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María Belén Cortés Chamizo

Psicología de la Personalidad

RELACIÓN ENTRE
CONSUMO DE
SUSTANCIAS Y
CRIMINALIDAD
Son numerosos los estudios realizados que han conseguido demostrar
científicamente la correlación existente entre determinados tipos de personalidad,
tipologías delictivas violentas y el consumo de alcohol y drogas(Cunha y Gonçalves,
2013; DeLisi, Vaughn, Salas-Wright y Jennings, 2015).

El binomio drogodependencia y trastorno de personalidad se acentúa en los


individuos sujetos al régimen penitenciario en cumplimiento de condena de pena
privativa de libertad, con predominio de trastornos de clúster B (trastorno de
personalidad límite y antisocial), seguidos por los clúster C (trastorno de
personalidad pasivo-agresivo, obsesivo y trastorno por evitación y acabando por los
del clúster A ( trastornos esquizoides). (Edens, Kelley, Lilienfeld, Skeem y Douglas, 2015;
Mahmood, Tripodi, Vaughn, Bender y Schwartz, 2012; Marco et al., 2015).
Tabla 2. Clasificación de los trastornos de personalidad (Kemberg 2004).

La concienciación social que en estos últimos años se ha producido con los delitos de violencia de género y maltrato intrafamiliar ha dado como resultado el desarrollo
de numerosos estudios científicos al respecto, en los que se ha puesto de manifiesto los tipos de trastorno de personalidad que subyacen en estos comportamientos,
predominando los casos de trastornos de personalidad paranoide, depresión mayor, trastornos obsesivos y compulsivos, y esquizoides. (Arteaga et al., 2012; Schroeder,
Iffland, Hill, Berner y Briken, 2013; Vaughn et al., 2011) .

Estos mismos estudios dividieron dos tipos de maltratadores:

 Tipo 1: NORMALIZADO; predominio de trastornos de personalidad obsesivo-compulsivo, histrionico y narcisista.

 Tipo 2: ANTISOCIAL; predominio de trastornos de personalidad antisocial, agresivo-pasivo, paranoide, agresivo-sádico, con trastornos de ansiedad, bipolar, consumo
de sustancias ( drogas y/o alcohol)

Resulta de suma importancia determinar que tipos de trastornos de personalidad se encuentran vinculados con los delincuentes drogodependientes, así como con los
maltratadores; analizando si el trastorno de personalidad es determinante en la comisión de dichas conductas delictivas; la concomitancia del consumo de drogas con
la comisión de delitos, y si los trastornos de personalidad son previos o consecuencia del consumo, y por último el tratamiento jurídico-penal aplicable respecto a la
observación de posibles eximentes completas e incompletas, llegando a la inimputabilidad del sujeto dado el trastorno de personalidad que sufre el delincuente
drogodependiente.
A continuación se analizaran los resultados de un estudio realizado entre un total de 45 reclusos en el Centro Penitenciario de Albolote ( Granada) cuyo objetivo
principal es determinar la preponderancia de trastornos mentales en dos grupos de estudio; consumidores de drogas y maltratadores, todos ellos cumpliendo
condena en dicha prisión, así como un grupo de internos condenados por delitos varios en los que no existían drogodependientes ni delitos de maltrato.

INSTRUMENTOS

 Escala Severidad de la Adicción (ASI), realizando una entrevista al adicto, al final de la misma se realiza una valoración del 0 al 9 empleando el IGE ( Índice de
Gravedad del Entrevistador), López-Goñi, Fernández-Montalvo y Arteaga, 2012; centrándose en varios puntos clave:
1. Problemas médicos
2. Problemas legales
3. Problemas psicológicos
4. Problemas familiares
5. Problemas laborales
6. Niveles de consumo de drogas y alcohol

 Escala de Tácticas de Conflicto (TCS2), analiza pruebas de resolución de conflictos y métodos utilizados para ello

