I.E.D.

ALFONSO LOPEZ MICHELSEN

LENGUA CASTELLANA

ENSAYO

GLIFOSATO; ASPERCIONES HECATÓMBICAS

ESTUDIANTE

ANDRES SEBASTIAN PEREZ RICO

BOGOTÁ, 29 DE JULIO DE 2022

 GLIFOSATO; ASPERCIONES HECATÓMBICAS

El glifosato es un herbicida de amplio espectro producido para erradicar hierbas y arbustos de

cultivos agrícolas, está compuesto Por moléculas de carbono, hidrógeno, fósforo, entre otros
componentes. En Colombia el glifosato se usa para la fumigación de cultivos ilícitos mediante
aspersiones aéreas, esto amparado bajo la ley 30 de 1986. Las fumigaciones a los cultivos ilícitos
han derivado en desde grandes poluciones al suelo, hasta una demanda interpuesta por la
República del Ecuador ante el máximo tribunal de justicia internacional. A continuación,
sustentaré como el riego con glifosato es una evidente amenaza en materia de salud y a nivel
sociopolítico.

Con el fin de cumplir la irresponsable política antidrogas, se emplean 10,04 Litros de

Roundup (herbicida con glifosato activo más usado del mercado), cuatro veces más que la
cantidad recomendada del producto para el agro comercial, esto para la fumigación de tan solo
una hectárea, amenazando así el mínimo vital de agua del cual se abastecen miles de familias
campesinas, que de igual forma se ven afectadas por la contaminación de sus cultivos agrarios
con el cual se autoabastecen y comercializan en todo el país. De igual forma, estudios con
personas que se han visto expuestas al químico; no solo en Colombia, han demostrado como el
contacto con glifosato, inclusive por cortas fracciones de tiempo, pueden reprimir las enzimas
CYP encargadas de eliminar sustancias tóxicas del organismo, por otro lado, la organización
internacional contra el cáncer (UICC) ha señalado como medianamente cancerígeno la
exposición al químico, otros estudios han determinado que enfermedades como la inflamación
intestinal, daño renal, abortos espontáneos e inclusive depresión y alzhéimer, entre muchas otras
afecciones más, se abrían diagnosticado en pacientes expuestos al químico.

Por otro lado, esta práctica además de ser sumamente costosa, ya que se invierten 72 millones
de pesos solo para asperjar una hectárea, dinero que debería ser invertido para garantizar la
educación, el empleo, la seguridad y políticas que garanticen el pleno ejercicio campesino en
zonas rurales donde familias campesinas víctimas del conflicto armado y del abandono social del
estado no encuentran mayor auxilio que el beneficio económico que brindan los grupos al
margen de la ley por la siembra de dichos cultivos, esto es una clara muestra de la ilegitimidad
del estado colombiano que financia políticas que atentan contra la población más vulnerable y
que de igual manera centraliza lo que según la constitución son derechos fundamentales, esto
solo termina a la larga generando más violencia, confrontaciones con la fuerza pública y
manifestaciones sociales.

Las consecuencias de esta paupérrima y desmesurada práctica, se han extendido inclusive

fuera del territorio nacional y es que en el año 2013 las aspersiones aéreas en zonas fronterizas
con Ecuador provocaron graves daños ambientales y enfermedades a nacionales del vecino país,
por lo cual el gobierno ecuatoriano interpuso una demanda ante la corte internacional de justicia
de la Haya, esto obligó al gobierno colombiano a buscar soluciones “por la vía diplomática” todo
con el fin de evitar que el máximo tribunal fallara a favor de Ecuador; lo cual era muy probable,
esto se tradujo en la firma de un acuerdo entre ambas partes donde Colombia fue sancionada con
el pago de 15 millones de dólares, ratificando así el incoherente actuar de un gobierno centralista
e indiferente.

Por todo lo anteriormente expuesto, queda en clara evidencia que el irresponsable y genocida
uso de glifosato tiene consecuencias mucho más allá de las que se piensan, afectando gravemente
aspectos sociales, políticos y económicos. Dado esto es necesario que el gobierno colombiano
prohíba definitivamente el riego con glifosato y en contraparte emplee políticas que garanticen el
pleno derecho a la vida consagrado bajo todos los derechos fundamentales de la Constitución
Política de Colombia, solo de esta manera se logra una sociedad más justa y en paz con garantías
de una agricultura eco-sostenible de la cual depende toda la nación, preservando de esta forma la
dignidad humana, la solidaridad y la prevalencia del interés general.