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FEDERICO LORENZ UNAS ISLAS DEMASIADO FAMOSAS MALVINAS, HISTORIA Y POLITICA no pueden hacer una guerra convencional. Una “guerra” en la {que atin hoy reivindican la “victoria: ‘A causa de los intentos por lavar los cxfmenes cometidos ‘durante la represién ilegal con algunos de los hechos prota- ‘gonizados en las islas la guerra de Malvinas, en consecuen- cia, también est manchada poresa historia (OTRAS MARCAS GUERRA Y MEMORIA EN UNA LOCALIDAD DEL ‘SUR ARGENTINO (1978-1982) ara Valentina y Doing, mis sobrnas nye. Sembmronlaigs dens deanetaladorsedavinesnporall ‘sted a pr eeampo yd: "i os mona. estaba strncereds eal losnidos de ameralados poral puede ‘ner axa bombs dessa, pe sin pr all. Paes que ‘noes conan e pregunta "jDéndesucedl exo Domingo Montes Fores, fucguino, 2007 ‘Ls conacimientosalquirdes para rctarladefensa vi ‘eon automticmentereeodados poe poblacia. ‘lava, 20 deat de 9 En visperas dea Navidad de 1978, Argentinay Chile estuvieron_ ‘punto de entrar en guerra. Un temporal muy fuerte impidié, quelas fuerzns de! Infanteria de Marina argentinas, yaabordo de sus buques ce desembarco, hicteran pie en fas islas en lt gio en el Canal de Beagle y generaran el incidente que desen- ceadenarla las acciones militares. E1 mal tiempo favorecié la Ingervencién del nuncio apostélico en Buenos Aires, Pio Laghi, {que ofrecié la mediacién papal. Fsta fue aceptada de inme- diato por Chile, no asf por Argentina: A esa oferta se agregaron tas presiones del embajador de os Estados Unidos: finalmente tl gobiemo argentino cedié y acepté la intervencion de Suan Pablo il, La guerra habia estado muy cerca: en la zona fronte- riza de Neuquén, huibo que enviar en helicéptero Ia orden de repliegue a las vanguardias de la X Brigada de Infantera que ‘ya habian penetrado en terstario cileno, Para ese momento, rnillares de soldados estaban concentrados desde hacia meses cenla Patagonia aygentina, ala espera de una guerra inminente. Entre abril y junio de 1982, las mlsmas cludades patagént cas quehabiansidoel escenario delos aprestosbiélicos de 1978 protagonizaron la expetiencia argentina continental ms cer feta a la guerra que se libr6 por las Islas Malvinas: ciudades coma Comodoro Rivadavia, Rio Gallegos y Rlo Grande fueron Jacabecera del flujo de hombres y materiales hacia ls isla, la pase de los ataques a la fora briténica,y el lugar por et que los sobrevivientes argentinos regresaron tras la derrote. ‘in las péginas que siguen, me propongo analirar las expe- riencias de algunos pobladores de Ia ciudad fueguina de fio Grande durante ambos conilictas* Como parte de una investgacién mayor en curso, este trabajo apunta a profn- ddizar temética y metodolégicamente, a partir de un estudio ide caso, tes huecos evidentes en las miradas sobre la histo- rie de la dltima dictadura militar argentina: en primer lugar, las experiencias regionales y locales durante su transcurso; ego, la guerra de Malvinas: y por ilkimo, el hlato profundi- ado por la escasa incidencia de los estudios locales en las narrativas sobre el pasado reciente construidas en centros cculturales de mayor peso y poder simbélico y material, que 1a su vez hegemonizan [os relatos piblicos sobre la Historia, Los estudios de caso locales sobre el pasado reciente son tuna forma de aproximacién particularmente fértil para dar densidad y complefidad a las lecturas sobre el perfodo dicta- torial. Elizabeth Jeliny Ponclano del Pino proponen una defi- nein de lo local que es la que adoptamos para este trabajo: Lo que define el foco no es el sector social, geogrfico 0 cul- tural en s{ mismo, sino las relaciones que se establecen entre actores sociales comunitarios entre si y con