La ley de la Conservación de la Materia, es también llamada ley de
conservación de la masa o Ley de Lomonósov-Lavoisier, en honor a sus creadores. Postula que la cantidad de materia antes y después de una transformación es siempre la misma. Es una de las leyes fundamentales en todas las ciencias naturales. Se resumen con la célebre frase: «nada se pierde, nada se crea, todo se transforma. Esto quiere decir que durante los procesos físicos o químicos la materia no se crea ni se destruye, simplemente, se transforma. La materia es el término general que se aplica a todo lo que ocupa espacio y posee los atributos de gravedad e inercia. La ley de conservación de la materia, cuando escribimos una ecuación química, debemos ajustarla de manera que cumpla con esta ley. El número de átomos en los reactivos debe ser igual al número de átomos en los productos. El ajuste de la ecuación se logra colocando índices estequiométricos delante de cada molécula.
LEY DE LA CONSERVACIÓN DE LA ENERGÍA
La ley de la conservación de la energía es considerada una de una de las leyes fundamentales de la física y constituye el primer principio de la termodinámica. Plantea que la energía total de un sistema aislado permanece constante o que la energía no se crea ni se destruye, únicamente se transforma lo que implica que en ciertas condiciones la masa se puede considerar como una forma de energía . En el siglo XIX, Mayer estableció la ley de conservación de la energía, ‟la suma de energía cinética, potencial y térmica en un sistema aislado permanece constante.” A mediados del siglo XIX, Clausius y Lord Kelvin establecieron de manera clara el Principio de la Conservación de la Energía, enunciado como la Primera Ley de la Termodinámica. Esta Ley dice que la energía dentro de un sistema aislado permanece constante, y que dicha energía sólo puede convertirse de una forma a otra.