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VISTO: El expediente 11256643/22, por el cual tramitan los autos caratulados “J Y OTROS
C/DEPORTIVO A, SALVADOR, OSCAR, BANCO L Y SUPERCERRADO S/PRESUNTA
INFRACCION A LA LEY 24.240.”
CONSIDERANDO:
Que de acuerdo a las facultades por el art. 43 inciso c) de la ley 24.240 se inician los presentes
actuados ante la denuncia que impetra los señores JOSE BARRIOS, JUAN VERA, BETO
ESPINOLA con domicilio constituido en LINIERS 3450 de la ciudad de Bahia Blanca contra
Deportivo A, a Salvador (vendedor de entrada), a Oscar (grúa), a Banco L y Supercerrado con
domicilio denunciado en lavalle 3450 de la ciudad de autónoma de Buenos Aires, por presunta
infracción a la ley 24.240, radicada ante la Dirección General de Defensa y protección al
Consumidor, registrada bajo el número de expediente electrónico Nº 11256643/22.
Que previa instancia conciliatoria , sin arribar a un acuerdo, se imputo a Deportivo A, a Salvador
(vendedor de entrada), a Oscar (grúa), a Banco L y a Supercerrado, por vulneración, según
corresponda a cada uno de ellos, de artículos 4, 7, 8, 8bis, 11, 17, 19, 34 y concordantes de la Ley
nacional 24240, y al artículo 42 de la Constitución Nacional. También por incomparecentes a
Salvador y a Oscar.
Que los sumariados presentaron descargo en tiempo y forma, Supercerrado, Banco L y Deportivo
A repitiendo lo dicho en la Audiencia de Conciliación, y Salvador y Oscar agregaron a su mensaje
(por email y whatsapp, respectivamente) que no podían ir a la audiencia y que reemplazaron la
concurrencia con el mensaje remitido.
La ley de defensa al consumidor, establece... principios que resultan centrales en autos, uno es el
deber de información, receptado en el artículo 4to.; dice al respecto Lorenzetti: “La información es
el tema, el gran asunto de los tiempos modernos que el Derecho recoge y regula”. La información
no es publicidad, persiguen objetos distintos, la información es un bien que tiene un valor jurídico y
consecuentemente protección jurídica.
No cabe dudas que el deber de información correlacionado con el efecto vinculante de la publicidad
(arts. 4, 5, 7, 8, 8 bis, 19 y concs. ley 24.240), tiene anclaje en el art. 42 de la Constitución Nacional
y en el art. 53 Constitución de la Provincia de Buenos Aires (ver Stiglitz, Gabriel “Los avances del
Derecho del Consumidor”, La Ley Actualidad, 05/03/2013). Entre los derechos esenciales del
consumidor el relativo a la información adquiere singular importancia y ha sido puesto de relieve en
antecedentes de la Suprema Corte de Buenos Aires. Sostuvo ese Tribunal que “la información debe
tener aptitud para colocar al otro contratante en una situación de discernimiento en el aspecto
técnico ventilado en el negocio. La información debe cubrir la etapa genética y funcional ya que es
cumplimiento del deber de buena fe la prestación de servicios informativos permanentes y
actualizados. La información debe estar relacionada con la complejidad del negocio y la educación
del receptor, en cuanto a su extensión y exhaustividad” (S.C.B.A., Ac. B 65.834, 07/03/2007,
“Defensa de Usuarios y Consumidores Asoc. Civil c/ Org. Regulador de Aguas Bonaerenses y
Aguas del Gran Bs.As.”, voto Dr. Roncoroni). Una de las prerrogativas fundamentales reconocidas
a los particulares en el ámbito de las relaciones de consumo (contracara del deber que paralelamente
se coloca en cabeza de los empresarios), es el derecho a una información adecuada y veraz (arts. 42
de la Constitución Nacional y 38 de la Constitución provincial), es decir, debe ser nutrida de
elementos ciertos y objetivos, detallados, eficaces y suficientes sobre las características esenciales
del producto respectivo (art. 4 de la ley 24.240). Se trata –se concluyó- de una herramienta basilar
del sistema protectorio, justificada en la desigualdad material que caracteriza a los partícipes de las
relaciones de consumo” (S.C.B.A., Ac. C102100, 17/09/08, “Lucero, Osvaldo s/ Amparo”, voto Dr.
Hitters, con remisión a C.S. Fallos 321:3345; esta Sala, Causa nº 57494, 11/6/2013, “Rossi, Laura
Viviana c/ Whirlpool Argentina S.A. s/ Daños y Perjuicios”).