los ‘de afuere: ‘especialmente los del ‘centro’ del pafsyy del poder’ Hay una cantidad de variables que se entrecruzan y com> plejizan por las caracteristicas de las memorias locales de hhechos traumétieos; camo sefiala Portelli en el caso de le evocacién de matanzas en Italia durante la Segunda Gue ra Mundial, “estamos lidiando con una multiplicidad: de memorias fragmentadas © internamente divididas, todas, de una forma u otra, ideol6gicay culturalmente mediadas'** [a conflictvidad que desplertan hechos del pasado reciente "font Pina net en cs, as leonard wn ‘es Martbuen fe, Sig0 303; 3 \ahrond nc ta ite ale re Unive of Wcrsn Pres 1987, p 142 argentino esta exacerbada, en muchos casos, por la proximi: dad y pequetia escala de as relaciones entre quienes recuer- ddan, y se traduce en distintos niveles de sllencto en tornio al pasado, pero también en memorias subterréneas, reprim- das, “resentimientos que estin en el orden de situaciones desesperadas™ Es importante destacar que las tensiones en elinterior de una comunidad no responden solamente a dife- ‘entes lecturas politicas sobre el pasado, sino que se basan ‘en otros focos conflicivos y contraversiales de esa historia local, que pueden estar anclados en conflicts de tipo étnieo, nacional o econdmico. Mis bien se produce una retroalimen- tacidn entre estas distintas variables, y as un conflicto dispa- rado pot una coyuntura histdrica precisa puede alimentarse de antagonismos anteriores y, a la ver, potenciatlos Las comunidades pequefias y alejadas de los centros administratives, econémicos, culturales y comerciales de tuna provincia © pais construyen sus identidades a partir de una realidad dual, que afirma dichas distancias como refuerzo identitarlo, al mismo tempo que no puede “esea- pat” a la influencla de las versiones acerca del pasado que se construyen en los centros hegeménicos." Del mismo ‘modo que en la escala individual, elaboran entonces relatos locales que ‘encajan” en mayor © menor grado en aquellos “relatos mayores” de més peso o eirculacién, y que en oca- > pebble aati nance a Rays ee + cermin pottess : | | | siones devienen “maestros y rectores de las leeturas sobre tun proceso histérico. Como he argumentado en otros luga- res", este es, sin dud, el caso de la nica experiencia bélice convencional de la Argentina del siglo XX. 1978: "LA GUERRA CON CHILE" MARCAS “Nosotros todavia hoy lo lamamos la guerra con Chill. Por- que la vivimos como la verdadera guerra en el sentido psico- légico’ recuerda una docente fueguina, Aida Chaves. Pero lo que la experiencia de esta mujer evoca como guerra jams fue tal. Luego de una puja entre “halcones’ y “palomas’ de Ja jerarquia militar, a tihimo momento el gobierno argentino se avino a la mediacién papal." Sin embargo, para entonces, los fueguinos habjan experimentado una serie de episodos generados por los aprestos béllcos que hicieron que vivieran laamenaza de la guerra yla presencia cotidiana de millares de soldados con tna intensidad muy diferente a la de! resto del 7 Fem ee Les Msi cs oy es 206 Le ca (SSCs Ree Lara coments nor sl de 207. sa. Envoy lo gescere Soda Aurae Chie contac Aero nae van oon Ae ei fnton arcane ns Cor bs Ea Seelen rcs “cats ata eric tee et San sascha i gun dears wt echo Serre ate moa nm pas enn ct sua Soni SSE PESTS Sts pcms mtn on ta oe y ove ai evades dado Pach wes en, ex 0 Caceres, tn oge rn stsein ene 1978 pats, Por otra pare, este aumento de la presencia castrense se dio en un espacio geogrifico que tenia una experiencia bisté- rica de larga data al respecto: aquella consistente en la estre- cha vinculacin entre las Fuerzas Armadas y la regién a partir dela misma historia de la ocupacién efectiva de os territorios ‘patagénicos-* Los preparativs para la guerra con el pas ta- sandino transiormaron a Rio Grande en una ciudad ocupada, con aspecto de cuaitel, Sia principios de los afios 70 su pobla- ‘ida era de 6.980 habitantes, se calcula que en las visperas de jn guerra con Chile “ms de mil habltantes babsan salido dela jsla, mientras que desde mediados de noviembre 6,000 efectt- ‘vos estaban acantonados ahi"! Rio Grande, desde el punto de ‘vista militar, era la sede del Batalln de infanteria de Marina S ‘ydesde 1971 disponta de una pista de aterrizaje de uso cli, ‘pero que répidamente podia ser teconvertida para funciones militares, Ast recuerda esos tiempos Luts Angel Leticia, otro rograndense: “Se haba cambiado la fisonomfa del pueblo, habia més militares que civiles y habia muchos problemas de abastecimiento, porque traer tanta gente a Terra del Fuego requerfa un abastecimlento importante’ Domingo Montes Flores fue funcionario del gobierno pperonista hasta el golpe militar de 1976: perdié su empleo por la Ley de Prescindibilldad y sufrié vigllancia por parte de las arate oi pn tpt el an wp 2 ax ru tsa, areca pit CLs rac Pa Be autoridades militares, En 1978 trabajabe en una petrolera, y para él, tanto el golpe como los aprestos bélicos de 1978 pue- den set leidos en la misma clave: “odo exo reports porunasenllarazin Lala ene una tain ilitar marinra Eso lo conocer todos Por micho tempo este lugar fue un eudo dela Marna. Fue como una especie dear deerea part Fosnavales deuce suserperiencias como goberantes,Cometan ido tipo dearblzaredades, no digo dedetos, por de arbres. {De qué modo estas "arbitrariedades" presentes en la isla antes del golpe de Estado se intensificaron luego del 24 de ‘marzo de 1976? Si es que Io hicieron, es Inevitable ubicar un hlto al respecto en los aprestos bélicos de 1978, El recuerdo de Aida Chaves ofrece elementos para medir el impacto en la cotidianeidad de la vida de los riograndenses: “nesemomentosemanfestabs muchemds auencia mat Todostos expacos piblicos pric nente estaban ocupades pr los riers Sehabian suspend las clases, Enel hospital seablan quedado solo los médicosy el eso eran todos militares, nchuyendo los médicos. a Jmagen que yo tengo de sa dpors, ot recuerdo, ra todo verde vee respecta del uniforme de combate o de calle. Pero ademis de Ia presencta militar, los pobladores tuvie~ ron que incorporar y aprender gran cantidad de medidas relativas a la defensa civil, que redundaron en ta militariza- cién de sus vidas: la eonformacién de planes dle evacuacién, ‘oscurecimientos y précticas de evacuacién ante la eventual ‘dad de una guerra con Chile. Por ejemplo, Chaves daba clase alos conseriptos del Baralién de Infanteria de Marina 5, qule- nes realizaton gran cantidad de précticas en las cercantas de fa poblacién ya que iban a participar en las inminentes ope- raciones: “Posteriormente, cuando volvieron los soldados, aque retomaron las clases, nos comentaban que ellos estaban dispuestos a morit en la toma de no me acuerdo qué colina’ ‘Como docente, Aida evoca el papel central que desempetia- ron las escuelas (dos por aquel entonces, ademis de las cla tes para los conscriptos del Batallén de Infanteria de Marina 5 y de la misin salesiana) en la estructura de los planes de defensa civil Ins escucls 66 nos insula aceen de defense Ci qe babs foward un rol muy importants, Se nos instruyé sobre fis alerias ojos Se haan oganzado muy bien los ffs de manaanas, Se nos Gpawolaba mucho, enfamos que colar Is fades en as ventanas laluzdtde eluer [J actvidad escolar es una para quenose er jana patcosismuy grande, delas cosa que mas ecuerd,poraue babi tespecto de quehabie que ponessedebajadelos bancosy dems. Todo so genera nervosio on los