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I ENCUENTRO DE. CATEDRAS DE SOCIOLOGIA DE LA EDUCACION DE ‘UNIVERSIDADES NACIONALES Universidad Nacional de Jujuy © 29-y 30 de Agosto de 1996 ‘La Sociologia de la Educacién y las utopias et ze = - Nélida Landreani’ Introduccién: Propongo debatir un problema clave en la construccién del campo de la Sociologia de la Educacion: le proyeccion social del saber que producimos en las catedras y el desafio de construir espacios de produccion de utopias que nos permita escabulir ia impotencia erudita en Je que se encuentra hoy entrampads la formacion universitaria. No se trata de un debate teorico sino, justamente, de uria invitacion a penetrar en muestras practicas educativas: propongo abandonar por un rato la mirada sociologica "sobre" los otros actores dei quehacer educativo y volquemos muestra atencion en muestra propia practica como profesores de Sociologia de lx Eaducacion, Sin embargo, el xSgico pareciera desenvolverse con autonomia de los presupuestos politico ideologioos. ,Cudntas veces verios, azorados, en el trabajo de cétedra de otros docentes, la imposicién autoritaria, ain en una propuesta supuestamente critica? Las formas de construir la relacion pedagégica en el aula univessitaria pareciera, entonces, desprenderse de las ideas que constituyen su contenido temético, Esta paradioja no deberia sorprendemos. La Pedagogia pocas veces ha ganado espacio en la configuracién de la tarea intelectual universitaria. Es mas : en las carreras Ge Ciencias de la Educacién, en forma excepcional, hemos asistido a reuniones académicas en donde se coloca en Ja escena del anilisis la forma en cémo ensefiamos, menos ain, hacerlo con los alumnos con los que - se supone - construimos un saber. Paradojas de sentido, emitimos duro juicio sobre las formas en cémo penetra el poder cen la escuela capitalista pero no advertimos que nuestras intenciones ideologicas se encuentran maniatadas en Ia reproduccién de intelectuales orgénicos de todo tipo. El dato més cercano a la verdad de esta afirmacién es ver (tristemente) le insercién de egresados en el amplio campo de Ja culture y observar su escasa imaginacién, la ausencia de herramientas instrumentales que opergn é favor de los débiles, los desposeidos. Una primer advertencia antes de seguir: no me propongo poner en duda la intencionali- Gad critica de los docentes universitarios, sino mas bien, desmantelar el campo de mi sospecha de que la practica pedagogica no encarade como estrategia politica al trabajo de cétedre, s > Profesora titular de Sociologia de la Educacién en la Facultad de Ciencias de la Educacién de le UNER y en la Facultad de Humanidades'y Astes de la UNR sortas Sir. © .4 Le Sociologas de ls Rdueacién y las utopias vuelve damplice de una formacién profesional ficilmente cooptable por los proyecios educat hegemonicos, ¥ por ende, en lz colaboracién involuntaria con la integracion 2 un mundo social estructuraimente injusto. : Con Paulo Freire, digo que él acto de enseftar no es un acto de ‘transmision’ de ideas de ruptura y que las formas de ensefiar (comunicar, dialogar) son tal vez. tan importantes como las ideas mismas que motivan al docente en el acto de ensefiar. Es e] dominio de los imaginarios pedagogicos no explicitos. Las practices, por obvias, sumergidas en un sentido comim universi- tario que desprecia lo pedagogico (por no estar a Ja altura de la produccion teorética) se distancien.de las ideas y cometen sin advertiro el pecado de la subversion : tal como Marx lo ~ plantea en las tesis sobre Feuerbach se produce una inversion de sentido donde los significados Ge las palabras (jensefiadas?) rebotan en el acto tnismo.. 