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THEMIS 49

Revista de Derecho

APUNTES SOBRE LA RESPONSABILIDAD


POR INEFICACIA CONTRACTUAL
(El caso del artículo 207 del Código Civil peruano)*

Freddy Escobar Rozas**

¿Cómo se regula en el Código Civil peruano la


responsabilidad precontractual por la ineficacia
contractual? En el presente artículo el autor
realiza un análisis sobre este supuesto de
responsabilidad precontractual, sugiriendo a la
luz del origen de la teoría, su regulación en el
sistema alemán e italiano y la necesidad
indispensable de guardar coherencia cuando
se regula una figura, una interpretación
adecuada del artículo 207 del Código.

*
A la amistad de Mappy, Silvia, María Julia, Nacho y José Juan.
**
Profesor de Derecho Civil de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad de Lima. 153
THEMIS 49 1. INTRODUCCIÓN solamente una de sus manifestaciones: la relativa a las
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consecuencias reparadoras que deben derivarse de la
La teoría de la responsabilidad pre-contractual nace anulación del contrato por causa de error. Las líneas que
para tutelar la confianza contractual que, por sus siguen, entonces, están dedicadas al problema que, en
propias características, puede quedar lesionada como el sistema general de la responsabilidad pre-contractual,
consecuencia (i) de la ruptura injustificada de las ha generado la inclusión de la regla contenida en el
tratativas1 , (ii) de la ineficacia (permanente o temporal) artículo 207 del Código Civil.
del contrato celebrado o (iii) de la falta de adecuación
del reglamento contractual a los intereses de una o 2. ORIGEN
ambas partes2 .
La teoría de la responsabilidad pre-contractual fue
El fundamento de la referida teoría –de trascendencia creación de uno de los juristas más lúcidos de todos los
eminentemente reparadora– se encuentra en la violación tiempos: Rudolph von Ihering4 . En efecto, la partida
del deber de buena fe, que en materia contractual de nacimiento de la teoría en cuestión se encuentra en
supone la necesidad de actuar leal y diligentemente. el libro que el insigne pensador alemán publicó en 1861
con el título de “Culpa in contrahendo oder
El Código Civil peruano recoge la teoría de la Schdensersatz bei nichttingen order nicht zur Perfection
responsabilidad pre-contractual, al establecer que las gelangten Vertragen”. En este libro Ihering analizó la
partes deben actuar de buena fe en todas las etapas posibilidad de que la parte perjudicada con la invalidez
del iter contractual3 . Sin embargo, a diferencia de otros del contrato reclamara a la otra el pago de una
códigos civiles, el Código Civil peruano no sólo no indemnización en caso que esta última fuese la
contiene norma alguna que regule de manera específica causante del vicio. Como siempre, Ihering basó su
la consecuencia reparadora que ha de derivarse de la construcción con el fin de solucionar un caso real. Se
violación del deber en cuestión, sino que además trataba de un sujeto que, deseando adquirir cien libras
excluye, de manera inexplicable, dicha consecuencia de cierta mercadería, recibió cien quintales de la misma,
para el caso de la anulación del contrato por error. debido a que a la hora de enviar el pedido confundió
el signo de la libra con el del quintal. Dicho sujeto probó
A pesar de que la responsabilidad pre-contractual encierra que se había equivocado, así que anuló el contrato
una problemática bastante compleja y sumamente celebrado. Ante este hecho, el vendedor preguntó si
interesante, estos apuntes no están destinados a abordar podía reclamar el pago de una indemnización que
–en términos generales– dicha problemática, sino cubriera los costos de embalaje y transporte de la

