diffll el administrarlas una vez conquistadas. Esta fares sélo podia tener éxito impeniendo un régimen totalitario y repre” sivo 8 los nuevos eubditos, y ain asf, a largo plazo, el totalitarismo no ts capaz de sofocer los rebrotes nacionalistas. Este es, por ejemplo, ol prom 49 161 blema al que tiene que hacer frente la Uniéa Soviétice en Afgenistén y en Jos. paises del este europeo. En general, resulia més difcil controlar politcamente 2 una pobla- cién culta y urbana, que a otra rural y “snalfabeta; sin embergo, en Afge histin hasta los campesinos y los habitantes de las sldeas se han movi Zado para defenderse de la invasiéa militar e ideotgica ruse. En el si glo xix, le administraciSn indirecta y la adscripeién « un imperio fueron fstrategias que demostraron ser eficaces en el proceso colonizador eu- opeo en Africa y Asia, pero han resultado bastante menos positives @ partir de la descolonizacién levada 2 cabo entre 1950 y 1960. Por su- puesto, el objetivo ao consiste simplemente en que el poder de le me- Trépoli ce menifieste explicitamente con su presencia isica en el teritario. lligdo, enfrentindose a la opotici6n local. Lo que se pretende es buscar tun tipo de organizacién que permita contar a la metrépoli con Ia colsbo- racidn de sus aliados, La Gran Bretafia derrot6 2 los boers en Sudéfrica, pero a pesar de ello tavo que concederies la independencia en seguide. La Unién Soviétice es capaz de mantenerse en Alganistén, pero este desga- redo y amargo pafs no afsdiré nunca nada el poderio soviético y, por fl contrario, slo le plantearé problemas, Cuando existen diferencias &- nicas entre los Estados, o incluso dentro de_ellos, una_administracién ‘Exiranjera te miuy probable que frecase en su intento de crear un sent ‘lento nacionalista comin 0 gue pueda orienter una politics econdmice conjunta, Estas consideraciones tropiezan’con el éxito ruso en le Europa del Este desde 1944, y con el estimable grado de eceptacién con que fue acogida la 2dministracién nazi en muchos pafses europeos durante le Se- gunda Guerra Mundial, Hist6rice y tradicionalmente, los pueblos del este Guropeo han sido hostiles a Rusia, y solamente podria esperarse una co- Taboraci6n espontanea con ella, sobre le base de unas elecciones libres, carci caso de Dulgaria. En Polonia, Checoslovequia, Himgria, Rumania ¥ Yugoslavia, las inclinaciones politices de sus ciudsdanos hen sido gene- relmente antirruses y particulermente antisoviéties. Por lo tanto, el com trol del sentimiento antisoviético en el este europeo desde 1944 represen~ ta un considerable éxito de la propagande y de la ocupscién militar ruse Més atin, hasta muy recientemente, Moscd ha podido utilizar e sus paises satélites para incrementar su poder, obteniendo de ellos materias primas, ‘alimentos y divisas durante los dItimos cuarenta afios. Sin embargo, al considerar el elevado endeudamidhto exterior que han llegado # acumular algunos de ellos, y que su principal garante es la Unién Soviétice, parece que el mayor contribuyente (més que beneficiario) de la economia det Bloque oriental es actualmente la propia Rusia. A mediados de la dé- cada de 1980 parece que el mantenimicnto de Polonis dentro de la Grbita "= Véanse los datos presentador por Sir Frank Cooper en «The Manszement of Defence Expendituren, ea Dejenee and Consencus: The Domestics Aspects of Wes- tern Security, parte 1, Adalphi Paper nim. 182 (Londres: Instituto for Strategic ‘Studies, 1985), pags. 53-5. 