 Inventario Clínico Multiaxial de Milton (MCMI-II; Millon, 1999), consiste en un cuestionario de verdadero o falso por el que se lleva a cabo la evaluación de 13
trastornos de personalidad y 9 síndromes clínicos diferentes; las escalas clínicas pueden ser;
1. Básicas (esquizoide, fóbica, dependiente, histriónica, narcisista, antisocial, agresiva-sádica, compulsiva, pasivo-agresiva y autodestructiva)
2. patológica (esquizotípica, límite y paranoide)
3. Síndromes clínicos de gravedad moderada (ansiedad, histeriforme, hipomanía, neurosis depresiva, abuso de alcohol y abuso de drogas)
4. Síndromes clínicos de gravedad extrema: pensamiento psicótico, depresión mayor y trastorno delirante.
Los resultados del estudio de campo fueron los siguientes:

 Grupo de maltrato: Presenta puntuaciones altas en trastornos de personalidad dependiente(888,60)


A nivel demográfico presenta un mayor porcentaje de individuos divorciados
Un porcentaje del 26,67% vivían en pareja

 Grupo de drogodependientes: Presentan puntuaciones más altas en trastornos de personalidad histriónicas que el grupo de control

Presentan puntuaciones más altas en trastornos de personalidad antisocial que el grupo de control y maltrato

Presentan puntuaciones más altas en trastorno de personalidad agresiva-sádica que el grupo de control y maltrato

Presentan puntuaciones más altas en trastorno límite de la personalidad que el grupo de control y maltrato

En relación a los síndromes clínicos presentan puntuaciones más altas que el grupo de control y maltrato

Presentan puntuaciones más altas en trastorno pasivo-agresivo que el grupo de control y maltrato

 Grupo de control: Presentan puntuaciones más altas en trastornos de personalidad compulsiva respecto al grupo de drogodependientes y maltrato
 Aunque en principio no se puede inferir una correlación directa entre el consumo de drogas y alcohol y la comisión de conductas delictivas lo cierto es que existen determinados
sujetos en los que el consumo de tales sustancias supone un condicionante a la comisión de dichas conductas. Bennett, Holloway y Farrington(2008)
 Estudios realizados concluyen que en sujetos consumidores de sustancias tales como cocaína y heroína las probabilidades de delinquir aumentan de tres a cuatro veces de los
sujetos no consumidores, aunque la probabilidad disminuye para los casos de consumo de cannabis.
 Mientras que los consumidores de heroína cometen fundamentalmente delitos contra la propiedad, lo consumidores de cocaína en dosis altas producen efectos de alta excitación y
trastornos paranoides que podría conducirles a cometer delitos violentos.
 Por otro lado el consumo de alcohol incrementa los niveles de violencia en el sujeto en ingestas elevadas que se acentúan cuando presentan rasgos de personalidad antisocial;
dando lugar a la comisión de delitos relacionados con violencia de género e intrafamiliar, accidentes de tránsito y agresiones sexuales.

La tipología delictiva vinculada al consumo de drogas son:

1) Delincuencia derivada de los efectos farmacológicos directos o indirectos: Determinante en la comisión de delitos violentos o imprudentes, delitos por omisión en
caso de consumo de cannabis (Bravo de Medina, Echeburúa y Aizpiri, 2010).
2) Delincuencia instrumental: Destinada a la obtención de dinero para el consumo (generalmente delitos contra la propiedad).
3) Delincuencia de narcotráfico a pequeña escala: Destinada a sufragar el consumo propio.
4) Delincuencia de narcotráfico a gran escala: En concomitancia con otras figuras delictivas tales como delito fiscal, blanqueo de capitales, posesión y tráfico de armas
etc..

 La correlación entre consumo de drogas y delincuencia genera dos tipos de sujetos diferenciados:

 “drogadicto-delincuente”: Delinquen por los efectos que la droga produce bien a nivel farmacológico o bien por los estados que produce la ausencia de la misma
(síndrome de abstinencia).