1
En un reciente evento académico un expositor local afirmó que la aplicación de la teoría de la responsabilidad precontractual al caso de la
ruptura injustificada de las tratativas lesionaba seria e injustificadamente la libertad contractual. Como ocurre cada vez que en el medio alguien
critica un “instituto” (empleo este término y no el término “código” debido a que –desafortunadamente– entre uno y otro existe un abismo
infranqueable: mientras uno es el resultado de la reflexión jurídica que a lo largo de la historia realizan los pueblos para resolver conflictos de
intereses, el otro es el resultado de una combinación inconexa y en muchos casos absurda de preceptos tomados de modelos comparados
antagónicos, aunque ello no quiera ser aceptado por quienes, sin poder si quiera leer un texto en un idioma distinto del nativo –¡como si el
código regulase instituciones mestizas!–, se dan el lujo de atacar personalmente a todo aquel que quiere modificar el statu quo, demostrando
un fanatismo exacerbado que recuerda, aunque sólo en este aspecto, claro está, a ciertos juristas italianos de fines del siglo XIX, que rechazaban
brutalmente cualquier contacto con la doctrina alemana, por el solo hecho de ser foránea), el expositor en cuestión presentó una imagen
absolutamente deformada e irreal del concepto “ruptura injustificada de las tratativas”. Y claro, procediendo de tal modo no le fue muy
complicado “demostrar” la “obsolescencia” del instituto. Como se podrá entender, sin embargo, cualquier desistimiento no califica como
“ruptura injustificada de las tratativas”. Para que un desistimiento sea ilícito y genere responsabilidad, es necesario que se cumplan dos
condiciones. La primera condición supone que el desistimiento se configure después de que, por el grado de avance en las negociaciones u
otras circunstancias, la parte defraudada pueda razonablemente alegar que confió en la conclusión del contrato (por eso, si la parte compradora
decide apartarse de las negociaciones por que los resultados del due diligence que practicó no son satisfactorios, la parte vendedora no puede
válidamente pretender el pago de una indemnización por ruptura injustificada de las tratativas, ya que en esa etapa del proceso de compra
ninguna de las partes puede alegar confianza razonable en la conclusión de la operación). La segunda condición, por su parte, supone que el
desistimiento se encuentre desprovisto de una justificación. Según el desarrollo jurisprudencial europeo, se considera que existe justificación
para romper las tratativas en caso se presente una causa externa (sobrevenida o hasta entonces desconocida) que resulte idónea para modificar
la valoración sobre la conveniencia de celebrar el contrato (por eso, aun si se ha suscrito un Memorandum of Understanding, la parte compradora
puede desistirse de la operación en caso que las acciones materia de la operación sufran una pérdida de valor). Los que se escandalizan de la
protección que el Civil Law tradicionalmente concede a la confianza deberían estudiar las reglas de la doctrina de la promissory estoppel que,
en el país de la libertad, pueden incluso, para proteger la expectativa de la otra parte, evitar la revocación de la oferta, a pesar de que las
normas del Common Law establecen que la misma es revocable. Ver: CALAMARI, John D. y Joseph M. PERILLO. “The Law of Contracts”. St.
Paul. Minn: West Group. 1998. p. 258 y siguientes.
2
El contrato no realiza per se los intereses de las partes. En realidad, sólo la correcta actuación de los efectos contractuales provoca la satisfacción
de las necesidades de los contratantes. Por consiguiente, de nada les sirve a las partes el hecho de haber celebrado el contrato si es que el mismo
no va a generar los efectos que aquéllas requieren o si tales efectos no van a “reproducir” correctamente su voluntad.
3
El artículo 1362 del Código Civil establece que las partes deben negociar, celebrar y ejecutar el contrato con arreglo a las reglas de la buena fe.
Sobre la base de este artículo, la doctrina nacional ha reconocido que el Código Civil adopta la teoría de la responsabilidad pre-contractual. En
tal sentido: DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. “El Contrato en General”. Tomo I. Lima: Palestra Editores. 2001. p. 361; ARIAS SCHREIBER, Max.
“Exégesis del Código Civil Peruano de 1984”. Tomo I. Lima: San Jerónimo Ediciones. p. 75 y p. 112; HARO, José Juan. “¿Podría usted “no hacer”
negocios conmigo? Sobre la responsabilidad precontractual y la buena fe”. En: Advocatus-Revista editada por los alumnos de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Lima 7. 2002. p. 135.
4
Conviene notar, sin embargo, que la exigencia de adoptar una conducta leal en la etapa de las tratativas ya se encontraba prevista en el Derecho
154 romano (ver: Dig. 11,7,8,1 y Dig.18,1,23).
mercadería. Ihering consideraba justo que el comprador ejercer el derecho de anulación7 . Evidentemente, la THEMIS 49
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causante del vicio asumiera los referidos costos. Sin parte receptora no podía alegar que había confiado
embargo, no encontraba en el derecho vigente razonablemente en la validez de la referida declaración
respuesta alguna al caso planteado, pues tanto la actio si el errans demostraba que el error había sido conocible.
de dolo como la actio legis Aquiliae exigían la existencia
de un daño causado a cosas corporales. Aun cuando el tratamiento que el legislador alemán
dispensó al error era cuestionable debido a que
Ante el vacío, Ihering decidió sumergirse en las fuentes privilegiaba la teoría de la responsabilidad en desmedro
romanas, específicamente en el Corpus Iuris. Ahí encontró de la teoría de la confianza, lo cierto es que el sistema
varios casos en los que una de las partes respondía frente de responsabilidad pre-contractual acogido por el BGB
a la otra como consecuencia de haber ocultado hechos resulta intachable. En efecto, dicho sistema resuelve
que provocaban la invalidez del contrato5 . Sobre la base coherentemente el conflicto de intereses generado por
de los casos indicados, Ihering formuló su famosa teoría la falta de conformidad entre lo exteriorizado y lo
de la culpa in contrahendo, según la cual el contratante querido, pues, reconociendo el derecho del errans de
que culposamente causa la invalidez o la inexistencia del anular su declaración, concede tutela a la parte receptora
contrato debe responder frente al otro, indemnizando el en caso que haya actuado de buena fe. En consecuencia,
“interés contractual negativo”6 . bajo supuesto alguno el hombre honesto y cuidadoso
queda desprotegido frente a la situación perjudicial que
3. DERECHO COMPARADO genera la declaración de invalidez del negocio.

a) Sistema alemán b) Sistema italiano

El BGB adoptó sin miramientos la tesis de Ihering. En A diferencia del BGB, el Codice se apartó
efecto, como quiera que el Derecho alemán permitía ostensiblemente de la tesis de Ihering. Y ello por una
anular una declaración (viciada) aun cuando la parte razón muy simple: el legislador italiano de 1942
receptora no hubiera advertido el error, tenía sentido introdujo la necesidad de que el error fuera conocible
preguntarse por la situación de dicha parte en caso que a efectos de que el declarante pudiera anular el
hubiese confiado en la validez de la referida declaración. contrato.

