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CUADERNOS DE
HUMANIDADES
N° 33
COMISIÓN DE BIBLIOTECA
Y PUBLICACIÓN DE LOS
CUADERNOS DE HUMANIDADES
FACULTAD DE HUMANIDADES
Cuaderno de Humanidades Nº 33
ISSN 2683-782x (En línea)
Presentación 13
Viviana Cárdenas y Norma Desinano
Efectos de lengua en los sujetos hablantes. Una reflexión apoyada en los 117
principios saussureanos
Norma B. Desinano
La función del valor saussureano en el sistema lingüístico: las lenguas quechua y 149
ava guaraní
Marcelo Fortunato Zapana
Tewok. Relatos de las comunidades originarias del Río Pilcomayo narrados 166
por el historiador wichí Laureano Segovia (2020). Entrevista a los realizadores
audiovisuales Carlos Müller y Ricardo Birma
Pamela R. A. Rivera G
Reseñas
Las Cuatro Voces del Viento: historias del monte wichí, Juan de Dios López y 173
Leda Kantor. Fondo Editorial Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta.
Salta, 2019, 123 páginas.
Melania Sol Maidana
Presentation 13
Viviana Cárdenas y Norma Desinano
Linguistic models in the 20th century. Segregation and return: The romantic 69
concept of Sprache
Ana Laura Prado
Unlearn to learn. The theory of the linguistic sign in Saussure’s extended corpus 84
Paula Navarro
The metalinguistic sign. An initial approach based on Saussure´s theory of value 139
María Cecilia Milan
The function of Saussurean value in the linguistic system: Quechua and Ava 149
guaraní languages
Marcelo Fortunato Zapana
10
Tewok. Stories of Native Communities from the Pilcomayo River narrated by 166
the Wichi Historian Laureano Segovia (2020). Interview to the Audio-visual
Producers Carlos Müller and Ricardo Birma
Pamela R. A. Rivera G
Reviews
The Four Voices of the Wind: Stories from the Wichi Woods, Juan de Dios López 173
& Leda Kantor. Editorial Fund Secretariat of Culture of the Province of Salta.
Salta, 2019, 123 pages.
Melania Sol Maidana
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Presentación
La publicación que estamos presentando propone una serie de trabajos que han
surgido de un renovado interés por la Lingüística saussureana, interés que se inició a
mediados del siglo XX con la exégesis de las fuentes del Cours de linguistique générale
(CLG) y de textos hológrafos de los alumnos asistentes a los cursos dictados por Saussure.
Tal interés se intensificó con el descubrimiento de manuscritos inéditos en 1996 en la casa
familiar en Ginebra, manuscritos que fueran publicados en 2002 con el nombre de Écrits
de linguistique générale (ELG). Se abrió entonces un proceso de relecturas que dieron
lugar a numerosas publicaciones nacionales e internacionales, que crecieron en número a
partir de 2016, por la conmemoración del centésimo aniversario de la primera publicación
del CLG. Llegamos así a puntos de vista más originales e interesantes sobre aquello que
creíamos saber sobre la Lingüística saussureana.
Las actividades que, desde 2019, comenzaron a realizarse en la Cátedra Libre
Ferdinand de Saussure -dependiente del Instituto de Investigaciones y Tecnología “Dr.
Adolfo Prieto”- en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de
Rosario y la lectura de estos materiales, unida a su discusión en proyectos de investigación
y seminarios internos de la cátedra de Lingüística de la Facultad de Humanidades de la
Universidad Nacional de Salta, dieron lugar a la idea de gestionar una publicación sobre
Ferdinand de Saussure. A ese interés inicial, que creció al amparo de los lazos académicos
que nos unen desde hace muchos años, se unió la posibilidad de sumar a la convocatoria
abierta a otros investigadores, vinculados a la Universidad Nacional de Salta por la
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necesaria y permanente que rodea y problematiza al lingüista para que pueda elaborar el
dato. Para hacer productiva científicamente esa presencia ubicua de la empiria, el lingüista
-él también sujeto hablante- se vale de la aplicación del punto de vista, nunca omnisciente,
siempre subjetivo, pero capaz de alcanzar la abstracción conceptual. Es decir, afirma
Menéndez, a “de Saussure le interesa la relación, que supone un proceso de abstracción a
partir de la determinación de un punto de vista”.
En “Saussure: la dicotomía o la complejidad de las lenguas”, Riestra comparte con
Tullio de Mauro el criterio de que los editores del CLG merecen nuestro agradecimiento en
cuanto sostuvieron el valor fundacional del pensamiento de Saussure, pero lamenta también
la pérdida de la organización que Saussure había pensado para sus ideas, la desaparición
de aspectos clave, como la concepción amplia de la Semiología, o la instalación de la idea
de las dicotomías. Riestra señala que el CLG hizo perder de vista que esas dicotomías no
son tales, ya que Saussure las presenta como la “existencia de una dualidad dinámica que
se desarrolla en la simultaneidad”, aludiendo tanto a la diacronía y a la sincronía como al
par sustancia y forma. Lo que se pone de manifiesto como punto clave de estas operaciones
interpretativas que sufre el texto saussureano, propone Riestra, es la incomprensión del
dinamismo propio de la lengua a partir de la “creatividad” del habla que Saussure no
plantea sobre la base del espiritualismo propio de su época, sino apoyándose en las pruebas
concretas de la empiria. El texto de Riestra, al par que señala los cambios y las omisiones,
enfatiza con precisión de qué modo investigadores como Bouquet, Bronckart, Bota, Bulea,
Beguelin, Rastier, entre otros, van renovando paulatinamente el saber de Saussure a partir
del saber sobre Saussure, abriendo nuevos campos de investigación.
Una demostración más del juego de las operaciones interpretativas que se han
aplicado a las ideas saussureanas -en este caso fuera de la Lingüística europea-, se muestra
en “Modelos lingüísticos en el siglo XX, segregación y retorno: el concepto romántico de
Sprache” de Ana Prado. La autora pone en evidencia el modo en que Noam Chomsky deja
de lado la figura de Saussure, al mismo tiempo que recupera la propuesta de Humboldt en
relación con la idea de enérgeia, la que es interpretada por el lingüista norteamericano como
principio dinámico por el que medios finitos permiten usos infinitos. Resulta paradojal
que este movimiento de recuperación deje de lado los valores culturales propuestos por
Humboldt en la noción de forma de la lengua, en contraposición con la visión mucho más
lingüística de Saussure. Por otra parte, ciertamente Chomsky establece una relación, nada
evidente por cierto, como lo señala Prado, entre Humboldt y el pensamiento cartesiano.
Sin embargo, la dinamicidad del lenguaje ocupa un lugar importante en la teoría de
Ferdinand de Saussure y él mismo, señala Prado, había cuestionado la separación que
los lingüistas anteriores a esta escuela establecían entre la lengua y los hablantes. Quizás
en este punto sea necesario recordar que, para los neogramáticos, la lengua no es una
entidad autónoma, sino que vive en la colectividad de los hablantes, quienes determinan
su evolución.
Los trabajos que siguen son todos aquellos en los que hemos advertido la
aparición de puntos de vista y desarrollos teóricos muy avanzados o incipientes en el
campo de la Lingüística y en el de las Ciencias del Lenguaje en general, que sin duda
han pasado por el tamiz de las ideas saussureanas, pero han germinado en otro suelo o
intentan cobrar vuelo propio en la búsqueda de otro rumbo. Sin embargo, la deuda con
Saussure está vigente.
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Resumen
Abstract
The purpose of this work is to reflect on the circulation of Ferdinand de Saussure’s scientific
production, that of the Cours de linguistique générale, and that of the Écrits de linguistique générale.
It follows the guidelines of the foundations’ theory postulated by Eliseo Verón (1987), because it
allows us to approach the way in which the relations between the conditions of production and
that of recognition are altered over time. If the Cours de linguistique générale is a foundational
text, different from the Saussurean scientific works, what are the features that characterize the
circulation of the the Écrits de linguistique générale, which have been published for almost twenty
years? The contrast can help to clarify the way in which the recognition operations of the Ferdinand
de Saussure’s texts worked. To a great extent, they have contributed to shaping the scientific field
that we call linguistics.
Key words: Production conditions, Recognition conditions, Scientific works by Ferdinand de
Saussure, Cours de linguistique générale - Écrits de linguistique générale
* Argentina. Doctora en Lingüística Hispánica por la Universidad de Valladolid (España). Profesora titular
en la Universidad Nacional de Salta. Directora del Proyecto “Discursos sobre la gramática en la escuela
media salteña (2008-2018)”. Consejo de Investigación. Directora de la Maestría en Ciencias del lenguaje.
Universidad Nacional de Salta. cardenas.viviana12@gmail.com
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Introducción
Ferdinand de Saussure, nacido en 1857 y muerto en 1913, no es un lingüista en la
historia de la disciplina, sino en verdad muchos, tantos cuantos reconocimientos tuvieron
sus publicaciones, sus clases, las ediciones de sus clases, las ediciones de sus manuscritos.
Su reflexión, de carácter marcadamente epistemológico, ha tenido la potencia para fundar
procesos de reconocimiento que generaron maneras alternativas de estudiar el lenguaje,
distintas de las que eran hegemónicas mientras vivía y a las que él mismo adscribía
explícitamente. Su regreso permanente sobre las posibilidades de la lingüística para
conformarse como ciencia; el inacabamiento y la fragmentariedad de sus manuscritos, la
distancia temporal y espacial entre su producción, las ediciones de lo que escribió y de lo
que nunca escribió y los sucesivos reconocimientos fundan las pronunciadas diferencias
que se advierten en lecturas que han dado origen o han fortalecido líneas de estudio muy
distintas en el estudio del lenguaje.
En este artículo me interesa reflexionar sobre algunos de los procesos de
reconocimiento que ha tenido el trabajo de Ferdinand de Saussure y su papel en la
constitución de la lingüística, puesto que son ellos los que han generado su campo de
cientificidad. Esta perspectiva está influida por la posición de Eliseo Verón (1987), en
cuanto a que la cientificidad es un efecto de sentido que se produce en la circulación de
los discursos. Según este teórico, “circulación” es el “nombre del conjunto de mecanismos
que forman parte del sistema productivo, que definen las relaciones entre “gramática”
de producción y “gramática” de reconocimiento, para un discurso o un tipo de discurso
dado” (1987, p. 20). Toma de la lingüística el término “gramática” para dar cuenta de las
reglas de generación de un tipo dado de discurso a la luz de sus condiciones específicas de
producción. Las denomina “gramática de producción” y permiten identificar la dimensión
ideológica. La “gramática” de reconocimiento es un concepto que remite también a reglas
de operación entre el discurso de referencia y el conjunto de textos que constituyen el
proceso de recepción de ese mismo discurso, textos vinculados también a condiciones
específicas. Las variaciones de los efectos de sentido en el nivel de la recepción no se
desprenden del análisis de la producción de discurso, porque ambos tipos de gramáticas
no son idénticas. En efecto, cuando la circulación de los discursos es de larga duración,
se produce una “asimetría crucial entre condiciones de producción y condiciones de
recepción” (Verón, 1987, p. 21). Por esa razón, un texto de fundación se caracteriza por
una distancia máxima en la relación entre, por una parte, las relaciones entre el contexto
de producción y el texto y, por otra parte, entre el texto y el contexto de reconocimiento.
Intento así abordar la recepción de la obra de Ferdinand de Saussure teniendo en
cuenta el proceso histórico y social de los discursos de las ciencias. Dadas las características
de su producción, es necesario distinguir los grupos de textos que han dado lugar a los
procesos de reconocimiento que me interesa analizar. Voy a dejar de lado los cuadernos en
los que trabajó una variedad de anagramas: las anafonías o hipogramas (Starobinski, 1985
[1964]). Se trata de la línea de trabajo más inquietante, puesto que nos sitúa en una reflexión
sobre los mecanismos del arte poético, las tradiciones de análisis fónico y morfológico que
los sostienen, la distancia entre el poema y una interpretación que reconstruye un mensaje
sobre la lectura combinatoria, pero no lineal, de elementos fónicos. Este análisis acerca
de la relación entre arte verbal y ciencia del lenguaje en los límites de la interpretación
requiere de un espacio mayor que el que le puedo dedicar en este trabajo.
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A los efectos de este análisis, voy a distinguir tres grandes grupos de textos. En el
primero, ubicaré las publicaciones científicas de Ferdinand de Saussure; en el segundo, el
Curso de lingüística general y en el tercero, los Escritos sobre lingüística general, que reunió,
entre otros, los manuscritos encontrados en el invernadero de la casa familiar en 1996. Son
heterogéneos entre sí, aunque entre ellos se establezcan necesarias relaciones, y tuvieron
lectores diferentes en siglos diferentes. Esta variación en las condiciones materiales y en
las relaciones interdiscursivas propias de las instancias de reconocimiento es un factor que
por sí mismo tiene el poder de constituir distintos efectos de cientificidad.
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Durante su vida, no publicó más que dos obras; la Mémoire (…); posteriormente,
su tesis doctoral, sobre el genitivo absoluto en sánscrito. Todo lo demás es póstumo,
a no ser una serie de memorias, artículos, notas, que van espaciándose cada vez
más y que han sido reunidos después de su muerte en un Recueil des publications
scientifiques de Ferdinand de Saussure (Ginebra Sonor, y Heidelberg, K. Winter,
1922), volumen que obtuvo tan escaso auditorio que ni siquiera se le encuentra en
todas las bibliotecas universitarias (1972, p. 52).
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algunas de sus premisas o haberlo leído y cuestionado es uno de los datos que hay que tener
en cuenta para establecer las inmensas diferencias que hoy se encuentran, por ejemplo,
entre la lingüística europea y la norteamericana.
Para Eliseo Verón (1987), el Curso de lingüística general es el que cuenta como texto
de fundación, puesto que es en el que se da la mayor distancia entre la relación con el contexto
de producción y con el contexto de reconocimiento. Prueba su postulado vinculándolo a
los escritos de Auguste Comte, como parte de sus condiciones de producción. Encuentra
así en estos últimos la formulación del lenguaje como institución social, compuesto de
signos artificiales. Tal concepción forma parte del problema más general de fundar el
orden social surgido del capitalismo industrial y legitimarlo como universo deontológico
de normas e instituciones. Se trata de un intento anterior a las formulaciones de Withney
y del mismo Saussure. Verón encuentra una relación de derivación entre los supuestos
positivistas de Comte y Durkheim y las posiciones adoptadas por el CLG respecto de
la relación entre signos arbitrarios e involuntarios, la naturaleza psíquica y mental de la
lengua social y en el hecho de fundar la legalidad de la lengua en la naturaleza puramente
diferencial del signo lingüístico.
Si se realiza un abordaje al proceso de fundación de la lingüística europea, en tanto
práctica de producción de conocimiento relativa al lenguaje, es inevitable estar de acuerdo
con Eliseo Verón. El mundo académico ha vuelto a discutir el valor de este libro, e incluso
a negarlo, sobre la base del hallazgo de manuscritos en la casa familiar de Ferdinand de
Saussure en 1996, que fueron publicados en Escritos sobre lingüística general. Sin embargo,
es necesario reconocer que el CLG es un texto de fundación debido al conjunto de las
condiciones discursivas y sociales en las que este texto ha surgido, circulado y ha sido
recibido. Desde esta perspectiva, entonces, no es tan relevante la discusión acerca de la
paternidad del Curso. Ciertamente, han sido los discípulos de Saussure, Charles Bally y
Albert Sechehaye, quienes reprodujeron y editaron las clases de su maestro sobre la base
de los apuntes de unos pocos estudiantes. Sin embargo, más allá de cuáles fueran las ideas
saussureanas y cuáles las de sus discípulos, es ese texto, tal como ha sido escrito, el que
ha producido los efectos en el campo de los estudios del lenguaje. En efecto, fue el Curso
de lingüística general el libro que leyeron el Círculo de Praga y el Círculo de Copenhague
en Europa o Leonard Bloomfield en Estados Unidos y todos aquellos jóvenes lingüistas
en los que se “había operado un profundo cambio” y que prestaban una “viva atención a
los problemas teóricos”, según constataba en el Congreso Internacional de Paris en 1949,
Benveniste en su correspondencia con Hjelmslev (Tatsukawa, 1997, p. 13).
A continuación abordaré brevemente tres instancias de reconocimiento del Curso
de Lingüística General, en el orden cronológico en el que ocurrieron: la reseña que hizo
Leonard Bloomfield, el Círculo de Praga y el Círculo de Copenhague.
Leonard Bloomfield
El primer reconocimiento que trabajaré es la reseña que hizo Leonard Bloomfield
a la segunda edición del CLG 1922 en Modern Language Journal 8, porque, desde mi
punto de vista, se advierten los núcleos iniciales sobre los que se fundó la diferencia entre
las escuelas norteamericanas y las europeas. Jakobson, refiriéndose a ella, sostiene que
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Saussure no parece haber manejado más que las nociones más superficiales
de la psicología popular y su fonética es un extracto del francés y el suizo-
alemán que no soportaría siquiera la prueba de una aplicación al inglés. Él
mismo, pues, resulta un ejemplo acaso involuntario de lo que demuestra
voluntaria y debidamente: que la psicología y la fonética no interesan en lo más
mínimo y que, en principio, no son pertinentes para el estudio del lenguaje.
(1977 [1924], p. 252)
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Disiento con Saussure sobre todo porque mi análisis se basa en la oración más
que en la palabra; por ceñirse a esta última, Saussure obtiene resultados bastante
complicados en algunas cuestiones como la composición de palabras y la sintaxis
(1977 [1924], p. 253).
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Sin embargo, lo esencial es que Saussure ha trazado aquí por primera vez un
mapa del mundo en el que la gramática histórica indoeuropea (la gran proeza el
siglo pasado) no representa más que una sola provincia; él nos ha brindado los
fundamentos teóricos para una ciencia del lenguaje humano (1977 [1924], p. 253)
El Círculo de Praga
En Europa, el Curso de Lingüística General fue recibido en otra matriz ideológica, el
funcionalismo, cuya versión lingüística es la concepción comunicacional-instrumental del
lenguaje. Según Eliseo Verón, las ciencias sociales harán posible el conocimiento empírico
del hombre, pero ya no aspirarán a derivar una deontología social. Habrá una ruptura entre
“enunciados descriptivos” y “juicios de valor”. El lugar de los valores será “el orden político
de la democracia industrial, el campo de la opinión pública, en una sociedad pluralista”
(1987, p. 79). Los cientistas sociales se dedicarán a codificar su propia deontología, es
decir, su epistemología y su metodología. De ese modo, el reconocimiento neutralizó el
fundamento social de la lengua, reforzó el formalismo en desmedro del psicologismo, la
teoría del signo devino en el surgimiento de la fonología y en la concepción no referencial
del significado y el carácter diferencial del signo lingüístico se leyó en clave de estructura.
El efecto de este reconocimiento contribuyó a la constitución de la lingüística
como campo de conocimiento. Eliseo Verón basa su argumentación en la lectura que hizo
la Escuela de Praga del CLG. Sin embargo, no estamos en este caso solamente ante el
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efecto de un libro. Es sabido que Serge Karcevskij, uno de los integrantes de la Escuela de
Praga, que había tomado clases con Ferdinand de Saussure en la Universidad de Ginebra,
a su regreso a Moscú en 1917, contribuyó a agitar los debates lingüísticos sobre la base
de esas enseñanzas durante dos años. Integró el Círculo Lingüístico de Moscú en el que
trabajaban también Nikolai Troubetzkoy y Roman Jakobson. Además, es importante
recordar aquí la relación que había entablado Ferdinand de Saussure con el lingüista
polaco Baudoin de Courtenay y su discípulo Kruszewski, que reseñó en 1880 la Mémoire y
enseñó en Rusia. Las relaciones de los lingüistas rusos con Ferdinand de Saussure estaban
establecidas desde mucho antes de la aparición del CLG.
Por su parte, el Curso había sido reseñado por los lingüistas de la época pero de
modo fundamentalmente crítico. De Mauro sostiene que
Quizás sea necesario recordar brevemente que el Círculo Lingüístico de Praga fue
fundado en 1926 por el lingüista checo Vilém Mathesius. En el I Congreso Internacional
de Lingüistas realizado en La Haya en 1928, tres emigrantes rusos firmaron un manifiesto
al que adhirieron los otros lingüistas: Roman Jakobson, refugiado en Checoslovaquia,
Nikolai Troubetzkoy, un lingüista formado en el método comparativo, que enseñaba en
la Universidad de Viena, y Serge Karcevskij. La revolución bolchevique en octubre de
1917 hizo que Troubetzkoy tuviera que salir de Rusia hacia Bulgaria y luego hacia Austria.
Jakobson se trasladó a Praga en 1920 porque
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a los lingüistas rusos Nikolai Troubetzkoy, Roman Jakobson, Serge Karcevski, a los checos
Vilém Mathesius, Bohumil Trnka, Josef Vachek, Jan Mukařovský, František Daneš, Jan
Firbas, Bohuslav Hávranek, al alemán Karl Bühler, al inglés Daniel Jones, a los franceses
Lucien Tesnière, Joseph Vendryes, Emile Benveniste, André Martinet, entre muchos otros.
La década de 1928-1938 ha sido el testimonio del esfuerzo teórico y práctico del
trabajo lingüístico de la Escuela de Praga. Su trabajo se centró, en esta primera etapa de
actividad, en el plano fónico de la lengua. Por eso, su principal aporte fue la definición de
una nueva área de estudio en el campo de la lingüística: la fonología y su deslindamiento
de la fonética. La fonología del Círculo Lingüístico de Praga se difundió en las décadas del
treinta y cuarenta por toda Europa (también en España), a través del libro Principios de
fonología de Troubetzkoy, editado póstumamente en 1939.
La segunda guerra mundial y la ocupación alemana, seguida de la ocupación de las
fuerzas rusas estalinistas de los países del este de Europa debilitaron la actividad del CLP. En
1939, perseguido por los nazis, muere Troubetzkoy en Viena, ciudad en cuya universidad
daba clases desde 1922. Jakobson, de origen judío, huye de los nazis en el mismo año hacia
Noruega y Suecia y finalmente emigra en 1941 a Estados Unidos. Allí dará a conocer los
trabajos de los formalistas rusos y de Lev Vygotski, ignorados por Occidente, y continuará
con los desarrollos teóricos de la fonología, las funciones del lenguaje, entre otros temas.
Su enseñanza incidirá en las líneas pragmáticas de la psicolingüística y fue tomada en
cuenta en la conformación de los conceptos de la Etnografía del habla. En efecto, Jerome
Bruner, uno de los psicólogos cognitivos más reconocidos, dedica a Jakobson, “un ser
venido del futuro”, El habla del niño, en 1983. Dell H. Hymes menciona, a su vez, entre
los orígenes de la noción de competencia comunicativa, su participación en el congreso
denominado “Lengua y estilo” en la Universidad de Indiana, en abril de 1958, en el que
“Roman Jakobson, en su conclusión sobre la poética (1960), presentó su modelo de los
factores y funciones del lenguaje en el marco de una concepción amplia de la lingüística”
(1991 [1982], pp. 120,121). En la década de 1948-1958 se produce una renovación teórica
y práctica en el Círculo de Praga, que da un giro hacia el estudio de los planos lingüísticos
superiores, sobre todode la sintaxis y la lexicología.
Los trabajos del Círculo de Praga conforman la primera recepción del Curso
de Lingüística General de Ferdinand de Saussure con consecuencias epistemológicas en
Europa. Es esa lectura es la que generó la lingüística como disciplina, el estructuralismo
y el funcionalismo, que fueron sin duda parte de las construcciones teóricas más
importantes de la primera mitad del siglo XX. Con la Escuela de Praga se inicia la
lingüística funcionalista de base estructural, se rompe el equilibrio precario que hacía del
Curso un punto culminante del pensamiento positivista de fines de siglo. Tal como sostiene
Émile Benveniste,
Así, la noción de la lengua como sistema era admitida desde mucho tiempo atrás
por quienes habían recibido la enseñanza de Saussure (...) Si se agregan los otros
dos principios, igualmente saussureanos, de que la lengua es forma, no sustancia,
y de que las unidades de la lengua no pueden definirse sino por sus relaciones, se
habrán indicado los fundamentos de esta doctrina que, algunos años más tarde,
sacaría a luz la estructura de los sistemas lingüísticos” (1976, p. 93).
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La lectura que los lingüistas eslavos realizaron del Curso de Lingüística General,
llamado por Benveniste el “manantial” del movimiento estructuralista, fue fructífera
por múltiples razones, de las cuales solamente citaré algunas: el principio de función en
el estudio del lenguaje, la concepción de lengua como “sistema de medios de expresión
orientados hacia un fin” (Círculo Lingüístico de Praga, 1980 [1929], p. 35) y sus efectos
en el surgimiento de la fonología (Troubetzkoy), en el estudio del cambio lingüístico
vinculado con la noción de sistema (Jakobson), las funciones del lenguaje en relación
con la teoría de Bühler primero y de la teoría matemática de la comunicación después
(Jakobson), la recuperación de la escritura como objeto para la lingüística (Vachek), el
deslindamiento de la organización comunicativa de la emisión de la estructura gramatical
y semántica de la oración (Firbas, Daneš), el concepto de lengua como sistema de niveles
correlacionados (Mathesius), entre otras muchas construcciones teóricas vitales para la
disciplina.
