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MISA DE LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS

Basílica de Nuestra Señora de Zapopan

Canto de Entrada: Ven Espíritu Santo

PRIMERA PARTE
RITOS INICIALES

Celebrante
En el nombre el Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
R- Amén

C- La gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del
Espíritu Santo estén con todos ustedes.
R- Y con tu espíritu.

C- En esta noche, gozoso reflejo de las noches santas que iluminan el camino de la
Iglesia, de la noche del Nacimiento del Señor, de la noche de su Pascua Gloriosa, nos
hemos congregado para velar y orar, para pedir la gracia de un renovado Pentecostés,
para suplicar que el Espíritu de Consuelo y Fortaleza renueve en la Iglesia y en el mundo
la gracia que regaló a los discípulos de Jesús cuando descendió sobre ellos cincuenta
días después de la victoria del Señor sobre la muerte y el pecado.
Sumida en el dolor y en la incertidumbre por el fenómeno del coronavirus que estamos
viviendo, nosotros proclamamos hoy la vida y la esperanza, porque Jesús nos prometió su
presencia y la fuerza del Espíritu Divino que hizo brotar la vida en la creación, que llenó
de vida la historia del pueblo santo, que restaura el corazón de cuantos sufren.
Vivamos con fe los signos de esta vigilia, unidos a la Madre del Señor, acojamos la
Palabra y abramos el corazón a la gracia del Espíritu Santo que colma con sus dones a su
Iglesia, y como signo visible reciban, hermanos, el agua que nos recuerda nuestro
bautismo.

El ministro asperge a la asamblea congregada en torno al altar.


Durante la aspersión se canta Agua de Vida

SEGUNDA PARTE
LUCERNARIO

Delante del Cirio Pascual

C- En la noche de la Pascua de este año, encendimos esta Luz como signo de


resurrección y de esperanza.
Por eso, te rogamos, Señor, que esta luz encendida en honor de tu Nombre, continúe
ardiendo para disipar la oscuridad de esta noche y nos recuerde a Jesucristo, tu Hijo, que
resucitado de entre los muertos, brilla sereno para todo el género humano
prometiéndonos el Espíritu Santo como luz que llena de vida al mundo, vive y reina por
los siglos de los siglos.
R- Amén

Se inciensa el Cirio Pascual


El sacerdote se dirige a la sede.

Cantamos el siguiente coro


Oh Señor, envía tu Espíritu, que renueve la faz de la tierra.

Mientras se canta, entra un matrimonio alvernista con el cirio


C- Dios de amor, regálanos la Sabiduría, la que acompaña con su gracia a quienes nos
han enseñado a vivir, haz que aprendamos a saborear los secretos de tu amor y a vivir en
santidad. Por Cristo nuestro Señor.
R- Amén.
Se enciende el cirio

Mientras se canta, entran dos jóvenes de Caminando con Jesús con el cirio
C- Danos, Dios de amor, el don de Consejo, así sabremos mostrar el camino del bien a
nuestros hermanos, el camino de la fe a quienes se han apartado de él; que aprendamos
juntos a dejarnos conducir por el Espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
R- Amén.

Se enciende el cirio

Mientras se canta, entran dos acólitos con el cirio


C- Danos, Señor, el don de la Ciencia, para que, ilustrados en los valores de la fe
verdadera, sepamos guardar en el corazón tus enseñanzas que superan todo saber. Por
Cristo nuestro Señor.
R- Amén.

Se enciende el cirio

Mientras se canta, entran dos Ministros con el cirio


C- Concédenos, Padre amoroso, la fortaleza que de ti procede para vencer las
acechanzas del mal, para caminar por tus sendas, para vivir en tu amor, fortalecidos por
tu gracia, capaces de dar aliento y paz a los que sufre. Por Cristo nuestro Señor.
R- Amén.
Se enciende el cirio

Mientras se canta, entran dos Misioneros con el cirio


C- Permítenos, Dios de amor, tener la capacidad de entender el amor con el que nos
regalas la paz y la esperanza. Que nuestra inteligencia, iluminada por la verdad,
construya la vida y transforme el mundo con tu amor. Por Cristo nuestro Señor.
R- Amén.
Se enciende el cirio

Mientras se canta, entran dos OFS/JUFRA con el cirio


C- Señor, concédenos la piedad verdadera, un amor profundo y humilde, la capacidad de
glorificarte con nuestra vida. Infunde en el alma de tu Iglesia Señor, el anhelo de Santidad
y de gracia. Por Cristo nuestro Señor.
R- Amén.