Consciente de que la anulación de la declaración viciada En efecto, a pesar de que el Código Civil de 1865
podía perjudicar seriamente a la parte receptora, el seguía el modelo francés, que a semejanza del alemán
legislador alemán decidió tutelarla, aunque bajo ciertas no exigía la conocibilidad del error8 , el legislador
condiciones. Así, estableció que si la parte receptora italiano, influenciado por la teoría de la confianza9 ,
había confiado razonablemente en la validez de la decidió introducir el requisito de la conocibilidad del

Freddy Escobar Rozas


declaración del errans, aquélla tenía derecho al pago error, modificando drásticamente el sistema de los
de una indemnización en caso que este último decidiera vicios de la voluntad que imperaba en Europa.

5
Se trataba de la venta de cosas sagradas, públicas o inexistentes, en las cuales el vendedor conocía de antemano la causa de la nulidad.
6
Para un detallado análisis del pensamiento de Ihering: TURCO, Claudio. “Interesse Negativo e Responsabilità Precontrattuale”. Milano: Dott. A.
Giuffrè Editore. 1990. p. 54 y siguientes. También: GARCIA RUBIO, María Paz. “La Responsabilidad Precontractual en el Derecho Español”.
Madrid: Tecnos. 1991. p. 34 y siguientes.
7
El sistema alemán de responsabilidad pre-contractual básicamente reposa en los parágrafos 119 y 121 del BGB. De acuerdo con el primer parágrafo,
“Wer bei der Abgabe einer Willenserklärung über deren Inhalt im Irrtum war oder eine Erklärung dieses Inhalts überhaupt nicht abgeben wollte, kann
die Erklärung anfechten, wenn anzunehmen ist, daß er sie bei Kenntnis der Sachlage und bei verständiger Würdigung des Falles nicht abgegeben haben
würde.” [Quien al emitir una declaración de voluntad estaba en error sobre su contenido, o en líneas generales no quiso emitir una declaración de tal
contenido, puede impugnar la declaración si ha de entenderse que no la habría emitido con conocimiento de la situación verdadera y con apreciación
razonable del caso]. Por su parte, de acuerdo con el segundo parágrafo, “Anfechtung muß in den Fällen der §§ 119, 120 ohne schuldhaftes Zögern
(unverzüglich) erfolgen, nachdem der Anfechtungsberechtigte von dem Anfechtungsgrund Kenntnis erlangt hat. Die einem Abwesenden gegenüber
erfolgte Anfechtung gilt als rechtzeitig erfolgt, wenn die Anfechtungserklärung unverzüglich abgesendet worden ist.” [Si una declaración de voluntad
es nula según el parágrafo 118 o está impugnada en base a los parágrafos 119 y 120, el declarante, si la declaración había de emitirse frente a otro, ha
de indemnizar a éste o en otro caso a todo tercero el daño que el otro o el tercero sufra por la circunstancia de que confían en la validez de la declaración,
no excediendo, sin embargo, la cuantía del interés que el tercero o el otro tengan en la validez de la declaración. La obligación de indemnización de daños
no tiene lugar si el perjudicado conocía la causa de la nulidad o de la impugnabilidad, o no la conocía a consecuencia de negligencia (debía conocer)].
8
A pesar de que el Código Civil italiano de 1865 no establecía la obligación de resarcir a la parte receptora, la doctrina italiana concedía ese
remedio a la luz de las reglas generales de responsabilidad aquilina. En tal sentido: DE RUGGIERO, Roberto. “Istituzioni di Diritto Civile”. Vol. II.
Messina: Casa Editrice Giuseppe Principato. 1930. p. 125; BRUGI, Biagio. “Instituciones de Derecho Civil”. Traducción de Jaime Simo Bofarull.
México: Unión Tipográfica Editorial Hispano-Americana. 1946. p. 131.
9
La teoría de la confianza terminó imponiéndose en Italia gracias a la valoración jurisprudencial y doctrinal del principio de equidad. En esto evidentemente
colaboraron los propios defensores del dogma de la voluntad, al admitir la inequidad que producía la aplicación rigurosa de dicho dogma a casos
extremos como el del error. La teoría de la culpa in contrahendo de Ihering fue sumamente importante en el juego de los debates, ya que la misma
reconocía la necesidad de tutelar a la parte que razonablemente había confiado en la validez de la declaración del errans. Es verdad que dicha teoría
propugnaba una tutela meramente reparadora. Pero es verdad también que de reconocer la necesidad de prestar tutela en el plano de la reparación
a reconocer la necesidad de prestar tutela en el plano de la validez, no había un paso demasiado largo. Para una exposición sumamente clarificadora
del proceso histórico de adopción de la teoría de la confianza: PIETROBON, Vittorino. “El Error en la doctrina del Negocio Jurídico”. Traducido por
Mariano Alonso Pérez. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado.1971. p. 92 y siguientes. 155
THEMIS 49 Como consecuencia de la modificación experimentada, mismo no hubiese sido conocible por la parte receptora
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carecía de sentido preguntarse por la situación de la de la declaración viciada.
parte receptora de la declaración; más bien cobraba
sentido preguntarse por la situación de la parte emisora. Sin embargo, a diferencia del BGB, nuestro código
En efecto, como el error era causa de anulación sólo anterior no establecía la obligación de indemnizar a la
cuando la parte receptora actuaba con mala fe parte receptora en caso que la misma hubiese
(objetiva), el legislador italiano se preguntó si el errans razonablemente confiando en la validez de la declaración
podía, además de anular el contrato, exigir el pago de viciada. No obstante ello, la doctrina nacional aceptaba
una indemnización. la posibilidad de que el receptor de la declaración viciada
exigiera el pago de una indemnización en caso que el
La cuestión fue resuelta en sentido positivo, de modo errans ejerciera el derecho a anular el acto12 .
tal que el referido legislador consagró un segundo
sistema de responsabilidad pre-contractual, en el cual b) El Código Civil de 1984
no era la parte receptora sino la parte emisora la que
podía exigir el pago de una indemnización10 . El Código Civil peruano de 1984 adoptó –parcialmente–
el modelo italiano de 1942 en lo referente a los
Al igual que en el caso anterior, el sistema de requisitos del error como causa de anulación del negocio
responsabilidad pre-contractual acogido por el Codice jurídico. En efecto, el legislador nacional estableció que
resulta intachable. En efecto, dicho sistema resuelve la anulación del negocio por error sólo procedía si el
coherentemente el conflicto de intereses generado por mismo era esencial, determinante y conocible (por la
la falta de conformidad entre lo exteriorizado y lo parte destinataria de la declaración).
querido, pues, al establecer que el derecho del errans
de anular el contrato depende de la conocibilidad (y Inexplicablemente, sin embargo, el legislador nacional,
excusabilidad) del vicio, no permite que la parte no contento con mutilar el modelo italiano, al dejar de
receptora de la declaración (viciada) sufra perjuicios lado la regla contenida en el artículo 1338 del Codice,
en caso que haya actuado de buena fe. Pero por otro decidió efectuar un aporte histórico, al establecer que
lado, no deja en desamparo al errans en caso que la la anulación del negocio por error no daba lugar a
parte receptora de la declaración (viciada) actúe de mala indemnización entre las partes.
fe, ya que, además del remedio de la anulación, le
concede al primero el remedio de la reparación. En Según se ha reconocido13 , la norma bajo comentario
consecuencia, bajo supuesto alguno el hombre honesto fue tomada del Proyecto de la Comisión Revisora14 . Al
y cuidadoso queda desprotegido frente al margen del origen de esta contribución del Derecho
comportamiento malicioso de la otra parte11 . peruano, importa saber cuál ha sido la explicación
ofrecida por la doctrina nacional para justificarla.
4. DERECHO PERUANO
Para evitar el peligro de tergiversar opiniones, voy a
a) El Código Civil de 1936 reproducir literalmente las explicaciones ofrecidas por
Fernando Vidal y Guillermo Lohmann.
Siguiendo la línea trazada por los códigos civiles
europeos de la época, el Código Civil peruano de 1936 El primero de los nombrados afirma que “[e]l Código
permitía anular un contrato por error aun cuando el introduce una norma novedosa, contenida en el art. 207

