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Platon quería llegar al conocimiento verdadero, a la esencia de las cosas.

Amor platónico: amor ideal, imposible. Popularmente es eso. Pero es una mala interpretación.
Para él el amor es un impuso que lleva hasta el conocimiento de la Idea de Belleza.

Mundo sensible/ mundo inteligible.

Una cosa es el mundo sensible y otra es el mundo de las ideas.

Mito de la caverna

Filosofo produce un estado mental que se llama conocimiento (episteme)

La de la gente, produce creencias opinión (doxa).

Esta diferencia se debe a la naturaleza que se percibe, para los segundos son los fenómenos
sensoriales. Uno puede ver cosas, objetos (arte, un libro, una película,) lleno de formas colores,
sonidos distintos.

El filósofo tambien lo ve, pero además percibe la Idea, que une las distintas instancias de un objeto
o cualidad.

Por ejemplo: en el mundo sensible vemos miles de caballos, distintos tamaños, colores.

Pero en el mundo de las ideas hay Una Sola Idea de Caballo, a la que la multitud de caballos
corresponde y participan, quien percibe la idea cuenta con conocimiento, quien no, solo con
opinión.

¿Por qué plantea esto de las ideas?

La dialéctica Sócrates fastidiaba a los griegos, porque en lugar de la razón utilizaba la retórica, y
esperaba ganar por sus poderes de persuasión. Sócrates quería evitar eso.

El problema es que si los únicos objetos en el mundo que podemos tratar son objetos individuales
y cambiantes, como es la multitud de fenómenos sensoriales, entonces no puede haber
conocimiento, no puede haber correcto o equivocado sino sólo opiniones vencedoras.

Por tanto, el planteamiento de las Ideas. Son la unidad permanente tras la multitud cambiante.
Platón amplía la ontología para incluir realidades fijas y eternas que sirven como ancla para el
conocimiento.

entender la doctrina de las Ideas en el contexto de las cosmologías de los presocráticos, la de


Demócrito, por ejemplo. Su ontología reducía todo a un solo tipo de ser: átomos indivisibles.

Sin duda, yo, el escritorio, y la computadora están todos compuestos de átomos, pero eso no da
cuenta de las diferencias entre los tres, de lo que hace que yo sea un ser humano y el escritorio
no.

Pero las ideas de Platón sí.


Como individuos, los caballos dependen de la Idea de caballo, no porque los haya creado, es decir,
las Ideas no son la causa de la existencia de las cosas sino la causa de que algo, un caballo, sea un
caballo y no una mera colección de átomos.

Revisemos las características de las Ideas con respecto a las cosas físicas. Primero, las Ideas son
inteligibles y las cosas sensibles.

Si no existieran las Ideas, no podríamos, según Platón, dar cuenta de la heterogeneidad del mundo
ni calificar ciertas cosas como buenas o correctas y otras no.

Su inteligibilidad hace que las Ideas sean generales o universales, mientras que las cosas son
particulares. Contemplar las Ideas produce conocimiento, mientras que sólo fijarse en las cosas
produce opinión nada más. Como final, las Ideas son lo más real que hay, lo cual implicaría que los
fenómenos sensoriales son menos reales.

Veremos la importancia de la luz como metáfora en nuestro examen de las Ideas de Patón. Una
Idea platónica no es simplemente un contenido mental que puede o no estar en mi cabeza en un
momento dado.

tienen una realidad independiente. son lo más real de todo lo que hay. El filósofo tiene
conocimiento al contemplarlas.

Las sombras. Esto corresponde a la ignorancia.

¿Pero qué pasa con las cosas físicas del mundo sensorial?

nadie nace filósofo, con su cabeza en las nubes de las Ideas, sino en el mundo sensorial de los
objetos físicos.

Inicialmente, nuestra experiencia del mundo es de los objetos físicos, cambiantes e inestables.

Aunque no sean Ideas, guardan

una semejanza con ellas y sirven como punto de partida en nuestro camino hacia las mismas.