7 Como el asurifo no es séficilio, ma bien parece'Ser tan cotiplejo céimo la crisis educative misma, sélo intentaré despejar algunas cuestiones que he alcanzado a elucidar. Pero a la vez quiero advertir que estoy tan recorrida como cualquier docente universitario de las contradiccio- nes de nuestra practica pedagdgica y que mi intencién es colaborar con un debate que deje huelias en nuestras maneras de ensefiar, convencida que no es un asunto que pueda sostenerse en Je soledad sino que requiere de un importante esfuerzo colectivo, Esfuerzo que en los Encuen- tros de Catedra ha estado presente desde sus comienzos. * Me temo que operan 'y, pesar de las matrices tedricas que enunciamos, pocas veces colaboramos en la produccion de ruptures de le telacion (pasiva) de los alumnos con el saber profesional. Al respecto voy a hacer referencia a! desarrollo tedrico dominante del saber en nuestro campo v algunas ideas acerca de cémo abandonar la escena de Ja impotencia en la enselanza de la Sociologia de la Educacion pare trabajar en el campo de yna practica pedagogica consecuente. Quienes adoptan una perspective neoliberal, que se abstengan de intervenir, no es 2 ellos a quienes van dirigidas mis palabras, en quienes se justifice ideologicamente tal reproduccién, sino 2 aguelios colegas de! campo de'las ciencias dé le-educacién que apelan a pensamientos de rupmuras pero que no se traducen en estrategias pedagdgicas criticas. Convencide que le Sociologia de la Educacién tiene importantes aportes que hacer en este asunto, es mi intencién en sintesi, realizar un andlisis sociolbgico de las practicas pedagoricas de nvestras catedras 1. Un breve recorrido tedrico por la Sociologia dela Educacion: El surgimiento de la 4 signada por el cruce de dos campos anicularmente diferentes Tescodogs que so sone onrin oen pst: cuyo status cientifica ain no ha sido ganado. Durkheim fue quien entreverd la ciencia con el arte. Su afan por estudiar los fenomenos sociales, le constitucion de la conciencia colectiva, lo lievd directamente a la educacin ya que como él dijo, es el proceso por e! cual las ‘generaciones adultas transmiten los conocimientos, valores y costumbres a las nuevas generacio- nes, alin no maduras para ocupar el jugar que les es asignado por la sociedad. La Sociologia de la Educacion se desarrollé 2 expensas de Ja intencionalidad normative Ge lo pedeedsico, con criteria 3 decir atribuyéndose objetividad cientfice En 1994 y por iniciativa de Miguel Boitier, timlar de la materia en la Universidad de Rio Cuanto, se inician los encuentros de catedras de Sociologia de la Educacion de Universidades Nacionales que han posibilitado desarrollar un interesante ambito de discusion La Sociologia de la Educacién y las utopias desarrollé como conceptos principales: la socializacion, la accion social y los roles individuales. Su accién es relevante ya que ante le complejidad de justrial, cumple una funcién socializadora que la familia ya no puede cumplir. Promueve la intemnalizacion de las expectativas de logro al decir de Parsons 2) conduce @ los alumnos en su aijuste a las pautas de accién comin establecidas por el conjunto societal. tizarla"cohesién'y"€l'consensomCon justa raz6n algunos llaman a estas teorias no criticas, las oe =a perspectiva de le educacién-se ha encamado en el sistema educative 7” pasando a fofmar parte importante de su sentido comin. El surgimiento de los tedricos marxistas en el campo de las Ciencias Sociales no infiuyé mayormente en la Pedagogia, cuyo destino normalista fue consensuado por todos los inte- Jectuales ligados a la educacidn, Sin embargo, categorias presentadas por Marx y Engels ya presagiaban el anilisis critico de ciertos procesos sociales en los que la educacion estaba directamente involucrada: alienacién ¢ ideologia fueron dos categorias que sefalaron licida- mente no solo la complejidad del tejido social sino y sobre todo, su opacidad, Surge asi una perspective que cuestiona la falsa transparencia de las teorias flincionalistas que reducen la funcién de la educacion 2 los procesos de adaptacion y asimilaci6n del sistems valorativ. Jegitimado ideologicamente por este modelo tebrico La reproduccién de Jas relaciones sociales de produccion debia desembocar, en esta’ Facionalidad, en la consideracion de la educacién como correa transmisore de la produccion ri “espirimal" de las clases dominantes, Salvo excepciones, recién Los tedricos criticos reproductivistas coinciden en afirmar que la divisidn en clases no es resultado de agrupamientos nominales sino producto historico de las formas de organizacion social, y expresada claramente en la divisién social del rabajo, La reproduccién de esta sociedad dividida requiere de la renovacion de su fuerza de trabajo bajo la forma de recursos humanos necesarios para la continuidad de ia produccién y ala par, la conservacién de las relaciones de dominacién, relaciones sociales que deben ser justificadas a través de le inculcacion de ideas, valores, conocimientos, creencias, que legitimen e! orden capitalista, y hatiralicen'su estructura’ “injusta, Todo ello en nombre del bien comin. No hay duda que Jos reproductivistas han aportado no pocas categorias que permiten develar los, procesos de imposicién, de hegemonia, de disciplinamiento social. La escuele se desnudz mostrando el caracter impositivo de la culture dominante y queda expuesta su compli cidad en la-concentracion de la riqueza social y econdmica y del poder politico cultural. Sin ‘embargo, recogiendo su critico legado, es necesario admitir que La Sociologia de la Educacién y las utopias umterminable de reproduccién social. * Una nueva Sociologis de la Educacién parece estar naciendo de la mano de algunos que hhan encontrado nuevas vetas, indicios de pricticas politicas en e} seno de las escuelas. Autores como Paul Willis, Peter Woods, nuestro Paulo Freire, Michael. Apple, Adriana Puiggros, Peter McLaren, Henry Giroux ; 0 sisten En este nuevo marco interpretativo la Sociologia sistemética da‘iun paso’ al costado y Comienza a tener un peso inusitado lo pedagégico, Las grandes categorias y ei macroanalisis dan lugar a la posibilidad de internarse en los vericuetos de los acontecimientos de la practica esco- lar. Los sujetos de la educacién comienzan a tener historia y le existencie de categorias sociales de gran densidad teonca empiezan a ser iluminadoras de procesos particulares, locales, donde la heterogeneidad de lo cotidiano se explaya a veces confuundiéndose con la fragmentacion de lo microsociolégico. 2. El nuevo proyecto educative y Ja Sociologia de la Educacién: La posmodemidad nos encuentre, 2 quienes deambulamos en en el campo de la Sociologia de la Educacién, amparados por categorias que no penetran més aca, en el escenario de las practicas. e Ser materialista historico, es decir, reconocer la contundencia de las condiciones materia- Jes de vida en los hombres, reconocer la alienacién y la accion de la hegemonia es por poco san- Gonada de retrégrada 0 pasada de moda, No se trata de nuestras convicciones, sino del proceso de legitimacion académica que se encuentra hoy estableciendo el marco de formacion de los intelectuales y peor ain, de los profesionales dele educacién Lo ideologico es demodee. Simultaneamente, nos encontramos en el “mercado” educative un nuevo discurso Redagogico hegeménico No aparenta ser continuidad de'los argumentos funcionalistas porque twuliza algunos ‘términos de origen critic, El muevo proyecto que se da en lamar —» “Transformacion educativa’ tiene mucho de le posmodemnidad. Sin ningin prurito toma catego. Has del seno de su matriz conceptual y las sumerge en el mas perverso proceso de alienacion teérica, desplazando su sentido critica, v confundiendo a mas de un desprevenido Es clerto que debemos revisar el contenido de las categorias que hoy estamos emplean- do para redefinir el campo de la Sociologia de le Educacion El viraje que hz tomado el capiialismo y la renovacién de su propio paradigma esté imprimiendo a la educacion de nuevos contenidos ideologicos y carecemos de instrumentos apropiados para su andlisis. No es sufciente apelar a la ideologia y la alienacién ain cuando puedan ser remantizadas. Estamos asistiehdo @ nuevos