Estos logros se deben, según Jakobson, a haber adoptado la perspectiva del “lenguaje
como instrumento de comunicación”, que es ajena al Curso de Lingüística General: “Así
resulta que la exigencia elemental de analizar todos los aspectos instrumentales del lenguaje
desde el punto de vista de las tareas que satisfacen surgió como una audaz innovación”
(citado en Verón, 1987, p. 84). La lectura se realizó entonces desde una gramática de
reconocimiento diferente: aceptaron la noción de sistema, pero consideraron la lengua
como un sistema de medios de expresión orientados al fin de la comunicación, lo que coloca
a esta escuela en posición de analizar texto y discurso. Merced a su enfoque funcionalista y
a la noción de sistema, distinguieron el sonido como hecho físico objetivo de las imágenes
acústico-motrices que cumplen una función diferenciadora de significaciones en el
sistema de una lengua dada. Por eso, “el contenido sensorial de los elementos fonológicos
es menos esencial que sus relaciones recíprocas en el seno del sistema” (Círculo de Praga,
1980[1929], pp. 335, 36). Asimismo, definir los fonemas de una lengua sobre la base de
su función distintiva y las clases de relaciones que establecen entre sí permite describir las
reglas que rigen las relaciones internas dentro del sistema, es decir, aislar la estructura del
sistema. La formulación ulterior de la teoría fonológica de Jakobson con Gunnar Fant y
Morris Halle habilitará la postulación de una geometría universal de rasgos. Al estudiar
las funciones del lenguaje, llegaron a la conclusión de que la lengua no es un sistema,
sino una interrelación de sistemas, idea que después desarrollaría Coseriu. Aceptaron la
distinción entre lingüística sincrónica y diacrónica, pero tuvieron en cuenta la función del
cambio lingüístico en el sistema: lo equilibran, lo estabilizan, lo reconstruyen. Pensaron
que incluso la lingüística sincrónica debe explicar problemas que tienen que ver con la
diacronía, como la diferencia entre formas productivas y no productivas. Se conformó, en
fin, una gramática de reconocimiento que ya está más lejos del positivismo.
El Círculo de Copenhague
Los lingüistas que integraron el Círculo de Copenhague fueron daneses, como
Hans Uldall, Paul Diderichsen y Jens Holt. Fue fundado por Louis Hjelmslev en 1931
y estuvo activo hasta la muerte de su fundador en 1965. Los Prolegómenos a una teoría
del lenguaje, escrito por Louis Hjelmslev y publicado en 1943, es “una de las obras más
importantes para la teoría lingüística desde el Cours de Saussure” (Malmberg, B., 1969, p. 11).
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Hoy, Saussure, como todas las sugerencias de su pensamiento y obra, nos ilumina
el camino frente a estos diversos órdenes de fenómenos que podemos intentar
reunir bajo la etiqueta única de crisis del monolitismo lingüístico. (2014, p. 33)
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(Coseriu, citado en Azevedo A., 2017, p. 2) de aquellos que consideraron que era evidente
que había fundadas razones para sostener lo contrario: “la convicción de que el Cours
representa en verdad el pensamiento “auténtico” de Saussure ha conducido a la Escuela de
Ginebra a una susceptibilidad que recientes documentos revelan a veces excesiva” (Leroy,
1964, p. 90). Quizás haya que tener en cuenta que estas diferencias tempranas en torno a
la exégesis de los manuscritos y su significación respecto del pensamiento de Ferdinand
de Saussure suponen también una expresión de parte de la comunidad lingüística respecto
del papel del CLG en la historia de la disciplina.
Se podría pensar con Eliseo Verón que “la problemática relativa a la reconstrucción
de las ideas de Saussure y su deformación en el texto del Cours es una problemática que
forma parte de un proceso muy posterior al de los efectos del Cours en tanto texto de
fundación” (1987, p. 38). La afirmación sigue siendo correcta. Sin embargo, es necesario
volver a ella desde el punto de vista del efecto del descubrimiento de los manuscritos en
1996, puesto que la circulación de los ELG ha iniciado un nuevo proceso de reconocimiento
que reivindica, desde los criterios de edición, una autonomía absoluta del CLG. De hecho,
sostener que el CLG “ha agotado su misión histórica” (Rastier, 2016) supone situar los ELG
en posición de texto fundacional y el CLG en el contexto de producción, más allá de que
no ha pasado todavía el tiempo suficiente para definir el éxito de este proceso. Me parece
que es en ese marco en el que se deben situar las comparaciones entre los dos textos:
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de cada uno de los elementos del lenguaje —que amplían y precisan las definiciones del
CLG— (de Saussure, 2004, pp. 67, 68), la concepción de un signo abierto a las diferencias
con las otras formas y las diferencias con otras significaciones (de Saussure, 2004, pp.
46, 47) y, por tanto, dinámico, lo que solamente puede suceder si está desligado de todo
hecho concreto —reafirmando la semántica no referencialista que se constituyó a partir
del CLG— (de Saussure, 2004, p. 78), el abordaje de las transformaciones de la lengua
en el tiempo y su fragmentación en el espacio, pero simultáneamente la consideración de
su continuidad, el cuestionamiento de la clasificación de cambios lingüísticos postulada
por los neogramáticos (de Saussure, 2004, pp. 86, 289), entre muchas otras formulaciones
relevantes para la disciplina.
Ahora bien, los ELG se leen, del mismo modo que el CLG, en el contexto de
producción del positivismo, que parece el más obliterado en el proceso de reconocimiento
actual, aunque éste valore lo que la lectura de la primera mitad del siglo XX dejó de lado.
El positivismo atravesó la época en que Ferdinand de Saussure conformó su teoría: “Las
líneas principales de su teoría habían sido elaboradas a principios de la última década
del siglo pasado. En su último curso, sin embargo, hay evidencias de un nuevo punto
de partida. No es que haya renunciado a su teoría y modificado las opiniones que había
mantenido por tantos años, sino que las había corregido” (Godel, 1985 [1966], p. 134).
Todo el aporte que ya hizo y que puede seguir haciendo Ferdinand de Saussure
a la lingüística se debe a las condiciones de posibilidad que el positivismo abrió a sus
preguntas específicas acerca de cuáles son los principios que rigen el estudio del lenguaje,
cómo definir su objeto de estudio y, en función de eso, cómo definir su método de trabajo.
Ya en el CLG se percibe, a pesar de los esfuerzos de los editores para dotar de coherencia
al conjunto, esa duda sistemática sobre todas las verdades establecidas. En los ELG se
advierte, además, que se trataba de una duda radical que aparecía en sus clases y cuando
escribía sus notas: “No existe ningún objeto comparable a la lengua, que es un ente muy
complejo, y eso hace que todas las imágenes de que nos servimos habitualmente conduzcan
sin excepción a darnos de ella una idea falsa en algún aspecto” (de Saussure, 2004, p. 136).
La respuesta que da Ferdinand de Saussure a sus propios cuestionamientos muestra no
solamente una extremada conciencia del papel que juega la teoría en la construcción del
dato, sino también una solución fuera de todo posicionamiento ortodoxo:
Nuestra finalidad es mostrar que cada hecho de lenguaje existe a la vez en la esfera
del presente y en la del pasado, pero con dos existencias distintas, y supone no
una sino, normalmente, dos expresiones racionales, igualmente legítimas, tan
imposibles de suprimir una como otra, pero que conducen a hacer de la misma
cosa, dos cosas; esto sin juego de palabras alguno, como sin malentendido alguno
sobre lo que acabamos de llamar una cosa, esto es, un objeto de pensamiento
diferenciado y no una idea diversa del mismo objeto (2004, p. 49).
Quizás sea esta apertura epistemológica lo más controvertido de leer en los
ELG y al mismo tiempo lo más estimulante. Es, probablemente, el resultado de
la intensidad con la que Ferdinand de Saussure reflexionó sobre las verdades
establecidas por la ciencia del lenguaje de su momento, porque fue con ellas y
contra ellas que contribuyó a la conformación de las bases de la lingüística en el
siglo XX y que se proyectará hacia el siglo XXI.
36
Reflexiones finales
En este trabajo he hecho una breve revisión de los distintos reconocimientos de
parte de la obra publicada con el nombre de Ferdinand de Saussure, desde la teoría de
las fundaciones de Eliseo Verón. La menor distancia entre los contextos de producción
y reconocimiento se da en la producción científica de Ferdinand de Saussure, marcada
por el positivismo. Las mayores distancias entre ambos contextos se producen en el Curso
de Lingüística General y los Escritos de Lingüística General, lo que los coloca, siguiendo
la teoría de Eliseo Verón, en condiciones de ser textos de fundación. Si bien en ambos
casos el reconocimiento se realiza desde condiciones diferentes de las de producción, los
procesos generados son diferentes. En el caso del CLG el reconocimiento fue realizado en
Estados Unidos desde el empirismo antimentalista y en Europa, desde el funcionalismo,
en un movimiento que dio lugar al estructuralismo en lingüística. Por su parte, los ELG
se leen desde construcciones teóricas propias de la segunda mitad del siglo XX y por eso
se relevan objetos tales como el texto, el discurso, el principio de contextualidad del signo,
el habla, entre otros. Se impone, como consecuencia, una lectura comparativa de los ELG
con el CLG y los manuscritos autógrafos, cuyo resultado es una construcción teórica
saussureana más compleja, más renovada, pero que entraña más riesgos interpretativos.
Quizás el aporte de este trabajo sea enfatizar la necesidad de volver sobre la historia que
todos conocemos, para poner el momento actual en la perspectiva de los procesos que nos
han constituido como campo disciplinar.
Bibliografía
Arens H. (1975) La lingüística. Sus textos y su evolución desde la antigüedad hasta nuestros
días. Vol. I. Madrid: Gredos.
Círculo Lingüístico de Praga (1970 [1929]). Tesis de 1929. Madrid: Plaza Mayor.
37
38
Testenoire, P-Y. (2016). O que as teorías do discurso devem a Saussure. En Cruz, M. A.;
Piovezani, C. y Testenoire, P. (2016). Saussure, o texto e o discurso. Cem años de
heranças e recepçóes. São Paulo: Parábola.
39
Resumen
* Argentina. Doctor de la Universidad de Buenos Aires (área Letras). Profesor titular regular en la
Universidad Nacional de Mar del Plata. Profesor asociado regular a cargo de la titularidad de Lingüística
en la Universidad de Buenos Aires. Profesor de las Maestrías en Ciencias del Lenguaje de la Facultad de
Humanidades de la Universidad Nacional de Salta, Lingüística y Didáctica de la Lengua de la Facultad de
Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, Traducción e Interpretación de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Estudios Interdisciplinarios de la Subjetividad, Facultad de
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Director del Instituto de Lingüística. Facultad de Filosofía
y Letras. Universidad de Buenos Aires. Departamento de Letras. Facultad de Humanidades. Universidad
Nacional de Mar del Plata. Investigador independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y Técnicas. E-mail: salviomenendez@gmail.com
40
Abstract
In this paper, we will analyze how Ferdinand de Saussure approaches the construction of a
linguistic theory based on the priority and central establishment of the linguist’s point of view. This
allows mainly to cut out an object of study. That object, and the operation that its determination
entails, is foundational for the elaboration of any theory. Our reference text will be “On the double
essence of language” which is part of the General Linguistics Writings (GLW) edited by Bouquet
and Engler in 2002.It is essential to highlight the degree of consciousness in the operation he is
carrying out. We believe it is this gesture that inscribes him in modernity and marks a break with
previous linguistics. Ferdinand de Saussure explicitly goes against the idea of totality represented
by language. A theory does not cease to be the systematization of a point of view. Theoretical
objectivity does not cease to be a degree within the subjectivity that every theory supposes in
order to be formulated. We will analyze how this central point is presented in GLW in order to
demonstrate that a saussurean reflection brings him closer not only to linguistics but also to the
philosophy of language and epistemology based on the nature of his thought.
Key words: Saussure, Point of view, Theory, Object
41
42
La lengua es un sistema preciso y la teoría debe ser un sistema tan preciso como
la lengua. Es en esto en donde está la dificultad pues, es muy fácil amontonar más
a continuación de otras afirmaciones y opiniones acerca de la lengua; la cuestión
es coordinarlas de modo tal que formen un sistema (citado en Godel, 1957, pp.
29-30).
43
Estudiar las múltiples formas bajo las cuales se manifiesta lo que se llama la a
indoeuropea, tal es el objetivo inmediato de este opúsculo: las otras vocales no
serán tomadas en consideración sino en la medida en que los fenómenos relativos
a la a nos den la ocasión. Pero si, habiendo llegado a los límites del campo así
circunscrito, constatamos que el cuadro del vocalismo indoeuropeo se ha ido
modificando poco a poco ante nuestros ojos y que se organiza en su conjunto
alrededor de la a, tomando respecto de esta vocal una nueva posición, es evidente
que, de hecho, habrá sido la totalidad del sistema de las vocales lo que ha abarcado
nuestro ángulo de mira y que es el nombre de este sistema el que, por consiguiente,
debe figurar en el título del libro. (1972, p. 330, mis cursivas)
44
45
46
Por último, se puede decir que esta comparación es inexacta por cuanto los
dos elementos del aire son materiales, mientras que la dualidad de la palabra
representa la dualidad del ámbito físico y psicológico. Presentamos aquí esta
objeción de manera incidente y sin importancia para el hecho lingüístico; la
señalamos de pasada para declararla no adecuada y directamente contraria a todo
cuanto afirmamos. Los dos elementos del aire son de orden material, y los dos
elementos de la palabra son, por el contrario, de orden mental; nuestro punto de
vista constante será decir que no sólo la significación sino también el signo es un
hecho de conciencia puro. (Y a continuación que la identidad lingüística en el
tiempo es simple.) (2004, pp. 24-25)
Con suma claridad establece la naturaleza mental de la identidad más allá del
correlato físico que se le pueda atribuir. Entiende que la naturaleza mental se realiza
físicamente, pero solamente que la naturaleza del signo y la significación (la relación entre
la forma y el significado) son mentales. Y ese será su punto de vista: el psíquico.
Una vez fijada qué es una identidad y la perspectiva que permitió su establecimiento,
se detendrá en la naturaleza de esa perspectiva. Hará explícitos los límites que ella impone
de la siguiente manera. En el apartado “Posición de las identidades” (título puesto por de
Saussure) afirma:
47
en una teoría nada es dado, todo es construido. Serán las diferentes perspectivas las que
permitan dar cuenta de los distintos aspectos de fenómenos complejos como el lenguaje.
El conocimiento del lenguaje es siempre indirecto; está mediado por la subjetividad que
se imprime en la construcción teórica que lo analiza.
Del único elemento del que se puede partir es de esta identidad, que cada punto
de vista ubicará en el lugar y con el alcance que le corresponde. Ferdinand de Saussure es
absolutamente enfático (énfasis ausente, como dijimos, en el CLG) con respecto a los hechos
de lenguaje. ¿Se puede examinar desde múltiples puntos de vista? Por supuesto. ¿Hay un
punto de vista mejor o peor? Hay puntos de vista, afirma. El plural es determinante aquí.
Lo que aparece con la emergencia de esta autoconsciencia del recorte del objeto
de estudio es la imposibilidad de establecer un criterio de verdad última, que la tradición
atribuye al discurso científico. La verdad la construyen las teorías dentro de ellas. Una
verdad que trasciende el límite autoimpuesto de una teoría no es una verdad científica.
Lo que importa es el marco (clara metáfora) que fija un determinado punto de vista. El
marco no precede, sino que es establecido por el punto de vista. Si no hay punto de vista,
no hay marco. El conocimiento depende de los límites del marco. Puedo saber qué se
propone una teoría, si entiendo los límites dentro de los cuales se ubica. Los puntos de
vista pueden ser muy diversos y no necesariamente tienen que ser convergentes. Ahí reside
la gran originalidad y novedad saussureana. Tiene un grado de total autoconsciencia de
los límites de la tarea que está llevando a cabo. Saussure teoriza y, al mismo tiempo, como
un epistemólogo, piensa lo que hace a partir de los límites de lo que está haciendo.
El punto de vista está en directa relación con el objeto que una teoría recorta y
que permitirá identificarla como tal. En el punto siguiente de DNL que de Saussure titula
“Naturaleza del objeto en lingüística” se pregunta:
48
3a [Enfrentarse al objeto]
Quien se sitúa ante el objeto complejo que es el lenguaje para estudiarlo se
enfrentara a ese objeto por tal o cual lado, que nunca será todo el lenguaje,
suponiendo que haya sido muy bien escogido; y si esta peor escogido puede llegar
49
Ferdinand de Saussure advierte que el objeto creado a partir del punto de vista
debe responder a la naturaleza lingüística que lo determina. Y esta advertencia la hace
en función de la complejidad propia del fenómeno que sirve de base para llevar a cabo
esta operación: el lenguaje. Una vez que se ha fijado un objeto, se debe ser consecuente
con él y no incluir otros puntos de vista es decir, otras perspectivas teóricas que no
son compatibles con él. Por eso, entiende que debe partirse de generalizaciones que
no admiten nada fuera de ellas. Las clasifica de “irreductibles”, es decir, básicas y no
discutibles; obedecen, por lo tanto, a la operación mental que supone la construcción
de una teoría. Se fijan los supuestos de una teoría a partir de los límites impuestos
por el punto de vista. Eso no es discutible. La claridad teórico-epistemológica se
hace, una vez más, evidente. Señala los condicionamientos que toda teoría conlleva:
un objeto no existe sin punto de vista y las generalizaciones a partir de ese objeto
no son materia de discusión.
Señalará (en el apartado titulado por los editores como “Lingüística y fonética”)
la necesidad de ser rigurosos cuando nos inscribimos en un determinado punto de vista
haciendo una crítica solapada a sus colegas (representados por el sintagma “cierto punto
de vista”) al afirmar:
50
Conclusiones
Hemos tratado de mostrar, a partir de un relevo de un conjunto de fragmentos
representativos, la preocupación teórico-epistemológica de Ferdinand de Saussure.
Nos concentramos en la reiterada y enfática caracterización que hace del “punto
de vista” en relación con la posibilidad de construcción de una teoría lingüística, en
particular, y una teoría, en general. Además, señala la necesidad de que una vez inscripto
dentro de ella, uno debe manejarse dentro de los límites que la teoría tiene, ya que no es
sino el resultado de la sistematización de un punto de vista.
Ferdinand de Saussure representa con claridad el final de una época representada
por la omnisciencia, la creencia en que la totalidad era, de algún modo abarcable. La
51
lección del maestro es clara: el todo es una imposibilidad teórica. Será solo la parte la
que permitirá una aproximación (siempre limitada) a ese todo, en principio, imposible
de conocer sistemáticamente. Si aspiramos al rigor en el enfoque de un fenómeno tan
complejo como el lenguaje, debemos posicionarnos y ser consecuentes con el punto de
vista que adoptemos para dar cuenta de aquellos aspectos que, dentro de la perspectiva
adoptada, se toman en consideración.
Nada está dado en una teoría; todo depende siempre del sujeto que la construye.
Ese recorte debe ser coherente y consistente con lo que se propone. Si queremos dar cuenta
de que el lenguaje es sistemático, es necesario operar un recorte que tome aquella parte del
lenguaje que podrá dar cuenta de aquello que lo fundamenta.
Ferdinand de Saussure coincide en esto con otro filólogo y filósofo contemporáneo
a él. Friedrich Nietzsche sostiene:
52
Bibliografía
Benveniste, E. (1962). Los niveles del análisis lingüístico. En: Problemas de lingüística
General I, pp. 118-132. México: Siglo XXI
de Saussure, F. 1916. Curso de lingüística general. Edición crítica preparada por Tulio di
Mauro. Madrid: Alianza.
53
Dora Riestra*
Recibido: 20/09/2020 | Aceptado: 18/05/2021
Resumen
Este artículo busca destacar algunos conceptos de Saussure revisitados dentro del diseño
de su programa de la semiología, que permaneciera oculto durante un siglo por avatares históricos
diversos.
La formulación de algunas claves para discutir conceptos saussureanos que fueron
comprendidos erróneamente, a partir de lo que podemos saber hoy en base a sus propios
manuscritos encontrados en la casa familiar, tiene la finalidad de estimular el análisis. Entre
estos conceptos, tanto el de lo dual, como el concepto de lo arbitrario, son los ejes teóricos de las
relecturas iniciadas por De Mauro en los años 60 del siglo pasado.
Asimismo, las que fueron llamadas dicotomías como sincronía-diacronía o lengua y habla
pueden ser analizadas en la dimensión de la dinamicidad temporal, tan poco comprendida, como
sucedió con el concepto del signo y la creatividad, una clave semiológica fundamental.
En síntesis, estas relecturas nos permiten revisar desde el signo lingüístico las concepciones
del lenguaje y las lenguas, en función de su transmisión y la enseñanza de la gramática desde la
perspectiva semiológica.
Palabras clave: Semiología, Relecturas, Conceptos clave, Signo y creatividad
Abstract
This article highlights some of Saussure’s concepts revisited within the design of his
semiology program, which have remained hidden for a century due to various historical vicissitudes.
The formulation of some keys to discuss Saussurean concepts that have been misunderstood,
based on what we can know today thanks to their own manuscripts found in the family home, is
intended to stimulate analysis. Among these concepts, both the dual and the arbitrary are the
theoretical axes of the re-readings initiated by De Mauro in the 60s.
In the same way, the so called dichotomies such as synchrony-diachrony or language and
speech can be analyzed in the dimension of temporal dynamics as well as the concept of the sign
and creativity, a fundamental semiological key.
* Argentina. Docteure en Sciences de l’Éducation. Université de Genève (Suisse). Profesora Titular Consulta
en Programa de Posgrado en Ciencias del Lenguaje y Enseñanza de las lenguas (Universidad Nacional de
Río Negro- Sede Andina). Docente investigadora (Categoría I) en Universidad Nacional de Río Negro.
driestra@unrn.edu.ar
54
Presentación
Fue a través de la Introducción de Tullio De Mauro al Curso de Lingüística General
(CLG), en la edición francesa de Payot de 1973, que se publicaron, por primera vez, en una
edición del Curso, las claves de Saussure para entender la complejidad de las lenguas.
El CLG que leí y había entendido en la década del 60, estaba muy alejado de los
puntos básicos que propongo revisar aquí, después de haber conocido, en los años 2000,
los textos originales de este creador de la semiología como disciplina. Por eso sostengo
que las nuevas lecturas de Saussure son, ante todo, revisiones conceptuales que interpelan
los conocimientos lingüísticos. La compleja relación entre fenómenos y conceptos nos
plantea descubrimientos y líneas de investigación en nuestra tarea académica dual de
docentes e investigadores.
Mi primera lectura de la introducción de De Mauro fue en 2006, cuando ya había
leído el texto de Saussure “De la doble esencia del lenguaje”, encontrado en 1996, publicado
en 2001 y traducido al castellano en 2004 en el volumen de Escritos sobre lingüística general
(ELG).
Hoy, desde relecturas de Saussure, que constituyen una búsqueda permanente
frente a la complejidad del lenguaje humano y la diversidad de lenguas, entendemos que
los fragmentos y los textos originales, contrapuestos a los textos de los autores del CLG,
se conjugan con textos de los comentaristas actuales como Bouquet, Bronckart, Bota,
Bulea, Beguelin, Rastier y otros, que van realizando sus aportes interpretativos de la teoría
saussureana.
Puede decirse que la primacía en la comprensión de la teoría saussureana y, sobre
todo, el relevamiento del orden epistemológico de la misma fue de Tullio de Mauro, quien
logró transmitirla en esa introducción a la edición revisada del curso, mucho antes de que
aparecieran los manuscritos. El trabajo del italiano en la interpretación de los textos de
los redactores del CLG y de los escasos textos manuscritos de Saussure, históricamente
situados, es una actividad de enseñanza más de la extensa labor docente que desempeñó
De Mauro. La explicación epistemológica realizada por él anticipa, sin saberlo entonces,
esa lectura posterior de los escritos y las notas del Fondo BPU-1996, los textos inéditos de
Ferdinand de Saussure que están hoy en la biblioteca de la Universidad de Ginebra.
Con la publicación de los ELG se rompe el esquema de la lectura de las dicotomías,
una lectura en la que dos o tres generaciones fuimos formadas y que aún continúa
repitiéndose en muchas universidades. El Saussure que se lee y sigue estudiándose es el
del CLG, con algunas escasas irrupciones de los ELG; puedo afirmar que en la formación
55
de grado en las carreras de Letras la lingüística general transmitida desconoce los ELG;
la inclusión de algunos textos de esta obra en la bibliografía de los posgrados, como las
conferencias o “De la doble esencia del lenguaje”, constituye una cuestión incipiente
respecto de la divulgación de los conceptos revisitados de Saussure.
Ante este panorama de escasa difusión de la teoría y las concepciones de las ideas
semiológicas saussureanas, surgen dos vías de hipótesis: o los investigadores van por otros
senderos epistemológicos respecto de las cuestiones lingüísticas o las especialidades de
las áreas de investigación lingüística han llevado a clausurar espacios de interconexión
entre sí, en particular, algunas fronteras interdisciplinarias. Me refiero a la articulación de
las disciplinas formulada por Morin (1998) y su posición acerca de la complejidad de los
estudios de las ciencias humanas y sociales, que resultó auspiciosa como marco para la
discusión epistemológica, pero en el campo de la investigación no tuvo hasta el momento
los efectos esperados.
En este sentido, sobre la articulación disciplinar, puede decirse que el descubrimiento
de la Semiología fue un anticipo del paradigma de la complejidad, de parte de Saussure, al
definirla de este modo:
Todas las áreas de los campos y estudios del lenguaje están allí comprendidos
en la definición de la Semiología. Como sostiene De Mauro, serán necesarias muchas
experiencias inspiradas por una interpretación parcial, antes de que se perfile la posibilidad
y aparezca la teoría de Saussure en su complejidad integral y original.
Las parcialidades de la compleja descripción de Saussure no lograron integrarse
en los apuntes que dieron origen al CLG. Sabemos que los discípulos ginebrinos no lo
entendían como él esperaba y sus intentos de explicar desde diferentes puntos de vista
llevaron a que esas descripciones quedaran fragmentadas en el CLG y, aún más, se
analizaran posteriormente como las “dicotomías” del signo de Saussure, una concepción
que no aparece en esos términos en los textos manuscritos encontrados.
Con este artículo intento colocar cómo la sincronía y la diacronía implican a la
vez la ejecución o el “habla” y la “lengua” o el sistema, sin ser dicotomías descriptivas del
fenómeno, sino simultaneidades de ocurrencias.
