Está en la página 1de 4

CAPÍTULO 1 : EXCAVACIÓN Y CONSERVACIÓN

1. Conservación arqueológica de sitios y objetos

La responsabilidad de la conservación no debe ser delegado a los especialistas después de la


excavación, esto debido a dos razones: el número de conservadores calificados no es suficiente
para la demanda actual y gran parte del trabajo de conservación realizado después de la
excavación no sería necesario si se tomaran medidas adecuadas de conservación en el sitio. Se
debe conciliar en el terreno tanto las medidas a tomar respecto a la excavación como la
conservación.

2 conceptos son la esencia de un procedimiento seguro de excavación: contexto arqueológico


y control ambiental. Una atención inadecuada da lugar al concepto de destrucción
característico de la excavación.

En la Arqueometría para la obtención de mejores resultados se necesita de un material con


buen contexto arqueológico y en un estado lo mas parecido posible al del momento de su
extracción.

El termino resto arqueológico es útil para el material que aun esta en contexto, pero no para el
que ha sido llevado a un museo. El termino “objetos” puede usarse para las piezas que son
llevadas fuera del yacimiento y “yacimiento” para referirse a los restos dejados “in situ”.

Uno de los propósitos de la conservación arqueológica es el minimizar la perdida de


información que se produce cuando durante la excavación se separan los objetos del sitio del
cual provienen. La conservación arqueológica se encarga tanto de los objetos como de los
yacimientos. En caso de excavación, sus técnicas se aplican a restos excavados durante e
inmediatamente después de la extracción. Esto es excavación arqueológica en el sitio en
contraposición a conservación arqueológica en laboratorio.

2. Conservación durante las excavaciones

La necesidad de una única aproximación a todos los aspectos de la conservación arqueológica


a llegado a ser cada vez mas evidente durante los últimos 15 años. La conciliación de las
necesidades de excavación y conservación es un objetivo común y resulta útil recordar los
siguientes principios:

2.1 Planificación de la conservación antes de la excavación, se tienen tres principios generales


bajo este título:

Que los recursos obtenidos para un proyecto de excavación sean suficientes para las
necesidades de conservación y publicación, los costos recurrentes de mantenimiento del
yacimiento y del almacenamiento de hallazgos también deben ser calculados y
presupuestados. El total de recursos que debe asignarse para la conservación no puede
predecirse sino hasta que se hayan decidido las medidas para el mantenimiento futuro del
lugar excavado y de los hallazgos.

Que haya un conocimiento suficiente del ambiente local para plantear los requerimientos de
conservación previsible en el lugar, la conservación preventiva puede plantearse con
anticipación estudiando las variables ambientales del lugar, como la temperatura, humedad
relativa, entre otras. Estos factores deben investigarse durante la visita de reconocimiento al
lugar para la aplicación de la estrategia de excavación. Los datos recogidos también sirven para
la interpretación ecológica del lugar.
Que haya un conocimiento suficiente del material cultural del lugar para asegurar su buena
conservación. Aunque no se puede predecir las circunstancias específicas, todos los miembros
del equipo deberán estar conscientes de los materiales probables de encontrar. Las políticas
de conservación deben ser flexibles, por ejemplo, el tratamiento y embalaje individual que se
necesita para fragmentos de cerámica bajo condiciones templadas no será posible utilizarlo
para el caso de grandes cantidades de material cerámico en un sitio al descubierto en el Medio
Oriente.

2.2 Conservación durante la excavación, el objetivo del excavador debe ser minimizar el
impacto ambiental que sufren los restos cuando son extraídos y durante su estudio. También
durante su embalaje y transporte a los almacenes para el caso de objetos muebles. Rara vez
durante una excavación pueden controlarse las condiciones ambientales, el control del clima
de un lugar depende si se eligen condiciones locales optimas para exponer el hallazgo,
haciendo uso de los datos ambientales y de la experiencia previamente obtenida sobre el
comportamiento ambiental del yacimiento. El método y los materiales para embalar objetos
sensibles y frágiles también varían de acuerdo con el ambiente en que son encontrados. La
excavación puede provocar un conflicto de prioridades entre el restaurador y el excavador.
Este ultimo puede verse presionado para continuar con las excavaciones antes de lo que
permiten los intereses del restaurador para sacar un objeto en forma segura. Lograr soluciones
de compromiso que satisfagan ambos objetivos es la base de la conservación arqueológica en
el terreno. Los principales métodos para la protección de un lugar entre campañas de trabajo
son: 1) rellenar con tierra toda el área excavada o partes seleccionadas. 2) cercar el yacimiento
para mantener alejados a animales y visitantes no autorizados. 3) construir sistemas de
embalses y drenajes para evitar que circule el agua en área excavada. 4) consolidar y cubrir
paredes o estructuras. 5) cubrir los restos con planchas protectoras de materiales naturales o
sintéticos. 6) construir techos temporales.

