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PROCESO DE SANACIÓN INTERIOR

1. Hacer una lista de todo aquello de lo que he señalado, acusado o culpado a los demás
a lo largo de mi historia de vida. (papá, mamá, hermanos, amistades, pareja, conocidos,
desconocidos y demás (autoridades civiles, militares y eclesiásticas, etc.)
2. Hacer una lista de todo aquello de lo que me he acusado o culpado a lo largo de mi
historia de vida.
3. Hacer una lista de todo aquello de lo que he responsabilizado, acusado o señalado a
Dios a lo largo de mi historia de vida.
4. Sellar con la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, una a una cada situación identificada.
5. Pedirle al Señor con mucha fe frente a cada situación que se encuentra en la lista y
cualquier otra que se recuerde durante el proceso que mediante la siguiente oración
remueva las consecuencias o frutos dañinos de las heridas en mi alma:

“Jesús, por tu Gracia, concédeme el don de perdonar


de corazón a … (Nombre) por … (la experiencia hiriente
o dolorosa)”

Esta oración se hará por cada situación viendo en la mente cada experiencia sucedida
(al tiempo que se vea la imagen de Jesucristo en la Cruz, perdonando a la humanidad)
de forma que haciendo uso consciente de nuestra voluntad, dejemos actuar la Gracia
Divina mediante la acción del Espíritu Santo, hasta que desaparezca de nuestra alma, el
sentimiento de ira, rabia, odio, venganza o resentimiento.

6. Bendecirme y bendecir en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo a cada
persona que me ha hecho daño, y declararla libre de toda culpa.
7. Durante este proceso puedo descubrir que yo he aceptado actitudes (maneras de
pensar y sentir), he consentido pensamientos o he guardado sentimientos que no
agradan a Dios. Debo hacer con mis hallazgos una lista y reconciliarme
sacramentalmente ante el sacerdote.
8. Rezar el Rosario de la Virgen y el Rosario de la Misericordia con la siguiente intención:
“Por la Sanación Interior de toda herida en mi alma”
9. Ofrecer una Eucaristía en Acción de Gracias por la Sanación Interior que el Señor está
obrando en mí.
a. En el momento de las ofrendas: ofrecer la Sanación Interior de toda herida en
mi alma.
b. En la consagración del Pan, decir con fe: “Introduzco mi alma en el costado
abierto y sangrante de Jesucristo en la cruz para la sanación de toda herida en
mi alma”.
c. En la consagración del Vino, decir con fe: “Introduzco mi alma en el Cáliz de la
Salvación para la sanación de toda herida de mi alma”.
10. Rezar el Rosario de la Liberación por todo aquello que no es de Dios en mi vida.

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