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PRESENTADO POR:
LILIAN BENAVIDES
01 MAY 2017
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INDICE
AGRADECIMIENTOS ......................................................................................................... 4
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 5
ABSTRACTO ...................................................................................................................... 7
LA VIOLENCIA DOMESTICA: “Queremos que nuestras iglesias hablen del tema” ........ 16
¿VIOLENCIA EN LA FAMILIA?.......................................................................................... 28
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ETIOLOGÍA DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA .................................................................... 44
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AGRADECIMIENTOS
Mi principal agradecimiento es Dios por guiarme a llevar a cabo este estudio e investigación
sobre lo que está sucediendo alrededor nuestro que es las problemáticas de la violencia
doméstica, abuso y agresión, esperando que las investigación que he hecho contribuida a la
comprensión de este fenómeno.
El motor fundamental de este trabajo tanto inspirador como motivacional, es a todas las mujeres
hombre, adolescentes y niños que han sido maltratados y abusados física, espiritualmente,
sexualmente. A todas esas víctimas de historias de vidas admirables por su empuje a merecer una
vida mejor, victimas que a pesar de las adversidades que vivieron cuando niñas y/o en su vida
adulta han sido capaces de resistir a los traumas y vivir en un crecimiento humano que cada día se
refleja y se admira.
Agradezco además a mi mentor y profesor Doctor Flavio Chávez por sus enseñanzas y dedicación
siempre estar allí para apoyarme con sus herramientas, conocimientos más allá del área académica
quien en forma altruista cooperó con sus conocimientos y me motivó para proseguir en este camino
de aprendizaje, a su enseñanza no solo académica sino a la admiración que nace a un hombre que
su humildad es tan grande como su saber. A su esposa Jenny Chávez por el amor y ayuda
incondicional que nos a cada alumno de Edison Theological Seminary.
A mis hijos Joshua, Nathaniel y Krystian Benavides por ser mi motor para poder seguir adelante
y poder ser un ejemplo para ellos. .
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INTRODUCCIÓN
Hoy día es difícil leer un periódico o una revista familiar donde no se hable de la violencia
doméstica. Se hace referencia a la violencia doméstica en las escuelas, los hospitales, y en los
juzgados. Posiblemente el único lugar donde no se considera ni se trata adecuadamente el tema de
la violencia doméstica es en la iglesia La iglesia es una de las instituciones llamada a condenar la
violencia doméstica y a señalar qué se puede hacer para corregir este mal.
Si nos propusiéramos lo siguiente: señalar algunas de las estadísticas que indican la seriedad de
la violencia doméstica, mostrar los distintos aspectos de la violencia doméstica, discutir su
etiología, y considerar algunas de las soluciones que la iglesia puede adoptar. Esta no se limita a
la violencia doméstica marital, sino también a la violencia doméstica contra los niños, entre
hermanos, violencia en contra de los hombres, laborales, espirituales y aún la violencia doméstica
en contra de los ancianos.
Durante el año 1995 varios acontecimientos en los Estados Unidos llamaron la atención en
forma poderosa en relación al mal y a la frecuencia de la violencia doméstica. Uno de ellos fue el
juicio del famoso ex-deportista O.J. Simpson por el asesinato de su ex-esposa, Nicole Brown
Simpson, y el joven Ronald Goldman. Otro incidente que llamó la atención fue el crimen que
cometió Susan Smith contra sus dos hijitos, Michael de 3 años y su hermano Alexander de 14
meses. Al principio ella dijo que alguien le había robado el carro con los dos niños. Días después
confesó que ella los había matado. Francamente estos dos incidentes son la punta de un témpano
de hielo.
En los Estados Unidos se conoce más acerca de la violencia doméstica porque los noticieros son
muy sensacionalistas y se publica mucho acerca de estos acontecimientos. Pero no se trata de un
mal sólo en los Estados Unidos sino en muchos países del mundo, presentan un panorama mundial
del estado de la violencia doméstica.
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ABSTRACTO
Esta investigación el objetivo es determinar los efectos de la violencia doméstica.
La violencia doméstica, desde una perspectiva teórica, se basa en la educación científica y social,
jurídica y una amplia visión conceptual de varios autores contemporáneos y el apoyo a los
documentos electrónicos y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Nos encontramos ante un problema complejo, tanto en su génesis como en su desarrollo, que deriva
en graves consecuencias de índole física, psicológica y de relación social para las personas
afectadas y para sus entornos familiar y comunitario. La violencia doméstica, la frecuente violencia
de pareja, no es un problema nuevo pero, sin duda alguna, podemos considerarlo un problema cada
vez más próximo. Y no solo debido a la importante repercusión que en los medios de comunicación
tienen los dramáticos sucesos de mujeres maltratadas, sino debido al hecho de que la violencia
doméstica haya dejado de considerarse un asunto privado y empiece a reconocerse como un
problema de salud.
El eslabón que nos compete , con sus vertientes de intervención preventiva, actuación clínica de
coordinación asistencial e interdisciplinar, acompañadas del necesario componente investigador y
de actualización de conocimientos y habilidades, ha de engarzarse adecuadamente con los
eslabones que competen a profesionales de otras áreas de la sociedad, en la consecución de una
cadena de abordaje integral de la violencia doméstica.
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El tema de la violencia domestica incluye una amplia variedad de fenómenos, entre los que se
encuentran algunos componentes de la violencia contra las mujeres, el hombre y ancianos , abuso
en todas sus formas - verbales, psicológicas, físicas, sexuales -. La Iglesia debe de proporcionar
un ambiente seguro, consejería y apoyo a la víctima. Mientras deploramos las acciones del/a
abusador/a y afirmamos que la persona está en necesidad de amor redentor de Dios
“La iglesia debe reexaminar los mensajes teológicos que comunica a la luz de las experiencias
de las víctimas de violencia sexual y de género... Parte de nuestro llamado, como individuos y
como iglesia, es tratar de abordar las causas fundamentales de la violencia, trabajar para
erradicarla en sus múltiples formas y ser instrumentos de Dios para la totalidad de las mujeres
y la niñez afectada Si Hablando acerca de la violencia doméstica en nuestras iglesias es un buen
lugar para comenzar………..”
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LA VIOLENCIA DOMESTICA Y LA IGLESIA
A los cinco años de su segundo matrimonio abusivo, Margarita y su esposo le entregaron su vida
a Cristo. Este compromiso espiritual le dio a Margarita la esperanza de que su tumultuoso
matrimonio se pudiera salvar.
Pero cuando el abuso físico continuó, se dirigió a su pastor para buscar ayuda. Le contó los terrores
de vivir con un hombre que una vez la lanzó contra una pared y la ahorcó hasta el punto que
escuchó un chasquido en su cuello.
Su pastor le aconsejó: Ve a casa, ora y sométete. "Si tu esposo te mata, será para la gloria de Dios".
Margarita sobrevivió tanto el tormento cruel de su esposo así como el escalofriante consejo del
pastor. Pero como muchas mujeres que han sido maltratadas, encontró refugio en el mundo no en
la iglesia -- un refugio para mujeres en Texas.
"La violencia doméstica es un gran problema en Estados Unidos, América Latina y dentro de la
Iglesia", expresó el pastor y consejero matrimonial Jimmy Evans de Amarillo, Texas, E.U.A. "Pero
la iglesia no lo está tratando como un problema serio".
Según las estadísticas del Concilio Nacional En Contra de la Violencia Doméstica, una mujer es
agredida cada 15 segundos en los Estados Unidos. Cada año, casi 2 millones de mujeres son
agredidas por sus esposos o ex maridos. Un tercio de todas las mujeres que buscan atención médica
han sufrido de violencia doméstica. Se dice que es la causa número uno de crimen en Estados
Unidos y la menos que se denuncia. Lo más vergonzoso es que muchas de las víctimas y sus
perpetradores son cristianos.
Margarita, cuya experiencia la condujo a trabajar con otras víctimas, le dijo a Vida Cristiana que
la mitad de las mujeres que ha ayudado son cristianas. Muchas de ellas por estar atrapadas entre
su teología y la realidad de su situación, a veces les omiten información vital a las personas que
desean ayudarlas.
"Tienen miedo de recibir consejos del mundo y al mismo tiempo protegen a sus esposos", señaló
Margarita, quien se convirtió en la consejera principal para mujeres cristianas dentro del refugio.
Don Sapaugh, presidente del Centro de Tratamiento Rapha en Dallas, Texas, E.U.A. dijo que la
renuencia a compartir información es especialmente característico de las esposas de pastores que
sufren de abuso. “No saben a dónde ir", comentó él.
Muchas de las llamadas que se reciben en el Centro Rapha son de mujeres maltratadas por sus
esposos ministros. En ocasiones son de pastores que desean confesar sus actos.
"No existe evidencia de que la incidencia de violencia doméstica en los matrimonios cristianos es
menos que el nivel nacional", expresó Elizabeth Stellas Tippins del Centro de Prevención de
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Violencia Sexual y Doméstica, una organización sin fines de lucro que se enfoca en casos de clero
abusivo. "El problema es que todo se oculta", añadió.
Una solución efectiva al problema de la violencia doméstica tiene que venir de varias fuentes
como el hogar, la sociedad, la escuela y la iglesia. Siendo que nuestro tema es el de la iglesia ante
la violencia doméstica, consideremos las siguientes acciones concretas que esperamos se realicen
en toda comunidad de fe.
La iglesia debe enseñar a los fieles como enfrentar en forma saludable las situaciones de
conflicto. Gran parte de la violencia doméstica ocurre en medio de un conflicto y porque las
personas no saben cómo lidiar sanamente con tal situación. Muchas personas ante un conflicto se
ofuscan y pierden su capacidad de razonar sanamente.
La iglesia debe enseñar, desde una perspectiva bíblica, los privilegios y responsabilidades de ser
padre y madre hoy en día. Una pregunta que oímos frecuentemente es ¿qué significa ser un padre
hoy?. Hay matrimonios jóvenes donde los padres tienen 15, 16, 18 años y no han sido enseñados
acerca de sus responsabilidades; además, muchos han tenido una imagen negativa en sus hogares
y no han recibido enseñanzas alternativas.
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La iglesia debe abrir sus puertas a las víctimas de violencia doméstica
Con la expresión «abrir sus puertas» nos referimos a recibir estas personas y crear un ambiente
donde las víctimas se pueden sentir libres para expresar su dolor y experimentar sanidad.
La violencia deja huellas muy profundas. Algunas personas no han podido orientar su vida después
del trauma de la violencia. Muchas víctimas han estado buscando un lugar «seguro» donde puedan
ser aceptadas y respetadas, un lugar donde no se sentirán responsables o corresponsables de su
dolor. En algunas partes las víctimas han formado un grupo de apoyo entre sí y esto puede ser muy
terapéutico.
Esta es una acción que requiere mucho amor, misericordia y sabiduría. Lo más fácil es juzgar y
condenar a los abusadores; pero ellos también necesitan ayuda. Muchos están atrapados con sus
problemas y con su sentimiento de culpabilidad. Por lo general se trata de personas con una
autoestima baja, personas inseguras. La iglesia puede hacer mucho para restaurarlos, primeramente
a su hogar y luego a la iglesia.
La iglesia debe informar a sus miembros sobre los recursos legales, sociales y psicológicos
que están al servicio de las víctimas de violencia doméstica.
Tales recursos pueden ser de varios tipos (como por ejemplo, gubernamentales, privados, etc.). Es
importante mantener la información al día y las líneas de comunicación y colaboración siempre
accesibles.
Pasajes como Efesios 5:18–6:4 y Colosenses 3:12–21 resultan indispensables. En estos textos
Pablo recomienda que la Palabra de Dios reine en la vida de la nueva criatura y, como consecuencia
de esto, se transformarán las relaciones: las esposas estarán sujetas a sus esposos, éstos a su vez
amarán a sus esposas como Dios amó a la iglesia; los hijos obedecerán a sus padres y madres, y
ellos y ellas no provocarán a sus hijos.
Este tipo de falta de ayuda que Margarita recibió no es inusual, comentó Evans. "Los pastores
simplemente no saben cómo aconsejar una mujer que ha sido abusada", opinó.
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¿Por qué las mujeres no están encontrando más ayuda en sus iglesias? Parte del problema dicen
los expertos se encuentra en las falsas interpretaciones de lo que la Biblia dice sobre el matrimonio.
El pasaje bíblico que más se usa para "justificar" el comportamiento abusivo es Efesios 5:22-24:
"Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la
mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que,
como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo".
Este pasaje se ha manejado terriblemente mal. Algunos pastores según señala, "Han establecido
criterios hechos por el hombre para lo que es y no es sumisión y así terminan practicando abuso
doméstico. Yo sé que esa no es la intención de las Escrituras". Evans está de acuerdo. La verdad
es que la sumisión bíblica no incluye violencia física. La Biblia no apoya que una mujer sea
abusada por su esposo, al contrario nos dice que ayudemos a los que no se pueden ayudar a sí
mismos (vea Pr. 31:9; Is. 1:17).
Es más los que piensan lo contrario deben terminar de leer el pasaje de Efesios, el cual dice en los
versículos 28 y 29 que: "El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás
a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia".
Dos personalidades
Según los expertos, alrededor de la mitad del abuso cometido por un hombre cristiano es físico o
sexual, y el resto es emocional que implica manipulación mental. Con frecuencia este segundo tipo
de abuso la iglesia lo toma menos seriamente, lo que atrapa a las mujeres en una prisión emocional.
Juan era un hombre divorciado y el líder de alabanza de una iglesia carismática no denominacional.
Rebeca era una dama divorciada miembro de la misma iglesia. Ella se había mantenido a distancia
por lo que se sorprendió cuando Juan la invitó a salir. En 1990, un año después de su primera
salida, se casaron. "Esta vez fui cuidadosa", expresó Rebeca cuyo primer esposo fue abusivo.
"Pensé que estaba segura casándome con un cristiano".
Pero el hombre con quien se casó Rebeca pasó una transformación repentina. "Él cambió
completamente en nuestra luna de miel, y nunca volvió a ser el mismo", recuerda la contable de
37 años.
Juan la agredía verbalmente, criticaba su apariencia y le decía que era un fracaso como ser humano.
El abuso se intensificó, aunque él continuaba dirigiendo la alabanza en su iglesia.
Rebeca buscó la ayuda de un doctor, este le recetó antidepresivos pues ella pensaba que estaba
perdiendo la sensatez. Después de dos años, ella le confesó a su pastor lo que estaba sucediendo.
Aun así pasaron 8 meses antes de que fuera removido de su puesto de líder de alabanza -- aunque
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todos los líderes en la congregación conocían la situación. Para ese entonces Rebeca se había
mudado de la casa.
Antes de la separación ella logró que su esposo fuera a varias sesiones de consejería. Pero los
aconsejaron juntos, una práctica que según muchos expertos es la antesala para el fracaso. En el
caso de ellos, los expertos estuvieron en lo correcto. Juan se había convertido en un maestro de la
manipulación, ignoraba los consejos que le daban y le echaba la culpa a ella por los problemas de
ambos. Esto es característico en las relaciones abusivas así como también la abrumadora necesidad
del abusador de controlar a otro ser humano.
En casos de violencia doméstica, los expertos concuerdan que la razón principal por la cual es
peligroso aconsejar a la pareja junta es porque la víctima puede enfrentarse a peor abuso cuando
el agresor escucha lo que le dicen al consejero. Un reciente caso fue el de un marido que golpeó
sin piedad a su esposa cuando escuchó lo que ella le dijo al consejero, al día siguiente la esposa se
suicidó.
Sufriendo en silencio
Los pensamientos de suicidio ponen a las mujeres cristianas en un lugar muy precario. No sólo se
sorprenden de que sus emociones hayan llegado hasta tal punto, sino que temen que hayan dañado
su relación con Dios permanentemente.
Consecuentemente, muchas mujeres sufren en silencio. Entre ellas, Victoria, una mujer de 42 años
de edad y cristiana desde los 12 años. Victoria creyó que Dios le había traído el hombre de sus
sueños cuando conoció a Francisco en 1974. Él era un cristiano recién convertido que había
renunciado a su estilo de vida rebelde. Poco después, estableció una nueva vida con su esposa.
Pero a menos de un año después de casarse, su iglesia abrazó las enseñanzas de un movimiento
que acentuaba la autoridad de los líderes de la iglesia sobre la vida pública y privada de los
miembros de la congregación. De un día para otro Francisco cambió y dejó de ser un esposo
amoroso y se convirtió en un tirano. Él le decía a Victoria qué creer, qué leer, cómo vestirse y
hasta cómo peinarse. Cuando ella comenzó a preguntar el porqué del control, Francisco la
calificaba como rebelde y con falta de sumisión.
Al poco tiempo a Francisco lo nombraron líder en su iglesia, lo cual agregó una nueva dimensión
a su necesidad de controlar. Los años de tiranía fueron destrozando la vida de Victoria hasta que
llegó al punto que ella simplemente deseaba morir.
Los matrimonios abusivos no tienen que terminar como el de Victoria. En muchos casos las parejas
cristianas han encontrado el camino hacia la sanidad y la reconciliación.
Para ese entonces la pareja vivía en una ciudad de tamaño mediano, lo cual le dio a Tomás el
anonimato para abusar de su esposa con impunidad. Eventualmente dos cosas alteraron el rumbo
de la situación: un pastor que se atrevió a confrontar la situación y una oferta de trabajo en la
ciudad natal de Tomás. En 1983, la pareja se mudó a la ciudad rural donde la familia de Tomás
había vivido por generaciones. De pronto él tuvo que enfrentar un nivel de responsabilidad que
nunca había conocido. "Vivir en una comunidad pequeña con una población de 2,000 tiene efecto
en la vida de una persona", comentó Tomás. "Tenía un trabajo como maestro y mi comportamiento
se reflejaba en mí profesionalmente".
Para 1985, el abuso había terminado totalmente, y Tomás mantenía relaciones estrechas con
personas que lo ayudaban a lidiar con su problema. Mientras tanto, Carla perdonó a Tomás y
encontró ayuda emocional entre sus amigas cristianas. Hoy, Carla y Tomás asisten a la iglesia
junto a sus cuatro hijos. No cabe duda en la mente de Tomás que lo que puso fin al abuso -- y salvó
su matrimonio -- fue la exposición de la situación. Su mensaje para el abusado y el abusador es
claro: hagan que el comportamiento abusivo sea conocido inmediatamente.
"El abuso y la violencia se alimentan en la oscuridad", dijo él. "Admitir que existe el abuso expone
a la luz el pecado. Hemos estado demasiado dispuestos a permitir que los pecados secretos existan.
La sanidad se encuentra al exponer los pecados a la luz".
Marcia Ford es editora, escritora y periodista cuyo trabajo ha sido publicado en varias revistas
internacionales.
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¿CUAL ES LA RESPUESTA CRISTIANA A LA VIOLENCIA DOMESTICA?
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso
más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan
estorbo.” (1 Pedro 3:7) Los maridos deben amar a sus esposas como aman a sus propios
cuerpos. "Pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así
como Cristo hace con la iglesia" (Efesios 5:29). Los hombres son líderes que sirven, no
exigiendo autoridad o sumisión, pero tratando a sus esposas de tal manera que la sumisión se
convierte en su respuesta natural. "Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos." (Mateo 20:28). El abuso infantil es también
fuertemente condenado por Dios. Aunque la disciplina es importante, debe ser su propósito
corregir y dirigir al niño a la justicia, no como una manera de sacar la ira injustamente. "Y
vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación
del Señor." (Efesios 6:4). Colosenses 3:21 dice: "Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se
desanimen." No debemos hacer nada para destruir el espíritu de nuestros hijos, o destruir su
inocencia. Jesús fuertemente advierte a aquellos que podrían causar que los niños tropiecen o
pierdan la fe en Él (Mateo 18:6).
Las víctimas de la violencia doméstica necesitan ser protegidas, hasta ser trasladadas
temporalmente a un lugar seguro si es necesario. Si una esposa está siendo abusada por su
marido, necesita separarse de él mientras él recibe tratamiento por su violencia. Una vez que un
consejero cristiano bíblico lo ha juzgado apropiado reunirse la pareja, deberían hacer todo lo
posible para conciliar y vivir en paz, siguiendo el asesoramiento de la familia y/o del
matrimonio.
Esto sólo es posible si ambas partes están dispuestas a comprometer sus vidas a Cristo y a hacer
a Dios la cabeza de su hogar. Deben encontrar una iglesia cristiana local de enseñanza bíblica y
comprometerse a la membrecía. También deben encontrar a cristianos espiritualmente maduros
que están dispuestos a discipularlos individualmente o en grupos pequeños. Los beneficios de
esto son muchos, incluyendo la responsabilidad por sus acciones. "El SEÑOR es refugio de los
oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia. En ti confían los que conocen tu nombre,
porque tú, SEÑOR, jamás abandonas a los que te buscan." (Salmo 9:9-10).
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LA VIOLENCIA DOMESTICA: “Queremos que nuestras iglesias hablen del tema”
Reconocemos que la violencia familiar y el abuso en todas sus formas - verbales, psicológicas,
físicas, sexuales - son perjudiciales para el pacto de la comunidad humana. Animamos a la Iglesia
a proporcionar un ambiente seguro, consejería y apoyo a la víctima. Mientras deploramos las
acciones del/a abusador/a y afirmamos que la persona está en necesidad de amor redentor de Dios
La iglesia debe reexaminar los mensajes teológicos que comunica a la luz de las experiencias de
las víctimas de violencia sexual y de género... Parte de nuestro llamado, como individuos y como
iglesia, es tratar de abordar las causas fundamentales de la violencia, trabajar para erradicarla en
sus múltiples formas y ser instrumentos de Dios para la totalidad de las mujeres y la niñez afectada.
Hablando acerca de la violencia doméstica en nuestras iglesias es un buen lugar para comenzar.
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LA TAREA TEOLOGICA
Uno de los primeros pasos que "La articulación de nuestra teología contra la violencia
doméstica" recomienda, es trabajar con el testimonio bíblico acerca de la violencia doméstica. Se
presentan dos textos.
2 Samuel 13: 1-22 cuenta la historia de Tamar, una hija del rey David que es violada por su
hermano Amnón. El texto es preocupante; cuando Tamar se entera de la intención de Amnón,
ella trata de detenerlo haciendo referencia a la vergüenza experimentada por las víctimas de
violación en esa antigua cultura.
Igualmente de preocupante es como el Rey David trata el caso de la violación: "cuando el rey
David se enteró de todo lo sucedido, se puso muy furioso; pero no reprendió a su hijo Amnón
porque, como era su hijo mayor, lo quería mucho" (DHH).
Esta historia se contrasta con la escena en Juan 8: 1-11. Algunos líderes religiosos llevaron a una
mujer acusada de adulterio ante Jesús para ponerlo a prueba. En lugar de adherirse a las normas
sociales, Jesús se convierte en un aliado para la mujer y muestra una masculinidad que reconoce
la dignidad de la mujer y desafía lo que los otros aceptaban.
"La articulación de nuestra teología contra la violencia doméstica" equipa a las iglesias y líderes
para enseñar que la violencia doméstica es inaceptable.
La presentación compare una cita de la pastora metodista unida Rose Farhat de la Conferencia
Anual de Liberia, "Siempre ha habido violencia contra las mujeres. Dios no estaba de acuerdo con
la violencia en aquel entonces, y Dios no está de acuerdo ahora". Farhat es una de las autoras de
la presentación.
Las mujeres violadas y los niños y niñas víctimas de vejaciones sexuales tienen problemas con el
concepto de Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente. Se sienten culpables porque Dios ha
visto todo. Se sienten enfadados porque Dios todopoderoso no acudió en su ayuda. Entonces, le
echan la culpa a Dios o se sienten traicionados. Algunos aspectos de la teología tradicional tienden
a condicionar a la mujer a una vida de sufrimiento, sacrificio y servidumbre. Ello ha dado lugar a
que el sufrimiento se considere bendición de Dios para edificación personal y expiación de los
pecados de los demás.