30 rusa no afiade nada ‘al poderio soviético y, por el contrario, en caso de guerra, puede ocasionarle serios problems. ‘La administracién de los territorios ocupados por la Alemania nazi durante Ja Segunda Guerra Mundial también presenta facetas contradic torias y ambivalentes, Por una parte, las tierras ocupadas por los slemanes proporsionaron mas de tres millones de trabajadores para las fabrices y fas mings alemanes *, Los impuestos fusron receudados con normalidad en la Europe ocupada, y los slemanes obligaron « que los franceses les pagaran [os mismos tributos del sltimo presupvesto fiscal de Ia Frencia independiente, y que fueron los del presupuesto de guerra de 1940. Ex- cepto ent Yugoslavia, Ia Resistencia fue escasa 0 muy poco eficiente. Las industries continuaron funcionando, los campos siguierou sembréndose y Jos sebotajes no tenfan un caricter sistemético. Pero es que los nazis contaban con un factor muy importante a su favor, y era el odio al bol chevismo por parte de la derecha europa. Asi, une ciesta predisposicisn {deolégica comiin facilité el colaboracionismo. De la misma forma, la Uniéa Soviéica puede esperar que lor diver- 203 movimientos comunistes de los paises occidentales apoyarfan su infil~ fracion en Ia Europa del centro y del ceste y que Jes ayudarfan en caso de que se decidiesen.a implantarse en ellos, Pero en este caso, los sovié ticos tendrian muchos més problemas son los moviraientos internos de, opeticién de los que tuvieron los nazis, pues los partidos eurocomunistes soa fundamentalmente nacionales y n0 prosoviéticos. No esté claro, por Jo tanto, hasta dénde podria Leger ese apoyo, y con qué soporte en el interior puede contar una bipotética agresién del Este ‘La Uni6n Soviétice pudo introducirse en la Europa del Este en 1944 porque Jos fundamentos ideolégicos de distintos colores se hablan di Ereditado, y los pueblos estaban deseerdo disfrutar de Ja pez. La URSS fe beneficis de la gran desorganizacién social que sucedié a le guerra y ai vaclo de poder que dejé Ia expulsién de los nezis. Por el contrario, Si Ruste hubtese intentado ocupar la Alemania Occidental ducante los si guientes veinte fos, hubiera despertado un sentimiento pangerménico mucho més importante del que existia inmedistamente después de termi- nada la guerraSi Rusia hubiese culminado su ocupscién del centro de Europa J hubiese reunificado bajo su mando las dos Alemanias se he- bila creado ua nuevo pais comunista ée ochenta millones de hebitantes, dotado de la reconccida eficiencia técnica y econémica alemene, y que hpubiera resultado extraordinariamente diffil de gobernar desde Is lejana Moret. Incluso aunque esta reunificada Alemania hubiese permanecido en el bloque comunista, ésta se hubiera convertido tal vez en su Estado nds importante, disputéndole el Tiderezgo a le propia Rusia. Posiblemen- te haya sido mejor para ella el contentarse con el dificil imperio que todavia controle, = cargar con mayores responsabilidades administrativas fue seguraments no hubiere podido similar fécilmente, Es importante 7 Véare Gordon Weight, Ordest of Toll War 1939-1945 (Nueva York: Her per & Row, 1968), captulos 6 7, pégs. 119421. 51 “4n9 ~ AARAAAMAARASAMSAHRAAEREET POC HPERBES See eeu sun es OSU oeSeeYES e 2 2 reconocer que hasta ahora Mosc no ha tenido grandes dificultades para Controlar @ le Alemania del Este, un pais creado artificialmente, sin le- fitimidad alguna, y que subsiste s6lo por la presencia del ejército ruso fn su frontera occidental. Por el contrario, una Alemania uniéa repre: sentarfa un auténtico Estado con ligitimidad hist6rica y con intereses na- Cionales propios. Estas consideraciones deben crear graves incertdumbres a Tos planificadores de Mosed ‘Seria prematuro sacar la conclusiéa de que ya no son posibles nuevas agresiones en Europa debido 2 los problemas de gobierno que. plantearian. Tas economiss may desarvolladas son mucho més dependientes de la cooperacién social y de la disciplina debida a los gobernantes © coordi hradoves del Estado, que los sistemas aconémicos primitives o de transi Gién, La resistencia armada que opuso Yugoslavia en 1945-44, 0 la que tsté cjerciendo Afganistén en los ochenta, no ha perturbado #1 delicedo pecaniemo de una eficiente divisién del trabsjo industriel, siroplemente porque en estos casos no existia esta industrializaci6n. La Resistenci 90 distorison6 gravemente la vida cotidians de la poblacién, lo que evidente- mente no habria sido el caso si este acoso, o incluso une guerra de gue- rilles, se le hubiese planteado a los soviéticos en el Norte de Europa. La mayor facilidad para movilizar a 4 > rrillas insurgentes, y el crecimiento de una tome de conciencia émnice ¥ nacionalista ard. queen el future las comauitas seston Ss diffciles ue en el siglo xi o que en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ae Chentidad no puede dasechavse @l foo. ‘Las condiciones del equilibrio de poder también afectan al deseo de Jos Estados por goerrear, as{ como los beneficios que éstos pueden espe rar de une posible contienda. Las guerras de sal6n, de astucia y de tome {e posiciones eran Ja préctica normal en el siglo xvitr y no era muy con plicado el emprenderlas, Aunque los Gobiemos cayesen en Ia insolvencia, us gobernados no quedaban en peor situaciOn de la que tenfan antes, y jos destrozos de estas guerras (salvo tal vez en Prusia) eran tolerables, tanto pare los administradores como para los administrados. Pero el sste- ma basado en el equilibrio de poder hizo crisis después de In Primera Guerra Mundial. Los costes de una agresiéa dejaron de ser lo suficiente- megte bajos como para que un Estado no se preparase para defenderse ty lugar de someterse décilente al poder del agresor. El sistema anterior reposaba en el supuesto de que el equilibrio era més importante que la paz, y que el desequilibrio méq nocivo que la més desastrosa de las guerra. - Después de 1918, sélo eabian dos conclusiones completamente opues- tats que la guerra no podria volver a estallarjamés, y que ni el Estado és beligerante se atreveria 2 iniciarla nunca: 0 que la mayoria de fos Estados no ae ariesgarian en Jo sucesivo a inieiar une guerra para man- tener el principio del equilibrio, y s6lo Jo hatian Jos que tuviesen pers: pectivas de obtener sensibles gananciss con ella. En consectencia, los partidarios de la paz se hicieron més. numerosos, precisemente en el mo mento en que también crecia el niimero de los partidarios del enfrenta- 52 ‘Tp idea de emprendetles, pero este coste n0 ‘miento. El resultado fue el apaciguamiento que condujo directampente en 1959 ¢ Ja Segunda Guerra Mundial. Si se quiere acabar con las gue- ras e§ necesario que sus adstes-sean tan aline-y los ensuliadas Io_suf- ient para que los palses se resignen a no dzfeaderse, dejando el campo Libre & tuna potencia expansionista. Es decir, .2 disuasisn sdlo es efectiva si el in- centivo para responder a una agresién es mayor que el incentivo para Ievarla a cabo. En Europe, desgraciadamente, no parece que hoy se den completamente estas premisas © ‘Un factor adicionai que influye 2 la hora de decidirse por la guerra es el impacto que éta produce en la cohesién social de un pais. Si la guerra no costase demasitdo, los bevelicios pueden deriverse del mayor apoyo prestado al Gobierno por parte de la poblacién,,lo cual, a su vez, produce una aceptacién del esfuerzo de guerra y una nueva reduccin de su coste. En Je medide en eu tanto en poder Sais dificil que los gabemantes pusdan conseguir est apoyo interno, Pero eraon capaces de ganarse la adhesin popular, el fervor bélico puede Ue- gar a limites de histeria colectiva. Quizé ao debe sorprendemos que la ‘oncepein poltico-militer alcanzase su spogeo en In décade de 1950, en Ja que los Gobiernos de algunos paises llegeron a establecer un sistema politico interno extremadamente soliderio y represivo. Ei Fascismo, el Nacional Socialismo (y de alguna manera también la Rusia Staliniste) fue- ron sistemas politicos gestionados para preperar sus poblaciones para Ta guerra, Pero la ecuacién también funciona en sentido inverso, y si le gue- fra hace que aumente el apoyo socia! interno, algunos Gobiernos ‘pueden buscar ef desencedenamiento de un conflicto armado, no ya pays mate Halizar unas ambiciones expansionisias que ts] vez no tengan, sino con tl objetivo de enmascarar los problemas domésticos. Ademés, en el con- texto de los preparativos para una guerra de inspiracién nacionalista, n0 es fécil que le oposicin se atreva a acosar al Gobierno: ‘Sin embargo, en el siglo xx, algunas guerras han conducido al des- contento y al crecimiento de Ia oposicién al régimen ea el poder. Cuanto ms sificios