Está en la página 1de 9

LAS FIESTAS SOLEMNES DE YHWH

Breve estudio sobre la vigencia de las fiestas del Creador


29 Marzo 2014
Fiestas Solemnes

“Sino que éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —
declara YHWH—: Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré y yo
seré su Elohim [Dios], y ellos serán mi pueblo. Ya nadie enseñará a su hermano ni a su
prójimo, diciendo: ´Conoce a YHWH´, porque todos me conocerán, desde el menor hasta
el mayor —declara YHWH— porque yo perdonaré sus culpas, y nunca más recordaré sus
pecados.” Jeremías 31:33 y 34
Sin duda alguna todos queremos formar parte de éste pueblo que conocerá a su Elohim
[Dios]; y anhelamos que el Juez justo escriba su ley en nuestros corazones, pues
reconocemos que es una característica de éste pueblo. Si esta es realmente nuestra
petición al Altísimo, ahora debemos fijar nuestra atención en los versos que continúan en
el mismo capítulo:
“Así dice YHWH, quien da el sol para luz del día, y leyes de la luna y las estrellas
para luz de la noche, quien reprende al mar y calma sus olas; YHWH de los
ejércitos es su nombre. Si se apartan estas leyes de delante de mí —declara
YHWH— también la descendencia de Israel cesará, de manera que no serán ante
mí una nación para siempre.” Jeremías 31:35 y 36
Antes de considerar esto, veamos dos capítulos más adelante lo que se nos dice:
“Así dice YHWH: ´Si no permaneciera mi pacto con el día y la noche, y si no
hubiera puesto las leyes de los cielos y de la Tierra, también desecharía la
descendencia de Jacob y de mi siervo David para tomar gobernante de su
descendencia, para que gobierne sobre la casa de Abraham, de Isaac y de Jacob,
cuando yo haga que regresen sus cautivos y tenga misericordia de ellos.” Jeremías
33:25 y 26

El Creador del universo ahora relaciona las leyes de los astros con su pueblo; el sol, la luna
y las estrellas tienen algo que decirnos, para saber esto debemos volver al principio:
“Luego dijo Elohim [Dios]: Haya luminares en la expansión de los cielos para
separar el día de la noche, y sirvan para señales, para las estaciones, para los días y
para los años.” Génesis 1:14
Él puso el sol y la luna para señalar las estaciones, pero ¿cuáles estaciones? En el hogar
edénico, antes del pecado, no existía el verano o el invierno; éstos aparecieron recién el
diluvio (Génesis 8:22). La palabra que aquí se traduce por estaciones es: /moéd/
que en el diccionario Strong aparece con el número H4150, y según dicho diccionario su
significado principal es: festival o asamblea. Esta es la misma palabra que se utiliza para
referirse a las fiestas solemnes de YHWH, por ejemplo en el capítulo 23 de Levítivo:
“Habla a los hijos de Israel y diles: ´Las fiestas solemnes (moéd) de YHWH, mis fiestas
(moéd), las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas:” Levítico 23:2

 EL SHABBATH (SÁBADO)= verso 3


 Pésaj (pascua)= versos 4 y 5
 Fiesta de los panes sin levadura= versos 6-8
 Fiesta de las primicias= versos 9-14
 Fiesta de las semanas (pentecostés)= 15-22
 Fiesta de las trompetas= versos 23-25
 Día del perdón= versos 26-32
 Fiesta de los tabernáculos= versos 33-44

En este punto recomendamos al amable lector que pueda leer y estudiar por sí mismo el
capítulo entero de Levítico, en el artículo presente solamente ofreceremos una
perspectiva histórica del pueblo y su relación con las fiestas de YHWH.