10
La fórmula está consagrada en el artículo 1338 del Código Civil italiano de 1942, que establece lo siguiente: “La parte che, conoscendo o
dovendo conoscere l’esistenza di una causa d’invalidita del contratto [1418 ss], non ne ha dato notizia alla’altra parte e tenuta a risarcire il danno
da questa risentito per avere confidato, senza sua colpa, nella validita del contratto [1038].” [La parte que, conociendo o debiendo conocer la
existencia de una causa de invalidez del contrato, no ha dado noticia a la otra parte tendrá que resarcir el daño por ésta sufrido como consecuencia
de haber confiado sin su culpa en la validez del contrato].
11
Para una visión comparativa de la racionalidad de los sistemas alemán e italiano: JORDANO FRAGA, Francisco. “Falta Absoluta de Consentimiento,
Interpretación e Ineficacia Contractuales”. Bolonia: Publicaciones del Real Colegio de España. 1988. p. 169 y siguientes.
12
Así lo reconocían: LEÓN BARANDIARÁN, José. “Comentarios al Código Civil Peruano”. Tomo I. Buenos Aires: EDIAR Sociedad Anónima Editores.
1954. p. 148; CASTAÑEDA, Jorge Eugenio. “Los Vicios de la Voluntad”. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 1978. p. 57.
13
Así consta en la Exposición de Motivos del Código Civil peruano de 1984, compilada por Delia Revoredo.
14
El proyecto preparado originalmente por la Comisión encargada del Estudio y Revisión del Código Civil de 1936 contenía una disposición según
la cual la anulación del acto por error no daba lugar a la indemnización de daños y perjuicios. Dicho proyecto no especificaba si la exoneración
de responsabilidad favorecía a una o a ambas partes. El anteproyecto sustitutorio preparado por Manuel de la Puente y Susana Zusman contenía
la misma disposición. No obstante ello, en la exposición de motivos de ese anteproyecto, los autores indicados cuidaron de precisar lo siguiente:
“El artículo 73, por su parte, impide la indemnización de daños y perjuicios en el caso de anulación por error. Dado que el Anteproyecto protege
al receptor de la declaración, en base a la teoría de la confianza, el receptor no podría, en caso de que llegara a anular el acto jurídico (sic),
intentar acción de daños y perjuicios, pues conoció el error y, por tanto, no confió totalmente en la validez de tal declaración. El artículo 73 es
otra formula de la lograr el equilibrio de protección para ambas partes” (ver: “Proyectos y Anteproyectos de la Reforma del Código Civil”. Lima:
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú. 1980, p. 103). Se sabe que fue la Comisión Revisora la que acordó modificar las
156 propuestas previas y establecer que la anulación del acto por error no daba lugar a indemnización entre las partes.
(…) Y decimos que es novedosa sólo porque posición, sin embargo, es harto discutible, por no decir THEMIS 49
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tradicionalmente se ha considerado que el errans que inaceptable. En efecto, según este autor, quien yerra
obtenía la declaración de nulidad del acto, si inflingía no tiene derecho a reclamar el pago de una
perjuicios a la contraparte, se los debía indemnizar15 indemnización debido a que no puede pretender que
(...) Manuel de la Puente y Susana Zusman consideran la otra parte le haga notar la existencia del vicio. Si se
que si bien el receptor esta (sic) protegido por la teoría tiene en cuenta que el error debe ser conocible para la
de la confianza no puede, en caso de que llegara a anular otra parte, yo no encuentro razón alguna para que el
el acto jurídico (sic), intentar acción de daños y perjuicios, errans no pueda pretender lo que a Lohmann le parece
pues conoció el error y, por lo tanto, no confió totalmente inadmisible. En efecto, a no ser que la buena fe objetiva
en la validez de tal declaración. Explicada y justificada la no tenga utilidad ni aplicación en el ámbito de las
norma sub examine, nosotros reparamos que la misma tratativas, la parte receptora no puede dejar de advertir
sólo alcanza a las partes, por lo que ambas podrían a la parte emisora acerca de la existencia del error (que
responder, eventualmente, ante terceros”16 . ha podido advertir). Si dicha parte, por cualquier
circunstancia, nota el equivoco de la otra y luego
El segundo de los nombrados afirma que “[c]omo se conscientemente guarda silencio, es claro que incurre
pretende proteger al receptor de la declaración con base en un supuesto grosero de mala fe y el Derecho no
en la teoría de la confianza, éste no puede demandar puede no reaccionar ante tal hecho.
daños y perjuicios (sic) pues si se ha anulado el negocio
se debe a que el error fue esencial y conocible. Si es así, El artículo 207 del Código Civil, tal como está
el precepto da por entendido que el receptor de la redactado, consagra una fórmula que no encuentra
declaración pudo haberse percatado del vicio y, por cabida en ningún sistema coherente, pues permite que
tanto, pudo no haber dado crédito a la declaración. Hubo el destinatario de la declaración viciada quede
una falta de su parte. Por la comisión de esa falta de exonerado de responsabilidad aun cuando haya
cuidado, no se le autoriza a reclamar daños y perjuicios conocido la existencia del error. Puedo aceptar que la
(sic). No ha de ser esta, empero, la única interpretación regla de exoneración de responsabilidad contenida en
válida; también ha de verse de otro lado. Es decir, que el artículo en cuestión se aplique al caso en el que
quien yerra no puede reclamar del destinatario de la ambas partes proceden con negligencia (una se
declaración daños y perjuicios (sic) por no haberle hecho equivoca y la otra no presta atención). Lo que no puedo
notar el vicio que era reconocible”17 . aceptar, sin embargo, es que la regla de marras se
aplique al caso en el que una de las partes procede
Las opiniones transcritas dejan entrever la causa del error. con negligencia y la otra con dolo (conciencia y
En efecto, tanto Vidal como Lohmann aceptan la bondad voluntad de actuar incorrectamente); lo que ocurre
de la norma sobre la base de un argumento débil. En cuando una de las partes se equivoca y la otra omite
efecto, según los autores citados es lógico que se excluya