fenomenos del mundo social y a una verdadera revolucion cultural, Creo ue Marcos Mejias lo sefiala con claridad cuando dice "Nunca antes en Ja historia de la humanidad se habia vivido un siglo més corto Suefios, jlusiones, utopias que comencaron a coneretarse el 17 de octubre ce 1917, se derrumbaron el 9 de Noviembre de 1989 con el hecho simbélico y profundamente ma- terial de la caida del Muro de Berlin, La caida del comunismo arrasiré tras de si, todo "po de socialismo, incluido el demoerético, al tempo que prediujo debilidad en ei per. is La Sociologia de 1s Educacién y las utopias ‘samiento critico y progresista y cred la impresion de que no existe lugar sobre la tierra para la sospecha, la duda o ei pensamiento alternativo." Me parece pues importante que-en este Encuentro podamos abrir un debate tedrico que no nos haga perder de vista lo que esta pasando dentro de las escuelas. Las categorias sociolégicas: contradicciones, poder, clases sociales, fragmentacion y globalizacin del mundo social, e inclusive los mecanismos de alienaciém y produccién de ideologia son topicos importantes a condicion que no se dejen deserrollar como abstracciones discursivas. Con frecuencia suelo encontrar egresados de Ciencias de la Educacion que se hallan impotentes Snte le realidad de las escuelas medias € institutos de ensefianza superior o de formacion docente. La formacién recibida no les ha preparado pare reconocer las contradiccio~ nes principales de las escuelas, hacer una lecture de los principales emergentes, y consecuente- mente, proponerse una prictica transformadora que sin eufemismos se nutra de las mismas contradicciones de los sujetos que dice educar. Creo que, en parte, materias como Sociologia de Ja Educacin promueve la apropiacién tebrica de categorias que han perdido su contacto con las practicas escolares Es la distancia que existe entre el orden de las palabras y Ja produccién de las practices ccalturales al interior de las escuelas, Y creo, también, que ésta no es una cuestion que se refiera ‘exclusivamente 2 la Sociologia de la Educacién, me parece que esta desviacion en el macroa- nilisis declara sv intencionalidad critica pero si no penetra en los procesos concretos de le realidad social, quedamos junto a los alumnos, desarmados, La enunciacién no puede ser homologada a le accin. Las palabras no fundan la realidad. Los procesos de socializacién que han sido tan analizados por las teorias del orden deberian ser mas cuidadosamente estudiados por nuestras cétedras, Actualmente, se acelera la disparidad de procesos de socializacion al compas de la aceleracion de los procesos de exclusion social. La distancia entre los nifios y jOvenes que acceden a formas de socializacion complemen- taria, que los acerca al mundo de la imagen, de la computacién o de la comunicacién satelital y aquellos otros que, cada vez més pobres, deambulan por las calles pidiendo limosna o desarro- llando estrategias de supervivencia que les exige nuevos modos de ingreso al mundo de los adultos. Se agiganta, dotando de nuevos colores @ la lucha de clases. La produccién cultural diversa resultante y en parte desconocida, no puede ser entendida sino a través de nuevas cate- gorias que nos permitan esclarecer la trama social de! mundo contemporaneo. EI mensaje armonizador de Is Postmodemidad, 1a ilusion de estar en un mundo integrado, la flagrante negacion de le pobreza y la exclusion de grandes sectores de le poblacion, no es sino une renovacién de la pretendida universalidad de un orden moral incuestonable. No ¢s facilmente reconocible esta légice funcionalista porque las categorias que se usan hoy para hablar de lo social y més precisamente de la nueva educacién, han sido acufadas por las propias corrientes criticas. La cooptacion conceptual es una de ias formas del disfraz de Ia ideologia del mismo capitalismo que esta adoptando nuevas formas y que'requiere de Ja educacion nuevas fanciones 3. ;Qué hacer’... _Remitimos a Jos