El Mesías y sus discípulos:


A lo largo de su vida en ésta tierra el Salvador del mundo celebró las fiestas solemnes de
su Padre, por ejemplo durante una pésaj (pascua) fue que reconoció su misión como
Cordero de Elohim (Dios).
“Durante el último y gran día de la fiesta (de los tabernáculos), Yahshua (Jesús) se
puso de pie, y alzando la voz, dijo: ¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba!” Juan
7:37.
Las fiestas siempre estuvieron relacionadas a importantes acontecimientos en su
ministerio terrenal.
“El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, se acercaron los discípulos a
Yahshua (Jesús), diciéndole: ¿Dónde quieres que te preparemos la Pésaj (pascua)
para que la comas? Y Él les contestó: Vayan a la ciudad, a cierto varón, y díganle:
´Nuestro Maestro dice: Mi tiempo ha llegado. Yo celebraré la Pésaj (pascua) en tu
casa, juntamente con mis discípulos.´” Mateo 26:17 y 18.
El Maestro celebró las fiestas con sus discípulos mientras estuvo con ellos personalmente,
y ellos entendieron que con su muerte haría “cesar el sacrificio y la ofrenda” (Daniel 9:27),
pero que esto no significaba dejar de celebrar las fiestas.
La Iglesia primitiva:
La primera fiesta que se registra en el libro de Hechos aparece en el capítulo 2:
“Cuando se cumplieron los días de Pentecostés, mientras estaban reunidos todos
unánimes, súbitamente vino del Cielo un estruendo semejante al de un viento
recio el cual llenó toda la casa donde se encontraban. Y se les aparecieron lenguas
que se repartían como fuego y se asentaban sobre cada uno de ellos, y todos
fueron llenos del Espíritu Santo, y empezaron a hablar en diversas lenguas,
conforme a lo que el Espíritu les daba que hablaran.” Hechos 2:1-4.
En esta fiesta la lluvia temprana vino sobre la joven iglesia.

“En ese tiempo el rey Herodes que tenía por sobrenombre Agripa, aprehendió a
algunos de los de la Iglesia para maltratarlos, matando a espada a Jacobo,
hermano de Juan. Al ver que esto había agradado a los judíos, también procedió a
aprehender a Simón Pedro. Esto sucedió en los días de los panes sin levadura.”
Hechos 12:1-3.
Lucas, el médico cristiano que escribió el libro de Hechos, registra que esta persecución de
la iglesia sucedió en los días de la fiesta de panes sin levadura; pero veamos versos más
claros aún:

“Y habiendo llegado a Éfeso, Pablo entró en la sinagoga y habló con los judíos,
quienes le suplicaron que prolongara más su estancia entre ellos, pero no lo
convencieron, pues él dijo: ´Debo celebrar ciertamente la próxima fiesta en
Jerusalén, y si Elohim (Dios) quiere, regresaré a ustedes nuevamente.” Hechos
18:19-21
“Después de los días de los panes sin levadura, partimos de Filipos, ciudad de los
macedonios, y habiendo navegado cinco días, llegamos a Troas, donde estuvimos
siete días.” Hechos 20:6
“Por cuanto Pablo había determinado pasar más allá de Éfeso para no quedarse
allí, porque se apresuraba para celebrar el día de Pentecostés en Jerusalén, si le
fuera posible.” Hechos 20:16
“Y permanecimos allí mucho tiempo, hasta que pasó el día del ayuno de los judíos.
Y siendo peligroso que navegara cualquiera, Pablo les aconsejaba.” Hechos 27:9,
este día del ayuno es la fiesta del día del perdón.
“Pero me quedaré en Éfeso hasta Pentecostés.” 1 Corintios 16:8

Pablo entendía que las fiestas solemnes señalaban el ministerio del Mesías:
“Límpiense de la vieja levadura, para que sean una nueva masa, de tal manera que
sean pan sin levadura, porque el Mesías (Cristo) es nuestra Pascua, que fue
sacrificado por nosotros.” —pero la exhortación del apóstol no termina aquí,
teniendo en mente esta verdad, que el Mesías es nuestra Pascua y que ya fue
sacrificado, declara en el siguiente versículo— “Por este motivo, celebremos la
fiesta, no con la vieja levadura ni con levadura de maldad y amargura, sino con
levadura de pureza y santidad.” 1 Corintios 5:7 y 8.
Evidentemente ellos celebraban la fiesta sin hacer sacrificios y holocaustos, pues el
verdadero Cordero ya había sido sacrificado.