La interpretación errónea del hecho de que Dios enviara a su hijo unigénito a sufrir, se ha utilizado
a veces para justificar y permitir un sufrimiento injusto. Una teología semejante ha acallado a las
víctimas, obligándolas a soportar el dolor. El sufrimiento en la cruz debe interpretarse como una
expresión del amor de Dios para vencer al mal. El auto sacrificio voluntario de Jesús fue para
reconciliación eterna, haciendo innecesario que alguien más tuviese que sufrir injusticia. El hecho
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de que la resurrección de Jesús fue una victoria sobre su victimización puede liberar a las mujeres
de una identificación unilateral con el sufrimiento de Jesucristo. ¡Pueden, en cambio, identificarse
con el Cristo victorioso! Las alienta a salir del círculo vicioso de la violencia, el temor, modelos y
hábitos relacionados con su papel de víctimas. Según Pablo, Cristo liberó a los seres humanos para
que fuesen libres, no para que sufriesen (Gl 5:1). Dios se identificó a sí mismo con Jesucristo,
como víctima y sacrificio y por lo tanto está de lado de las víctimas y de quienes sufren opresión.
La cruz debe proyectarse no como un llamado al sufrimiento sino como un compromiso con la
Pascua de un nuevo comienzo generador de vida, una Pascua de dignidad y fortaleza, una
afirmación de vida y un legado de unión y comunidad.
- Extremismo religioso como expresión de creyentes fervientes y pensadores más que ‘satánico’;
• Promover discusiones sobre quién tiene derecho a interpretar y hablar en nombre de las
religiones;
• Revisar el concepto de secularización como modelo ideal para ser adoptado por los países, del
individualismo y el egoísmo por sobre la orientación comunitaria y nuestra relación con Dios;
tradiciones eclesiásticas, otras tradiciones y sus consecuencias en los contextos actuales;
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¿CUAL ES LA ACCION TEOLOGICA DE LA IGLESIA FRENTE A LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR?
La violencia intrafamiliar es uno de los problemas sociales que más aquejan a las familias de toda
Latinoamérica, sus efectos devastadores van desde el campo emocional, espiritual, hasta llegar al
físico. Paradójicamente se podría decir sin vacilar que existe mayor posibilidad que una mujer sea
agredida en su propia casa por parte de su pareja que fuera de ella. De igual manera, existe mayor
riesgo de que un niño sea abusado sexualmente en su hogar por parte de un familiar o allegado a
la familia que por un extraño. Del mismo modo, la probabilidad de que un anciano sea maltratado
psicológicamente por un miembro de su familia es mayor a que esto le suceda por parte de otra
persona.
Las investigaciones que se han hecho acerca de esta problemática determinan que existen varias
clases de violencia intrafamiliar; entre las cuales se encuentran principalmente: la violencia física,
la violencia psicológica y la violencia sexual.
La violencia física se caracteriza, como todos sabemos, por el ataque dirigido a otra persona
produciendo dolor, heridas y malestar; y en casos extremos produciendo la muerte. Este tipo de
violencia se detecta fácilmente, pues sus secuelas son visibles, y en muchos casos difíciles de
ocultar. Por su parte, la violencia psicológica; conocida también como violencia emocional, se
manifiesta a través de palabras hirientes y descalificadoras, a través de humillaciones, gritos e
insultos que buscan hacer sentir mal e insegura a una persona logrando deteriorar su autoestima y
dejando profundas huellas en su ser interior.
Detectar este tipo de violencia es muy difícil ya que en comparación con la violencia física, la
violencia psicológica es muy sutil y se podría decir que casi imperceptible. Finalmente,
encontramos la violencia sexual, la cual tiene la particularidad de combinar elementos de la
violencia física y la violencia psicológica para lograr su objetivo. Este tipo de violencia puede ser
de contacto genital, oral y corporal; se lleva a cabo por medio del violentar y obligar a la persona
a tener contacto sexual. También se usa el chantaje, las amenazas y la imposición; inclusive
llegando hasta el incesto.
Existen varios factores desencadenantes de la violencia intrafamiliar, entre los cuales se encuentran
como principales causas: el aspecto psicológico y el aspecto sociocultural. Pero también se
contemplan otras tales como: las experiencias traumáticas de una persona en su infancia, el abuso
de autoridad y poder económico, el machismo preponderante en nuestra cultura latinoamericana,
la presión social y el estrés, las enfermedades mentales, el alcoholismo y la drogadicción.
Si bien es cierto, que en la actualidad, tanto hombres como mujeres son responsables de que esta
problemática se presente en las familias; y mientras que el hombre es más propenso a maltratar
físicamente a la mujer, y la mujer psicológicamente al hombre; la realidad nos muestra que en
mayor proporción son las mujeres las víctimas de este flagelo. Cada día son mayores los índices
de violencia contra la mujer que encontramos en nuestros países, evidenciando que en el mundo
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de hoy existen, aparte de los desencadenantes que ya mencionamos de la violencia intrafamiliar,
influencias extrañas, hostiles; destructoras de hogares. Podemos decir que los antiguos elementos
que sustentaban a la sociedad ya no nos alientan ni protegen.
Cabe entonces preguntarnos como iglesia: ¿si los hogares cristianos han sido inmunes a violencia
intrafamiliar? ante este interrogante muchos responderíamos que bajo ningún punto esta
problemática afecta a los hogares cristianos, tal vez porque nos hemos forjado una idea muy
ingenua acerca del matrimonio, que obedece en primer lugar a que de niños escuchábamos y
veíamos los cuentos en los cuales un Príncipe Azul encontraba a su Princesa Encantada y que,
luego de algunas peripecias; los dos se enamoraban, se casaban y “Vivian felices el resto de sus
días.” Y en segundo lugar, obedece a que nuestra cosmovisión cristiana de la vida y las relaciones
sociales hace que creamos que cuando hablamos de ambiente familiar cristiano, nos referimos a
un núcleo donde reina la paz, el amor, la armonía, la tolerancia y una cantidad de valores éticos y
morales que derivan de la experiencia transformadora que nos da la Palabra de Dios.
Tristemente, y aunque parezca insólito, son muchas las evidencias a nuestro alrededor las cuales
revelan que muchos matrimonios cristianos en Latinoamérica no son exactamente como los de los
cuentos, ni como el ideal de la cosmovisión cristiana lo postula. Por el contrario, encontramos que
la violencia intrafamiliar ha tocado las puertas de muchos hogares cristianos; muchas veces con
más desventajas para las mujeres creyentes, pues por el hecho de guardar una apariencia de piedad
y santidad se ha creado una “cultura del silencio”, la cual va ganando más y más terreno en el
ambiente religioso.
Es así como cada congregación incluye un considerable número de mujeres que han sido agredidas
de forma física, psicológica y sexual en sus hogares por parte de sus esposos. Pero con el atenuante
de que estas situaciones no se denuncian. Por consiguiente, valdría preguntarnos: ¿Cuáles son los
factores que hacen que la violencia intrafamiliar en hogares cristianos se presente? Para dar una
respuesta aproximada, podríamos deducir que la violencia intrafamiliar tiene su origen en la
concepción machista del hombre latinoamericano en su trato para con la mujer y la concepción
religiosa patriarcal de muchas iglesias. Lo cual hace que se ahonde la situación y exagere y
tergiverse el rol del hombre como autoridad, creando en la mentalidad del hombre, y de muchas
mujeres; más un dictador y un ser superior que un esposo.
Este caso se corrobora, en muchas, sino en todas, las congregaciones cristianas; las cuales
presentan el rol del hombre como alguien que se enseñorea de su esposa. De ahí que, existan casos
tales como el de un pastor que enseñaba que el trato de la mujer hacia su esposo debía ser de: “sí
señor, no señor”; de igual manera, encontramos congregaciones en donde la mujer no debe
predicar, basados en la literalización del versículo de 1 de Timoteo 2: 11-15, y como si fuera poco,
los tristes casos de mujeres esposas de pastores quienes deseaban comenzar o continuar sus
estudios universitarios; pero no podía hacerlo por el simple hecho de estar sujetas a sus esposos,
que se desempeñaban en el ministerio. Como podemos darnos cuenta, es preocupante que el rol de
la mujer cristiana se confine; en muchos de los casos, a ser madre, ama de casa y amante de su
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esposo, atropellando con una visión reduccionista del evangelio sus derechos, sus metas, sus
deseos y todo su proyecto de vida.
Por consiguiente, cabe también preguntarse: ¿Cuál es la acción teológica de la iglesia frente a la
violencia intrafamiliar? Como respuesta a dicho interrogante podemos plantear 5 acciones en las
cuales la iglesia puede intervenir:
De la iglesia es la reeducación del hombre en cuanto a su trato para con las mujeres. Es decir,
una gran mayoría de los varones en su temprana edad adulta no leen libros para adquirir sus ideales;
por el contrario los adquieren de los ejemplos que les rodean, particularmente, del modelo
demostrado por el padre, esté él presente o ausente del hogar; y también por el modelo presentado
por los medios masivos de comunicación.
Precisamente, en un análisis sociológico sobre el tema, el escritor argentino Julio Mafud, sintetiza
el tipo de familia que promueve la televisión: “La Familia que promueven los medios masivos de
comunicación es una familia reducida, nuclear, con un padre absorbido por su trabajo fuera del
hogar. A veces, por la situación socioeconómica de nuestros países obliga al padre a tomar dos o
tres trabajos, lo que agrava la situación. El “dulce hogar” se ha tornado en “la carga del hogar”
Por tanto, reiteramos que es responsabilidad de la iglesia enseñar que el trato del hombre hacia la
mujer debe ser de amor, protección y delicadeza, independiente de su problemática personal y
familiar (Efesios 5: 28-29; 1 de Pedro 3: 7).
Es la de enseñar al hombre a dejar sus prejuicios y paradigmas cambiándolos por las instrucciones
de Dios en su Palabra. El mayor problema es la crisis del círculo vicioso. Si la mayoría de los
modelos no cumplen con las normas cristianas, entonces las generaciones venideras seguirán con
los modelos conocidos. Lo que se necesita con urgencia es el rompimiento del ciclo negativo, el
cual neutraliza con la enseñanza de una ética cristiana (Romanos 12: 1-2).
Es la de enseñar la igualdad del hombre, con la mujer (2 de Corintios 7: 4; Gálatas 3: 28). Cabe
resaltar que la Biblia argumenta que el hombre es cabeza de su hogar, y que su rol es diferente al
de la mujer en la familia y en algunas áreas de la vida; pero esto no significa que sea superior a su
esposa o que se le dé al hombre una dictadura otorgada por Dios para hacer lo que le parezca.
Es la de enseñar tanto al hombre como a la mujer que su vida sexual es parte fundamental de su
vida de pareja (1 de Corintios 7: 5). Hoy en día se escucha frecuentemente los casos de parejas
21
rotas debido a problemas sexuales no resueltos, infidelidades y frustraciones debido a las
monotonías reinantes. Bien haría la iglesia en poner en practica este pensamiento de Bernardo
Stamateas: “Hoy, más que nunca, necesitamos una pastoral de pareja, una pastoral del amor y la
sexualidad. Una sexualidad vivida sin represiones, sin culpas y sin temores. Una pastoral que hable
de frente sobre lo que somos: seres sexuados.”
Es la ruptura con “la cultura del silencio“. Hecho ante el cual, la iglesia, se ha confinado durante
mucho tiempo; y por el contrario, en lugar de callar y hacerse cómplice de los actos violentos que
se presentan en muchos hogares, debería empezar por denunciar a los agresores y ayudar a los
afectados por la violencia intrafamiliar. Puesto que, el guardar silencio es sin dudas una mala
estructura mental creada por la exagerada cultura patriarcal de muchas iglesias; que lejos de prestar
algún beneficio, lo que logra es más bien crear situaciones injustas y promoción de la violencia en
los hogares cristianos.
En ese orden de ideas, volvemos a recalcar que la iglesia debe condenar todo tipo de violencia
intrafamiliar, y tratar el tema del matrimonio, el machismo y la hombría mediante la belleza de la
enseñanza de las normas referentes a estos temas que se encuentran en la Palabra de Dios.
Comprobando con ellas, que muchas veces en nuestra frágil humanidad, nos equivocamos en
nuestra manera de pensar. Además, necesitamos tener bien claro en nuestras mentes que si bien
matrimonio no es exclusivamente un paraíso donde descansar, sino también un huerto donde
trabajar; no es tan solo un refugio a dónde huir, sino también el camino que hay que recorrer; no
es solo el jardín de rosas hecho para disfrutar, sino también la parcela donde laborar. Esta
institución fue diseñada por Dios y sus finalidades fueron, entre otras, remediar la soledad humana
y traer felicidad al hombre y la mujer.
Para concluir, vale la pena citar las palabras del Dr. Howard Hendricks: “El hogar cristiano tiene
que florecer en un campo de mala hierba. Nuestra tarea es, entonces, incrementar nuestra
resistencia, y vivir en familia de tal manera que surja una belleza especial y notable en cada uno
de los miembros de los hogares cristianos”.
Que Dios nos ayude e ilumine con su Santo Espíritu para formar hogares cristianos que sean un
ejemplo de vida en donde la célula básica de la sociedad se derrumba día con día.
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VIOLENCIA DOMESTICA Y SEXUAL: ¿se afronta en el púlpito y la iglesia?
Un estudio entre pastores muestra que mientras el 72% cree que es un problema social, sólo un
25% opina que también sucede en su iglesia.
Es una prioridad para los líderes de iglesia, pero pocos la combaten desde el púlpito. El 42% de
los pastores que participaron en un estudio en EEUU reconocen que, aunque se aborda el tema a
nivel personal, “nunca o casi nunca” se menciona el tema en predicaciones o charlas ante la
congregación. Un estudio de Lifeway Research entre 1.000 pastores de iglesias protestantes llegó
a la conclusión de 4 de cada 10 líderes (42%) de comunidades cristianas no tratan esta problemática
en sus reflexiones públicos. Otro 22% mantiene que aborda el tema una vez al año. De esta forma,
sólo un 34% de los pastores, según el estudio, hablan de estas problemáticas ante toda la
congregación de vez en cuando. De la siguiente forma: Un 28% afirma incluir referencias a la
violencia doméstica o el abuso sexual en predicaciones o reflexiones “varias veces al año”, un 4%
“aproximadamente una vez al mes” y un 2% “varias veces al mes”
Justin Holcomb, experto en este tipo de abusos, recordaba que a menudo las víctimas se auto-
culpan por el maltrato que sufren. Por ello, escuchar predicaciones públicas sobre cómo se debe
parar el maltrato ayuda a las víctimas a recordar que Dios se preocupa por su sufrimiento. Algunos
abusadores, dice Holcomb, usan partes de la Biblia (como Malaquías 2:16, que en algunas
versiones se aplica al divorcio) contra sus víctimas, haciéndolas sentir que no hay escapatoria. Los
líderes de la congregación deberían confrontar ese mensaje manipulador: “Sí, Dios odia el
divorcio, pero odia también la violencia contra las mujeres”.
23
PASTORES, UN PROBLEMA "MÁS DE FUERA QUE DENTRO"
El 72% de los pastores creen que el 20% o más de la población general han sufrido alguna vez
violencia doméstica o sexual. Pero al preguntarles por la misma problemática en su propia iglesia,
solo el 17% opinaba que la extensión del problema era igual de grave en su congregación. Más
concretamente, sólo el 25% de los pastores entrevistados consideraba que la violencia doméstica
o el abuso sexual podría ser un problema para algunos miembros de su comunidad.
La primera respuesta de los pastores, según el estudio, es ponerse directamente en contacto con
expertos en violencia doméstica (policía, terapeutas, trabajadores sociales…), personal externo a
la a iglesia. Es la primera opción del 82% de los pastores. Sólo un 12% respondió que opta en
primer lugar por “trabajar con el conyugue para resolver la situación”. Aunque una gran mayoría
de pastores empieza por buscar ayuda en esos expertos externos a la iglesia, un 62% también dice
que en casos de abuso han ofrecido, además, “consejería para la pareja o el matrimonio”. Abogados
de las víctimas alertan de que esto puede ser una práctica peligrosa. Una sesión de consejería
pastoral con agresor y víctima, por muy bien intencionada que sea, puede llevar a más violencia
cuando se vuelve a casa.
Más del 70% de los pastores entrevistados explica que conoce a “familiares, amigos o miembros
de la iglesia que han sufrido violencia sexual o doméstica”. Además, un 11% de los pastores
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reconocieron que ellos mismos habían sufrido este tipo de abusos en primera persona, en algún
momento de su pasado. STETZER: “LOS PASTORES PUEDEN HACER MÁS” Ed Stetzer,
presidente de LifeWay Research, concluye, al ver los resultados del estudio, que “cuando dos
tercios de los pastores hablan del problema de la violencia doméstica ante su iglesia sólo una vez
al año o incluso menos, es que tenemos una seria desconexión de la realidad de la vida en EEUU”.
“Los pastores no pueden permitirse ignorar o rebajar la gravedad del asunto, cuando hay vidas
que están siendo arruinadas a través de violencia sexual o doméstica allí mismo, en su barrio y en
su iglesia”. “La iglesia necesita ser parte de la solución”, comenta Stetzer. “Es un asunto en el que
personas de fe, aun con diferencias teológicas, pueden juntarse para hablar claro: ‘Es un tema
importante, nos preocupamos por ello y debe cambiar’”. “El evangelio libera a los cautivos, y esto
incluye a las víctimas de violencia doméstica, que se sienten como prisioneras en sus propios
hogares.
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¿QUE OPINA DIOS DE LA VIOLENCIA?
La violencia tiene su origen en el peor enemigo de Dios y del hombre, el Diablo. Cristo mismo
llamó asesino al Diablo (Juan 8:44). Y 1 Juan 5:19 dice que “el mundo entero yace en el poder
del inicuo [o Diablo]”. Eso explica por qué a tanta gente le fascina la violencia. Si queremos
ganarnos la aprobación de Dios, tenemos que aprender a odiar la violencia. * ¿Es eso posible?
“Jehová [...] odia a cualquiera que ama la violencia.” (Salmo 11:5)
¿Cómo?
El primer paso: es conocer bien a Dios (Colosenses 3:10). Cuando alguien de buen corazón
descubre las maravillosas cualidades de Dios y comprende lo justas que son sus normas, empieza
a amarlo y se esfuerza por hacer todo lo posible por complacerlo (1 Juan 5:3).
El segundo paso: es escoger bien a nuestros amigos. La Biblia nos aconseja: “No tengas
compañerismo con nadie dado a la cólera; y con el hombre que tiene arrebatos de furia no debes
entrar, para que no te familiarices con sus sendas” (Proverbios 22:24, 25).
El tercer paso: es ver la violencia como lo que en realidad es: una seria debilidad. La tendencia a
ser violento refleja falta de control. La persona pacífica, por el contrario, posee una gran fuerza
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interior. La Biblia afirma: “Aquel que controla su carácter es mejor que el héroe de guerra”
(Proverbios 16:32, Diego Ascunce). “Sigan tras la paz con todos.” (Hebreos 12:14)
¿Acabará algún día la violencia?
Por eso, ahora es el momento de ganarnos el favor de Dios y aprender a ser personas pacíficas.
La Biblia dice en 2 Pedro 3:9: “Jehová es paciente para con ustedes porque no desea que
ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento”.
“Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces.” (Isaías 2:4, La Palabra de Dios para
Todos, 2012)
Muchas mujeres de grupos carismáticos llegan incluso a tolerar la violencia familiar porque
dicen sentir que ‘el diablo está tentando a mi marido’. Se hace hincapié en que hay que perdonar
al marido porque se lo ve violento únicamente bajo influencia de un espíritu de violencia.
Entonces, tratan de ocultar el problema porque es un mal testimonio y temen al pastor o a las
críticas de los demás. Su teología crea sentimientos de vergüenza e inhibición mientras sufren.
Se trata de una espiritualidad sufrida, fundada en una teología de resignación; la idea consiste en
que la vida de la mujer es una expiación de sus pecados. Entre los sentimientos de culpa, la
tentación demoníaca y el sacrificio, la violencia doméstica encuentra una complicidad sufrida en
las mujeres que temen la condena de la congregación o la sociedad.
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¿VIOLENCIA EN LA FAMILIA?
Ojalá que la frase: ¡Nosotros los cristianos no tenemos ese problema! fuera vedad. Pero la
realidad nos muestra que la violencia familiar se encuentra latente no solo en las familias de los
no creyentes, sino también ¡en las familias que componen las iglesias! Y esto está comprobado
por las estadísticas.
En una iglesia se descubrió que: en el 60% de las parejas habían episodios cotidianos de
violencia verbal, como gritos, insultos y amenazas. El 20% admitió haber tenido explosiones de
ira acompañado con empujones y golpes, 30% de las mujeres admitieron haber sido abusadas
sexualmente al haber sido obligadas a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad.
La violencia familiar, ya sea entre cristianos o no, se presenta como un ciclo en tres fases:
1) Acumulación de tensiones: Comportamiento agresivo más hacia los objetos que hacia el
cónyuge. (dar portazos, arrojar objetos, romper cosas, etc.). Poco a poco se mueve desde los
objetos hacia la pareja, manifestado en abuso verbal y físico.
2) La violencia se agudiza: Conscientemente el abusador elige sus actos de violencia, decide el
tiempo y el lugar para los episodios así como qué parte del cuerpo golpear. En algunos casos
aquí es donde se da la intervención policial.
3) Calma y arrepentimiento: El agresor asume su responsabilidad y promete cambiar, hay un
período de calma, muestras de amor y cariño hacia la pareja. Ambos actúan como si nada hubiera
sucedido y prometen que nada de lo sucedido se repetirá.
Transición:
Como creyentes no debemos tratar de evadir este tema sino más bien tomar conciencia de que la
violencia familiar se encuentra aún en los hogares de los creyentes. Si esto es así ¿qué es lo que
pasa con el creyente que enseña y predica en la iglesia y durante la semana golpea a su cónyuge?
Definitivamente afirmamos que hay un problema que no puede ser tratado por ningún
especialista o terapeuta, puesto que la raíz de su comportamiento violento está en proporción con
28
su relación personal con Dios. Así que, basándonos en lo que la Biblia dice en Romanos 8:1-17
veremos dos razones por las cuales la violencia familiar se encuentra arraigada en la vida misma,
aun de las familias cristianas.
Los/as sobrevivientes a menudo no están dispuestos/as a compartir sus historias. Esto puede
conducir a otros a malentender la prevalencia de estos casos.
De acuerdo a "Rompiendo el silencio: violencia doméstica," un folleto disponible en la Iglesia
Metodista Unida Two Rivers en Illinois, "una de cada tres mujeres han sido víctimas de
violación, violencia física y/o acoso por una pareja íntima en su vida".
A menudo estos incidentes ocurren cuando las mujeres, quienes son el 85% de las víctimas, son
jóvenes. Las edades más frecuentes cuando las mujeres primero experimentan violencia de parte
de una pareja son entre 18-24 (38,6%). El segundo grupo más común son entre las edades de
11-17 (22,4%).
El daño hecho
Los/as sobrevivientes de la violencia doméstica sienten el dolor del abuso mucho tiempo después
de que se detenga. El video "Más allá de los Moretones" incluido en la presentación, afirma que
"las mujeres que sobreviven a la violencia doméstica son un 60% más probables de desarrollar
enfermedades crónicas, que en las mujeres sin antecedentes de abuso”. Esas enfermedades
incluyen la diabetes, el asma, la hipertensión, la artritis, infecciones de transmisión sexual,
ansiedad, depresión, trastorno de estrés post-traumático y las migrañas.
Una sobreviviente de la violencia doméstica dice, "Creo que el abuso emocional y psicológico se
expresa en formas en que no es fácil darse cuenta, hasta que tal vez no estamos en esa situación...
yo había interiorizado tanto dolor, ansiedad y estrés que, literalmente, se comió y desgastó mis
huesos y tuve que tener un reemplazo total de cadera".
Factores de riesgo de la víctima y factores de riesgo del Perpetrador.