Las cuestiones epistemológicas que Saussure definió como problemáticas a
ser abordadas no se consideraron en las lecturas del CLG y ahí se produjo la ruptura
epistemológica con un autor visionario, que fue leído en la academia de su época como
portador de algunas novedades descriptivas de la relación entre lengua y habla, como
56
El hecho es que sólo la materia de sus reflexiones le ha sido dada por su época;
pero la forma definitiva de la concepción es originalmente suya. Llegar a esta
forma fue el problema central de su biografía científica e intelectual, al término
de treinta años de investigaciones insatisfechas. En los últimos años de su vida él
la alcanza y traza los contornos en las aperturas, las conclusiones, los momentos
principales del segundo y del tercer curso de lingüística general (1908-1909, 1910-
1911) en Genève. Los trabajos recientes de R. Godel y R. Engler nos permiten
afirmarlo (De Mauro 1973, Parte IV, traducción nuestra).
57
58
Hasta 1996, fecha en la que saliera a la luz el texto “De la doble esencia del lenguaje”,
Saussure lo había mencionado en diversas ocasiones, pero no había sido publicado. Las
discusiones profundas, que estaban restringidas a conversaciones esporádicas con pocos
especialistas, sirvieron como registro oral de las preocupaciones que el ginebrino no quiso
hacer públicas. Estos datos son repuestos por De Mauro, tan esclarecedor del verdadero
Saussure, como crítico de las lecturas esquemáticas anteriores, puesto que él mismo, en la
introducción al CLG de 1973, es quien introduce la noción de “arbitrariedad radical” del
signo lingüístico saussureano.
Sostiene que las clases que Saussure llama “significantes” y “significados”, como
nosotros podemos decirlo hoy sin dificultad, son clases “abstractas”, aunque este término
en el siglo XIX, bajo la influencia kantiana, significaba lo “dejado de lado”, sin utilidad
concreta. Por eso Saussure no usa el término “abstracto”. Este es un aporte aclaratorio de
59
De Mauro, respecto del porqué del uso de los términos aristotélicos en las explicaciones
de Saussure:
Para él las explicaciones didácticas que Saussure utiliza apuntan a que sus
descubrimientos de lo “arbitrario” fueran aceptados como válidos en una época que no
estaba en condiciones de comprender el fenómeno que él buscaba indagar, por eso los
conceptos aristotélicos de “potencia” y “acto” le resultaron más eficaces para transmitir
el principio de la “arbitrariedad radical” como principio organizador de su teoría que,
si bien ha sido reiterado como enunciado durante años, no ha sido utilizado aún en los
posibles despliegues investigativos que encierra la semiosis como unión de significación
y fonía / fonación.
Así como destaca los conceptos de “potencia” y “acto” en la relación entre lengua
y habla, lo mismo dice acerca de las definiciones de “substancia” y “forma”, que tan
simplificadamente circularon como equívocos en la cultura universitaria. Podemos decir
que el siglo XX de pre-guerras aún no estaba preparado para aprehender la compleja
relación de las entidades lingüísticas como entidades “fónicas” y entidades “psíquicas” a la
vez, una posición epistemológica compleja y de ruptura con el racionalismo hegemónico. El
concepto de actualización y potencia de Saussure es un concepto didáctico, si entendemos
la ruptura con las explicaciones existentes en su época en relación con fonía y psiquismo,
por lo que algunos, como Alonso, lo acusaban de positivista. Asimismo los conceptos de
“substancia” y “forma” en relación con sentido y lengua, son articulaciones de órdenes que
rompían las posibilidades de razonamientos lógicos habituales, es esta la causalidad del
malentendido según apunta De Mauro:
60
61
Nuestra deuda hacia Bally y Sechehaye es, por eso, grande y evidente. Pero sería
traicionar lo que ellos han realizado para difundir las teorías del maestro, esconder
que el curso, fiel en su reproducción de ciertos elementos de la doctrina lingüística
de Saussure, no lo es tanto en la reproducción de su diseño. Y el orden, como lo
62
Otra de las claves de las relecturas de Saussure que nos muestra De Mauro es
que utiliza el término “sentido (o significación)” y “fonías” (la substancia de la que está
hecha el “habla”) y, después de vacilaciones, propone “significante” y “significado” para
designar las clases de “fonías” y de “sentidos”. Frente a la novedad del objeto de estudio se
trata de entender que el programa epistemológico es un programa apenas esbozado. Al
respecto, en los ELG, en el artículo “De la doble esencia del lenguaje” Saussure sostiene:
“Lo absolutamente particular de una identidad lingüística es que implica la asociación de
dos elementos heterogéneos” (ELG, 2004, p. 24).
La dualidad de la palabra -dirá- “representa la dualidad del ámbito físico y
psicológico”. El fenómeno psicológicamente y fónicamente diferente se identifica en
su función: las fonaciones de un cierto grupo son fónicamente diferentes pero todas
“pueden” transmitir un mismo sentido particular; los sentidos de un cierto grupo son
psicológicamente diferentes pero pueden ser transmitidos por una misma fonación
particular. Este principio de discontinuidad, tanto de la masa de realizaciones fónicas
como la masa de los sentidos, constituye un conjunto de límites. Para De Mauro son estas
las articulaciones que vuelven discontinua la masa de realizaciones fónicas y la masa de los
sentidos, es decir, los “límites de esas realizaciones”. La lengua es el límite (social) de las
realizaciones fónicas y de sentidos. Y es la lengua la que permite otorgar una significación
posible particular a esas realizaciones.
63
64
relación semiológica de la creatividad como una ruptura con las concepciones lingüísticas
vigentes, la explicación de la infinita posibilidad de significación:
Si bien este carácter creador del signo será una concepción revolucionaria que, a
partir de Saussure, adoptarán los filósofos y psicólogos rusos, como Vygotski, Voloshinov,
Jakubinskij, Scherba, entre otros, lo harán críticamente. Hoy podemos ver que, en realidad,
critican el carácter de objetivismo abstracto en Saussure, propio del estilo de los redactores
del CLG. Pero es desde el concepto de signo saussureano y de la semiosis que investigan el
lenguaje, una década después de la muerte del lingüista suizo.
Podemos observar que quienes parten de esta concepción saussureana de
signo lingüístico para elaborar sus hipótesis acerca del lenguaje y el pensamiento, de la
mezcla de lenguas y de los géneros del habla, justamente lo hacen retomando también
la concepción humboldtiana de las lenguas, como lo hiciera Saussure, al descubrir la
arbitrariedad creadora del signo lingüístico. En esta articulación respecto del signo y el
lenguaje, realizada entre los lingüistas, psicólogos y filósofos rusos de los años 1920-1930,
surge la concepción novedosa acerca de las lenguas diversas y sus mezclas históricas, se
abre una perspectiva teórica y política plurilingüista.
Esta misma perspectiva plurilingüe nos permite abordar hoy (después de un siglo)
los conceptos de Saussure y los conceptos de los rusos con coincidencias epistemológicas
muy claras (Riestra, 2014). A partir de los manuscritos del ginebrino y las relecturas de sus
textos, podemos entender la potencialidad teórica de las relaciones entre sus conceptos.
Como ejemplos de estas nuevas articulaciones saussureanas, además de las
desarrolladas por Bouquet (2018) entre “lo global y lo local del signo”, las relaciones
posibles entre lengua interna y lengua externa (Bronckart, 2010, 2014), para la
enseñanza de la gramática de la lengua primera o materna (Riestra, 2015), observamos
una cuestión clave que fue desarrollada por De Mauro (2005) como la “ampliabilidad
semántica” de las palabras. Este concepto proviene de la discrecionalidad y la creatividad
del signo; se trata de una cuestión teórica que el lingüista italiano derivó directamente
de los estudios saussureanos. La relación de la ampliabilidad semántica con la propiedad
de indeterminación semántica común a todas las lenguas es la capacidad creativa que
permite cambiar los significados de cada morfo. Esta capacidad surge de la sincronía
(idiosincronía) y la diacronía (dinamicidad) en el habla y la lengua. En palabras de De
Mauro (2005), los neologismos buscan explicar las relaciones de raíz saussureana:
65
Por otra parte, frente a la ampliabilidad semántica que describe De Mauro y las
búsquedas conceptuales que hemos realizado para introducir la gramática de la lengua
castellana rioplatense en contextos didácticos, las relecturas de otro lingüista y lector
crítico de Saussure, como lo fuera Coseriu (1988), con su enfoque de “lenguas funcionales”
nos permite abrir un camino de investigación interesante para analizar la comunicación
intergeneracional en la escuela, una problemática actual, que detectamos en sucesivos
proyectos de investigación respecto de la semiosis y el diálogo entre docentes y estudiantes
con diversas lenguas funcionales. (Riestra, 2015, 2017).
Un cierre provisorio
El dicho de Saussure “El sistema está hecho para la colectividad, como el barco está
hecho para el mar”, registrado durante una clase del segundo curso, no apareció en el CLG,
lo encontramos en los ELG; se trata de una imagen muy comentada y elocuente que nos
plantea lo arbitrario y lo social, como rasgo común de todas las lenguas, un principio
universal del signo lingüístico, por el que las lenguas, todas, cambian indefectiblemente
en el plano de los significantes como en el de los significados. Así como la arbitrariedad
es estabilidad y, al mismo tiempo, cambia, lo mismo ocurre con lo social. Lo social es la
garantía de los cambios y es la posibilidad de continuidad de una lengua. Además, los
cambios se producen cuando la sociedad lo manifiesta, cuando, según De Mauro, “la
demanda de distinciones ya existentes disminuye, o al contrario, cuando surge la demanda
de distinciones nuevas” (1973).
Podemos observar la contingencia que vivenciamos con los usos sociales en lo
que hoy es llamado “lenguaje o lenguas inclusivas”, fenómeno actual que, desde Coseriu,
definimos en el carácter de “lenguas funcionales”; este fenómeno tiene una validez social
circunscripta en el tiempo y en el espacio, validez ligada a la duración de determinados
cambios de la sociedad humana. Esto fue lo que vislumbró Saussure y lo que posteriormente
nos aclara y devela De Mauro en sus estudios saussureanos.
Desde estas perspectivas, sostenemos que la “antinomia” diacronía-sincronía no es
tal, al analizarla epistemológicamente en términos de continuidad y ruptura del sistema y
del habla como estados de lengua.
Asimismo, es la posibilidad creadora del signo lo que nos permite pergeñar la
enseñanza de la gramática de las lenguas con otra perspectiva, desde el valor de los morfos
en el sintagma, rompiendo la prescripción de la lógica sintáctica del sujeto-predicado.
En este sentido, lo global y lo local del signo nos permite realizar un análisis semiológico
con posibilidad de articularse con el análisis textual que postula el interaccionismo
sociodiscursivo.
66
Bibliografía
Alonso, A. (1961). Prólogo y notas. Curso de lingüística general. Buenos Aires: Losada
Bronckart, J.-P. (2002). “La explicación en Psicología ante el desafío del significado”.
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Morin, E. (1998) Articular los saberes. Buenos Aires: Edic. Universidad del Salvador.
Rastier, F. (2012). Cap. 6 Estilística y lingüística de los estilos. Artes y Ciencias del texto.
Madrid: Biblioteca Nueva.
Saussure, F. de (2004). De la doble esencia del lenguaje. Escritos sobre lingüística general.
Barcelona: Gedisa.
68
Resumen
Este trabajo se organiza sobre la base del análisis de la noción de lengua saussureana en
relación con el concepto de Sprache postulado por Wilhem Von Humboldt casi un siglo antes
de la publicación del Curso de Lingüística General. Esta puesta en relación atiende al hecho de
que la figura de Saussure es segregada en la construcción de una filiación por parte de quien
es considerado, junto con el lingüista suizo, una de las figuras más destacadas de la lingüística
del siglo XX: nos referimos a Noam Chomsky. Chomsky encuentra en la filosofía de los siglos
XVII, XVIII y XIV, pero muy especialmente en Humboldt, los antecedentes de su modelo. En esa
operación, la figura de Saussure queda relegada a escasas menciones que funcionan como base de
la polémica en torno a la tensión adecuación descriptiva-adecuación explicativa, aunque también
se observan reconocimientos en otros órdenes que no son motivo de este trabajo. Aquí, el análisis
focalizado en la relación Humboldt- Saussure se orienta a demostrar la existencia de una serie de
puntos de contacto que dan cuenta de que la otra relación - la de Chomsky y Saussure- no está tan
sostenida sobre la segregación.
Palabras clave: Sprache, Wilhem von Humboldt, Estructuralismo saussureano,
Generativismo chomskiano
Abstract
The present work analyzes the relation between the saussurean notion of langue and the
notion of Sprache, postulated by Wilhem von Humboldt almost a century before the publication
of Saussure´s Course in general linguistics. This relation is based on the fact that Saussure´s figure
is segregated by Noam Chomsky, who finds the antecedents of the generative program in the
philosophy of the 17th, 18th and 19th centuries, especially in Humboldt. In the development of
Chomsky’s research program, Saussure’s ideas are relegated to a few mentions, which function
as the basis of the controversy over descriptive and explanatory adequacy. Although there are
* Argentina. Profesora en Letras por la Universidad Nacional de Rosario y docente de la misma carrera
(Universidad Nacional de Rosario). Miembro de la Cátedra Libre Ferdinand de Saussure (UNR). prado.
analaura@gmail.com
69
some other mentions about Saussure’s ideas in Chomsky’s research program, they are not going
to be dealt with in this work. The aim of this work is to analyze the relation between Saussure and
Humboldt’ theory of language to demonstrate that there is a continuum between these authors
and Chomsky’s creativity concept.
Key words: Sprache, Wilhelm von Humboldt, Saussurean structuralism, Generativism
70
71
metodológicos: resultaba necesario distinguir la lengua del habla para poder fundar un
estudio que en el marco del paradigma positivista pudiera asumir estatuto científico.
Humboldt distinguió por primera vez los dos aspectos fundamentales del lenguaje:
confrontó la idea de lenguaje como actividad (Tätigkeit) a la de lenguaje como producto
acabado, como obra (Werk). Para ello se sirvió de dos términos que estuvieron presentes
en buena parte de la antigüedad clásica1: energeia/ ergon. Concebida en términos de
energeia, la lengua se constituye como actividad, producción, creación continua de actos
lingüísticos, y esto en oposición a la idea de lengua en tanto ergon, es decir, en tanto cosa
hecha, producto acabado o producto históricamente realizado:
1
Los términos energeia y ergon suelen adjudicarse a Aristóteles. Sin embargo, Erika Cisneros señala que
estos términos también estuvieron presentes en la retórica y la sofística griegas. Por otro lado, Cisneros
retomando la interpretación de Heidegger respecto de este tema señala que, si entendemos el término
energeia como actividad de un sujeto moderno, “la interpretación desde Aristóteles deja afuera todo lo que
implica hablar de un sujeto en este sentido” (2013:18) Cualquiera sea el caso, en este trabajo interesa más la
redefinición que Humboldt realiza del término energeia que el origen mismo del término.
72
Con esto, no queremos señalar que Saussure se interese por los productos generados
por la lengua, porque las relaciones del sistema de signos que postula Saussure son, en
todos los casos, relaciones dinámicas que se establecen sobre la base de elementos dados
de antemano, pero también en torno de los nuevos elementos a los que esas relaciones dan
lugar y que se incorporan al sistema. El corte sincrónico que le permite a Saussure postular
un objeto de estudio es aquello que lo deja fuera de esa dinamicidad histórica en la que se
inscribe la Sprache humboldtiana.
73
pareciera entonces que la lengua no puede separarse del habla2. A este respecto, el mismo
Saussure recupera el problema de la ambigüedad léxica manifiesta en el término alemán
Sprache para señalar la precariedad de detenerse en una mera definición de las palabras.
Luego de definir la langue y la parole, Saussure explica:
Hemos de subrayar que lo que definimos son cosas y no palabras; las distinciones
establecidas nada tienen que temer de ciertos términos ambiguos que no se
recubren del todo de lengua a lengua. Así, en alemán Sprache quiere decir lengua
y lenguaje; Rede corresponde bastante bien a habla (fr. parole), pero añadiendo el
sentido especial de discurso. En latín sermo significa más bien lenguaje y habla,
mientras que lingua designa la lengua y así sucesivamente.
Ninguna palabra corresponde exactamente a cada una de las nociones precisadas
arriba; por eso toda definición hecha a base de una palabra es vana; es mal método
partir de las palabras para definir las cosas. (2012 [1916], p. 64)
Cabe aclarar respecto de este fragmento que la distinción entre los términos
alemanes Sprache y Rede a los que refiere Saussure no está presente en Humboldt, en quien
se puede leer la ambigüedad de la raíz Sprach-; respecto de esta idea de ambigüedad quizá
se podría pensar que en el pensamiento del filósofo alemán la ambigüedad se resuelve en
la misma definición de Sprache.
Por otra parte, es menester señalar que el pasaje citado configura uno de los
momentos que ponen en evidencia uno de los aportes fundamentales del Curso: la idea de
que “el punto de vista crea el objeto”. El objeto de ciencia en el pensamiento saussureano
constituye el producto de un recorte metodológico organizado a partir de y por el lenguaje
(aquí entendemos por lenguaje al instrumento del que sirve el lingüista para abordar su
objeto). Es en el lenguaje y es el lenguaje mismo el que configura una mirada y el que
posibilita el recorte. En los Escritos sobre Lingüística General, el mismo Saussure señalará
que “el objeto en lingüística no existe; no está determinado en sí mismo. Por lo tanto, hablar
de un objeto, nombrar un objeto, no es más que invocar un punto de vista determinado A”
(2004, p. 29). No hay “hechos del lenguaje” por fuera del punto de vista, y a la vez puntos
de vista diferentes darán lugar a hechos de lenguaje diferentes. La “lengua” saussureana
es concebida en su propia inmanencia, por eso el “signo lingüístico” se define a partir
de la asociación entre los dos términos disímiles que lo conforman -el significado y el
significante-; en ese mismo orden Saussure señalará que tanto la significación como el signo
son hechos de conciencia puros (2004, p.25), por eso también la lengua entendida como
“sistema de valores puros” (2012[1916], p.211) supone la definición, el reconocimiento de
la identidad de los signos en la oposición que estos establecen con los demás signos que
constituyen el sistema.
Claro está que la langue a la que accedemos a través del Curso está lejos de la
Sprache que define Humboldt, de la misma manera que el significante alemán Rede -que
Saussure hace corresponder con el término francés parole- no se aviene al pensamiento
2
Este problema puede hallarse en buena parte de la tradición alemana, y ello puede incluso demostrarse en
la idea manifiesta en la expresión de Heidegger: “die Sprache spricht” (Heidegger, 1990).
74
Segregación, retorno
No quedan dudas de la influencia del pensamiento alemán de principios del siglo
XVIII en la propuesta saussureana. En los Escritos, Saussure apunta contra la Escuela
fundada por Bopp por concebir las lenguas con independencia de los individuos, como
una abstracción consciente con aplicaciones limitadas (2004:119). Asimismo, y contra los
comparatistas alemanes declara:
Esta crítica de Saussure dirigida a los fundadores de los estudios sobre gramática
comparada en Alemania converge con la posición de Humboldt en una escuela a la que
podemos figurar adscribió con cierto recelo, el que se manifestó en su intención de centrar
su estudio del lenguaje en el habla, en relación directa con el individuo, pero entendido
este en su dimensión histórica. Humboldt renegó del pensamiento de su época y esta
última se mostró reacia a su producción sobre el lenguaje. No obstante, será la lingüística
75
del siglo XX la que recupere a Humboldt no sólo como un precursor de las nuevas ideas
sobre el lenguaje sino también como el fundador de la lingüística.
Como vemos, en los Escritos, Saussure rescata el carácter que de fenómeno tiene
el lenguaje, un fenómeno en el que se inscribe la dualidad lengua/habla, su carácter
complejo y heterogéneo. Y es ese carácter el que lo sitúa en el camino de la fundación
de una lingüística con estatuto de ciencia, pues tal reconocimiento pone de manifiesto
la necesidad de adoptar un punto de vista que origine al objeto langue. La langue
saussureana se constituye como un “objeto bien definido en el conjunto heteróclito de
los hechos del lenguaje” (2012[1916], p.65). No se trata de una mera abstracción, sino de
un hecho concreto de naturaleza psíquica y a la vez social. Amado Alonso (1983) refiere
a la distinción materia/objeto que subyace al binomio hechos lingüísticos/lengua. Alonso
señalará que la materia en Saussure implica al conjunto de los hechos lingüísticos mientras
que el objeto debe entenderse en términos de finalidad de una actividad (obiectum), en ese
sentido, el objeto de estudio de una investigación se constituye como el resultado de un
proceso cognitivo. Ello pone nuevamente en evidencia que la langue saussureana, por un
lado, emerge como construcción en el marco de una perspectiva determinada y por otro,
que aquella no se configura como un objeto a estudiar de manera aislada, sino como “el fin
al que tiende la investigación”. (1983, p. 420)
Si volvemos sobre la cita de Humboldt en la que se define al lenguaje como
Tätigkeit, energeia, encontramos que este “trabajo del espíritu” (Arbeit des Geistes) consiste
en “hacer posible que el sonido articulado se convierta en expresión del pensamiento”
(1936, p. 65). Este binomio sonido/pensamiento puede leerse como un primer antecedente
de la configuración del signo lingüístico saussureano. Saussure define al signo como “la
combinación del concepto y la imagen acústica” (2012[1916], p.143). Pero aquí la imagen
acústica no se define como sonido articulado, no es el “sonido material” sino su “huella
psíquica”, y esta aclaración no responde sino al hecho de que la definición de “lengua”
saussureana está claramente diferenciada del concepto de “habla”:
76
marcar claramente los límites para poder acceder a la naturaleza del lenguaje. El signo,
así, delimita y da forma al pensamiento. La función de la lengua frente al pensamiento
no es la de constituirse en soporte fónico material para expresar ideas sino la de “servir
de intermediario entre el pensamiento y el sonido, en condiciones tales que su unión
lleva necesariamente a deslindamientos recíprocos de unidades” (Saussure, 2012 [1916],
p. 212). El caos en Saussure reina el terreno del pensamiento, no el de la lengua. En
Humboldt, en cambio, los límites son difusos: hay palabras, hay reglas, hay una forma de
la lengua y hay un producto que emerge como resultado del hacer funcionar las palabras
conforme a las reglas:
Puesto que toda lengua recibe de las generaciones anteriores una materia
procedente de tiempos que no podemos vislumbrar, la actividad del espíritu que,
según veíamos, genera desde sí la expresión de las ideas, está referida en todo
momento al mismo tiempo a algo ya dado, de suerte que no es actividad puramente
creativa sino transformadora de lo ya existente (Humboldt, 1990 [1836], p.65).
77
la artificialidad de los límites. El límite, la distinción, emerge como una creación del punto
de vista, una preocupación que hasta la publicación del Curso no había sido planteada
con claridad suficiente.
El carácter creativo que Humboldt le adjudica a su concepto de Sprache entra
en relación con los términos de génesis y de estructura, o antes bien, de construcción.
Humboldt señalará que una verdadera definición de la Sprache no puede no ser sino
genética. Pero aquí no hay referencia a una génesis biológica sino histórica, una génesis
que se enmarca, como el estudio de la lengua, en la historia y que por ello no es nunca
una génesis ex nihilo. Como hemos visto, el trabajo del espíritu, la lengua como actividad,
es siempre una creación que consiste en una transformación de lo ya dado. Pero al mismo
tiempo, esa transformación, esa génesis está asociada a la estructura que en el pensamiento
de Humboldt debe entenderse como “construcción”. En efecto, el título original de la obra
sobre la lengua kawi se titula: Über die Verschiedenheit des menschlichen Sprachbaues und
ihren Einfluss auf die Geistige Entwicklung des Menschengeschlecht. El término Sprachbau
literalmente no se traduce como estructura pero es curioso que las traducciones actuales
así lo hagan (de alguna manera, lo que de estructural tiene el pensamiento de Humboldt
como el de Saussure resulta de lecturas posteriores). Frente a la idea implicada en el
término “estructura”, la noción de “construcción” pone en juego el carácter dinámico
de toda actividad. La estructura, en cambio, pensada en relación con la construcción
puede ser el resultado al que se arriba. Pero la estructura, puede ser, también, como lo
es en Saussure y en Chomsky, la base de toda creación. Posiblemente por estas razones
Humboldt abogó por el término Bau frente al de Struktur3: el dinamismo al que Humboldt
le otorga primacía en su concepto de Sprache excede en mucho los límites de la estructura,
de allí que, entre otras razones vinculadas a la visión del mundo romántico alemán, adopte
un término cuya semántica dé claramente cuenta de una actividad que se transforma
continuamente sobre sí misma.
3
Hay que señalar que en alemán el término estructura puede traducirse de distintas maneras según su
contexto de aparición. El significante Struktur, en alemán es el que se ha adoptado para hacer referencia al
estructuralismo saussureano.
4
Las distintas fases del programa de investigación chomskiano evidencian una actitud un tanto errática
respecto del estructuralismo saussureano.En los primeros escritos se advierten menciones que celebran
78
esta obra acaban siendo demonizadas bajo el rótulo de “lingüística moderna”. En cambio,
hallará sus precursores en una línea muy anterior que se remonta a Descartes y la Gramática
de Port Royal, pero focaliza - muy a pesar del título del ensayo- en el romanticismo alemán.
Es especialmente en la figura de Humboldt donde Chomsky hallará los fundamentos de
uno de los pilares fundamentales de su programa: la “infinitud discreta”. No adscribirá, sin
embargo, a los rasgos específicamente románticos del pensamiento del filósofo alemán,
sino fundamentalmente a lo que este tiene de común con el racionalismo del siglo XVII.
Por esa razón, es que Chomsky vuelve sobre las escasas reflexiones de Descartes sobre
el lenguaje, en las que la noción de “aspecto creador del lenguaje” se constituye como
argumento adecuado para atribuir al ser humano la posesión de la mente (Chomsky, 1969,
p. 27). El mismo Chosmky advierte respecto de la denominación “lingüística cartesiana”-
adjudicada a un cuerpo que reúne ideas, muchas veces antagónicas, desarrolladas durante
los siglos XVII y XVIII, en Francia y Alemania,- justamente por las disidencias de las
corrientes que inscribe en una operación que bien puede entenderse como la invención
de una tradición que se constituirá como el antecedente fundamental de su programa de
investigación5. No obstante, será en Humboldt, donde “el aspecto creador del lenguaje,
como característica esencial y definidora del lenguaje humano, encuentra su más potente
expresión en el intento de Humboldt de desarrollar una teoría completa de la lingüística
general” (Chomsky, 1969, p. 49).