aluminos. Chaves, finalmente, tuvo que abandonar su casa. Dejé ta {sla con sus hijos en un vuelo de tinea. ‘an esa oportunidad nos flmos muchos entre ellos yo com nis Hos pequofiosnsiuimos Porguekabia un temor bastante fundadode que Te inact ta a ser bastante del ypelgosa para tos chicos. Nos fimo, los avones ban Henos se usaban todos los aviones que habla disponibles para llavarsela gente dct Aida hizo un vuelo elvil, pero otros muchos debieron abandonar sus casas en aeronaves de la Fuerza Aérea, ‘gente sentada en el piso de los Hércules scRUZADOS" El conflictolimitrofe con Chile impact6 en las comunidades feguinas de un modo muy Intenso, rompiend lazos socia les y familiares de larga data. La eventualidad de la guerra potencis los sentiments patriéticos, pero también contra diceiones y miserias por igual, de forma que aludir “al ano 7" genera atin hoy situaciones incémodas. Una importante porcién de los habltantes de la isla eran chilenos; muchos residentes eran hijos de nativos de ese pais nacidos en el lado argentino de la isla producto de matrimonios” ou zados; como aii se los lama en le zona. Pero tanto la propa- anda dictatorial acerca de la “subversién” primero (que la definfa como “infitrada’ enue la poblacién, por ejemplo) y el elima de-aprestos bélieos contra Chile de los afios 77 y 78 Juego potenciaron prejuicios xen6fobos construidos durante ddécadas latentes en muchas localidades patagénicas. Los babltantes del pais trasandino pasaron a ser sospeclosos y peligrosos, patenciales espiasy traldores: En ese silencio que corris por dentro -y lo sigue haciendo ain hhoy-esallé una guerra absurd, La que fue un ast de segul las noticias ene tants otras- en el norte, aqu, en I se signed tun rompimiento de [a vida eoddiana: un frzoso cambio en Tas ‘costumbres, en le motimientos yen ls dsposielones, ylo peat e ‘nombramiento de otto enemige, el eileno. Durameel 78 entonces fuvimos dos enemigos de muerte, “el subversv y “et chlleno" [ee Mi weeino, mi compaero de abalo, mi esposo o epost su Tamia, of panadero de pronto dejaron de serio para tansformarse ‘en potenclales enemigos yespas. El mecanism del miedo comenad ‘a fncionerapleno, Se detectan adios en l ciudad que ransmiian posiciones nlite, se ospechaba de lo que no podlan cagaren st eae ——_ te tld a precios soos, en fin, un macaisrno muy simi ae togulatneionado eon elo ene detract subvert" aero, comose dcie al principio (acusindat dt marsstaforaneo) temo, como To fueron rdiianda, porgue ence com 1 teoria de una gue ci, isto tesimonio, quepertenece al ueguino César Sandoval, ‘establece, en primer lugat, un contrapunto entre la mirada lominante de los acontecimientos acerca de la crisis det ato 1978: la del “norte” y In local. Marca las dimensiones de la experiencia, coyunturas y contextos que condicionaron {as imemotias de esos altos, especificas para los patagonicos, pariculares y diferentes de las foradas en otros lugares del pats, Expica muy claramente cémo lalogice amigo/enemigo fe tradujo ala escala de una peque'ia poblacién patagenlca: then ung ciudad como La Plata, por ejemplo, se debia sospe~ cary temer del vecino por posible subversivo (un individu “ajeno” alla sociedad, pero “disrazado™ como parte de esta) cen Ia isla la cuestin pasaba por detectar al espia que hasta tun instante antes era “mi vecino, el panaderoy i familia El miedo a esa agresién tralcionera y Iarvada se potenciaba por ta fuerte presencia militar en las calles de la poblacion, una ‘experiencia més intensay visible en el suf pero comparila ton otros centtos urbanos 0 fabriles det pafs (basta recordas, alrespecto, la militarizacin de las grandes plantas industria- Jes del conurbano bonaerense y sus periferias). ‘Sl en los grandes centtos