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Materia Criminologìa y Elementos de Criminologìa

Tercera Teorìa Criminològica Analizada: Positivismo Criminológico

Clase 4
“Durante el siglo XIX, en medio de profundos cambios políticos y económicos, se consolidó una
nueva forma de conocer y abordar las soluciones a los problemas sociales, que a su vez se
arraigaba sobre un discurso –en sus pretensiones– científico. En ese marco, la estadística
moderna se presentó como el paroxismo de la objetividad y el saber neutro, y abarcó cada vez
más campos de conocimientos. Estos nuevos saberes llegaron al ámbito estatal y el gobierno
comenzó a acumular datos como una de sus principales herramientas.

La República Argentina pasó su propio proceso de asimilación de estas ideas, que se vieron
plasmadas en el desarrollo de los pensamientos criminológicos, en la primera producción e
interpretación de datos sobre criminalidad y en la conformación de organismos estadísticos en
materia criminal, entre otros.

Los estudios sobre criminalidad y el nacimiento de las agencias estatales productoras de datos
sobre delincuencia se desarrollaron casi en paralelo, aunque no necesariamente en total
confluencia, con el afianzamiento de los discursos criminológicos asociados al positivismo en
vastos ámbitos académicos y gubernamentales. Así, se dio un proceso de adaptación de los
saberes criminológicos a la labor de las agencias del Estado aunque esto no llegó con igual
influencia a las prácticas, especialmente fuera del ámbito capitalino.

Abordar el estudio de las primeras producciones en materia de estadística criminal nos lleva a
reflexionar sobre la Argentina de fin del siglo XIX y principios del XX y, en particular, sobre los
discursos que sustentaron esta necesidad de contar con organismos que recopilen datos
acerca de la delincuencia. Sin embargo, relacionar la conformación de los organismos
estadísticos y las primeras producciones de datos únicamente con la influencia del positivismo
constituye una idea muy vaga. Lo que existió detrás de la producción de conocimiento
criminológico en Argentina fue un complejo proceso de conformación de organismos oficiales y
de elaboración —y lectura— de datos, fruto de tensiones y resistencias, en el que hubo
permanentes discusiones y reelaboraciones teóricas y prácticas.

En ese sentido, en el ámbito local surgieron posturas que se alejaron de gran parte de los
postulados positivistas europeos —en particular de la denominada escuela italiana— y se
elaboraron conceptos originales que también tuvieron su influencia en el accionar de las
agencias del Estado. La figura de Ingenieros o, como veremos más adelante, de Dellepiane,
representan ejemplos de estas versiones vernáculas de pensadores que tomaron conceptos
del positivismo y les dieron su propio enfoque y alcance.

¿Por qué relacionar las teorías criminológicas con la producción de datos? Resulta revelador
indagar sobre los marcos conceptuales que existen detrás de la labor de las agencias del
Estado, ya que el perfil teórico no solamente condiciona la lectura de los datos sino la propia
manera en la que estos se construyen.

Así, los supuestos epistemológicos, el esquema metodológico, el instrumento de recolección de


datos, la utilización de clasificaciones de personas o las categorías delictivas surgen de una
idea preconcebida de lo que se entiende por “criminalidad” (y “delincuente”); lo cual influye en
toda la producción de información y de lectura.

Los primeros trabajos empíricos llevados a cabo a finales del siglo XIX tenían como objetivo
primordial estudiar el origen del delito y proponer los cambios necesarios para combatirlo. Para
esto contaban, como principal fuente de referencia, con los datos surgidos de los organismos
integrantes del sistema de justicia penal: policías, tribunales y cárceles. Tengamos presente
que en esa época se produjo un gran acopio de información por parte del Estado, lo que se vio
simbólicamente reflejado en los primeros censos nacionales realizados en los países europeos.
Las estadísticas, de esta manera, comenzaron a brindar herramientas explicativas de los
comportamientos sociales e individuales.

Entre los temas sociales sobre los que indagaban estas primeras estadísticas se hacía hincapié
en el alcoholismo, la prostitución, los suicidios, los homicidios y otros crímenes como aquellos
planteados en cuanto síntomas de los problemas de moralidad de la población.

Francia fue uno de los países que lideró este avance de los trabajos estadísticos aplicados a la
cuestión criminal, desarrollando estudios matemáticos que buscaron encontrar regularidades
en las conductas criminales. Por otro lado, casi en paralelo comenzó la producción
criminológica de reconocidos exponentes de la escuela positiva, como Cesare Lombroso y
Enrico Ferri.

Ellos tomaron como principal fuente de sus estudios los datos registrados por las policías, los
tribunales y las penitenciarías, y realizaron estudios “clínicos” sobre la base de casos
particulares. Así, siguiendo los aportes de la frenología y de otras disciplinas surgidas en aquel
momento, se buscaba la explicación científica de la patología individual que provocaba el
crimen. No olvidemos que durante el siglo XIX, los discursos científicos tuvieron una enorme
penetración en las ciencias sociales para la explicación de hechos sociales a través de la
sociología, y también para la explicación de conductas individuales mediante la psiquiatría, la
frenología o el propio h1igienismo.”

1
​Hernán​ ​Olaeta,​ ​La​ ​construcción​ ​científica​ ​de​ ​la​ ​delincuencia,​ ​Publicación​ ​de​ ​la​ ​Secretaría​ ​de​ ​Posgrado,​
​Universidad​ ​Nacional​ ​de​ ​Quilmes​

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