Factores Protectores Frente al abordaje epidemiológico clásico de “factores de riesgo” centrados
en el agresor o en la víctima y desde la visión de la epidemiología social, se han propuesto
modelos más complejos. Se propone “un marco ecológico integrado” para el estudio y el
conocimiento de la violencia contra la mujer. Modulo: Violencia contra la mujer y salud Sexual:
Ocurre siempre que se imponga a la mujer una relación sexual contra su voluntad. Psíquica:
Comprende amenazas, humillaciones, insultos, intimidación, exigencia de obediencia, tratar de
convencer a la víctima de que ella es culpable de cualquier problema, asustarla, vigilarla. Abuso
verbal: (insultos, celos) Emocional: (Intimidación, asustar a la víctima…) Económico: (Aislar a
la víctima económicamente, retirándola el dinero y las tarjetas de crédito…)
31
ANÁLISIS DE DIFERENTES FORMAS DE VIOLENCIA
Si además, deben convertirse en el saco de boxeo de su cónyuge, entonces, sus vidas son más
desdichadas. Las formas más evidentes de violencia personal son la agresión física y sexual, pero
la vejación emocional y psicológica, en muchos casos puede ser tanto o más perjudicial y tener
secuelas a largo plazo.
TIPOS DE VIOLENCIA
La agresión física
Todo daño infligido de cualquier manera que deje una marca o magulladura física: golpear con la
mano o con objetos; quemar con cigarrillos; patear, esterilización y abortos forzados; mutilación
genital, daño a la propiedad, etc.
La vejación sexual
Cualquier acción en la que se utiliza a una persona, sin su consentimiento, para satisfacción
sexual de otra. Puede tratarse de una subordinada. Puede tratarse de contacto físico como en el
caso de la violación, el incesto, la inmoralidad y el acoso sexual de colegas y subordinados
mediante contactos, besos, demostraciones de cariño, caricias, penetración vaginal, anal y oral, o
cualquier otra actividad que denigra a mujeres y niños para estímulo sexual del autor. También
puede darse sin contacto físico mediante miradas sugestivas; comentarios obscenos o
licenciosos; obligando a la mujer a mirar pornografía o a ser objeto de ella; exhibiendo los
genitales; haciendo llamadas telefónicas obscenas y anónimas, o acosando y persiguiendo, etc.
Excluir: Hacer como si las mujeres no existieran, lo que por lo general se expresa mediante el
lenguaje corporal; por ejemplo, en la reunión de un comité, se hace caso omiso de las
sugerencias y las propuestas de las mujeres. Rechazar: Manifestar el deseo de que la mujer no
exista; por ejemplo: ‘Quisiera que no fueras mi esposa (compañera)’
. Aislar: Impedir que alguien apoye a las víctimas o que se tenga contacto con ellas. En algunos
casos, después del casamiento, se aleja a la joven mujer del apoyo de su familia para que viva
con su familia política que no la ayuda, le niega información sobre su familia y la mantiene
encerrada o confinada.
Criticar: Sermonear, acosar, insultar, ridiculizar, acusar y denigrar a la mujer cuando está sola o
frente a los demás. Amenazar: Con herir o abandonar a la mujer o con lastimar a algunos de sus
seres queridos (hijos u otros familiares y aún animales domésticos). Corromper: Utilizar a la
mujer para que haga algo ilegal; por ejemplo, prostituirse o traficar y vender drogas
Victimizar doblemente: Culpar a la mujer por el dolor que siente; por ejemplo, culpar a la viuda
de ser la causa indirecta de la muerte de su marido por no haber orado lo suficiente, por no
haberlo atendido como corresponde o por ser el ‘pájaro de mal agüero’ que trajo consigo la
muerte. También se riñe a la víctima de violación diciendo que la culpa fue suya o que en cierta
medida se lo buscó por la manera en que iba vestida, por estar donde no debía, o por no haberse
defendido o gritado lo suficiente. También se la puede condenar al ostracismo u obligarla a
casarse con el violador, etc. Algunas mujeres pueden hasta buscar revivir la experiencia de
violencia que han conocido confabulándose con su pareja en búsqueda inconsciente de ser
sometida a más violencia.
Poder y control Cuando la relación entre un hombre y una mujer se basa en la reciprocidad, el
respeto, el compartir y el amor, puede ser muy significativa para ambos. Pero no siempre es así.
Algunos hombres, que han sido condicionados para controlar, tienden a recurrir a la
intimidación, el aislamiento y el abuso emocional. Si no hay intervención desde el principio este
proceso puede tornarse en maltrato físico. Solo el abuso verbal puede ser muy dañino. Crea
pérdida de autoestima y dudas acerca de la propia capacidad de hacer frente a la situación. La
crítica continua desmoraliza y crea una dependencia artificial del victimario. Algunos métodos
utilizados para mantener a las mujeres bajo control se muestran en el círculo de Poder y Control.
El círculo de la violencia doméstica Comienza con una fase de aumento de tensión en la cual la
mujer parece caminar ‘de puntillas’ y pone a prueba una variedad de estrategias para evitar o
postergar un incidente violento; la fase crítica, en la cual el agresor causa un severo daño durante
cierto tiempo que puede variar entre dos y veinticuatro horas (pero en algunos casos se prolonga
hasta una semana o más). Y finalmente, una variable fase de tregua en la que se manifiesta un
33
comportamiento amable, arrepentido y cariñoso. A menudo se denomina a esta la ‘fase de luna
de miel’, pero para la mujer maltratada esta no es una luna de miel. En el mejor de los casos es
un precario aplazamiento temporal dentro de un contexto de coerción, amenaza, opiniones
restringidas y heridas.
El ciclo se repite en forma de espiral de modo que las fases de acumulación de tensión se
extienden cada vez más, el incidente violento se vuelve más peligroso, y las fases de tregua se
acortan o desaparecen. Este se describe como el ciclo de ‘amor, esperanza, temor’. A medida que
el ciclo se repite, las respuestas de la mujer también cambiarán. Durante la fase violenta, puede
romper el silencio y confiarse a alguien. Pero si experimenta la fase de tregua, dice que las cosas
se han arreglado en la pareja y que no hay nada de qué preocuparse.
El autor confiesa y busca el perdón. Este comportamiento de perdonar y dejar pasar por parte de
la mujer y la conducta arrepentida de la pareja es parte del ciclo de violencia. Estas rápidas
respuestas por parte de la víctima y del violador deben ser causa de preocupación más que de
alivio. Según Mary Fortune hay una clara diferencia entre esta clase de sospechoso pseudo
arrepentimiento y el verdadero, difícil y duradero arrepentimiento que hace que la propia vida y
comportamiento cambien completamente.
Si una mujer tiene que dejar una relación abusiva, el período de tregua (período de luna de miel)
es el mejor momento para salir, pero es entonces cuando menos propensa está a tomar tal
decisión. Cualquier intento de partida puede aumentar la violencia. El hombre puede utilizar
chantaje emocional diciendo que no puede vivir sin ella o puede amenazar con buscar venganza
si ella lo deja, porque considera a la mujer una propiedad que está bajo su control y ve su partida
como el peor insulto. Durante el período de tregua, la mujer cree que su amor puede cambiarlo si
ella permanece junto a él, demostrándole interés, y fe en él.
Por lo tanto ella elige quedarse. La mujer que ha invertido su tiempo y energía en una relación se
siente abrumada ante la perspectiva de comenzar todo de nuevo, especialmente si tiene hijos que
mantener y se le ha hecho creer que ella no vale nada. Puede tender a buscar las ‘virtudes’ en el
hombre con el que se ha casado o con quien vive, y separar esa imagen de la del hombre que la
maltrata. Podrá ver la violencia como una enfermedad que él sufre para la cual ella puede
encontrar un remedio. Si es cristiana también se le dice que tiene que creer en el perdón de los
pecados y que debe poner la otra mejilla. La teología de la cruz también valora el sufrimiento del
sacrificio. El modelo de liderazgo del siervo también actúa como refuerzo.
Entonces, imitando al padre violento, los varones aprenden a servirse de la violencia para
resolver conflictos y obtener lo que quieren. Las niñas tienden a aceptar el maltrato físico como
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parte de la vida de la mujer. Pueden identificar el amor con el dolor y la violencia y tender a
relacionarse con hombres violentos. Esto lleva a perpetuar la cultura de la violencia. Hay seis
veces más probabilidades de que los hijos de mujeres maltratadas intenten suicidarse, y 50% más
de probabilidades de que sean alcohólicos o drogadictos. Más de la mitad de las mujeres vejadas
maltratan a sus hijos; 50% de las mujeres y los niños sin hogar han huido de la violencia
doméstica.16 Investigaciones en los EE.UU. demuestran resultados alarmantes. Todos los
asesinos en serie fueron víctimas de vejaciones físicas o testigo de ellas. La experiencia de la
violencia familiar es uno de los principales indicadores de la ulterior delincuencia juvenil. Esto
prueba que los ciclos de violencia se auto alimentan, crecen con el niño, se multiplican y cobran
mayores proporciones.
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MITOS Y REALIDADES DE LA VIOLENCIA DOMESTICA
MITO #2: Si ella se aguanta por bastante tiempo, las cosas cambiarán y se mejorará la relación.
REALIDAD: Si la mujer no se va, si no busca ayuda legal o psicológica, es posible que el abuso
físico y mental se empeore, no que se mejore. Muchas mujeres se quedan esperando que el abuso
termine. Unas al fin se van cuando la violencia es tan seria que ellas quieren matar a sus
abusadores, o saben que la próxima vez ellos las van a matar. Es peligroso llegar hasta este
punto; la mitad de todas las mujeres asesinadas en los Estados Unidos son asesinadas por sus
esposos o novios.
MITO #4: Las mujeres se merecen ser golpeadas porque se portan mal.
REALIDAD: Nadie merece ser golpeado no importa que haya hecho. Las mujeres que son
golpeadas saben muy bien que la mayoría de las veces la violencia no tiene motivo. El coraje del
abusador y sus deseos de controlar todo son las causas de sus estallos, no lo que ella haga o no
haga
MITO #5: Si él trabaja, trae dinero a la casa, y es bueno con los niños, una mujer no debe de
exigir más. Ella debe aguantar sus defectos.
REALIDAD: No debemos perdonar la violencia nada más porque un hombre es bueno con los
niños y trae su dinero a la casa. La violencia doméstica no debe ser permitida por ninguna razón.
La esposa debe ser tratada decentemente como cualquier miembro de la familia.
MITO #6: La violencia doméstica no afecta a los niños. Ellos no se fijan en esas cosas.
REALIDAD: La violencia en el hogar definitivamente afecta a los niños. Un porcentaje muy alto
de hombres que golpean a sus esposas vieron a sus propias madres ser golpeadas. La violencia
entre esposos es un ejemplo para los niños y se puede aprender. Es muy posible que si sus niños
ven esto en su casa, ellos también golpearan a sus esposas o serán víctimas de abuso. También
vivir en esta clase de hogar frecuentemente puede causar problemas en la escuela para los niños.
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Aunque sus niños no hablen acerca de la violencia, ellos saben que sí existe y sí les afecta
profundamente.
MITO #8: Estoy de acuerdo que las mujeres no se les debe golpear, pero lo que ocurre en casas
ajenas no es asunto de nadie.
REALIDAD: La violencia doméstica es el problema de todos. Mujeres son maltratadas y
asesinadas todos los días. Este asalto está mal hecho y es ilegal. Todos debemos proponernos
pararlo. Su esposo no tiene más derecho a dañarla, que cualquier desconocido que sería
encarcelado si la golpeara o la tratara de violar en su casa.
MITO #10: La violencia entre esposos es un problema de los pobres sin educación.
REALIDAD: La violencia doméstica es un crimen contra las mujeres y afecta a todas las
comunidades. Mujeres víctimas del abuso pueden ser ricas o pobres; blancas, negras o latinas;
pueden tener poca educación o recibirse de una universidad. Las mujeres ricas usualmente tienen
más recursos para esconder sus moretes del público. Ellas pueden visitar a doctores particulares
en lugar de salas de emergencia, consultar a abogados en lugar de clínicas legales, viven en
terrenos menos poblados donde los vecinos no se enteran de lo que está pasando. No es común
que ellas pidan ayuda de agencias públicas y así sus problemas se quedan privados. Ser golpeada
no demuestra que usted es pobre o que no tiene educación. La violencia en su hogar no deber ser
un secreto vergonzoso que le impida buscar ayuda
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ESTADÍSTICAS: SERIEDAD Y FRECUENCIA DE ESTE MAL
En Escocia, en un estudio realizado nace unos años se usó como fuente de información los datos
de acusaciones registrados en todos los distritos de Edimburgo y Glasgow. La violencia física y
su amenaza representaron el 11.1% de todas las ofensas informadas a la policía. El 4.8%
consistió en casos de agresiones en el seno de la familia. Dentro de este último el 47.3% de los
casos la víctima fue una mujer.
En Inglaterra, se calcula que de 20,000 a 50,000 mujeres son golpeadas cada año. Otros autores
estimaron la incidencia del maltrato contra mujeres en una localidad de Gran Bretaña y
concluyeron que uno de cada cien a doscientas mujeres son físicamente abusadas por su cónyuge
o compañero. Otra estadística afirma que el 30% de todos los homicidios tuvo lugar en el marco
de disputas domésticas.
En Canadá, se ha estimado que una mujer casada o concubina de cada diez es golpeada por su
marido o compañero.
En España, según datos suministrados por el Ministerio del Interior, el promedio de denuncias
presentadas por mujeres agredidas alcanza a 1,300 casos mensuales. Por su parte, la policía de
Hamburgo ha registrado de 10 a 12 casos diarios de violencia doméstica, con mayor frecuencia
los fines de semana y los días feriados.
En la República Federal Alemana se entrevistó a 332 mujeres casadas entre las edades de 18 a 70
años. El 18% declaró que fueron forzadas a tener relaciones sexuales con su marido en contra de
su voluntad. En Australia, el 13% de 13,000 encuestadas dijo que habían sido violadas por su
marido. En los Estados Unidos se estima que el número de mujeres golpeadas supera los 15
millones anualmente. En un estudio que se hizo, el 55% de los hombres admitió que había
castigado a su esposa al menos una vez, y el 25% que la había maltratado varias veces al año.
Se calcula que entre un tercio (33%) y la mitad de todas las mujeres asesinadas, el crimen fue
cometido por el esposo, el novio o el amante, comparado con 4% de hombres que fueron
asesinados por esposas, novias o amantes.
• Se puede estimar que la mitad de todas las mujeres experimentarán algún tipo de violencia o
maltrato de parte de sus esposos durante su vida matrimonial.
• Entre 22% a 35% de todas las mujeres que acuden a una sala de emergencia, lo hacen debido a
heridas ocasionadas por varias formas de violencia doméstica.
• En 1991, 4 millones de mujeres fueron golpeadas por sus cónyuges en los Estados Unidos; y
1,320 mujeres fueron asesinadas en situaciones de violencia doméstica.
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A continuación ofrecemos una lista de señales de peligro que una mujer puede usar para
determinar si se encuentra en una relación abusiva.
• Abuso físico
Las formas del abuso físico contras niñas y niños incluyen ronchas, magulladuras; contusiones,
laceraciones, abrasiones; fracturas de huesos y fracturas de cráneo en particular; quemaduras y
heridas, cortaduras y pinchazos. Además es muy fuerte el abandono y la negligencia con que
suele tratárseles.
• Abuso emocional
Se trata de situaciones en que se ridiculiza a los niños, y se les hace sentir vergüenza, culpa y
temor.
• Abuso sexual
En esta categoría se incluye el incesto, la prostitución y la pornografía.
Hemos aludido sólo a algunas estadísticas pero éstas nos sugieren que el mal es mundial, que se
encuentra en todo nivel de las sociedades y que es algo que necesita atención inmediata de parte
de la iglesia.
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CLASES DE ABUSOS
El abuso físico
Posiblemente la violencia doméstica más conocida es el abuso o violencia física. El abuso físico
incluye pegar, quemar, pellizcar, halar el cabello, escupir, morder, golpear, quebrar los huesos y
aún el cráneo.
1. Abuso físico entre hermanos: Algunos ejemplos bíblicos de la violencia física. En Génesis
4:1–8 tenemos el primer incidente de violencia física en el hogar en el caso de Caín contra Abel.
El fratricidio nos demuestra la causa de envidia acerca de cosas espirituales, quedar bien con
Dios. Eran sólo dos hermanos y sin embargo tan fuerte fue la envidia que Caín mató a su propio
hermano.
Otro ejemplo bíblico del abuso físico y también relacionado con deseos o inquietudes
espirituales es el caso de Jefté y el sacrificio de su hija. El relato se encuentra en el libro de
Jueces 11:29–40. Es sumamente difícil comprender las razones de Jefté. En Levítico 18:21;
20:2–5 Dios condena los sacrificios de los hijos; no era algo que Dios pedía de las personas.
Notemos que en el bien conocido caso de Abraham, Dios le pide que sacrifique a su único hijo
Isaac pero al final Dios no le permite que lleve a cabo este sacrificio.
2. Abuso físico contra esposas: Recordamos el caso de la esposa de un pastor que lo acusó de
golpearla y el pastor dijo que «solamente la había empujado levemente». A veces es difícil
reconocer el impacto de la violencia física. En cierta ocasión otro pastor salió de la iglesia un
domingo por la mañana donde dirigió el culto a las 11:00 A.M. y a la 1:00 P. M. nos llamaba
desde el cuartel de la policía donde estaba detenido por haber golpeado a la esposa.
La pregunta sobre por qué a las mujeres maltratadas les resulta tan difícil romper con la relación
violenta puede contestarse con una lista de posibles causas, tales como éstas:
4. Abuso físico contra los padres: Al tiempo de escribir este ensayo, en el estado de California se
está juzgando a dos hermanos, los hermanos Meléndez. Están acusados de matar a sus padres
para poder disponer del dinero. Los hijos alegan que tuvieron que matar a sus padres porque
ellos les castigaban y que uno de los hermano fue incluso seducido sexualmente por su padre.
Otros hijos también han alegado que fueron víctimas de mucho abuso físico y ellos tuvieron que
matar a sus padres.
5. Abuso físico contra los abuelos: Hay nietos que maltratan a sus abuelos, le quitan el dinero, o
no los alimentan bien; muchas veces los dejan abandonados en un rincón o cuarto de la casa.
El abuso sexual
El abuso sexual se manifiesta en varias maneras. A veces es por medio del incesto. Se dice que
1 de cada 8 mujeres en los Estados Unidos es víctima de algún tipo de incesto. También el abuso
sexual puede manifestarse de maneras diversas: mediante una conducta sexual inapropiada,
exigiendo el sexo anal, u oral, besando en cierta forma, tocando a la persona en un lugar o en
forma inaceptable, y otras por el estilo. Las víctimas de abuso sexual pueden ser esposas,
esposos, niños, Familiares, y de vez en cuando hombres.
41
Poco tiempo atrás una señora llamo a su consejero pastoral preguntándole qué debería hacer en
la siguiente situación: su esposo había tocado a su hija (que es hijastra de su esposo) en una
forma y un lugar inapropiado. Afortunadamente esta madre le creyó a su hija y confrontó
oportuna y debidamente a su esposo. En muchos casos, sin embargo, la madre no le cree a su hija
y esta niñita pasa muchos años de su niñez y adolescencia con ese trauma sin tener a quién
contárselo.
Dos ejemplos bíblicos resultan ser ilustraciones dramáticas. En 2 Samuel 13 tenemos el caso
de abuso sexual de Amnón contra Tamar su medio hermana. Este caso revela lo que ocurre en
casos de incesto. Es un miembro de la familia, casi siempre es algo premeditado, y la víctima no
tiene cómo defenderse. Otro ejemplo de abuso sexual es el episodio que se encuentra en 2
Samuel 11, el abuso de David contra Betsabé. También notamos que se trataba de una mujer
indefensa, llamada por el Rey de Israel; ella no podía hacer otra cosa que ceder y someterse.
Aunque ella no era miembro de la familia, el hecho ocurrió en la casa de David y luego de la
muerte de su marido (en la cual también estuvo implicado el rey, según el texto) Betsabé se
convirtió en una de las esposas del rey.
El abuso emocional
42
El abuso emocional puede definirse como un ataque contra la vida emocional o estado mental de
la persona; esto puede ser mediante humillaciones, insultos, burla, amenazas, ataque contra la
autoestima y manipulando el sentido de realidad de la persona. Es difícil separar el abuso
emocional del abuso sexual o físico porque durante esos abusos también se maltrata la
autoestima y el sentimiento de la integridad del ego. En algunas ocasiones puede haber un abuso
emocional separado del abuso físico y sexual, pero siempre que hay un abuso sexual o físico se
afecta la vida emocional de la persona.
Es significativa la cantidad de niños que son víctimas de abuso emocional de parte de sus padres.
Oímos con mucha frecuencia como un padre o madre le grita a sus hijos, «eres un tonto» o
«como puedes ser tan bruta», « ¿qué te pasa?, ¿por qué eres tan lerdo?, ¿por qué no puedes ser
como tu hermano o hermana»?. El abuso emocional, ya sea solo o parte del abuso físico o sexual,
produce daños que son muy difíciles de sanar.
El abuso espiritual
El abuso espiritual puede definirse como un ataque contra la vida espiritual de la persona. Puede
infligirse de diversas formas: por ejemplo, mediante manipulaciones, donde se prometen favores
espirituales que no se pueden cumplir; jugando con las aspiraciones o anhelos espirituales de las
personas; o privando a esta persona de sus derechos espirituales. También hay abuso espiritual
cuando se burla de la experiencia religiosa de la persona. Hay casos donde no se le permite a la
esposa o al hijo ir a la iglesia. Otras veces se les obliga a participar en determinados rituales y
otras actividades que también implican violencia espiritual.
El abuso social
Hablamos del abuso social que ocurre cuando a la persona se le restringe toda actividad social;
cuando está «presa en su propio hogar». La persona no puede tener amistades si el cónyuge no le
permite; también puede ser el caso de niños a quiénes no se le permite jugar con otros niños, ni
tener amistades.
43
ETIOLOGÍA DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA
Dentro de las causas psiquiátricas se incluyen factores tales como la personalidad del agresor, el
alcoholismo, la drogadicción y las enfermedades psíquicas. Los que aceptan las causas de origen
psiquiátrico enseñan que la persona que maltrata a su esposa, o los padres que maltratan a sus
hijos, están enfermos mentalmente y están demostrando una conducta patológica. Esta teoría
puede contribuir a explicar algunos de los casos, pero no todos. Es conocido que muchas mujeres
sufren una depresión después del parto. Algunas madres que sufren de esta depresión no
soportan oír al niño llorar y en su desesperación maltratan y aún pueden llegar a matar a sus
hijos. También se conoce de hombres que sólo cuando están bajo la influencia del alcohol o la
droga maltratan a sus esposas.
Puede ser que la agresión ocurra después de una interacción entre los dos cónyuges. Por ejemplo,
cuando hay un conflicto porque se le habló mal o porque se le ignoró y se tiende a resolver
mediante la agresión. Dentro de las causas de origen psico-social se explica que el agresor o la
agresora sufrieron mucho abuso o violencia como niño o como adolescente y aprendió que la
forma de responder cuando está enojado es mediante la violencia. Se ha dicho que cerca del 95%
de las personas que están encarceladas fueron abusadas físicamente cuando eran niños.
Independientes Dependientes
44
Libres Relativas «a»
Fuertes Débiles
Inteligentes No inteligentes
Valientes Temerosas
Objetivos Subjetivas
Racionales Emocionales
Activos Pasivas
Individualistas Altruistas
Duros Tiernas
Feos símbolo de la belleza
libres sexualmente sexualmente reprimidas
libres para el placer reprimidas para el placer
4. El hombre es «la máxima autoridad en 4. La autoridad de la mujer, para tener peso, debe
el hogar». estar «legitimada» por el hombre.
La pecaminosidad de la persona:
Podemos añadir una cuarta categoría de inspiración bíblico-teológica. Esta teoría no está
diciendo que las personas que no están convertidas a Cristo son los que tratan violentamente a
otras personas; lo que sí postula es que las personas pueden ser dominadas por el pecado de tal
manera que pierden el control de sí mismas y, en un conflicto u otra situación dada, tienden a
agredir o abusar de las otras personas.
Estereotipos que contribuyen a la violencia en el hogar
La lista es larga. Son las esposas, son los esposos, son los niños, son los ancianos. Claro que no
hay comparación entre la cantidad de esposas que son víctimas en relación a la cantidad de
45
esposos que son abusados físicamente. Se calcula que la mitad de las esposas (50%) son víctimas
de alguna forma de abuso, mientras que entre los esposos sólo es un 5% aproximadamente.
