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Este momento coincide con el nacimiento de los partidos políticos como estructuras
organizadas. El gran ideólogo del periodo es Eliodoro Camacho que estableció de
manera orgánica los principios del ideario liberal, que serían la base ideológica de los
partidos hasta la Guerra del Chaco. Libertad política, económica e individual era el
trípode de esas ideas. La confrontación entre el Partido Liberal y el Partido
Conservador era de grupos de poder y de región.
Partido Liberal.- José Manuel Pando abrió el ciclo de gobiernos liberales (1900-1920),
con una mentalidad modernizadora que marcó una nueva preeminencia de la
economía y de le geopolítica interna de Bolivia, estableciendo el liderazgo de La Paz
que tendría vigencia a lo largo de todo el siglo XX. Este periodo se caracteriza por el
colapso de la minería boliviana de la plata y, en paralelo, el auge del estaño y los usos
múltiples de este producto en el mundo. En dos décadas los mal llamados barones del
estaño Simón Patiño, Carlos Víctor Aramayo y Mauricio Hoschild, se convirtieron en un
poder económico y político decisivo en el país.
Entre los principales hechos de este periodo se destacan: la firma del Tratado de 1904
que pone
fin a la contienda bélica entre Chile y Bolivia y define la mediterraneidad de este
último, sucesivos superávits por el crecimiento de las exportaciones, modernización
del ejército, la expoliación de tierras comunitarias y el crecimiento del latifundio, obras
de integración vial y la firma se del primer contrato de concesión de áreas para la
explotación petrolera con la norteamericana Richmond Levering en el departamento de
Santa Cruz.
El único partido con ideario claro, inscrito en las grandes corrientes mundiales era el
partido liberal. Son ya célebres su manifiesto de 1883 y el discurso del 2 de abril de
1885 que pronunció Camacho para defenderse del ataque de los conservadores. “Viva
el orden mueran las revoluciones”. “Menos gobierno más libertad”; son frases que
resumen muy bien el pensamiento liberal. “Los derechos individuales amparan la vida,
la libertad, el honor, la propiedad del hombre y la soberanía del pueblo. El sufragio
popular, la descentralización administrativa y municipal, la concentración y unidad
política, tolerancia de opiniones, instrucción obligatoria para el pueblo y gratuita...”
decía Camacho. Libertad política, económica e individual en suma, eran las ideas
centrales del jefe liberal. El programa liberal fue el eje del debate nacional. Por
adscripción o por oposición es que se desarrolló la contienda política de esos años18.
Pero, el liberalismo, al igual que el caballo de Atila segó y segó la tierra, es decir, a
todo impulso de ideal y progreso de las grandes mayorías.
Distancia entre liberales y conservadores.Muy poco o nada desde el punto de vista
de las ideas
esenciales. Ambas corrientes estaban claramente adscritas al pensamiento
librecambista y
respondían al modelo de la época, coincidente con la expansión capitalista que fue
adoptada en la década anterior por varios países sudamericanos.
Los liberales venían de la tradición masónica de los padres de la patria, los
conservadores acusaban a los liberales de ateos, estaban contra la libertad de cultos y
se oponían al matrimonio civil.
Los republicanos.- Una realidad indiscutible del largo período de la oligarquía es que
Bolivia vivió un proceso de modernización. Los rasgos más evidentes de esta
transformación tuvieron que ver con la implantación en el país de los logros
tecnológicos más importantes del siglo XIX (el ferrocarril, la luz eléctrica, el telégrafo,
el teléfono, la radio y una infraestructura básica de saneamiento en las principales
ciudades). El resultado fue la ampliación muy clara de la brecha entre los sectores
privilegiados y las ciudades grandes con el resto de la nación. Si hasta 1880 esa
diferencia era muy pequeña, en tanto ricos y pobres carecían de comodidades y
adelantos mínimos, bien entrado el nuevo siglo comenzó a convivir un país
relativamente moderno, y con adelantos equivalentes a los de las grandes capitales
continentales, con otro que se mantuvo en el siglo anterior. Esta brecha terminó por
hacerse abismal al finalizar el siglo XX.