procesos de poder y de manipulacién ideologica no es suficiente Defender la escuela piiblica y denunciar la patética reforma educative que intenta capacitar a los docentes desconociendo (fegando) sus condiciones de trabajo, es también insuficiente, Es 5 searmune, Este espacio de intercambio de cdtedras deberia ser un campo merida ac Produccién Ge mopias. Pero ello nos interpela fuertemente por lo menos en dos cusstonce Gatemie no hacemos sino fornentar su inaccesibiidad y agrego-adewsen gue la distancia de le Trenlcasnit lgnorancia de lo cotidiano, En nuestro afi por convencer 6 lon tena ja ‘nouleacién de categorias tebricas, nos olvidamos de los alumnos 1 distancia pues entre el conocer y el actuar profesional parece no resolverse Es cierto avs el cardcter hegeménico del orden social deja cada vez mence ‘margen para e] pensamiento Gitco y que los intelectmales son trabajadores de la cultura que ceben sobrevivir. Pero también No creo que la respuesta a esta pregunta estéjustamente en la clase de conocimiento Ge ‘estamos construyendo. La produccion discursiva no se acompafia habitualmente de una Este hi. sido a mi entender la gran herencia del Postestructuralismo, sin negar por ello los 6 Lia Sociologia dela Educacién y las utopias importantes aportes que se han realizado, Me parece brillante la expresion de Perry Anderson cuando habla de le “exorbitancia del lenguaje” de la intelectualidad postmodema, exageran el ‘verbalismo, los rosieos semanticos, los juegos de palabras. __Retomo palabras de Michael Apple cuando estuvo en Parané, Un asistente al curso le pregunté qué pensaba acerca del papel de) conocimiento en la transformacién social y el contest que una categoria que no se acompafie de una accién politica carece de contenido vransformador. Nos hablé de la necesidad de crear escenarios para alojar la lucidez. Si la Universidad, digo yo, no resuelve técnicamente los probiemas sociales no puede defenderse a si misma.” Repito textualmente lo que nos dijo este luchador. "Para que la teoria tenga efecto material, la tarea del tedrico es la de incorporarse organicamente a los movimientos sociales" Me pregunto entonces ,cémo pensar la Universidad renovando su estilo de formacién? Mi primer impulso es revisar los contenidos de nuestras cétedras, ponerlas en tela de juicio para Tepensar como formar nuevos intelectuales menos comprometidos con las palabras y mas con las Juchas sociales. Este planteo no sugiere quitar sustento teérico a la formacién, Esté lejos de ello. Mas bien, propongo: * establecer nuevos criterios estratégicos de seleccién de contenidos para arrimar categorias al anilisis de las formas concretas que adoptan las contradicciones sociales en los conflictos locales, buscando formas de insertar la tarea de cétedra a los movimientos sociales * a repensar la relaci6n de la cétetira con las escuelas, los doventes, Jos gremios. Esto pone on doda la tradicion de la llamada "extensign” universitaria y logar hacer un puente entre e! sentido comin y el sentido ilustrado. * tansformar Ja practica académica universitaria en objeto de anilisis. La prictica pedagogica de muestras catetiras debe ser analizada bajo la luz del los mismos conceptos sociologicos que ensefiamos de modo que podamos advertir nuestras propias contradicciones, con los alumnos, * reforzar la imaginacion para sortear la dificultad de comunicacion con los jévenes: dejarlos hablar, y no dejamos embaucar por la seduccién de nuestro discurso erudito * traspasar Jos limites tradicionales de la sociologia de la educacién: es hora de abandonar las guintas disciplinarias. Creo que seguir sosteniendo el macroandlisis adjudicado a la sociologia de Ja educacion como parte de la division del trabajo intelectual entre las ciencias sociales nos ha impedido conformar un frente intelectual de mayor fuerza en la lucha ideologica Asi como el microesiudio de los procesos sociales ha sido el campo especifico de la antropologia social, la perspectiva de