exigidos lec nds dificil ey- Zontrar gente que voluntariamente los asuma o que acoeda e alistarse en, slic. Por ello, si la entreda eo wna guerra no disiruta del soporte, wo ya del entusismo, de Ja poblacién civil, la eleccin de los métodos del {que hemos llamado sistema politico-militar no gozard de grandes alicientes, y'la guerrastalvez no Hegue a producirse. Por fo tanto, el coste de Ia guerra aumenta con su destructivided, con J ausencia del apoyo social y con el incremeato de Ia carga fiscal que requiera su financisei6n. En cuanto a los beneficios, éstos disminuyen i texjtorio_codiciado pudiese quedar destrozado, o no pudiest set te0y S recursos estraté- ] Bata discusisn so emplia en el capitulo 6 gicds que smbicionese. No obstante, os beneficios pueden sesuir siendo fo suficientemente altos como pare cstimuler une guerrs, slexisten fas {ores subjetivos o diferencias 1 Teolijicas de inportancia decisva TEEREE todas les facciones libanesas son conscientes de los benefici les reportaria 1a pez, pero este convencimiento racional estamos viendo {que no les Ileve nececariamente al cese de las hostlidades. B1 contencioso drabe-israel{ pudo haberse resuelto hace mucho tiempo, pero les diferen- Clas ideol6gicas entre ambos bandos hen venido provocando una guerra fras otra, Por ello, al considerer individualmente las motivaciones de cada Estado en concreio, no es posible concluir que los costes del sistema po- litico-militar van a ser siempre mayores que sus beneficios Los COSTES ¥ LOS BENEFICIOS DEL COMERCIO Si cada argumento que favorece al sistema territorialiste politico-mi- titer eg un factor en contra del sistema comercial, la reciproca también fs cierta, Cuanto mayores sean las oportunidades que pueds brindar el sistema comercial, més dificil seré que las naciones se decanten por la apelacién a la guerra, Las tarifas aduaneras, el esteblecimiento-de_cuotas jnéximas als impactanciOn, el control de cambios de divises, las restric’ arias para itividad, son algunas maneras de Himitar ‘i desarrollo del comers Songl. En un esquema proteccionista y Srotictivo, los paises lideres pueden llegar @ pensar que tienen limitado fu acceso a une serie de materias primas o de elementos clave para su desarrollo, y que empiccen a descartar el sistema comercial en beneficio Ge la alieroativa imperialista. La elecciOn también viene influida por le coyunture ezonémica vigente y en époces de expansién el incentivo & co- Gherciar es mucho mayor que en fases de estancamiento 0 de recesién econémica, Hebitualmente, les.naciones_eliminan. barreres al comercio.y inversign exterior cuando las perspectivas econSmices son fevorebles, $rlas Wiclven a levantar cuando la recesidn enfria Ia activided econémice sas lideres piensan. que-ia-mejor manera de defender al pais consiste imereados interiores para la produccién nacionél. Enton~ Ges se tlevan los aranceles y se"restringed las impdrtacioneé;-con fénimo Qe expulsar a la produccién exterior del mercado doméstico. El resultado hneto de este comportamiento, qn la medida en que los demés paises to- nan represelias andlogas, és una reduccién global del comercio y de fz produccién mundial y un empeoramiento generalizado y simultineo de todos los pafses. En la détada de 1880, y de nuevo en la de 1950, el mundo opts por el proteccionismo y la restricsién del comercio, acea- tuando la depresi6n que entonces padecia. "EL sistema comersial también supone unt cierto cosie social yun dee ‘gaste gubernamentel. La ‘apertura de los mercasos y_centros financiers Gel paisa los competidores extranjeror, concedindoles el derecho a parti ipa en le reate nacional y « desempeGar un protagonismo en su vida 54 econdmice, no es una decisién fécil de tomar ni favorece Ja popularidad de! Gobierno. Los trabajadores pueden pensar, y de hecho fo piensa, que con Je apertura al exterior su ronta y st puesto de trabsjo pasan de- ppender de fuerzas econdmicas que no controlan, y cuyos interests no tie- hen por qué eoincidir con los suyos o éon los de su pais. Los negocios de las