Tipografilicos vs. tipografébicos
Francisco Calles
La gracia en tipografia surge espontineamente cuando
el tipdgrafo pone un poco de amor a su trabajo, Quien no
same se trabajo no pede esperar que le guste alos demi,
Pn Tscucno., 1928
Desde hace més de quinientos afios nuestea cultura alfabética ha
vivido acompafiada por la tipografia. Vivimos inundados de li-
bros, periicos y revistas cartels, folltos y etiquetas,rétuls,
letreros, sefales y logotipos. La tipografia convierte a la palabra
fn una mereancia. Nada es tan habitual y ordinario en nuestra,
vida cotidiana, tan presente y obvio, como latipografia. Nos son
tan comunes fs signos tipogrificos que a menudo los olvidamos;
nos sirven tanto que les debemos la minima atenciéa de valorar-
los como instrumentos que failtan la comunicacién. La tipogra-
fia como una expresién del pensamicnto, afirma Ong (1999),
permite representar gréfica y mecénicamente el lenguajes trans.
forma el significado de las palabras, aumenta la potencialidad del
lenguaje cast iimitadamence y da una nueva estructura al pensa-
miento, La invencién de la tipogeafia en occidente difundié el
lenguaje impreso y dio a fo impreso un grado de auroridad que
jamés ha perdido.
‘Macho se ha dicho y escrito acerca de la tipografia (del grego
typos, modelo, molde y graphé, accién de escribies incluso se
han ereado neologismos para referirse asus caracterstcas, euali-
dades, causas, efectos y usos. Nuevas palabras que, paradgjica
mente la funcién de expresar una idea clara, a veces resultan
poco explictas, sobre todo cuando se usan sin conocer sus refe-
rencias, Bastaria recordar aqui algunos conceptos de uso limita-
do e inocuo sobre todo cuando se toman al pie de la letra. Tales
isa)l caso de prototiografia (del griego profs, primero y tipogra
fia), ipoicomografia (dl griegoeikdn imagen y tipografia), mor
fotipograia (del griego morphé, forma y tipografia), ortotipogra
fia (del griego orthos, coreecto y tipogeafia) y tipometsia (del
sriego metron, medida y ipogeafia). A estos se suman otras pal
bras que desafortunadamente son de uso frecuente ¥ peligroso
pur serincomprensble, y por ende escasamente defniorias co
imo letragrafia (del latin lttera, letra, y el griego graphé, acidn
dle escribir) o la absueda eibilidad (2).
Sumando a Ja lista de neologismos para referieos a la tipo
grafia y, por supuesto, sin la anvencia de la Real Academia Es
paola, me he permitide proponer dos términos que espero 5
Consideren s6lo como eso: simples propuestas, expresiones que
ts tenen otro fin ms que ser Tica, para que no resulten pos
teriormente peligeosas para quien las use, escuche o lea, El ps
mer término acufado es tipografilico (del griego typos, molde,
_graphé, acciin de escribir y phils, que ama) para refeirse a
que individuo que iene propens ci6n por la tipo-
trafa, Fl segundo concepro sugerido es tpografbico (del griego
typos, molde, graph, accién de eseribie y phobos, miedo) para
aludir a aquells persona que siente una vehemente repulsién 0 re
chara hacia la tipografia, No sobea decir que estos neologismos
fueron peasados y ereados para hacer una clara referencia a to
dios mis colgas, los diseBadorespréficos.
Las diferencias entre estos dos grupos de individuos —tipo-
caflicos y tipageafdbicos— tiene una corta tradicvn histrica.
Recordemos que desde el siglo xvi y hasta entrado el x0, la pro-
dlvccién editorial esuvo a cargo de artesanos multfuncionales,
responsables tanto del grabado y vaciado de los mokdes como de
Ia composiién tipografica impresién de los textos. Asimismo
fueron eneargados de la traduccién, correccién y cuidado de la
cvicin (Fioravanti, 1988). Podemos decir que durante mis de
csteo sigs la industria editorial se manej6 por expertos, con
cedores y amantes de la tipografia; es decir, por verdaderos tipo-
sraflicos. “La impeenta fue uno de los viejo oficios que primero
se mecanizaron, y eondujo fi
mente a una mayor mecanizacién
34 * francis calles
de todos os demas” (MeLuhan, 1998: 68). Con el paso del iem-
po la alta especificidad de este oficio multifuncional trajo como,
consecuencia que se fueran perfilando distintas actividades en
tomo a la industria editorial y, por lo tanto, el eonocimiento de
¢stos individuos fue cada vex mas especializado y parcial, Tal vez
por esta razén el amor e interés por la tipografia se fue diluyendo
lentamente dando origen a los primeros tipografbicos del siglo
xx y los disedadoresgrificos del nuevo milenio.