lo cotidiano se ha instituido como herramienta etnografica. O la produccion de sentidos y Ja constitucién de las instituciones sean el campo especifico de la semidtica y de la Psicologia Social respectivamente, Esta fragmentacién de los campos de estudios nos he impedi- do nuclear e! pensamiento critico en una transdiciplina que nos ayude a mirar en profundidad los procesos educativos La Socsclogia de la Edveacién.y las utopias No seré con le explicitacion verbalizeda de las grandes categorias que ayudaremos a resolver los probletnas acuciantes de hoy. Es preciso llevar 2 cabo esmudios minaciosos de las practicas concretas y materializadas en los movimentos sociales. Y ello es posible si uniicamos nuestra capacidad de esclarecimiento teénico con nuestra practica militante codo a codo con ios sujetos colectivos que resisten el embete del modelo neoliberal arrollador No es pequeha la empresa. Mas bien parece exagerada por Jas acruales condiciones de debilidad: del campo popuilar y por las condiciones de trabajo que tiene la tarea docente Sin embargo,-nuestro lugar en je universidad tiene aun ascendiente social. Los intelecnuales siguen teniendo una forma de poder que debemos utilizar y conventir en herramienta politica, Hay dos caiegorias que me parecen muy interesantes por la proyeccion practice que pueden tener si las empleamos como herramiemtas de anlisis de los acontecimiemtos sociales y educativos en particular, Ellas son la de vida cotidiane y conflicto, Seré breve en enunciar porqué estas categorias son instrumentales: Revisar el cardcter naturalizado de las practices cotidienas nos permite develar los mecanismos de reproduccién en nuestra propia experiencia de vida. Analizar la vide coudiane escolar es descubrir un mundo de heterogeneidades que se oculta tras categorias demasiado slobalizadoras como las de idéologia, educacion popular o hegemonia. Los procesos hegeméni- £05 por ejemplo, no son facilmente observables porque se trata de complejos procesos sociales gue no se muestran a simple vista. Pero si enfocamos la mirada en algunos aspectos de le vids escolar (y de nuestro propio proceso de educacién en el aula) es posible reconstruir esos Provesos particulares viendo cémo se partiularizan, cobran distinto significado para los sujetos ¥ para nosotros, en la medida que des-cubrimos el cardcter totalizador de le categoria y su ‘expresion disimulada en los acontecimientos La nocion de conflicto es igualmente operativa. Dos épticas dominan e} campo del conflicto, Una nocién funcional que se parece mucho al sentido comun, de conflicio como erdida de la armonia, como desadaptacion, disfuncionalidad, crisis de un orden deseable. Por otre lado e! conflicte entendido como contradiccion de intereses, la contradiccidn entre clases sociales y la lucha consecuentemente como confiicto de intereses, es tal vez la sintesis mis epretade de la perspective manxista. Sin embargo, entrometerse en los conflictos instinucionales €$ poco menos que develar las multiples dimensiones de lo social, Reducirlo al andlisis clasiste es Feduccionisia y no esclarece la intrincada trama institucional, Sin renunciar a los argumentos sus- tenciales me propongo maximizes la potencialidad de las categorias pass analizar acontecimie {os cotidianos, desmenuzar los componentes paniculares de los "menudos" confiictos que forman parte ya de le vida cotidiena de las escuelas. Si logramos instrumentar estas categorias ya habr¢mos ganado buena pane de nuestra insercion en las escueles y con ello un acercamie 2 las posibilidades Ge colaborar con su transformacion. Por imo, una mirada al conflictivo mundo del aula universitarie (pocas veces por nosotros advertido porque estamos ensimismados en las teorias) podemos acercamos @ una manera posible de quebrar un orden intelectual rodeado de eufemismos y contrasentido Bibliogratie Baczko, Bronislaw: Los imaginarios sociales, Nueve Vision 8

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