Los niños son víctimas del abuso físico. Cuando vivíamos en San José, Costa Rica y nos traían
casos de niños golpeados por sus padres, los enviábamos al Hospital de Niños donde se podía ver
a muchos niños maltratados por sus padres. Estos padres eran médicos, albañiles, abogados,
dentistas y aún pastores.
Los ancianos son víctimas de abuso físico. A muchos ancianos se les pega, se les maltrata, se les
grita, y se les quita sus pertenencias. Y mucho de esto es hecho por sus propios hijos o
familiares.
El número de evangélicas que afirman haber sufrido violencia doméstica es muy grande.
Las violencias de género contra las mujeres han estado relacionadas alguna vez a las personas
incultas y de bajo nivel, pero esto no es la norma.
Relacionados: MALTRATO PSICOLOGICO Y EMOCIONAL EN LA IGLESIA
Dicha información sobre mujeres abusadas se obtienen de varias ONG que ayudan (6) a las
mujeres maltratadas, que actúan en defensa de las víctimas de maltrato de género.
Según la encuesta, los datos de la violencia contra las mujeres son una sorpresa para la entidad.
“No esperábamos encontrar, en nuestro campo de investigación, casi el 40% que dicen ser a sí
mismas evangélicas”, dice un extracto.
46
Para empeorar las cosas, muchas de ellas se sienten coaccionadas para no dar información de
violencia contra sus maridos o para comentar el caso con sus líderes espirituales. La
investigación continúa: “La violencia del agresor es contrarrestada por el “poder” de la oración.
Los “puntos débiles” de sus maridos se entienden como “ataques del diablo”, entonces la
denuncia de su pareja agresora les lleva a sentirse culpable en su modo de entender, porque
piensan que están traicionando a su pastor, su iglesia y a Dios mismo”. La violencia doméstica
en la biblia no es bien entendida o es mal explicada.
Los informes también destacan las frases de los que sufren violencia doméstica: “Sentía que era
un deber no quejarme y que era falta de fe no confiar en Dios para que mi pareja cambie”.
Sostenimiento de la iglesia
Se señaló que la iglesia puede ser capaz de ayudar a una mujer que se encuentra en esta
situación. “Sería muy interesante si las iglesias tuvieran un grupo para ayudar a la conciencia de
las mujeres”.
47
LA APERTURA A LA VIDA Y LA RESPONSABILIDAD EDUCATIVA
50
TRIANGULO DE LA VIOLENCIA
VIOLENCIA CULTURAL
Esta forma de la violencia hace referencia a aspectos de la cultura que la legitiman a través
del arte, la religión, la filosofía, el derecho, etc.
De los tres tipos de violencia (directa, estructural y cultural) la directa es clara y visible, por lo
que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla. En cambio, la violencia cultural y la
violencia estructural, son menos visibles, pues en ellas intervienen más factores, detectar su
origen, prevención y remedio es más complicado.
51
Hacia los años 90 surge, una nueva aproximación a la violencia al crearse el concepto de
violencia cultural, que la define como una violencia, simbólica, que “se expresa desde infinidad
de medios (simbolismos, religión, ideología, lenguaje, arte, ciencia, leyes, medios de
comunicación, educación, etc.), y que cumple la función de legitimar la violencia directa y
estructural, así como de inhibir o reprimir la respuesta de quienes la sufren, y ofrece
justificaciones para que los seres humanos, a diferencia del resto de especies, se destruyan
mutuamente y sean recompensados incluso por hacerlo”1 Así, por ejemplo, se puede aceptar la
violencia en defensa de la fe o en defensa de la religión.
En el panorama sobre el tema de la violencia, la violencia estructural aportó una nueva visión,
más dinámica, más procesual, más amplia, de la violencia de la que había hasta entonces. Pero
aún quedaban incertidumbres por resolver: ¿por qué optaban las personas por el uso de la
violencia aun cuando sus posibilidades de lograr una victoria que les beneficiase eran muy
escasas, teniendo en cuenta que el poder siempre puede hacer uso de una violencia mayor, más
planificada e incluso legalizada? ¿Por qué no se usan, habitualmente, fórmulas diferentes a la
violencia? Las respuestas a estas preguntas vinieron del entorno cultural en el que todo ser
humano se desarrolla y se educa.
Estamos educados en una cultura de violencia, donde no se nos enseña, ni se nos permite, ver
alternativas a la violencia. Porque en las escuelas y los demás medios de transmisión y
reproducción de la cultura nos han enseñado la historia como una sucesión de guerras; estamos
acostumbrados a que los conflictos se reprimen por la incuestionable autoridad paterna, o por la
autoridad del macho sobre la hembra, o por las leyes nacionales o internacionales; los medios de
comunicación de masas nos venden como la única vía de solución de los conflictos
internacionales el uso de los ejércitos, etc. Es decir, vivimos inmersos en una violencia constante,
la cual se manifiesta a diario, en todos los ámbitos y a todos los niveles.
La violencia cultural se utiliza para lograr la aprobación de posturas fanáticas en lo religioso, en
lo económico, en las relaciones de género, en las relaciones con la naturaleza, etc.
Como ejemplos de violencia cultural encontramos: el de una religión que justifique la realización
de guerras santas o de atentados terroristas, así como la legitimidad otorgada al Estado para
ejercer la violencia. Otro ejemplo, son las ideas y los conceptos que sirven para justificar la
violencia, la injusticia y la pobreza que se representa a través de las actitudes de "los ricos" que
asumen la situación como normal y continúan haciendo su vida como si nada ocurriera.
VIOLENCIA DIRECTA
52
La violencia directa, física y verbal es visibles en forma de conductas, responde a actos de
violencia y se concreta en comportamientos. Es la que realiza un emisor o actor intencionado (en
concreto, una persona), y quien la sufre es un ser vivo dañado o herido física o mentalmente.
Entendiendo la violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural, nos referimos a un
abuso de autoridad cuando alguien cree tener poder sobre otro, acto que sucede generalmente en
las relaciones asimétricas. Si bien lo más visible de la violencia directa es la violencia física,
manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y
traumatismos), no por ello es la única que se practica, puesto que toda acción destructiva contra
la naturaleza también debe de entenderse como violencia directa.
La violencia directa, física y verbal es visibles en forma de conductas, responde a actos de
violencia y se concreta en comportamientos. Es la que realiza un emisor o actor intencionado (en
concreto, una persona), y quien la sufre es un ser vivo dañado o herido física o mentalmente.
Entendiendo la violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural, nos referimos a un
abuso de autoridad cuando alguien cree tener poder sobre otro, acto que sucede generalmente en
las relaciones asimétricas. Si bien lo más visible de la violencia directa es la violencia física,
manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y
traumatismos), no por ello es la única que se practica, puesto que toda acción destructiva contra
la naturaleza también debe de entenderse como violencia directa.
La acción humana no surge de la nada, tiene sus raíces; dos de ellas son indicativas para entender
el punto en el que nos encontramos, donde la violencia forma parte de nuestra cotidianidad. La
primera es la cultura de violencia (heroica, patriótica, patriarcal, etc.), y la segunda se refiere a la
estructura violenta en sí misma, por ser demasiado represiva, explotadora o alienante, demasiado
estricta o permisiva para la comodidad del pueblo.
La violencia directa tiene como principal característica diferenciadora que es una violencia
visible en lo que se refiere a muchos de sus efectos; básicamente los efectos materiales. Sin
embargo, también es cierto que algunos efectos aparecen más o menos invisibles (odios, traumas
psicológicos, sufrimientos, relaciones internacionales injustas, adicción a una cultura violenta,
concepciones culturales como la de «enemigo», etc.) y, aunque son igual de graves, no se suelen
considerar tan importancia como los efectos materiales.
De violencia directa podemos diferenciar tres tipos, dependiendo contra quien atente:
Toda aquella acción agresiva o destructiva contra la naturaleza (daños contra la biodiversidad,
contaminación de espacios naturales, etc.).
Contra las personas (violaciones, asesinatos, robos, violencia de género, violencia en la familia,
violencia verbal y/o psicológica, etc.),
Contra la colectividad (daños materiales contra edificios, infraestructuras, guerras, etc.).
Aunque sería muy común pensar que la violencia directa es la peor de todas las violencias,
puesto que es la más conocida, no es cierto ya que esta es visible, por tanto más fácil de
identificar y de actuar contra ella. También, este tipo de violencia es la manifestación de algo, y
no el origen. Es precisamente en los orígenes donde se deben buscar las causas y atacar para
derrocarlas. La violencia directa no mata tantas personas como las otras dos (cultural y
estructural).
La violencia directa es un concepto muy relacionado con dos concepciones erróneas: la
identificación de la violencia con la ausencia de paz (donde no hay paz, hay violencia) y con la
53
concepción del conflicto humano, social o natural como algo totalmente negativo. Por tanto,
como respuesta a estas ideas y manera de entender la violencia se han desarrollado una serie de
mecanismos represivos y punitivos para regular legalmente las situaciones de violencia que se
dan a diario, en la vida, en las relaciones sociales y/o internacionales. De este modo han surgido
legislaciones, leyes, ejércitos, policía, cárceles, etc. para hacer cumplir la legalidad estrictamente.
Existen numerosos ejemplos de violencia directa, por ejemplo: un militar apaleando a una
persona, el enfrentamiento entre un policía y un manifestante, una persona asesinada, un chico
enfrentándose con piedras a un militar, una mujer violada.
VIOLENCIA ESTRUCTURAL
La violencia estructural está originada por todo un conjunto de estructuras, tanto físicas como
organizativas, que no permiten la satisfacción de las necesidades. Esta es la peor de las tres
violencias (cultural, directa y estructural), porque es el origen, es la más dañina y como es
complicado identificarla es difícil luchar contra ella. Si en un problema siempre una parte sale
ganando a costa de la otra, esto no es un conflicto sino que es violencia estructural. Por tanto, nos
encontramos ante un grave problema.
Para poder responder a cuestiones como, por ejemplo, que es lo que ha ocurrido para que estalle
una guerra en un país que hasta entonces habíamos creído pacífico, a inicios de la década de los
años 70’ del siglo XX, 2 y otros desarrollaron el concepto de violencia estructural, concepto que
avanza a una visión de violencia más dinámica y más invisible definiéndolo así: “aquello que
provoca que las realizaciones efectivas, somáticas y mentales, de los seres humanos estén por
debajo de sus realizaciones potenciales”.
El término violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones en las que se produce un
daño en la satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar, identidad o
libertad) como resultado de los procesos de estratificación social, por tanto, no hay la necesidad
de violencia directa. El término violencia estructural remite a la existencia de un conflicto entre
dos o más grupos sociales (normalmente caracterizados en términos de género, etnia, clase
nacionalidad, edad u otros) en el que el reparto, acceso o posibilidad de uso de los recursos es
resuelto sistemáticamente a favor de alguna de las partes y en perjuicio de las demás, debido a
los mecanismos de estratificación social.
54
CONFLICTOS VS VIOLENCIA
Los conflictos son situaciones de disputa en los que hay contraposición de intereses, necesidades
y valores. No debemos confundir conflicto con violencia puesto que hay conflictos que pueden
resolverse sin el uso de la violencia, aunque no es posible que haya violencia sin conflicto (pero
esto no quiere decir que el conflicto puede ser más o menos real para todo aquel que es objeto de
la violencia). La violencia es un fenómeno social, que se aprende y por tanto también se debería
poder desaprender. Por tanto, no se debe pretender eliminar los conflictos, puesto que estos son
positivos en tanto que son oportunidades de transformación; se debe luchar a favor del no uso de
la violencia para resolverlos.
Los conflictos, entendidos erróneamente como algo negativo, son connaturales a las relaciones
humanas y positivas en tanto que implican unos cambios. Bien gestionados, puede ser una
excelente herramienta pedagógica. Ahora bien, esto implica un trabajo, tanto de enseñar como de
aprender a gestionar los conflictos. El problema con el conflicto empieza cuando las necesidades
de dos o más personas/grupos son antagónicas, puesto que esto genera una crisis, difícil de
resolver. Por eso, hay que poder abordar el conflicto antes de que llegue a la crisis.
La violencia, puede ser entendida como el uso o amenaza de uso de la fuerza o de potencia,
abierta u oculta, con la finalidad de obtener de uno o varios individuos algo que no consienten
libremente de hacerles algún tipo de mal (físico, psíquico o moral).
Las estadísticas nacionales sobre las mujeres que han experimentado IPV en los Estados Unidos
representan estimados que pueden variar según los diferentes métodos de recolección de datos.
Las diversas estrategias usadas por las investigadores/as para recolectar datos (por ej. entrevistas
por teléfono vs. en persona), las preguntas específicas que se hacen (por ej. número de actos de
violencia física vs. el contexto de la violencia), y las condiciones sociales comunitarias donde se
conduce el estudio (por ej. nuevas leyes migratorias) afectan los resultados del mismo. Para las
latinas, el lenguaje en el cual se conduce el estudio (incluyendo el uso de las variaciones del
idioma español) puede también afectar los resultados. A continuación presentamos la
información predominante más reciente que se ha publicado sobre las poblaciones latinas. Es
importante recordar, sin embargo, que estos resultados deben ser considerados dentro del
contexto de lo discutido anteriormente, y pueden ser limitados en sus representaciones.
56
Las mujeres inmigrantes (incluyendo las latinas) que están casadas son más propensas a
experimentar IPV que aquellas que son solteras.
Un estudio que incluyó a 2,000 latinas encontró que el 63.1% de las mujeres que identificaron
haber sido victimizadas durante su vida (por ej. victimización interpersonal que incluye acecho,
agresiones físicas durante la niñez, amenazas, agresión sexual, intentos de agresión sexual, etc.)
reportaron haber experimentado más de una victimización, para un promedio de 2.56
victimizaciones...
En una muestra de 300 latinas embarazadas, la IPV durante el embarazo fue reportada
como 10% de abuso físico y 19% de abuso emocional. La investigación está comenzando a
documentar IPV entre latinas que está relacionada con el trabajo. Un estudio reportó estrategias
abusivas tales como vigilancia en el trabajo, acoso en el trabajo, así como tácticas para
interrumpir el trabajo. Sin embargo, también encontraron estrategias que eran únicas en la
muestra latina, tales como negarles acceso a la licencia de conducir, mentir sobre las opciones
para los planes del cuidado de niños y mandar temporalmente la pareja a su país de origen
. Buscando ayuda
La baja tasa de reportes y búsqueda de auto ayuda entre latinas que experimentan IPV puede
crear la ilusión de que los servicios para IPV no son necesitados por esta población. Sin
embargo, comprender el comportamiento de buscar ayuda entre las Latinas puede crear una
imagen más completa.
Las latinas reportaron buscar acceso a refugios menos que las mujeres de otros grupos
étnicos/raciales. Esto es especialmente cierto para sobrevivientes latinas inmigrantes9.
De las Latinas que experimentan abuso, solamente la mitad reportan tal abuso a las
autoridades.
57
Las latinas que inmigraron recientemente tienden a desconocer las leyes, opciones y
posibilidades relacionadas con su experiencia de abuso.
Las sobrevivientes latinas que han estado en los Estados Unidos por un período más largo o que
nacieron en este país, han tenido la oportunidad de aprender acerca de los recursos y es más
posible que los usen. Sin embargo, dónde buscan ayuda varía de otros grupos étnicos/raciales. Es
más posible que las sobrevivientes latinas dependan de familiares y amigas, en vez de
trabajadoras/es de la salud, el clero y la policía.
Si la primera medida para solucionar un problema es reconocer que existe, la violencia machista
en el mundo está muy lejos de acabar. Sólo 23 países -17 europeos, cinco americanos y Japón-
58
registran y hacen públicos los datos sobre muertes de mujeres a manos de su pareja o ex pareja,
según recoge el II Informe Internacional de Violencia contra la Mujer del Centro Reina Sofía. El
trabajo, con datos de 2003, sitúa a España a la cola de los países europeos en número de
asesinadas por violencia de género, por debajo de países como Reino Unido, Dinamarca,
Finlandia o Suiza.
Saber cuántas mujeres mueren en el mundo no es fácil. Y lo es aún menos conocer cuántas
fallecen asesinadas por sus parejas o ex parejas. La falta de datos provoca que en muchos países
no se tenga conciencia de que el problema existe. Como no se sabe si hay violencia machista que
provoca muertes, se presupone que no la hay. En países como Argentina, la población se
sorprende por las noticias sobre mujeres asesinadas por sus maridos que se publican en España,
pero desconocen que en su país no se lleva ninguna estadística que permita determinar si allí
sucede o no algo parecido. No se ha dado siquiera ese primer paso. Países europeos como
Francia o Grecia tampoco ofrecen las cifras.
Los datos del informe al que ha tenido acceso EL PAÍS se refieren a las muertes en 2003 de
mujeres mayores de 14 años y han sido obtenidos por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la
Violencia a lo largo de tres años. Recoge tres categorías: mujeres asesinadas por cualquier
motivo -información que han aportado 40 países, europeos, americanos, Japón y Australia-;
asesinadas por violencia familiar en general -lo han especificado 27 países-; y muertas a manos
de la pareja o ex pareja. Este último dato sólo lo han proporcionado 22 Estados. África y Asia
han quedado fuera del informe.
Las fuentes del estudio no son homogéneas. Se ha recurrido a Ministerios de Interior, Fiscalías,
Policía Nacional, Institutos Nacionales de Estadística, Poder Judicial y otras instituciones.
Muchos países no tienen estadísticas oficiales, por lo que, en cualquier caso, hay que tomar los
datos con cautela.
- Asesinatos en general. La tasa de asesinadas en cualquier circunstancia -siempre en los 40
países analizados- es de 21 por cada millón de mujeres. En total murieron 63.000 en 2003, una
cada ocho minutos. Los países que están en cabeza son latinoamericanos: Guatemala (con 122
asesinatos por millón de mujeres) y Colombia (con 70). La prevalencia media de asesinatos en
Latinoamérica dobla la media mundial. Pero en la lista de los 10 primeros entran también tres
países europeos, Estonia (con 57), Bélgica (con 29) y Hungría (con 26). La tasa de España es de
ocho fallecidas por millón de mujeres.
- Violencia doméstica. Las europeas están mucho más seguras que las latinoamericanas cuando
pasean por las calles de sus ciudades, pero no lo están tanto dentro del hogar. La media mundial
y la europea de los 27 países que han hecho públicos estos datos está en seis asesinadas por cada
millón de mujeres. Se trata de todo tipo de muertes dentro del hogar (parejas, padres,
hermanos...). En Europa, los países con mayor tasa son Hungría (16 por millón), Eslovenia (12)
y Finlandia (10). En España, la tasa es de cuatro muertas por cada millón de mujeres, según el
informe.
- Violencia machista. A medida que se pide más detalle en los datos, disminuye el número de
países que tienen estadísticas. Sólo 23 Estados han proporcionado al Centro Reina Sofía las
cifras de asesinatos de mujeres en 2003 perpetrados por la pareja o ex pareja. Son 17 países
europeos -entre los que no están Italia, Irlanda, Francia o Grecia-, cinco americanos -Puerto
Rico, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Costa Rica y El Salvador- y uno asiático -Japón-. Los
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mayores índices los tienen Puerto Rico (15 por millón), Luxemburgo (13 asesinatos por millón
de mujeres), Hungría (12 por millón) y Finlandia (10 por millón). Pero en el caso de
Luxemburgo hay que tener en cuenta que la baja densidad de población hace que cualquier
muerte dispare la estadística. España, con 3,6 muertas por violencia machista, queda por debajo
de la media mundial y europea (en torno a seis por millón de mujeres). En la cola de la lista están
Islandia, Malta, Suecia y España, superados por Dinamarca, Suiza, Estados Unidos, Finlandia o
Hungría. Esto no significa, en absoluto, que los datos de España sean positivos. En lo que va de
año han muerto 31 mujeres, cuatro en tan sólo esta semana.
60
Los costos sociales y económicos de la violencia contra la mujer son enormes y repercuten en
toda la sociedad. Las mujeres pueden llegar a encontrarse aisladas e incapacitadas para trabajar,
perder su sueldo, dejar de participar en actividades cotidianas y ver menguadas sus fuerzas para
cuidar de ellas mismas y de sus hijos.
Los costos económicos de la violencia se calculan a partir de la menor participación de las
mujeres en el mercado laboral, menor productividad en el trabajo y mayor ausentismo; la
violencia también genera menor capacidad de ahorro e inversión.
La violencia doméstica tiene un impacto potencial sobre la capacidad futura de los niños para
conseguir un empleo adecuado, ya que los niños que vienen de hogares violentos suelen tener
escaso rendimiento escolar, en Latinoamérica, la edad promedio de deserción escolar es de 9
años en caso de existir violencia intrafamiliar, contra 12 años en caso de no contar con ella.
61
EL PROBLEMA ESTRUCTURAL DE LA VIOLENCIA CONTRA MUJERES
Ahora bien, si el problema principal no es la falta de recursos orientados a buscar igualdad entre
mujeres y hombres a reducir la violencia en contra de estas ¿bajo qué criterios se han gastados
estos recursos?
El argumento normativo
Es otro de los argumentos que tratan de explicar la alta incidencia de la violencia contra las
mujeres en los países es el insuficiente y el inadecuado marco normativo o legal en nuestros
países. Este argumento es parcialmente cierto, toda vez que mayoría del marco legal en materia
de igualdad se encuentra alineado principalmente a dos tratados internacionales: La convención
para Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer(CEDAW) y la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
mujer(Belem do Para).
A nivel nacional, el marco legal con el que contamos incluye la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, La Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los
Delitos en, Materia de trata de Personas para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos
Delitos y La Ley General de Victimas.
El diseño de estas tres normas tiene importantes aéreas de oportunidad (sobre todo la Ley
General de Victimas) las cuales se amplían al momento de tratar implementarlas. Es decir, las
62
deficiencia de estas normas se hacen más evidentes cuando se pretende construir instituciones,
programas y procesos operativos que buscan promover la igualdad entre mujeres y hombres y
erradicar (y sancionar) la violencia contra estas. Inclusive en muchos casos, dichas normas
promueven y facilitan la re victimización de las mujeres y por tanto, incentivan que estas no
denuncien en caso de ser víctimas de violencia.
Sin embargo ¿contar con leyes bien diseñadas permitirá atender de manera eficaz la desigualdad
y la violencia contra las mujeres? Por desgracia, al menos en el caso de varios países, esto no es
suficiente, ya que en nuestros países el incumplimiento de las leyes es algo generalizado, casi
cotidiano y sin consecuencia legal alguna para quien no la cumpla.
El argumento programático
En cuanto al argumento programático, el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 establece la
obligación de contar con una estrategia transversal de perspectiva de género en todos los
programas, acciones y políticas de gobierno.
Dicha estrategia transversal se encuentra sustentada en el Programa Nacional para la Igualdad de
Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres.
PROIGUALDAD 2013-2018
El cual originalmente integraba seis objetivos transversales, 36 estrategias, 314 líneas de acción
y 18 indicadores con sus respectivas metas para el 2018. Sin embargo más allá de la definición
claro o no de las estrategias, las líneas de acción y los indicadores que se hayan establecido para
el 2018 el conjuntos de leyes, reglamentos y lineamientos, así como los cuantiosos recursos
presupuestarios destinados a esta materia, la realidad con respecto a la incidencia de actos
violentos contra las mujeres parece no solo no cambiar, sino agravarse.
Las autoridades responsables de prevenir, procesar y sancionar la violencia contra las mujeres no
solo se muestran torpes e ineficaces ante esta problemática, sino que es muchas ocasiones su
intervención contribuye no solo a revictimarlas, sino también a generar impunidad y
desconfianza ciudadana, lo que refuerza el circulo vicioso de la violencia contra las mujeres.
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VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN DATOS: EL SILENCIO DEL ACOSO
Un ejemplo: En 2014 hubieron 625 mil casos de violencia sexual contra de jóvenes en México y
más de la mitad fueron acosos en contra de mujeres y solo 32 mil 148 averíguanos previas para
delitos
La magnitud de la violencia en contra de las mujeres se hace aún más obvia en el constante
silencio que la acompaña. Los delitos sexuales están subreportados y las averiguaciones previas
no están divididas en sexo o edad, o delito específico. No es posible encontrar datos específicos
sobre femicidios.