urbanos la represién era clan destina y la presencia militar se sestringia a la ocupacién de algunos edifcis einstalaciones yalos controles en las calles: fl impacto de esas medidas en una pequeta ciudad ¥ $¥ Incremento ante la inminencia dela guerra tienen que haber potenclado esa sensacién de “ciudad ocupada! Enlos recuerdos de muchos habitantes aparecen sensacio- nes de desgarramiento ante la ruptura de lazos comunitatios. Pero estos mismos testigos recuerdan emo ottos aprove: charon el elima bélico para hacer excelentes y miserables~ negocios Inmobiliarios, como relata Domingo Montes Flores: ‘a gente chilena sobre todo ea los barrios os abligian 8 dear as ‘cosas ¢ lise con una manta en el amb aI ela del mar mlenteas| te sequissban a cats y mieneas hacan simulaes de concentra pata evaris en caro exremo aun eampo de concentra ‘ile gee hablaba de dénde podian quedar Ios eilenos. ¥ después se comenah «dleciminar. Ali no sin fo que ea sor hj del pl Yy equells que no To ern. Habia une dierencia total basta en Ia reentsein de ls dacumentos, cuando se tenia que paar el vehicula ‘enlacalleylepreguntaban ademés de ddnde es Yla gente ssn may imal. Porque después de tntos aos de viv ed que le jeans “Pero ustedes chileno ero seor pero st yo hace cuarenta aos que ey acy tengo mis Ios angntinesy dems Y bueno, cémo se sentra loshios de algunos de los cualesestaban er ls Fuaras Armads, coma ‘marinero en la Prefecire, como sldados en et Baallén 5 haciendo of servicio militar Ast que todos eran sentimienns encontados, totalmente eneonzadosy con mecha angus [.J-Seeameueron gran ‘cantidad de atop sobre todo de poder, com la gem chlena, Les hiseron malrendr sus cass Usted sabia eo? Les hicieron malvendet sus casas treo eniregatos porque se ban a ofes dean qu los ban apasaradegiei por waidres! Gente que venta abaary poral no tenian doeimenisi lo womaban por espa. Fue una caza de bres. Podemos imaginar estas situaciones como comunesa sec- tores més amplios del sur argentino. El periodista Cristian “slauoén, euya familia se haba exliado en la Argentina tras el solpe de Pinochet en 1973, recuerda experiencias similares ‘en a zona de Bariloche: ‘Nosottos conocamos bien a polis, Cada res meses nos evantaban hereunto de lamaana pars hace iacola de “nigraiones’ io del Irwrn en el valle os de bao cro, Pareclamos esquimaesaropados frome ala corsa, Avocet a Bila dabe Ia vuelta det destacameno, ‘Deeps venian un rantén de papees que ms padres Uensban, y los hcl gals, Cuando voliamas a ces, recverd, mi made Inauitaba en profundo ellene al policia que nos ate, at qe Hea que dejrecl diner iacelma. 8 comisrlonostenia delijosmandaba ‘ofl ifodechlenos buscar plata..Eanovirbrelngserst ‘ecin, era segura, Desde Chile nos esriian os parents ofeeendo us cosas part que wlviramos. Los tos det campo nos prepara It ac de stas para que Hos escondéramos. Pero mis padres preferian ‘Conserv lp poe reconstruld de est ado, Corn pagan, eae radicaiénrenovale!* Lamarca deestas experlencias es muy intensa.Para Susana ‘Torres, la cludad de Comadoro Rivadavia, en Chubut una vez, pasado el contlicro “quedé enferma de xenofobia En 2005, para descalificar a un sindicalista comodorense, elgrafit ape- faba ain ala consigna de “chilotetraidor’* Del mismo modo, cen Rio Grande hoy ese adjetivo es profundamente insultante y peyorativo. “Gi crn aren "oem dt mare i cn deme Be lee cyt 006,033. ents record cen te Cae Rao a9 6 io Se, Se se 2005, 98.59, & Lteprmet k 1982: LA GUERRA DE MALVINAS ( Dfreerol | 512 de aril de 1962 topas argentnas deseimbarearon en ls F Islas Malvinas, dando inicio a una escalada diplomética y bales que concluyé en la derota militar argentina a manos briténicasen junio deese ato. EI7 de abrila Junta Mar dicts fl Decreo N? 700 Spor el que se creaba el Teatro de Ope- raciones del Adéntco Sur (TOAS), sur del paralelo 42, Este abarcaba las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, la Isla: Grande de Tierra del Fuego enaquel momento aineraternito- | rionaciona) yas provinces de Chubut y Sona Cruz. Con esta | ‘medida las cludades del itoral aldntico patagénico quedaron | ‘dentro del marco de las posibles operaciones militares. 