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Planificar la Ciudad sin un Plan (fragmento)

Michael Neuman

Houston, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos, con dos millones de habitantes, no tiene un plan
general legal. No tiene regulaciones zonificadas para el uso del suelo. Es más, su Departamento de
Planificación y Desarrollo tiene 350 empleados, incluyendo 150 planificadores urbanos profesionales. Los
gastos del departamento en el año 2000 fueron de U$S 9.600.000. ¿Qué hacen todos estos planificadores?
Es decir ¿qué tipo de planificación se realiza en una ciudad sin un plan, sin una zonificación?
Es más, Houston tiene una fuerte ética en relación a la propiedad privada, un legendario entusiasmo para el
empresariado y una historia de decisiones sobre grandes proyectos que han sido realizados por una puñado
de gente selecta de la elite política y económica. ¿Qué lugar tiene el planificador urbano en este conjunto?
Houston es la única de las ciudades americanas en la cual su planificación es ad hoc y empresarial,
estratégica y visionaria. Los líderes políticos y económicos adoptaron su propia mentalidad de planificación,
dependiente como fue de la generosidad federal y estatal y de factores económicos nacionales y globales.
Estos líderes fueron ayudados por profesionales urbanistas que aseguraron que los detalles estuvieran en su
lugar –que las rutas fueran construidas, que el trazado de las infraestructuras y servicios, así como los
servicios sociales y públicos fueran provistos- los cuales constituyen todos los equipos usuales de una
metrópolis grande y moderna.
El autor encuentra que una concepción de triple cosecha propia acerca de la planificación ha evolucionado en
las dos últimas décadas. Surgidas de muchas batallas antizonificación en las que la planificación y los
proponentes de zonificación se organizaron en bloque contra los defensores de la propiedad privada, el nuevo
estilo no regulatorio de la planificación progresó lentamente en torno a tres realidades urbanas
interconectadas. La primera es que la infraestructura facilitó el desarrollo. Ello comprendió proyectos de
transporte a gran escala designados a convertir a la ciudad en un centro de comercio preeminente en la
región. La segunda está constituida por grandes proyectos de desarrollo. La tercera constituyó la planificación
de los vecindarios derivada de iniciativas desde las mismas raíces con la finalidad de proteger el carácter de
la comunidad enfrentada a grandes e incompatibles propuestas de desarrollo. Tomadas en conjunto, estas
tres tendencias del sector público de la planificación definen en la actualidad el nuevo derrotero de Houston
hacia el futuro.
La Ciudad de Houston ha forjado asociaciones estratégicas con la comunidad de desarrollo. También ha
fortalecido sus asociaciones históricas con los gobiernos federales y estatales para llevar adelante proyectos
de infraestructura a gran escala. Estos proyectos forman la espina dorsal del desarrollo urbano sin los cuales
la metrópolis contemporánea no podría existir. Finalmente, el activismo cívico y de los barrios ha florecido, en
parte debido al activismo, ya sea en pro o en contra, del más reciente esfuerzo de zonificación.
Houston ha comenzado a desarrollar un marco institucional amplio a través de su tríada de la infraestructura,
de asociaciones para proyectos y de la planificación desde el vecindario. El desafío ahora es diseñar nuevos
nexos para sostener o apoyar los tres pies del trípode mientras también mantiene en vista la totalidad de la
ciudad y el futuro. A comienzos de los 90, cuando los grandes desarrollos amenazaban los vecindarios, se
produjo una revolución de zonificación, en parte porque no había un contexto institucional de planificación
global para evaluar estos grandes proyectos. Houston sin embargo rechazó la zonificación en ese momento
porque sabía que esta era una respuesta institucional equivocada.

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