Las fiestas eran guardadas no solo por los judíos creyentes sino también por los paganos
convertidos, como era el caso de los cristianos en Colosas:
“Por tanto, nadie os juzgue en comida o bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna
nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el
cuerpo es del Mesías (Cristo).” Colosenses 2:16 y 17.
En otras palabras: ningún no creyente los juzgue si ustedes observan las fiestas solmenes,
pues son “sombra de lo que ha de venir”, es decir tienen un aspecto profético que no fue
cumplido con la primera venida de nuestro Salvador, sino que debemos esperar su
cumplimiento celebrando las fiestas solemnes. En este pasaje se menciona la luna nueva
que estudiaremos a detalle en otra ocasión.

Los siglos siguientes:


Tras la muerte de la primera generación de testigos del Maestro, el enemigo de las almas
tendría más éxito en sus ataques a la verdad que santifica el alma. Uno de los frentes de
batalla fue predicho en el libro de Salmos:
“Tus adversarios hicieron alardes en medio de tu día de fiesta; colocaron sus
estandartes por señales. Tú lo sabes, por cuanto eres el Sublime de lo alto. Ellos
rajaron las puertas con hacha como a árboles de un bosque; simultáneamente, con
hachas y con picos. Prendieron fuego a tu santuario y lo quemaron; y profanaron
en la Tierra el tabernáculo de tu Nombre, y han dicho en su corazón:
´Exterminémoslo de una vez, y desechemos de la Tierra todas las fiestas de Elohim
(Dios)´”. Salmo 74:4-8; las palabras que aparecen en cursiva vienen de la palabra
en hebreo: /moéd/ que habíamos visto antes; en la versión Reina-Valera fue
mal traducida.

Y ¿quién sería el que pensó en desechar las fiestas del Creador? Las Sagradas Escrituras
revelan claramente su identidad:
“Y [el cuerno pequeño] hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del
Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán
entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.” Daniel 7:25; el
libro de Daniel fue escrito en arameo desde el verso 4 del capítulo 2 hasta el último
verso del capítulo 7, y la palabra aramea que fue traducida a “los tiempos”:
zemán —según el diccionario Strong esta palabra viene de H2165 y significa
“ocasión designada o tiempo fijado”— corresponde en significado a la palabra
moéd del hebreo.
Incluso la Nueva Versión Internacional traduce este versículo de esta forma:
“Hablará en contra del Altísimo y oprimirá a sus santos; tratará de cambiar las
festividades y también las leyes, y los santos quedarán bajo su poder durante tres
años y medio.” Daniel 7:25
Es decir, que el cuerno pequeño, el poder papal, intentaría no solo hacer olvidar el día de
reposo de la Ley sino que también intentaría hacer olvidar las fiestas solemnes de YHWH.
Por la rebelión de su pueblo, el Eterno permitiría que Roma tuviera aparente éxito en su
empresa de desechar las santas convocaciones (Oseas 2:11).

Nos queda el testimonio temprano que desde el primer concilio ecuménico, Nicea 325 d.
C., unos de los temas a tratar sería la celebración de la Pascua, dando lugar a una calurosa
discusión, concluyendo que los que seguían observando ésta fiesta en el 14 de Abib (como
lo declara Levítico 23) y no como el papa Silvestre I ordenó: el siguiente domingo a ésta
fecha; son herejes obstinados. Para mayor información, desde internet se puede accesar
al artículo: “Controversia pascual”, de la Enciclopedia Católica. De ahí viene la celebración
católica romana de la llamada “semana santa”, que no es más que un cambio ofensivo de
la fiesta de la Pascua de YHWH; y así sucede con el resto de fiestas solemnes.

Por mucho tiempo Roma no tuvo mayor problema en pisotear tanto el shabbath (sábado)
como las fiestas solemnes del Creador, pero el Altísimo señaló su tiempo de actuar
cuando levantaría a almas sinceras para empezar a restaurar las sendas antiguas.