 “delincuente-drogadicto”: Sujetos con trastorno de personalidad antisocial o narcisista unido a un largo historial criminal, el consumo de drogas es independiente a sus
conductas delictivas. (Esbec, 2005; Echeburúa y Fernández-Montalvo, 2007).
Nuestro Código Penal tras la reforma introducida por la Ley Orgánica 1/15 y 2/15 introdujo un cambio importante en materia de eximentes y atenuantes en la responsabilidad penal
recogidas en el art. 20 y ss. en aquellos supuestos en que en los que el hecho delictivo se comete con el objeto de obtener el dinero que les permita mantener su adicción; en
concreto el art. 21.2 CP hace referencia a la aplicación de atenuantes en estos supuestos y no cuando el delito se comete bajo los efectos de la droga.

En este sentido el Instituto Nacional de Toxicología ha establecido el criterio del consumidor habitual al “sujeto que suele adquirir para si mismo la cantidad necesaria para 5 días”,
diferenciando según el tipo de sustancia de consumo:

 Heroína.- 3 gramos
 Cocaína.- 7,5 gramos
 Marihuana.- 100 gramos
 Hachís.- 25 gramos
 LSD.- 3 miligramos
 Anfetamina.- 900 miligramos
 MDMA (metilendioxi-metanfetamina).- 1,440 miligramos.

La jurisprudencia del Tribunal Supremo ha considerado como drogas que ocasionan graves daños a la salud la cocaína, los opiáceos, las anfetaminas, el LSD (dietilamida del ácido
lisérgico), el éxtasis y drogas de diseño excluyendo de este grupo anterior el cannabis y sus derivados, el hachís y los psicofármacos (SSTS de 08/03/2002 y 18/02/2015).

En relación a las posibles atenuantes y eximentes aplicables por los tribunales de justicia a los sujetos “drogodependientes-delincuentes” el criterio a seguir es el siguiente:

 Art. 20.2 CP.- Eximente por intoxicación plena o síndrome de abstinencia

 Art. 21.1 y 2 CP.- Atenuante por intoxicación y abstinencias incompletas y adicción grave a la sustancia en cuestión
Los requisitos exigidos por los Tribunales de justicia en la actualidad para la aplicación de eximentes y atenuantes en supuestos de drogadicción son los siguientes:

1. Requisito Biopatológico: Exige antigüedad en el consumo de drogas con intoxicación o abstinencia grave

2. Requisito Psicológico: Exige influencia en sus facultades mentales.

3. Requisito Cronológico: Exige que la comisión del hecho delictivo tenga lugar bajo los efectos del consumo de drogas y su influencia psicológica o se actúe bajo los efectos
del síndrome de abstinencia.

4. Requisito Normativo: La mayor o menor grado de influencia en las facultades mentales del sujeto determinarán la aplicación de eximentes( completas o incompletas) o
simple aplicación de atenuantes de la responsabilidad penal.

Todos estos requisitos estudiados y valorados por el juzgador determinarán el tratamiento jurídico-penal del sujeto que pueden ir desde la imputabilidad, la suspensión de la pena
privativa de libertad tras obtener sentencia condenatoria o incluir al drogodependiente en alguno de los planes de tratamiento de desintoxicación desarrollados en los centros
penitenciarios una vez que sea ejecutoria la pena privativa de libertad. Es aplicable también la denominada “actio libera in causa” en aquellos supuestos en los que el
drogodependiente reitera sus conductas delictivas sin someterse a tratamientos de desintoxicación dando lugar a la no aplicación de la inimputabilidad.