7 ‘Alahora de responder al nuevo escenario de aprestos bél 0s, numerosos patagénicos se apoyaron en a capa de memo- tas constitu por los sucesos similares que ya habfanvivide ‘en elano 1978:cuando comenzaron as hostlidades con Gran Bret, las cudades patagénicas ya poseian una “experien- cia al respect, vvida en sitiaeién del escalada blica con Chile. Por lo que no es posible entender ls respuestas que Jos agentinos rsidentes en In egién dieron asus vvencias durante losmeses de a guerra de Malvinas sn tener en cuenta, esta clrcunstancia, que se diferencia en muchos aspectos de aquellasvisibles en ottos lugares del pais. Dardo Ford, un joven tenlenteenviado alas isla con el Repimiento de Infan terla 3, recuerda de este modo el impacto del desembarco en Malvinas y de las medidas subsiguienes: Eel que evi en a cluded patagénica no se pared en nad a ‘que ecabsbamog de dla en Buenos Ares. Aqui en Gallegos nobel lgrabia. En vex de aplntos, los rostos ce velanpreoeupadosy 0 | LE rx yara menos: Bl genie habla vid ol despigue del 78 cuando cern a punto de ince In guerra con Cl los hablan sido Drotagonistas directs en aquelia gran moullzacién bien y ahor, venta 198 es paecacster viendo de nuewola mismo pliwla® LANIRADA DEL EXTRANJERO: CORRESPONSAL DE GUERRA EN PRTAGONIAS* [Al Mlegar a Rio Grande como corresponsal, el periodista Daniel Ares, proveniente “del norte” (Buenos Alzes, el “cen= tro"), se encontré un panorama deseonocido para un joven. facostumbrado al clima de ideas de una gran cluded, que & prinelpis de Ia cada del 80 comenzaban a mira erie: ‘mente al gobierno dictatorial ‘los pelodstas que estibamos ah -jvenesentinltarstasy Pro ‘Jemveriticos, nos levé demasiado tlempo comprender logue le ‘Nenad slgican paca los evils dol lugar. ¥eso que in ecuaelén aecnola, x! Tecra del Fuogo exit si Tera del Fuego wvls elev, st Tora del Fuego no era ceritori chileno en Bucne vreald se debfa el Armada, que ab sf disponta de sus hombres parm eparar eamlnos colgar pues, fevantar escuela ySOcore 8 fos vies en casos de emergencia* ‘Ares descuibrié que la preparacién para la guerra no era tuna novedad para la regidn. Desde 1978, las sucesivas autor ddades militares mantenian viva las préeticas de defensa civil: haan srr, esc lig Laie “a pe” lias, ane Ba a 200 ts Rete tins nic ees, Las err Mai Te aoc Cua ane ores ues Are, Eins Fs, 98 9-8 Oscuesctucumer - AE ‘Ac le gente ya est aostumbrada. Des que emper e sunto de It tueracon Chil, desde 78 que lagen sed vivecsint. Doses ais {advise bis stmulcros de ivan y en que pati todo el ‘mundo Hast fintendnte ena queiryera unos enero Pasqe ahi hbia que hacer de toda, porahil pod tocar hacer de enfermeso0 decal ode herdo aloo Amfunavermetacs hace decoder yuve que estar ms cde media hors rad en una playaen plenoinverna ‘Ack gontehace mucho qe sabe dla gues, oes algo nu ‘Las medidas defensivas alteraron los ritmos y la vida coti- diana de numerosas ciudades patagénicas. Los “oseurecl- ‘mientos las designaelones de “jofes de manzana’ la militarl- zaci6n del dia a dia dejaron marcas indelebles en la memoria de los patagénicos. En el pais de las desapariciones, habia ‘istintas formes de "borrar” una ciudad: tn grusso ule negro que se vendia por met lo fue tpando todo, ‘Ventanas y puerasy tagaueesy claraboya, Al pac ls ponian recidn por lata, cuando Defens Civil aba la orden por ra. Pero ‘un dios orcurecimfentos se decilaron hasta nuevo aio yloshiles gros se quedaron para lempre.