La elección de los métodos ya sean solos o en combinación varían de acuerdo a las exigencias
locales. Se debe llegar a acuerdos cuando las medidas de protección recomendadas interfieren
con la estrategia futura de la excavación. Las medidas de protección si no se han programado
con anticipación dan una pérdida irrecuperable de información sobre restos que fueron
parcialmente excavados o por haberlos dejado, de una temporada a otra, expuestos a agentes
destructivos.

Una recomendación general respecto a los restos que requieren del tratamiento de un
especialista es que deben ser protegidos volviendo a ser enterrados, sin embargo, incluso una
corta exposición puede haber acelerado su ritmo de deterioro.

2.3 Conservación después de la excavación, debe existir una buena comunicación y unidad de
criterio entre arqueólogos, conservadores, restauradores, arquitectos y vigilantes del lugar que
garantice: 1) la limpieza para su investigación, conservación y un almacenaje estudiado y
seguro para los objetos. 2) la consolidación, protección y mantenimiento de los restos dejados
en el sitio. En ambos casos las medidas de intervención serian preventivas o de conservación.
Rara vez se realiza la restauración en el lugar y solo con propósitos de exhibición para
solucionar problemas de lagunas en los objetos o de anastilosis en los monumentos
desmembrados en el sitio. Todos los objetos de las excavaciones necesitan de una
conservación continua, en lo que respecta a los yacimientos algunos se destruyen por trabajos
de construcción, otros no merecen una conservación viable y deberían ser consolidados y
rellenados. Sin embargo, ningún yacimiento puede ser abandonado después de ser excavado y
dejado a merced de la destrucción proveniente de los agentes naturales o humanos.
En aquellos sitios que han sido seleccionados para ser exhibidos permanentemente al público,
se requiere de una política de conservación que considere en conjunto el yacimiento y sus
hallazgos. Esto es más fácil cuando la responsabilidad recae en una sola persona y cuando
existe la posibilidad de establecer un museo adyacente a la excavación, las ventajas
administrativas y educacionales de un museo in situ son muchas. Para poder establecer un
museo de este tipo se deben tener en cuenta solo si: los restos excavados merece ser
presentados al público, el lugar es de fácil acceso, las colecciones están seguras, existen
instalaciones de laboratorio adecuadas para una conservación básica y posibilidades de
investigación.

El mantenimiento postexcavación es más que una conservación pasiva ya que responde a una
necesidad permanente de utilizar los recursos que están siendo conservados. El
mantenimiento es una tarea activa que puede contribuir en si misma a la investigación.

3. Excavación y conservación: la necesidad de reglamentación.

La conservación efectiva en las excavaciones debe tener 3 componentes:

1. Actitud: reconocimiento general de que la excavación sin conservación significa


destrucción, se debe aceptar el deber moral de conservar y publicar los resultados de
una excavación.
2. Capacitación: se debe tener una adecuada instrucción en los principios de
conservación preventiva, esto se da incluyendo el estudio del deterioro de materiales
en los programas de formación de los arqueólogos.
3. Reglamentación: se debe asegurar el cumplimiento de las normas de conservación y
excavación.

Es más fácil el control de las normas si las excavaciones son reguladas por una entidad central,
de no ser así las normas depender de la actitud y formación del excavador y la única regulación
de su trabajo es a través de la aprobación de la comunidad arqueológica.

Alcanzando un adecuado grado de regulación acorde con los principios aceptados


internacionalmente, prestando atención a la conservación preventiva en los cursos de
formación en arqueología y logrando regular la obligación de conservar y publicar entonces las
excavaciones pueden continuar siendo una técnica efectiva y responsable en la investigación
de la historia del hombre.

También podría gustarte