Es desde el propio sistema de justicia penal para que se promuevan un espacio enorme de
victimización y silencio
En el caso de violencia sexual la cifra negra de delitos que incluyen a los de este tipo es de 94 %.
El sub-reporte sistemático de delitos sexuales en contra de las mujeres, hace aún más necesario
un estudio extensivo de la realidad que la acompaña.
Estos cuadros o graficas son especiales sobre datos de violencia en contra las mujeres. Buscamos
entender la magnitud y los patrones que acompañan a delitos sexuales distintos a la violación.
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victimización.
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La gran mayoría de las mujeres acosadas 44.2% fueron agredidas por un desconocido el 18% son
acosadas por amigo o familiar conocido, el 12.6% por un conocido en su escuela; 12% por un
conocido de vista; el 10.3% por su pareja el 5.1% por integrantes de su hogar el 34% es por un
conocido en él trabaja, 9.1 %de mujeres que reportan un acoso sexual quienes no quieren o no
sabían quién las agredió
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Los matices por edad son también reveladores: mientras que las niñas de 12 a 14 años son
acosadas por alguien conocido, el 59% de las mujeres de 18 a 24 años dijeron que su agresor fue
un desconocido. Las niñas de 12 a 14 años sufren el mayor porcentaje de acoso por compañeros
de escuela, colegios 28.4% este porcentaje decrece a edades mayores y en su lugar predomina los
acosos por parte de amigos y familiares cercanos el 25% de las mujeres de 15 a 17 años y el 13%
de las mujeres de 18 a 24 años fueron acosadas por agresores identificados en esta categoría. El
silencio en estos casos de deba en gran medida a que las víctimas no quisieron o no quieren dar
detalles del delito (y que no sabían ni el lugar ni la identidad de agresor) sin embargo es
imposible saber en qué casos las mujeres en realidad no sabían quién, ni en donde fueron
agredidas.
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En el hogar donde habitan las jóvenes que fueron acosadas sexualmente, si la mayoría de las
victimas vivían con ambos padres, sin embargo la mayoría de los jóvenes están en esta situación.
De hecho las proporciones de mujeres que reportaron ser acosadas por tipo de hogar van de
acuerdo a las de la población que no fue acosada indica que no hay un patrón claro de acoso
sexual conectado al tipo de hogar en el que viven las mujeres. Solo en el caso de hogares con
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ambos padres, el porcentaje de mujeres acosadas el 6.24% del total de mujer que viven con sus
los papas es menor del que se esperara dada la cantidad de mujeres viviendo en esta situación.
CAUSAS DE LA VIOLENCIA
El alcoholismo: un sin número de casos registra que un gran por ciento de las mujeres que son
agredidas por sus compañeros conyugales, están bajo el efecto del alcohol.
Falta de conciencia en los habitantes de una sociedad: creen que esta es la mejor forma de
realizar las cosas: huelgas, tiroteos, golpes, etc.
Fuerte ignorancia que hay de no conocer mejor vía para resolver las cosas: no saben que la mejor
forma de resolver un fenómenos social es conversando y analizando qué causa eso y luego tratar
de solucionarlo.
El no poder controlar los impulsos: muchas veces somos impulsivos, generando así violencia, no
sabemos cómo resolver las cosas.
La falta de comprensión existente entre las parejas, la incompatibilidad de caracteres: la
violencia intra-familiar es la causa MAYOR que existe de violencia, un niño que se críe dentro
de un ambiente conflictivo y poco armonioso ha de ser, seguro, una persona problemática y con
pocos principios personales.
Falta de comprensión hacia los niños: saber que los niños son criaturas que no saben lo que
hacen, son inocentes. Muchas madres maltratan a sus hijos, y generan así violencia.
La drogadicción: es otra causa de la violencia, muchas personas se drogan para poder ser lo que
no son en la realidad, para escapar así de la realidad causando mucha violencia: si no tienen
cómo comprar su ‘’producto’’ matan y golpean hasta a su propia madre.
CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA
Las consecuencias de la violencia contra la mujer pueden no ser mortales y adoptar la forma de
lesiones físicas, desde cortes menores y equimosis (golpes, moretones) a discapacidad crónica o
problemas de salud mental. También pueden ser mortales; ya sea por homicidio intencional, por
muerte como resultado de lesiones permanentes o SIDA, o debido a suicidio, usado como último
recurso para escapar a la violencia. En esta carpeta de información, Consecuencias para la salud
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de la violencia contra la mujer y la niña, se explora el tema en más profundidad
b) Consecuencias físicas
c) Homicidio
Numerosos estudios informan que la mayoría de las mujeres que mueren de homicidio son
asesinadas por su compañero actual o anterior.
En las culturas en que se practica la costumbre de la dote (bienes que aporta la mujer al
matrimonio o que dan a los esposos sus padres o terceras personas, en vista de su matrimonio),
esta puede ser mortal para la mujer cuyos padres no pueden satisfacer las demandas de regalos o
dinero. La violencia que comienza con amenazas puede terminar en "suicidio" forzado, muerte
por lesiones u homicidio.
d) Lesiones graves
Las lesiones sufridas por las mujeres debido al maltrato físico y sexual pueden ser sumamente
graves. Muchos incidentes de agresión dan lugar a lesiones que pueden variar desde equimosis
(golpes y moretones) a fracturas hasta discapacidades crónicas. Un alto porcentaje de las lesiones
requiere tratamiento médico.
Las investigaciones recientes han identificado a la violencia durante el embarazo como un riesgo
a la salud tanto de la madre como del feto no nacido. Las investigaciones sobre este rubro han
indicado mayores niveles de diversas condiciones.
Los niños en las familias violentas pueden también ser víctimas de maltrato. Con frecuencia, los
niños se lastiman mientras tratan de defender a sus madres.
La violencia contra la mujer puede producir un embarazo no deseado, ya sea por violación o al
afectar la capacidad de la mujer de negociar el uso de métodos anticonceptivos. Por ejemplo,
algunas mujeres pueden tener miedo de plantear el uso de métodos anticonceptivos con sus
parejas por temor de ser golpeadas o abandonadas.
Los adolescentes que son maltratados o que han sido maltratados como niños, tienen menos
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probabilidad de desarrollar un sentido de autoestima y pertenencia que los que no han
experimentado maltrato.
Si se comparan con las mujeres no maltratadas, las mujeres que han sufrido cualquier tipo de
violencia tienen mayor probabilidad de experimentar una serie de problemas de salud graves.
Se ha sugerido que la mayor vulnerabilidad de las mujeres maltratadas se puede deber en parte a
la inmunidad reducida debido al estrés que provoca el maltrato. Por otra parte, también se ha
responsabilizado al auto descuido y a una mayor proclividad a tomar riesgos. Se ha determinado,
por ejemplo, que las mujeres maltratadas tienen mayor probabilidad de fumar que aquellas sin
antecedentes de violencia.
CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS.
a) Suicidio
Las investigaciones indican que las mujeres maltratadas experimentan enorme sufrimiento
psicológico debido a la violencia. Muchas están gravemente deprimidas o ansiosas, mientras
otras muestran síntomas del trastorno de estrés postraumático. Es posible que estén fatigadas en
forma crónica, pero no pueden conciliar el sueño; pueden tener pesadillas o trastornos de los
hábitos alimentarios; recurrir al alcohol y las drogas para disfrazar su dolor; o aislarse y retraerse,
sin darse cuenta, parece, que se están metiendo en otro problemas, aunque menos graves, pero
dañino igualmente.
La violación y el maltrato sexual del niño pueden causar daños psicológicos similares. Un
episodio de agresión sexual puede ser suficiente para crear efectos negativos duraderos,
especialmente si la niña víctima no recibe posteriormente apoyo adecuado. Al igual que la
violencia contra la mujer en el seno familiar, el maltrato del menor suele durar muchos años y
sus efectos debilitantes pueden hacerse sentir en la vida adulta. Por ejemplo, la pérdida de
autoestima de la mujer que ha sido maltratada en la niñez puede traducirse en un mínimo de
esfuerzo para evitar situaciones en que su salud o seguridad estén en peligro.
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Ser víctima de violación o abuso sexual es una experiencia muy traumática y sus consecuencias
pueden prolongarse por mucho tiempo. Víctimas (mujeres, niñas y niños) que han sufrido
ataques sexuales describen los siguientes sentimientos:
Temor
marginadas
culpable
Ser diferente (se sienten diferentes a los demás)
Desvalorización
Odio
Vergüenza
Depresión
Asco
Desconfianza
Aislamiento .
Ansiedad
Los resultados de la encuesta “Amor…es sin violencia” muestran que cinco de cada 10 mujeres
han vivido violencia en sus noviazgos; así mismo, el 30 % dijo optar por el silencio cuando tiene
un conflicto con su pareja para no molestar al compañero o novio; 16 % declaró haber sufrido
agresiones verbales y/o físicas cuando tuvo algún conflicto con la pareja y 15 % manifestó que
tuvo contactos físicos no autorizados en el cuerpo por parte de su pareja, o bien que ha sido
presionada para tener relaciones sexuales.
Cabe señalar que esta violencia intrafamiliar no tiene su origen en el momento mismo en que se
contrae matrimonio o que se inicia la vida conyugal, sino que tiene un antecedente inmediato
como lo es la elección de pareja y noviazgo.
Por los resulta congruente suponer que toda relación de noviazgo violenta derivará a futuro en
una relación conyugal con las mismas características y que se le añadirán otro tipo de patrones de
comportamiento aún más violentos que los experimentados en ésta. Dicha situación es a futuro
un factor determinante en la desintegración del núcleo familiar, o bien del empoderamiento o
perpetuación de este modelo de conducta. Se reconoce entonces que es necesario intervenir en la
modificación de esas pautas de comportamiento violento y que las personas en edad de contraer
matrimonio no inicien o sigan inmersas en relaciones de pareja destructivas. Como ya se señaló,
los primeros brotes de violencia se gestan en el noviazgo, etapa en la cual normalmente los
involucrados dan lo mejor de sí para la prosperidad de la relación; sin embargo, en muchas
parejas esto no ocurre así; basta con señalar que los episodios de violencia surgen en cualquier
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momento de la vida, se muestran que a mayor edad es menor la probabilidad de insertarse en
relaciones destructivas.
¿Existe violencia en las relaciones de noviazgo de las jóvenes universitarias?
Se puede observar en la figura 1 que en su mayoría la población vive situaciones de agresión; por
lo que a efecto de extrapolar los resultados se puede inferir que de una población de 11
programas educativos y una población aproximada de 1000 alumnas, 980 tendrán un alto
porcentaje de estar viviendo relaciones destructivas y sólo un 20 % viviría en la sanidad. Este
dato es de suma importancia pues con ello se hace evidente la práctica indiscriminada en forma
activa y pasiva; entendiéndose como activa aquellos actos de violencia en contra de la pareja
masculina. En tanto la violencia pasiva implica sólo recibir violencia y no darla en forma
recíproca.
En cuanto al orden de presentación de los diversos tipos de violencia es importante enfatizar que
las estudiantes no sólo viven un tipo de violencia, sino por el contrario, están involucradas en una
relación de noviazgo en la que experimentan diversas formas de violencia; por ejemplo en la
figura 3 se muestra la presencia de conductas violentas en diversas combinaciones. Notando que
las estudiantes en un porcentaje mínimo (2 %) no viven violencia al interior de su relación, y de
forma drástica el 98 % de la población se encuentra inmersa en algún tipo de violencia; con lo
anterior se responde al objetivo particular de identificar el tipo de violencia que predomina en las
relaciones de pareja que establecen las mujeres estudiantes denotando que la violencia
psicológica prevalece en la mayoría de las relaciones
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Históricamente la violencia se ha ligado más al uso del cuerpo para castigar al otro, en este caso
las parejas masculinas suelen iniciar juegos que lastiman de manera física a su novia. Lo
interesante en este apartado es que en muchas ocasiones las mujeres llegan a considerar estas
agresiones como una práctica “normal” dentro de sus relaciones de pareja.
Dentro de estas manifestaciones las mujeres universitarias informaron que manifestaron al
menos un acto de agresión por parte de su novio. En específico, las agresiones físicas más
frecuentes son formas leves: el empujar y el dar golpecitos cerca del 40 % lo señalaron, otro
15 % mencionó que su pareja la besaba sin consentimiento de ella, 12 % de las mujeres señaló
que eran empujadas cuando su pareja ya no quería estar con ellas, en promedio 20 % de las
encuestadas revelaron haber sido víctimas de mordidas y/o chupetones; después figuran
agresiones tales como haber sido jaladas del cabello, ser rasguñadas, y por último hay que
destacar agresiones como ser alcanzadas por algún objeto lanzado y/o ser golpeadas por su pareja
con el único fin de lastimarlas.
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En cuanto a la violencia sexual se puede mencionar que casi la mitad de la población tiene
actividad sexual con su pareja y de este 42 %, el 72 % vive situaciones de violencia sexual, lo
que representa casi tres cuartas partes de la población sexualmente activa.
Respecto a los indicadores de la violencia sexual, se observa que con mayor frecuencia se
presentan las caricias desagradables, la cual implica ser besada o tocada de forma que causa
incomodidad; en cuanto a los demás indicadores no existen diferencias significativas entre éstas,
por lo tanto se presentan de forma casi similar como lo son la comparación sexual con otras ex
parejas, ser obligada a tener sexo, de igual manera el varón decide cuándo tener sexo obligando a
su pareja a realizar posiciones sexuales incomodas, así del uso de algún método anticonceptivo.
También se presentan casos en los cuales se responsabiliza a la mujer de los problemas sexuales
del caballero. En forma mínima pero importante se suscita el tomar fotografías sexuales y obligar
a practicarse un aborto. Por último, la negación a realizarse un examen de detección de
enfermedades de transmisión sexual (ETS).
VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
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Decisiones. En escenarios de incertidumbre y bajo el enfoque de competencias se busca que la
estudiante pueda integrar de manera adecuada un conjunto de conocimientos, procedimientos y
actitudes que le permitan relacionarse armónicamente en sociedad. Bajo esta idea los resultados
muestran una problemática seria en cuanto al logro de estas competencias, puesto que se ubicó
un alto porcentaje de violencia confirmando que ésta se da de forma indiscriminada hacia la
mujer.
Dada la gran presencia de ésta, es considerada también como un trastorno de salud mental y una
epidemia que no se limita en exclusiva a una región o continente, pues aunque sus formas de
manifestación pueden variar de una cultura a otra, sus alcances son universales. El varón accede
a ella por medio del uso deliberado de su fuerza física o el poder, que en muchos casos la misma
comunidad le confiere; lo anterior con el único fin de satisfacer sus propios deseos.
Para aquéllos que aún piensan que violar a una mujer se refiere sólo al acto de abusar de ella en
forma sexual, se equivocan. La palabra violencia es equiparable al significado de violar o forzar
y sin importar el tipo de violencia del que se trate siempre producirá un daño. El campo más
fértil en el que puede subsistir la violencia es aquél en donde el poder se carga de manera
permanente o constante hacia uno de los integrantes de la pareja; es decir, cuando existe un
desequilibrio en la toma de decisiones. El objetivo de la violencia es eliminar obstáculos y una
vez que se permite el primer incidente lo más probable es que vuelva a repetirse. Y no sólo eso,
sino que evolucione y se combine con formas de violencia aún más radicales.
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situó en una relación con los cuatro tipos de violencia presentes. Y sólo un 2 % no vislumbró
ningún indicio de violencia en su relación.
Al revisar estos resultados con los del informe estadístico realizado en 1992, se confirma que la
puerta de acceso para violencias de tipo económicas, físicas y sexuales siempre lo será la
violencia emocional. Los resultados de dicho informe son los siguientes: El 81.3 % de las
mujeres consultadas reconoció violencia emocional, el 77.7 % padecía violencia emocional y
física a la vez y el 18.7 % eran víctimas de la combinación de maltrato emocional, físico y sexual
por parte de sus maridos o compañeros.
El lenguaje verbal juega un papel esencial en las manifestaciones de violencia psicológica, pues
el agresor al no ejercer un dominio amplio de su compañera por ser ésta en la mayoría de los
casos aún hija de familia, recurre entonces a injurias muy estereotipadas que tienen que ver
directamente con celos y recordatorios de problemas del pasado. Por desgracia en el caso de la
violencia psicológica al no existir elementos visibles que demuestren su veracidad, ésta pareciera
no existir. Aunque no por ello deja de ser tan peligrosa como la violencia física. Pues, la
repetición de la desvalorización, indiferencia, coerción y el control pueden provocar un
verdadero desgaste mental e incluso inducir a la mujer a un estado de depresión profunda.
El panorama que se vislumbra es el de una formación familiar en la cual hombres y mujeres son
configurados para adoptar y representar estos tipos de violencia en el momento en que los
jóvenes inician una relación de pareja, entonces dichos patrones es normalizados y validados
como formas de común convivencia en la sociedad.
Con respecto a la violencia sexual y en específico en lo que se refiere a la anticoncepción, muy a
pesar de la reticencia del hombre para el uso del condón, sólo el 3 % de la población femenil con
vida sexual activa manifestó que es únicamente su pareja quien decide el uso y la frecuencia de
algún método anticonceptivo y quién debe usarlo. Lo anterior pudiera ser en parte el reflejo de
campañas de sensibilización de las instituciones de salud públicas del país acerca del uso del
condón y del ejercicio de una sexualidad responsable.
Y también puede ser derivado del hecho de que ambos integrantes de la pareja buscarán en lo
posible evitar un embarazo. La cuestión de que el hombre se involucre en la anticoncepción no
habla necesariamente de un acto responsable, pues en muchos de los casos el hombre inducirá a
la mujer a la utilización de fármacos hormonales sin la debida prescripción médica. Uno de los
fármacos que a últimas fechas ha popularizado su consumo entre la población universitaria es la
pastilla de emergencia, la cual como su mismo nombre lo dice está indicada para una situación
extraordinaria; sin embargo, muchas parejas han comenzado a utilizarla como un método de
anticoncepción recurrente, desconociendo las consecuencias que a la postre pueden repercutir en
la salud reproductiva de la mujer, entre otras.
Los estilos de vida cambian, pero todo indica que la violencia sólo evoluciona y se adapta a los
nuevos modos. Para el caso de la violencia de pareja aplica la misma regla. Hoy en día es muy
difícil ejercer el control de la pareja mediante la vigilancia social como antes se hacía, debido a
la creciente densidad de la población, el control ahora se ejerce mediante el espionaje de las
redes sociales o de los dispositivos de comunicación de la pareja, esto en cuanto a la violencia
psicológica. En el caso de la violencia económica, los hombres al igual que antes mantienen la
idea de que son ellos quienes deben trabajar cuando se consume el matrimonio, ejemplos más
actuales de este indicador son las críticas hacia las compras de la mujer y los celos profesionales
en cuanto a los ingresos que percibe cada uno cuando el varón es quien gana menos.
Respecto a la violencia sexual, en el pasado la mayoría de las parejas llegaban a la vida
matrimonial teniendo como única pareja sexual a su esposo o esposa, con la revolución sexual
iniciada en la década de los sesenta esto ha cambiado, en la actualidad son menos los jóvenes que
llegan a una vida conyugal con la primera persona con la que tuvieron actividad sexual; lo
anterior se presta a la perfección para que en cuanto surjan los primeros problemas de sexualidad
se den las comparaciones y los reclamos; esto se manifiesta sobre todo de los hombres dirigido a
79
las mujeres, por la carga que socialmente se le ha dado a la virginidad femenina. Desde una
perspectiva histórica, el tipo de violencia que probablemente se ha logrado disminuir con mayor
notoriedad es la de tipo físico; sin embargo, los jalones, los golpes leves y las caricias o besos
forzados son una constante aún en las relaciones de noviazgo de parejas con estudios
universitarios, lo que es alarmante.
Dicho de esta manera, diversas interrogantes hacían presagiar un enorme desafío a investigar,
puesto que tras indagar en diversas fuentes de información, no se encontró bibliografía referida a
la problemática aludida, salvo algunos artículos periodísticos. En este sentido, al conocer en
nuestra búsqueda a varones que expresaban la realidad en que vivían, motivó a que se
desarrollara la siguiente investigación de carácter exploratorio, cualitativo, que pretende ser un
aporte significativo para la comunidad en general, titulándose "La violencia doméstica hacia el
varón: Factores que inciden en el hombre agredido para no denunciar a su pareja". Dentro de este
marco, afloraron supuestos tales como:
El elemento sociocultural es determinante en el varón para no formular denuncias por violencia.
Este fenómeno se presenta porque el varón no hace uso substancioso de sus derechos
desconociendo que existe la Ley que tipifica la violencia doméstica hacia el varón.
Al no existir una institución exclusiva para varones estos no denuncian.
Por tanto, tomando esa problemática social de esta manera, que tiene ribetes de tipo cultural,
religioso, político, económico, etc., y que es desconocido por legisladores y por la sociedad en su
conjunto ¿por qué? ¡Porque no se considera como violencia!, se minimiza o se ridiculiza, pero
"existe". Vale la pena hacer memoria a los primeros movimientos feministas que se organizaban
para proteger a las víctimas en nuestro país a principios de los ochenta, donde las denuncias eran
escasas, porque no se consideraba como problema y se guardaba al interior de la familia. Sin
embargo, han transcurrido ya 20 años aproximadamente para que se legisle y aumenten de
manera explosiva las denuncias de las mujeres, siendo los primeros estudios de esta problemática
pioneros y que sustentaron la base más otras iniciativas para posteriormente promulgar la Ley..
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En este sentido, hay una lógica un tanto unilateral en su abordaje, apoyado por el feminismo, que
ha contribuido ostensiblemente a la intervención de esta problemática, pero que ha tenido sus
costos al señalar a un solo tipo de agresor: al varón, manteniendo oculta esta problemática.
En el contexto anterior, habiendo transcurrido cuatro años de vigencia de esta ley, se constata
una baja cifra de denuncias de varones en comparación con las mujeres por concepto de
violencia íntima estimándose la existencia de una cifra negra que encierra la problemática.
Actualmente la violencia hacia el varón apenas se consigna, situación que hasta el momento no
permite precisar la real magnitud de varones que vivencian esta violencia invisible,
manteniéndose presumiblemente en el ámbito privado, por tanto siendo la interrogante: ¿Qué
factores sociales, culturales e individuales influyen en el varón para que no denuncie a su pareja
por violencia doméstica?.
Dentro del espectro de la violencia intrafamiliar, la que se manifiesta con mayor frecuencia,
según investigadores es la violencia en la pareja (en cualquiera de sus manifestaciones). Sin
embargo su abordaje ha estado tradicionalmente supeditado a opciones valóricas de tipo género,
en la lucha reivindicativa de esta perspectiva, situaciones que de cierta manera ha limitado
consciente o inconscientemente la intervención a esta problemática como fenómeno social.
De ahí la importancia y justificación de abordar este fenómeno que servirá de base para futuras
investigaciones y diseño de nuevas estrategias de intervención que generen mayor apertura hacia
el tema, mayor profesionalización y especialización de las personas que atienden y /u orientan a
las víctimas, ampliando la perspectiva, disminuyendo prejuicios tendientes a disminuir la
victimización secundaria de modo que se realicen las respectivas denuncias tal como lo estipula
la ley.
Se pretende por tanto aportar mayores antecedentes para ampliar el horizonte de comprensión de
la violencia doméstica, que por su desconocimiento no ha alcanzado la connotación de problema
social, por tanto reflexionando acerca del marco normativo, políticas sociales y las formas de
aproximación más eficaces en la intervención del problema.
En el tema de violencia en la pareja, reviste especial importancia asumir los roles los que
dependen indudablemente del contexto que se tenga que intervenir y la utilización de técnicas
adecuadas para su abordaje en pro no solo del bienestar de la pareja, sino de la familia en su
conjunto.
La investigación se sustentó en el paradigma fenomenológico cualitativo, siendo de carácter
descriptivo comprensivo caracterizado a partir de las percepciones de los participantes de los
grupos focales y entrevistados, cuya validez del conocimiento está dada por los propios sujetos.
Las principales categorías de análisis fueron:
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Categoría de maltrato: descripción de la violencia expresada por el varón en su relación de
pareja, ya sea psíquica, física, sexual y las características que le rodean.