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voluntariamente hacer notar el equívoco.
la posibilidad de que la parte receptora exija el pago de
una indemnización debido a que la misma pudo conocer 5. EL VALOR DEL PRINCIPIO DE LA BUENA FE
la existencia del error. Como se podrá entender, sin Y LA NECESIDAD DE EFECTUAR UNA
embargo, al haber adoptado el modelo italiano, carece INTERPRETACIÓN RESTRICTIVA
de sentido preocuparse por la parte receptora de la
declaración viciada. El hecho de establecer el requisito El principio de buena fe supone, en términos generales,
de la conocibilidad del error genera de manera la necesidad de actuar leal y diligentemente. En la etapa
automática la exclusión de toda responsabilidad del de las tratativas, el referido principio se descompone
errans frente a la parte receptora de la declaración. en una serie de deberes específicos, entre los cuales se
encuentran los siguientes: (i) el deber de suministrar
A diferencia de Vidal, que guarda silencio al respecto, información, (ii) el deber actuar con veracidad, (iii) el
Lohmann explica por qué es lógico que la norma bajo deber de actuar con claridad, (iv) el deber de mantener
comentario no conceda a la parte que yerra la la confidencialidad y (v) el deber de custodiar bienes
posibilidad de exigir el pago de una indemnización. Su entregados para pruebas o demostraciones18 .