empreses multinacionales y los movimientos de cepitales de_ un pais # otro, suponen en cierio sentido una trampa para la democracia y tun fraude 2 los electores, que tienen la sensacién de haber perdido el control de sus propios destinos ¥. Curiosainente estos seatimentos apenas {SBF diferentes «Tos que preconizan los regimenes represivor totalitarios, que también rehiyen el que sus politices se vean afectades por influen- cias ‘externas. De alguna manera, el comercio funciona mejor cuando existen «Es tados intervencionistas», Estados que actian de intermediarios, smorti- guando las presiones internas y externas —atemperando las fuerzes in- fernacionsles para hacerles més soportables por la economia doméstica, pero fomentando al mismo tiempo un clima favorable en el interior del pais peta que se acepten Iss intransigencias que imponen las fuerzas eco- némicas internacionales. La habilidad de estos Gobienos consiste en ne- ociar y alcanzar un equilibrio aceptable entre los interses de su propia eeplaciGa, por uaa pare, y los deseos de los otros Gobiernos, por Ia ota Mientras no se consigan una serie de scuerdos negociados entre las par tes, y en los que se reconozcan ventajas motuas, los conflictos evonémicos {ntemacionales seguirdn subsistendo. Por su parte, In negociacién exige un nivel relativamente alto de cultura econémica, tanto de Ie poblacién como de los Gobiemos, que deben darse cuenta también de que-el exols- mo de wn pafs por salver.susituacién a costa de los.otros.desemboea.n “Gh Fraceso colectivo, del que ninguna es capaz de salir en mejores condi- iones de las que partis. Un Gobierno con escaso poder no tiene por qué ser el resultado de unas instituciones democrétieas, pero los Goble: nos débiles con poderes limitados, constituyen el tipo de organizacién politica que descan las fuerzes econdmites internacionales para ir minan- Go la soberanfa econémica, y en cierto modo militer, de los pafses que Jos mantienen. ‘AI llegar « este punto se plantesn algunas dudas sobre si ciertos re- gimenes son 10 suficientemente flexibles como para pasarse @ Ie estra- fegia comercial y participar activamente en su defensa. Por ejemplo, 2e8 capaz la URSS de modificar sus insticaciones para responder al reto plen- teado por un catsbio econémico besado en el comercio internacionel? [Este gambio de actinad minaria el monopolio de poder del que disfruta 1 Partido Comunista ruso? Estas preguntas todavia no han sido respon- didas, porque en Rusia apenas ban llegado 2 ser formuladas. Pero lo que es cierto, es que Je pertenencia s uo_sistema democrético no es una © Kast Kaiser, , ea 1. Keohene 7. Nye, ede, Tranmational Reletions and World Police (Cambad- Mais: Harverd University Press, 1972), pégs. 356370, 7 : 55 SGQTAAOAASSEHSSHRHOHHREER BOAT OT OMARAEE ‘condicién necesaria para adscctirse a Je estratesia comemial. Muchos Fegimenes autoritarios del Tereer Mundo y de paises en vias de desarro- ilo se han pasado a la concepeién mercantilsta. A peser de todo, es cierto que cuanto mds depende un Estado del comercio exterior, son més las ins Giniciones que deben dotarse de una mayor flexibilidad. La fuerza arrolie- Gora de le competencia internacional es un poderoso disolvente para al- fgunos tipos de sistemas con rigideces politicas internas™. EL nivel de interdependencis también_condiciona 1s sleccién entre la setae comercial 1s politico 1 paises que hayan dependido Gael pasado unos Ge otros, cuando deciden aumentar répidemente su grado de autoabastecimiento, o incluso piensen en instalarse en un pro- Frama de independeocia autérquice, tienen que tener presente el sacificio Sue van a pedir a sus poblaciones, pues es seguro que éstas tendrian que deeptar niveles de actividad econémica més modestos. Por otra parte, si fa eapacidad productiva de la naciSn.esté poco utilizada, Ja politica de autosuficiencia puede ‘sec mejor recibida, al dar ocupaciéa a unos re- Cursos ¢ inversiones que permanecian ociosos. Pero hay que considerer otros aspecios. La prosperidad se mide también pax ie foe