En Lingüística cartesiana, Chomsky se detendrá en el análisis del concepto de
forma, al que refiere Humboldt en su concepción de Sprache. La “forma del lenguaje” (Form
der Sprache) subyace al “trabajo del espíritu” como aquello que de constante permanece
en el lenguaje. Así, Chomsky lee en el concepto de “forma” una “estructura sistemática”
que contiene las reglas de formación de palabras, las reglas de construcción de la frase y
las reglas de formación de los conceptos que determinan la clase de las palabras básicas.
Frente al concepto de “forma”, Chomsky ubica la “substancia” (Stoff), que identificará con
el sonido inarticulado y las impresiones sensitivas y movimientos autónomos anteriores
a la formación de los conceptos por medio del lenguaje (Chomsky, 1969 [1966], p. 52).
El lingüista norteamericano define la “forma” humboldtiana como una estructura
sistemática en la que los elementos que lo constituyen no funcionan como componentes
aislados, sino que en ellos se ubica el “método de formación del lenguaje” (1969 [1966],
p. 52). En ese sentido, en la lectura chomskiana de la Sprache, la energeia es un principio
dinámico que habilita la generación de nuevas secuencias sobre la base de elementos
limitados, y ese principio es, sin embargo, permanente: existen mecanismos fijos,
universales, a partir de los cuales es posible hacer uso de medios limitados para producir
recursos ilimitados. En el pensamiento de Humboldt, la “forma de la lengua” constituye
una herramienta conceptual que se define como un “elemento constante y uniforme que
algunos hallazgos metodológicos, pero a mediados de los ´60 las menciones son escasas e, incluso, negativas.
Por el contrario, en los años ´80, Chomsky llegará a vincular el concepto de langue saussuriana con el de
Lengua I (Cf. Chomsky, 1989 [1985]:47).
5
Lingüística Cartesiana ha sido objeto de numerosas críticas que destacan una lectura sesgada de las obras
de los autores que Chosmky hace confluir en su ensayo (Cf. Pamparacuatro Martín, 2017). Las críticas a
esta obra no serán objeto del presente trabajo, el que aborda y releva la lectura que Chomsky realiza de
Humboldt, con el fin de determinar si el dinamismo que se advierte en el concepto de Sprache presenta una
continuidad en el pensamiento saussureano.
79
subyace a este trabajo del espíritu, por el cual el sonido articulado es elevado a expresión de
las ideas” (Humboldt, 1990 [1836], p. 66). Sin embargo, en Humboldt el carácter universal
de tal mecanismo está relativizado porque es en la “forma de las lenguas” donde debe
buscarse el parentesco entre lenguas:
Y esto es lo que efectivamente ocurre con la de todas las lenguas. Pues todas parten
siempre de lo más general: de la naturaleza y relaciones de las representaciones que
necesariamente subyacen a la designación de los conceptos y a la conjunción del
discurso: de la identidad de los órganos de fonación, cuya disposición y naturaleza
solo admite una cantidad limitada de sonidos articulados; y finalmente de las
relaciones que presiden la correlación entre determinados sonidos consonánticos
y vocálicos, y ciertas impresiones sensibles y que son motivo de que entre lenguas
sin afinidad genealógica se produzcan, sin embargo, designaciones coincidentes.
(1990 [1836], p. 71)
80
No es, sin embargo, este último aspecto el que Chomsky recuperará, sino, antes, la
idea de un principio recursivo que permite, como ya dijimos, la generación ad infinitum de
nuevas secuencias lingüísticas. En Humboldt, Chomsky también recuperará un desarrollo
del innatismo platónico en la medida en que la Sprache es concebida como “algo que está
eternamente engendrándose a sí mismo” (Humboldt, 1990 [1836], p. 79), de allí que el
aprendizaje lingüístico no se constituya como la recepción y el almacenamiento de palabras
en la memoria para su posterior repetición sino que se trata de un “crecimiento de la
capacidad a través de los años y del ejercicio” (Humboldt, 1990 [1836], p. 79). Es más atrás
-aunque un tanto posterior al pensamiento platónico6- en el racionalismo del siglo XVII,
donde Chomsky observará un acercamiento no dogmático al problema del aprendizaje
lingüístico como un fundamento de su polémica con el conductismo del siglo XX. Frente
a la hipótesis conductista que sostiene que el aprendizaje es cuestión de la aplicación de
procedimientos taxonómicos, del adiestramiento, la instrucción y el reforzamiento, los
racionalistas del siglo XVII se detuvieron a observar las regularidades de las estructuras
lingüísticas para confrontarlas con la insuficiencia y la dispersión de los datos, y proponer
la existencia de mecanismos innatos internos al sujeto, como una posible explicación a la
adquisición del lenguaje.
En la historia de segregaciones que Chomsky construye como un modo de
atender a una polémica que en realidad se centra en el problema de la tensión entre
“adecuación descriptiva” y “adecuación explicativa”, la figura de Saussure queda relegada
a algunas menciones un tanto difusas, que Chomsky le dedica en distintos momentos del
desarrollo del programa. Si bien es posible advertir alusiones celebratorias al lingüista
ginebrino, nunca se lo llega a reconocer como un verdadero precursor de muchas de las
ideas por venir. Al contrario, el ideario cartesiano vuelve una y otra vez, incluso en el
marco del minimalismo biolingüístico. Así, en un artículo que Chomsky publica junto
a colaboradores, definirá la “facultad del lenguaje en sentido estrecho” (FLE) como
la capacidad de producir expresiones discretas que luego serán leídas en los sistemas
sensorio motor y conceptual intensional. Señalará además que “cada expresión es, en este
sentido, un par de sonido y significado” (la traducción es mía) y le adjudicará esta idea a
la historia de la filosofía, especialmente a Humboldt (Hauser et al. 2002, p. 1573).7 Pero
¿no será quizá Saussure quien desarrolle esta idea con total elegancia en un avanzado
minimalismo? Es curioso que en una definición tan mínima y a la vez clara de la facultad
del lenguaje, que a Chomsky le significa aproximadamente cincuenta años de trabajo,
reverberen ideas del fundador de la lingüística: no Humboldt, sino Saussure. Saussure
6
A diferencia de Platón, para quien los principios que explican el conocimiento son siempre externos a la
psiqué platónica. Siguiendo el pensamiento cartesiano, Humboldt plantea el concepto de forma lingüística y
lo explica como un mecanismo generativo, un principio dinámico, una energeia.
7
FLN takes a finite set of elements and yields a potentially infinite array of discrete expressions. This capacity
of FLN yields discrete infinity (a property that also characterizes the natural numbers). Each of these discrete
expressions is then passed to the sensory-motor and conceptual-intentional systems, which process and
elaborate this information in the use of language. Each expression is, in this sense, a pairing of sound and
meaning. It has been recognized for thousands of years that language is, fundamentally, a system of sound-
meaning connections; the potential infiniteness of this system has been explicitly recognized by Galileo,
Descartes, and the 17th-century “philosophical grammarians” and their successors, notably von Humboldt.
One goal of the study of FLN and, more broadly, FLB is to discover just how the faculty of language satisfies
these basic and essential conditions. (Hauser et al., 2002: 1573)
81
arriba a una concepción de la lengua en la que los signos se definen claramente en la unión
de significado y significante, y en el juego de oposiciones que establecen con los otros
signos. Tanto esa relación, desprovista en absoluto de nacionalismos, como la oposición
binaria que marca su pensamiento atraviesan y subyacen a la teoría generativista.
Retornos
A lo largo de este trabajo hemos intentado desandar la construcción de filiaciones
y segregaciones en la historia de la lingüística de los siglos XIX y XX. El relegamiento de
la figura de Saussure en el trazado de una tradición por parte del programa generativista
funciona como punta de lanza para comenzar a indagar en las relaciones entre quienes
Chomsky postula como antecedentes -los filósofos racionalistas del siglo XVII y,
especialmente, Wilhelm von Humboldt- y el fundador de la lingüística, Ferdinand de
Saussure. Nos hemos detenido especialmente en el concepto de Sprache, en la ambigüedad
del término y en las tensiones que expresa en el pensamiento de Humboldt para luego
comprender cómo esas tensiones se resuelven, o al menos eso se intenta, en una
propuesta orientada hacia la construcción de una ciencia lingüística general, limpia de
nacionalismos y etnocentrismos. Ese proyecto le implica, necesariamente, a Saussure,
otro tipo de segregación: la de deslindar la lengua del habla y del lenguaje. Saussure no
desconoce en absoluto el pensamiento anterior a su época, y en ese sentido funciona
como un gran articulador entre las ideas del pasado, el presente, y el futuro. ¿Su obra está
cerrada, superada? Creemos que la respuesta a esta pregunta es negativa, la segregación
del lingüista suizo, por parte de Chomsky, consideramos es injusta. Pero las segregaciones,
hemos visto, de algún modo, siempre, retornan.
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y su influencia en el desarrollo espiritual de la humanidad de W. von Humboldt.
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82
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etimología saussureana. En Entornos, 26(2), 325-337.
83
Paula Navarro*
Recibido: 20/09/2020 | Aceptado: 18/05/2021
Resumen
Las ciencias humanas, en general, y las del lenguaje, en particular, se encuentran ante un
proceso de relectura y revisión del pensamiento saussureano luego del hallazgo de manuscritos
originales de Saussure. En este artículo me propongo examinar algunas de las posibilidades que
habilita el pensamiento saussureano “ampliado” para la investigación lingüística y para la enseñanza
de la lengua materna, a partir de las nuevas lecturas de la obra del ginebrino, en particular desde
la perspectiva del interaccionismo socio-discursivo.
La relectura del Curso de Lingüística General (CLG) a la luz de los Escritos sobre Lingüística
General (ELG) configura un punto de vista más preciso y complejo del signo lingüístico y la lengua
que la interpretación consolidada del CLG. En los manuscritos de Saussure el signo lingüístico se
concibe como una entidad cuaternaria en tres relaciones. Por su parte, el mecanismo de la lengua
como “diferencias de formas” apuntala las nociones “juego de signos” y “torbellino de signos”.
Para el Interaccionismo sociodiscursivo (ISD) la teoría del signo de Saussure, combinada
con otros pensadores, permite comprender el modo en que se desarrolla el pensamiento auto-
reflexivo que involucra signos y discursos como consecuencia de su uso social y convencional.
Desde este paradigma, el acceso a los manuscritos saussureanos orienta el estudio del mecanismo
de la significación en el discurso que Saussure expuso, pero no sistematizó, complementado con el
método descendente de Voloshinov.
En términos didácticos, el acceso al corpus ampliado de Saussure nos enfrenta a un
escenario de nuevas interpelaciones y de oportunidades renovadas para una redefinición de los
objetos de enseñanza, que está estrechamente vinculada con la formación de formadores en lengua
y literatura.
Palabras clave: signo lingüístico, entidad cuaternaria, torbellino de signos, discurso,
proyecciones didácticas
*Argentina. Licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Rosario. Integrante del Proyecto de
Investigación “La revisión y reescritura de los escritos de estudio. Temas y problemas epistémico-didácticos"
(Facultad de Humanidades y Ciencias. Universidad Nacional del Litoral). Profesora adjunta en la Universidad
Nacional de Rosario y Jefa de Trabajos Prácticos en la Universidad Nacional del Litoral. Secretaria de Ciencia
y Técnica en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. lpnavarrro@gmail.com
84
Abstract
The human sciences, in general, and language sciences, in particular, are facing a
process of rereading and reviewing the Saussurean mindset after discovering new original
Saussure manuscripts. In this article I intend to examine whether the “extended” Saussurean
thought enables new possibilities for linguistic research and teaching of the mother tongue,
based on new readings of the work of the Genevan, in particular from the perspective
of Social-Discursive Interactionism.
The rereading of the CGL in the light of the WGL configures a more precise and complex
point of view of the linguistic sign and language compared to the consolidated interpretation of
the CGL. In Saussure’s manuscripts the linguistic sign is conceived as a quaternary entity in three
relations. Moreover, the mechanism of language as “differences of forms” underpins the notions
“game of signs” and “whirlwind of signs”.
According to the SDI, Saussure’s sign theory, combined with other theories, makes it
possible to understand the way in which self-reflective thinking involving signs and discourses
develops as a consequence of its social and conventional use. According to this paradigm, the
access to Saussurean manuscripts guides the study of the mechanism of meaning in the discourse
that Saussure exposed but did not systematize, complemented by Voloshinov’s method.
In didactic terms, the access to Saussure’s expanded corpus confronts us with a series of
new questions and renewed opportunities in order to redefine teaching objects, which is closely
linked to the education of teachers in language and literature.
Keywords: linguistic sign, quaternary entity, whirlwind of signs, discourse, didactic
projections
85
Estoy convencido de que el hecho de que los autores clásicos sean patrimonio de
todos tiene, particularmente en el campo de las humanidades, muchos aspectos
positivos, pero también algunos negativos. Entre estos últimos yo destacaría dos:
uno es el hecho de atribuirles una serie de intuiciones y premoniciones acerca
de nuestras creencias firmes; el otro consiste en pasar por alto los aspectos de
su pensamiento que no parecen enteramente compatibles con ellas. No sé si esa
‘interpretación orientada’ de los clásicos que tan claramente se reconoce en la
lingüística contemporánea, y también en otras humanidades y ciencias sociales,
tendrá su origen en la indudable pujanza académica que las distintas corrientes
y tendencias tienen en el mundo intelectual, pero me parece real, y --de hecho--
estoy casi seguro de que muchos lectores y re-lectores actuales del Curso no
podrán evitar del todo los riesgos a los que me refiero. (Bosque, 2002, p. 10)
Saussure, un clásico
El CLG ha sido concebido como el texto fundacional de la lingüística moderna
en el que se delimita el verdadero objeto de la ciencia que se interesa por los hechos de
86
87
88
y significaciones sólo existen en virtud de las diferencias de los signos” (ELG, 2004, p. 41).
Por eso, para el lingüista suizo
Saussure niega, como consecuencia, que un hecho de lengua exista por sí mismo
fuera de su oposición con otros y que sea algo más que una manera más o menos
afortunada de resumir un conjunto de diferencias en juego: de manera que sólo
esas diferencias existen, y que por eso mismo todo el objeto del que trata la ciencia
del lenguaje se precipita en una esfera de relatividad. (ELG, 2004, p. 68)
89
de “forma fija”. Estas nociones -que también se registran en el CLG pero con menos énfasis-
proyectan nuevos alcances teóricos y didácticos.
90
De acuerdo con este análisis según el cual el marco social fija los valores de los
signos y rige los juicios de identidad y diferencia, Bronckart arguye que la teoría de Vygotski
corresponde “más bien al pensamiento del segundo Saussure y del segundo Wittgenstein”
(1985, p. 66).
La constitución formal del ISD como marco teórico-metodológico se materializa
en el año 1997 con la publicación de dos obras de índole propositiva: el manifiesto
colectivo Por una reconfiguración de las ciencias humanas/sociales en el que se asume una
perspectiva vygotskiana y la obra fundacional de Jean-Paul Bronckart, Actividad verbal,
textos y discursos. Por un interaccionismo socio-discursivo.
En ambos escritos la teoría del signo de Saussure, combinada con otros pensadores,
permite comprender el modo en que se desarrolla el pensamiento auto-reflexivo que
involucra signos y discursos como consecuencia de su uso social y convencional. En
palabras de Bronckart, el procedimiento interaccionista se apoya “en el análisis saussureano
de la arbitrariedad radical del signo (1916) que constituye un aporte teórico esencial para
la comprensión del estatuto de las relaciones de interdependencia entre el lenguaje, las
lenguas y el pensamiento humano” (2004, p. 26).
En efecto, el ISD encuentra congruentes las hipótesis de la línea de la psicología del
desarrollo de Vygotski con la teoría del signo de Saussure. Específicamente destaca el rol
decisivo que juega la interiorización de las propiedades del signo definidas por Saussure
(entidades inmotivadas, discretas y organizadas en la linealidad) en la transformación del
psiquismo heredado en un sistema de pensamiento operativo y consciente que expuso
Vygotski:
91
1961, 1975), sino que este enfoque se complementa con la teoría de Bajtín, primero
(Bronckart, 2004), y de Voloshinov, después (Bronckart, 2007, 2013; Bronckart y Bota,
2014) para determinar que esa actividad significante se organiza en discursos.
El ISD postula que los significados de los signos se deben comprender no solo
como valores directamente relativos a la organización de los discursos en los que se
insertan, sino también como indirectamente relativos a la organización de la acción que
mediatiza dichos discursos. A través de estos valores discursivos es que se elaboran las
unidades de “representación” del mundo. De esta manera, la producción de un género
discursivo nuevo es indisociable de la creación de unidades de pensamiento nuevas, que
son reflejo de las reglas del género en función del tipo de actividad humana en la que se
integran (Bronckart, 2004).
En esta cosmovisión, la categoría “género de texto” -que se basa en Voloshinov-
resulta fundamental debido a que expresa las relaciones de interdependencia entre las
propiedades de los textos y de las actividades sociales que estos realizan. No obstante,
como para el ISD la infraestructura general de los distintos géneros de texto se compone
de tipos de discurso -unidades de tipo psico-verbal-, la interiorización de las propiedades
no solo de los géneros sino también de los tipos es la que explica las modalidades de
operatividad del pensamiento consciente (Bronckart, 2004).
Este enfoque se profundiza en el proceso de relectura y reconstrucción teórica
que derivó del hallazgo de los manuscritos originales de Saussure, en el que los referentes
principales del ISD tuvieron una participación activa.
El estudio de los temas saussureanos a partir del corpus ampliado del ginebrino
puso de relieve los diversos conceptos del término “lengua” que se relevan en su obra
como consecuencia de la diferenciación entre las posiciones teóricas, epistemológicas y
metodológicas del ginebrino (Bulea, 2010). Esta autora expresa que la creación sígnica se
produce por un mecanismo similar (la acepción metodológica de lengua), aunque se genera
siempre algo diferente (la acepción ontológica de lengua) (Bulea, 2010). Así pues, cada
signo que se crea siempre es nuevo y esa novedad se produce en la actuación discursiva o
en “lo discursivo” en términos de Saussure (ELG, 2004).
En este sentido se especifica que es gracias al discurso que permanece revivificada la
naturaleza activa y dinámica de los signos dado que “seu valor significante é suscetivel de se
transformar incessantemente no cuadró dos processos de recepção e/ou de reformulação
que caracteriza a vida histórica dos textos”1 (Bronckart y Bota, 2014, p. 254).
Por otro lado, el análisis de los alcances que el punto de vista saussureano presenta
para el estudio de unidades superiores al signo, como textos y discursos, proyectó nuevas
filiaciones entre Saussure, Voloshinov y Vygotski. Sin embargo, las nuevas lecturas
precisan, no transforman, el modo en que Saussure se inscribe en el marco epistemológico
general del ISD. No se lo concibe, como supone Testenoire (2016), como “un pensador de
la discursividad”, sino como un autor que se interesó por el mecanismo de la significación
1
“su valor significante es susceptible de transformarse permanentemente en el marco de los procesos de
recepción y/o de reformulación que caracterizan la vida histórica de los textos” (La traducción es propia).
92
Toda especie de signo que existe en el lenguaje (1º el signo VOCAL de cualquier
orden, signo completo como una palabra o un pronombre, signo complementario
como un sufijo o una raíz, signo despojado de toda significación completa ni
complementaria como un determinado “sonido” de la lengua; o signo no vocal como
“el hecho de situar tal signo ante el otro”) tiene consecuentemente un valor puramente
no positivo, es decir, esencialmente, eternamente NEGATIVO.(ELG, 2004: 51)
Así, las entidades que pueden ser consideras unidades-signos incluyen tanto
unidades infraordenadas (morfemas) como unidades más amplias “resultantes de la
organización sintáctica del discurso” (Bronckart y Bota, 2014, p. 237). Desde este ángulo,
van a considerar desde la perspectiva semiológica que se configura en los ELG que los tipos
de discurso son, como los signos, unidades bifases (Bota y Bronckart, 2014; Bronckart,
2017); es decir, entidades de “esencia doble” caracterizadas por la “indisociabilidad
fundamental entre el plano del significante y del significado” (Bronckart y Bota, 2014, p.
255). A su vez, como los tipos de discurso, según el ISD, constituyen la infraestructura
general de los géneros, la genericidad constituye un fenómeno semiótico (Bronckart, 2017).
93
94
95
96
Bibliografía
Bronckart, J. P., Clémence, A., Schneuwly, B., Schurmans, M-N. (1997). Manifiesto. Por
una configuración de las ciencias humanas/sociales. Una perspectiva vygotskiana.
N° 5-6, Año MCMXCVII, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, pp. 50-55.
Bronckart, J.-P. (1985). Las ciencias del lenguaje: ¿un desafío para la enseñanza? Colección
“Ciencias de la educación”. Paris: Unesco.
97
Testenoire, P-Y. (2016). O que as teorias do discurso devem a Saussure. En Cruz, M. A.;
Piovezani, C. y Testenoire, P-Y. (2016). Saussure, o texto e o discurso. Cem años de
heranças e recepçôes. 1 ed. São Paulo: Parábola, pp. 105-124.
98
Gastón Daix*
Recibido: 20/09/2020 | Aceptado: 18/05/2021
Resumen
Este trabajo sostiene la hipótesis de que las metáforas y los símiles constituyen una matriz
de generación conceptual en los escritos saussureanos que resulta inescindible de la teoría en su
contexto de producción, y no como mero recurso pedagógico auxiliar puesto al servicio de la
divulgación de un conocimiento ya consolidado como tal. En tal sentido, desde una perspectiva
interactiva, asumimos que las metáforas constituyen modos de pensar capaces de engendrar
representaciones del mundo y que, por tanto, antes que depender de semejanzas preexistentes
entre entidades extralingüísticas, las crean performativamente en el discurso. Sobre la base de
estos supuestos, tras un breve análisis de las conceptualizaciones clásicas acerca de la metáfora
–de las que tomamos distancia– y de los argumentos por los que el discurso tradicional acerca
de la ciencia erige una mítica incompatibilidad entre figuración y razón, procedemos a relevar y
contrastar expresiones metafóricas evidenciadas en el Curso de lingüística general (CLG) y en los
Escritos sobre lingüística general (ELG).
Palabras clave: Metáfora, Comparación, Símil, Discurso científico, Lingüística, Saussure
Abstract
This paper supports the hypothesis that metaphors and similes constitute a conceptual
generation matrix in Saussure’s writings that is inseparable from theory in its context of production,
and not as a mere auxiliary pedagogical resource put at the service of the dissemination of
knowledge already consolidated as such. In this sense, from an interactive perspective, we assume
that metaphors constitute ways of thinking capable of engendering representations of the world and
that, therefore, rather than depending on pre-existing similarities between extra-linguistic entities,
they create them performatively in discourse. On the basis of these assumptions, after a brief analysis
*Argentina. Profesor en Letras. Docente de la cátedra Taller de Lectura y Escritura Académica y miembro
del Centro de Escritura Académica de la Universidad Nacional de Rafaela. Auxiliar en la cátedra Análisis
del Texto y del Programa Universitario de Alfabetización y Escritura Académica en la Universidad Nacional
de Rosario. Miembro de la Cátedra Libre Ferdinand de Saussure del Instituto de Investigaciones Adolfo
Prieto. Email: gastondaix@gmail.com.
99
Introducción
Normand (1995) ha señalado pertinentemente que, a pesar del rechazo declarado
de Saussure a la vaguedad y a la inadecuación del lenguaje metafórico empleado por los
estudios filológicos del siglo XIX, “sobre los puntos más problemáticos (como la naturaleza
del signo) las metáforas […] son tan numerosas en las diversas notas manuscritas (huellas
de investigación) como en los cuadernos de los estudiantes (ecos de la enseñanza)” (p.
80). Asimismo, como observa Arrivé (2017), lejos de tratarse de una tendencia que pasara
inadvertida para el propio autor, “Saussure es consciente en grado sumo de esta característica
de su discurso” (p. 84) e incluso esgrime una apología de su uso en lingüística, como
puede apreciarse en sus notas manuscritas en las que discurre acerca de las dificultades de
la terminología empleada en los estudios del lenguaje, cuya inadecuación constituye para
él una preocupación central, tal como se evidencia en la frecuentemente citada carta que
le escribiera a Meillet el 4 de enero de 1894:
estoy harto de todo esto y de la dificultad que hay, en general, para escribir diez
líneas con sentido común en materia de hechos del lenguaje. […] Sin cesar, la
inepcia absoluta de la terminología ordinaria, la necesidad de reformarla, y de
mostrar para ello qué clase de objeto es la lengua en general, me estropea el placer
histórico (Benveniste, 1971, pp. 38-39)
100
Proscribir la figura es creerse en posesión de todas las verdades, si no, queda usted
radicalmente fuera de la posibilidad de decir dónde comienza o acaba una metáfora.
Sería estupendo si creyéramos por un instante que los que prestan ese juramento
[“basta de figuras”] tienen la menor idea de aquello a lo que se comprometen. ¿Se
acabaron las figuras?, ¿de modo que nada más que términos que correspondan
a las realidades absolutas del lenguaje? Esto equivale a decir que las realidades
absolutas del lenguaje no ofrecen misterio para los neogramáticos, que nos las han
revelado. (Saussure, 2004, p. 209; el destacado con cursiva es nuestro)2
Podemos concluir entonces que los embates de Saussure no son contra la figuración
misma sino con los caminos errados a los que puede conducir una metáfora inadecuada.
Esta preocupación puede leerse en el marco de la crítica dirigida a sus antecesores: no
cuestionarse la naturaleza del lenguaje, dar por supuesto que esta existe del mismo modo
que los objetos físicos, sin atender que en verdad es el punto de vista el que crea el objeto.
