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CIENCIAS NATURALES

Más de 30 empresas contaminan el Paraná

Zona Santa Fe

Vicentin, Swift, Celulosa, Yeruvá SA, la estatal Fabricaciones Militares, Renova y Terminal 6 son
algunas de las que vierten desechos en el río. Una investigación muestra con un mapa interactivo
los desagües que tienen con salida directa al agua en un radio de 100 kilómetros.

El Instituto de Pensamiento Popular Soberanía presentó un informe “Los cien caños” “Enemigos
ocultos del Paraná”, documento inaugural del espacio que pretende aportar datos preliminares
sobre la contaminación del río Paraná. La investigación realizada muestra con un mapa interactivo
las locaciones de los desagües con salida directa al Paraná en un ratio de 100 kilómetros,
nombrando también a las diferentes empresas responsables de dichos vertederos.

Las muestras analizadas de los componentes orgánicos químicos de los desechos vertidos al río
revelan una presencia diez veces mayor a los valores considerados normales. Los resultados
analíticos son preliminares, con el objetivo de profundizar en la presencia de metales pesados y
sustancias más complejas. Al informe lo acompañó un documental de catorce minutos, ilustrando
una recorrida marítima de los investigadores a lo largo del cauce, ilustrando tanto los caños que
asoman como así también los grandes aglomerados empresariales responsables.

Con fotos y videos, el equipo de investigación del Instituto Soberanía marca los efluvios de
diferentes e identificados polos industriales: “Los desagües en algunos casos son obras regulares,
en otros casos chorrean directamente desde la barranca” donde se pueden observar “caños,
vertientes de cemento y hasta verdaderas cataratas de desechos”. Los autores afirman que el
conteo ronda las 75 vertientes industriales y cerca de 25 vertientes cloacales. Todas están
identificadas en un mapa interactivo en el que se puede ver fotos y su ubicación a lo largo de la
costa ribereña.

La capacidad del río para autodepurarse de sus contaminantes se ha visto reducida hasta la mitad,
debido tanto a la histórica bajante como al crecimiento poblacional de la región y la ampliación del
sistema cloacal: “En los últimos 120 años la población que utiliza el sistema cloacal y arroja sus
desechos al Paraná creció más de 10 veces, pasando de 112 mil habitantes a más de 1,4 millones”
argumenta el informe, y añade: “La actividad bacteriana generada por el aumento de los desechos
y la baja del caudal del río reduce los niveles de oxígeno en agua, que se va acercando a niveles
peligrosos para la fauna ictícola”.

Los análisis del equipo investigador revelan que la contaminación del río llega a ser diez veces
mayor a los parámetros normales del Paraná: la mayoría de los efluentes industriales sobrepasan
los parámetros “normales aproximados” de contaminantes que se pueden encontrar en el Paraná,
con presencia de coliformes.

El informe explica que “la denominación genérica coliformes designa a un grupo de especies
bacterianas que tienen ciertas características bioquímicas en común e importancia relevante como
indicadores de contaminación del agua y los alimentos”. Según la comparación realizada por el
Instituto Soberanía, los niveles bacterianos en las muestras recogidas superan entre 10 y casi 20
veces, según el caso, a los parámetros normalmente encontrados en el cauce.

El informe del Instituto Soberanía revela un listado de 35 empresas que vuelcan residuos
industriales al río. Entre ellas se destacan Celulosa, Yeruvá SA, la estatal Fabricaciones Militares,
Renova, Terminal 6, Swift y Vicentin.

El nivel de incumplimiento de las normativas ambientales por parte de las empresas que vierten
sus desechos al río y el grado de independencia de las mismas, reflejado en el control de sus
terrenos y el secretismo que manejan puertas adentro tanto de sus finanzas como del
tratamientos de sus desperdicios, las coloca en la posición de un “tercer estado independiente”.

“El agua le corresponde supuestamente a la jurisdicción nacional, los caños de los cuales habla el
informe, pertenecen a supervisión que deberían hacer tres ministerios: Ministerio de Salud,
Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia y Ministerio de la Producción”

“La contaminación ambiental revela el grado de dependencia en Argentina. Revela el doble


desprecio: desprecio primero con la salud humana de los trabajadoras y trabajadores de esa
empresa puertas adentro y el desprecio por el ambiente, y revela la segunda gran dependencia: (a
las empresas señaladas en el informe) no les importa para nada ni la legislación provincial ni la
legislación nacional”.

La resolución 284 del Ministerio de Ambiente  y Cambio Climático de la provincia de Santa Fe


explica en su Anexo I que menos del 1% de las industrias tiene el Certificado de Aptitud Ambiental
vigente en la provincia de Santa Fe. El informe da cuenta de las normativas vigentes tanto
nacionales como provinciales, pero lo cierto es que dichas leyes, que establecen procedimientos
de evaluación de impacto ambiental y de verificación de los parámetros para la ejecución de obras
y procesos productivos “acordes con la normativa ambiental vigente”, no se cumplen.

Otro informe que aporta preocupación en ese mismo sentido es el que realizó en conjunto la
Dirección de Sustentabilidad de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y el Observatorio de
la Universidad Nacional de Rosario (UNR), según el cual sólo el 10% de las empresas trata de
manera adecuada sus residuos industriales. El estimado de empresas activas generadoras de
residuos industriales, especiales y peligrosos en Argentina es de 255.000 mientras que sólo 26.900
contratan tratamiento de residuos industriales, especiales y peligrosos.

“Sólo algunas de las empresas del cordón industrial tienen sus propias plantas de tratamientos,
pero muchas con viejas estructuras no las tienen o están obsoletas”, dice el informe, y añade que
las tres principales causas que contribuyen a que las generadoras de residuos peligrosos no
realicen una correcta gestión y tratamiento se debe a “la falta de control y sanción por parte del
Estado, la falta de conciencia ambiental y la competencia desleal en el sector de los generadores
de residuos, ya que al disponerlos de manera ilegal descargan este costo en la sociedad”.

◇ La propuesta para hacer que sean empresas no contaminantes y den empleos verdes, es
altamente compleja. Ya que cuentan con la desidia del Estado Nacional y Provincial. Los
pobladores de la zona no cuentan con playas para recreación, pesca deportiva o ecológicas. No
hay reconocimiento de los derechos civiles, humanos ni de la fauna local.
En principio, habría que detallar cómo, con qué y por qué contaminan estas empresas, para
luego pasar a hacer una modificación controlada por organizaciones civiles (ONG), Estado
Nacional y Provincial sumado a la tecnología y personal que aporten cada empresa. El último
paso sería hacer de los cupos laborales de las empresas, empleos verdes.

Objetivos básicos:

 la economía circular

 la restauración de ecosistemas

 la protección comunitaria de áreas de conservación y uso sustentable

 el reciclado para la salud

 la agroecología

 la ecomovilidad

Es imposible sostener por muchos años de manera sana, este ritmo de contaminación en
convivencia con la naturaleza que nos incluye.

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