monsumidares descan_v esperan_poier disiauar, ‘bes y servicios que] fstar, ‘muchos de los cules proceden de més allé de sus fronteras, ¥ posible Gent Tos Consumidores no estaréa tan conformes con renunciar al con- ‘sumo que les proponen los Iideres politicos partidarios de la autosuficiea- cia. Sin embargo, el aumento del deseinpleo o as taras de inflacién eleva das pueden desacediar a le exratyia comercial, aeyendo la atencin Hacia otras alternativas, incluyendo el recurso a la aceptacién del sistema territorialista politice-militar. Ast, los costes y los beneficios que generan cada uno de sistemas, fomados en su sentido més amplio, detemi Sarda el pusto en que se situard cada nacién en concreio. En este sentido, Tos conceptas de soberania-e-iadependencia, que fueron acufiados en 1648 ‘con la paz de Westfalia, no son més axiométicos que los principios aue sacrelizaron David Hume y Adam Smith sobre el inietcambio y el comer. o_y que zecomendaron a tus contemporénecs del siglo xv para el en- ‘iguecimiento de las naviones. APRENDIZAJE SOCIAL ¥ CONCIENGIA HISTORICA Une de las razonee por Jas que una soletteorfa sobre politica internacional ro puede ser In adecuada es porque Jas naciones modifican si conduct to lego del Uempo on fuacica de sc Pople erpetenciay debs eambos GE-GoTUALIA ST los hombres de Estado creen que [x conservaciéa del fquilibrio de poder debe presidir sus esfuerzos, actuarén de tal forma {que los hechos vengan « corroborar su teoris. Por el coatrario, si ereen que 1 equilibrio de poder mantenido en el pasado ha'sidg pericioso, actuae Fin despreciando esta teoria, Véase Peter J. Kateenrtein, Corporation and Chinge: Austria, Switzerland and the Politics of indusiry (italia: Cornell University Press, 1984), pég. 245. 56 r = Desde 1919, no he existido une sola teorfa cuyo valor haya podido contrastarse y que puede servir como doctrina generalmente aceptada pa- za otjentar las. relaciones internacionales. Los estadistas y los Uideres po- Iitieos ban actuado siguiendo Jos principios de teorias diferentes y en cocasiones opuestas, Algunos han legado a 1a couclusién de que la econc- tia intemacional s6lo funciona setisfactoriamente cuando existe sm solo liderazgo hegemSnico, qué"sttde como dltimo recurso para prestar fu apoyo y sus meroados a Jos pafses en dificultades ¥, Estos enfoques no tienen en cuenta los cambios financieros que se han producido desde 1930 ~scuando Ja.oftodexia econémica del momento propiciabs y acen- tuabe Ja Gran Depresin y los conflictos internacionales—. Hoy, los-eco- pomistas y los ministros de Hacienda no quieren repetir Ia desestrose experiencia del periodo de entreguerras, 7 actiian conjuntamente pare pre- ‘enirla, incluso aurique ‘no existiese un solo poder hegeménico —como los Estados Unidos o le Gran Bretaia— que pudiese hacerse cargo de Je salvaguardie del sistema. La coqperacién internacional se ensancha_pues, ome medio para proporcioner los fondos financieros_extras_que_se pz Giga en determinador momentos o para ampliar los mercados_ poten Se 5 ‘De le misme manere, Jos conceptos wesifalianos de que cada pals debe ser soblerano ¢ independiente —como todavia se mantiere en ol mbito juridico internacionel— pueden resultar nefastos si fos gobemex- tes o sus funcionarios los aplicssen al pie de Ja letra. Para une nacién cl sctuar como si fuese absolutamente soberana significaria que’deberfa competir con todas las demés pare controlar al resto del mundo —uo ‘concepto que no dudo en calificar de anacrdnice y pernicioso, a peser de Jo cual todavia suscite demasiadas adbesiones. La forma de actuar de los gobemnantes vis fe condicio- nada por les teorfas en uso y por la propia experiencia que hayem acu- mulado. El crecimiento de Ja interdependencia, por_su_parte, no tiene necesariamente ninguna _con mn_algiin tipo especial de conducts. ——| qbersantes en general prefieren cponerse a Tas limitaciones que Tes ~ impone una mayor dependencia, y con frecuencia suelen trabajar ea con- tra de ella, La misma situacidn de hecho puede dar lugar # dos