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PRIMERA PARTE
RITOS INICIALES
Celebrante
En el nombre el Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
R- Amén
C- La gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del
Espíritu Santo estén con todos ustedes.
R- Y con tu espíritu.
C- En esta noche, gozoso reflejo de las noches santas que iluminan el camino de la
Iglesia, de la noche del Nacimiento del Señor, de la noche de su Pascua Gloriosa, nos
hemos congregado para velar y orar, para pedir la gracia de un renovado Pentecostés,
para suplicar que el Espíritu de Consuelo y Fortaleza renueve en la Iglesia y en el mundo
la gracia que regaló a los discípulos de Jesús cuando descendió sobre ellos cincuenta
días después de la victoria del Señor sobre la muerte y el pecado.
Sumida en el dolor y en la incertidumbre por el fenómeno del coronavirus que estamos
viviendo, nosotros proclamamos hoy la vida y la esperanza, porque Jesús nos prometió su
presencia y la fuerza del Espíritu Divino que hizo brotar la vida en la creación, que llenó
de vida la historia del pueblo santo, que restaura el corazón de cuantos sufren.
Vivamos con fe los signos de esta vigilia, unidos a la Madre del Señor, acojamos la
Palabra y abramos el corazón a la gracia del Espíritu Santo que colma con sus dones a su
Iglesia, y como signo visible reciban, hermanos, el agua que nos recuerda nuestro
bautismo.
SEGUNDA PARTE
LUCERNARIO
Mientras se canta, entran dos jóvenes de Caminando con Jesús con el cirio
C- Danos, Dios de amor, el don de Consejo, así sabremos mostrar el camino del bien a
nuestros hermanos, el camino de la fe a quienes se han apartado de él; que aprendamos
juntos a dejarnos conducir por el Espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
R- Amén.
Se enciende el cirio
Se enciende el cirio
Se enciende el cirio
Se enciende el cirio
ORACIÓN
C- Concede, Dios todopoderoso, que resplandezca sobre nosotros el fulgor de tu gloria, y
Tú, luz de luz, mediante la iluminación del Espíritu Santo, reafirma los corazones de
quienes por tu gracia, renacieron a una vida nueva.
Por Nuestro Señor Jesucristo
R- Amén
Todos se sientan
TERCERA PARTE
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Gn 11, 1-9
Lectura del libro del Génesis
T oda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el hombre)
de oriente, encontraron una llanura en el país de Sanar y se establecieron allí. Y se
dijeron unos a otros: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos.»
Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento. Y dijeron: «Vamos a
construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no
dispersarnos por la superficie de la tierra.»
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo:
«Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su
actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir
su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.»
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por
eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí
los dispersó por la superficie de la tierra.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO
Sal 32, 10-11. 12-13. 14-15. (R/12b)
OREMOS
Te rogamos, Dios todopoderoso, que tu Iglesia siempre sea un pueblo santo, reunido en
la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, para que así pueda mostrar al mundo
el misterio de tu Santidad y de tu unidad y conducirlo a la perfección de tu amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
R- Amén
SEGUNDA LECTURA
Ex 19, 3-8, 16-20b
Lectura del libro del Éxodo
SALMO
Dn 3, 52. 23. 54. 55. 56. (R/52b)
OREMOS
Dios nuestro, que en el monte Sinaí, en el resplandor del fuego diste a Moisés la ley
antigua, y que en el día de hoy, con el fuego del Espíritu Santo, manifestaste la Nueva
Alianza, haz que nuestros corazones ardan con aquel Espíritu que infundiste de modo
admirable en los Apóstoles y que el nuevo Israel, reunido de entre todos los pueblos,
reciba con alegría el mandamiento eterno de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R- Amén
TERCERA LECTURA
Ez 37, 1-14
Lectura del libro del Profeta Ezequiel
E n aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí. El Señor me sacó en
espíritu y me colocó en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo
dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran muchísimos en el valle y estaban
completamente secos.
Me preguntó:
«Hijo de hombre: ¿podrán revivir estos huesos?».
Yo respondí:
«Señor, Dios mío, tú lo sabes».
Él me dijo:
«Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchas la
palabra del Señor! Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Yo mismo infundiré
espíritu sobre vosotros y viviréis. Pondré sobre vosotros los tendones, haré crecer
la carne, extenderé sobre ella la piel, os infundiré espíritu y viviréis. Y
comprenderéis que yo soy el Señor”».