Por último requiere un análisis concreto aquellos delitos que se hayan cometido bajo la ingesta de bebidas alcohólicas; según STS de 06/11/2014 se establecen diversas posibilidades:

 Eximente Completa (Art. 20.2 CP).- Equiparable al trastorno mental transitorio; supone una alteración profunda del sujeto con embriaguez plena y fortuita que lleva al
individuo a la imposibilidad de comprender la ilicitud del acto
 Eximente incompleta ( Art. 21.1 CP).- Requiere que la embriaguez sea fortuita pero no plena con afectación de las facultades en el momento de los hechos, dificultando al
sujeto la comprensión de la ilicitud de los hechos; no sería aplicada en los supuestos en que la embriaguez es culposa.

 Atenuante ( Art. 21.2 CP).- Requiere que el consumo de alcohol no sea habitual ni se produzca con el propósito de cometer el hecho delictivo, dicho estado de embriaguez
debe influir en las capacidades intelectuales y volitivas pero no en el grado que se requiere para aplicación de eximentes.

 Atenuante Analógica ( Art. 21.6 CP).- Requiere de una disminución leve tanto en las capacidades para entender como en la voluntad del sujeto y exige una relajación en las
capacidades del sujeto para desarrollar conductas de acuerdo a los procesos lógicos de socialización.

En todos los casos mencionados los tribunales deberán valorar la concurrencia de cada una de estas situaciones con el auxilio de informes periciales realizados y aportados a la causa
por especialistas en la materia en los que se determine el tipo de sustancia, la habituabilidad y antigüedad en el consumo de los mismos, vías de administración y dosis habituales
diarias así como la posible comorbilidad del consumo y la presencia de posibles trastornos mentales bien previos o derivados de la adicción.
Bibliografía

 Castillo, E., Gómez, E. J., Mata-Martín, J. L., Ramírez, I. y López, F. (2016). Perfil diferencial de trastornos de personalidad en el consumo de drogas y maltrato. Acción psicológica, 13(1), 31-40.

 Esbec, E. y Echeburúa, E. (2016). Abuso de drogas y delincuencia: consideraciones para una valoración forense integral. Adicciones, 28(1), 48-56.

 Guillem Lera Calatayud, Sara Giner Brocal, Elena Castellano Rioja, Francesc Giner Zaragoza.(2016). ¿Las enfermedades de la piel son más comunes en personas con trastornos de personalidad?,
35

 Cunha, O. y Gonçalves, R. A. (2013). Intimate partner violence offenders: Generating a data-based typology of batterers and implications for treatment/La violencia de pareja: Generación de una
tipología de maltratadores basada en los datos e implicaciones para el tratamiento. The European Journal of Psychology Applied to Legal Context, 5(2), 131-139. Recuperado
de http://search.proquest.com/docview/1404742575?accountid=14542.

 Arteaga A., Fernández-Montalvo J. y López-Goñi J. J. (2012). Diferencias en variables de personalidad en sujetos adictos a drogas con y sin conductas violentas contra la pareja. [Differences in
personality variables in drug-addicted patients with and without intimate partner violence]. Acción Psicológica, 9(1), 19-32. http://dx.doi.org/10.5944/ap.9.1.435.

 Bennett, T., Holloway, K. y Farrington, D. (2008). The statistical association between drug misuse and crime: A meta-analysis. Aggression and Violent Behavior, 13, 107– 118.
doi.org/10.1016/j.avb.2008.02.001

 Bravo de Medina, R., Echeburúa, E y Aizpiri, J. (2010). Características psicopatológicas y dimensiones de personalidad en pacientes adultos jóvenes dependientes del cannabis en tratamiento: un
estudio comparativo. Adic- ciones, 22, 245-252.

 Echeburúa, E. y Fernández-Montalvo, J. (2007). Male bat- terers with and without psychopathy: An exploratory study in Spanish prisons. International Journal of Offender Therapy and
Comparative Criminology, 51, 254-263.doi.org/10.1177/0306624x06291460

 https://www.conceptosjuridicos.com/codigo-penal/.

 https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/comorbilidad-los-trastornos-por-consumo-de-drogas-y-otras-enfermedades-mentales

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