15
Se equivoca Vidal al afirmar que tradicionalmente se hacía responsable al errans por los perjuicios que infringía a la otra parte al anular su
declaración. Como resultará claro, a partir de 1942 no hubo en esta materia una solución tradicional sino dos. En efecto, en el sistema alemán,
el errans respondía frente al destinatario de la declaración viciada (en caso que decidiera anular la declaración). Pero en el sistema italiano era
este último el que respondía frente al primero por la invalidez del contrato. En consecuencia, al momento de la elaboración del Código Civil de
1984 no existía una tendencia legislativa generalizada, como lo sugiere el autor citado.
16
VIDAL, Fernando. “Acto Jurídico”. Tratado de Derecho Civil. Universidad de Lima, tomo III, vol. II. pp. 635-636.
17
LOHMANN, Guillermo. “El Negocio Jurídico”. Lima: Librería Studium Ediciones. 1987. p. 359.
18
En tal sentido: ROPPO, Vincenzo. “Il Contratto”. Milano: Dott. A. Giuffrè Editore. 2001. p. 177 y siguientes; CUADRADO, Carlos. “Oferta,
Aceptación y Conclusión del Contrato”. Bolonia: Publicaciones del Real Colegio de España. 2003. p. 48 y siguientes. 157
THEMIS 49 El alcance de la actuación del principio de buena fe reserva por una de las partes, aun cuando la otra
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depende de la naturaleza del contrato materia de las pudiese estar interesada en conocerlos. La clave para
tratativas y de las condiciones subjetivas de las partes19 . determinar cuándo es legítimo no revelar cierta
De este modo, la conducta leal y diligente que se puede información depende básicamente de la posición
esperar de la otra parte varía en función del grado de contractual: el que enajena tiene que informar todo
experiencia y profesionalidad de la misma, así como aquello que razonablemente la otra parte deba conocer
de la complejidad de la operación20 . sobre el derecho (a ser transferido) y sobre el bien. Y
ello porque no resulta legítimo que oculte la existencia
De todos los deberes indicados, el de suministrar de embargos o de vicios ocultos. El que adquiere, sin
información es el que, sin duda, juega un papel embargo, no tiene por qué informar acerca de las
trascendental en el ámbito de la responsabilidad por razones que lo impulsan a contratar22 . Tampoco tiene
ineficacia contractual. Como ha sido reconocido21 , el por qué informar acerca de las cualidades que ha
deber de informar encuentra su justificación en la descubierto en el bien, pues resulta legítimo que
necesidad de corregir la situación de asimetría que aproveche aquello que, por su esfuerzo o fortuna, ha
usualmente se presenta en las negociaciones. Por tal podido conocer.
razón, en cumplimiento de dicho deber la parte que
conoce (o que debiera conocer) ciertos datos relevantes Ahora bien, evidentemente ninguna de las partes
de la operación tiene que hacérselos saber a la otra, puede considerar que resulta legítimo ocultar a la otra
en caso esta última no los conozca (o no debiera una causa de invalidez o de ineficacia contractual23 .
conocerlos). En efecto, no es admisible que una de las partes
considere legítimo el reservarse para sí el conocimiento
Evidentemente, el deber en cuestión no tiene un de un hecho que puede afectar la utilidad del contrato,
alcance ilimitado. En efecto, dicho deber está sujeto a pues de este modo lesiona abiertamente el principio
un fin, que consiste en crear una situación de simetría de solidaridad contractual. El convencimiento de la
informativa. Esta última situación, sin embargo, no ilicitud de una conducta como la descrita es de tal
supone que ambas partes tengan el mismo grado de magnitud, que la doctrina y la jurisprudencia han
conocimiento respecto de todos los aspectos objetivos comenzado a destacar la existencia de un nuevo deber,
y subjetivos involucrados en la operación. que consistiría en cumplir los actos necesarios para
lograr la validez y la eficacia del contrato24 . Ese deber
En efecto, nadie puede razonablemente oponerse a la se derivaría del principio de buena fe objetiva.
exigencia de que cada parte revele a la otra aquellas
circunstancias que puedan influir en la decisión de esta Sobre la base de lo indicado, resulta claro que si
última de efectuar o no la operación contractual. Pero durante las tratativas una de las partes sufre un vicio
al mismo tiempo nadie puede razonablemente y la otra se percata de ello, esta última debe revelar la
oponerse a la protección de aquella información que, existencia del mismo y evitar de este modo la invalidez
adquirida legítimamente, necesita ser mantenida en del contrato. Si no lo hace, viola abiertamente el
reserva para no perder su valor. principio de la buena fe y, por consiguiente, lo
establecido en el artículo 1362 del Código Civil
En mi opinión, pues, no es posible pretender la creación vigente. Siendo esto así y en aras de mantener un
de una situación de simetría informativa en términos mínimo de coherencia en el sistema, resulta claro que
absolutos: existen hechos que, en función de ciertos el artículo 207 del Código Civil no puede aplicarse
principios del ordenamiento (básicamente los que literalmente.
protegen la libertad de empresa y la propiedad), no
tienen por qué ser revelados. En otros términos: existen En efecto, el referido artículo no puede exonerar de
hechos que legítimamente pueden ser mantenidos en responsabilidad a quien advirtiendo el error del