Se enciende el cirio

Mientras se canta, entran dos Frailes con el cirio


C- Danos, Padre de bondad, la gracia de tu santo temor, el propósito de nunca ofenderte,
la voluntad de seguir tus mandamientos, el firme deseo de ser fieles a tu voluntad. Por
Cristo nuestro Señor.
R- Amén.

Se enciende el cirio

ORACIÓN
C- Concede, Dios todopoderoso, que resplandezca sobre nosotros el fulgor de tu gloria, y
Tú, luz de luz, mediante la iluminación del Espíritu Santo, reafirma los corazones de
quienes por tu gracia, renacieron a una vida nueva.
Por Nuestro Señor Jesucristo
R- Amén

Todos se sientan

TERCERA PARTE
LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
Gn 11, 1-9
Lectura del libro del Génesis
T oda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el hombre)
de oriente, encontraron una llanura en el país de Sanar y se establecieron allí. Y se
dijeron unos a otros: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos.»
Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento. Y dijeron: «Vamos a
construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no
dispersarnos por la superficie de la tierra.»
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo:
«Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su
actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir
su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.»
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por
eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí
los dispersó por la superficie de la tierra.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

SALMO
Sal 32, 10-11. 12-13. 14-15. (R/12b)

R/. Dichoso el pueblo que Dios se escogió como heredad. Aleluya.

V/. El Señor deshace los planes de las naciones,


frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre;
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.

V/. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,


el pueblo él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R/.

V/. Desde su morada observa


a todos los habitantes de la tierra:
él modelo cada corazón,
y comprende todas sus acciones. R/.

OREMOS
Te rogamos, Dios todopoderoso, que tu Iglesia siempre sea un pueblo santo, reunido en
la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, para que así pueda mostrar al mundo
el misterio de tu Santidad y de tu unidad y conducirlo a la perfección de tu amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
R- Amén

SEGUNDA LECTURA
Ex 19, 3-8, 16-20b
Lectura del libro del Éxodo

E n aquellos días, Moisés subió hacia Dios.


El Señor lo llamó desde la montaña diciendo:
«Así dirás a la casa de Jacob y esto anunciarás a los hijos de Israel:
“Vosotros habéis visto lo que he hecho con los egipcios y cómo os he llevado
sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras me obedecéis y
guardáis mi alianza, seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque
mía es toda la tierra. Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”.
Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel».
Fue, pues, Moisés, convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todo lo que el
Señor le había mandado.
Todo el pueblo, a una, respondió:
«Haremos todo cuanto ha dicho el Señor».
Moisés comunicó la respuesta del pueblo al Señor.
Al tercer día, al amanecer, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre la
montaña, se oía un fuerte sonido de trompeta y toda la gente que estaba en el
campamento se echó a temblar. Moisés sacó al pueblo del campamento, al
encuentro de Dios, y se detuvieron al pie de la montaña. La montaña Sinaí
humeaba, porque el Señor había descendido sobre ella en medio del fuego. Su
humo se elevaba como el de un horno y toda la montaña temblaba con violencia.
El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba y Dios le
respondía con el trueno. El Señor descendió al monte Sinaí, a la cumbre del monte.
El Señor llamó a Moisés a la cima de la montaña.
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.

SALMO
Dn 3, 52. 23. 54. 55. 56. (R/52b)

R/. ¡A ti gloria y alabanza por los siglos! Aleluya.

V/. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres.


Bendito tu nombre, santo y glorioso. R/.

V/. Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.

V/. Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.

V/. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines


sondeas los abismos. R/.

V/. Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.