¥ desde ve di, todostos diss, as seis de a tad, borrtbamoe la cluded dela fz dela Tierra” Daniel Ares ue sorprendido por ou resabio de a crisis de 1978: Ia paranoia antichilena: Se contaban coses magnifies dos lanes, etos de sora dignos e Holywood, leas de tlélonos que aparecian coradas, agujeros aaa sanrdneos en anges de ple, caminas dates y por supuesto vere decudguer pode nfrmcién rar quellevaban yea" vtruntedgalota dela Fortra Jnagenora muy inedemorslestgeses lie comet on Mio Grande Beg edeee ques muna cllens se treme porlusnoches oneal propéstodedesfnati! plane isa cercanfa con el frente y la eventualidad de ser la misma ‘Rio Grande -al igual que otras localidades- un posible blanco construyeron una brecha insalvable en la forma en que Ios ‘geontecimientos fueron vidos en ots lugares del pais. Mario Markie, otro perlodista destacado en Tierra del Fuego ene abrily junio de 1982, evocd una década después esa sensaclén Nosotros estibamos en io Grande, arentos ao qe pasa earns JatV gue trax encrec, no me voyaoWidar ut esacampatia doe hz y enn qu esp 4 robo oda a pla, wa aati ‘Re candujron Caco Foianay Pinky, dnd ba dos ls fost ip gene a dona nr, js eee. Ha une ele totalmente ‘autatte todos ora y ws peas "Ac Hens es vey for noche es sienus de alarm, pueden caeun bombo en cuales revert y ald a S000 ka, [a gente Horande’ era ma expestin Troan que no se eondeci eon un ronment ta desesperate como tape ein elu dendelaceseanicon gure eyo Welt sry eogandensescaninando perfldoseneprcs eis unt ved resignaign pero estocament, viendo Ia situa ¢2 preocuacin y concentra, pero sn deramar gH ¥ PF, yu oda eva com loc, neice a gente agtandolas andes {Galeri hablando pelonaiees dos os an Sn, 9.85, Laguerra fue parte dela cotidianeidad de las pequenas ciu- ‘dades cercanas a Malvinas, o asiento de bases militares.” La ‘proximidad o distancia con la guerra construyé una brecha ‘experiencial en relacién con la misma, Como resultado: £2 optimism en Buenos Aires en Grande casi causaba bronea: agua guerra ao er edn de los notes sino un hecho elo, tangible, {ue de una manera oir nos inslueraba a todos personalment. Los “Stimos fests se remontaban lo eljanisimos dias dea semana anterior con ls hundimlentos del 25, Desde entonces el slenio de ‘clo apestia el ake como las mals nedclas y prono empezamor | contr con los dedos los cams que despegaban a Je isnana pare ‘descubrira atid que no todos vlvisn.” Por otra pare, la pequetiez de las localidades, su aislamiento {literalen elcaso de Ushualao Rio Grande, a igual que Malvinas), Toreducida delos espaciosylaescasez dela nfaestructura hicle- ‘on que muchos de los habitantes de las cludades patagénicas ‘convivieran con los combatientes. En algunos casos, se tataba de familiares y amigos integrantes de la comunidad antes de la ‘guerra. Selos podta acompahar, incluso, basta el mismo instante ‘previo aque entraran en batalla, a su muerte Eseribe Ares: ‘cuando Hegué 0 Gallegos, a mesa dels pilosa ormaban neve hombres euyas eda aslaban en las weintcinco os event tat test Sopa tere 2 Cn. Caenes roams ian’) ecedecarnts Bogs Sehr 2,7 Pao Trrulses meester outer 3 Aes onbn ie becone en ‘ey mite sn potas y local pari srs Boe. ————————————— sone uscina oer Noe psd ea Ales it aaa oparemprierntposnomeles Sse ey mented px perc 4 apt anor yeon ta re sold crs PO vis drm qo ayer oan 8% in fw sino dein gu lao Det Pee ateanes [Emons lo la no eae a at aay pe nee; ro aes se teu pe lng pra po ge bos anata leget atone eee aan es nen ei e2 sn genset eprnos sa reo dels en opartos senate oe