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María

y los jóvenes

Cardenal Carlos Amigo Vallejo

Editorial Familia de Jesús


Referencias:
Sínodo de los Obispos sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, 2018.
Exhortación Apostólica “Cristo Vive”. Papa Francisco a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios, 2019.
Mensaje del Papa Francisco para la Jornada mundial de la juventud, 2018.
Discurso del Papa Francisco en la vigilia con los jóvenes de la Jornada mundial de la juventud, 2019.

©2019 by Carlos Amigo Vallejo.


©2019 de la presente edición, by Familia de Jesús S.L.
Apartado de Correos 173. 21080 HUELVA
Teléfono: 649 547 862
Depósito legal: H 84-2019
ISBN: 978-84-948953-4-0
Índice


Página

Introducción 5
1. Elegida e Inmaculada 9
2. Anunciación 13
3. Visitación 17
4. Nacimiento 19
5. Presentación 21
6. Hallazgo en el Templo 23
7. Alabanza de la mujer a la Madre 25
8. Al pie de la Cruz 27
9. Con su Hijo muerto en los brazos 31
10. Pentecostés 34
11. Asunción 36

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A penas tendría tu edad. Una chica, una mujer joven de
años y de corazón, de mente y de comportamiento. Y
fue llamada, por el mismo Dios, para que colaborará en una
empresa tan grandiosa como la de hacer que el mismísimo
Dios viviera entre los hombres y en medio del mundo.

M aría, que así se llamaba esa mujer joven, se puso en


las manos de Dios y Dios la tomó de su cuidado.

E l Señor te necesita, porque tú, el que está leyendo este


libro, tienes lo que Él precisa para realizar su misión de
rescatar del pecado a la humanidad. Así que será necesario
que entres dentro de ti mismo, de tu corazón, y escuches
allí lo que Jesucristo te dice.

N o te olvides que lo recibiste en el bautismo, reafirmó


su presencia en la confirmación y te dio en la eucaristía
toda la fuerza que habías de necesitar.

¿PorSimplemente,
qué no le das lo que te pide? ¡Es tan poco!
que le prestes tus manos para levantar
a quien se ha dado de bruces en el fango de la desesperanza,
de la falta de ánimo para seguir adelante, de la desconfianza
de todo y de todos, de la falta de fe, de ilusión por abrirse a
un futuro distinto y nuevo, de sentirse impotente y excluido
en el reparto del bienestar, de la felicidad.

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S é lo que vas a decir: que predicadores no nos faltan,
que adoctrinadores y comecocos tampoco. Pero lo que
necesitamos no son doctrinas e ideología, sino personas
que sean referente de conducta, de coherencia entre lo
que piensan y lo que viven.

Déjame que te recuerde unas palabras de San Agustín.


Se quejaba de que iba de un lado para otro y que no
encontraba la paz y el sosiego que necesitaba, hasta que
encontró a un hombre llamado Jesús, que colmaba los
deseos de su vida.

Como la soledad es muy mala compañía, quiero ayudarte


a salir de ella. ¿Buscas compañeros de camino para
conseguir buenas opiniones y criterios?

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María
Jesucristo Entrega

Generosidad
Amor Vocación

¿ H astu pensado en tener en cuenta como referentes de


vida a Jesús y a María? Pueden ser los mejores
compañeros de camino para saber querer a la gente
y aprender a compartir, lejos de amores posesivos y
apasionados algo más que sentimientos.

Quizás puedas decir que ganas y deseos de encontrar el


camino, la verdad y la persona no te faltan, pero... Pero el
problema no es el buscar, sino el dejarse encontrar por
Jesucristo.

Para ello, eso sí, se necesitará, por tu parte un poco de


magnanimidad, de valentía, de empeño para superar
el temor. Muy atento a lo que el Señor quiera decirte.
Dificultades y tropiezos no faltarán.

No tengas miedo a los obstáculos que hay en la calzada,


sino agárrate bien a quien quiere llevarte de la mano.
¿Qué sendero he de seguir? Cristo es el camino.
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Pues, para facilitarte el encuentro, Jesús ha puesto a tu
lado una mujer joven, como tú, llamada María.

Uno puede gastar su juventud para cultivar


cosas bellas y grandes, y así prepara un
futuro lleno de vida y de riqueza interior.

Exhortación Apostólica “Cristo Vive”. Papa Francisco a los jóvenes, 19

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1. Elegida e Inmaculada

¿ Ypor qué a mí? ¿Qué motivos hay para la elección?


Porque Dios te quiere y te necesita. De lo primero, no
hay que preguntar más. Un padre quiere a su hijo porque
es su hijo.

Y no necesita razón más convincente. Después, porque te


necesita para que le ayudes a sacar adelante su proyecto de
salvación para todos los que están hundidos en mil miserias.

Dios no improvisa. Su pensamiento es firme, inmutable.


Desde el principio de todos los tiempos estaba en su
mente la clara intención de ayudar al hombre a que
tuviera una historia llena de felicidad. Pero la voluntad
libre del hombre se rebeló contra su Creador. Todo quedó
maltratado y herido.