OREMOS
Dios nuestro, que en el monte Sinaí, en el resplandor del fuego diste a Moisés la ley
antigua, y que en el día de hoy, con el fuego del Espíritu Santo, manifestaste la Nueva
Alianza, haz que nuestros corazones ardan con aquel Espíritu que infundiste de modo
admirable en los Apóstoles y que el nuevo Israel, reunido de entre todos los pueblos,
reciba con alegría el mandamiento eterno de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R- Amén

TERCERA LECTURA
Ez 37, 1-14
Lectura del libro del Profeta Ezequiel

E n aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí. El Señor me sacó en
espíritu y me colocó en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo
dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran muchísimos en el valle y estaban
completamente secos.
Me preguntó:
«Hijo de hombre: ¿podrán revivir estos huesos?».
Yo respondí:
«Señor, Dios mío, tú lo sabes».
Él me dijo:
«Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchas la
palabra del Señor! Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Yo mismo infundiré
espíritu sobre vosotros y viviréis. Pondré sobre vosotros los tendones, haré crecer
la carne, extenderé sobre ella la piel, os infundiré espíritu y viviréis. Y
comprenderéis que yo soy el Señor”».
Yo profeticé como me había ordenado, y mientras hablaba se oyó un estruendo y
los huesos se unieron entre sí. Vi sobre ellos los tendones, la carne había crecido y
la piel la recubría; pero no tenían espíritu.
Entonces me dijo:
«Conjura al espíritu, conjúralo, hijo de hombre, y di al espíritu: “Esto dice el
Señor Dios: ven de los cuatro vientos, espíritu, y sopla sobre estos muertos para
que vivan”».
Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu y revivieron y
se pusieron en pie. Era una multitud innumerable.
Y me dijo:
«Hijo de hombre, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: “Se han
secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, ha perecido, estamos
perdidos”. Por eso profetiza y diles: “Esto dice el Señor Dios: Yo mismo abriré
vuestros sepulcros, y os sacaré de ellos, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel.
Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de ellos, pueblo mío, comprenderéis
que yo soy el Señor. Podré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en
vuestra tierra y comprenderéis que yo, el Señor, lo digo y los hago” —oráculo del
Señor—».
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.

SALMO
Sal 106, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9.

R/. Dad gracias al Señor,


porque es eterna su misericordia. Aleluya.

V/. Que lo confiesen los redimidos por el Señor,


los que él rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países:
oriente y occidente, norte y sur. R/.

V/. Erraban por un desierto solitario,


no encontraban el camino de ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se les iba agotando la vida. R/.

V/. Pero gritaron al Señor en su angustia,


y los arrancó de la tribulación.
Los guió por un camino derecho,
para que llegaran a una ciudad habitada. R/.

V/. Den gracias al Señor por su misericordia,


por las maravillas que hace con los hombres.
Calmo el ansia de los sedientos,
y a los hambrientos los colmó de bienes. R/.

OREMOS
Señor, Dios todopoderoso, que restauras al hombre caído y, una vez restaurado, lo
conservas, aumenta el número de los que son renovados por tu acción santificadora y haz
que todos los que reciben la purificación bautismal sean guiados siempre por tu
inspiración bautismal sean guiadas siempre por tu inspiración.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R- Amén

CUARTA LECTURA
Jl 3, 1-5
Lectura del libro del Profeta Joel

E sto dice el Señor:


«Derramaré mi espíritu sobre toda carne,
vuestros hijos e hijas profetizarán,
vuestros ancianos tendrán sueños
y vuestros jóvenes verán visiones.
Incluso sobre vuestros siervos y siervas
derramaré mi espíritu en aquellos días.
Pondré señales en el cielo y en la tierra:
sangre, fuego y columnas de humo.
El sol se convertirá en tinieblas,
la luna, en sangre
ante el Día del Señor que llega,
grande y terrible.
Y todo el que invoque
el nombre del Señor se salvará.
Habrá supervivientes en el monte Sion,
como lo dijo el Señor,
y también en Jerusalén
entre el resto que el Señor convocará».
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.

SALMO
Sal 103, 1-2a. 24 y 35c. 27-28. 29bc-30 (R/30)

R/. Envía tu Espíritu, Señor,


y repuebla la faz de la tierra. Aleluya.

V/. Bendice, alma mía, al Señor:


¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R/.

