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Hay quien dice que mejor que dar un pez a un pobre hay que ense�arle a pescar, que
no basta con ayudar a un pobre sino que hay que cambiar el mundo; esto es verdad
pero no basta con hablar, hay que actuar...
Hay mucho que hacer, pero atender las necesidades del necesitado es el primer paso
para construir una civilizaci�n del amor, y esto es lo que ha hecho la madre
Teresa. Ese �mandamiento nuevo� del que habl� Jes�s y que sigue siendo �nuevo� y
que distingue a sus seguidores. Ante un mundo de la eficacia, �qu� decir de una
vida gastada en servicio a los dem�s? �Dios s�lo exige que le sea fiel, dec�a la
Madre Teresa. A los ojos de Dios no son los resultados lo que cuenta. Lo importante
para �l es la fidelidad�. Y esto significa tener la humildad de sentirse
instrumentos: �yo soy un l�piz en las manos de Dios. Un trozo de l�piz con el cual
�l escribe lo que quiere�.
Fue una persona fiel, en el servicio a Cristo presente en los pobres. Es muy f�cil
hablar, pero amar significa llorar con los que lloran. Dec�a as�: �antes mucha
gente hablaba sobre los pobres, pero ahora cada vez m�s gente est� hablando con los
pobres. Esta es la gran diferencia... los pobres deben sentirse queridos y
aceptados. Son Jes�s para m�. Son 53 a�os de vida de las Misioneras de la Caridad,
que as� se llama la congregaci�n fundada por la Madre Teresa de Calcuta, con ya
miles de religiosas y centenares de sacerdotes que siguen esta espiritualidad al
servicio de los pobres. El 7 de octubre de 1950 la Madre Teresa, de origen alban�s,
nacida en Skopje, Macedonia, comenz� esta aventura espiritual.
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Ense�ar�s a volar...
pero no volar�n tu vuelo.
Ense�ar�s a so�ar...
pero no so�ar�n tus sue�os.
Ense�ar�s a vivir...
pero no vivir�n tu vida.
Ense�ar�s a cantar...
pero no cantar�n tu canci�n.
Ense�ar�s a pensar...
pero no pensar�n como t�.
Pero sabr�s
que cada vez que ellos vuelen, sue�en,
vivan, canten y piensen...
bondad en la cara,
bondad en los ojos,
bondad en la sonrisa,
bondad en vuestro saludo,
cordial y afectuoso.
Madre Teresa de Calcuta
Para Padres
Ense�ar�s a volar,
pero no volar�n tu vuelo.
Ense�ar�s a so�ar,
pero no so�ar�n tu sue�o.
Ense�ar�s a vivir,
pero no vivir�n tu vida.
Sin embargo...
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sue�o,
perdurar� siempre la huella
del camino ense�ado.
La Vida
T�mate Tiempo