El titulo de este articulo, *Tipografiticos 1s. tipografbicos”,
sud a una constante rvalidad entre dsefiadores grificos os que
quieren o aman ala tpografa y los que le tienen aversin o repul-
sién. También el tulo podria nombrar una feroz contend delu-
cha libre entre “rudos" y “téenicos" a dos de tres caidas y sin I
mite de tempo. La analogia es com
«que para algunos diseRadors la tipograffaes un elemento de se-
undo orden, que no les merece ni el minimo interés; al fin de
cuentas —como dicen ellos— la tipografia no es otra cosa que
simplemente “letrtas”. Como parte antagénica a esta clase de di-
seiiadores existe un pequeiio grupo de personas que tienen un es-
pecial interés e inclinacién por el eonocimiento de la tipografia,
EI recomocimiento de Ia tipogeafia como un extraordinario
instrumento de la comunicacién, permite al disefiador valorat los
signos tipograficos, respetarlos, seleccionarlos, usarlos, querer-
los y amarlos. Por el contratio, el desconocimiento de este tema
tiene como consecuencia el menoscabo, desdefio, desaprovecha-
tiento, aborrecimiento y rechazo de los signos tipograficos.
vente porque no es sorpresa
PRIMERA calDa
El hombre alfabetizado dificilmente puede hoy concebir el len-
uae escrito sino en su forma tipogrifica; los actos reflejas que
determinan el proceso de la lectura se han hecho tan instintivos y
se realizan con tanta rapid que el cambio de lo auditivo a lo vie
sual se oculta al leer, y su andlisis se hace una cuestién dificil
Es may comiin escuchar a los tipogeafbicos —mis colegas los
Aiseladores “rudos"— emitir juicios aberrantes acerca de la legi-
‘ipograflicos vs tipografbbicos » 35Filidad. Ellos ereen que el proceso de lectura se reduce al simple
reconocimiento de la estructura formal de los signos tipograficos.
Deseonocen que la legibildad es una actividad mucho més com-
pleja en a cual partcipan numerosos procesos que van desde el
ingreso de las palabras-estimlo hasta lograr la extraccién de los
signifieados del texto. “El carécter interactivo de la lectura tam-
bien se evidencia en el rol desemperiado por factores como el
contexto, las expectativasy la base de conocimientos que aporta
el lector. No hay que desvalorizar la importancia de variables rex-
tales estando entre ellas la estructura, la densidad del contenido
y el formato de impresion, entre otros” (Puente, 1991: $5)
Los tipograflicos —los *téenicos”— conocen la existencia de
vin gran mvimero de investigaciones en rorno al proceso de letura,
‘como los recabados por Antonini y Pino (Puente, 1991), Las dis-
tintasinvestizaciones sob fa lgibilidad inclayen de manera gene:
al las siguientes etapas: “identificacién de letras, eelacidn cle ktras
con sonidos, identificacién de palabras, identiicacién de oracio-
nes, identificacin de estructura gramatical,asignacién de signifi
ceado a palabras y oraciones, establecimiento de relaciones entre las
‘oraciones del texto, uilizacién del eonocimiento previo para pre
decir informacién y adivinar el significado de palabras desconoc
las, realizacin de inferencias basadas en el eontexto de lo
ens esquemas cognitivos del lector” (p. 140). Un disefador
sraflico es aque, que conociendo lo anterior. desecha la postura
reduccionista de considerar que la legibilidad es simplemente pasar
In vista por los signos tpogeficos eidentifiearlos eomo tales.
