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MIENTRAS

DUERMO
Adormecida
contemplo la noche
y te observo
en nubes pasajeras.
Eres el guardián
efímero
de locuras
con olor a erotismo.
Sumérgeme e
invítame
a explorar el mínimo
rincón
de tus extrañas
imprudencias.
Poséeme
y no des paso a la
cordura
para que no se
desvanezca
esta calurosa cita.
TIEMPO
PLACENTERO
Depositaré en ti
el más curioso de mis
libros.
Trascenderé más allá
de tu piel
y te mostraré
mi sed insaciable.
Recorreré cabalgando
tu infinito castillo
y me perderé
en las olas de tu mar.
Un beso
vaciará la rutina
del ritual de dos
cuerpos
que se contemplan
sin importar el tiempo
y el ocaso
en esta magnífica
tormenta.
ARDIENTE
ENCUENTRO
Enredada entre
metáforas
te escribo y te pienso.
Ven, atrápame con tus
almohadas,
envuélveme en el
lienzo de tus encantos,
adóptame y llévame al
mejor de los vinos.
Quiero probar la
exquisitez
de este dulce y
ardiente encuentro.
ORGASMO
Profanaré cada una de
tus caricias
y me iré hasta el fondo
de tu espectacular
holocausto.
Así,
me convertiré
en canción de poesía
y en las sábanas
de tu preciado lecho.
DÉJAME
Déjame ser tu código,
ese que solo tú y yo
podamos descifrar.
Lléname de tus
incógnitas y
algoritmos
para descubrir en ti
cada uno de los
amaneceres.
Déjame ser parte de tu
territorio.
Invocaré a los dioses
si es posible…
para que el apasionado
hallazgo
culmine en la cima
de la completa
delectación.

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