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P ero el padre no se conforma con que el hijo diera un
portazo y se marchara de casa. Jesucristo, el hijo de
Dios, saldría al rescate del hermano perdido.

Y aquí aparece María, la mujer que había de ser la madre


de quien pagara el rescate del Redentor. Elegida desde la
eternidad para que se pudiera realizar obra tan admirable.

Cada cual ha de aceptar y seguir la vocación y encargo que


Dios le ofrece, poniendo en el camino a la persona con la
que deseas unirte para toda la vida.

Tampoco puedes descartar esa experiencia particular


en la que sientes la cercanía y el atractivo de una vida
completamente entregada únicamente a Él. Generosidad
en la respuesta y compromiso responsable son condiciones
ineludibles.

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El Señor nos llama a encender estrellas
en la noche de otros jóvenes.
Exhortación Apostólica “Cristo Vive”. Papa Francisco a los jóvenes, 33

M aría es la mujer elegida para cuidar de ti.


Para que no te apartes de la compañía de
su hijo Jesucristo.

Todo era limpio y santo. Pero llegó el pecado,


que es hacer mal a los ojos de Dios, y trastocó la
vida del hombre, se olvidó de su Señor e incluso
le llevó a odiar a su propio hermano.

Una y otra vez y cuantas fueren necesarias, Dios


no abandona su empeño de salvar a sus hijos.
Ha “optado” por el bien, por la justicia, por la paz, por la
misericordia. Y aquí está la prueba: esa mujer elegida,
María, llegará a este mundo concebida sin pecado y llena
de la gracia y el favor de Dios. Santa, Purísima, Inmaculada.
Así ha de ser la madre del Mesías, del Salvador.

Suele ocurrirle, a muchos jóvenes, lo que les pasaba a los


obreros que trabajaban para levantar la Torre de Babel. Si
se le caía un ladrillo de las manos al obrero, que éste se
preparase para un severo castigo. Si el que se derrumbaba
era un hombre, no pasaba nada.

Parece que la persona no cuenta. Vale más el dinero, el


pasarlo bien, la vanidad, el prestigio, el orgullo... En fin,
puro egoísmo.

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D ios actúa con generosidad: lo primero la persona,
salvar al hombre. María, estaba llena de gracia
y de todas las virtudes. Sería la madre del Redentor.
La magnanimidad abre siempre nuevos caminos.

El egoísmo acaba cerrando todas las puertas de la casa de


la paz. Pero la generosidad en la entrega, descubriendo lo
mejor de ti mismo y dándose a los demás, a ejemplo de
María, será criterio de madurez, altura de miras y de una
auténtica libertad personal.

El empeño por reconocer la propia


vocación... es una tarea que requiere
espacios de soledad y silencio.
Exhortación Apostólica “Cristo Vive”. Papa Francisco a los jóvenes, 283

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2. Anunciación

I mposible. Soy casi una niña. No conozco varón. Todo


eran dudas y desconcierto para María cuando recibe, por
boca del Ángel, el anuncio de que ha sido elegida para ser
la madre de Jesús.

Pasa de ser una niña a una mujer joven, con ilusiones y


esperanzas. Situaciones de dificultad no han de faltar en el
proyecto de vida.

Habrá que superar criterios simplemente utilitaristas, con


desmedidas ansias por tener, de engañarse con falsas
soluciones, de miedo a comprometerse con todo lo que
sea justo, verdadero y bueno.
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V es enemigos y trampas en todos los sitios. El futuro te
asusta. De la gente sospechas. Y hasta huyes de Dios
para que no te comprometa. El miedo paraliza, aniquila la
libertad, no deja camino para la esperanza.

María no acababa de comprender las palabras del Ángel,


pero estaba segura de que Dios no podía pedirle nada que
no se pudiera realizar en ella. Aquí está la esclava del Señor,
yo quiero lo que Dios quiera. La virtud de la generosidad.
Siempre dispuestos para servir a Dios y a la gente que
necesite de ti.

Está en el deseo de todos, pero especialmente en el de los


jóvenes, tener un mundo lleno de paz, superando barreras
y divisiones, rechazando la violencia y la guerra. Sintiendo
ansias de esa felicidad que es, al mismo tiempo, gozo y
responsabilidad para allanar los caminos que hacen difícil
ese noble deseo, como son, en definitiva, los del pecado:
la injusticia, el odio, el orgullo, el egoísmo...
¿Todo ello no será más que ilusión, sueño y utopía
inalcanzable?

Cerca de Él podemos beber del verdadero


manantial, que mantiene vivos nuestros sueños,
nuestros proyectos, nuestros grandes ideales, y que
nos lanza al anuncio de la vida que vale la pena.
Exhortación Apostólica “Cristo Vive”. Papa Francisco a los jóvenes, 32

Nada hay imposible para Dios, ni para quien se pone


incondicionalmente en sus manos, como hizo María.

Solamente por el camino de la fe en Dios, de la bondad y


de la misericordia se llegará a las metas prometidas: quien
sigue el buen camino encontrará la felicidad.
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