Una de las insuficiencias mayores para hacer una adecuada radiografía de la nación
es la carencia
de información fiable desde el punto de vista demográfico. Aunque parezca increíble
los liberales positivistas no realizaron un censo. Desde el que se hizo en 1900, el país
tuvo que esperar cincuenta años para contar con esa información vital actualizada. El
libro Bolivia en el primer centenario de su independencia dirigido por Ricardo Alarcón
(1925) indica para el país una población calculada di 2.144.332 habitantes. Las seis
principales ciudades eran La Paz con 135.000 habitantes, Cochabamba con 40.000,
Oruro con 30.000, Sucre con 25.000 y Potosí y Santa Cruz ambas con alrededor de
22.000. De acuerdo a estos datos, la población creció en 328.000 habitantes, un 15%.
La Paz duplicó su población colocándose muy claramente como la ciudad líder del
país, posición que mantuvo a lo largo de todo el siglo XX. Pero quizás la ciudad que
registró más cambios fue Oruro, verdadero centro motor del liberalismo, que también
duplicó su población.
Sucre y Potosí reflejan el declive de su preeminencia, conectado con el paso de la
plata al estaño y el cambio de sede de gobierno. Las deficiencias educativas y el
problema del analfabetismo, apenas paliados en la era liberal, no modificaron la
estructura de 1900, lo mismo que la relación campo-ciudad. Bolivia siguió como un
país esencialmente rural. Su superficie quedó oficialmente
reducida en 489.542 km2, como producto de la pérdida del Litoral, Acre y los ajustes
de límites con el Perú.
La caída de los liberales no conllevó un cambio en la élite que detentaba el poder, fue
solamente
una sustitución de caudillos que abrazaban exactamente el mismo credo político y
económico, con las mismas ideas básicas sobre el país que querían construir, aunque
en esta época surgieron los sindicatos. Los republicanos mantuvieron los principios
liberales que se acuñaron en la convención de 1880, e igual que sus antecesores
estuvieron profundamente ligados al latifundio (es el caso de Salamanca, Escalier y
Ramírez. Tampoco cambió la fuerte dependencia de los gobiernos bolivianos del
poder de los magnates del estaño. La política minera y económica en general estuvo
fuertemente condicionada por la égida de Patiño en gran parte y de Aramayo en
menor medida. Pero en la década de los años veinte se producen algunos cambios
que apuntan ya a la decadencia de las ideas del primer liberalismo en Bolivia.
El rasgo más notable es producto de la modernización. Comienza a surgir una
pequeña clase media urbana integrada por artesanos, comerciantes y funcionarios
públicos, cuyo peso todavía pequeño es importante para los políticos, pues buena
parte tiene acceso al voto e influye más que la gran mayoría campesina del país, al
hallarse en el epicentro de las ciudades mayores donde se toman las decisiones. El
otro rasgo significativo es el debilitamiento del bipartidismo, no sólo por las sucesivas
escisiones del republicanismo a las que se sumaba el depuesto liberalismo, sino por el
surgimiento todavía embrionario de corrientes marxistas y nacionalistas que
eclosionarían durante y después de la guerra del Chaco, aunque ya en los años veinte
surgieron como partidos políticos, con bastante retraso en relación a otras naciones
sudamericanas. Esto condujo al país progresivamente hacia el multipartidismo.
La minería siguió siendo terreno mayoritario de empresarios bolivianos. Las
consecuencias de la
gran depresión mundial fueron muy grandes sobre la economía boliviana, por la
vulnerabilidad ya anotada de su carácter mono productor y su nulo ahorro interno. En
este período se produjo un fuerte endeudamiento internacional que traería graves
consecuencias en las décadas posteriores.
El último elemento clave de la década republicana es el movimiento social. La
estructuración de un movimiento sindical organizado con conciencia clasista inédita y
el crecimiento geométrico del número de trabajadores mineros, trajeron
reivindicaciones y convulsiones tan serias como la masacre de 1923. De igual modo
los pueblos aimara y quechua protagonizaron movimientos de sublevación de
magnitud casi tan masiva como las vividas en tiempos de Zarate Willka.