Sabrán que Platón creía en el metempsicosis, que dice que en el momento de la muerte el alma se
transmigra a otro cuerpo que está por nacer. El punto es que el alma, en vidas anteriores, había
visto las Ideas, y que en la presente vida el pensamiento recupera poco a poco esos recuerdos.

El impacto de las cosas físicas en la experiencia junto con el razonamiento es lo que inicia ese
proceso de recuperación.

digamos un caballo, ve perfectamente el objeto físico, pero sólo vislumbra la Idea de Caballo en la
que participa. Cuando vislumbramos algo, lo vemos como borroso, tenemos mera opinión, pero
cuando lo vemos bien, está claro, y tenemos conocimiento. Uno pasa de un estado mental borroso
a uno claro mediante pasos graduados, tal como esas lámparas que tienen un dimmer, donde la
luz puede prenderse poco a poco.
Cuando dice que las Ideas son lo más real de todo lo que hay, es muy fácil leer la palabra “real” en

términos de existencia. Pero para que sea coherente su planteamiento, deberíamos leerla en otro
sentido, que podemos ilustrar en este ejemplo que tomo del eminente estudioso de Platón,
Gregory Vlastos. ¿Qué diferencia hay entre decir que 1) Los unicornios no son reales, y 2) estas
flores no son reales? En la primera afirmación, de lo que se trata es existencia. Los unicornios no
son reales en el sentido de que no existen, son ficciones. En la segunda, decir que estas flores de
plástico no son reales no quiere decir que no existen sino sólo que no son genuinas, como las
naturales.

Es en este sentido que Platón habla de la realidad de las cosas físicas. Tanto éstas como las Ideas
existen pero las Ideas son más reales en el mismo sentido, cambiando de metáfora, en que puedo
decir que soy más real que mi sombra.

Los dos existimos pero soy más real porque la sombra depende de mi. No puede haber sombra sin
la cosa de la que es sombra.

todo esto del mundo sensible e inteligible, de las cosas físicas y las Ideas, fue para llegar a una
definición de ‘filósofo’.

El filósofo ama a la verdad, la razón le guía en todo, contempla las Ideas.

La doctrina de las Ideas dice que si dos o más cosas comparten algo en común, entonces ese algo
corresponde a una Idea.

Dos caballos, por ejemplo, uno físico y no pintado, comparten la Idea de caballo. Pero esto se
aplica también a las Ideas mismas. Si dos Ideas comparten algo en común, hay una superior a las
dos a la que ese algo corresponde.

La pregunta entonces es si todas las Ideas comparten algo en común. Sí, dice Sócrates, es la Idea
del Bien.

El bien es el fin de todo esfuerzo, el objeto de toda aspiración.

Las reflexiones de Sócrates van siempre dirigidas a la idea de que hay un bien absoluto, de que el
hombre tiene un fin principal.

¿Pero qué es el bien? ¿Cuál es el fin del hombre? Por todo su formidable intelecto, Sócrates nunca
llegó a poner el dedo en la llaga. Nunca esclareció la naturaleza del bien en sí mismo.

¿Qué es el bien? Todas las cosas buenas, ¿Qué tienen en común? El sol, dice Sócrates. El bien es
como el sol.

Hemos hablado mucho del mundo sensible de las cosas físicas. Una de las cosas más importantes
de ese mundo es el sol. La luz del sol es lo que permite que veamos, que percibamos, las cosas
físicas. Las hace visibles. Lo que el sol es para ese mundo visible es análogo, dice Sócrates, a lo que
el Bien es para el mundo inteligible.
El ojo puede ver las cosas en el mundo sensible sólo si hay luz que las haga visibles. De igual
manera, la mente puede captar las Ideas sólo si los dos sean iluminados por el Bien.

El segundo punto es que la luz del sol no sólo hace las cosas visibles, sino que les da vida y les hace
crecer. De igual manera, el Bien no sólo hace las Ideas inteligibles, sino que sostiene su ser.
Amor platonico, sin lazos sexuales ni románticos.