Yo profeticé como me había ordenado, y mientras hablaba se oyó un estruendo y
los huesos se unieron entre sí. Vi sobre ellos los tendones, la carne había crecido y
la piel la recubría; pero no tenían espíritu.
Entonces me dijo:
«Conjura al espíritu, conjúralo, hijo de hombre, y di al espíritu: “Esto dice el
Señor Dios: ven de los cuatro vientos, espíritu, y sopla sobre estos muertos para
que vivan”».
Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu y revivieron y
se pusieron en pie. Era una multitud innumerable.
Y me dijo:
«Hijo de hombre, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: “Se han
secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, ha perecido, estamos
perdidos”. Por eso profetiza y diles: “Esto dice el Señor Dios: Yo mismo abriré
vuestros sepulcros, y os sacaré de ellos, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel.
Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de ellos, pueblo mío, comprenderéis
que yo soy el Señor. Podré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en
vuestra tierra y comprenderéis que yo, el Señor, lo digo y los hago” —oráculo del
Señor—».
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.
SALMO
Sal 106, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9.
OREMOS
Señor, Dios todopoderoso, que restauras al hombre caído y, una vez restaurado, lo
conservas, aumenta el número de los que son renovados por tu acción santificadora y haz
que todos los que reciben la purificación bautismal sean guiados siempre por tu
inspiración bautismal sean guiadas siempre por tu inspiración.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R- Amén
CUARTA LECTURA
Jl 3, 1-5
Lectura del libro del Profeta Joel
SALMO
Sal 103, 1-2a. 24 y 35c. 27-28. 29bc-30 (R/30)
OREMOS
Cumple, Señor, tu promesa y envíanos tu Espíritu Santo, para que podamos dar
testimonio ante el mundo, con nuestra vida, del Evangelio de Jesucristo, nuestro Señor. Él
que vive y reina por los siglos de los siglos.
R- Amén
ORACIÓN COLECTA
C- Dios eterno y todopoderoso, que quisiste que la celebración del sacramento de la
Pascua perdurara a lo largo de estos cincuenta días, haz que todos los pueblos de la
tierra, en otro tiempo dispersos, superada la multiplicidad de lenguas, se congreguen y,
movidos por el don venido del cielo, confiesen unánimes la gloria de tu nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina, en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
R- Amén.
EPÍSTOLA
Rm 8, 22-27
Lectura de la carta el apóstol San Pablo a los Romanos
H ermanos:
Sabemos que hasta hoy toda la creación está gimiendo y sufre dolores de
parto.
Y no solo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu,
gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro
cuerpo.
Pues hemos sido salvados en esperanza. Y una esperanza que se ve, no es
esperanza; efectivamente, ¿cómo va a esperar uno algo que ve?
Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.
Del mismo modo, el Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros
no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros
con gemidos inefables.
Y el que escruta los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su
intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.
Aleluya
Envía, Señor tu Espíritu, que renueve la faz de la tierra.
Aleluya
EVANGELIO
Jn 7, 37-39
✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan.
E l último día, el más solemne de la fiesta, Jesús en pie gritó:
«El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí; como dice
la Escritura: “de sus entrañas manarán ríos de agua viva”».
Dijo esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él.
Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.
Palabra del Señor.
R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.
Reunidos para celebrar la plenitud de la revelación del amor de Dios, en este día
gozoso de Pentecostés, presentamos nuestras necesidades diciendo:
Por la Iglesia, para que unida al Papa Francisco en la caridad, sea constructora
de paz en medio del mundo, Roguemos al Señor
Por los sacerdotes y diáconos, para que, enriquecidos con la prudencia, sigan
sirviendo al Pueblo de Dios que se les ha confiado. Roguemos al Señor
Por los que gobiernan las naciones para que, movidos por la paciencia, sean
servidores de la unidad y de la reconciliación. Roguemos al Señor
Por los hogares, para que, valorando la modestia, la castidad, trabajen unidos
en el gozo de la fe y alienten a todos a vivir en el amor de Dios. Roguemos al
Señor.
Por cuantos han padecido en estos días de la Pandemia, para que el Espíritu
Santo glorifique a quienes han muerto, sane los enfermos, premie la bondad de
quienes los han cuidado y colme con la esperanza nuestra vida. Roguemos al
Señor.
BENDICIÓN
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne
DESPEDIDA
C- Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
Vayan en paz, aleluya, aleluya.
R- Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.