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Trabajo Practico Nº9
Trabajo Practico Nº9
La Guerra Europea interrumpió su trabajo, pues se alisto en Francia donde luchó un par
de años. También tomó parte de la revolución de febrero, pero se opuso a la de octubre.
En 1922, a través de sus estudios sobre Boehme pudo entender que el pensamiento de
ese zapatero no se podía entender sin tener en cuenta a Copérnico, lo que lo llevo del
pensamiento religioso al científico. Sin embargo, tal cambio de interés no se reflejó en
un mayor contacto con las instituciones de historia de la ciencia. El Centre
International de synthèse de Henri Berr tenía una sección de Historia de la Ciencia que
en 1929 adoptaría como publicación oficial la revista de Archeion editada por Mieli, que
practicaba una historia positivista, cosa que estaba en desacuerdo con la historiografía
de Koyré, el cual defendía el origen metafísico de la revolución científica contra el
hincapié del positivismo en los hechos y los experimentos. Así pues, Koyré estuvo casi
toda su vida al margen de las instituciones europeas de historia de la ciencia y solo tras
la muerte de Mieli fue elegido para la Acadèmie internationale d`histoire des sciences.
2) Esto se dio gracias a sus lecturas sobre el copernicanismo motivadas por Boehme, lo
que lo llevó a publicar en 1934 la traducción del Libro 1 del De revolutionibus orbium
coelestium de Copérnico, lo cual constituyó su primera publicación en el campo de la
historia de la ciencia. Koyré siguió trabajando sobre otros temas filosóficos, dio cursos
sobre hegelianismo en L École Normale Supérieu-re y fundó el anuario
Recherches philosophiques, donde sacó seis números de 1931 a 1937, y dio clases
esporádicamente en Montpellier y El Cairo. En esta última ciudad, en 1938, dio fin a sus
investigaciones sobre Galileo conocido como los Ètudes galilèennes, que salió a la luz
en 1940, justo antes de la invasión alemana de Francia, por lo que la obra tuvo poca
difusión. Pero a pesar de ello, la guerra mundial convertiría a Koyré en un historiador de
la ciencia de proyección internacional. Así, tras la guerra, Koyré se convirtió en el
inspirador de las jóvenes generaciones de historiadores de la ciencia. Consiguió cosas
como ser elegido para la Acadèmie Internationale, en 1950; en 1954 pudo enseñar
historia de la ciencia en Paris; escribió Del mundo cerrado al universo infinito, su
segundo libro de la historia de la ciencia y el más conseguido en 1954; en 1961 se
publicó su tercer y último libro conocido como La revolution astronomique.
3) Koyré creía en la eficacia causal de las ideas y era contrario a toda forma de anti-
intelectualismo, de manera que no concedía valor a las tesis sociologistas de Merton ni a
las de los historiadores marxistas que daban cuenta de la ciencia en términos
socioeconómicos.
6) El realismo fue un punto de ataque contra el minimalismo de los hechos propio del
positivismo. En el caso de la filosofía, los principales baluartes contra el positivismo
fueron Husserl, en Alemania, y Bergson, en Francia. En el campo de la historia, la
reacción contra el positivismo se apoyó muchas veces en el realismo platónico. Además,
se intentó mostrar, por ejemplo, que la revolución científica había sido provocada no
por nuevos descubrimientos científicos, sino por una mutación metafísica que predicaba
que el mundo debe describirse en términos geométricos.
8) Existe una distinción entre factores internos y externos que ha sido muy debatida,
debido a que depende de una filosofía de la ciencia que determine cuales son los
factores que pueden funcionar genuinamente como razones científicas. Ahora bien, ¿a
qué hacen referencia estos conceptos? Pues bien, en primer lugar, se dice que será
interna una historia que explique el desarrollo de la ciencia con esos elementos
racionales, por ejemplo, para un buen positivista, los factores a tener en cuenta son los
hechos, los experimentos y su manipulación matemática, dejando afuera lo ontológico,
pero para Koyré, esto último y los elementos irracionales no deben de quedar fuera,
pues ayudan explicar la conexión entre esos hechos. De esta forma, se consideran
factores internos aquellos que pueden constituir buenas razones para las decisiones
tomadas por los profesionales de un campo científico determinado en aras del desarrollo
del conocimiento. Por otra parte, la historia de la ciencia externa es la que solicita la
utilización de otros factores causales, es decir, que afectan a la marcha de la ciencia por
otros caminos. Así, por ejemplo, el interés por fortalecer la autoridad del Papa y los
ejércitos imperiales fue un factor externo en el rechazo del movimiento de la tierra,
existiendo así influencias ideologías y económicas.