19
En tal sentido: MONATERI, Pier Giuseppe. “La Responsabilità Contrattuale e Precontrattuale”. Torino: Unione Tipografico-Editrice Torinese.
1998. p. 381.
20
Por tal razón, el hecho que ambas partes adopten una regla contractual inválida no determina necesariamente que ambas sean responsables de
la anomalía. Si una de las partes tiene mayor conocimiento y experiencia que la otra, entonces el peso de evitar la anomalía recae exclusivamente
en la primera. De este modo, el arquitecto no puede liberarse de responsabilidad argumentando que el cliente estuvo de acuerdo con los planos
de la obra, pues mientras aquél, por razones profesionales, debió saber que las normas municipales impedían la construcción del edificio
proyectado; este último no tenía por qué conocer las limitaciones impuestas por las normas en cuestión. En consecuencia, si el contrato de obra
es nulo por imposibilidad, el arquitecto debe responder frente al cliente.
21
ROPPO, Vincenzo. Op. cit., p. 177; LLOBET I AGUADO, Joseph. “El Deber de Información en la Formación de los Contratos”. Madrid: Marcial
Pons. 1996. p. 41.
22
De acuerdo: MONATERI, Pier Giuseppe. Op. cit., p. 382.
23
En tal sentido: RICCIUTO, Vincenzo. “La formazione progresiva del contratto”. En: “I Contratti in Generale”. Tomo I. A cura di Enrico Gabrielli.
Torino: Unione Tipografico-Editrice Torinese. 1999. p. 222.
158 24
Así: MONATERI, Pier Giuseppe. Op. cit., p. 398.
declarante decide guardar silencio, en lugar de evitar A pesar de que en algún momento se sostuvo que la THEMIS 49
Revista de Derecho
la invalidez del contrato. Por consiguiente, a no ser responsabilidad pre-contractual constituía un tertium
que no se quiera dar valor alguno al contenido del genus27 , hoy básicamente se discute si la misma debe
artículo 1362 del Código Civil y se esté dispuesto a ser asimilada a la responsabilidad contractual o a la
pasar por alto la mala fe, la regla contenida en el artículo responsabilidad extracontractual28 .
207 del referido código debe ser reinterpretada.
El argumento empleado por los contractualistas es el
Tomando en cuenta lo hasta aquí expuesto, propongo, siguiente: cuando la norma jurídica sujeta el
pues, reducir, a través del recurso de la interpretación desenvolvimiento de una relación social al imperativo
restrictiva, el ámbito de aplicación del artículo en de la buena fe no hace otra cosa que imponer (a los
cuestión, de modo tal que la exoneración de sujetos que entran en contacto) la obligación de actuar
responsabilidad que prevé sólo opere cuando ambas de manera leal y diligente. Si alguno de los sujetos
partes han actuado negligentemente, esto es, cuando obra de mala fe, entonces incumple una obligación.
una se equivoca y la otra no advierte, por descuido, tal Por consiguiente, el dañado tiene la posibilidad de
circunstancia25 . demandar el pago de una indemnización a la luz de
las normas que regulan la inejecución de obligaciones
6. ALCANCES DE LA RESPONSABILIDAD (responsabilidad contractual)29 .

Desde que Ihering publicó su libro sobre la culpa in Por su parte, el argumento empleado por los
contrahendo, la responsabilidad pre-contractual ha sido extracontractualistas es el siguiente: cuando la norma
empleada únicamente para reparar la lesión del llamado jurídica impone el deber de actuar de buena fe no hace
“interés contractual negativo”. Se considera que el otra que tutelar de manera específica el genérico interés
interés contractual negativo es aquel que tiene por en no sufrir daño alguno. En consecuencia, si alguno
objeto evitar o eliminar toda tratativa infructuosa. Por de los sujetos obra de mala fe, el dañado tiene la
consiguiente, se lesiona dicho interés cuando se inician posibilidad de demandar el pago de una indemnización
tratativas sin seriedad, cuando se frustra el éxito de las a la luz de las normas que regulan la responsabilidad
mismas, etc. Obviamente, la lesión al interés contractual aquiliana30 .
negativo sólo es tutelada cuando la parte lesionante
actúa de mala fe. A mi modo de ver, el asunto debe resolverse a favor de
la corriente que postula la aplicación de las reglas de
Tradicionalmente, se acepta que la parte dañada exija responsabilidad extracontractual31 . En efecto, como
una indemnización por los gastos realizados en la etapa indica Sacco32 , es verdad que por mandato de la ley los
de las tratativas, por el tiempo invertido en las protagonistas de las tratativas se encuentran vinculados
negociaciones e incluso por las oportunidades por una relación calificada, que los obliga a proteger

Freddy Escobar Rozas


desaprovechadas 26 . Por consiguiente, en sede de sus recíprocos intereses. Pero es verdad también que
responsabilidad pre-contractual es indemnizable tanto eso es lo que exactamente acontece en tantos otros
el daño emergente como el lucro cesante. casos en los que se desarrollan las más variadas
actividades y relaciones. Y a nadie se le puede ocurrir
Evidentemente, la concreta determinación del alcance que esos otros tantos casos sean juzgados a la luz de
de la actuación de la responsabilidad pre-contractual reglas distintas de las de la responsabilidad
depende, fundamentalmente, de la posición que se extracontractual. Así, los conductores de vehículos
adopte en torno a las reglas que por asimilación deben motorizados o los competidores que actúan en un mismo
aplicarse a la misma. mercado tienen que observar, por mandato de la ley,