En tal sentido, las sucesivas vacilaciones en el empleo de una u otra metáfora en los escritos
saussureanos y la batalla librada contra las metáforas biologicistas parecen dar cuenta de
una búsqueda –i.e. “huellas de investigación”, como señalamos más arriba en la cita de
Normand– orientada a superar los obstáculos epistemológicos de los cuales las metáforas
biologicistas serían tan solo un síntoma.
Así, definir el objeto de estudio de la lingüística podría pensarse, en cierto modo,
como una tarea que comprende dar con una metáfora que pueda juzgarse adecuada, que
guíe el trabajo del lingüista evitando caer tanto en la trampa de una literalidad por el
momento impracticable como en los callejones sin salida que suponen metáforas erradas
que –como las empleadas por Schleicher– “violentaban la realidad al ver en la lengua una
cosa orgánica” (Saussure, 1945, p. 260).
1
Primera conferencia en la U. de Ginebra (nov 1891)
2
Similares apreciaciones podemos leer también en el CLG. Cf. “La nueva escuela, ciñéndose cada vez más
a la realidad, hizo guerra a la terminología de los comparatistas, y especialmente a las metáforas ilógicas
de que se servían. Desde entonces ya no se atrevía uno a decir ‘la lengua hace esto o aquello’, ni hablar de
‘la vida de la lengua’, etc., ya que la lengua no es una entidad y no existe más que en los sujetos hablantes.
Sin embargo, convendría no ir demasiado lejos, y basta con entenderse. Hay ciertas imágenes de que no
se puede prescindir. Exigir que uno no se sirva más que de términos que respondan a las realidades del
lenguaje es pretender que esas realidades ya no tienen misterio para nosotros. Pero estamos muy lejos de
tal cosa. Así, pues, nosotros no vacilaremos en emplear cuando llegue la ocasión algunas expresiones que
fueron censuradas en su época” (p. 33).
101
Si esto es así, y consideramos que en efecto las metáforas y símiles que fueron
conservadas en la edición realizada por Sechehaye y Bally son eco de algunas de las
más diversas y numerosas que podemos encontrar entre las notas privadas de Saussure,
estaremos dispuestos a rechazar la posibilidad de que estas figuras puedan reducirse a
una función exegética. En otras palabras, no se trataría de recursos accesorios puestos al
servicio de volver más atractivo el discurso ni meramente derivados del afán pedagógico
de transmitir un conocimiento ya consolidado a sujetos que, en situación de cursar un
seminario, realizan un proceso de asimilación y acomodamiento de nuevos saberes3.
Creemos, en cambio, que contamos con evidencias suficientes para afirmar a partir
del cotejo del CLG y los ELG que –en principio para el caso del pensamiento saussureano–
la figuración metafórica constituye deliberadamente un método de indagación que permite
organizar, por tomar prestada una metáfora, “la masa amorfa del pensamiento”, a partir de
distintos ensayos que ponen a prueba la productividad y la adecuación de cada metáfora
con relación al concepto que no solo pretenden explicar sino generar.
Para sostener esta perspectiva, consideramos necesario precisar en primer lugar
el sentido y los alcances de la metáfora—término que hasta aquí hemos empleado
intuitivamente sin ninguna precisión teórica—tarea de la que nos ocuparemos en el
siguiente aparatado. Por otra parte, dedicaremos aquí un breve apartado al modo en que
se conciben específicamente las metáforas con relación al discurso de la ciencia, dado
que—aunque podamos considerarlo ejemplar por su documentación y dinamicidad—el
caso particular de Saussure no resulta excepcional en la historia de las ideas. Con este
marco conceptual ya consolidado, el resto del artículo descansa sobre el relevamiento y
análisis de las metáforas en dos fuentes del archivo Saussure, el CLG y los ELG,4 sobre
las cuales nos proponemos dilucidar: a) qué campos semánticos comunes aglutinan esas
metáforas, b) cuáles aparecen en ambas fuentes y cuáles no, c) que función cumplen en su
contexto de aparición.
Concepciones de metáfora
Dado que excedería ampliamente el objetivo propuesto en este trabajo, no
desarrollaremos aquí la deriva diacrónica del concepto de metáfora en el amplio arco
de siglos que van desde Retórica y Poética de Aristóteles hasta la actualidad.5 En cambio,
siguiendo el mapeo esquemático formulado por Black (1966), nos interesa señalar que las
posiciones que se sucedieron a lo largo de la historia y que aún se encuentran en pugna
respecto de la metáfora pueden sistematizarse atendiendo a dos posiciones polares: la del
3
Sobre la aplicación de las categorías paigetianas de asimilación y acomodamiento al empleo de metáforas
en contextos de enseñanza, ver Petrie & Oshlag (1993).
4
Por cuestiones de espacio, hemos decidido dejar fuera una tercera fuente cuyo análisis resulta también
esclarecedor: las notas de los cuadernos de Constantin del tercer curso de lingüística general dictado por
Saussure en Ginebra entre 1910-1911 y que, como es de público conocimiento, no fueron parte del material
empleado en la edición del CLG. El cotejo de los resultados preliminares del análisis que proponemos en este
desarrollo con esta fuente será materia de futuras indagaciones.
5
Para un análisis detallado de la propuesta aristotélica, ver Ricoeur (1977).
102
enfoque sustitutivo, una de cuyas variantes más prominentes deriva en una concepción
comparatista, y el enfoque interactivo.6
El enfoque de la sustitución plantea que la expresión metafórica consiste en el relevo
de otras literales, en razón del carácter analógico presupuesto entre un término presente
y otro ausente; en otras palabras, desde una teoría comparatista de la sustitución, lo que
posibilita la metáfora es la existencia de una relación de semejanza exterior, preexistente
e independiente del acto de su enunciación (ya en el dominio físico por semejanza entre
realidades objetivamente comparables, ya en el dominio léxico por conjunción de semas
compartidos), sobre cuya base opera el relevo. Así, “comprender una metáfora será como
descifrar un código o desenmarañar un acertijo” (Black, 1966, p. 43), es decir, ser capaz
de traducir lo que se expresa en lenguaje figurado a lenguaje literal, restituir la forma de
un pensamiento al “grado cero”, corrigiendo el “desvío” que la metáfora supone respecto
de uso corriente de una palabra. Luego, si la figuración es una operación reversible, se
asume que el sentido “original” puede ser repuesto por una paráfrasis exhaustiva o por el
uso del término propio, sin que ocurra por ello una pérdida semántica. En este sentido,
un problema para este punto de vista es lograr definir cuál sería el “grado cero” frente al
cual ocurre el desvío. Las respuestas a esta demanda teórica son variadas, pero en general
poco satisfactorias en la contrastación empírica, ya que tropos y figuras están presentes (o
ausentes) tanto en el discurso cotidiano, como en la literatura e, incluso, como venimos
sugiriendo desde un comienzo, en el discurso científico, e incluso los efectos de sentido
producidos en cada uno de estos campos no son de pleno equiparables entre sí.
Por otra parte, el enfoque interactivo plantea que “cuando utilizamos una metáfora
tenemos dos pensamientos de cosas distintas en actividad simultánea y apoyados por
una sola palabra o frase, cuyo significado es una resultante de su interacción” (Richards,
1963, p. 93). La metáfora es “un préstamo mutuo y comercio entre pensamientos, una
transacción entre contextos” que requiere que dos ideas “cooperen en un significado
incluyente” (p. 94). Es decir que una palabra que se constituye en el foco de una metáfora
alcanza en su contexto un sentido nuevo que no es ni el significado de sus usos literales
ni el del que podría tener un sustituto literal cualquiera. La presencia del foco en un
6
Si bien consideramos que la propuesta de Black resulta todavía a la fecha esclarecedora, existen además
otros modos más recientes de clasificar y nombrar perspectivas dispersas geográfica e históricamente pero
afines epistemológicamente. Por caso, Martin Soskice y Harré (1995), apoyándose en Black y en Richards
pero considerando también los desarrollos posteriores llevados a cabo en el marco del cognitivismo
(fundamentalmente a partir de la obra de Lakoff y Johnson en los ochenta), distinguen las diversas teorías
sobre la metáfora en dos grupos –teorías sustitutivas y teorías gestálticas– en función de si se considera,
respectivamente, que la metáfora es un modo otro de decir aquello que podría haberse expresado en términos
literales sin pérdida cognoscitiva o si, en cambio, se asume que lo que se expresa metafóricamente no podría
expresarse de otra forma. Sobre esta última línea, las autoras sostienen que las metáforas son necesarias en
tanto “tanto en el curso de la composición literaria como de la teorización científica concebimos más de
lo que podemos decir” (p. 290) por lo que la metáfora se constituye en un modo de decir lo que queremos
decir, especialmente cuando no existe (al menos provisoriamente) otro modo de decirlo. En tal sentido,
las metáforas serías asumidas allí como una totalidad construida cuyo sentido excede en de sus partes
constitutivas aisladas o en otro contexto y, a la vez, estructuras que modelarían la percepción intelectual de
aquello que, en el correlato de lo extra verbal, pretenden denominar a título de referente.
103
nuevo marco7 supone, entonces, forzar una extensión del significado. Por eso, para que
funcione, el lector tendría que ser capaz de percatarse de tal extensión y de atender a la
vez al significado antiguo y al nuevo. Black plantea que, en tal sentido, podemos entender
la metáfora como un “filtro” o “lente” capaz de hacer ver, ocultar, poner de relieve o en
segundo plano determinados rasgos que aceptamos como representación de “lo real”.
Así, bajo esta segunda lógica, en una afirmación como “El hombre es un lobo”
hay dos asuntos, el principal “el hombre” y el subsidiario “el lobo”, de modo que vemos al
hombre a través del filtro que formulan los rasgos que conocemos o atribuimos al lobo.
Por ello, para comprender la metáfora, es necesario que el lector conozca el sistema de
tópicos que acompañan al asunto secundario o, de lo contrario, si no logra activar ese
campo, la metáfora no será capaz de aportar un nuevo significado. Asimismo, lo que
interesa allí no es tanto que los lugares comunes a los que alude el sistema de tópicos
sean verdaderos cuanto que sean evocados de forma rápida y espontánea. En el caso de
lobo, deben activarse y proyectarse sobre el hombre las representaciones asociadas a la
ferocidad, a la competencia constante, a su dieta carnívora, a su fuerza, a su peligrosidad,
etc., pero no todo lo que un lobo “es” (p.ej. su pelaje). E incluso si en el mundo empírico
se constatase que lo que se sostiene en la doxa respecto del lobo es falso, ello no incide en
nada en el sentido ni en la comprensión de esta, en tanto quien la interpreta conozca el
sistema tópico sobre el que se apoya.
Como se ve, el eje de esta mirada está en el nivel discursivo, no en el léxico o en el
referente, por lo que podemos asumir que, además, la vitalidad de las metáforas y su sentido
se debe analizar en un contexto ampliado que no se limita ni siquiera a la frase. Asimismo,
y contrariamente a la tradición retórica que insistentemente asume la existencia de una
semejanza preexistente y exterior como condición sine qua non, aquí de lo que se trata es
de proponer que la metáfora es capaz de fundar la semejanza sobre la que luego se afirma.
Para ello, toda metáfora supone suprimir ciertos detalles y acentuar otros, organizando
una visión determinada del asunto principal, pero saber qué aspectos son los relevantes
en la puesta en diálogo de los conceptos que conforman la metáfora constituye un saber
cultural e históricamente situado, no válido universalmente y no explicable meramente a
partir del significado léxico. Ello conduce a suponer que el carácter generativo y dinámico
de la “metaforicidad” (Black, 1977) —en tanto atributo— rehúye a todo intento de
definición estable: lo que en un momento se percibe como metáfora (como caso marcado
o “desvío”, en términos retóricos) en otro contexto puede no serlo (es decir, puede recibir
una interpretación plenamente literal). Después de todo ello permitiría explicar no solo
las catacresis, las expresiones fosilizadas, ciertos casos de neologismos en las ciencias e
incluso algunos malentendidos.
A modo de síntesis parcial, hasta aquí lo que nos interesa mostrar es que el
relevamiento y análisis de metáforas que nos hemos propuesto realizar sobre el corpus
saussureano no puede llevarse a cabo sin tomar determinadas decisiones teóricas y
epistemológicas previas. Por lo pronto, consideramos necesario alinear a propuestas que:
7
Empleo aquí la denominación preferida por Black, coextensiva a los conceptos de tenor y vehículo formulados
por Richards. Nótese asimismo que en ambos casos la metáfora aparece como un elemento compuesto por
entidades copresentes en el nivel del discurso, de modo que no puede reducirse ni identificarse –como suele
ocurrir en la retórica– con una de sus partes.
104
8
No desarrollaremos en este artículo las discusiones en torno a los modos en que se entrelazan a lo largo de la
historia las conceptualizaciones de la metáfora con los términos comparación, analogía y símil. Nos interesa, no
obstante, dejar planteado algo que se ha delimitado a lo largo de este apartado pero que conviene señalar con
mayor claridad, siguiendo los planteos de Ortony (1993a): el hecho de que las metáforas operen sobre la base de
comparaciones –en términos cognitivos– no supone que la metáfora sea una comparación –en términos lógicos
o lingüísticos–. Asimismo, no todas las expresiones lingüísticas que se formulan en términos comparativos
constituyen expresiones metafóricas. Después de todo, existe una diferencia sustancial entre una comparación
literal –p.ej. “Las enciclopedias son como diccionarios”– y otras que no lo son –p.ej. “Las enciclopedias son
como minas de oro”–. En este trabajo, por claridad expositiva, cuando refiramos a “símiles” lo haremos en este
sentido: comparaciones que deben ser interpretadas metafóricamente para tener sentido. Para una discusión
pormenorizada sobre al papel de la similitud en símiles y metáforas, ver Ortony (1993a) y Le Guern (1978).
105
9
En términos generales, aunque el autor no lo explicite así, podríamos incluir dentro de este grupo a los
retóricos clásicos y medievales (al menos en cuando al modo en que han sido interpretados en la modernidad),
a las teorías románticas del simbolismo (cf. Torodov, 1981, 1982) y a la denominada neorretórica
(cf. Grupo µ, 1987).
10
Cohen (1984) plantea como epítome del grado cero retórico al discurso de la ciencia, con la fuerte
advertencia de que se trata de un “cero relativo” y no de un inalcanzable “cero absoluto”. Esta perspectiva que
adopta instrumentalmente a la ciencia como punto de referencia de lo “neutro” y coloca el discurso poético
en sus antípodas resulta interesante, ante todo, porque su fisura permite entrever el carácter artificial y en
última instancia convencional, contingente e histórico de lo que se considera norma y de lo que se establece
106
En tal sentido, el lenguaje figurado se presenta como la antítesis del uso normal y habitual
del lenguaje, en el que el discurso se presenta como pura transparencia (cf. Todorov, 1971).
Hasta aquí, entonces, hemos señalado que la marcada tendencia al rechazo de
la metáfora del dominio del conocimiento socialmente convalidado poseyó un carácter
declarativo antes que efectivo. En efecto, como primera evidencia es posible señalar que
el discurso científico no solo utiliza metáforas desgastadas por el paso del tiempo que ya
no se perciben como tales y que rellenan los huecos del lenguaje natural (i.e. catacresis).
En ese sentido, la creación metafórica estaría estrechamente vinculada a una exigencia
neologística que permita a una teoría distanciarse de la ambigüedad de las palabras
empleadas en el lenguaje cotidiano y dar nombre a entidades construidas para las cuales la
lengua no ofrece, en principio, un término “literal”: así, por ejemplo, es habitual hablar de
la “raíz” del verbo o de la “nube” de protones de un átomo empleando un procedimiento
similar al que permite hablar de la “pata” de la mesa o de la “cabeza” del alfiler.
Por otra parte, los modelos y las metáforas son en muchos casos un aspecto
constitutivo de las teorías (Black, 1966; Boyd, 1993), ya que de estos se desprenden no
solo un vocabulario asociado a una metáfora principal, sino que además funcionan como
una suerte de “filtro” o “lente” que proyectan sobre el observador una imagen del mundo
diferente a la que se obtendría si empleasen otra metáfora:
como desvío. Sobre esa base, podemos afirmar que la figuración constituye la matriz operativa del lenguaje
en uso (o, lo que es lo mismo, que todo el lenguaje es metafórico).
107
las cosas. […] En tales casos, la pérdida que se produce es pérdida de contenido
cognoscitivo: la debilidad que nos importa de la paráfrasis literal no es que
pueda ser fastidiosamente prolija o aburrirnos con su explicitud […], sino
que fracasa en su empeño de ser una traducción, ya que no consigue hacernos
penetrar en la cuestión como lo hacía la metáfora. […] No cabe duda que las
metáforas son peligrosas, […] mas toda prohibición de su empleo constituiría
una restricción arbitraria y perjudicial de nuestra capacidad de indagación.
(Black, 1966, pp.55-56; el destacado es nuestro)11
11
Vemos, pues, que sobre el final de la cita anterior encontramos una toma de posición respecto del lugar
de la metáfora en el discurso de la ciencia que coincide con el argumento por el cual Saussure señala como
ingenua la empresa neogramática de desprendimiento de la figuración en lingüística.
12
Cabe señalar que existen además trabajos centrados específicamente en la enseñanza del CLG a partir
del empleo didáctico de otros elementos tradicionalmente asociados a la retórica, como la paradoja (cf.
Navarro, 2015).
108
Metáforas saussureanas
Sin pretensión de exhaustividad y a los efectos de claridad expositiva, hemos
sintetizado parte del relevamiento de metáforas y símiles en el corpus saussureano,
agrupando los casos en conjuntos conforme afinidades semánticas—toda vez que resultó
posible—y simultáneamente discriminamos aquellos que corresponden a manuscritos
compilados en los ELG de los que se identifican en el CLG.
Hemos optado aquí por no diferenciar entre metáforas propiamente dichas y
símiles (puesto que, como señalamos anteriormente, consideramos que ambos poseen
un funcionamiento metafórico) y, por otro lado, excluir de nuestro relevamiento aquellos
casos que pudieran catalogarse como catacresis (es decir, metáforas fosilizadas ya como
léxico corriente sin posibilidad de relevo), tales como raíz, esfera, lenguas vivas / muertas,
ley. Asimismo, no consideraremos en este artículo la posibilidad de una lectura metafórica
de los esquemas e ilustraciones que abundan en los manuscritos, asunto que merece un
tratamiento específico.
Realizadas estas aclaraciones metodológicas, me detendré primeramente en
señalar qué metáforas y comparaciones de las relevadas en el CLG aparecen también en
los ELG, y luego enumeraré aquellas que suponen una novedad.
En primer lugar, resulta interesante señalar que la metáfora del ajedrez es una de
las más reiteradas en el corpus saussureano: en efecto, se emplea en cinco ocasiones en
el CLG y en seis ocasiones en los ELG. La capacidad de compactación a la que aludimos
en el apartado anterior (Ortony, 1975) se evidencia en este caso en el hecho de que una
misma metáfora sea capaz de ser empleada en contextos diferentes para dar cuenta de
distintos aspectos que permiten concebir a la lengua como sistema de valores puros,
evidenciando el carácter no sustancial de los signos (en la medida en que el valor de la
pieza no depende del material del que esté hecha sino de su relación respecto del resto) y
el modo en el que se formula un enfoque sincrónico (para el caso, relativo a las relaciones
de oposición y diferencia que una pieza establece con el resto en un momento dado del
juego) diferenciado de uno diacrónico (centrado en los movimientos realizados en el
tablero a lo largo del tiempo en la comparación de sucesivas jugadas) para el estudio del
sistema. Asimismo, el carácter programático de esta metáfora no solo queda sugerido por
su reiteración y condensación, sino también por el hecho de que explícitamente Saussure
haya apuntado “Comparación con partida de ajedrez” (sin desarrollo) como un punto a
incluir en su proyecto de escritura de un libro de lingüística general (cf. ELG, p. 201).
Por otra parte, así como Saussure parece reconocer el potencial de algunas metáforas
y la posibilidad de explotarlas en nuevos contextos, con otras realiza una aproximación
más cauta, consciente de que su adecuación resulta parcial, comparando una metáfora con
otra y proponiendo alternativas. Entendemos que tal es el caso del complejo químico
que permite pensar el carácter compuesto de las unidades lingüísticas, tal como se lee en
el CLG:
109
Muchas veces se ha comparado esta unidad de dos caras con la unidad de la persona
humana, compuesta de cuerpo y alma. La comparación es poco satisfactoria. Más
acertadamente se podría pensar en un compuesto químico, el agua, por ejemplo:
es una combinación de hidrógeno y de oxígeno; tomado aparte, ninguno de estos
dos elementos tiene las propiedades del agua. (p. 127)
Cabe señalar que aquí el compuesto químico no se emplea para dar cuenta de la
dualidad del signo en tanto asociación significado/significante (como ocurre en el CLG),
sino que opera como demostración y advertencia acerca de la dificultad a la que se enfrenta
el lingüista cuando, para abordar entidades heterogéneas, como lo son las identidades
lingüísticas, “se escapa por la tangente” en su afán clasificatorio en lugar de “comprender
que es precisamente ante esta tarea absurda ante la que se halla de inmediato y desde un
comienzo” (p. 24). A su vez, la imposibilidad de trabajar con un objeto heterogéneo aparece
estrechamente ligado a la comparación con clara intención paródica con el intento de
definir a qué clase pertenecería “ensamblaje de una plancha de hierro atada a un caballo,
de una plancha de oro colocada encima de un buey o de un cordero que llevara un adorno
de cobre” (p. 22).
Por otra parte, cabe señalar que en los ELG se introduce una indicación valiosa –
ausente en el CLG– que limita los alcances de la metáfora química: “se puede decir que esta
comparación es inexacta por cuanto los dos elementos del aire son materiales, mientras
que la dualidad de la palabra representa la dualidad del ámbito [...] mental” (p. 24). En
términos mucho más categóricos, leemos luego que “por eso la comparación química,
correcta en algunos aspectos, no dice nada realmente” (p. 109). Semejantes acotaciones
caben para la metáfora antes comentada del ajedrez en el CLG, cuyo alcance prometedor
se encuentra restringido por al menos una única pero significativa diferencia respecto de
la lengua (cf. “No hay más que un punto en que la comparación falla: el jugador de ajedrez
tiene la intención de ejecutar el movimiento y de modificar el sistema, mientras que la
lengua no premedita nada”, p. 114), o para la metáfora del traje, que en uno de sus empleos
dentro del CLG resulta inadecuada y se plantea solo a los efectos de proponer otra como
contraparte (cf. “la identidad lingüística no es la del traje, sino la del expreso y la calle”, p. 133).
Si nos desplazamos hacia otro campo semántico, podremos apreciar que las
metáforas hídricas tienen mayor presencia en los ELG que en el CLG: aparece la figura
del riachuelo sobre el que no vale la pena preguntarse dónde nació exactamente (p. 94)
110
y la figura de los glaciares divergentes para aludir a “idiomas hermanos” (p. 159-
160). Relacionada con el agua también encontramos la comparación con el sistema de
señales marítimas (p. 57, en paralelo con el ejemplo del CLG de la p. 95, y p. 222),
sobre la que Saussure aclara que “la lengua puede compararse fructíferamente y en varios
sentidos, aunque no sea una comparación exacta”. También podemos asociar a este campo
la metáfora que indica que “la lengua no es un navío en los astilleros sino en alta mar”
(p. 253). Además, en la p. 147 aparecen “canales secretos por los que fluye la vida” en
alusión a la relación entre dos lenguas que se suceden en el tiempo: el francés y el latín.
Por su parte, lejos de las preocupaciones acerca del origen y más bien con el foco
puesto sobre el par sincronía/diacronía, en el CLG también hallamos una metáfora fluvial:
“La evolución puede variar de rapidez o de intensidad sin que el principio mismo se
debilite; el río de la lengua fluye sin interrupción; que su curso sea lento o torrentoso, es
de consideración secundaria” (p. 165). Merecen mención aparte la metáfora de la ola (p.
165) relativa a la idea de que la lengua es “forma, no sustancia”, los flotadores con los
que trabajan quienes pretenden estudiar el sonido a través de la escritura (p. 59), y la de la
inundación que remite a las líneas isoglosemáticas (p. 235).
Es interesante señalar que en los ELG (p. 278) en lugar de la metáfora de la
inundación Saussure recurre a la metáfora botánica que asimila las fronteras entre
dialectos a los límites de vegetación. Allí aparece nuevamente el resguardo de
que se trata tan solo de un recurso “para dar una idea de la cosa”, lo cual sugiere que
la coincidencia no es plena entre los elementos comparados, pero inmediatamente
Saussure acota: “Muy buen ejemplo para dar una idea del dialecto”. Tal es su entusiasmo
que no deja librada al azar la comparación y especifica las especies vegetales en las que
está pensando: la vid y el olivar.
También en el campo botánico, se plantea en otro lugar –nuevamente con una
mirada crítica a la tradición– que “se sigue imaginando el latín y el francés como dos
follajes que aparecen sucesivamente en el mismo árbol desde la caída de las hojas en otoño
hasta la aparición de los nuevos brotes” (p. 147). Por su parte, en la p. 188 aparece planteada
la imagen del lenguaje “como una vegetación parásita extendida por la superficie de
nuestra especie”, que está allí solo para ser desechada en favor de la propuesta de Whitney
de asumir al lenguaje como institución humana. Análogo es el caso del “reino lingüístico”,
expresión acuñada en alusión al “reino vegetal” estudiado por los botánicos, como una
figura tomada de Max Müller y puesta a consideración solo para provocar su rechazo.
Si ampliamos el campo que hemos denominado hasta aquí “botánico” en un campo
“biológico”, podremos incluir también otros casos, tales como la imagen del cadáver,
asociada al término aposema en la p. 103 (en un sentido similar al esbozado en el CLG,
donde tal neologismo se encuentra ausente), aunque inmediatamente Saussure plantea
la diferencia entre un cadáver y una palabra: “un cadáver sigue siendo cosa organizada
en su anatomía, mientras que en la palabra anatomía y fisiología se confunden a causa
del principio de convencionalidad”. Es de destacar que antes de esta salvedad el autor
haya anotado para sí “Probablemente pueda admitirse esta comparación, es decir, no es
peligrosa”. En línea con la metáfora biológica, aparece “la palabra inerte…” (p. 107)
aunque no presenta desarrollo, la comparación con la anatomía y la fisiología (p. 109) y
la crítica a las metáforas heredadas del comparatismo, fundamentalmente de Schleicher:
111
lenguas madres, lenguas hijas, nacimiento y muerte de las lenguas, la lengua como
organismo (pp. 137-139, 146, 193, 264).