Otro reterado mito de los tipografébicos es el de Ia evalua-
citi de las fuentes tipogeaticas para la composicién de textos por
su supuesta facilidad para ser lefdas. Fsta seudoevaluacién se ba-
sa principalmente en eriterios formales —de forma y no de for-
rmalidad— sobre ef aspecto fisieo 0 apariencia de los signos tipo-
srificos. Es curioso pero un disefiador puede expresaese de distinea
manera cuando usa la misma fuente tipografica en sus distin
tas propuestas grificas. Una ver diré que la fuente es legible
porque tiene patinessy otra vee died que ilegible porque tiene pa-
tines (2). A partir de las investgaciones hechas por Frangois
36 francisco cllee
Richaudean (1987) ha quedado comprobado que la ausencia 0
presencia de patines no tiene influencia en la legibilidad de los
textos (p. 19). Contrariamente a lo que creen algunos diseftado:
res, “el lector corriente parece bastante poco sensible a ciertos
factorestipograficos, segin muestran las expeviencias de labora-
torio sobre la leetura” (p. 16). Los lectores eomunes desconocen
por completo las “sutlezas tipograticas”, y a pesar de ello pue-
den leer. Si consideramos por un momento que pata leer fuera
necesario conocer a la perfeccin la tipografia, s6lo los disci
dores grificos —y no toxios— podirian leer. Sin embargo, es bien
sabido que, desafortunadamente, el gremio esté plagado de eole-
fas que nunca han tenido ni tendedn ef habito de la lectura de
textos escritos
La idea de legbilidad en la tipografia, en contea de cualquier
creencia de los disefiadores “rudos” —los tipografdbicos—, no
es un concepro absoluto. Por el contrario, es un valor mutante.
‘Un manuserto del silo xv, o incluso un texto impreso del siglo
xvt o xvit, pueden parecernos hoy en dia completamente ie
bles, John Baskerville, eélebre disefador de tipos del siglo xvitt,
fue acusado en su época de querer dejar ciegos alos lectores (Up-
dike, 1937: 108). ¥ lo mismo sucederia si una publicacién elec-
trénica dl presente siglo viaara al pasado. No sabemos qué tan
legibles o ilegibles seran nuestros textos compuestos con las més,
recientes y novedosas fuentes tipogeificas. Los disefadores “tée-
nigos” —Ios tipografilicos— saben que lo legible en todo caso es
un valor que se transforma de generacién en generacién y de un
lugar a otro. Zuzana Licko, creadora y socia de la fundicién de
tipogrfica digital Fmigre y que junto con Rudy Vandeslans edita
Ja revista del mismo nombre, explica su idea de a legibilidads “se
len mejor las fuentes més populares. Su popularidad las ha he-
cho desaparecer cel reconocimiento consciente. Son tan ficiles de
leer porque se usan tanto 0 se usan tanto porgqe son files de lee.
Se lee mejor lo que se lee més” (Licko, 1993: 43).
Uno, dos, tres. fuera! Esta primera caida es sin duda para
los *téenicos", que con su llave Ningunafuentetipogrdfcaelesi-
bleelquelabacelegiblesellector, han derrotado a los *rudos".
tipograflicos vs. ipografbbicos « 37SEGUNDA cafDa
Para los tipografbicos solo existen dos clases de Fuentes tipoged-
ficas: ls *buenas” y las “malas”, Para los disedadores “rudos"
lextenso repertario de fuentes tipogrficas de todos los tiempos
‘se categoriza a partir de una visién egocéntrica alimentada por su
dleficiente conocimiento de la tipogeafia. Por ejemplo, consideran
‘que ol tipo “Garamond esté estrechamente asociado al idioma
Ihaneés, el Caslom al inglés y el Bodoni al italiano, Si uno de estos
tres ripos es empleado en un idioma al que no pertenece puede
sift significarivaslimitaciones estéticas” (Ruder, 1992: 42). Por
supuesto que estas fuentes estén directamente asociadas a st u-
zat de origen, pero no exclusivamente por la forma de los signos
tipogeaficos. Estas Fuentes incluyen una pequeiia serie de caracte-
res tipogrficos particulares para la representacidn grifica de ca-
4a idioma, como los acentos, ligaduras y dems signos. Sin em-
bargo, los ipografébicos ereen que estas fuentes son “buenas” 0
propiadas para la composicién de textos en un idioma especif
0, por lo que muchos de ellos creen que Univers es la mejor
fuente para otros idiomas debide a que es “universal”
Asimismo los tipografébicos casi nunca adecuan su trabajo a
istancias contextuales del lector. Usilizan siempre fuen:
tes y composiciones tipograficas que a ellos les parecen “buenas”
‘0, en el mejor de los casos, importan estructuras tipogrificas de
‘otros tiempos y espacios porque sencillamente les “gustan” —co-
ino si se tratara de dulees—, Uno de los modelos reiteradamente
ortades por algunos tipografébicos —“rudes” con mascara
de “téenicos"— que Mega hasta nuestros dias es el Fstilo Tipoge-
fico Internacional, que no es otra cosa que un estilo de disefio
‘que aparccié en Suiza durante los afios cincuenta y que persist
por més de 20 aflos con un gran mimero de partidarios en todo el
rmanido. Philip B. Megas, en Historia del disefto grafico (199%),
ccomenta que los defensores de este estilo “argayen que la purera
Ade los medios y la legibilidad de la comunicacién facultan al dise
fiador para lograr una perfeccién imperecedera de la forma” (p.