25
Como resultará claro, lo mejor sería reformar el Código y establecer una regla como la contenida en el artículo 1338 del Codice, de modo que la
parte que advierta o pueda advertir el error sea responsable de la invalidez contractual. Evidentemente, sin embargo, la adopción de una regla como
la indicada tendría que ir acompañada de la adopción del requisito de la excusabilidad del error, pues no resultaría justo que mientras el errans pueda
actuar torpemente, el destinatario de la declaración deba en todo momento, bajo pena de pagar una indemnización, proceder diligentemente.
26
En tal sentido: MONATERI, Pier Giuseppe. p. 469; RICCIUTO, Vincenzo, Op. cit., p. 239.
27
En 1951 Rodolfo Sacco propuso esta tesis. Luego, sin embargo, la abandonó.
28
Existen quienes no aceptan la disyuntiva planteada, pues consideran que en algunos casos la responsabilidad pre-contractual debe ser asimilada a
la responsabilidad contractual y en otros a la responsabilidad extracontractual. En tal sentido: GARCIA RUBIO, María Paz. Op. cit., p. 89 y siguientes.
29
Defienden esta postura, entre otros: Mosco, Stolfi, Mengoni y Galgano. Ver por todos: SAGNA, Alberto. “Il Resarcimento del Danno nella
Responsabilità Precontrattuale”. Milano: Dott. A. Giuffrè Editore. 2004, p. 22. En nuestro medio defiende esta postura: DE LA PUENTE Y
LAVALLE, Manuel. Op. cit., p. 371.
30
Defienden esta postura, entre otros: Greco, Mirabelli, Carresi y Osti. Ver por todos: SAGNA, Alberto, Loc. cit.
31
Así, por lo demás, lo entiende la gran mayoría de la doctrina. A modo de ejemplo: BIANCA, Massimo, “Diritto Civile”. Milano: Dott. A. Giuffrè
Editore. 1984. pp. 162-163; ROPPO, Vincenzo. Op. cit. p. 185; SCOGNAMIGLIO, Renato. “Teoría General del Contrato”. Traducción de Fernando
Hinestrosa. Universidad Externado de Colombia. 1991. p. 121; BREBBIA, Roberto. “La Responsabilidad Precontractual”. Buenos Aires: Ediciones
La Rocca. 1987. p. 96.
32
Op. cit., p. 185. 159
THEMIS 49 una serie de conductas dirigidas a salvaguardar los aceptado hacerlo); mientras que la satisfacción del
Revista de Derecho
intereses ajenos. En caso que no lo hagan, la segundo puede ser exigida a cualquier persona que –
responsabilidad aplicable al caso no puede ser otra que por cualquier circunstancia– ingrese en la esfera del
la responsabilidad extracontractual, pues ni el conductor “contacto social”.
que ha colisionado el automóvil del otro, ni el competidor
que ha dañado la reputación del otro pueden considerar, El deber de actuar de buena en la etapa de las tratativas
por razones obvias, aplicables las reglas de la no es otra cosa que una manifestación específica del
responsabilidad contractual. deber genérico de no causar daño, pues, siendo exigible
a todos los que intenten celebrar un contrato (o que
Y es que, como resultará claro, la obligación y la efectivamente consigan su objetivo), tiene como
responsabilidad contractual protegen un interés finalidad mantener indemne la esfera de los
específico: el interés del acreedor en obtener la protagonistas, de modo que éstos no sufran daños
prestación33 . Ese interés es absolutamente diferente injustos como consecuencia de haber invertido recursos
del interés del sujeto (de derechos) en no ser lesionado y tiempo en tratativas no serias, de haber celebrado
como consecuencia del contacto social (no un contrato ineficaz, etc35 .
deseado) 34 . En efecto, mientras el primero se
encuentra dirigido a obtener un resultado provechoso Sin perjuicio de lo indicado, y aunque este dato no sea
(como consecuencia de la actuación de la prestación), definitorio per se, conviene hacer notar que en una
el segundo se encuentra dirigido a mantener indemne reciente sentencia, la Corte de Justicia Europea ha
la esfera propia. Por consiguiente, la satisfacción del declarado que la responsabilidad derivada de la ruptura
primero sólo puede ser exigida a ciertas personas injustificada de tratativas no es de naturaleza
(básicamente a las que voluntariamente hayan contractual sino de naturaleza extracontractual36.

33
BRECCIA, Humberto. “Le Obligación”. Dott. Milano: A. Giuffrè Editore. 1991. p. 13.
34
RESCIGNO, Pietro. “Obligación”. Enciclopedia del Diritto Dott. Milano: A. Giuffrè Editore, tomo XXIX. 1979. p. 140.
35
Si el deber de actuar de buena fe tuviese naturaleza obligacional, cualquiera de las partes podría, oponiendo la compensación (ya que se trataría
de dos obligaciones reciprocas, fungibles y homogéneas), liberarse de la necesitas de actuar leal y diligentemente. Evidentemente, sin embargo,
esto es inadmisible. Pero a esa absurda conclusión se llegaría si se considerase correcta la premisa mayor indicada.
160 36
Para una exposición del caso y de las motivaciones de la Corte: SAGNA, Alberto. Op. cit. p. 30 y siguientes.

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