Parafraseando al poeta: - A la mitad de mi ocaso, yo te cuestiono, vida”. ¿Qué es la sed de conocimiento en nuestros “tiempos líquidos? ¿Existe aún dicho concepto en la era de la información y de la inmediatez? En mis mocedades, creo que desde los finales de mi adolescencia, comencé a advertir una inquietud que ahora puedo identificar como “sed de entendimiento”. Una sed por entender mi lugar en el mundo, frente a mi familia, mis amigos y frente a algo que en ese momento y hasta ahora desconozco. El universo. La necesidad de saciar esa sed me llevo a dejar el “nicho familiar” donde, con mucho amor (y quizás un autoritarismo inconsciente) nunca me falto el “agua de la verdad, del conocimiento verdadero” … para ellos. Esa agua, y en ese momento de mi vida, era para mi insuficiente. Así que Sali con mis alforjas vacías a saciar mi sed de entendimiento. A la mitad de mi vida (siendo muy generoso conmigo mismo y otorgándome la esperanza de vivir más de 100 años.jajaj), he tenido momentos de refresco para mi sed de entendimiento, derivando ahora en sed de conocimiento, sin embargo, percibo en los los jóvenes (no en todos) una actitud fresca, sin sed alguna al entendimiento o al conocimiento. Sin dilemas, sin preguntas existenciales y quizás, con una “sed de reconocimiento” cuyo oasis lo identifican en el Instagram, el tik tok o el YouTube. A pesar de haber encontrado refresco a mi sed, está sigue manifestándose y sigo intentando saciarla y, cada intento que hago, mi vida se refresca y mis inquietudes “reverdecen”. Sería verdaderamente una dicha más refrescante y revitalizante el poder “resonar” con los jóvenes (mis jóvenes alumnos y compañeros de inquietudes) con esas mismas inquietudes hasta que las fuerzas biológicas poco a poco se vayan apagando en mí. Ese es un deseo que lanzo desde mi limitada dimensión; quien quita y en una de esas se cumpla.