Una vez instalado en su propiedad llevó a vivir con él a su ma
dre, a su media hermana Rosa y a su tío Manuel Riquelme, ello
s le acompañaron y le ayudaron en la compra de los enseres y e n la construcción de graneros, habitaciones y una casona patro nal, esta última estuvo terminada en 1808. Aplicó en sus tierr as lo que había observado en la reciente revolución agrícola i nglesa, construyó fosos, apotreró las tierras cultivables, efec tuó la rotación de los cultivos e introdujo nuevas herramientas como el arado de fierro, plantó vides y produjo vino. En 1810, de acuerdo con un inventario confeccionado por él mismo, la ca ntidad de viñas y frutales alcanzaba a 85 000 plantas, tenía cu ltivos de papas, trigo y forraje y contaba con 10 228 cabezas d e vacuno. En las labores agrícolas trabajaban alrededor de 400 inquilinos, la mayor parte a través del sistema de medieros. En varias ocasiones O'Higgins contrató para trabajar en ellas a ing leses que habían naufragado en las costas del país.
También, desde su instalación en Las Canteras, comenzó a difund
ir las ideas independentistas que su profesor Francisco de Mir anda le había inculcado en Londres (J. Heise). En Concepción ha cía ya algunos años que Juan Martínez de Rosas encabezaba un gr upo de jóvenes autonomistas. Se llamaban autonomistas a quienes pretendían gobernarse libremente, pero reconociendo la autorida d del Rey de España. Los independentistas, en cambio, pretendía n instalar un gobierno total y definitivamente independiente de cualquier país o mandatario foráneo. Esta fue la idea que Berna rdo O´Higgins trajo de Londres y que cumplió 16 años más tarde el 12 de febrero de 1818 (Lazo, 2010). Al poco tiempo se relaci onó con los oficiales que custodiaban la frontera austral del re ino aprendiendo de ellos los rudimentos de la guerra. El amor a su patria, su carácter franco y desinteresado, su capacidad de t rabajo, seriedad y corrección en el trato de sus inquilinos como su buena educación y el hecho de descender de un virrey lo hici eron muy popular en la región. Viajaba ocasionalmente a las ciud ades de Concepción y Chillán en las que permanecía largas tempora das. E n Concepción trabó gran amistad con Juan Martínez de Rozas, há bil abogado de gran influencia en la región y que había trabaj ado bajo las órdenes de su padre y que le tomó gran cariño. En estas visitas hablaba de las ideas independentistas que circu laban en Europa y especialmente del proyecto elaborado por Fra ncisco Miranda. En Concepción asistía a las tertulias polític as que se efectuaban en la casa del abogado José Antonio Priet o y en Chillán visitaba a fray Rosauro Acuña y en la estancia vecina a la suya a Pedro Ramón Arriagada, a los que convirtió en incondicionales seguidores de sus ideas independentistas que consistían principalmente en establecer la libertad de comerci o y la creación de un Congreso, también predicaba la necesidad de formar una élite política criolla que llegado el momento estu viera en condiciones de reemplazar a las autoridades de la coron a española en América.22