414)
38 » francisco calles
EI llamado Estilo Tipogeéfico Incernacional (?} tiene como ea
racteristica fundamental Ia unidad visual del objeto de diseio a
ttavés de una rigurosa composicién de los elementos grificas so-
bre trama invisible rigurosamente ealculada, asi como el uso fre=
cuente de la fotografia de objetos y el empleo constante de fuen-
tes sans serif como Helvetica, Akzidenz Grotesk, Univers y hoy
cn dia Feutiger. Los diseiadores tipografilicos detractores de este
estilo se quejan porque se basa en una férmala que da como re-
sultado soluciones uniformes (Meges, 1991) completamente pre
decibles y homogéneas para cualquier caso y citcunstancia. A los
tipografobicos “rudos” les da lo mismo erear los signos basicos
de identificacign gréfica y un sistema sefalético —un informe
anual corporativo y un libro de arte—, porque tanto la seleccién
¥ composicin tipogréfica estin sencillamente predeterminadas
por el estilo,
Una més de las creencias difundidas por los tipogr
{que para el disefio de logotipos son “buenas” las fuentes tipogra
ficas expresivas 0 ereativas (March, 1989). Esta clase de disefia~
does “rudos” llama tipografia expresiva o ereativa a todas aque-
llas fuentes que a su parecer poscen una mayor carga seméntica
porque piensan (2) que dicha capacidad sélo se logra cuando se
smodifica sustancialmente la estructura primigenia de los signos
alfabéticos. Los disetadores “técnicos” reconocen que todas las
fuentes son expresivas o creativas porque “aparte de su obvia
funcién verbal la tipogratia posce una dimensién semiética, no
verbal, ieénica que incorpora por connotacién significados com-
plementarios” (Chaves, 1994: 44) a la expresin lingbistica. Esta
capacidad de excedencia no es exclusiva de las fuentes earactet
zadas 0 animadas porque toda forma pereibidae interpretada es
seméntica; esto es, que s6lo con ser vista hace afirmaciones sobre
lo que representa. Para el disefio de logotipos, los tipografilicos
consideran pertinentes todas las fuentes que, en relacién con
las intenciones comunicativas del sujeto a identifcar, se adecuen
a las situaciones contextuales de los intérpretes, independiente-
mente de las caractersticas formales per se de las fuentes pirotée-
bicos es
‘ipograflicos vs. tipografobicos + 39Fl eapitén del hando “técnico” aplica asf un candado directo
a la cabera de los tipografobicos que no tienen otra ms que ren=
dlirse ante tal castigo llamado Todas las fuentes tipogrficas som
buenas; los malos son los disenadores grificos que no saben
endndo, mi cémo uiliearlas, Con dos caidas al bilo ganan esta
tremenda batalla los tipografilicos.
Tal vex algun dia 0 muy Iejano sea frecuente que todos aque-
Hos jévenes interesados en la tipografia puedan entrenar y pre-
pararse a conciencia durante largos periodos de tiempo en los
‘mejores gimnasios académicos, cerca de verdaderos maestros ti-
pografilicos que les permitan desarrollar sus capacidlades, habili
dlades y conocimientos para ponerlos a prueba después en cual-
quiee arena profesional frente a los cada ver mis numerosos
grupos de los tipogeafbicos; demostrarles de qué cuero salen
ims correas.
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