Dice Lorenzetti que “en materia de interpretación del mensaje publicitario, no interesa la intención
del autor, como en los contratos, sino la interpretación que le da el consumidor medio. Se aplica una
interpretación global, indivisible” (Lorenzetti RicardoL., “Consumidores”, Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 2003, pág. 199; conf. Mosset Iturraspe, Jorge – Wajntraub, Javier H., “Ley de Defensa del
Consumidor. Ley 24.240”, págs. 74 y 200). Pese a la marcada conexidad entre la información
adecuada y veraz y la publicidad suficiente y apropiada la doctrina distingue ambos supuestos: “el
derecho-deber de información promueve y necesita el conocimiento de los consumidores y
usuarios. En cambio, la publicidad difunde las cualidades reales o supuestas de un producto,
servicio y/o empresa con el objeto de su colocación o mejor posicionamiento en el mercado ... Los
proveedores pueden o no hacer publicidad en cualesquiera de sus formas ... pero no pueden dejar de
informar por ser ésta una obligación inserta en la propia Constitución Nacional y en la
ley”(Berstein, Horacio L., “Precios e información”, ADLA 2004-A, 1491; esta Sala, causa cit
“Rossi”).
En esas circunstancias DEPORTIVO A resulta ser responsable, ya que actuó en el caso como
proveedora, siendo su objeto como persona jurídica fomentar el fútbol y en este caso concreto de un
partido ,fue la organizadora directa del evento. Resultan así aplicables normas como los arts. 5, 6,
40 y cc. ley 24.240.3 – El factor de atribución de responsabilidad que campea en la relación de
consumo, es un factor objetivo dado por el deber de seguridad o el vicio o riesgo de la cosa o
prestación del servicio. La objetivización de la responsabilidad, hace directamente a la finalidad
tuitiva del consumidor que instala ese estatuto, arts. 3, 37 y cc LDC, en consonancia con lo
dispuesto por el art. 42 CN.
Por lo cual y siguiendo lo prescripto en el artículo 11, mediante el cual se establece que Cuando se
comercialicen cosas muebles no consumibles conforme lo establece el artículo 2325 del Código
Civil, el consumidor y los sucesivos adquirentes gozarán de garantía legal por los defectos o vicios
de cualquier índole, aunque hayan sido ostensibles o manifiestos al tiempo del contrato, cuando
afecten la identidad entre lo ofrecido y lo entregado, o su correcto funcionamiento., el Sr.
SALVADOR no resulta exento de responsabilidad.
Los arts. 7 y 8 de la ley 24.240 consagran como principio general la obligación de consignar en la
oferta una serie de datos que integran la información que, por este medio, el potencial consumidor
tiene derecho a recibir y que el vendedor tiene el deber de proporcionar, caso contrario, se tipifica
una infracción formal (Cám. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 2ª, 2/11/2000, "Ford Argentina SA v.
Estado nacional / Secretaría de Comercio e Inversiones" - Disp. DNCI. nro. 364/1999, causa
16.608/1999).
Corresponde mencionar que el artículo 19 de la ley 24.240 establece que: “Quienes presten
servicios de cualquier naturaleza están obligados a respetar los términos, plazos, condiciones,
modalidades, reservas y demás circunstancias conforme a las cuales hayan sido ofrecidos,
publicitados o convenidos”. Razón por la cual, El portal denunciado “no puede desconocer que, en
su calidad de intermediario, se encuentra alcanzado por la LDC. A mayor abundamiento, cabe
señalar que a través de dicho portal , se brinda un servicio al consumidor que también genera
obligaciones para la recurrente en el marco de la LDC.
Ahora bien, en virtud del artículo 42 de la Constitución Nacional Los consumidores y usuarios de
bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad
e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a
condiciones de trato equitativo y digno.
El Banco no había cumplido con su obligación de entregar un contrato por escrito, violándose un
aspecto específico e importante del deber de información;
De las pruebas surge que el Banco había faltado de diferentes formas al deber de información.
Que las infracciones administrativas no exigen, por lo general, la presencia de dolo, entendido, de
forma elemental, como la voluntad de realizar el supuesto de hecho típico. Esto significa que no es
necesario que la conducta derive de la decisión consciente de afectar el bien jurídico protegido, sino
que baste el obrar con mera culpa para que, en general, se configure la conducta típica. Basta
entonces la negligencia, la imprudencia, el descuido, la ligereza en el comportamiento para que se
configure la conducta descripta por la ley”
Que atento ello, cabe concluir que los sumariados han infringido la ley 24.240 en los artículos 4, 7,
8, 8bis, 11, 17, 19, 34 y concordantes de la Ley nacional 24240, y al artículo 42 de la Constitución
Nacional.
Por ello y en uso de las atribuciones legales conferidas por la ley 24.240.
DISPONE