Otros campos que podemos identificar en este relevamiento contrastivo son
expresiones metafóricas que por razones de espacio no analizaremos in extenso aquí y
que atañen a los siguientes órdenes: económico, edilicio, cósmico, tecnológico, mítico
y político. Junto al detalle de estas metáforas, existen otras metáforas, abundantes y
heterogéneas, que no pueden subsumirse a primera vista bajo una misma categoría, la
mayoría de las cuales son patrimonio exclusivo de los ELG.
Para finalizar, no podemos dejar de señalar que, si centramos nuestra mirada
exclusivamente en el CLG, se constata allí que la mayor densidad de expresiones
metafóricas ocurre en los primeros capítulos de la segunda parte (asociados al concepto
de valor), en segundo lugar en el planteo del par sincronía/diacronía y en tercer lugar en el
capítulo relativo al objeto de la lingüística (cap. III de la primera parte), es decir, en aquellos
segmentos del volumen en los que la exposición se distancia de los marcos formulados
por los estudios histórico-comparados e introduce nuevos conceptos, difíciles de asir, en
el marco de una ruptura epistemológica que sentaría las bases para la emergencia y el
desarrollo de la lingüística estructural.
Consideraciones finales
A partir del relevamiento realizado en el aparato anterior, podemos señalar que los
ELG presentan metáforas y comparaciones diversas, algunas de las cuales reaparecen en el
CLG. Algunas metáforas son tomadas de otros autores o aplicadas a ellos con una función
polémica, para señalar su inadecuación o para satirizar al adversario (p.ej. las alusiones a
las metáforas biológicas).
Otras metáforas son de orden propositivo, pero en los ELG Saussure se preocupa
constantemente por señalar los límites posibles de comparación y registra de su puño y
letra qué figuras le resultan más útiles para pensar o para mostrar un tema (p.ej. “[Sobre el
follaje]: Muy buen ejemplo para dar una idea del dialecto” p. 278, “Los glaciares divergentes
son realmente una buena comparación para idiomas hermanos” p. 159), una cautela que
queda enteramente desdibujada en el tono mucho más categórico del CLG.
En algunos casos una imagen que empieza a desarrollarse se trunca y es abandonada
(posiblemente un ejemplo sea el del complejo químico), o bien se conserva, pero con
advertencias sobre sus “peligros” (p.ej. en la p. 103 sobre los peligros del aposema como
cadáver de una palabra).
En otros (como el caso del ajedrez) reaparece constantemente, expandiendo su
campo potencial de sentidos. Asimismo, algunas metáforas aparecen planteadas como
nota, pero no son trabajadas (p.ej. “Ver qué pasa con la comparación táctica, disposición
de una hilera de ejército” p. 110, “La palabra inerte…” p. 107, la vid y el olivar como límites
entre dialectos, la nota “Comparación con partida de ajedrez” en “Notas para un libro de
lingüística general, 2” p. 201).
112
El propio Saussure escribe que “no existe ningún objeto completamente comparable
a la lengua, que es un ente muy complejo, y eso hace que todas las imágenes de que nos
servimos habitualmente conduzcan sin excepción a darnos de ella una idea falsa en algún
aspecto. Esas trampas tendidas tras cada locución son quizá lo que más ha atrasado” (p.
136). Esta inquietud supone un doble trabajo: develar la inadecuación de las metáforas
vigentes y la búsqueda de nuevas metáforas que, aunque revistan el carácter precario que
le es propio a toda representación por inadecuación frente a su objeto, son capaces—
parafraseando a Aristóteles—de “poner las cosas frente a los ojos”.
El arte de metaforizar aparece simultáneamente como el don de percibir las
semejanzas y ponerlas de manifiesto y como una matriz de pensamiento generadora de
imágenes que crean performativamente las relaciones que pretenden describir, que fundan
en la interacción de dos o más campos significantes nuevos sentidos que no pueden ser
sustituidos de forma transparente y plena por una paráfrasis que intente devolver el sentido
“literal”, puesto que la metáfora no es sustitución reversible, sino un acto generativo. En
el caso específico de la epistemología saussureana, en particular, tal acto se solapa con
la premisa “el punto de vista crea el objeto de estudio”, en la medida en que este no se
encuentra dado de antemano.
A pesar de los estereotipos asociados al lenguaje científico como dominio aséptico,
como imperio de lo literal, resulta evidente que la presencia de metáforas, particularmente
en textos de fundación (cf. Foucault, 1969), no constituyen una anomalía, desvío o
transgresión, sino un modo adecuado para generar nuevos sentidos, para expandir el
terreno de lo pensable y de lo decible, avanzando sobre lo desconocido sobre la base de lo
familiar. Después de todo, como afirma Nietzsche: la verdad no es más que “un ejército
móvil de metáforas […] después de un prolongado uso, a un pueblo le parecen fijas,
canónicas, obligatorias: las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son,
metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su
troquelado y no son ahora consideradas como monedas, sino como metal”.
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116
Norma B. Desinano*
Recibido: 20/09/2020 | Aceptado: 18/05/2021
Resumen
1
El artículo que se incluye a continuación se relaciona directamente con el Proyecto “Fenómenos
heterogéneos en la oralidad y en la escritura, analizados a partir de principios saussureanos”, presentado en
la sesión del 25-08-2019, de la Cátedra Saussure, integrada al Instituto de Investigaciones de la Facultad de
Humanidades y Artes de la UNR.
117
Abstract
This paper outlines a research proposal as part of the course “Ferdinand de Saussure”
(FHUMyAR-UNR). It includes a reflection on the use of certain scientific categories that were
used in my doctoral thesis as well as other categories present in the Brazilian Interactionist Theory
about language acquisition. This reflection will help identify some of the connections that may
have not been so expressly stated in my previous work and will also help introduce the hypothesis
of the Project: the idea that language (langue) effects showing in speakers’ statements —beyond
the acquisition period— are the result of the capture effect that puts the child in direct interaction
with language (langue) and ultimately turns them into a speaker. The idea is that the capture effect
defines the speaker itself and prevails as a fundamental factor in all his interactions with language
(langue). The Saussurean analogy principle will allow argumentation on this matter.
Key Words: Heterogeneous phenomena, Language (langue) effects, Interaction speaker/
language (langue), Capture effect, Analogy
2
El Instituto de Estudios del Lenguaje de la Universidad de Campinas, dirigido por lingüistas distinguidas
se ha centrado a lo largo de más de 40 años en el estudio de la adquisición del Lenguaje sobre la base de
la teoría interaccionista propuesta y desarrollada por la Dra. Claudia Lemos. A lo largo de este trabajo se
citarán trabajos específicos de miembros de este grupo.
3
En el texto su mención se limita a CLG, o bien a Curso.
118
4
Es decir alguien que no puede hablar o no puede hablar por sí, por lo que niños y mujeres según la ley
romana no podían hacer valer su palabra ante la justicia.
119
intermediación del otro sujeto hablante, si bien este seguirá siendo el interlocutor del niño.
La interacción directa con la lengua coloca al niño en una situación de independencia, le
habilita para constituirse como diferente del otro, lo que le permitirá transformarse en
sujeto. La teoría sostiene que esta interacción directa entre el niño y la lengua constituye
una instancia de “captura” por parte de la lengua, a partir de la cual el niño alcanza la
posibilidad de transformarse en hablante porque accederá por sí mismo a los principios
del sistema. Desde esa instancia en más, se producen tensiones permanentes entre las
posibilidades de la creación subjetiva sobre la base de los principios de la lengua y la
necesidad de que la interacción sujeto / lengua se avenga a las relaciones sociales de uso del
lenguaje. Esta tensión en la interacción causa la aparición de efectos de lengua en el habla
infantil cuando el niño aplica principios propios del sistema, haciéndolos operar más allá
de la lengua en uso en creaciones subjetivas. La condición de sujeto hablante se completa
cuando el niño, ya capturado por la lengua, es capaz de ejercer la “escucha” que justamente
le permite reconocer conscientemente los “efectos de lengua” en la heterogeneidad de sus
enunciados y, eventualmente, recurrir a la reformulación para superarlos. La escucha,
como actividad psíquica consciente no es, sin embargo, más que una posibilidad a la que
el niño, ya sujeto hablante, no siempre está en condiciones de acceder, y muchos efectos
de lengua pueden escapar, y de hecho escapan, a la escucha. Hasta este punto llegan las
propuestas del interaccionismo brasileño en torno a la adquisición.
La hipótesis que será el eje de la investigación que este trabajo presenta es la de que
los fenómenos heterogéneos que aparecen en los enunciados de todos los sujetos hablantes
pueden ser categorizados también como efectos de lengua, se trate de un niño durante la
instancia de adquisición o de un sujeto hablante con una lengua constituida. Esta hipótesis
se apoya en el hecho de que una vez establecida la captura del sujeto por la lengua, la
interacción entre ambos es siempre un espacio de tensión en el que aparecen esos efectos
como emisiones imprevistas y muchas veces inadvertidas por el hablante.
El hecho de que los efectos de lengua se manifiesten en todos los sujetos hablantes
avala el hecho de que la tensión sujeto / lengua no es una circunstancia pasajera propia del
período de adquisición, sino que es un resultado permanente del efecto de captura. En este
sentido pienso que, en la medida en que el habla es subjetiva y resultante de una actividad
psicológica individual, la interacción sujeto / lengua siempre estará tensionada entre ese
margen de singularidad individual -que le permite al sujeto usar los principios del sistema
fuera del marco de la lengua en uso- y los requisitos que marca el uso social de la lengua.
Creo que resulta imprescindible señalar que en esta interacción que he descrito, el sujeto
no suele ser consciente de esa tensión, por lo que no siempre percibe los efectos de lengua
que aparecen en sus enunciados. El efecto de lengua siempre es una posibilidad propia
de la interacción con la lengua alcanzada sobre la base de la captura del sujeto por ella; la
escucha, en cambio, implica la posibilidad de la toma de consciencia del propio decir. La
escucha como monitoreo cognitivo no es una actividad constante de la psique del sujeto
hablante por lo que algunos efectos de lengua son descubiertos por él, en tanto que otros
no lo son.
En este artículo propondré retomar reflexiones saussureanas, focalizando la
“analogía” como recurso constitutivo del sistema, para precisar casos específicos dentro
de la categoría general efectos de lengua en el caso de sujetos hablantes fuera ya del
proceso de adquisición. Para ello se tomarán en cuenta, por una parte, los escritos de
120
Saussure así como artículos y obras de algunos de sus exégetas—especialmente del Círculo
Ferdinand de Saussure de Ginebra-, siguiendo los pasos de las investigadoras de la Escuela
de Campinas. Ciertamente, respecto de la problemática de adquisición este trabajo ya ha
sido propuesto ampliamente por Rosa Attié-Figueira (2016), en un interesante estudio
sobre el habla infantil que analiza especialmente el fenómeno de analogía en enunciados
infantiles que la autora ya ha venido investigando en trabajos previos. Por su parte, Ma.
Fausta Pereira de Castro (2018), ha trabajado específicamente el tema de la analogía en
Saussure. Pereira de Castro recupera en su artículo una afirmación de Saussure en la que
éste sostiene que así como los efectos de lengua en el habla de los adultos pueden llegar a
transformarse en cambios lingüísticos, esto no ocurre con esos efectos cuando se producen
en el habla infantil.
Sobre esta base el artículo de Pereira de Castro realiza un corte diferenciador entre
los fenómenos heterogéneos propios del habla infantil y los que pueden considerarse
creaciones subjetivas de los adultos, que serían según Saussure, las únicas que podrían
dar lugar a cambios lingüísticos. Esta diferenciación—muy importante en cuanto a las
condiciones del cambio lingüístico—no creo que, sin embargo, inhiba per se la posibilidad
de considerar un mismo origen para los efectos de lengua que se manifiestan durante la
adquisición o ya en sujetos hablantes. Al mismo tiempo, me parece importante que la
investigadora, al finalizar el artículo, deje abierta la reflexión hacia el hecho de que una
mirada psicoanalítica respecto de la aparición de los fenómenos heterogéneos por analogía
podría dar pie a otra posibilidad para explicar su aparición en los sujetos hablantes en
general, como manifestación de un saber no sabido u olvidado en el mismo instante en
que se manifiesta:
Vejo como plausivel dizer de que nessa longa reflexao sobre analogia Saussure
caminha para “tocar com o dedo o jogo do mecanismo linguistico” (Saussure/
Engler 1989, p. 375 verso), pelo qual se revela a consciencia da lingua, “seu
sentido logico e sua ordem”; uma instancia psíquica que se da ao sujeito falante
sob a forma de um saber, no momento mesmo em que ele falha, isto e, esquece.5
(2018, p. 832)
5
“Creo plausible decir que en esa larga reflexión acerca de la analogía, Saussure se encamina “a tocar con
el dedo el juego del mecanismo lingüístico” (Saussure/Engler 1989, p. 375 verso), a través del cual se revela
la consciencia de la lengua, “su sentido lógico y su orden”; una instancia psíquica que se da en el sujeto
hablante bajo la forma de un saber, en el momento mismo en que falla, esto es, olvida.” (T. de la A.)
6
Ver Nota 253 (p.469) en Saussure F. de (1983[1916]). Cours de Linguistique Générale. Édition critique
préparée par Tullio de Mauro. París: Payot.
7
Freud, S. (1989). Psicopatología de la vida cotidiana. En Obras completas. Madrid: Tomo VI.
121
Castro-, tanto por los argumentos presentados como por la apoyatura teórica que les sirve
de base, serán objeto de un estudio muy detenido durante la elaboración del Proyecto que
aquí se propone, ya que el eje de ambos tiene estrecha relación con él.
Sobre la base de las consideraciones expuestas hasta aquí en relación con la teoría
interaccionista, así como con los aportes recientes de investigadoras del IEL, creo posible
mantener la hipótesis de que si los fenómenos heterogéneos se muestran como efectos de
lengua en enunciaciones orales y escritas de sujetos hablantes, lejos ya de las instancias de
adquisición, no debe descartarse pensar—volviendo a la teoría de Lemos—que la tensión
manifiesta en la interacción sujeto/ lengua en el habla, no es solo una manifestación de la
instancia de adquisición, sino una condición permanente de dicha interacción. Es decir
que el sujeto hablante permanece capturado por los principios de la lengua de una vez y
para siempre, y que tales principios pueden aparecer de manera inconsciente muchas veces,
más allá de los límites de la lengua en uso, propiciando la aparición en los enunciados de
fenómenos que se hallan en el borde de lo que Milner (1998, cap. 5) denomina el no-todo
de la lengua.
Si esto es así, el efecto de lengua podría considerarse como una evidencia de que
en la interacción sujeto / lengua, esta última sigue ejerciendo su poder sobre el sujeto más
allá del aparente dominio consciente que éste parezca tener sobre ella. Mi hipótesis de
trabajo tiende a argumentar que el efecto de captura no se limita a la instancia de pasaje
a la condición de ser sujeto hablante. Considero, dentro de un panorama más amplio de
teorías, que contrariamente a lo que se sostiene en las cognitivas, el efecto de captura es
fundante de la condición de sujeto hablante y lo mantiene siempre a merced de la lengua
que lo ha capturado y por tanto no existe un aprendizaje de la lengua que conduzca a
un sujeto hablante al dominio de su lengua. Es por eso que en la instancia subjetiva del
enunciar, en la interacción concreta sujeto/lengua, se producen efectos de lengua. Esto
implica que no existe la posibilidad de un monitoreo cognitivo permanente del habla,
porque ésta está condicionada siempre por una instancia inconsciente resultante de la
captura que constituyó al hablante.
122
123
124
125
arbitrariedad absoluta del signo lingüístico y el rasgo de relatividad que inserta el recurso
a la analogía en ese principio; sino también para reconocer de qué manera los enunciados
del sujeto hablante pueden ser también un objeto de estudio, una entidad necesaria, para
comprender la influencia de ese hablante en la conformación del sistema.
A manera de conclusión
En esta presentación, como se dijo en el inicio, se propone una revisión de
conceptualizaciones que he ido proponiendo en sucesivos trabajos dentro del encuadre
general de la teoría interaccionista de la Escuela de Campinas, pero confiando cada vez
con mayor certeza en la posibilidad de que algunas de las categorías fundantes de esa
teoría, aplicadas hasta el presente a la adquisición de la lengua, puedan ser consideradas
para el análisis del habla de todos los sujetos; apoyando la reflexión al mismo tiempo en
los planteos propios de la Lingüística General propuesta por Saussure que no siempre se
presenta en el CLG.
Cabe señalar que, en trabajos anteriores, salvé de algún modo el obstáculo
epistemológico que representaba el hablar de fenómenos heterogéneos y efecto de captura
en la interacción sujeto / lengua de adultos, recurriendo a un factor interviniente real
pero no exactamente lingüístico: el adulto, ante un discurso nuevo entra también en
una interacción nueva, fuente de tensiones que propician la aparición de fenómenos
heterogéneos. No me desdigo de esa hipótesis en ningún sentido, pero a la luz de más años
de estudio pienso con mayor convicción en que esa hipótesis debe ser considerada como
secundaria. Ciertamente el acceso a un discurso nuevo propio del corpus trabajado –textos
de alumnos universitarios en una instancia inicial de acceso a discursos disciplinares
específicos-, determina una situación que podríamos llamar óptima para descubrir las
tensiones sujeto / lengua. Sin embargo, debería haberse marcado con mayor vigor por mi
parte que no era la circunstancia la que ponía en juego el efecto de captura en el sujeto
hablante, sino que la circunstancia solo era un factor que aumentaba los riesgos de que se
dieran los fenómenos heterogéneos con mayor frecuencia, porque el efecto de captura es
una condición permanente en la existencia del sujeto hablante.
Creo que el nuevo proyecto propone con mayor claridad la hipótesis de que una
vez capturado por la lengua el sujeto es hablante y está ya sometido vez tras vez a usar
consciente, y también inconscientemente, principios básicos que permiten crear en forma
subjetiva asociaciones, algunas de las cuales dan lugar a signos ajenos a la lengua en uso;
que la vitalidad de la lengua y sus cambios surgen, como decía Saussure, de esa instancia
individual en la que se relativiza la arbitrariedad del signo desde lo individual y depende
“de la masa parlante y del tiempo” que esa creación se transforme en un cambio lingüístico.
Hecha esta aclaración necesaria, para consolidar ahora el trasfondo de la
continuidad de esta búsqueda que es mi trabajo de investigación, considero que es
entonces posible hipotetizar que ciertamente todo sujeto hablante está “sujetado”—en el
decir de Lacan—por la lengua, de una vez y para siempre. La lengua es sin duda la que
permite que habitemos el lenguaje y es también un sistema de principios que dan lugar
a las asociaciones que constituyen los signos que los sujetos proponen en el continuum
de sus enunciados. No siempre la realización pasa por los carriles de la lengua en uso,
126
factores inconscientes tensan la interacción sujeto/ lengua en uso, y lo arrastran hacia los
principios fundamentales sobre los cuales el sistema propone las reglas del juego –entre
esos principios el de la analogía— y en esa tensión se manifiesta el efecto de captura.
Es evidente que para poder ampliar la hipótesis de la persistencia de la captura
es necesario reconocer una serie de aspectos propios de las teorías psicoanalíticas que
han trabajado sobre el lenguaje y específicamente incluso sobre la teoría saussureana. Sin
embargo, esto no creo que tenga que llevar el estudio lingüístico al campo psicoanalítico.
El psicoanálisis propone una teoría sobre el sujeto, la aceptación de ese sujeto propuesto
que muestra la fundamental importancia del inconsciente, hace posible que el lingüista
reconozca la posibilidad de que ciertos fenómenos heterogéneos en los enunciados de
los sujetos sean la resultante inconsciente de una aplicación individual y subjetiva de
principios propios de la lengua. De aquí en más la tarea a cumplimentar es el estudio de
los fenómenos con el fin de determinar en ellos los rasgos que posibiliten considerarlos
como efectos de lengua. El lingüista no necesita saber las causas a partir de las cuales se
ha producido el fenómeno en la psique del hablante, sino si ese fenómeno es arbitrario o
pone de manifiesto los principios del sistema, aunque se trate de usos ajenos al empleo
social de la lengua. En este sentido me parece fructífero el reconocimiento de las teorías
psicoanalíticas porque habilitan el reconocimiento de fenómenos de habla individuales que
escapan al control consciente de los sujetos, a la vez que abren un campo de trabajo acerca
del funcionamiento de ciertos principios de la lengua en el habla individual y subjetiva.
El aspecto que el Proyecto se propone focalizar en este primer momento es la
analogía como recurso constitutivo del sistema de la lengua, ya que permite realizar un
análisis lingüístico aplicable en principio a los efectos de lengua planteados por los hápax y
lapsus. De esta manera podría darse un apoyo parcial pero específico a la hipótesis general
de que, en la interacción sujeto / lengua, la captura forma parte de la génesis del sujeto
hablante y se constituye en una condición propia de su existencia. Desde la investigación
lingüística se abre entonces un panorama muy amplio para estudiar la heterogeneidad
como fenómeno del habla en su carácter de efecto de lengua.
Bibliografía
127
Desinano, N. (Coord.), Arbusti, M., Canavesio, V. y otros (2008) Interacciones orales sobre
textos expositivo-explicativos disciplinares en la escuela media. Rosario: Laborde.
Komatsu, E. y Wolf, G. (Ed. yTrad.) Premier Cours de Linguistique Générale (1907) d’aprés
le Cahiers d’Albert Riedlinger. Oxford, New York, Seoul, Tokyo: Pergamon
Lemos, C. (2003) Corpo y corpus. En Corpo, linguagem, gestos e afetos. Faep: Unicamp.
128
Resumen
En este artículo, reconsidero el “signo” como un concepto que puede aplicarse al “término”,
unidad de significado especializado en el marco de los discursos científicos. En estos ámbitos, el
signo supera los límites del morfema y de la palabra, pues los términos pueden estar constituidos
por estructuras sintácticas breves. Tomo como base las afirmaciones sobre la mutabilidad y la
inmutabilidad del signo en el Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure. La mutabilidad
de los términos se reduce al máximo, mientras se vuelve fuerte la inmutabilidad, ya que las teorías
operan como marcos que estabilizan el uso. Sin embargo, los estudiantes del nivel secundario y
del primer año de la Universidad realizan desplazamientos sobre los términos que desconocen,
porque el discurso disciplinar les genera cierto extrañamiento. Esos cambios ponen en evidencia la
movilidad del signo, puesto que los estudiantes ponen en funcionamiento, de manera inconsciente,
los conocimientos que poseen sobre el sistema de la lengua. No obstante, los desplazamientos no
pasan desapercibidos cuando el estudiante hace uso de la palabra en el marco de una disciplina. La
mutabilidad se da en el habla cotidiana como una manifestación de la evolución de la lengua; sin
embargo, en las ciencias, las tradiciones discursivas y la precisión de las teorías hacen del término
un signo estable.
Palabras clave: Signo, Término, Mutabilidad, Inmutabilidad, Discurso
Abstract
In this article, the sign is considered as a concept that can be applied to the term, that
consists of units of specialized meaning within the frame of scientific discourses. In these scopes,
the sign exceeds the limits of the morpheme and the word, as the terms can be composed of brief
syntactic structures. The statements about the mutability and immutability of the sign in Saussure’s
General Linguistics Course are taken as a basis. The mutability of terms is reduced to a maximum,
while immutability becomes strong due to the theories that operate as frameworks that stabilize
the use.
* Argentina. Licenciada y Profesora en Letras por la Universidad Nacional de Salta. Docente de la carrera
de Letras de la Facultad de Humanidades, de la misma universidad. Investigadora, Consejo de Investigación
Universidad Nacional de Salta. elisasegovia.e@gmail.com
129
However, unfamiliar terms are displaced by high school students and freshmen since the
disciplinary discourse generates certain strangeness in them. These changes make evident the
mobility of the sign, as the student´s language system of knowledge is put unconsciously into
operation. Nevertheless, displacements are noticed when the student speaks within the framework
of a discipline. Mutability occurs as a manifestation of language evolution in everyday speech;
however, the discursive traditions and the precision of theories make the term a stable sign in
sciences.
Key Words: Sign, Term, Mutability, Immutability, Discourse
Introducción
Desde que se publicó el Curso de Lingüística General de Ferdinand de Saussure en
1916, a cargo de Charles Bally y Albert Séchehaye, los estudios sobre el signo lingüístico se
enriquecieron en gran medida. No parecen nuevas las preguntas como: ¿qué es el signo?,
¿cómo está conformado?, ¿en qué consiste la mutabilidad y la inmutabilidad? Sin embargo,
cuando volvemos a mirar (a escuchar) el uso de la lengua por hablantes concretos en
situaciones concretas, emergen las mismas cuestiones. De hecho, toda reflexión sobre la
lengua es, en última instancia, una reflexión sobre el signo lingüístico.
Los planteos que realizo en este artículo parten del análisis de producciones orales
de estudiantes en el discurso de la Lingüística y de la Historia. En particular, analizo
la mutabilidad y la inmutabilidad del signo en los “términos” cuando el hablante, aún
inexperto, genera el “desplazamiento” de una unidad terminológica en el significado o en
el significante.
En el segundo apartado, me refiero a las líneas teóricas que estudian el signo y
que, de manera especial, reflexionan sobre el cambio. Así, parto del Curso de Lingüística
General de de Saussure, por ser un texto clave en los estudios posteriores sobre el signo.
También hago una breve referencia a la Escuela de Praga; y a los postulados de François
Rastier sobre la movilidad del signo. Por último, me refiero a la noción de desplazamiento
de los términos en relación con los discursos de especialidad.
