Está en la página 1de 3

CATEQUESIS DE LA DSI (23-10-2020)

Juan 3:16-17 ... 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga.
Tema: EL AMOR (virtud Teologal,)
OBJETIVO; Valorar el amor de Dios en lo cotidiano y en lo Espiritual a través de nuestra
acción con el prójimo y en el momento de alabar y adorar a Dios.

¿En qué “Dios’ creemos?


Todos tenemos, ya sea guardado o manifiesto explícitamente, un deseo profundo por
conocer a Dios, y de conocerlo tal como es. Aquí estamos, entonces, dispuestos a conocer
a este Ser del cual nos han hablado mucho o poco, algunas veces acercándonos a Él, y en
otros, mostrándonos a un Dios muy diferente al que es en realidad, causando en nosotros
que en algunos casos nos alejemos atemorizados o decepcionados del Señor, y en otros,
que vivamos venerando una imagen equivocada de Dios; es decir, creyendo en otro dios
que nada tiene que ver con el verdadero Dios que nos presenta la Biblia, y en especial el
Evangelio que nos predicó su Hijo Jesucristo.
Iremos descubriendo, entonces, algunos de estos “rostros” o máscaras que deforman el
verdadero rostro de Dios y que nosotros mismos le hemos ido poniendo.
Dios es Amor
La primera carta de san Juan, capítulo cuatro, versículo ocho, es clara y afirma sin rodeos:
Dios es Amor.
Hoy todos hablan del amor. Es una palabra tan frecuente en el lenguaje de los hombres,
que corre el peligro de devaluarse. El amor no es algo que se hace, sino que se entrega de
una manera libre y total de una persona a otra. Es un don de sí, dádiva al otro.
 El amor es algo que no sólo se afirma con palabras y frases poéticas, sino que se
demuestra con hechos, porque es una decisión. Así lo entiende el Señor, y así nos lo
demostró dando a su Hijo Jesús por todos nosotros: “así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo
Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3, 16). Por
amor a cada uno de nosotros entregó a la muerte a su Hijo amado en quien tanto se
complacía (Cf. Mc. 1, 11).
Para el Señor, el amor es darse, y darse totalmente, hasta el punto de dar la propia vida
por sus amigos, que es la forma más perfecta de amar (Cf. Jn 15, 13). Él nos amó hasta el
extremo (Jn 13, 1). Y amar es también ser alguien.
Dios es amor y todo cuanto ha hecho, en especial nosotros, como el culmen de su
creación, ha sido por Amor y para el Amor. Y notemos que es con imágenes humanas con
que el pensamiento del hombre ha visto encarnarse el amor de Dios.
Citemos algunos ejemplos:
Imagen del Padre: Sal 103, 13; 1 Co 8, 5—6
Imagen de la Madre: Is 49, 15—16
Imagen del Esposo: Is 62, 5
Imagen del Novio: Jr 2, 2
Imagen del Amigo: Jn 15,13
a)  Es un amor PERSONAL
“Y ahora, así te habla Yavé, que te ha creado (…) No temas, porque yo te he rescatado; te
he llamado por tu nombre, tú me perteneces (…) Porque tú vales mucho más a mis ojos,
yo te aprecio y te amo mucho” (Isaías 43, 1.4). 
“Mira cómo te tengo grabada en la palma de mis manos” (Isaías 49, 16).
Dios ama a todos los hombres, pero también ama a cada uno de una manera personal,
como cada uno necesita ser amado. Nos ama como si fuéramos sus únicos y preferidos
hijos, que se alegra con nuestras alegrías y se compadece con nuestras penas.
b) Es un amor INCONDICIONAL
“Pero, ¿puede una mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus
entrañas? Pues bien, aunque se encontrara alguna que lo olvidase, ¡yo nunca me olvidaría
de ti!” (Isaías 49, 16).
“Los cerros podrán correrse, y moverse las lomas; mas yo no retiraré mi amor…” (Isaías
54, 10).
La respuesta del Señor a nuestras buenas o malas obras no es el premio o el castigo; la
respuesta de Dios es siempre misericordia y amor. Examínate, cómo te encuentras ahora,
cómo has sido antes. No importa lo que hayas sido en el pasado o seas en el presente:
pecados, vicios o defectos. Él te ama incondicionalmente, porque su amor no cambia por
lo que hagamos ni por lo que nos ocurra en la vida.
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución,
el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada? (…) Pero no; en todo esto saldremos
triunfadores gracias a Aquel que nos amó. Yo sé que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles
ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales, ya sean
del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartamos del amor de Dios”
(Romanos 8, 35.37—39).
c) Es un amor que busca LO MEJOR PARA TI
Dios ciertamente te ama como eres, pero porque te ama tanto, no te quiere dejar así. Él
quiere algo mucho mejor para ti.
 “A Dios, cuya fuerza actúa en nosotros y que puede realizar mucho más de lo que
pedimos o imaginamos…” (Efesios 3, 20).
Porque te ama, Dios quiere lo mejor para ti y tiene un proyecto para tu vida que hizo con
toda sabiduría y amor.
¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que el Señor espera de ti? ¿Cuál es la misión que
él te quiere dar?
La riqueza del amor de Dios por nosotros es tan grande que Él ya nos tiene preparado para
nosotros un camino lleno de bendiciones, porque en su misericordia no se ha fijado en
nuestras limitaciones, pecados e infidelidades, sino que nos ha tomado en cuenta para
realizar su obra en el mundo. No lo merecemos, pero Él ha decidido llamamos a nosotros.
Por eso es que estamos aquí.
d) Es un amor que toma siempre la INICIATIVA
“En esto está el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó
primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados” (1 Juan 4, 10).
 “Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes…” (Juan 15, 16).
 Dios te ama y lo único que te pide es que creas en Él, en su amor, y confíes
en sus proyectos más que en los tuyos.
 Hasta hoy quizás has estado haciendo con tu vida lo que tú querías. Decidías hacer o dejar
de hacer esto y aquello. Y haciendo las cosas a tu manera has podido comprobar los
resultados.
Si tú le abres las puertas de tu corazón al Señor, tienes que dejarte conducir por El y
empezar a hacer las cosas a su manera, y Él, que te ama más que nadie, sabrá conducirte
mejor que nadie para que no vuelvas a vivir en la oscuridad.
 Conclusión del tema
·      Muchos de nosotros nos hemos ido formando, quizás durante años, una
imagen totalmente distorsionada de Dios.
·      Pero debemos descubrir, a través de nuestra propia experiencia el verdadero
rostro de Dios, nuestro Padre: Dios nos ama personal e incondicionalmente, no por
nuestros méritos, sino porque Él es Amor.

https://www.youtube.com/watch?v=AUqF4mmJ8UI El amor de Dios


Reflexion

También podría gustarte