La Neuroeconomía es un campo multidisciplinar, que articula los conocimientos de áreas
como la Economía, la psicología y la neurociencia, y que estudia el comportamiento cerebral en la toma de decisiones. Estudia cómo el comportamiento económico puede dar forma a nuestra comprensión del cerebro, y cómo los descubrimientos neurocientíficos pueden limitar y guiar a los modelos de la economía. La emoción es un concepto que en economía muchas veces no se tomó en cuenta porque da la sensación de que la emoción desaparece frente al pensamiento lógico, siendo que en realidad las decisiones que tomamos pensando que son racionales están llenas de emociones. Lo racional no sustituye a lo emocional, sino que lo complementa e incide en su desarrollo y en cada decisión final que tomamos. Al utilizar los avances de las neurociencias sobre las emociones es posible determinar mecanismos que subyacen a la conducta, y que impulsen a actuar de determinada manera en algunas circunstancias y a no hacerlo en otras. En este sentido, el Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman, revela que el supuesto clásico de la decisión racional del consumidor es afectado por importantes sesgos cognitivos; Kahneman cuestiona la teoría económica clásica desde Adam Smith que se basa en que los miembros de la sociedad son siempre racionales, definidos como «homo economicus» que buscan maximizar las utilidades, analizando objetivamente los costos y beneficios. Otro escritor que cambia la perspectiva de pensamientos ya establecidos es Thaler (1980), quien cuestiona las teorías positivas y normativas que analizan cómo los consumidores deben elegir en un modelo racional de maximización de utilidad, y agrega que estos modelos descuidan cómo los consumidores eligen actuando, en ocasiones de manera inconsistente, frente a los postulados tradicionales que no tienen en cuenta los siguientes aspectos: subvaloración de los costos de oportunidad, fallo al ignorar costos hundidos, autocontrol, entre otros. Ampliando el análisis de la toma de decisiones, Loewenstein (1996) y Camerer (2013) afirman que esta es un área de investigación donde convergen la economía y la psicología cognitiva, teniendo en cuenta que elementos como los factores viscerales (hambre, sed, deseo sexual y sueño, entre otros) y la interdependencia estratégica inciden sobre esta, comprendiendo la racionalidad limitada, no como la violación del supuesto de transitividad e independencia, sino como un proceso de percepción subjetiva que depende de múltiples factores que condicionan la elección (emociones, factores viscerales, influencia social, etc.). Concluyendo, la neuroeconomía es una ciencia que se va consolidando como un nuevo paradigma que, apoyada en las neurociencias, permite comprender los procesos del cerebro y la mente y su influencia en la toma de decisiones económicas. Referencias Bibliográficas https://revistas.itm.edu.co/index.php/revista-cea/article/view/1911/2296 https://bibliotecavirtual.unl.edu.ar/publicaciones/index.php/CE/article/view/6447