130
en cuanto consideramos el signo en su totalidad, nos hallamos ante una cosa positiva en
su orden” (de Saussure, 2002, p.215).
De esta manera, el esquema que realiza para representar el signo lingüístico es el
siguiente:
131
de los Escritos de Lingüística General, publicado por primera vez en el año 2002, tiene una
mirada móvil del signo, más afín con su noción de pasaje:
En el plano del significado, el signo es un fragmento que apunta hacia sus contextos
izquierdo y derecho, próximo y lejano. Esto vale tanto para el semema como
para el contenido del sintagma o del período. Es posible así sustituir la mónada
semiótica apócrifa del CLG por esta figura del pasaje:
Los desplazamientos
Tanto en de Saussure como en las líneas teóricas que tomaron sus ideas sobre la
lengua y el signo, el significado y el significante tienen una relación de equivalencia. En
relación con este punto, Cárdenas afirma:
132
Esta asociación entre dos planos equivalentes es más o menos fija de acuerdo
con el discurso. En otras palabras, la aceptabilidad de un “desplazamiento” depende del
contexto de uso. Denomino “desplazamiento” al cambio que el hablante genera sobre
el significado o sobre el significante. En el caso de los discursos especializados, ante un
término desconocido, el hablante realiza un movimiento hacia piezas léxicas conocidas,
combinatorias sintagmáticas o morfológicas posibles, o bien, hacia neologismos que se
parecen sólo por el sonido (Cfr. Segovia, 2012).
De acuerdo con los postulados de Ferdinand de Saussure, un signo no es la palabra,
como, por ejemplo, árbol, sino también el morfema, como –es en árboles. Asimismo,
podemos afirmar que el término, en tanto unidad que posee un contenido especializado,
también es un signo, pues está formado por la asociación de un significado y un significante.
Entonces, el signo en los discursos científicos supera el límite de la palabra, por ejemplo,
“flexión verbal” en Lingüística, “Revolución Rusa” en Historia; “célula eucariota” en
Biología, “cloruro de potasio” en Química, etc. También en los discursos científicos, los
términos establecen relaciones internas de oposición (“flexión verbal” vs “flexión nominal”;
“célula eucariota” vs. “célula procariota”; “cloruro de potasio” vs. “cloruro de sodio”; etc.).
Sin embargo, las características de mutabilidad e inmutabilidad tienen comportamientos
diferentes si el conjunto en el que se dan las relaciones entre los elementos es el sistema de
la lengua o el discurso especializado de una ciencia.
Para discutir sobre esta cuestión, analizo ejemplos tomados de exposiciones orales
de estudiantes sobre temas de Lingüística y de Historia. En el primer caso, son estudiantes
de primer año de la Universidad; en el segundo, estudiantes de tercer año de la escuela
secundaria. En todos los casos, se trata de jóvenes que no conocen aún la disciplina, pero
deben explicar un tema en un marco institucional.
El estudiante se pone en contacto con el discurso científico desde sus dominios
lingüísticos cotidianos. Es por eso que, ante un término que le resulta ajeno a sus
experiencias comunicativas, efectúa un desplazamiento basándose en los conocimientos
que ya tiene sobre la lengua. Citaré un ejemplo tomado del texto oral de un estudiante
universitario de primer año de la carrera de Letras. El texto fuente desarrolla la idea de que
la lengua es un instrumento de comunicación, pero, al mismo tiempo, de poder a raíz del
lugar del castellano en América.El ejemplo es el siguiente:
133
Se puede decir que “en un lugar coexisten diferentes lenguas” o “hay coexistencia
de lenguas”, o bien, “hay lenguas coexistentes”, pero no “*había coexistible con otras
lenguas”. Además del quiebre sintáctico, la palabra “coexistible” no existe en el paradigma
léxico del español. No es casual que “coexistible” se haya formado con el sufijo “–ble”, muy
productivo en español. Está presente en adjetivos de formación reciente, muchos de ellos
presentes solamente el habla coloquial, por ejemplo, “pasable”, “comible”, “imbancable”,
“incomprable”, etc. Este ejemplo muestra el desplazamiento hacia un adjetivo, ya que lo
que el estudiante intenta explicar es la coexistencia del castellano con las lenguas propias
del territorio americano (lenguas “coexistentes”).
El siguiente ejemplo está tomado de la exposición oral de un adolescente de tercer
año de secundaria. Explica el surgimiento del capitalismo en el marco de la asignatura
Historia:
134
Estudiante: allí/DE ESE MODO podemos observar laa/ quee/ que la economía
capitalista es exclusivamente monetaria///también podemos ver la aparición de
nuevas clases sociales yy/ del sistema febril
Si bien, tanto “fabril” como “febril” tienen el sufijo “–il” para la formación de
adjetivos, la relación entre ambos es, ante todo, sonora. La conmutación de una vocal
por otra –tan simple como parece- genera lo que podríamos llamar un “no término”. ¿Es
posible hablar de un “sistema febril”? De hecho, la profesora le señala que hay un error
mediante la pregunta; sin embargo, el estudiante no lo advierte. Su respuesta “no sé cómo
explicarlo” manifiesta que está pensando en el concepto; sin embargo, la profesora está
observando el significante.
Los casos de “logocéntrico” y de “sistema febril” son desplazamientos realizados a
partir del significante de los términos “glotocéntrico” y “sistema fabril” respectivamente;
estos términos no suelen aparecer en la comunicación coloquial, por eso dan lugar a estos
desplazamientos. Podemos decir que estas analogías, al no tener correspondencia con un
concepto, no son términos que se reconozcan ni en el ámbito de la Lingüística (primer
ejemplo), ni en el de la Historia (segundo ejemplo). Por lo tanto, la inmutabilidad del signo
en el discurso especializado es mucho más fuerte que en el habla coloquial. De hecho, la
huella acústica en el discurso cotidiano es móvil, por ejemplo, los adultos entienden “auto
de juguete” cuando el niño dice “ato”. Esa actividad interpretativa, de la que habla Rastier,
hace del signo una entidad abierta. Sin embargo, en los discursos especializados no ocurre
lo mismo, porque el cerramiento de los signos es tan fuerte que cualquier desplazamiento
afecta el intercambio y deja al hablante en evidencia.
A continuación, tomaré un ejemplo de desplazamiento del significado en el ámbito
de la Historia:
135
indica una demanda que abarca gran parte del mercado y, en consecuencia, comprende
los sectores más populares de la sociedad. En efecto, la ley de oferta y demanda marca
un circuito comercial que conforma la base del capitalismo: a mayor consumo, mayor
ganancia.
Ahora bien, el estudiante dice “ganancia masiva” por simetría con “consumo
masivo”, sin advertir que con ese desplazamiento se distancia semánticamente del texto
de Historia, pues no es lo mismo “mayor ganancia” o “ganancia abundante” que “ganancia
masiva”. Lo “masivo” está estrechamente vinculado con los sectores populares, con la
multitud, no con las esferas adineradas. Precisamente, el capitalismo se caracteriza por
generar la acumulación de riquezas en un solo sector; no hay ganancias compartidas. Los
obreros –que conforman la masa– reciben un salario pagado en moneda por la prestación
de la mano de obra, pero no son partícipes de las ganancias generadas por las empresas.
Ciertamente, la lengua admite la combinatoria “ganancia masiva”, pues estamos
ante un sintagma nominal gramaticalmente correcto; no obstante, desde el punto de vista
de su pertinencia discursiva, el término es inadmisible.
Los semas que conforman el contenido de “masivo” son /abundante/, /homogéneo/
y /popular/. Así, por ejemplo: “concurrencia masiva”, “paro masivo de trabajadores”,
“manifestación masiva”, etc. son usos frecuentes en el discurso periodístico y en el coloquial.
En el sintagma “ganancia masiva” se actualiza el sema /abundante/, pero no los otros.
Sin embargo, el término “ganancia”, entendido como importe residual que queda tras
haber deducido los gastos de los ingresos, no admite un adjetivo como “masivo”, porque
en el discurso de las ciencias sociales, los semas /abundante/, /homogéneo/ y /popular/
son inseparables en “masivo”. Precisamente, el término, es decir, el signo enmarcado en
el discurso disciplinar, tiene un alto grado de estabilidad; así, la unidad terminológica
“consumo masivo” entra en relación con otras unidades en los discursos de la Historia, de
la Economía y de la Sociología, pero no “ganancia masiva”, al menos no en el sentido del
texto fuente leído por el estudiante.
De manera general, podemos observar que, en la puesta en funcionamiento de la
lengua, el significado de un signo está abierto a más de un significante y un significante
está abierto a más de un significado. Estos fenómenos de desplazamiento en ambos
planos confirmarían la idea de Rastier, acerca de la movilidad del signo, puesto que los
cambios dan cuenta de la inestabilidad de la lengua. Esto quiere decir que la relación entre
significante y significado sólo se da en un momento determinado.
Ahora bien, considero que, de todos modos, esa movilidad no es absoluta, ya
que el signo se estabiliza en la tradición discursiva. En el uso, los hablantes producen
cambios que pueden explicarse de acuerdo con las reglas del sistema (semejanza sonora,
semas comunes). Sin embargo, en el contexto académico, sus producciones resultan
inadmisibles. Es necesario que el estudiante advierta el cambio y reformule, puesto que en
las teorías científicas se consolida una relación estable entre el significado y el significante
debido al rigor descriptivo y explicativo propio de las disciplinas. Fuera de los discursos
especializados solo hay inestabilidad.
A propósito del cambio, Cárdenas sostiene: “[…] tanto en el habla como en la
escritura de los estudiantes existe un vaivén entre los universos discursivos especializados
136
Consideraciones finales
En los ejemplos analizados en este trabajo, pudimos observar la inestabilidad
constitutiva del lenguaje, pero es una inestabilidad fuera de la disciplina, ya que los jóvenes
se encuentran en el ingreso al conocimiento científico, en el caso de los universitarios,
o bien, en instancias de alfabetización avanzada, en el caso de los estudiantes de nivel
medio. En ambos grupos, los cambios se producen sobre la base de los saberes que los
hablantes ya tienen acerca de la lengua, puesto que es el mismo sistema el que posibilita
los cambios en el signo. Sin embargo, el discurso científico no los admite, ya que, en las
teorías científicas, la denotación se consolida. De esta manera, en situaciones discursivas
nuevas, los hablantes generan cambios, pero esa mutabilidad del signo está restringida por
los parámetros de las disciplinas.
Para finalizar, la conceptualización del signo, desde Ferdinand de Saussure hasta
nuestros días, le ha permitido a la Lingüística ampliar y profundizar sus estudios sobre la
lengua. La idea de que el signo posee un carácter móvil nos permite analizar, comprender
y explicar mejor los cambios de los términos cuando los estudiantes hablan en el contexto
de una disciplina.
137
Bibliografía
Cárdenas, Viviana (2012) Sociedad, lenguaje y alfabetización. Acerca del error y del
cambio lingüístico. En Cárdenas (coord.) La palabra desalojada. Hablar y escribir
en la Universidad. Salta: EUNSa.
Círculo Lingüístico de Praga (1970 [1929]) Tesis de 1929. Madrid: Plaza Mayor.
Saussure, Ferdinand de (2002 [1945]) Curso de lingüística general. Buenos Aires: Losada.
Saussure, Ferdinand de (2004 [2002]) Escritos sobre lingüística general. Barcelona: Gedisa.
Segovia, Elisa (2012) Efectos del léxico especializado en la exposición oral. En Cárdenas
(coord.) La palabra desalojada. Hablar y escribir en la Universidad. Salta: EUNSa.
138
El signo metalingüístico.
Una aproximación inicial desde la teoría saussureana
del valor
Resumen
Este artículo tiene como objetivo responder al interrogante acerca de las posibilidades
de aplicación de las categorías que componen la teoría saussureana del valor al análisis del
metalenguaje. Este propósito deriva de una investigación en curso que tiene como objeto de
estudio estructuras metalingüísticas ambiguas de textos de estudiantes en instancias de acceso al
discurso de las Ciencias del Lenguaje. En primer lugar, realizaré una breve caracterización de la
organización sintáctica de estas estructuras. En segundo lugar y a partir del análisis de la teoría
saussureana del valor, intentaré mostrar que el metalenguaje puede ser considerado un dominio en
el que la lengua impone restricciones que afectan la relación sujeto/lengua. Por último, me referiré
a las líneas a partir de las cuales considero que es posible dar continuidad a esta investigación.
Palabras claves: Lengua, Metalenguaje, Signo, Valor
Abstract
This paper aims to answer the question whether Saussure´s theory of value is comprehensive
of metalinguistic phenomenon. This purpose is framed in an ongoing research, which addresses
metalinguistic structures in written texts by students in their early contacts with the specialized
discourse of linguistic science. Firstly, I will present the singular characteristics of these structures,
which tend to create an effect of ambiguity that affects the interpretation of the fragment in which
these structures are included. Secondly, from the analysis of Saussure´s theory of value, I will try
to show that metalinguistic phenomenon may be a domain where language imposes particular
restrictions to the subject. Finally, I will refer to the research prospects.
Keywords: Language, Metalanguage, Sign, Value
139
Punto de partida
Si bien no se registra el término “metalenguaje”1 como así tampoco referencias
a la propiedad reflexiva de la lengua en el Curso de Lingüística General (2007 [1916]) ni
en Escritos sobre Lingüística General (2004), en las páginas que siguen intentaré mostrar
que el aparato teórico saussureano da respuestas a interrogantes acerca de esta propiedad
de las lenguas naturales. Como señalaré más adelante, este análisis, que se enmarca en
una investigación acerca de las estructuras metalingüísticas en textos de estudiantes en
instancias de acceso al discurso de las Ciencias del Lenguaje, tiene como objetivo avanzar
en la profundización de la naturaleza de las particularidades de estas estructuras y en su
categorización.
El punto de partida de la investigación en curso de la que este trabajo forma parte
es el interés por la recurrencia de ciertas particularidades en la estructuración sintáctica
de expresiones metalingüísticas constatadas en escrituras de estudiantes en instancias de
acceso al discurso de las Ciencias del Lenguaje. Como veremos en los ejemplos que siguen,
estas particularidades tienen que ver, en principio, con elecciones léxicas que afectan al
sintagma y que generan un efecto de ambigüedad en cuanto hacen patente el potencial de
los signos de ser interpretados en su valor referencial o reflexivo. Dada la interdependencia
fundante entre las estructuras analizadas y el texto fuente del cual proceden, incluyo en
cada caso2 el fragmento del texto que estas escrituras reformulan.
(1)
Los sustantivos designan objetos físicos, como casa, pero también procesos como
envejecimiento; estados como inocencia; o acciones; como destrucción. (Bosque,
1998 [1989], p. 36)
En este caso, el autor dice que los sustantivos no solo designan objetos físicos,
sino también procesos como envejecimiento o estados, como la inocencia. (1º
año, Letras)
1
Se trata de un término propuesto por el positivismo lógico del Círculo de Viena en la década del 30.
2
El corpus que compone esta investigación está constituido por un conjunto de escrituras de estudiantes de
quinto año de la escuela secundaria y de primero de la carrera de Letras procedentes de textos científicos
disciplinares. Los fragmentos que se han extraído de este corpus para este trabajo son analizados desde una
metodología de estudio de casos por lo que no se presentarán datos cuantitativos.
140
(2)
Aplicada al mundo animal, la noción de lenguaje solo tiene curso por abuso de
términos. (Benveniste, 1997 [1966], p. 56)
Esta primera oración del texto leído, hace referencia a un mal uso del “lenguaje”.
Esto se ve reflejado en las limitaciones presentes en la comunicación animal, en la
cual, las abejas, (en este caso) manejan un código de señales (por eso no se trata
de lenguaje). […] (5º año, Escuela Secundaria)
Cabe agregar que estos ejemplos resisten a una explicación de sus causas basada
en el desconocimiento de las expresiones metalingüísticas por parte de los sujetos puesto
que, y tal como han demostrados numerosos trabajos procedentes de distintas líneas
teóricas (Gvozdev, A. y Cukovskij, K. apud Jakobson, R., 1980; Karmilloff-Smith, K., 1986;
Figueira, R., 2003), se registran manifestaciones de la propiedad reflexiva de la lengua de
forma temprana en enunciados infantiles. Es preciso entonces indagar qué aspectos del
orden de la lengua habilitan la ambigüedad que se genera en estas estructuras, es decir, de
qué manera el sistema de la lengua se impone al sujeto en el metalenguaje.
141
3
La traducción es mía.
142
En este esquema puede leerse que el signo autónimo posee una estructura distinta
respecto del signo estándar: es más complejo en tanto el significado al cual está asociado el
significante es su vez un signo, con su significado y su significante. Y si bien podría decirse
que esta variación supone, de algún modo, forzar la representación del signo para dar
cabida al fenómeno del metalenguaje, no sería, en principio, problemática si no fuera por
el hecho de que implica la existencia de sentidos primarios y secundarios. Es decir, el signo
autónimo sería un signo no solamente estructuralmente distinto sino también dependiente
del signo referencial puesto que, al encontrarse éste en el núcleo de la estructura, se lo
considera preexistente. Esta prevalencia del signo referencial, denominado por la autora
como “estándar”, por sobre el autónimo podría ser revisada desde la teoría saussureana si
nos detenemos en las afirmaciones sobre la oposición entre el sentido propio y el sentido
figurado que encontramos en ELG:
4
Si bien en este trabajo se opta por la denominación signo metalingüístico y signo referencial aquí se recuperan
las denominaciones utilizadas por la autora.
143
Este esquema cuádruple del signo nos permite leer que la significación, según
Saussure, no está dada por la mera unión del significado y el significante sino por las
diferencias que se establecen en ambos planos con otros elementos. En otras palabras, el
signo está intrínsecamente constituido por la diferencia. Me remito, nuevamente, a las
palabras de Saussure:
No hay la forma y una idea que le corresponde; como tampoco hay la significación
y un signo que le corresponde. Hay formas y significaciones posibles (que en
ningún modo se corresponden); incluso en realidad solo hay diferencias de
formas y diferencias de significaciones; por otra parte, cada uno de estos órdenes
de diferencias (por consiguiente cosas ya negativas en sí mismas) no existe como
diferencia más que gracias a la unión con la otra. (2004, p. 47)
144
Así el valor de todo término está determinado por lo que lo rodea; ni siquiera
de la palabra que significa “sol” se puede fijar el valor si no se considera
lo que la rodea; lenguas hay en las que es imposible decir “sentarse al sol”.
(CLG, 2007 [1916], p. 241)
Escojo al azar: si en algún lugar un escritor dice senescencia en lugar de vejez,
la palabra ejerce inmediatamente su acción, es decir, cientos de asociaciones,
de ideas que quería apartar son apartadas, y cientos de asociaciones que quería
evocar y sugerir son evocadas y sugeridas. […] Si la lingüística fuera una ciencia
organizada, como podría serlo fácilmente, pero como hasta ahora no lo es, una
de sus afirmaciones más inmediatas sería: la imposibilidad de crear un sinónimo,
como la cosa más absoluta y más notable que se impone entre todas las cuestiones
relativas al signo. (ELG, 2004, p. 237)
Lo que de idea o de materia fónica hay en un signo importa menos que lo que hay
a su alrededor en los otros signos. La prueba está en que el valor de un término
puede modificarse sin tocar ni a su sentido ni a su sonido, con sólo el hecho de
que tal otro término vecino haya sufrido una modificación. (CLG, 2007 [1916],
p. 241)
Como sabemos, los términos pueden ser “vecinos” en dos planos: el sintagmático
y el asociativo. Y sabemos también que las relaciones de los signos en ambos planos son
de naturaleza diversa. A continuación, intentaré caracterizar las relaciones que establecen
los signos metalingüísticos en el plano sintagmático y en el plano asociativo.
En el CLG, se señala que “lo propio del habla es la libertad de combinaciones”
(253), pero a la vez se advierte que no todos los sintagmas son igualmente libres. Prueba
de ello son las frases hechas, los neologismos a partir de analogías y ciertas expresiones
fosilizadas en las que no es posible realizar paráfrasis, cambiar el orden de su estructura o
intercalar elementos léxicos. En este sentido, considero que, aunque las restricciones que
operan sobre los signos metalingüísticos sean de naturaleza distinta a las mencionadas,
es posible pensar que éstos pueden ser incluidos entre los ejemplos de la anterior
enumeración. En primer lugar, en tanto se constituyen en expansión máxima del SN, no
admiten determinantes y, en segundo lugar, las posibilidades de paráfrasis son escasas.
Volvemos a los ejemplos que sirvieron como punto de partida. Como vimos,
en (1) y (2) la presencia de los determinantes “la” y “el” afectan al sintagma y generan
145
Este último caso es raro y puede pasar por anormal, pues el espíritu descarta
naturalmente las asociaciones capaces de turbar la inteligencia del discurso; pero
su existencia está probada por una categoría inferior de juegos de palabras que
reposa en las confusiones absurdas que pueden resultar de la homonimia pura y
simple, como cuando se dice en francés: “Les musiciens produisent les sons et les
grainetier les vendent” o cuando el niño sorprendido en viña ajena suplica para
evitar el castigo: “No me pegue usted, que tengo la barriga llena de granos”. (CLG,
2007 [1916], pp. 255-256)
146
A modo de conclusión
Como se ha podido leer, este trabajo dista de haber llegado a una conclusión,
entendida ésta como un cierre o un punto final. En este recorrido de lecturas, relecturas,
muchas preguntas y algunas respuestas, intenté mostrar que, a pesar de que no se
encuentren referencias explícitas al metalenguaje, la teoría saussureana del valor brinda
respuestas a interrogantes orientados a la caracterización de este fenómeno. Asimismo,
pudo verse que la incógnita que suponen las estructuras metalingüísticas ambiguas
presentes en los escritos de estudiantes se vuelve un punto de partida para la indagación
sobre las particularidades de este dominio en el que el sistema de la lengua impone, como
quedó dicho, resistencias a los sujetos. En este sentido, es posible pensar que el análisis
de estructuras semejantes en cuanto al efecto de ambigüedad que generan, pero con
características estructurales diferentes posibilitará nuevas aproximaciones al fenómeno
del metalenguaje. Las proyecciones que trazan ambas líneas (y sus cruces), se presume,
permitirán dar continuidad a esta investigación.
Bibliografía
147
_________ (2010). O que a investigaçao sobre o erro na fala da criança deve a Saussure.
En Cadernos de Estudios Linguisticos, 52 (1), pp. 115-143. Campinas: Editora da
UNICAMP.
148
Resumen
Abstract
The present article aims to identify the function of the category “value” in the linguistic
system. The hypothesis is that the status of the “value” determines its function in the system. The
reflections are based on the theoretical proposals on complex systems by Morin (2001 [1990]) and
García (2006). To specify the analysis, we work with examples at the phonological, semantic and
syntactic levels in Quechua and Ava Guaraní. The conclusions are: 1) If the status of the value is
that of identity acquired by each linguistic unit by its position within a system, its function is to
define the meaning that corresponds to each paradigmatic sign within a syntagma. 2) If its status
is that of a theoretical construct, its instrumental function is to allow to apprehend internal and
external relationships in a complex system.
Keywords: Saussurean value, Complex system, Indigenous languages, Sign, Relations
* Argentina. Doctor por la Universidad de Buenos Aires, área Lingüística. Docente en la Universidad
Nacional de Salta. Colaborador externo en el proyecto Universidad de Buenos Aires.Ciencia y Técnica:
"Predicados complejos y combinación de cláusulas en Andes y Chaco: rasgos estructurales, procesos
dinámicos y límites cambiantes." marcelozapana@yahoo.com.ar
149
Introducción
Ferdinand de Saussure, en el Curso de lingüística general, define a la lengua
como un sistema de signos que expresan ideas (2018 [1916], p. 66). En los Escritos sobre
lingüística general, la define como “un sistema de valores” (2004 [2002], p. 254). A partir
de estas conceptualizaciones, el presente artículo se dedica a identificar la función del
“valor” saussureano en su relación con el sistema. Para esta reflexión se recurre a las
propuestas teóricas sobre sistemas complejos elaborados por Edgard Morin (2001 [1990])
y por Rolando García (2006).
En el marco de los estudios sobre sistemas complejos, García define al sistema
como “una representación de un recorte de […] realidad, conceptualizado como totalidad
organizada […] en la cual los elementos no son separables y, por tanto, no pueden
ser estudiados separadamente” (2006, p. 21). Reconoce así la existencia, por un lado,
de elementos o unidades y, por otro, de relaciones existentes entre ellos. En el sistema
propuesto por Saussure, los elementos son los signos lingüísticos.
García expresa que en un sistema hay relaciones, tanto internas como externas, entre
sus unidades. Agrega que los sistemas poseen una estructura, conceptualizada como una
forma de organización de las unidades determinada por sus relaciones (2006, pp. 48-49).
La estructura, noción a partir de la cual se estudia generalmente el sistema lingüístico, está
vinculada con los niveles de análisis: fonológico, semántico, morfológico, sintáctico, etc.
A partir de estas categorías sistémicas, cabe preguntarse: ¿cuál es el estatus de la
categoría “valor”? ¿Cuál es la función del “valor” en el constructo total del que forma
parte? ¿Cuál es su relación con respecto a las unidades o elementos del sistema? ¿Qué
incidencia tiene el valor en las relaciones internas y externas que ocurren en el sistema?
Con la pregunta sobre el estatus del valor, se aborda un aspecto estático relacionado con
qué es. Cuando el interrogante trata sobre la función del valor, el abordaje es sobre un
aspecto dinámico relacionado con el para qué sirve.
La hipótesis que se sostiene en este trabajo es que el estatus del “valor” determina su
función en el sistema lingüístico. Este estudio procura comprender el funcionamiento de
una lengua desde la perspectiva de los sistemas complejos que posibilita reflexionar sobre
sus aspectos estructurales, componenciales o relacionales. Además, pretende aportar a
la comprensión del funcionamiento mencionado a través de ejemplos tomados de dos
idiomas sudamericanos pertenecientes a familias lingüísticas diferentes.