Los pioneros adventistas:


“El pasaje bíblico que más que ninguno había sido el fundamento y el pilar central de la fe
adventista era la declaración: ´Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será
purificado el santuario´ (Daniel 8:14)” Conflicto de los Siglos, inicio del capítulo 24: El
templo de Dios. Esta profecía que fue entendida por los primeros adventistas que estaba
relacionada directamente con la fiesta solemne del día de expiación. La comprensión del
santuario junto con los servicios que en él se realizaban, incluyendo por supuesto las
fiestas, fue el mensaje que dio ánimo y esperanzas luego del chasco sufrido en 1844. Claro
que los pioneros estudiaron las santas convocaciones de Levítico 23, y entendieron
muchos aspectos interesantes, pero mejor dejemos que ellos hablen:

“Antiguamente el Señor ordenó a su pueblo que se reuniese tres veces al año para
rendirle culto. Los hijos de Israel acudían a estas santas convocaciones, trayendo a la casa
de Dios sus diezmos, así como las ofrendas por el pecado y las de gratitud. Se reunían para
relatar las misericordias de Dios, para conocer sus obras admirables, tributarle
agradecimiento y alabar su Nombre. Debían participar en el servicio de sacrificios que
señalaba a Cristo como Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Así habían de
preservarse del poder corruptor de la mundanalidad y la idolatría. La fe, el amor y la
gratitud debían mantenerse vivos en su corazón, y al congregarse en ese servicio sagrado
se vinculaban más estrechamente con Dios y unos con otros.
En los días de Cristo vastas muchedumbres provenientes de todos los países asistían a
estas fiestas, y si las hubiesen observado como Dios quería, con espíritu de verdadero
culto, la luz de la verdad podría haber sido dada por su intermedio a todas las naciones del
mundo.
Los que residían lejos del tabernáculo debían ocupar más de un mes cada año para asistir
a estas santas convocaciones. El Señor vio que estas reuniones eran necesarias para la
vida espiritual de su pueblo. Las necesitaban para ser apartados de los cuidados
mundanales, para comulgar con Dios y contemplar las realidades invisibles.
Si los hijos de Israel necesitaban el beneficio de estas santas convocaciones en su
tiempo, ¡cuánto más lo necesitamos nosotros en estos últimos días de peligro y
conflicto! Y si los habitantes del mundo necesitaban entonces la luz que Dios había

confiado a su iglesia, ¡cuánto más la necesita ahora! ” —Joyas de los Testimonios, tomo 2
p. 378 y 379, el capítulo se llama: Los Congresos; éstos se celebraban durante la fiesta de
los Tabernáculos, como se ve en la siguiente cita de su esposo.

“Esta reunión excelente, con toda su labor de preparación, ansiedad, predicación,


oyendo, exhortando, confesión de pecados y necesidad de Cristo, sus lágrimas,
liberaciones, y alegrías, es ahora un pasado. Esos padres que trajeron a sus hijos a la
reunión y los vieron convertidos, y los vieron tomar el voto bautismal, se alegran ahora
que los trajeron. Aquellos que no trajeron a sus hijos lamentaron su error. Estas fiestas
anuales de Tabernáculos son reuniones de la mayor importancia: y debe haber una
concurrencia general de todos aquellos que pueden ser beneficiados. ” —James White.
Signs of the Times, 8 de Junio de 1876.

“¿No sería bueno que nosotros dedicásemos a Dios fiestas durante las cuales
podríamos hacer revivir en nuestra mente el recuerdo del trato que él nos ha
dispensado? ¿No sería bueno considerar sus bendiciones pasadas, recordar las
amonestaciones impresionantes que dirigió a nuestras almas para que no nos olvidásemos
de él?
El mundo tiene muchas fiestas, y los hombres se han dejado enfrascar de deportes,
carreras de caballo, juegos, hábitos de fumar y emborracharse. Muestran claramente bajo
qué estandarte se hablan. Evidencian que no se hallan bajo el del Príncipe de la vida, sino
que el príncipe de las tinieblas los rige y domina.
¿No tendrá el pueblo de Dios, con más frecuencia, santas convocaciones para dar gracias
a Dios por sus ricas bendiciones? ¿No hallaremos tiempo para alabar a Cristo por su
descanso, paz y gozo, y manifestar por nuestro agradecimiento diario que apreciamos el
gran sacrificio que hizo en nuestro favor a fin de que pudiésemos participar de la

naturaleza divina? ” —Consejos para los maestros, padres y alumnos acerca de la


educación cristiana, p. 327, el capítulo se llama: Las fiestas para Dios.