Uno de los hechos más dramáticos que vivió Bolivia en esos a los fue una suerte de
guerra interna. Mientras se preparaba para movilizar a miles de soldados al frente,
entre 1932 y 1934 se produjeron varios levantamientos campesinos en el altiplano que
obligaron a acciones militares de represión. Los levantamientos no sólo fueron
promovidos por jefes indios, sino por activistas contrarios a la guerra casi todos ligados
al anarquismo y al socialismo. El reclutamiento de soldados en el campo fue
traumático y devino en una terrible y muchas veces sangrienta confrontación interior.
Una paradoja más de una nación que combatió en el frente externo y en el interno.
Boquerón y su heroísmo.- Ahí el ejército de Bolivia escribió una de las páginas más
brillantes de su historia, dando muestras de un heroísmo admirable. El destacamento
que tras la muerte de Aguirre comandaba Manuel Marzana33 tuvo Boquerón bajo su
control entre agosto y septiembre de 1932. El gobierno paraguayo decidió la retoma de
los tres fortines como cuestión de honor nacional. La ofensiva paraguaya comenzó el 9
de septiembre. Bolivia planteó la defensa en el mismo tenor, no se debía ceder el
fortín bajo ningún concepto. Ambos países pensaron que este episodio definiría el
carácter de la guerra e influiría sobre la moral nacional. Los defensores bolivianos
sumaban apenas 448 con 350 fusiles, 40 ametralladoras, 3 cañones y dos antiaéreos.
Estigarribia llegó a plantar alrededor de Boquerón una fuerza de entre 9.000 y 11.500
efectivos de acuerdo a fuentes paraguayas. El jefe paraguayo pensó que esa relación
de más de 10 a 1 le permitiría un triunfo fácil y rápido. No fue así. Marzana y sus
hombres resistieron por 20 días. Tres días tardó el ejército paraguayo en rodear
completamente el fortín. Marzana había agotado las municiones de los cañones y pidió
ahorrar balas y disparar sólo con blanco seguro. El capitán Víctor Ustarez rompió
heroicamente el cerco y entró a Boquerón con 58 hombres, reforzando y subiendo la
moral del contingente de defensores. Una nueva incursión de Ustarez fuera del fortín
para conseguir más refuerzos le costó la vida al héroe.
Los ataques en oleadas sobre el fortín agotaron la defensa. Los víveres se terminaron,
el único
pozo de agua accesible era atacado por un nido de ametralladoras paraguayo,
acercarse era muerte segura, un par de cadáveres de soldados bolivianos flotaba en el
pozo. Los pertrechos que lanzaba la aviación boliviana caían casi siempre fuera de las
trincheras (la aviación boliviana tuvo un destacado papel en toda la guerra. Fue
siempre superior a la paraguaya, contaba con un equipo moderno de aviones Curtis
que dominaron el aire).
Los soldados desesperados empezaron a beber sus propios orines. Marzana decidió
pedir una tregua para una capitulación honrosa. Levantó bandera blanca, los
paraguayos que estaban a escasos metros de las trincheras creyeron que era
rendición y se abalanzaron y tomaron el fortín. En silencioso homenaje, el mando
paraguayo vio salir a los héroes que quedaban vivos en harapos, casi sin poder
caminar. Centenares de muertos y moribundos yacían allí. Estigarribia
creyó siempre enfrentar a por lo menos 1.500 bolivianos; en el mejor momento no
habían llegado a 700. Sobrevivieron menos de 450. El Presidente paraguayo dijo "los
bolivianos pelearon con tal bravura y coraje...que merecen nuestro respeto". Marzana
dijo al volver de tres años de prisión en Paraguay: "No hicimos más que cumplir con
nuestro deber".
En 1934 los representantes bolivianos David Alvestegui, Alberto Ostria, Enrique Finot y
Casto Rojas lograron notables éxitos diplomáticos hasta invertir la figura. Paraguay
apareció como nación agresora y Bolivia logró la ratificación del libre tránsito de sus
productos por las naciones vecinas, salvo claro, Argentina. Se levantó el embargo de
armas contra Bolivia y se lo mantuvo contra Paraguay que se retiró de la Liga de las
Naciones.
El 14 de junio a las 12 del mediodía terminó la guerra. Entre 1935 y 1938 se realizaron
ardua: negociaciones para definir los nuevos límites, devolver prisioneros y lograr una
salida soberanía de Bolivia al río Paraguay (que finalmente se le negó). El 21 de Julio
de 1938 se firmó en Buenos Aires el tratado de paz, amistad y límites definitivo entre
Bolivia y Paraguay, lo suscribieron Eduardo Diez de Medina y Enrique Finot por Bolivia
y Cecilio Baez y José Félix Estigarribia por el Paraguay34.