En el uso moderno, el término «amor platónico» tiene un significado y connotaciones que tienen
poco o nada que ver con el concepto original de Platón. Por ejemplo, el amor no correspondido no
refleja la concepción platónica del amor basado en la virtud.

Platón, tal y como se nos muestra en el discurso de Sócrates, cree que el amor es la
motivación o impulso que nos lleva a intentar conocer y contemplar la belleza en sí.

Esta orientación se produce en un proceso gradual que comienza con la apreciación de la


apariencia de la belleza en una persona (por ejemplo, la belleza puramente física), continúa
con la belleza física en general, y luego avanza hacia la apreciación de la belleza espiritual (la
del carácter, la del alma), la de la belleza de las leyes y las costumbres en la sociedad, la que
se encuentra en las artes y las ciencias, etc. Todos estos pasos deben finalmente superarse
hasta alcanzar el punto culmen del proceso: el conocimiento apasionado, puro, y
desinteresado, de la esencia de la Belleza misma, que se mantiene incorruptible y siempre
igual a sí misma, el conocimiento de la idea de la Belleza en cuanto es lo único que es bello
en sí mismo y por sí mismo, y en cuanto aquello que es causa de que todo lo bello sea bello.

Este al ser comprendido como un amor ideal, puede estar estableciendo una conexión con el
mundo de las ideas (un mundo en donde todo era perfecto y el mundo real es una copia de
este) planteado también por este filósofo, al ser un amor perfecto existirá allí pero no en el
mundo real. Es por eso que esta "idealidad" del amor platónico no está refiriéndose a tener un
amor inalcanzable, sino en amar las formas o ideas eternas, inteligibles, y perfectas.

Hablan del Eros.

Los personajes van desfilando y uno tras otro intenta, en un discurso, dar
su visión del amor.

Aristófanes. Amor platónico.  Zeus dividió a los seres humanos en dos y lo que
pasó después: «(…) Cada mitad hacía esfuerzos para encontrar la otra
mitad de la que había sido separada; y cuando se encontraban ambas, se
abrazaban y se unían, llevadas por el deseo de recuperar su antigua
unidad».

regresar al tiempo antes del tiempo. Entonces no había dos sino tres sexos: las mujeres, los
hombres y los andróginos, es decir, los seres con dos sexos
: "Todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en círculo,
cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías unidas a un cuello circular y perfectamente
semejantes, una sola cabeza, que reunía estos dos semblantes opuestos entre sí, dos orejas,
dos órganos de la generación, y todo lo demás en esta misma proporción". Estos seres podían
ser de tres clases: uno, compuesto de hombre y hombre; otro, de mujer y mujer; y un tercero,
de hombre y mujer, llamado 'andrógino'.

Cuenta Aristófanes que "los cuerpos eran robustos y vigorosos y de corazón animoso, y por
esto concibieron la atrevida idea de escalar el cielo y combatir con los dioses".

"Hecha esta división, cada mitad hacía esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había
sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, llevadas del deseo
de entrar en su antigua unidad, con ardor tal que, abrazadas, perecían de hambre e inacción,
no queriendo hacer nada la una sin la otra".

seguimos buscando la media naranja.

Cuando creemos en la media naranja creemos en la perfección de encontrar a alguien que


está hecho para estar con nosotros, creemos en una relación donde todo encaja.

Sin embargo, la perfección es imposible, una pareja está hecha de dos personas (aunque sea
obvio, es necesario señalarlo) y donde hay dos personas surgen los conflictos.

A vivir en pareja se aprende, nunca hay dos personas iguales y cuando hay diferencias surgen
problemas. Y es esto lo que no explica la "teoría" de la media naranja: "Si estamos hechos el
uno para el otro, si somos dos mitades de una misma cosa, ¿cómo no me puede comprender?
¿Cómo podemos tener problemas? ¿Por qué nos tenemos que esforzar para ser felices en
pareja?". La respuesta a todas estas preguntas es sencilla y ya la hemos visto: no somos un
mismo ente, la pareja son dos personas diferentes.

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