Categoría percepción de roles en la pareja: Creencias culturales acerca de lo que se percibe como
roles de la mujer y hombre.
Categoría creencias populares: Son todas aquellas percepciones generalizadas acerca del aspecto
determinado, constituyendo una visión parcializada de la realidad, siendo utilizadas por la
sociedad y expresadas de manera absoluta.
Causas que determinan que el varón no denuncie a su pareja cuando es agredido: de las
respuestas se desprende, la ideología patriarcal de estereotipos rígidos del varón con respecto a lo
que se espera de él como "hombre" en relación de pareja y por tanto frente a eventuales
agresiones para no romper este "esquema social" de proveedor, jefe de familia, protector, etc.,
que en caso de denunciar, significaría trastocar los esquemas establecidos.....es muy grande la
vergüenza de que tu mujer te pegó frente a los demás... porque el varón tiene que llevar las
riendas de la familia y eso influye que no denuncie...si fuera a denunciar me dejarían preso por
leso o como castigo por mentirosos que la mujer me pega... el hombre cuando ama aguanta hasta
el final...
Razones por las cuales la mujer ejerce violencia hacia el varón: Aquí se diferencian tres
aspectos:
Causales atribuibles al varón: Las principales aluden a la ingesta de alcohol, cuando el varón
presta mayor atención a cosas triviales como ver televisión, el fútbol, etc. "...cuando el hombre
llega cura’o con trago lo pescan a palos...cuando se junta más con los amigos y se pone a ver
puros partidos de fútbol en la tele..."
Causas atribuibles a la mujer: Existe consenso en cuanto a contextura física de la mujer, carácter
irritable, entre otros."....cuando el hombre gana menos y afecta al ingreso familiar y la mujer
gana más y por eso se siente superior con poder y con derecho a mandar...cuando le llega el
período hay que arrancar..."
Causas atribuibles a la pareja: Cuando hay mala comunicación en la pareja poco fluida, no
conversando los problemas y las soluciones probables de éstos, sin afectividad. "...muchas
personas no conversan con la pareja y por eso se van a las manos y se agarran a palmetazo
limpio y ninguno de los dos se comunica... por incapacidad de comunicación y de superar
situaciones difíciles y por eso viene la respuesta agresiva..."
Tipo de conocimiento acerca de la Ley de violencia intrafamiliar: La mayoría de los varones
plantea que la ley se creó para la mujer y por tanto ella es la única favorecida en violencia
intrafamiliar. Se identifica además, que los varones desconocen los contenidos de la Ley. "...creo
que hay una Ley que salió, pero no la conozco...la mujer es favorecida desde el punto de vista
legal, si la mujer diera un par de coscachos no se iría presa... es la Ley de la mujer".
Papel de los medios de comunicación: La opinión casi unánime, es que los "medios de
comunicación ya sea radio, televisión, diario u otros", no contemplan a los varones agredidos en
sus estrategias de prevención de violencia intrafamiliar, argumentando que no se visualiza como
un problema social este tipo de violencia. "porque si hubiera un porcentaje más alto, recién ahí se
podría empezar a hacer campaña...no abordan a los hombres porque no creen que sufren...se cree
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que es siempre la mujer quien sufre, pero nunca se ha colocado en un spot publicitario al varón o
en el mea culpa..."
Como ven al varón agredido: Implica mayor reflexión de los participantes."...tiene problemas,
está mal en su casa...menoscabado cuando la mujer lo agrede...vive maltratado porque está
enamorado de su mujer y por eso no procede como corresponde".
Nivel socioeconómico en que se manifiesta: Hay unanimidad que se manifiesta en todos los
niveles socioeconómicos, sean bajos, medios o altos y que nadie está libre de ello.”...en el nivel
alto se por el billete, porque los sitios son más grandes...no hay distinción...la psicológica se da
en el estrato más alto y medio y la física se da en los más bajos... se nota más en la baja en la
opinión pública porque la gente de clase media no ventila sus problemas"
Hombres que denuncian: Evidencian que los varones que denuncian es porque hay maltrato
crónico en el cual han llegado a un límite de tolerancia."...son personas que revientan, que no
están "ni ahí" con los demás y no le importa lo que digan los vecinos... porque se arrastra de
harto tiempo y el hombre tiene un límite... debe ser valiente para enfrentar el problema y estar
dispuesto que lo molesten para apechugar".
Medidas que proponen para evitar la violencia hacia el varón: Existen variadas opiniones
destacando en su mayoría que si existiera un Servicio Nacional del Hombre aumentarían las
denuncias y se atreverían a denunciar. "...si hubiera un Servicio Nacional del Hombre,
aumentarían las denuncias... podría ser bueno porque uno se desahogaría de diez denuncias,
aumentarían a cien".
Profesionales que deberían atender a los varones: Se mencionan a variados profesionales, pero
cuando se menciona a la profesional Asistente Social mujer es cuestionada, ya que explicitan que
tendría una postura feminista y un tanto prejuiciada para atender a los varones y que solo podría
atender si estuviera bien capacitada, sin perjuicio” psicólogos, asistentes sociales, abogados,
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médicos, terapeuta familiar...debe ser un psicólogo que sepa harto, asistentes sociales que te
vayan a ver a la casa que es verdad que la señora te pega y lo ideal es que sea un Asistente
Social – se refieren al profesional hombre- para que a uno lo entienda o una Asistente Social,
pero ¡que cumpla su función!, un abogado y médico para constatar lesiones"
En caso de que fueran víctimas de violencia: Es difícil establecer una respuesta tipo dada la
variada gama de respuestas. "...si la retas va donde la Asistente Social por maltrato psicológico
porque le dijiste fea y al final no se puede hacer nada...si le pegas te denuncia y te vas preso, por
eso hay que tratarlas con palabras...no denunciaría porque los...primero me daría la india y le
pego al tiro un palmetazo y le digo que pesque sus cosas y se vaya...me escaparía, me separaría,
me mando a cambiar porque no respondería a la violencia física.
Como perciben el rol de la mujer hoy en día En este aspecto hay dos tipos de respuestas:
Positivo: "el rol tradicional era de dueña de casa y encargada de la crianza de los hijos y ahora
hay equiparidad de que son los dos los que pueden tener los roles de proveedores por lo que se
comparten los roles en la crianza...se ha avanzado, conquistado espacios de respeto de dignidad
de la mujer".
Negativo: "...los hijos son criados por nanas, lo que los puede dejar individualistas en el futuro
ya que no tienen el afecto de la mamá...antes quien le pegaba a los cabros chicos era el hombre,
ahora es al revés, el hombre llega a la casa y escucha ¡papi la mamá me pego!
Como perciben el rol del varón hoy en día: Son coincidentes en que ha habido un cambio
paulatino de roles, adaptándose a este cambio. “No hay ningún trámite que pueda hacer solo,
todo hay que hacerlo con la señora...sí o si hay que acondicionarse porque la sociedad esta
así...lo ha asumido no queda otra...a mis hijos les enseño a planchar, lavar porque la mujer ha
cambiado y así se evitan problemas...debemos valorar lo que tenemos en casa, no reprimir a la
mujer y que no esté encerrada en cuatro paredes"
En relación con el análisis se mencionaran los que se sitúan principalmente desde la óptica
macro y exosistemica por razones de espacio destinados para este efecto. Los principales datos
apuntan sobre los factores sociales, culturales e individuales que influyen en el varón para no
formular denuncias cuando son agredidos por su pareja, tales como machismo, vergüenza,
ignorancia legal u otros factores de índole personal que le impiden a los varones denunciar a su
pareja cuando es afecto de violencia. Seguin el modelo ecológico el análisis consta de:
En el nivel macrosistémico: se sitúan los sistemas de creencias y estilos de vida que prevalecen
en una cultura determinada, los cuales manifestaron sus opiniones bajo el contexto de la
ideología patriarcal y/o machismo light, este último que se viene gestando conforme evolucionan
los estereotipos y roles de lo que es ser hombre y ser mujer hoy en día.
En este contexto, la ideología patriarcal influye notoriamente para que los varones que vivencian
algún tipo de violencia no denuncien ya sea "por orgullo de hombre o por temor al ridículo",
entre otros, manifestada por la espontaneidad de las apreciaciones y/o calificativos de los varones
cuando se refieren a catalogar a sus apreciaciones cuando se refieren a catalogar a sus pares,
siendo las expresiones mayormente vertidas la de "calzonu’o" con risas constituyendo el pick de
los grupos focales, pero al referirse en el sentido de cómo observan a los varones como seres
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humanos iguales a ellos, reflexionaron y meditaron señalando en su mayoría que son "personas
que sufren" , lo que evidencia que la violencia hacia el varón existe y conocen "muchos casos
que no son denunciados", ya sea por el elemento sociocultural como factor preponderante para
no denunciar y factores de índole personal como es el amor a la pareja o por los hijos para que no
sufran.
En relación con la evolución de roles que han experimentado tanto hombres como mujeres, en el
mundo cada vez más exitista y competitivo, los varones manifiestan en torno a la relación de
pareja que las decisiones y/o acuerdos "deben efectuarlos ambos" para que prime la armonía en
la pareja y de esta manera no herir susceptibilidades, en donde el hombre ha asumido la mayor
participación de la mujer en general como positivo, inclinándose por una relación igualitaria,
donde ninguno tenga más derechos sobre el otro, adaptándose a este tipo de cambios.
En el nivel exosistémico: resaltan claramente aspectos como lo son la difusión de la ley y las
instituciones que trabajan con violencia intrafamiliar, puesto que los varones se perciben como
desprotegidos de la legislación existente, ya que la mayoría la desconoce y la atribuye a la mujer,
señalando que es la "ley de la mujer" , evidenciando dos aspectos, uno que la ley no ha sido
debidamente difundida, tal vez por ser dirigida hacia la población femenina en las campañas de
prevención. Además se plantea que se pone énfasis en los derechos de las mujeres y que, estas
están protegidas como lo demuestran los estudios, omitiendo según estos que al varón también lo
protege la ley, presumiblemente porque las personas encargadas de realizar estas acciones no los
consideran como cifras de víctimas significativas, hecho que no se pude comprobar. En segundo
lugar como desencadenante de lo primero al no difundir la Ley a todos los sectores de la
población y grupos etarios, el hombre desconoce que efectivamente existe la ley y por tanto,
relacionado con otros puntos, no denuncia porque no sabe que están protegidos, implicando una
falencia del sistema socio jurídico y del estado por ser este el ente encargado de poner en
práctica las Políticas Públicas al bienestar de la población en su conjunto.
En virtud de lo anterior el estudio muestra una realidad distinta a la que habitualmente estamos
acostumbrados cuando se aborda la problemática de violencia intrafamiliar, que ha motivado
diversas reflexiones en torno al abordaje e intervención de la violencia al interior de la familia
desde la óptica multidimensional del modelo ecológico.
Las estadísticas de casos atendidos de los Centros Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer
y Desarrollo Social (MIMDES) señalan que no sólo las mujeres son víctimas de maltrato en una
relación de pareja sino también que hay varones que sufren violencia por parte de sus respectivas
compañeras.
De acuerdo al consolidado anual de casos atendidos por violencia familiar o sexual del 2002 del
MIMDES, 2,055 varones mayores de 18 años han denunciado ser víctimas de maltrato, lo que
constituye el 8.2% de todos los casos atendidos a personas adultas. El 91.8% restante de este
85
grupo corresponde a 22,898 víctimas de violencia de sexo femenino.
El 61 % de varones víctimas de violencia (18 a 59 años), señala que la persona agresora fue su
pareja, conviviente o esposa. Siendo la pareja no estable la que encabeza la lista, seguida por la
conviviente, luego la cónyuge o esposa. Igual relación se da para la ex pareja, ex conviviente, ex
cónyuge, que en su totalidad representan al 11.3%.
Un 10,56 % de varones identifica a otro familiar como el agresor: De este grupo 33 varones
señalan a los suegros. Se aprecia también violencia de parte de los hijos con el 6,1%.
Nivel Educativo de las víctimas
El 51.7% de varones maltratados tienen estudios secundarios completos o incompletos y el
28,8% ha cursado estudios superiores en el nivel técnico o universitario. El 82% realiza alguna
actividad remunerada. El 94, 4 % de varones señala haber sido víctima de violencia psicológica,
siendo los insultos y la desvalorización la modalidad de violencia más utilizada por las personas
agresoras. Un 58.3% reportó violencia física, destacando con frecuencia los golpes diversos,
mientras que un 0,7% que corresponde a 13 casos refirió violencia sexual, de los cuales 03 son
violaciones y 10 actos contra el pudor.
Hasta hace algunos años, muchos varones no tenían el valor de denunciar que eran víctimas de
maltrato familiar por vergüenza y por temor a ser marginados socialmente en una sociedad
machista que desvaloriza a un hombre que no tenga capacidad de respuesta ante una agresión y
mucho menos si la agresora es una mujer.
El trabajo de información y sensibilización ha permitido que no sólo las mujeres denuncien sino
que también lo hagan los varones cuando son agredidos por parte de su pareja o por cualquier
otro familiar; sin embargo aún es limitada la proporción de víctimas que denuncian la violencia.
Únicamente el 12 % de varones maltratados pusieron una denuncia policial antes de acudir al
CEM, como también solo el 18% acudió en busca de ayuda a sus familiares y amigos.
86
Desde su creación en el 2001, el Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del
viene realizando una serie de acciones de prevención y sensibilización, como de generación de
información estadística que ha permitido visibilizar este tipo de casos de violencia familiar y
sexual.
En síntesis, los factores que influyen y/o se relacionan con esta tendencia, que acusa la
ignorancia legal de los varones con respecto a la Ley de Violencia Intrafamiliar e Instituciones
que trabajan con la problemática, además de elementos socioculturales e individuales que
tienden a evitar que los varones no denuncien esta situación, se agrupan en:
Factores preponderantes:
Ideología patriarcal y/o neomachismo
Ignorancia legal
Instituciones prejuiciadas con relación a la atención del varón.
Medios de comunicación (en menor grado)
Factores personales del varón
Por tanto, estos cinco componentes que engloban el todo descrito en el cuerpo de la
investigación, se relacionan con la multicausalidad de este fenómeno complejo, constituyendo
las causas que limitan al varón para no denunciar.
El fenómeno de violencia en la pareja, cruza múltiples variables que dificultan su estudio, que
debe ser comprendido y abordado de manera integral, pero por tratarse de un tema, cuya
aproximación es exploratoria, la que se realiza hacia el varón "como víctima", siendo tratado por
separado a modo de comprensión.
Antes no se concebía que la violencia en la pareja la ejerza la mujer, como tampoco ahora. La
violencia en la pareja, afecta mayoritariamente a las mujeres, mas cada día aumentan los casos
de violencia hacia el varón que no denuncian y/o que denuncian, estos últimos presumiblemente
porque han derribado la pared de la ideología patriarcal o bien su vivencia se sitúa en el ámbito
crónico, situación que llama la atención de los investigadores para intentar descubrir que hay
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detrás de todo aquello, basado en diversas interrogantes y supuestos los que finalmente se
comprobaron con la participación de los varones en el estudio que indican que la problemática se
está siendo explícita.
¿Y cuál es el grupo etariIo que sufre de más violencia?
Tal como se puede apreciar más abajo en la gráfica, los grupos etarios más afectados por la
Violencia intrafamiliar son aquellos entre los 26 y 35 años, según las cifras de 2014.
Una mujer se demora en promedio unos 6 años en percatarse de la situación. Desde ese momento
en adelante es que comienza un trabajo en profundidad para que ella asuma que su relación no
marcha bien y que es conveniente denunciar, hecho que tarde algún tiempo más.
En el caso de los hombres, si bien no existe un estudio que apunte a ello, se estima que son al
menos unos 8 años los que tardan en comprender la situación que viven. Cuando llega el
momento de denunciar, muchos desertan de la idea por diversas razones. Una de las principales
sería por “proteger a la familia” o por sus hijos.
¿Pero cuáles son las conductas que ejerce el victimario y que llevan a la violencia?
- Abuso psicológico: Esto se expresa a través de la intimidación, aislamiento de la pareja de sus
amigos o familia, intento de control de la conducta de la pareja e incluso la destrucción de
algunas pertenencias.
- Abuso verbal: El uso de palabras hirientes, apodos ofensivos, menos precio y severas críticas.
- Abuso económico: El abusador comienza a controlar los bienes de su pareja solicitando
recibos, revisando los movimientos bancarios, no otorgándole dinero, gastando excesivamente o
solicitando demasiado.
-Abuso físico: Esto se traduce en golpes, bofetadas, pellizcar, morder, empujar y el uso de otros
objetos para golpear o incluso la utilización de armas.
- Abuso sexual: Cualquier acto sexual en contra de la voluntad de la pareja.
Todo inicia con el tema psicológico, cuando “la mujer empieza a decirle sutilmente a la
pareja o lo hace sentir como si fuera un poco hombre”.
Si esto comienza a ser repetitivo, “normalmente va asociado con un escape en el alcohol, la
droga u otra tipo de situaciones que el hombre hace para evadir de esta problemática, y la otra
situación que pasa es que el sujeto no toma decisiones y al no tomar decisiones quien las toma es
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la mujer”, sostuvo la uniformada quien además agregó que otro indicio donde nos podemos
percatar que la relación no va bien es “cuando no hay acuerdos con la pareja”.
Quien indica que “la violencia intrafamiliar no parte con la agresión física, parte mucho
antes con las agresiones verbales”.
Pero la violencia también tendría ciertas fases que muchas veces ayudan un tanto a confundir a
las víctimas, ya que “cuando se hace la agresión, al poco tiempo después empieza nuevamente la
luna de miel donde se buscan nuevamente”,
Si bien en teoría no existen características determinadas para reconocer a simple vista a una
persona que ejerce maltrato, de acuerdo a lo indicado por la trabajadora social “se tiende a
pensar que el agresor es una persona que socialmente es muy bueno, es un personaje que es
intachable, pero ese personaje que para afuera es muy bueno, puede ser un agresor
intrafamiliar”.
Otro punto importante a destacar es que normalmente el victimario posee baja autoestima, de
aquí surge el deseo de tener todo bajo control. Una de las formas de combatir a un agresor sería
frustrándolo. “Si yo lo niego, es una forma de mantener la sumisión, mantengo el sistema de
desigualdad” La idea es denunciar las veces que sean necesarias.
De acuerdo a las estadísticas aportadas por medicina legal, logramos establecer que los hombres
víctimas de violencia intrafamiliar fueron agredidos por su esposa representando estas, un 49%
de las agresoras, seguido de las compañeras permanentes con un 30%, es decir, en el núcleo
familiar se presentan la mayor cantidad de casos. El 21% restante, corresponde a la ex esposa, la
amanta y la novia.
De acuerdo a las estadísticas aportadas por medicina legal, logramos establecer que los hombres
víctimas de violencia intrafamiliar fueron agredidos en su mayoría de manera contundente,
seguidos de agresiones cortantes y corto contundentes. Las agresiones punzantes, con proyectil
de arma de fuego y quemaduras por líquidos calientes representan la menor tasa de agresiones
intrafamiliares en contra del hombre.
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Logramos establecer de acuerdo a las estadísticas aportadas por medicina legal, que los hombres
víctimas de violencia intrafamiliar fueron agredidos principalmente debido a la intolerancia de
sus parejas representando un 58% de los motivos de las agresiones, seguido por los celos, con un
19%.Otras razones como alcoholismo, desamor e infidelidad compone y representa el resto de
los motivos.
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Según los datos proporcionados en las estadísticas se pudo establecer que los hombres están
recibiendo la mayor parte de los maltratos entre las edades que oscilan de los 31 a 55 años, que
representa el 62% de las víctimas. Los hombres más jóvenes e incluso los mayores también son
víctima de violencia intrafamiliar en menor proporción, 30% y 6% respectivamente.
De acuerdo a las estadísticas ilustradas en la parte superior, podemos observar que el año que
más registró situaciones de violencia intrafamiliar contra los hombres fue el 2004 con el 22% de
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los casos en los últimos seis años, y el año que menos reporto casos fue el 2005. Es importante
destacar que el porcentaje de casos reportados en los últimos seis años refleja la variabilidad de
casos reportados a través del tiempo.
De acuerdo a las estadísticas aportadas por medicina legal, podemos aseverar que la mayoría de
casos de violencia intrafamiliar lo sufren los hombres de estrato dos, con un 75% de los casos;
mientras que los hombres de estrato cinco solo representan un 14% de los casos de violencia
contra familiar contra el hombre.
6.2. Ezequiel Aparici: "Al principio, cuando empezamos, me gritaba. Desde entonces, ya se le
veía venir, pero uno siempre tiene la esperanza de que se vaya adaptar, de que puede
cambiar…luego, te das cuenta que no es así. Empezó a pegarme y a tirarme todo lo que
encontraba. Habían momentos en lo que se transformaba en una fiera. Intenté arreglarlo yendo a
un psicólogo con ella, pero solo acudimos 2 veces porque vio que las conversaciones se querían
reconducir hacia su agresividad. Y también creí que merecía todo lo que me hiciera. Sin
embargo, hubo una vez que comprendí que realmente tenía problemas psicológicos y yo no tenía
la culpa de que reaccionara de aquella manera."
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6.3. Alfonso José Gómez Osorio: "Me insultaba habitualmente me gritaba y me hacía chantaje.
Desde que nació mi primer hijo, me amenazaba con dejarme sin él sino atendía a todos sus
caprichos. Me sentía constantemente menospreciado. Un día fue a mi lugar de trabajo y me pego
delante todo el mundo. Puede no parecer muy fuerte pero al final uno termina creyendo que
todos los defectos que se le achacan son reales y queda absolutamente mermado. Hasta que se
detiene a pensar que su mujer realmente ha elegido al peor hombre que había o nada de eso es
cierto. Para recuperar la autoestima es necesario hacer grandes esfuerzos y convencerse así
mismo de que aquello que te dicen no es verdad."
6.5. Héctor Lozano: "un día en la comida, discutimos porque ella quería venir a un partido de
tenis, a pesar de que nunca le había interesado el deporte. De pronto, se volvió loca y me clavó el
tenedor en el pecho. No era la primera vez que me agredía llevaba un año torturándome, pero
aquello fue lo que me hizo reaccionar. Antes yo era el que cuidaba al niño, y ella por el contrario
nunca lo atendió, ni se preocupó por él; también me ocupaba de la casa, porque cuando volvía
del trabajo me obligaba hacer la limpieza. Interpuse una denuncia por maltrato y ella se fue de mi
casa con mi hijo. Tuve que esperar 20 días para poder verlo. Los actos se produjeron delante del
niño, el cual obviamente se puso a llorar, pero lo peor no es eso, sino que también le pega a él."
Testimonio 1
¡Mi experiencia como mujer respecto a eso: lo confieso! Golpeo a mi novio, y él no carece de
nada, muy por el contrario, me respeta mucho, nunca me ha levantado la mano, solo me ha
detenido, pero me he dado cuenta que le provoco lástima cuando me pongo así. Para mí es muy
doloroso caer en esos trances, y para él muchísimo más, pues se lleva los madrazos. Me detesto
por eso, tenemos 13 años de casados y siete de novios, con una hija de 9 años. Sabes, a veces ha
llegado el punto de que mi hija ha intentado actuar igual. Lo estoy pasando fatal.
Testimonio 2
¡Tú no sirves para nada! Esas son mis palabras cotidianas para mi esposo. Hace un año, mi
esposo está desempleado, pasa en la casa triste y deprimida, y eso me llena de ira. Durante el día
pasamos discutiendo debido a nuestra difícil situación económica, y yo aprovecho cada momento
para insultarlo y recordarle que es un negligente. Después que terminan las discusiones comienzo
a sentirme mal por la manera en que lo trato, ya que en vez de apoyarlo, lo termino maltratando
sicológicamente. Tal vez, si mi manera de reaccionar fuera diferente, nuestra situación actual
estuviera mejor.
Testimonio 3
Yo no quería hacerle eso a mi marido. Yo no sé qué me pasó. Soy celosa, pero no capaz de hacer
una cosa así. Mi intención solo era asustar a Juancho, como lo llamaba por cariño, antes de
enterrarle el cuchillo con el que picaba las verduras para el almuerzo
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HIPOTESIS Y VARIABLES
Hipótesis de investigación
La incidencia de la violencia intrafamiliar contra el hombre en los estratos bajos es mayor que en
los estratos altos de la ciudad de Barranquilla. Presentándose en estos estratos, un común
denominador que es la discriminación legal ha la que están sometidos los hombres que son
víctimas de este tipo de violencia, ya que no cuentan con la misma protección legal de la mujer.
