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Actividad 3

El análisis de la historia económica mexicana tomo un nuevo aire en los años


noventa a raíz de una vuelta al análisis de las fuentes sin que se presentara un
anacronismo al momento del análisis.

Se dejo de lado la tendencia de los ochenta de hacer el análisis desde un enfoque


meramente sociológico y se volvió al análisis de fuentes cuantitativas y cualitativas
volviendo a temas de debate como el atraso económico.

Poco a poco en las obras que surgen se aprecia un estudio de la estadística fiscal
y económica diversificada, espacial y temporalmente que dan pauta a la discusión
de aspectos económicos que requieren de índices de medición. A su vez una
adición al análisis histórico-economico fue el paso de centrar la atención en
aspectos tributarios-administrativos a explicaciones generales sobre los modelos
históricos de la fiscalidad mexicana.

Aunado a lo anterior, en los noventa se da un análisis mas completo tomando en


consideración la historia fiscal, financiera, industrial y empresarial apoyándose de
archivos privados.

Otra dirección que también se debe tomar en cuenta sobre todo por que influye en
la conducta individual y colectiva ante el mercado, el ahorro, el consumo, la
política y las instituciones es la historia cultural, aunque muchos historiadores
neoinstitucionalistas dejan de lado su estudio derivado a su subjetivismo sin
embargo en México no ha sido tan ajeno como en otros países su inclusión.

Primordialmente en la lectura nos señala que hay una gran importancia en el


análisis del acervo historiográfico de las instituciones bancarias ya que guardan
registros valiosos que aportan demasiada información al análisis histórico
formando parte clave al momento de la realización de las investigaciones.

Poco a poco la historia económica ha considerado tener en cuenta variables como


el aspecto fiscal, las corporaciones mercantiles de antiguo régimen, la industria, el
sistema de derechos de propiedad y los ferrocarriles.

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