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La música y los cambios culturales y generacionales

La música siempre ha estado presente. Es uno de los rituales más antiguos utilizados
por las personas para mostrar emociones, deseos y sentimientos. Además, supone un
importante elemento de conocimiento y de transmisión de nuestros patrones
culturales.
No sólo eso sino que, además, la música nos permiten ir más allá del propio lenguaje
hablado. La música nos habla incluso sin palabras, y siempre transmite significados
cuya interpretación puede varias según la cultura y los elementos que la condicionan.

La música muestra nuestra identidad cultural:


Las distintas culturas han logrado crear maravillosas manifestaciones de su propia
identidad a través de melodías, la música nos ha acompañado a lo largo del tiempo,
definiendo
nuestra historia
Por tanto, este
instrumento de
socialización y
comunicación se
caracteriza por
un conjunto de
signos,
determinados
por un contexto
social
determinado. La
música forma
parte de nuestro
bagaje cultural,
ya que contiene una serie de significados, ideas y valores que, a través de los sonidos,
se conectan con la identidad cultural que la origina.
Sin embargo, la música no solo transmite símbolos y valores culturales, sino que
también refleja otros aspectos de cada sociedad.

La música es un elemento fundamental en la sociedad debido a su


capacidad de comunicación y manifestación cultural:
La interpretación que hagamos, dependerá de nuestras experiencias personales, pero
también de respuestas aprendidas y de patrones culturales.
Además, las estructuras musicales se originan a raíz de unos patrones culturales
determinados, y las sociedades clasifican esas estructuras en una serie de categorías
según su función. De esta forma, encontramos música destinada a actos religiosos, al
baile, música para aflorar un sentimiento o una emoción concreta, persuasiva, etc.

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