Definición conceptual
Violencia intrafamiliar. La violencia intrafamiliar son todas las situaciones o formas de abuso de
poder o maltrato (físico o psicológico) de un miembro de la familia sobre otro, que se desarrollan
en el contexto de las relaciones familiares y que ocasionan diversos niveles de daño a las
víctimas de esos abusos.
Definición operacional
Variable independiente
Si las personas de estratos bajos tuvieran mayor asistencia por parte del Estado, serían menos los
hombres víctimas de este flagelo. Ya que la falta de oportunidades económicas están incidiendo
en la violencia al interior de las familias de la ciudad de Barranquilla,
De la misma manera que el Estado y las leyes colombianas protegen a la mujer que es víctima de
la violencia intrafamiliar debe protegérsele al hombre, igualando la legislación que sobre el
respecto existe.
Estas estadísticas revelan que 460 hombres fueron maltratados en la ciudad de barranquilla y su
área metropolitana en los últimos 6 años. Los resultados de este análisis multi-variado mostraron
también que el estrato socioeconómico es el factor más fuertemente asociado con el riesgo de ser
víctima de agresión, al analizar los datos estratificados por estas variables, se presentaron el
75% de los casos de violencia intrafamiliar contra el hombre.
Los 460 hombres declararon ser golpeados por sus actuales parejas y por sus ex; registrado de la
siguiente manera: el 49% fue agredido por su esposa, el 30% por su compañera permanente, el
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13% por su ex esposa, el 4% por su amante y el 2% por su novia. Estas mujeres maltratantes
lograron causar lesiones en sus víctimas gracias a la utilización de mecanismos: contundentes
(251), cortantes (85), corto contundentes (53), corto punzantes (8), punzantes (3), líquidos
calientes (5) y armas de fuego (2). Como lo son, cuchillos, palos, uñas, piedras, zapatos, cartera,
florero, martillo, agua caliente, platos, plancha, dientes, escoba, pico de botella, navaja, candado,
varilla, silla, llaves, tacón, garrote, armas de fuego, entre otros objetos.
La violencia intrafamiliar no debe tener ningún tipo de justificación, ya que, como mencionamos
antes, la familia es el núcleo esencial de la estructura social, por lo tanto los fenómenos que la
afectan necesariamente se convierten en factores de afectación para toda la comunidad. Sin
embargo, las personas que cometen este tipo de crimen y en especial en este caso, el 25% de las
mujeres que maltrataron a estos 460 hombres dicen haberlo hecho por intolerancia, el 18% por
motivos de celos y desconfianza, el 2% por la existencia de machismo y superioridad por parte
del hombre y otras lo hicieron por el desamor, por la drogadicción, alcoholismo, por razones
económicas, por divorcio y separación, por infidelidad y por enfermedades físicas y/o mentales.
A este tipo de violencia no escapa nadie, tanto jóvenes, como adultos y hasta adultos mayores
son víctimas de la violencia intrafamiliar, por eso llamamos al dialogo al interior de los hogares
barranquilleros, porque, es preocupante que haya casos de hombres hasta de 80 años maltratados
por sus parejas. La edad en donde éstos son mayormente maltratados oscila entre 31 y 55 años,
manifestándose el 62% de los hechos, seguida por edades entre 15 y 30 años con un 30% de
casos.
De los 460 casos arrojados en esta investigación de hombres víctimas de violencia intrafamiliar,
tomamos una muestra de 26 casos que representan y detallan la situación a la que estos hombres
están sometidos, como son qué relación tienen con la agresora, los motivos de estas para ejercer
el maltrato, los objetos utilizados en la agresión, la escolaridad de los hombres maltratados y el
estrato social al que pertenecen las víctimas.
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VIOLENCIA FAMILIAR, MALTRATO, PREVENCIONA LA VIOLENCIA
1. Agresividad y violencia
1.1. Definición de violencia
Es difícil ofrecer una definición única de violencia ya que se trata en primer lugar de un término
coloquial que expresa muchas y muy diversas situaciones. Parece, ante todo, que se trata de un
fenómeno complejo que puede abordarse desde muy diversas ópticas. El debate, por ejemplo,
sobre el origen cultural o innato de la violencia sigue presente en nuestra sociedad y refleja la
multiplicidad de causas que la literatura científica ha relacionado con la aparición de las
conductas violentas (biológicas, psicológicas o sociales). Existe un importante grado de acuerdo
en ciertas condiciones que debe reunir una conducta para ser definida como violenta: necesidad
de un contexto social interpersonal o intergrupal, intencionalidad y daño como consecuencia del
acto agresivo.
Define violencia como acción de carácter intenso realizada con la intención de herir o dañar a
alguien o a algo, pero con algunos matices diferenciadores como son su intensidad y su carga
peyorativa, que no siempre están presentes en las conductas agresivas. Esta definición abre el
paso a una variante positiva de la agresividad, en el sentido de conductas con una carga
adaptativa o de supervivencia.
En esta misma línea, introduciendo una interesante diferenciación entre agresividad y violencia,
opina que “considerar que la agresividad es innata en el ser humano no conlleva reconocer que,
para el ser humano, es inevitable comportarse agresivamente”. Es decir, el ser humano es
agresivo por naturaleza, pero pacifico o violento según la cultura en la que se desarrolle.
Sin embargo, la explicación más cómoda para nuestra cultura, que todavía es básicamente
violenta, a la violencia que observamos y padecemos es que los humanos somos seres violentos
por naturaleza. Según este punto de vista no podríamos prevenir la violencia con ningún tipo de
medida, ni pedir responsabilidades ni hacer gran cosa para reducir la violencia ni los violentos se
verían impulsados a cambiar pues serian así de forma innata e inevitable.
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Por su valor normativo resulta útil recoger aquí la definición de violencia de la fuerza física o el
poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o
comunidad, que cause o tenga muchas posibilidades de causar lesiones, muerte, daños
psicológicos, trastornos del desarrollo o privacidad. Por su valor normativo resulta útil recoger
aquí la definición de violencia de la. “El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en
grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que
cause o tenga muchas posibilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del
desarrollo o privaciones’”.
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2. La violencia familiar
A comienzos de la década de los ‘70 se comenzó a hablar en algunos países occidentales de la
violencia dentro de las familias, iniciando un camino de superación de la invisibilidad de este
fenómeno ante la pantalla de privacidad intrafamiliar que fue creciendo en la misma medida en
que crecía el reconocimiento y especificidad de los derechos humanos a colectivos como
mujeres, niños/as y discapacitados. La violencia familiar, en general, y los malos tratos
infantiles, en particular, son algunos de los problemas más graves que afectan negativamente al
desarrollo y socialización de los niños y niñas.
A pesar de las condenas de la sociedad y de las leyes contra la violencia familiar, todavía se
tiende a diferenciar entre niveles aceptables de violencia familiar y los niveles inaceptables. Un
ejemplo de esta diferenciación queda patente en los datos disponibles sobre la aceptación del
castigo físico. En efecto, los datos (Barómetro 2004) señalan que mientras el 85,4% de los
encuestados estaría dispuesto a denunciar a alguien que maltratara a un niño, el 57% estaría
dispuesto a pegarle un azote.
Los estudios retrospectivos muestran que los patrones de disciplinas muy coercitivas o
contradictorias, que mezclan episodios de fuerte castigo físico con otros de permisividad, son un
indicador de riesgo y conflicto social. Pero a la población y a los profesionales les cuesta
reconocer el riesgo que representan este tipo de conductas y la necesidad de ofrecer pautas de
autoridad y crianza alternativas al comportamiento violento.
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Culturalmente, de forma errónea, se ha asociado autoridad con violencia lo cual ha ayudado a
legitimar la violencia como una pauta adecuada de autoridad. Igualmente de forma errónea se ha
asociado amor con violencia y castigo con violencia. En realidad, la violencia es el uso del poder
en negativo. Otras formas de poder son el amor y la autoridad (uso del poder en positivo). A su
vez, el castigo puede ser violento (físico, psicológico o sexual) o no violento (disciplina positiva)
La utilización de la denominación “violencia familiar” no supone en ningún caso la equiparación
de los dos términos que la componen. Al contrario estimamos que se trata de una perspectiva útil
de estudio y de intervención temprana en unos fenómenos que cada día están más presentes en
nuestra sociedad.
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2.2.- ¿Las familias pueden favorecer o evitar la aparición de violencia familiar?
En nuestra sociedad existe el mito que nos dibuja a la familia como un entorno pacífico e idílico.
En efecto, la familia constituye el compromiso social más firme de confianza, protección, apoyo
mutuo y amor que existe entre un grupo de personas Sin embargo, sus miembros sufren con
mayor frecuencia peleas y agresiones de diferente gravedad por parte de sus familiares que las
que pueden sufrir en cualquier otro lugar y por cualquier otra persona.
102
VIOLENCIA ACTIVA, ABUSO O MALTRATO
• Física. Infligir o amenazar con daño o lesiones, por ejemplo: empujones, bofetadas, golpes,
estirones de pelo, mordiscos, patadas, torcer los brazos, golpear con objetos, quemaduras, etc.
Coerción forzada y limitar movimientos físicos.
• Sexual. Contacto sexual sin consentimiento, cualquier contacto sexual coercitivo o con fines de
explotación, por ejemplo: caricias, relaciones sexuales vaginales o anales, ataques a zonas
sexuales del cuerpo. Obligar a ver imágenes o actividades sexuales y amenazar con contactos
sexuales.
• Psicológico. Infligir angustia a través del control y limitación de acceso a amigos, escuela o
trabajo; aislamiento forzado, ser testigo involuntario de actividades e imágenes violentas;
intimidación, usar el miedo o el daño físico, las amenazas, los chantajes, amenazas de suicidio y
acoso hacia los demás; destrucción de propiedades y mascotas.
• Emocional. Realizar de forma habitual críticas, humillaciones, denigración, insultos, silenciar,
dañar la autoimagen.
• Material (económico). Explotación financiera o ilegal y control de fondos y otros recursos
necesarios para la supervivencia económica y personal. Obligar a una persona a ser dependiente
económicamente.
Desde que existe la humanidad se presenta el maltrato, se identifica más por sus características
de violencia física que por sus aspectos psicológicos.
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Las siguientes preguntas ayudan a determinar el grado de maltrato infantil que sufriste en
tu infancia:
3. Abuso Sexual
Implicar a una persona dependiente, algunas veces inmaduro en cuanto a su desarrollo físico y
emocional, en actividades sexuales que no comprende plenamente y para las cuales no pueden
dar un consentimiento informado o que violen tabúes sociales o roles familiares.
Hay varios tipos de agresión sexual a menores:
AGRESIÓN SEXUAL: Acto de hacer daño, o intentarlo, a otra persona en su libertad sexual,
con violencia o intimidación (amenaza).
PEDOFILIA: Excitación y placer sexual de un adulto (hombre o mujer) mediante su relación con
menores (niños, niñas y adolescentes). Las conductas pueden ser sin contacto físico directo
(exhibicionismo o masturbación delante del menor) o conductas físicas directas (besos, caricias
masturbación del menor, etc.).
PROVOCACIÓN SEXUAL. Difundir, vender o exhibir material pornográfico entre menores de
edad o incapaces.
EXPLOTACIÓN SEXUAL INFANTIL. Una categoría de abuso sexual infantil en la que el
abusador persigue un beneficio económico y que engloba la prostitución y la pornografía infantil.
Dentro de explotación sexual infantil, existen diferentes modalidades a tener en cuenta:
PROSTITUCIÓN INFANTIL. Inducir, favorecer o facilitar la prostitución de un menor de edad
o incapaz.
CORRUPCIÓN DE MENORES. Utilizar a menores de edad o incapaces en espectáculos
exhibicionistas o pornográficos, tanto públicos como privados o para elaborar cualquier clase de
material pornográfico. Incluido la difusión, venta o exhibición de este tipo de material o su
posesión con dichos fines.
4. Abuso Psicológico
El patrón de conducta consistente en actos u omisiones repetitivos, cuyas formas de expresión
pueden ser prohibiciones, coacciones, condicionarios, intimidades, amenazas, actividades
devaluatorias y de abandono que provoquen disminución o afectación a su estructura de
la personalidad y que provoquen daño moral.
106
5. Abuso Por Negligencia
Abuso físico de menores es cualquier daño no accidental a un niño menor de 18 años por la
persona a su cargo.
Los adultos que de niños fueron testigos de violencia doméstica entre sus padres o que eran
víctimas de violencia en su hogar a menudo arrastran estos recuerdos dolorosos en su vida
adulta. Para muchos, estas memorias y experiencias dolorosas inevitablemente influyen su
elección de parejas y permiten una dinámica destructiva en sus relaciones con parejas e hijos.
Esto se aplica especialmente a los adultos cuya victimización durante la niñez no fue reconocida
o tratada.
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Los niños podrían sentirse avergonzados por lo que ha ocurrido y dejar de reportarlo para evitar
sentir vergüenza o bochorno.
Es posible que un menor no tenga acceso a un adulto en el que pueda confiar. Cuando el ofensor
es padre o madre del niño (o el enamorado o la enamorada del padre o la madre del niño) el otro
cónyuge (o miembro de la pareja) podría dejar de reportar el abuso del niño por miedo sobre su
propia seguridad. Asimismo, un padre o madre que tenga una historia de haber sido abusado
durante su niñez podría encontrarse inhibido al tomar acción en apoyo a su hijo, ya que ha
experimentado este tipo de castigo cuando era niño. Cuando el menor fue o es abusado o
maltratado por alguna de estos tipos de maltrato tiende a mostrar los siguientes síntomas:
Soledad.
Agresión.
Drogadicción.
Alcoholismo.
Relaciones conflictivas.
Prostitución.
Delincuencia.
Abandono de hogar.
Dificultad para laborar.
Problemas neurológicos.
Problemas de lenguaje, visuales.
Problemas sexuales.
Tristeza.
Llanto sin alguna razón.
Desconfianza.
El cambio de actitudes, valores y estereotipos durante esta etapa y especialmente durante las
primeras relaciones afectivas entre parejas de novios pueden repercutir durante las posteriores
relaciones entre cónyuges (el tipo de relación familiar en el que aparece la mayor prevalencia y
que más muertes ocasiona).
• La existencia de conductas de maltrato en cualquiera de sus modalidades (físico, emocional,
sexual, social, etc.) entre parejas de novios universitarios, cuya prevalencia se incrementa cuando
las encuestas se realizan en el ámbito de Institutos de Educación Secundaria (con cifras que
oscilan entre el 3 y el 6%).
• Cuando se le pregunta a los estudiantes que mantienen o han mantenido relaciones de pareja
acerca del grado en que tales conductas (esto es, las que pueden ser constitutivas de violencia de
género), son toleradas e incluso aceptadas los porcentajes llegan a valores muy elevados. De
hecho, más del 60% de los encuestados dicen conocer parejas de novios adolescentes que en la
actualidad o en los últimos seis meses están o han estado siendo víctimas de violencia de género.
• Las peculiares y específicas formas de relación afectiva que se mantienen durante el noviazgo
de adolescentes (debidos al nivel de maduración, la inexperiencia y los estereotipos de relación,
entre muchos otros), favorecen la mayor prevalencia de ciertos tipos de conductas de violencia
de género sobre otros más propios de la edad adulta. La denominación de las mujeres con
nombres de genitales, la claridad de las insinuaciones o tocamientos de naturaleza sexual, las
“persecuciones” a las que se ven sometidas cuando se desea romper la relación, etc. son un
ejemplo de ello.
La relación entre violencia en parejas jóvenes con episodios de violencia en sus familias de
origen en una muestra de 1146 estudiantes entre 16 y 18 años. El 12% de los jóvenes ha
presenciado, al menos una vez, como sus padres agreden físicamente a sus madres (empujar o
pegar). Sin embargo, solo el 6% ha observado la misma conducta en sus madres. En sus
relaciones de pareja, el 7,5% de los chicos y el 7,1% de las chicas señala haber empujado o
pegado a su pareja, al menos una vez (obsérvese el porcentaje tan similar entre sexos). Los
autores indican que los jóvenes que muestran más agresividad son aquellos que han observado
más violencia en sus madres y han recibido más castigo físico de sus padres.
110
Se ha evaluado la violencia psicológica (agresión verbal, comportamientos dominantes o
coercitivos y tácticas celosas) en las relaciones de noviazgo en la juventud. La asociación entre el
género y las actitudes que justifican este tipo de violencia, determinando si las variables
consideradas pueden ser estimadas como importantes correlatos en la implicación de las
conductas violentas en edades tempranas. Trabajaron con una muestra de 221 estudiantes,
pertenecientes a diferentes Universidades de diferentes carreras, y con edades comprendidas
entre los 18 y 27 años. Sus resultados indican que:
111
Respecto a las relaciones sexuales no deseadas, un estudio entre una muestra 485 jóvenes con
una media de edad de 20 años, el 40.9% de las chicas afirma haber mantenido algún tipo de estas
relaciones. Las chicas que afirman haber mantenido relaciones sexuales no deseadas porque un
amigo utilizó la presión verbal o le incitó al consumo de alcohol u otra drogas aceptan en mayor
medida que está justificado que el varón emplee estas estrategias si la mujer le ha “provocado”
previamente. Por su parte, las mujeres que informan haber mantenido contactos sexuales no
porque su pareja utilizó la fuerza física consideran en mayor grado que las mujeres pierden el
derecho a decir “no” una vez cruzados determinados límites respecto al resto de chicas.
Se encuentra los siguientes factores de riesgo en este tipo de conducta:
—Presencia de conductas previas humillantes, de control y/o aislamiento.
— Deseo de control sobre la pareja.
— Presencia de violencia en la familia de origen.
112
— Actitudes tradicionales respecto a roles de género.
La trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes son prácticas que pueden estar asociadas
pero son sustancialmente distintas. Es importante reconocer sus diferencias dado que sus
consecuencias son distintas para las personas requiriendo así, una respuesta y abordaje también
diferencial. Por tráfico, se entiende posibilitar un cruce de fronteras sin cumplir con los requisitos
administrativos para ello con el fin de conseguir un beneficio para el traficante, financiero o de
otro orden.
113
Ambas prácticas utilizan a las personas con
fines lucrativos y requieren movilidad de las mismas y en la mayoría de las situaciones se
aprovechan de la necesidad de mejorar las condiciones de vida por medio de la migración; por
otro lado revisten las siguientes diferencias: No todo tráfico de migrantes es trata de personas ni
toda trata implica tráfico. En ocasiones el tráfico puede transformarse en trata si las personas son
captadas en el proceso de tráfico o por la propia condición de vulnerabilidad como migrante o
residente irregular se ven captados por las redes de tratantes. Así mismo el pasaje de forma
irregular por una frontera puede formar parte del ciclo de la trata.
Según datos de, 1.8 millones de niños y niñas son víctimas de trata de personas en su supuesto de
explotación sexual en el mundo y de acuerdo con datos de UNODC de las víctimas registradas el
33% son niños y niñas. Esto representa un incremento del 20% en comparación con el 2003 año
en el cual el porcentaje de niños y niñas victimas sumaba un 13%.
Para México estas cifras son vinculantes pues al igual que el crecimiento que existe a nivel
mundial, en un periodo que va del 2010 al 2013, ha crecido el número de víctimas menores en un
7.8% pasando de 80 víctimas menores registradas en 2010 a 107 en 2013.
Existen muchas modalidades para la trata de persona pero a nivel mundial en los dos primeros
lugares se encuentra la explotación sexual y los trabajos forzados.
114
En México de igual manera el primer lugar es ocupado la explotación sexual y en segundo lugar
los trabajos forzados.
Del 100% de las las mujeres y niñas víctimas de la trata de personas el 98% son víctimas
explotación sexual.
Existen diversos materiales de fácil acceso que cumplen con esa función, aquí te presentamos
algunos que son útiles para conocer las formas de trata que existen y obtener datos relevantes
sobre el delito. Las formas de trata que existen y obtener datos relevantes sobre el delito.
“Detrás de lo que ves” documental realizado por la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos (CNDH) en el que se narran algunas de las diferentes modalidades que existen para la
trata de persona y otorga datos sobre este delito.
“A mí no me va a pasar” Libro de la Comisión Especial de la Lucha Contra la Trata de Personas
y del Centro de Estudio para el Adelanto de las Mujeres y Equidad de Género (CEAMEG) de la
Cámara de Diputados retrata en 18 historias la cruda realidad con la que se enfrentan miles de
personas víctimas de trata de personas en México.
“Diagnóstico” de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos el cual otorga un estudio que
da datos al respecto en el contexto de México.
“Informe Mundial Sobre la Trata de Personas 2014” de la Oficina de las Naciones Unidas contra
la Droga y el Delito el cual es un estudio a nivel internacional sobre datos al respecto de la trata
de persona como delito que trasciende barreras.
115
Los perpetradores del delito de trata de personas día a día se vulneran los derechos de millones
de personas víctimas del mismo y su desconocimiento propicia que exista una constante
repetición.
Tener conocimiento sobre este delito, sus modalidades, conocer la situación de millones de
personas y ser sensible ante esta situación, puede representar un astibo de luz para las
víctimas.¹ Datos del “Diagnostico sobre la situación de trata de personas.
La trata de personas en cifras:
2.5 millones de personas son captadas cada año en el mundo para fines de trata (OIT).
2 millones de niños explotados sexualmente en el mundo, según cifras de UNICEF.
120 mil mujeres y niños trasladados cada año a Europa Occidental para ser explotadas/os.
En Estados Unidos, 50 mil mujeres, niñas y niños son víctima de la trata de personas (CIA).
Se estima que en Japón hay unas mil 700 mujeres de Latinoamérica como esclavas sexuales
(OEA).
¿Contar con leyes bien diseñadas permitirá atender de manera eficaz la desigualdad y la
violencia contra las mujeres?
Por desgracia, al menos en el caso de varios países esto no es suficiente ya que muchos de ellos
incumplimiento de las leyes es algo generalizado casi cotidiano y sin consecuencia legal alguna
para quien no la cumpla
Los datos internacionales de los que disponemos nos permiten entrever una realidad
incuestionable desde los últimos veinte años:
— En un estudio en USA con una muestra representativa de niños entre 3 y 17 años el 82%
estaba involucrado durante el último año en un acto agresivo hacia un hermano (lanzar objetos,
golpear con un objeto, patadas, mordiscos, etc.).
— Un estudio realizado en Gran Bretaña entre estudiantes de secundaria señala que un 2% de
los estudiantes habían sido abusados sexualmente por hermanos cinco años mayor al menos en
una ocasión. El abuso sexual entre hermanos a menudo está asociado con el maltrato físico.
116
Factores que pueden favorecer la aparición de violencia entre hermanos:
— Ambiente de violencia familiar.
— Familias en las que hay malos tratos hacia los hijos por parte de los padres.
— Ausencia de ambiente cálido y afecto positivo.
— Ausencia de reglas claras sobre la disciplina.
— En todas las edades las chicas son menos violentas que los chicos, pero las diferencias son
pequeñas.
— A medida que aumenta la edad disminuyen los porcentajes de niños y niñas agredidos por los
hermanos, pues se pueden defender mejor y pasan menos tiempos juntos.
— El temperamento impulsivo es más frecuente en agresores y la falta de asertividad es más
frecuente en víctimas.
— Son más vulnerables para ser víctimas los niños con problemas de aprendizaje, disfunciones
orgánicas o algún problema físico o psicológico.
— Los hermanos que agreden a hermanos son menos empáticos hacia sus víctimas potenciales,
no tienen menos habilidades sociales sino que tienen valores y objetivos diferentes, además
tienden a valorar las situaciones sociales como más hostiles atribuyendo hostilidad a otros.