V/. Cuántas son tus obras, Señor,


y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía, al Señor! R/.

V/. Todos ellos aguardan


a que les eches comida a su tiempo:
se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes. R/.

V/. Les retiras el aliento, y expiran


y vuelven a ser polvo;
envías tu espíritu, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R/.

OREMOS
Cumple, Señor, tu promesa y envíanos tu Espíritu Santo, para que podamos dar
testimonio ante el mundo, con nuestra vida, del Evangelio de Jesucristo, nuestro Señor. Él
que vive y reina por los siglos de los siglos.
R- Amén

Luego se entona solemnemente el himno Gloria a Dios en el cielo


Se encienden todas las luces.

ORACIÓN COLECTA
C- Dios eterno y todopoderoso, que quisiste que la celebración del sacramento de la
Pascua perdurara a lo largo de estos cincuenta días, haz que todos los pueblos de la
tierra, en otro tiempo dispersos, superada la multiplicidad de lenguas, se congreguen y,
movidos por el don venido del cielo, confiesen unánimes la gloria de tu nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina, en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
R- Amén.

EPÍSTOLA
Rm 8, 22-27
Lectura de la carta el apóstol San Pablo a los Romanos

H ermanos:
Sabemos que hasta hoy toda la creación está gimiendo y sufre dolores de
parto.
Y no solo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu,
gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro
cuerpo.
Pues hemos sido salvados en esperanza. Y una esperanza que se ve, no es
esperanza; efectivamente, ¿cómo va a esperar uno algo que ve?
Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.
Del mismo modo, el Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros
no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros
con gemidos inefables.
Y el que escruta los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su
intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.

Aleluya
Envía, Señor tu Espíritu, que renueve la faz de la tierra.
Aleluya

EVANGELIO
Jn 7, 37-39
✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan.
E l último día, el más solemne de la fiesta, Jesús en pie gritó:
«El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí; como dice
la Escritura: “de sus entrañas manarán ríos de agua viva”».
Dijo esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él.
Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.
Palabra del Señor.
R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

La misa continúa del modo acostumbrado


Se dice Credo
ORACIÓN DE LOS FIELES
LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

Reunidos para celebrar la plenitud de la revelación del amor de Dios, en este día
gozoso de Pentecostés, presentamos nuestras necesidades diciendo:

Oh, Señor, envíanos tu Espíritu Santo.

 Por la Iglesia, para que unida al Papa Francisco en la caridad, sea constructora
de paz en medio del mundo, Roguemos al Señor

 Por nuestros pastores para que, imitando la mansedumbre y la bondad del


Pastor de los pastores, hagan crecer en la esperanza a cuantos les han sido
encomendados, Roguemos al Señor

 Por los sacerdotes y diáconos, para que, enriquecidos con la prudencia, sigan
sirviendo al Pueblo de Dios que se les ha confiado. Roguemos al Señor

 Por los que gobiernan las naciones para que, movidos por la paciencia, sean
servidores de la unidad y de la reconciliación. Roguemos al Señor

 Por los hogares, para que, valorando la modestia, la castidad, trabajen unidos
en el gozo de la fe y alienten a todos a vivir en el amor de Dios. Roguemos al
Señor.

 Por cuantos han padecido en estos días de la Pandemia, para que el Espíritu
Santo glorifique a quienes han muerto, sane los enfermos, premie la bondad de
quienes los han cuidado y colme con la esperanza nuestra vida. Roguemos al
Señor.

Acoge, Señor, nuestras súplicas confiadas que


te presentamos por mediación de
Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


C- Derrama, Señor, sobre estos dones
la bendición de tu Espíritu Santo,
para que por medio de ellos,
reciba tu Iglesia tan gran efusión de amor,
que la impulse a hacer resplandecer en todo el mundo
la verdad del misterio de la Salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Pentecostés, como en la misa del día.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que nos aprovechen, Señor, los dones que hemos recibido,
para que estemos siempre llenos del fervor del Espíritu Santo
que derramaste de manera tan inefable en tus Apóstoles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

BENDICIÓN
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne

DESPEDIDA
C- Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
Vayan en paz, aleluya, aleluya.
R- Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.

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