Desarrollo
El valor saussureano
Para responder al interrogante sobre la función del valor (aspecto dinámico), es
necesario primero determinar su estatus en el sistema (aspecto estático). Para ello, se
recurrirá a algunas explicaciones que Saussure brindara al respecto. En los manuscritos
encontrados en 1996, sostiene que los valores “consisten en la solución particular de
determinada relación general entre los signos y las significaciones, basada en la diferencia
general de los signos…” (2004 [2002], p. 36). Esta conceptualización requiere tomar en
consideración otras explicaciones sobre este tópico.
150
151
como Lagunillas del Farallón, Timón Cruz, Cusi Cusi, Paicone, Oratorio, La Ciénaga,
Santa Catalina, San Juan de Oro, el Angosto, entre otras.
Sus primeras evidencias empíricas fueron registradas en el marco de un proyecto
denominado “Predicados complejos y combinación de cláusulas en Andes y Chaco: rasgos
estructurales, procesos dinámicos y límites cambiantes” del programa de investigación
UBACyT. En febrero de 2017, en el pueblo de Lagunillas del Farallón, se grabaron y
tradujeron diez discursos orales de personas bilingües. Este registro es el que, en este
estudio, se denomina “Corpus del quechua jujeño”. De él se tomaron algunos enunciados
utilizados como ejemplos para el desarrollo de la hipótesis presentada. Otros provienen del
quechua chanca (Zariquiey y Córdova, 2008), del cuzqueño-collavino (Cerrón-Palomino,
1994), del boliviano (Grondín, 1980) y del santiagueño (Juanatey, 2020). En los casos que
hizo falta, se procedió a reescribir los enunciados extraídos de diferentes fuentes según las
convenciones ortográficas del “quechua normalizado” (Plaza Martínez, 2014).
El primer acercamiento a las cuestiones relativas al estatus y a la función del
valor se realizará teniendo en cuenta la propiedad sígnica de la arbitrariedad. Simone,
en Fundamentos de lingüística, distingue dos tipos de arbitrariedades. La primera es la
relación inmotivada entre significado y significante en cada signo. Simone la denomina
arbitrariedad vertical. En contraste, la horizontal es “la que tiene que ver con relaciones
entre entidades de la misma naturaleza: entre significantes por un lado y entre significados
por otro” (2001 [1990], p. 57).
Puede observarse arbitrariedad horizontal, en el nivel fonológico de la lengua
quechua, cuando se reflexiona sobre el valor del sonido /t/ en la palabra tantamuq:
(2) tanta-naku-y
Juntar-REC-INF
‘Juntarse’
152
‘Ropa vieja’
(4) Sumaj t’anta
Rico pan
‘Pan rico’
Español Quechua
Achkha (cantidad)
(6) Achkha wañu-n
Mucho morir-3SG
‘Mucho(s) muere(n)’1
1
La oración (6) se traduce en plural porque en quechua la concordancia de número en líneas generales es
opcional (Cerrón Palomino 1987: 306). Sin sufijos pluralizadores, la traducción en singular o plural de una
oración dependerá de su cotexto.
153
2
A estas oraciones subordinadas, la Nueva gramática de la lengua española (RAE ASALE 2009: 3223) las
denomina oraciones sustantivas u oraciones completivas. Los estudios tipologistas, cláusulas completivas
(Juanatey 2020: 58).
154
mikhu-na-ta ruwa-ku-na
comer-NMLZ POST-AC hacer-RFL-NMLZ POST
‘Llegando ahí, (hay) que cocinarse de nuevo, (hay) que hacerse la comida’
En (9) el NMLZ resaltado funciona como sufijo de un verbo pero en una expresión
nominalizada, mikhu-na-ta, ‘la comida’, que es complemento del núcleo verbal ruwa-ku-
na, ‘(hay) que hacerse’. En contraste, en (10) el NMLZ –na opera en la oración subordinada
adjetiva tusu-na-n, ‘con el que bailará’. En la concreción de ambas relaciones sintagmáticas
en lengua quechua, opera el valor constitutivo de cada elemento. Además, en cada
relación sintagmática incide la regla de posicionalidad (Simone, 2001 [1990], p. 72) de
la lengua quechua que establece una posición definida para cada componente. También
incide una regla de variabilidad dado que algunos elementos lingüísticos deben sufrir
modificaciones para poder establecerse en esa relación sintagmática. Por ejemplo, el verbo
quechua adiciona los sufijos necesarios para funcionar en un tema nominalizado o en una
oración subordinada. Este aspecto se desarrolla más adelante con un modelo descriptivo
tipológico-funcional (Juanatey, 2020).
155
Cuando se enuncia oraciones como (9), con –na como concretador3, se opera
al mismo tiempo con los valores de los otros dos elementos ausentes del paradigma de
NMLZ deverbativos: -q y -sqa. El sufijo –q opera como agentivo4 en (11):
En (9), (11) y (12) se puede observar los tres valores de –na, -q y –sqa como
concretador, agente y resultante respectivamente (Cerrón Palomino, 1994, pp. 99-100).
Cuando –q, -sqa y –na funcionan en oraciones subordinadas también es posible
reconocer valores diferentes en los tres elementos del paradigma. Se puede observar esos
tres valores en los siguientes ejemplos en los que están resaltados los NMLZ y los tiempos
verbales traducidos.
3
Cerrón Palomino (1994: 99) explica que el tema nominal concretador, marcado por –na, expresa una
acción verbal en forma concreta. Por ejemplo, a partir del verbo asiy, ‘reír’, se deriva asi-na, ‘risa’. En el caso
del verbo comer de (9) se deriva el sustantivo comida con una significación instrumental.
4
Un tema nominal agentivo, marcado por –q, se refiere a un agente de la acción verbal. Por ejemplo, a partir
del verbo michiy, ‘pastear’, se deriva michi-q, ‘persona que pastea’, ‘pastor’ (Cerrón Palomino 1994: 99).
5
La categoría “resultante” es un tema nominal que expresa la acción verbal realizada. Así, del verbo p’akiy,
‘romper’, se deriva p’aki-sqa, ‘roto’ (Cerrón Palomino, 1994, p. 100).
156
Los tres NMLZ tienen sus respectivos valores en relación a los tiempos verbales:
–q presenta el valor de tiempo presente en (13), -sqa el de tiempo pasado en (14) y –na el
del tiempo futuro en (15).
Para comprender el principio de variabilidad (Simone, 2001 [1990], p. 72), en
relación con estos tres NMLZ, se recurrirá a un estudio tipológico-funcional. Juanatey
(2020) explica su funcionamiento recurriendo a una propuesta teórica de Lehmann (1988),
quien distingue en todo sistema lingüístico dos fuerzas opuestas y complementarias
que configuran una escala en relación con la vinculación de cláusulas6. Por un lado, la
expansión de los constituyentes de una cláusula en diferentes cláusulas independientes.
Por el otro, la compresión de una cláusula plena en un solo constituyente nominalizado.
Estas dos fuerzas subyacen, entre otros, al parámetro de la reducción sintáctica.
Al abordar este parámetro, Lehmann (1988, p. 15) propone la existencia de una escala
de ‘desoracionalización’ de la cláusula subordinada que consiste en el proceso por
el cual la cláusula pierde gradualmente propiedades clausales a la vez que adquiere
características nominales. De esta forma, se presentan dos polos: cláusula y nombre
(Juanatey, 2020, p. 46).
Para mostrar el funcionamiento de los NMLZ, en el polo nominal de la escala de
desoracionalización, Juanatey explica que un proceso de nominalización de la cláusula
implica dotarla de categorías nominales como son la marcación de caso, los determinantes
o demostrativos, los marcadores de posesión o genitivos, entre otras. Cuanto más
nominalizado está un verbo, más comienza a comportarse como un sustantivo común.
Así, el verbo mikhuy, ‘comer,’ de la oración (9), retomado aquí como (16), lleva el sufijo
nominalizador -na y presenta morfología nominal, como el sufijo de caso acusativo –ta.
De este modo, la cláusula dependiente se constituye como objeto de la oración.
6
Con una finalidad didáctica, se entenderá el término cláusula de la tipología-funcional como equivalente
a oración en este artículo.
157
mikhu-na-ta ruwa-ku-na
comer-NMLZ POST-AC hacer-RFL-NMLZ POST
Llegando ahí, (hay) que cocinarse de nuevo, (hay) que hacerse la comida.
158
Los ejemplos tomados, en este estudio, provienen del libro Gramática elemental del
idioma guaraní escrito por Julio Romero en el año 2008. Otros ejemplos fueron tomados
de El idioma chiriguano. Gramática, textos, vocabulario escrito por Wolf Dietrich en 1986.
La presentación de los diferentes casos para estudiar el estatus y la función del valor en
esta lengua seguirá el mismo orden en que fueron analizados los ejemplos en el quechua.
En la lengua ava guaraní, más precisamente en su nivel fonético, la organización
vocálica presenta doce fonemas. Así, la vocal alta posterior del español /i/ contrasta con
dos sonidos vocálicos en la lengua indígena: una vocal oral /i/ de (18) con valor diferente
a la vocal central oral / ɨ / de (19). Desde la perspectiva de la arbitrariedad horizontal
propuesta por Simone (2001 [1990], p. 57), es posible entonces distinguir significados
diferentes:
Esta piedra
Mango de pala
159
160
Conclusiones
El análisis de los ejemplos en quechua y en ava guaraní permite corroborar, en
primer lugar, cómo emerge el valor de un signo de las relaciones con los otros signos, tal
como se sostiene en el Curso de Lingüística general. Desde esta perspectiva saussureana,
el valor de cada signo lingüístico resulta de las relaciones paradigmáticas y sintagmáticas
en los planos fonético, semántico y sintáctico. Se trata de la ya mencionada identidad
adquirida por cada unidad lingüística en virtud de la posición que ocupa dentro de un
sistema (Eguren y Fernández Soriano, 2006, p. 102). De acuerdo con este estatus, el valor
saussureano tiene la función de delimitar la significación que corresponde a cada signo en
el paradigma y en el sintagma. Actúa, entonces, como resultante de las relaciones internas
del sistema.
Si se piensa esos análisis con las categorías de los estudios sobre sistemas complejos,
puede concebirse otra descripción del estatus del “valor”. Desde esta perspectiva
instrumental, todo sistema, sus elementos, relaciones y estructuras son constructos
teóricos con los que se opera para explicar un recorte de la realidad. El constructo “signo
lingüístico” puede caracterizarse por ser biplanar, arbitrario, lineal, mutable, inmutable
y valorizable; es decir, susceptible de adquirir valor ya sea en su significado o en su
significante. El estatus de valor ya no enfatiza su carácter de resultante de relaciones, sino
el carácter de categoría teórica.
Como constructo teórico operativo, el valor permite, a quienes estudian este sistema
complejo, aprehender relaciones internas al sistema: de arbitrariedad, paradigmáticas,
sintagmáticas, entre otras. Además, permite aprehender una relación externa: entre el
sistema lingüístico y la colectividad que crea valores. Son las comunidades quechuahablantes
o guaraníhablantes las generadoras de los valores que, por ejemplo, tienen los NMLZ
quechuas o las posposiciones ava guaraníes en un determinado estado sincrónico de cada
lengua. Se pudo conceptualizar este segundo estatus de carácter instrumental a partir del
primero que emerge de leer el Curso de Lingüística general.
Sea que se focalice en su estatus de resultante de relaciones sistémicas o de
constructo teórico que permita aprehender relaciones, se trata de dos conceptualizaciones
del valor lingüístico que enfatizan, cada una, un aspecto determinado de una realidad
epistémica compleja.
7
Cuando se traduce (24) al español, se requiere de un grupo relativo. Un grupo relativo es una construcción
sintáctica que aparece al comienzo de la oración subordinada. Por ejemplo, el grupo preposicional relativo
que comienza con una preposición. Ejemplos: con la que, por la cual, etc. (RAE ASALE 2009: 1572)
161
162
Bibliografía
Grondin, M. (1980). Método de quechua runasimi. La Paz: Editorial “Los amigos del
libro”.
RAE ASALE. (2009). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Libros.
Romero, J. (2008). Gramática elemental del idioma guaraní. Camiri: La Misión Unión
Evangélica de Sud América (UESA).
Saussure, F. de. (2018 [1916]). Curso de lingüística general. Buenos Aires: Losada.
163
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165
D
e la oralidad a la Ricardo Bilma, Tewok (2020) es un
escritura, de la letra al documental bicultural y bilingüe que,
lenguaje audiovisual, la como la memoria, va del pasado al presente
palabra wichí crece y para recuperar aquellos fragmentos que
se comparte, se enraíza narran la dura realidad de una de las culturas
y también fluye como el río. De la mano originarias que existen y aún resisten en
de Laureano Segovia, Carlos Müller y Salta y en el Gran Chaco.
*Argentina. Profesora y Licenciada en Letras, Universidad Nacional de Salta. Docente de Nivel Secundario.
Integrante del proyecto de investigación n°2539 “Poéticas migrantes y políticas de la memoria en la literatura
y la cultura latinoamericanas (2005-2018)”, radicado en el Consejo de Investigación de la Universidad
Nacional de Salta, Salta, Argentina. Obtuvo el primer premio en los concursos literarios provinciales en la
categoría de Ensayo y la publicación de El indio urbano en la poética de Jesús Ramón Vera: desplazamientos,
en el año 2014, Salta, Argentina. En el mismo certamen, obtuvo el primer premio en la categoría Historieta
y la publicación de Hätäy, obra en coautoría, en el año 2020. Becaria del Fondo Nacional de las Artes, Becas
Creación 2021. pameriverita@gmail.com. ORCID 0000-0002-9743-6702.
166
167
con sus fotografías en una bella edición. Y así C.M.:—Este proyecto es el segundo
continuamos trabajando juntos hasta ahora. que encaramos con Ricardo. Primero
surgió el trabajo “Donde hubo fuego.
R.B.:—Tewok es parte de una búsqueda Memorias del Animanazo”, realizado en
iniciada hace varios años para dar, en alguna el pueblo de Animaná sobre los hechos
medida, voz a las memorias escondidas, ocurridos en 1972, con el apoyo técnico
silenciadas, del pueblo del interior de de Santiago Álvarez. Ese primer trabajo
Salta. Es un entramado de confluencias, nos entusiasmó para pensar en Tewok,
de caminos que se cruzan, que empiezan aunque recién comenzaba el 2016 y la
a andar juntos, y cuajan en esta, para mí, situación política, social y económica
hermosa realización. Como cuenta Carlos, del país era indudablemente un riesgo
su encuentro con Laureano lleva muchos inevitable. Se interrumpía un ciclo político
años y no es un encuentro banal. Tiene la y se abría un tiempo de temores y dudas
marca de origen de la voluntad de ser-con- que, lamentablemente, confirmamos. Toda
el-otro. Y no es vanidad decir que es hermosa posibilidad de financiamiento con el INCAA
porque es un encuentro de culturas, de se desvaneció. Entonces comenzamos con la
saberes, de expresiones artísticas, de tiempo tarea de archivo y allí el aporte de Laureano
y dedicación para lograrlo. fue impresionante. Por su capacidad
para preservar el material (apuntes, fotos
sacadas por él y 300 casetes) que, a pesar de
P.R.:—¿En qué condiciones económicas la falta de recursos, conservó durante más
realizaron este proyecto audiovisual en el de 25 años. Con ese material surgió la idea
contexto local? de proponerle a Laureano la recuperación
168
y el resguardo del material a través de un llegar hasta el final del proceso de producción
proyecto de digitalización y clasificación ajustando los cinturones al máximo.
de los casetes que presentó Ricardo en el
Fondo Ciudadano de Desarrollo Cultural Hay que destacar el enorme esfuerzo que
y Turístico de la Provincia y con el cual se realizó todo el equipo y la calidad humana
logró recuperar la mitad del material. y su compromiso político. Impresionante
trabajo el de Maximiliano Montañez en
R.B.:—Carlos presentó un proyecto para cámara, edición y buena disposición. Como
recuperar toda la obra bilingüe publicada el de Emiliano Alauie en música y sonido.
por Segovia a través de una Beca del Fondo También, el aporte de músicos como Martín
Nacional de la Artes. Tuvimos suerte y Misa, Pepe Angelillo, Pablo Ledesma y el
ambos fueron aprobados. Los orientamos Mono Hurtado y Argamonte.
a un doble fin: cumplir con lo propuesto
(se logró en ambos casos) y aprovechar
los viajes como pre producción, y para P.R.: —Hay una escena en la que Laureano
comenzar los registros fílmicos. Eso nos lee a lxs niñxs. Ellxs lo escuchan, como
ayudó mucho con los costos, ya que cada antes otros niñxs escucharon a sus
viaje implicaba: dejar nuestro trabajo ancianos narrar oralmente historias que
rentado, combustible para 1.200 km en un se iban modificando en cada oportunidad.
vehículo adecuado, estadía en la comunidad ¿Qué piensan de la convivencia de estas
y pagarle al camarógrafo. dos formas de memoria (oral y escrita) en
la comunidad wichí?
C.M.:—Por último, pudiendo mostrar los
avances del proyecto, conseguimos que R.B.:—Nuestro pensamiento va de la mano
se aprobara la edición a través del Fondo con lo expresado por Catalina Buliubasich
Ciudadano en 2019. Pero todo se demoró en el documental: “Perder la lengua y
y ya los costos eran imposibles. Estábamos perder el territorio es dejar de ser wichí”.
totalmente sobrepasados y angustiados La lucha por la tierra y la lucha por el
porque sentíamos que teníamos algo idioma están directamente relacionadas y
avanzado. Hasta que conseguimos una ayudita de ahí la importancia de las grabaciones y la
más: la Fundación Originarios nos permitió posterior escritura. No podemos dejar que
169
más lenguas se pierdan por la imposición C. M.:—Más del 60% de Tewok está hablado
de la cultura hegemónica pues cada una de en su propia lengua. Para nosotros, esa
ellas es una enorme pérdida, no sólo para ha sido una decisión política. Solo de esa
ese pueblo sino para la cultura en general. manera puede entenderse que, además de
El lenguaje es comunicación, identidad, querer hacer una buena película, se debe
transmisión de saberes. Las formas orales actuar con respeto. El guion se sostiene
y escritas obviamente están vinculadas, son sobre los textos recopilados por Segovia,
complementarias. desde la oralidad, y hay allí cientos de voces,
la mayoría desaparecidas hoy. Es allí donde
se vuelve una construcción colectiva, plural.
P.R.:—En proyectos biculturales como Toda la película es una defensa explícita de
Tewok, quienes habitamos la cultura la oralidad y del valor de la palabra, algo
occidental nos vemos en la responsabilidad que las culturas con escritura han perdido.
de respetar la experiencia, la voz, de las
comunidades sin colonizarla con nuestro
pensamiento. ¿Qué opinan sobre esta P.R.: —La memoria es un ejercicio colectivo
cuestión? que retoma fragmentos del pasado para
C. M.: —Lo que vos decís es cierto. Pero creo su resignificación en el presente y con
que no es una cuestión de responsabilidad perspectiva futura. ¿Qué piensan sobre
sino de convicción. Y, a veces, depende esta definición?
de varios factores. La voluntad está, pero, C. M.: —En realidad, creo que no podemos
por ejemplo, los recursos que se disponen hablar de “la memoria”, sino que debemos
para viajar son limitados o la demanda hablar de “las memorias” pues cada una
institucional o académica es una y la de ellas es singular, personal. Son esos
realidad de las comunidades no siempre fragmentos que muchas veces difieren
coincide con ella. Por suerte, nosotros somos entre sí. En las culturas orales, para que se
realizadores totalmente independientes. vuelvan colectivos, tienen que someterse a
Ahora bien, hay una permanente tensión ese ejercicio social (la ronda familiar en el
en nosotros mismos (hablo de técnicos, fogón, la reunión, la asamblea comunitaria),
artistas e investigadores en general), pues deben ser legitimadas o valoradas por la
tanto los actos como los conceptos que comunidad. Por eso la palabra tiene fuerza,
manejamos están atravesados por nuestra valor. “Tiene palabra”, dice el paisano. Y es allí
cultura y por más que tengamos las mejores donde se constituyen en su propia historia.
intenciones hay actitudes de las cuales no R.B.:—En síntesis, se trata del impulso
somos conscientes. vital de los wichí del Pilcomayo, en la voz
R.B.:—La globalización todo lo atraviesa. de Laureano, por decir: “Somos de acá,
Entonces también es un error pensar estamos vivos, no vamos a permitir que nos
que vamos a encontrar el preconcepto de sigan atropellando”. Y de nuestra búsqueda
“aborigen” que tenemos. Lo importante es por encontrar la diversidad de culturas
que los pueblos puedan trabajar sobre la y memorias que viven en esta provincia,
reapropiación de su historia, de sus propias de sacar a la luz las injusticias y las voces
culturas, y hacer libremente su camino. En silenciadas. Esas ambiciones se encuentran
el diálogo, lo fundamental es ser honestos y y se reconocen en la convicción de poner
respetuosos por convicción, no por repetir fin al sometimiento, a la supremacía de
un discurso políticamente correcto. unos seres humanos sobre otros y, al
170
171
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The Four Voices of the Wind: Stories from the Wichi Woods
Juan de Dios López & Leda Kantor. Editorial Fund Secretariat of Culture of the
Province of Salta. Salta, 2019, 123 pages
L
as Cuatro Voces del Viento
susurra, desde su título,
el eco de una memoria
colectiva situada en una
territorialidad particular:
Territorios Originarios Wichí, comunidad
ubicada a 10 km al noreste de la ciudad
de Tartagal, en el departamento de San
Martín, provincia de Salta. En esta obra,
Juan de Dios, junto con el acompañamiento
escriturario de Leda Kantor, reivindica
la lucha indígena wichí por las tierras
desde la recuperación de la memoria y la
historia local comunitaria. Como correlato
subyacente, el texto disputa al paradigma
moderno-occidental los sentidos que se
anclan en los territorios ancestrales en
torno a las ideas de propiedad, bien, recurso
y paisaje y la voz unívoca, como principio
generador del saber y hacer sobre el mundo.
173
Desde el texto, las voces son recuperadas las luchas de la existencia, los seres-espíritus
y las memorias wichí dejan de habitar el y los relatos del fuego desde el origen del
silencio a partir del proceso de creación mundo. Este decir es, también, un hacer
de autorías colectivas, junto la mediación, donde las prácticas devienen principio
traducción y diálogo entre Leda Kantor, generador y relacional con el espacio: el
Juan de Dios y la comunidad. Esta forma texto es la reunión de un conjunto de voces
de decir desmantela los relatos unívocos y testimoniales que constituyen la expresión
los modos de hacer historias —lineales— de un modo de relación con la tierra. Allí,
de los discursos occidentales. Desde el ésta no se manifiesta como un espacio
Gran Chaco, esta narrativa wichí disputa, donde el ser humano y los existentes
visibiliza y debate aquellas problemáticas coexisten, sino que se presenta como una
vinculadas al territorio, la lengua, la historia configuración relacional donde el narrador
y la defensa y proclamación de la identidad. asume un punto de vista más, entre tantos
otros tantos modos de existencia.
Podemos filiar este texto a aquella amplia
red textual de las literaturas indígenas en Organizado en quince relatos, cada
América Latina, que evidencia estéticas uno inaugura un umbral de acceso y
donde la palabra, la memoria, la cultura aproximación a la filosofía, el universo, la
y las autorías se religan a un modo de cultura y la espiritualidad del mundo wichí.
entendimiento del entorno y del territorio El lector entra en diálogo e interacción con
desde una cosmopraxis indígena, en un texto que opera, a nivel pragmático,
estrecho diálogo con lo latinoamericano. como una herramienta para la transmisión
Allí, la palabra elabora su estatuto. El texto, de saberes que fortalecen y son parte
heterogéneo, plural y móvil evidencia la constitutiva de la identidad de un pueblo.
permanente transformación a la que se A la vez, es un mecanismo memorizante
halla sujeta la vida de los wichí, tanto en de la cultura y lucha vívida ante el olvido
relación al presente, como respecto a la y el silencio. Desde allí hablan las voces del
tradición ancestral y la historia -no dicha y viento y, también, Juan de Dios López, quien
ni escrita-. asume la palabra y los saberes de su pueblo.
Cacique de la comunidad Territorios
Leer la obra es acceder a una inmensa labor Originarios Wichí, López es un luchador
de sistematización de textos orales vueltos incasable de la comunidad, desde ese locus,
escritura. El texto, pliegue donde las voces se asume en la permanente defensa del
del viento florecen en lengua y memoria, territorio y monte nativo wichí.
elabora un locus enunciativo plural y
heterogéneo donde se narra el origen Plural y múltiple, la voz enunciativa, flujo
de la vida y de los existentes desde una de otras voces, elabora un registro, una
topografía discursiva territorializada en la historia, un testimonio, una memoria de
vida wichí. En esta forma de ser, existir y lucha, (su)pervivencia y existencia desde
enunciar desde/en el territorio, se entreteje este colectivo de relaciones de reciprocidad
la palabra en relación al espacio, los saberes, y complementariedad en el monte.
174
Javier F. González*
Recibido: 07/06/2021 | Aceptado: 12/06/2021
E
ste complejo, detallado impacta y reconfigura el pensamiento y la
e innovador estudio representación de las experiencias juveniles
presentado en Bastardos en esos países.
de la modernidad: el
Bildungsroman roquero en
América Latina por Alexander Torres está
fundamentado en teoría y crítica referidas
tanto a la plasticidad del Bildungsroman
como género literario, las experiencias
roqueras y distintas vertientes críticas y
filosóficas en tres países latinoamericanos:
México, Colombia y Argentina. Los
conceptos de Torres amplían en forma
novedosa los limitados aportes ya
existentes sobre el tema de la influencia
del rock en la producción cultural literaria
latinoamericana.
El estudio está dividido en seis capítulos:
comienza y acaba enfocándose en
las problemáticas y posibilidades del
Bildungsroman enfrentados a la modernidad
latinoamericana. Los otros cuatro capítulos,
desde el título, involucran cómo el rock
*Argentina. (país). Ph. D., Universidad de Colorado, Boulder (2013). Associate Professor, Global Languages
and Cultures; California State University, Channel Islands. Estados Unidos. Javier.Gonzalez@CSUCI.edu
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