eyelet may cules es ce sche en laren don plot dels rte ie mn aan a elabancinn avo cao ern es Hees de opr ltcamio del ode ‘para muchos argentinos en el “norte” la guerra y Tos muertos en las islas eran una entelequia, meras cifras y pala~ bras en tos comunicados yla prensa, para los sureitos los hue- ‘cosen una mesa, los laros en una escuadrlia, las sirens y las tevacuiaciones eran una evidencia tangible de que la guerra se ‘estaba cobrando vidas. FUEGUINOS. En los primeros dias de la guerra las cronicas envidas alos grandes medios nacionales desde el sur todavia evidencian 72 op 1818, sutiles diferencias con el clima de entusiasmo patridtico y belicista de as ciudades del “norte” con el que fue recibida la recuperaciéin de Malvinas. Ningin habitante del Worl patagnico pudo evitar qu fs eufria vivid desde ol viemes hasta el domlnga se fuera convitienda en un senibtirad producto dela nquletd,especialmentenlascudades andes y etatégicasenme este exo del pues wéreoy mat ‘we tne ef eontinee con las Islas Malvinas |]. EIdespliue de los efecivos y Ix espectaculatdad ée las opereiones que se esi Aeserolando en el aeopuerto de esa ehudad son mucho menos isles ques aprestoscumplidas anes de 1978" exo eserasto se desdibujé a medida que el control sobre la ‘prensa avanzé, Sin embargo, los testimonlos de quienes vivie- ron en cludades clave del Teatro de Operaciones permiten ras- treat los elementos que alimentaron la *inquiemud” que revela la créniea 0 el cima decididamente distinto al porteno que describe Ares, La guerra de Malvinas attaves fuertemente ala ciudad de Rio Grande." Era la base del Bacllon de Infanterfa ‘de Marina 5, atrincherado en ef Mone Turmbledown, en la sla Soledad. La Aviacién Naval tenia su asiento en la localidad™, y Jos aviones de transporte dela Armada mantuvieron su proplo puente aéreo desde all Antela eficacia de los ataques aetoma- 7 etna Si mamu ne reece cena giiieieb aren k aveaonrwcaoecn Soe ace Stee va Seton susie redone hash wancncendatteartara ne ‘ales, el mando briténico planificé y puso en marcha un golpe ‘comando sobre Rio Grande al estilo del raid israeli en Ja Loca- tided de Entebbe, para volar los aviones angentinos y asesinar 4 sis pilotos, mision que finalmente fue lanzada y cancelad, pero que genet un alesta yin movilizacin ce los efectvos de Ia localidad.Como en 1978, la pequefia ciudad, que fue cabe- cera de numerosos ataques contra Ia flota britinica y sede de dima de las unidades de guarnici6n en las isla, debis incorpo- rarla guerra asus rutinas dlarias: tos avianos snes pasa In noche en i pst, fren extaonaos 9 “Tasos nis igre exes muchos detefansustxinas term pata evar os facts de la cadezs det fio reine. Asi os ee ctbamos por fx noc |. Defensa Ci haba ota «Rio ‘Gade par ue ema d vacant ida pr bombarden ate De iat manera la onrizaeén conerpaba fetes de manrans els de sre aris yn hg dafid en apa, donde debian coir wertae necostay desde ali ser walaados 2 algunas de as stance came ns que emi nf un nimeroidentieatoiosobrect eo” erosos lazos enive los eviles ylos militares de guarnicién en Malvinas, o destacados en Ia base aeronaval ‘Agunos eran profesionales. us Leticia por ejemplo, rate ide méquinas de la usina de Rio Grande: ‘Haba numé vo colaboré mucho con el tema de Tos soldados en tas as «10s Hess de palit os problemas que tenfan, Un. problema serio er foe bourse, porgue en realidad essban mates en cures con Fe core ater, “Tanai Set, spent epi Ok fe Hews 2 ‘mise ne much gs Concendo uno er dl Peg qo ation glo cr poo re encurn on ge, 1 min nay ur atin en Ges Ateneo me or dentin, Camera onl person ima? {ro sac Do [1 He del baron ge tn cng ded dslraiente deere endo io

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