reaccio- nes nacionales diferentes, como lo demuestran Jas experiencias briténica slemana del siglo xix. Le mismo podriamos decir de las actitudes esco- i SET ‘gidas en nuestros dias por los Estados Unidos y la Unién Soviétice. El fendmeno del aprendizaje sociel nos conduce respeter Ja fuerza ra fa propia contidlcie WistOrlca. Es verdad, por lo tanto, que esta expe FHencla nacional puede condicioner de alguna manera Ja ecepeacién pars utero de una edtrateaia comercial o-de otra politico-militer. Asi, Gran Bretafia puede esociar ou époce de esplendor con Ta waited del siglo xx, Véase Charles P. Kindleberget, The World in Depression (Berkeley: Univer- sity of California Press, 1975), pép. 282, y Menias, Panies and Crashes «Nucve York: Basle Books, 1878), pls. 4 165 7s a cuando el colnercio internacional desempefé un papel fundamental en su politce, mientras que Alemania tal vex azocie sus momentos de grande- Za con la reguneia ala actividad comercial y la aczptacién de su vocacién milter, Después de ea derrota en la Primera Guerra Mundial, los lideres flemanes ecidieron repetir el experimento militar; sin embergo, los go- bemantes japoneses, después de perder '2 Segunda Guerra Mundiél de ‘una forme igualmente terminante, optaron por iatentar uns politica inter- ngcional completamente diferente, La victoria de Iz Unién Soviética en lg Segunda Guerra Mundial parece haber confirmedo le orientaciGn te Hlorial y militerista de su politica. Sin, embargo, los Estados Unidos, « pesar de haber obtenido un éxito similar (o incluso supetior), han empe- rado a potenciar una estrategia comercial « partir de los afios setente, aunque todavia con muchas reacciones propias, de sus pesadas orientacio- nes teritoriles y militaristas. Lo que las aaciones havan finalmente esié ‘muy condicionade por les tors oo ls gue cose ¥ por ie pene au ian al - FSS 2 SEB oe fade Te san Ta alternative comercial —con ls ponderaciSn_de_svs £08 beneficios— legaré impregiar Ja conciencia popular, importante ex Ia « slecciGn, estratégica.que.hagan Jos Bstados. Concuusi6N - La eleccién de las naciones pot poner un éafesis eipecial en la concep- i or ts politicomiliter de sus telaciones internacionales ‘esté influencieda por diversos factores. Si la guerra resulta facil de ism- yor Is utlizacion dele fuerza en s0 politic exterior. Por el contaro, Sis guowra faese muy eostore, dif Ae lewar-& cabo ink Gesenlace; si los nuevos territorios conguistados resultasen ingobernables, a las estatepias comerciales vas de ocr Ernients-ccoadnics, ese ultie altereativa sera le que escogerien rade Salers “Enel sigla xx Ja guerra se he vuelta mucha més complicads, més cos t0sd.y més destructive que ounce pero esta no garentiza que_na_se_xel- Vet foourir ¢ ella. Foo dependerk también de posturas ideol6gicee, ast Zoino de plenteemicntos docrinrioe Silos Gobieros, como sucege hoy Envmuchos paises del ‘Tercer Mundo, sitian el nacianalisna y le indenen: Sensis del Estado_por encima de coslouer otre considerecitn, tal vez a Se ea ae os Dene ee eel con ot criterio estricto de coste-beneficio. Lo que hagan los ‘Estados depende de Jo que ellos crean, de lo que deseen conseguir o de lo que puedan aborre- cer, y todo esto es producto también de un aprendizaje social, de la pro- ‘Gfundidad que hayan dejado sus experiencias hist6ricas y de toda une se- rie de factores subjetivos que siguen explicando muchos comportamientos 9 nacionsles. an ‘ i ‘ bésicemenie hay dos formas de conseguirlo: una e tre uisicién de nuevos territorios; Ja otra por medio del desarro- To econdmico y el comercio. Sin embergo, entre la eleccién de una u OG atemative existe une trascendentel, Mientras en una eco nomia abierta de mercado una mayor producsiés y un comercio ma ue_otros Estados puedan_elcancar los mos_obj el _engrandecimiento-dewipaise_bese_de archerarle arts de sus terrtorios a otros Estados, si que implica necessriamente epobresimiento de los despoiados. 466 va pu eam MHRANKETH HRA R RENE ARARanrenereenaad

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