Resumen: Mentir es un aspecto central del comportamiento del ser humano, por lo tanto los negociadores tienen que conocer todas las herramientas que protegerán sus intereses. Una de las verdades eternas sobre los seres humanos es que mentimos con frecuencia y, por lo general, sin darle mayor importancia, el impulso de engañar reside en lo más profundo de nuestros genes. En palabras de un experto del engaño, “mentir no es algo excepcional, es algo normal y con frecuencia, es más espontaneo e inconsciente que el pensamiento analítico cínico y frio, numerosos estudios confirman que pocas personas pueden pasar todo un día normal sin mentir. El 60% de los individuos que acaban de ser presentados se mienten al cabo de unos minutos simplemente para producir una impresión favorable, y según parece, las parejas se mienten incluso más. Por consiguiente no debe resultar extraño que, cuando se trata de negociaciones, el proceso se vea con frecuencia salpicado de falsedad y engaño. La principal diferencia entre los que tienen éxito como negociadores y los que no lo tienen reside en su capacidad tanto para llevar a engaño como para no dejarse engañar.
La moralidad y la legalidad de mentir
El uso generalizado de las mentiras puede dar lugar a que algunos negociadores se vuelvan demasiado despreocupados con respecto a la verdad. La principal diferencia entre los que tienen éxito como negociadores y los que no lo tienen reside en su capacidad tanto para llevar engaño como para no dejarse engañar. El fraude según el ordenamiento jurídico anglosajón requiere cinco sencillos elementos: • Una declaración falsa de un hecho fehaciente. • El conocimiento o la creencia de su falsedad. • La intención de inducir a la otra parte a confiar en la declaración. • Una confianza injustificable de la parte perjudicada. • Daños o lesiones a la parte inconsciente.
No todos los engaños son mentiras
A pesar de sus objeciones a las mentiras de los negociadores, Shell reconoce que los intentos para llevar a conclusiones erróneas son una parte bastante habitual de las negociaciones, algo de lo que todos los negociadores deben ser conscientes, de hecho, Shell no sostiene que las personas que realizan declaraciones engañosas estén cometiendo necesariamente un acto inmoral o ilegal. En algunas ocasiones los tribunales exigen que las personas tengan en cuenta el principio de “por cuenta y riesgo del oyente” (que el oyente tenga cuidado). El reto consiste en diferenciar las declaraciones legalmente vinculantes de aquellas que no lo son. También es posible obtener ventaja sobre un adversario (y sin consecuencias legales) no divulgando información que a la otra parte idealmente le gustaría conocer.
Podemos detectar las mentiras
Todo el mundo parece tener un método preferido para determinar cuando alguien está mintiendo. Entre los presuntos delatores se encuentra evitar el contacto visual, tocarse la oreja, efectuar largas pausas entre las respuestas, frotarse el brazo o las manos, y respirar profundamente. La lista es larga y por lo general inconsistente. Los mentirosos son fáciles de reconocer, las probabilidades de detectar si alguien está mintiendo pocas veces supera la probabilidad aleatoria. Otros indicadores también han sido igualmente desmentidos: que los mentirosos cambian de postura, mueven la cabeza de una forma determinada, sonríen inoportunamente, realizan gestos incriminatorios y revelan la falsedad a través de movimientos específicos de los pies o piernas.
INQUIETUDES CON RESPECTO A LAS TECNOLOGIAS PARA DETECTAR MENTIRAS.
A lo largo de los años, los científicos han desarrollado una variedad de tecnologías y técnicas para detectar las mentiras, muchas de las cuales siguen siendo altamente controvertidas. En los últimos años se han propuesto otras tecnologías como alternativas al polígrafo, uno de los métodos que más difusión ha tenido se ha descrito en una serie de estudios de Paul Ekman. Ekman afirma que, cuando las personas mienten, muestran de forma involuntaria fugaces expresiones faciales que delatan su engaño. Existen dudas similares sobre otras nuevas tecnologías, entre ellas, los analizadores de voz, las máquinas de imagen por resonancia magnética y la avanzada tecnología de imagen térmica.
PROTEGERSE DEL ENGAÑO
Teniendo en cuenta los retos a la hora de detectar las mentiras, uno podría caer en la tentación de llegar a la conclusión de que no existe ningún tipo de protección real, de hecho, es posible minimizar en gran parte el riesgo de las mentiras en los procesos de negociación a través de una serie de medidas diseñadas tanto para poner el descubierto las mentiras y a los mentirosos antes de que empiece la negociación como para proporcionar protección contra las mentiras.
ANTES QUE EMPIECE LA NEGOCIACION
Cualquier experto en negociación ofrece el mismo consejo: prepararse, prepararse, prepararse, la preparación es particularmente crítica a la hora de enfrentarse por primera vez a los adversarios y cuando hay mucho en juego. Hay dos partes: investigar el carácter y la buena fe del a otra parte, y anticipar escenarios que puedan influir en la negociación.
DURANTE EL PROCESO DE LA NEGOCIACION
Una vez que la negociación está en marcha, hay una variedad de herramientas para detectar las mentiras incluso cuando no es posible detectarlas, si es posible desarrollar protecciones contra ellas. Buscar señales potenciales de engaño a pesar de las pruebas que indican que no existen indicadores conductuales del engaño fiables, la realidad es que algunos individuos son unos mentirosos incompetentes. Si una persona dinámica se vuelve de pronto tímida o una persona tranquila empieza a moverse nerviosamente, es importante prestar atención a lo que está diciendo y tomar medidas de protección adicionales. Formular preguntas de forma diferente, las personas que quieren engañar no recurren necesariamente a mentiras directas, que pueden llevar a acusaciones o fraude. En cambio, evitan eluden, esquivan y se escabullen de la verdad, dado por sentado que sus afirmaciones se interpretaran de forma errónea o no se cuestionaran. Formular preguntas de forma diferente, las personas que quieren engañar no recurren necesariamente a mentiras directas, que puedan llevar a acusaciones de fraude. En cambio, evitan, eluden, esquivan y se escabullen de la verdad, dando por sentado que sus afirmaciones se interpretaran de forma errónea o no se cuestionaran.
Tomar nota durante las negociaciones:
Cuando las disputas surgen tras llegar a un acuerdo una de las dificultades de lograr que la otra parte asuma la responsabilidad es establecer lo que de hecho se afirmó durante los debates que llevaron al acuerdo. Utilizar acuerdos de contingencia para protegerse, algunas veces, la simple afirmación de la intención de incluir las declaraciones de la otra parte del acuerdo escrito desencadena un debate más sincero.