Ubicado en el complejo Paijanese.

Claude Chauchat dice que comprende puntas de proyectil pedunculadas, bifaces, raspadoras
laterales, denticulados e instrumentos de guijarro. Existen campamentos de vivienda, talleres
para la elaboración de sus instrumentos y canteras como la de los chivateros.

Las noticias iniciales fueron dadas por Rafael Larco Hoyle a base de hallazgos en la zona de
Paiján, ahora los estudios incluyen excavaciones y prospecciones en la quebrada de
Cupisnique, Chicama, Moche, Casma, etc. Con una antigüedad de aprox. 8000-9000 a.C.

Chauchat y Lacombe encontraron los esqueletos de un niño y un adulto, estos tenían rasgos
antropofisicos distintos a los de otros esqueletos sudamericanos de la época como Lauricocha
en Huánuco, Punin en Ecuador o Lagoa Santa en Brasil.

Estos descubrimientos dejan palteada la posibilidad de diferencias entre los primitivos

habitantes americanos con una diversidad racial que puede implicar diferentes “oleadas” de
cazadores.

El adulto de Paiján es alto (1.70 m.) y de tendencia branquífera, mientras los primitivos
americanos de tipo dolicocéfalo. También sus conductores eran cazadores asociados al mar
con instrumentos como arpón.

Cerca de las costas de Lima se identificó un complejo bautizado “Luz” que se parecen mucho.
Estamos frente a una forma marítima de cazadores-recolectores asociados con el mar, sus
instrumentos de caza destinadas a penetrar mamíferos y peces.

También comían roedores o lagartijas y aprovecharon las plantas que crecían cerca del agua.
Sus bandas fueron numerosas y pobladas eran consumidores de maricos y carroñeras de
ballenas o carnes de herbívoros.

A pesar del desierto tenían agua dulce en quebradas, algunas como la Cupisnique o Ancón,
como algunos ríos actuales en Chilca, Asia, etc.