En resumen, la violencia constituye en la actualidad un problema social de primer orden. Frente
a las formas más graves y/o asentadas como fenómenos a combatir, están apareciendo “nuevas”
manifestaciones; episodios de violencia graves a edades cada vez más tempranas, acoso escolar,
violencia de hijos a padres, etc. Esta situación está motivando planes y estrategias de
sensibilización, prevención e intervención por parte de las administraciones públicas,
organizaciones sociales y colectivos profesionales. Muchos de estos fenómenos se producen en
el entorno familiar o es factible que su factor precipitador se encuentre en este ámbito. Frente a la
dinámica de intervención y explicación víctima— agresor, este artículo se suma a la corriente
que aboga por la necesidad de un enfoque global sobre el origen y el mantenimiento de la
violencia que se produce en el seno de las familias Se trataría de fortalecer las capacidades, las
relaciones afectivas y el equilibrio intrafamiliar, como vía para prevenir las conductas violentas
en el futuro, en cualquiera de sus expresiones.
Esta perspectiva puede ser especialmente útil a la hora de diseñar orientaciones preventivas
generales:
— La coherencia. Los padres deben tener y mantener el mismo criterio, que tiene que ser firme,
tiene que tener continuidad y permanencia para no crear confusiones en el niño. Corregir desde
el principio las conductas agresivas del hijo, no reírlas como si fueran una “gracia” del niño.
— La educación para la empatía y transmitir al hijo un afecto y unos valores basados en la
comunicación y el respeto mutuos.
— La educación para la responsabilidad inculcando el binomio esfuerzo- responsabilidad hacia
la colectividad. Los padres han de aprender a decir no al hijo, sin crispación, sin violencia, sin
temor a que esta negativa provoque en el niño reacciones negativas en el presente o en el futuro.
La permisividad no es educativa; inculcar pautas y pequeños hábitos de comportamiento hechos
como rutina pone los fundamentos de una vida futura en que el niño sea capaz de asumir sus
decisiones.
117
— Compartir tiempo de ocio y comunicación. No delegar la tarea educativa al mundo del ocio
comercializado, sino convertir este ocio en un diálogo activo y creativo sobre los contenidos de
los medios audiovisuales.
— La escuela ha de utilizar procedimientos inclusivos. La exclusión sistemática del niño que
molesta puede ser un procedimiento generador de violencia: del aula al pasillo, del pasillo al
patio y del patio a la calle.
—La intervención en los jóvenes por un delito por violencia doméstica tiene que ser diferente a
la que se hace por otras conductas delictivas, prioritariamente desde el ámbito de la salud mental
familiar o individual, de la mediación comunitaria y del ámbito social
Es normal que los hermanos se peleen y hasta que exista cierta rivalidad, pero en ocasiones las
situaciones superan los límites de esta normalidad y es cuando tenemos que estar atentos a las
Señales de maltrato verbal entre hermanos:
Que podrían ser muy perjudiciales para toda la familia. Es normal que los hermanos se peleen y
hasta que exista cierta rivalidad, pero en ocasiones las situaciones superan los límites de esta
normalidad y es cuando tenemos que estar atentos a las agresiones verbal, física.
El abuso verbal entre hermanos
Verbal o abuso emocional, ya que todo aquello que recibimos en forma de palabras sean éstas
negativas o positivas, nos afecta a nivel emocional y psicológico.
Cuando hay algunos años de diferencia de edad entre hermanos, es bastante frecuente oír como
el más grande suele aprovecharse del pequeño para infundir miedo, hace bromas pesadas,
criticarlo, burlarse de él e incluso insultarlo o hacerlo sentir inferior.
Puede que bajo la mirada de los adultos esto se crea común y no se le dé importancia; sin
embargo, para los hermanos pequeños sí que resulta relevante ya que por lo general toman de
referente a los hermanos mayores, para lo cual esperan como mínimo que éstos los acepten y
consideren.
Signos de maltrato verbal entre hermanos
Burlas
Rivalidad
Insultos
Golpes/agresión física
Descalificación, menosprecio
Cómo evitar el maltrato entre hermanos
Al menor indicio de maltrato, se debe actuar rápidamente y no dejarlo pasar, ya que luego se
convierte en costumbre.
No es conveniente resultar las responsabilidades y autoridad que se le confiere a uno de los
hermanos por ser mayor ya que esto puede generar más rivalidad entre ellos.
Se debe evitar dejar a los hermanos solos. Si sabes que hay problemas de maltrato entre ellos, es
mejor que estén al cuidado de una niñera o familiar.
Reúnete con ellos para hablar, permite que te cuenten qué es lo que sucede y cuál es el motivo
por el que no pueden llevarse bien y respetarse. Haz que propongan posibles soluciones.
Vigila la información que reciben por parte de los medios de comunicación, así como los
programas que ven el a televisión. Los niños que sea lamentan de imágenes violentas tienden a
ser más agresivos que otros.
118
Para un padre y una madre es doloroso ver que sus hijos no se llevan bien entre ellos y se
maltratan. No des todo por perdido y pon en práctica estos consejos para evitar el maltrato entre
hermanos. Si actúas a tiempo, la relación mejorará y cuando sean adultos se llevarán mejor de lo
que pudieras imaginar.
119
En conjunto, 15.5% de todas las mujeres de 15 años y más de edad sufrieron al menos un evento
de violencia comunitaria durante el último año. Considerando todos los eventos a lo largo de la
vida, esta cifra se eleva a 31.7%. Violencia en el ámbito patrimonial.-
En cuanto a la violencia patrimonial, que se entiende como la transformación, sustracción,
destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores,
derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades, y puede
abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la mujer, la han vivido el 3.9% de las
mujeres de 15 años y más, siendo las alguna vez unidas con el porcentaje mayor (7.9%).
Se trata de una primera mirada a los niveles y características actuales de las distintas
manifestaciones de violencia contra las mujeres. El análisis desarrollado se amplía a todas las
mujeres incluidas (unidas y casadas; separadas, divorciadas y viudas; y solteras) y a las diversas
experiencias de violencia que han vivido estas mujeres. Se plantea además, en los diversos
aspectos abordados a lo largo del libro, una perspectiva comparativa de las situaciones
recolectadas y logrando ahora una visión no sólo del momento actual sino también de las
tendencias en los últimos 9 años.
Existen múltiples maneras de clasificar la violencia como, por ejemplo, aquellas que no son
registradas y a veces ni siquiera percibidas socialmente, como los casos de violencia doméstica
contra la mujer, el niño o el anciano, los cuales, solo son registrados en archivo en una pequeña
proporción, en tanto que los demás quedan sin registro.
Se explica que el recinto hospitalario no escapa a la violencia intrafamiliar, ya que, existen casos
de pacientes en su mayoría adultos mayores, los cuales, son asistidos por profesionales del Área
Social por presentar problemas de violencia doméstica al ser internados en el nosocomio.
Con relación al abandono del adulto mayor, como parte de un tipo de violencia que cada vez se
hace más visible en nuestra sociedad y Centros Sanitarios, el Hospital un total de 84 casos de
pacientes que han presentado algún tipo de violencia, los mismos, han sido asistidos por
profesionales tanto de la institución como fuera de ella.
120
Entre los casos más vistos en el nosocomio central se encuentran la Violencia en Niños,
Violencia contra la Mujer, el Abandono del Anciano en su lugar de Internación y la Violación o
el Intento en Menores lo que constituyen una forma de agresión y es tratada conjuntamente con
varias dependencias una vez recibida la denuncia.
122
Primero, el análisis predice una relación inversa entre violencia y nivel de renta de la mujer, es
decir, que un incremento en su renta hará decrecer la agresividad que padece. Una mujer que
obtiene o puede obtener sus propios recursos (bien de su trabajo, de la asistencia pública, de su
propia familia o de mejores condiciones si se divorcia) deriva menos bienestar de los ingresos
adicionales que le haga su pareja; consecuentemente, la capacidad de éste para "comprarle"
aguante disminuye. Esta relación negativa entre ingresos de la mujer y violencia se comprueba
estadísticamente para todos los niveles de renta, con la sola excepción de las parejas más ricas en
que el aporte principal de renta lo hace la mujer.
Segundo, la existencia de oportunidades no pecuniarias ante la violencia (casas de acogida,
ayuda legal y psicológica...) disminuye la violencia, ya que su presencia equivale a un aumento
en el bienestar que la mujer podría alcanzar fuera de la familia. Adicionalmente, en la medida
que el umbral de tolerancia de la mujer sea desconocido para su pareja, su uso de estos servicios
sirve como señal de que o bien disminuye su violencia o le abandonará. Este uso señalizador
explicaría el por qué tantas mujeres utilizan estos servicios para luego volver al hogar o retirar la
denuncia.
Tercero, un incremento en las rentas de los maridos violentos tiene un efecto ambiguo sobre sus
niveles de agresividad, ya que si bien mayores ingresos les permiten "financiar" una mayor
violencia expresiva, por otro lado, al facilitarles la "compra" del comportamiento deseado en el
cónyuge, reducen la violencia instrumental. En la medida que ésta fuera física, el crecimiento en
las rentas de los varones agresivos tendería a alterar su pauta hacia una violencia de tipo
psicológico. Los resultados empíricos disponibles sugieren que el efecto de un mayor nivel de
renta en el varón se traduce en más violencia física en las parejas de rentas bajas, y en un menor
nivel de ese tipo de violencia en las parejas de rentas medias y altas.
123
UNA GUIA PARA VICTIMAS DE VIOLENCIA DOMESTICA EN NJ
125
Temporaria (TRO), la víctima puede ir al Juez de Familia de la Corte Superior el día hábil
siguiente para hacer otra solicitación.
126
Una guía para los derechos legales de las Víctimas de Violencia Doméstica en NJ
Guía de servicios para las víctimas de la violencia doméstica
Condado de Atlantic Condado de Mercer
ATLANTIC COUNTY WOMEN’S CENTER WOMANSPACE, INC.
VIOLENCE INTERVENTION PROGRAM (Espacio para la mujer)
(VIP) 1212 Stuyvesant Avenue
(Centro para la mujer del condado Trenton, NJ 08618
de Atlantic Programa de intervención contra la Línea telefónica para refugio en casos
violencia) de emergencia y ataque sexual
P.O. Box 311 (Disponible 24 horas al día): 609-394-9000
Northfield, NJ 08225 TTY: 609-394-9000 o 1-888-252-7233
Oficina: 609-394-0136
Refugio en casos de emergencia Fax: 609-396-1093
Línea telefónica de emergencia Correo Electrónico: pmh@womanspace.org
(Disponible 24 horas al día): 609-646-6767 Página Web: www.womanspace.org
Línea telefónica libre de costo: 1-800-286-
4184 Programa de asistencia en la comunidad
Oficina: 609-646-4376 1860 Brunswick Avenue
Fax: 609-645-8877 Lawrenceville, NJ 08648
Correo Electrónico: acwc@bellatlantic.net Teléfono: 609-394-2532
Página Web: www.acwc.org TTY: 609-394-5417
Displaced Homemakers Services Alojamiento temporal disponible
(Ayuda para amas de casa que deseen trabajar) Servicios para los agresores
Teléfono: 609-601-9925
Fax: 609-601-2975 Family Growth Program
39 North Clinton Avenue, Third Floor
Unified Child Care Services Trenton, NJ 08609
Child Care Network (Sistema para el cuidado Teléfono: 609-394-5157
infantil) Fax: 609-394-3010
Teléfono: 609-646-1180 Condado de Middlesex
Fax: 609-645-9988
WOMEN AWARE, INC.
Servicios para las víctimas de agresión sexual P.O. Box 312
Línea telefónica de emergencia New Brunswick, NJ 08903
(Disponible 24 horas al día): 609-646-6767 Refugio en casos de emergencia
Línea telefónica libre de costo: 1-800-286-4184 Línea telefónica de emergencia
Servicios para los agresores (Disponible 24 horas al día): 732-249-4504
Alternatives to Violence (ATV) TTY: 732-249-0600
(Alternativas a la violencia) Oficina: 732-249-4900
Teléfono: 609-646-6775 Fax: 732-249-4901
Fax del refugio: 732-249-0010
Condado de Bergen Correo Electrónico:
SHELTER OUR SISTERS womenaware@aol.com
127
P.O. Box 217 Página Web: www.womenaware.net
Hackensack, NJ 07602
Oficina: 405 State Street Programa de asistencia en la comunidad
Hackensack, NJ 07601 96 Paterson Street
Refugio en casos de emergencia New Brunswick, NJ 08901
Línea telefónica de emergencia Teléfono: 732-937-9525
(Disponible 24 horas al día): 201-944-9600 Fax: 732-249-6942
TTY: 201-836-3071 Servicios para los agresores
Refugio Family Violence Program
Teléfono: 201-836-1075 288 Rues Lane
Facsímile: 201-836-7029 East Brunswick, NJ 08816
Oficina: 201-498-9247 Teléfono: 732-257-6100
Fax: 201-498-9256 Fax: 732-651-9834
Correo Electrónico: sos@shelteroursisters.org MANAVI (Una organización para mujeres
Pagina Web: www.shelteroursisters.org del sureste de Asia)
Alojamiento temporal disponible P.O. Box 3101
ALTERNATIVES TO DOMESTIC New Brunswick, NJ 08901-3101
VIOLENCE 732-435-1414
One Bergen Condado Plaza, 2do piso Fax: 732-435-1411
Hackensack, NJ 07601 Correo Electrónico: manavi@att.net
Servicios no residenciales/asistencia en la Página Web: www.manavi.org
comunidad Alojamiento temporal disponible
Refugio en casos de emergencia Condado de Monmouth
Línea telefónica de emergencia 180 TURNING LIVES AROUND, INC.
(Disponible 24 horas al día): One Bethany Road
201-336-7575 Building 3, Suite 42
TTY: 201-336-7525 Hazlet, NJ 07730
Correo Electrónico: adv@co.bergen.nj.us Refugio en casos de emergencia
Página Línea telefónica de emergencia
Web: www.co.bergen.nj.us/index.aspx?nid=428 (Disponible 24 horas al día):
Servicios para los agresores 732-264-4111
Línea telefónica de emergencia Línea telefónica libre de costo:
(Disponible 24 horas al día): 201-336-7575 1-888-843-9262
Fax: 201-336-7555 TTY: 732-203-0862
Condado de Bergen Oficina: 732-264-4360
SHELTER OUR SISTERS Fax: 732-264-8655
P.O. Box 217 Correo Electrónico: wcmcmain@aol.com
Hackensack, NJ 07602 Página Web: www.180nj.org
Oficina: 405 State Street Programa de terapia en la comunidad
Hackensack, NJ 07601 Teléfono: 732-264-4111
Refugio en casos de emergencia Condado de Morris
Línea telefónica de emergencia JERSEY BATTERED
(Disponible 24 horas al día): 201-944-9600 WOMEN’S SERVICES, INC. (JBWS)
128
TTY: 201-836-3071 P.O. Box 1437
Refugio Morristown, NJ 07962-1437
Teléfono: 201-836-1075 Refugio en casos de emergencia
Facsímile: 201-836-7029 Línea telefónica de emergencia
Oficina: 201-498-9247 (Disponible 24 horas al día):
Fax: 201-498-9256 973-267-4763
Correo Electrónico: sos@shelteroursisters.org TTY: 973-285-9095
Página Web: www.shelteroursisters.org Oficina: 973-455-1256
Alojamiento Temporal Disponible Fax: 973-605-5898
LINDA & RUDY SLUCKER Correo Electrónico:info@jbws.org
NATIONALCOUNCIL OF JEWISH WOMEN Página Web: www.jbws.org
CENTER Servicios para los agresores
FOR WOMEN A.C.T. (Abuse Ceases Today)
(Concilio nacional de mujeres judías Centro (el maltrato cesa hoy)
para las mujeres) Teléfono: 973-539-7801
513 West Mt. Pleasant Ave., Suite 325 Fax: 973-539-4068
Livingston, NJ 07039 Alojamiento temporal disponible
No se ofrece alojamiento The Challenge Program
Oficina: 973-994-4994 Family Institute of New Jersey
Fax: 973-994-7412 3 Clyde Road, Suite 101
Somerset, NJ 08876
Phone: 732-873-1663
129
NOTICIAS DE VIOLENCIA DOMESTICA
Especialistas miraron con atención en los abusos a los que Simpson sometía a su mujer y
denunciaron muchos fallos cometidos durante el proceso de sentencia. Algunos cercanos y
familiares de los fallecidos, dijeron que el veredicto demostraba los efectos que el dinero podía
tener en el sistema judicial.
En 1997, Simpson fue declarado culpable de homicidio imprudente por una corte civil tras una
demanda impuesta por las familias de las víctimas y condenado a pagar 33.5 millones de dólares
por daños y perjuicios.
Susan Smith 1994. Empujó su auto en un lago con sus dos hijos adentro y alegó que un hombre
negro los había secuestrado. Sentenciada a cadena perpetúa. Andrea Yates 2001. Ahogó de
manera metódica a sus cinco hijos en una bañera. Dijo que Satanás la obligó a cometer el crimen.
Fue encontrada culpable pero, en 2006, un nuevo juicio determinó su inestabilidad mental y fue
recluida en un psiquiátrico.
Jon Benet Ramsey 1996. Jon Benet, de seis años, ganadora de concursos infantiles de belleza,
fue hallada muerta en el sótano de su casa con una cuerda de nylon alrededor del cuello y señales
de abuso sexual. Al comienzo se sospechó de los padres y el hermano de la menor. En 2003, tras
pruebas de ADN, fueron exonerados. El caso sigue sin resolverse.
130
Houston.- Julio Barquero fue víctima de violencia doméstica. Según él, es una situación difícil
de aceptar. Su caso, de acuerdo a las estadísticas, es poco común ya que el 80 por ciento de
víctimas son mujeres. Durante el más de año y medio que duró el matrimonio de Barquero, y tras
su separación, tuvo que acudir a tratamiento psicológico, aunque dice ha pasado casi un año y no
ha terminado de recuperarse. En su caso, según cuenta, la violencia fue escalando poco a poco y
terminó por convertirlo en víctima de abuso emocional, verbal y de acoso por parte de su ex
esposa. Hasta recibió amenazas. Esas agravantes pudieron ser comprobadas y quedaron
asentadas en su acta de divorcio que el juez le concedió por trato cruel.
131
CONCLUSIONES
La violencia doméstica ha existido a través de los siglos. Varias instituciones han tratado de
erradicar este mal y no han podido lograrlo. Durante nuestro tiempo, la violencia doméstica se
manifiesta con mucho poder, destruyendo vidas y familias. Por lo tanto, la iglesia, en el poder del
Espíritu Santo tiene una oportunidad única de luchar contra semejante mal.
Debemos instar a todas nuestras iglesias evangélicas a unirse contra la violencia doméstica. Es
tiempo de reconocer y utilizar recursos de todo tipo y luchar contra la violencia doméstica en
todas sus dimensiones y manifestaciones.
Debemos hacer un gran esfuerzo para restaurar a las víctimas y sanar a los agresores.
Necesitamos solidarizarnos y afirmar el propósito definido de enseñar, orientar, prevenir y curar
en nuestros hogares, nuestras comunidades de fe y nuestras sociedades. Porque la violencia no es
sana. No es de Dios y no estaba en los planes de Dios para la familia. La familia cristiana no es
está exenta de ser víctima de la violencia intrafamiliar. La violencia intrafamiliar no respeta
religión, cultura, status social, nivel educativo, etc. porque es producto del pecado. Y el pecado y
sus diferentes manifestaciones se encuentran en todo el mundo.
Los tres grandes ámbitos sobre los cuales la Iglesia desea desarrollar el debate para llegar a
indicaciones que respondan a las nuevas preguntas presentes en el pueblo de Dios son, en
cualquier caso, las que aquí se señalan: el Evangelio de la familia que hay que proponer en las
circunstancias actuales; la pastoral familiar que hay que profundizar frente a los nuevos desafíos;
la relación generativa y educativa de los padres respecto de los hijos.
La violencia familiar y sexual constituye una manifestación de desigualdad del poder
existente entre miembros de una familia. Las cifras revelan que un grupo importante de hogares
conviven con una realidad violenta en su entorno familiar. Esta situación se concentra en los
grupos de entre seis a cuarenta y cinco años de edad siendo los niños, niñas, adolescentes y
mujeres las principales víctimas de la violencia familiar y sexual en el país.
El concepto de feminicidio se ha desarrollado con el objeto de hacer públicamente visibles los
asesinatos de mujeres por el hecho de ser tales en un contexto sociocultural en el que asumen
posiciones y/o roles subordinados en función de la estructura patriarcal y machista de la
sociedad. Escenario que favorece y las expone a múltiples formas de violencia. Las estadísticas
sobre violencia contra las mujeres y feminicidios , no obstante de evidenciar una disminución de
casos en los últimos cinco años, exponen todavía una realidad adversa donde la condición de
género de las mujeres sería aún percibida como la razón para considerarlas sujetos pasivos de
agresión y violencia desmedida.
El presente trabajo se estructura en base a dos interrogantes:
¿Qué se entiende por violencia contra la mujer en el ámbito doméstico? y ¿Cuáles son las
estrategias que desarrolla la sociedad civil para abordar esta problemática social?
El primer interrogante intenta ser clarificado por medio de la descripción de las principales
variables que intervienen en esta problemática. El concepto de género será nuestra categoría de
análisis central para explicar la violencia contra la mujer en el ámbito doméstico. El género es
una construcción sociocultural basada en las diferencias biológicas que se presenta como un eje
alrededor del cual se organiza nuestra sociedad. La condición de género tiene importantes
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efectos, siendo el principal el ser una constante práctica de discriminación, hecho que se traduce
en privilegios para los hombres y desventajas y subordinación para las mujeres.
El segundo interrogante, Claves Violencia doméstica, contra la mujer Género Tercer Estrategias
de la sociedad civil para abordar la violencia doméstica 2) Introducción La violencia doméstica
trasciende todos los sectores de la sociedad. No distingue clases sociales, ni razas, ni religiones,
tampoco niveles educativos, sexo o edades. El maltrato dentro de la familia es un fenómeno
complejo, susceptible de adoptar diversas formas y que está presente en diversas sociedades del
mundo. Desde los años 60 se ha hecho evidente la necesidad de comprender que la violencia
doméstica es un problema social, cuestionando así la creencia generalizada y errónea de que lo
que sucede dentro del ámbito de una familia es un asunto privado.
En las situaciones de violencia doméstica se establecen relaciones desiguales de poder,
relaciones jerárquicas y asimétricas, donde un integrante de la familia se impone sobre los otros.
Así se establece un modo de vinculación que no acepta diferencias e imposibilita la
confrontación de ideas y opiniones que permitan llegar a un acuerdo. Esto facilita la instalación
de diversas formas de maltrato en el seno familiar, siendo las más frecuentes el maltrato físico, el
psicológico y el sexual. Si centramos nuestra atención en la persona que sufre el abuso, podemos
delimitar cuatro grandes categorías que conforman el espectro de la violencia doméstica:
maltrato infantil, violencia conyugal, maltrato a los ancianos y violencia contra discapacitados.
El presente trabajo se estructurará en base a dos interrogantes: ¿Qué se entiende por violencia
contra la mujer en el ámbito doméstico? y ¿Cuáles son las estrategias que desarrolla la sociedad
civil para abordar esta problemática social? El primer interrogante tratará de ser clarificado por
medio de la descripción de las principales variables que intervienen en esta problemática.
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REFERENCIAS
Datos del “Diagnostico sobre la situación de trata de personas en México 2013” de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos
“Sobre la Agresión, El pretendido mal”. Lorenz C., Siglo veintiuno de España Editores, s.a.1989.
WEBS RECOMENDADAS
Violencia en general
Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia
www.gva.es/violencia
www.mincava.umn.edu
134
Violencia contra la infancia y adolescencia Observatorio de la Infancia (Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales) www.mtas.es/inicioas/observatoriodeinfancia/index.html
ISPCAN (International Society for Prevention of Child Abuse and Neglect) www.ispcan.org
Por un enfoque integral de la violencia familiar (PDF Download Available). Available from:
https://www.researchgate.net/publication/251080416_Por_un_enfoque_integral_de_la_violencia
_familiar [accessed Apr 26, 2017].
MAFUD, Julio. Los argentinos y el status. Buenos Aires, Argentina: Editorial Distal, 1985. p.
143
HENDRICKS, G. Howard. El Cielo Puede Ayudar. Puebla, México: Ediciones Las Américas
2003. p. 12
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