La guerra dejó un saldo terrible. Bolivia movilizó tres ejércitos con un total de 200.000
hombres, con un saldo de 50.000 muertos y 20.000 prisioneros. El costo de la guerra
fue de 228 millones de dólares, financiados por el banco Central y algunos préstamos
de empresarios mineros ya que tenía su crédito internacional suspendido. La
consecuencia fue el inicio de un proceso inflacionario. Paraguay movilizó 150.000
soldados, con un saldo de 10.000 muertos y 2.500 prisioneros. El costo de la guerra
fue para ese país de 128 millones de dólares.
El fin de la rebelión campesina terminó para las autoridades con la captura de 150
rebeldes, quienes fueron trasladados a la ciudad de Sucre, en calidad de detenidos y
el alzamiento considerado por el gobierno como un movimiento estimulado por el
comunismo, sindicándose al dirigente comunista Gustavo Navarro, conocido por el
seudónimo de Tristán Marof, como uno de sus ideólogos.
Los conflictos durante la guerra.-Al estallar la guerra entre Bolivia y Paraguay, aún
seguía el descontento de los campesinos y no desaparecería fácilmente, puesto que el
movimiento indígena, continuó reclamando sus derechos sobre la propiedad de sus
tierras durante el tiempo que duró la contienda del Chaco.
Con el transcurso del tiempo y duración de la contienda bélica, surgieron por parte de
algunos comunidades algunas demandas al gobierno pidiendo beneficios económicos
para las familias de los comuneros movilizados a la guerra, al no ser atendidos los
pedidos estos se convirtieron en continuos reclamos.
El resultado fue que se desencadenó una intensa represión para someter a los
rebeldes, llegándose a aplastar el movimiento campesino con la captura de 150
indígenas rebeldes, que fueron trasladados a la ciudad de La Paz, en calidad de
detenidos40.
Por otra parte debemos indicar que también se produjeron levantamientos indígenas
en otra regiones como ser en Santa Cruz y Tarija llevadas a cabo por grupos étnico
tribales y los llamados Bandidos, pero con motivos totalmente diferentes.
El soldado indígena durante y después de la guerra.- La guerra del Chaco, por una
parte produjo entre los comunarios y colonos que asistieron a ella un profundo
conflicto socio cultural, que alteró sus tradiciones y hábitos al ser alejados de su
hábitat natural en un cambio brusco de piso ecológico, en muchos casos a la fuerza,
permitiéndoles a su vez compartir espacios con otros grupos humanos, diferentes al
suyo, lo que motivo el surgimiento de la conciencia del nacionalismo en la población
campesina, que originalmente marchó a las arenas del Chaco, sin la noción de patria,
si bien en tiempo de paz los indígenas mantenían al país con su trabajo, en tiempos de
guerra lo hacían con su sangre.
A partir de la guerra del Chaco, los campesinos se identifican dentro del ser nacional
como ciudadanos bolivianos, pues habiendo defendido a la patria con las armas,
retornaron a sus comunidades conscientes del derecho de ser propietarios y
usufructuarios de su tierra, por que entendieron que eran parte integrante de la Nación
y no meros protegidos de un sistema de castas, que se había mantenido inclusive
durante el período de la guerra. Los comunarios y colonos convertidos en soldados y
que a su vez pudieron retornar a sus casas, no serían los mismos, puesto que
levantarían la voz pidiendo un trato más igualitario y menos discriminatorio.
Partidos políticos luego de la guerra
En esta etapa de la historia de Bolivia, que empieza con la Guerra del Chaco, decaen
los llamados partidos tradicionales, como el Liberalismo, Republicanismo, aunque su
influencia todavía se proyecta prácticamente hasta 1952, cuando se produce la
Revolución Nacional con el MNR a la cabeza. La nueva realidad nacional y corrientes
políticas mundiales, permitieron que en Bolivia, aparezcan nuevos partidos políticos,
con ideologías bien definidas o corrientes populistas que se encarnaron en las masas.