“En estas asambleas anuales, los corazones de jóvenes uy ancianos recibían aliento para
servir a Dios, al mismo tiempo que el trato amistoso de los habitantes de las diferentes
partes de la tierra reforzaba los vínculos que los unían a Dios y unos a otros. También hoy
sería bueno que el pueblo de Dios; celebrara una Fiesta de las Cabañas, una alegre
conmemoración de las bendiciones que Dios le ha otorgado. Como los hijos de Israel
celebraban la liberación que Dios había concedido a sus padres, y también como los había
protegido milagrosamente a ellos mismos durante sus peregrinaciones después de la
salida de Egipto, así debemos recordar con gratitud los diferentes medios que él ideó para
apartarnos del mundo y de las tinieblas del error y para llevarnos a la luz preciosa de su

gracia y de su verdad. ” —Patriarcas y profetas, p. 523, el capítulo se llama: Las fiestas


anuales.

“El primer sábado en nuestro viaje lo pasamos en Orleans y observamos el ayuno. Fue un
día de gran solemnidad con nosotros: buscamos humillarnos a nosotros mismos delante
de YHWH. Y con espíritu quebrantado y mucho llanto todos oramos fervientemente que
YHWH nos bendijera y fortaleciera para hacer su voluntad en la Conferencia. ” —
Testimonios para la Iglesia, volumen 1, p 514, cap. 105. Este día de ayuno, día de gran
solemnidad y de aflicción de espíritu no es otro que el día de la Expiación:
“El día de expiación será en el décimo día de este mes séptimo; será para ustedes
convocación santa; se humillarán a sí mismos y presentarán a YHWH ofrenda.”
Levítico 23:27.

Nosotros hoy:
Debemos reconocer que estas fiestas solemnes son del Creador de los cielos y la tierra, no
de los judíos por ejemplo, que fueron celebradas por el Salvador del mundo y sus
discípulos fieles. En estos últimos días del conflicto entre el bien y el mal, la obediencia y la
desobediencia, todos estaremos a uno u otro lado; y las fiestas de YHWH son y serán una
fuente de fuerza y consuelo para sus hijos fieles en medio de una generación malvada.
Y recibiremos poder, como los apóstoles lo hicieron en la lluvia temprana en pentecostés,
para dar el mensaje final al mundo con la lluvia tardía; que caía siempre durante la fiesta
de los tabernáculos para madurar el fruto para la cosecha.
“Y acontecerá que todos los sobrevivientes de todas las naciones que vinieron contra
Jerusalén, subirán año tras año para adorar al Rey, YHWH de los ejércitos, y para
celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que aquellos de todas las naciones
de la Tierra que no suban a adorar al Rey, YHWH de los ejércitos, en Jerusalén, la lluvia
no caerá sobre ellos. Y si la nación de Egipto no sube ni viene, entonces también vendrá
contra ellos la plaga con la cual YHWH azotará a las naciones, aquellas que no suban a
celebrar la fiesta de los tabernáculos. Éste será el pecado de Egipto y el pecado de todas
las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los tabernáculos.” Zacarías 14:16-19
Esperamos la lluvia tardía del Espíritu Santo, así como cayó la temprana en una fiesta de
Pentecostés, ésta la lluvia tardía vendrá en una fiesta de Tabernáculo como declara el
profeta Zacarías. Por otro lado, el castigo por rechazar la invitación divina no es nada
liviano.

Aceptemos la invitación de las Sagradas Escrituras:


“Considerémonos, pues, unos a otros, para estimularnos al amor y a las buenas
obras, y no dejemos de congregarnos como algunos tienen por costumbre, sino
intercedamos unos por otros, con mayor razón cuando vemos que aquel día se
acerca.” Hebreos 10:25

También podría gustarte