Haremos a continuación un recuento de los partidos más importantes de estos últimos
veinte años de democracia:
El MNR vuelve al poder a través de un pacto con el MIR, llamado "Acuerdo por
Bolivia"; pero el modelo neoliberal había tocado fondo en Bolivia, cuando la crisis
económica y social, no puede ser controlada, menos solucionada, se dan dos
insurrecciones populares, la de febrero y la de octubre de 2003, ambas a un costo muy
alto en pérdidas de vida, que generó la caída del gobierno de Sánchez de Lozada. Se
develó la peor corrupción de los últimos tiempos, abuso de poder e incapacidad para
gobernar, hoy los gestores de este gobierno, son acusados de una serie de cargos y
se les está iniciando un juicio de responsabilidades, comenzando por el ex presidente
Sánchez de Lozada, su gabinete y otros responsables. Además que se dio a luz, la
necesidad de una profunda reforma estructural en el país, con la participación popular
de todos los ciudadanos.
En las elecciones de 1989, obtuvo fuerte apoyo de la población, que finalmente llevó a
Jaime Paz Zamora a la presidencia de la república, luego de establecer el "Acuerdo
Patriótico" con la ADN a pesar de haber ocupado un tercer lugar. Durante el gobierno
de Gonzalo Sánchez de Lozada, (1993-1997) un importante grupo de dirigentes del
MIR es acusado de mantener contacto con el narcotráfico, y fue así que uno de sus
máximos dirigentes, Oscar Eid Franco, es declarado culpable por la justicia y
condenado a una pena de cuatro años de cárcel. En las elecciones de 1997, el MIR
obtiene una votación sorprendente, coinvirtiéndose en la segunda fuerza en el
Parlamento Nacional y un aliado de confianza en la coalición del gobierno de Banzer.
En las elecciones del 2002, ocupa un cuarto lugar, detrás del MNR, MAS, NFR,
terminando dentro del gobierno del Gonzalo Sánchez de Lozada, lo cual le trajo una
crisis interna, al sufrir el abandono de uno de sus máximos líderes, el empresario Doria
Medina, para formar un nuevo partido (FUM), más el alejamiento de otros connotados
líderes, que por acusaciones en actos de corrupción, fueron echados del partido. Para
el 2005 este partido tendrá seguramente sus elecciones internas y veremos si puede
recuperarse de la crisis en que se debate.
Dice estar al servicio del pueblo y propugna la justicia social. Prioriza el trabajo para
salir de la
crisis. Se basa en el amor, solidaridad, respeto y honestidad propugnada por Max
Fernández
Rojas. Este partido fue fundado por el empresario cervecero Max Fernández Rojas,
quien ganó un espacio político gracias a su actitud benefactora a lo largo y ancho del
país. UCS se ha convertido en una fuerza política importante. Luego de la muerte de
Max Fernández en noviembre de 1995, sigue vigente al mando de Johnny Fernández
Saucedo, su hijo mayor. Pero en las elecciones del 2002 este partido tuvo un bajón
notable en su caudal de votación, que lo ha relegado a formar parte de los partidos
chicos.
Fue aliado de la ADN en las elecciones de 1997, por lo que llegó a ocupar ministerios
y viceministerios. Por otro lado, la burguesía como clase dominante, se ve en la
urgencia de perfeccionar continuamente su aparato ideológico, esto ocasiona que la
clase obrera se organice políticamente. (Zabaleta, 1988)
Alcance: Evo Morales planea tener presencia en las ciudades con la figura de Antonio
Peredo. Origen y proyecto: "Hace alrededor de ocho años, un grupo de dirigentes
sindicales se planteó en Bolivia la necesidad de crear un instrumento político.
Buscaban lo que llamaban 'nuestro' instrumento político.
Fortalecido con esos resultados, el MAS se preparó para las elecciones presidenciales
del 2002 llegando a ocupar en ellas el segundo lugar, siendo la sorpresa y a la vez la
preocupación de los partidos tradicionales y de la Embajada Norteamericana; consigue
ganar en cuatro departamentos, haciendo una bancada en el parlamento de gran
peso, capaz de desestabilizar cualquier proyecto de los partidos tradicionales, ya que
establece alianza con el MIP y otros parlamentarios independientes.