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4 LEPROSOS NOS ENSEÑAN A ENFRENTAR ÉPOCAS DIFÍCILES

Las enfermedades, las crisis familiares, la falta de resultados financieros, los


quiebres en relaciones amorosas, el desempleo, la ausencia de logros o el no
saber qué hacer en determinadas circunstancias, ¿que tienen en común? Todas
son parte de lo que se conoce como ÉPOCAS DIFÍCILES DE LA VIDA. Pueden
venir en cualquier momento e instalarse por largo tiempo. ¿Qué hacer? Hoy
veremos a cuatro hombres leprosos ––que de por sí su vida ya era difícil–– que
supieron levantarse y enfrentar una crisis nacional, crisis que les afectaba a ellos
también.
¿Le gustaría saber qué hicieron para salir adelante? ¿quisiera conocer algunas
claves para enfrentar, al igual que ellos las épocas difíciles? ¿estaría dispuesto a
acompañarme a descubrir las acciones que estos hombres leprosos llevaron a
cabo en momentos de mucha angustia? Entonces sígame en este sermón que de
seguro traerá luz a su vida.
Texto, 2ª Reyes 7:3 – 11 (Pasaje completo, 2ª Reyes 6:24 hasta 7:20).
3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el
uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
4 Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad
moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues,
ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida,
viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y
llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.
6 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese
estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron
unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los
reyes de los hititas y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.
7 Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus
caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar
sus vidas.
8 Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una
tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo
escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron
y lo escondieron.
9 Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena
nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará
nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey.
10 Vinieron, pues, y gritaron a los guardas de la puerta de la ciudad, y les
declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los sirios, y he aquí que
no había allí nadie, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados,
y el campamento intacto.
11 Los porteros gritaron, y lo anunciaron dentro, en el palacio del rey.
INTRODUCCIÓN.
El trasfondo histórico del pasaje.
 Corría el siglo VIII a.C. El poderoso imperio Sirio sitió (rodeó) la capital de
Israel, Samaria. Por largos meses los caminos y ríos de Samaria fueron
bloqueados, poco a poco el hambre comenzó a hacer presa de los israelitas
a tal punto que las cabezas de los asnos y el estiércol de las palomas se
vendían a precios muy altos (2ª Reyes 6:24-30), incluso el canibalismo se
dejó ver entre los samaritanos sitiados (las mujeres cocinaban a sus hijos
para comérselos, 2ª Reyes 6:26-29).
 El profeta Eliseo inspirado por Dios emite un mensaje de esperanza para el
pueblo oprimido: “Jehová mostrará su poder a través de medios
insospechados” (2ª reyes 7:1-2). Esto nos enseña que “Dios utiliza lo
ordinario para realizar lo extraordinario”.
 El hambre y la sed serían aplacadas por Dios, pero para esto el Señor se
valdría de cuatro leprosos, hombres afectados por una de las
enfermedades más terribles de todos los tiempos para llevar a cabo su
plan. Cabe hacer notar que para los tiempos antiguos los leprosos
simbolizaban “la maldición de los dioses”, esta regla no era una excepción
en Israel. Dios nos quiere dar una lección aquí: “Él convierte nuestra
maldición en bendición”.
 Estos cuatro hombres leprosos estaban afuera de la ciudad, no se les
permitía entrar por eso pasaban sus días en la puerta de Samaria viviendo
de las limosnas; pero fueron ellos precisamente los elegidos por Dios para
salvar a Israel (2ª Reyes 7:9-20).
SEIS ACCIONES SABIAS PARA ENFRENTAR LA CRISIS.
En los versículos 3 al 10 de 2ª Reyes 7 encontramos algunas acciones que estos
leprosos llevaron a cabo las cuales les permitieron salvar sus vidas y ser de
bendición a todo un país, acciones que bien pueden ser llamadas lecciones,
verdades, enseñanzas, consejos o actitudes de vida. Veamos cuáles fueron éstas
y sobre todo intentemos incorporarlas a nuestro accionar diario, al hacerlo la
bendición también vendrá a nosotros cuando estemos pasando épocas difíciles.
1ª LECCIÓN: Dale sentido a la Crisis que estás viviendo (v.3).
 “Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales
dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?”.
Nótese la pregunta que se hicieron los leprosos sentados a las afueras de la
ciudad, una pregunta que denota su estado de conciencia: “—¿De qué nos sirve
estar aquí sentados esperando la muerte?”. Esta pregunta podría traducirse así:
¿Para qué estoy aquí? ¿Cuál es el propósito de mi enfermedad? ¿Qué sentido
tiene el estar viviendo esta situación?
Los problemas pueden hacer que toquemos fondo, deprimirnos, frustrarnos,
entristecernos y experimentar toda clase de sentimientos negativos; sin embargo
los problemas son parte de la vida, las épocas malas también. De ahí que
tenemos dos opciones cuando las crisis vengan:
1. Dejarnos tumbar por ellas o bien,
2. Sacar lecciones de los problemas, aprender a ser más fuertes, más
persistentes, a tener fe. Lo que trato de decirles es sencillo: dale sentido a
tus crisis.
2ª LECCIÓN: Elabora Estrategias para Salir Adelante (v. 4).
 “Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad
moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos,
pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la
vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos».
Los leprosos se pusieron a pensar y a planificar lo que debían hacer respecto a su
deplorable situación de hambruna y aunque su estrategia fue muy simple, “ir al
campamento de los sirios para ver qué pasa”, ésta tuvo un resultado exitoso. ¡Es
preciso entonces planificar qué hacer!
La Biblia es clara al señalar en Proverbios 21:5, “Planes bien pensados ¡pura
ganancia! Planes apresurados ¡puro fracaso!”. Por tanto cuando nos enfrentemos
a situaciones difíciles hagámonos el tiempo de analizar y planificar cómo salir de la
crisis, la respuesta muchas veces se presentará de manera sencilla.
3ª LECCIÓN: No te quedes ahí parado, ¡Actúa! (v. 5).
 “Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y
llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie”.
Podemos notar que con toda resolución los leprosos decidieron actuar, ellos
se levantaron y fueron al campamento militar de los sirios.
¿Qué aprendemos?: No basta las buenas intenciones, éstas deben ponerse en
marcha. “Cuando el hombre actúa, Dios también actúa”. Dios no utiliza a los
pasivos, sino a los activos. Dios no utiliza a gente desocupada, sino a los más
ocupados. Entonces, ¿qué hacer para enfrentar la crisis? Ponte en acción,
sé proactivo: “Si nada está sucediendo es tiempo que hagas que las cosas
sucedan”, porque quedándote quieto cuando deberías moverte hará que la crisis
se agudice cada vez más.
4ª LECCIÓN: Entiende que Dios obra de Maneras Misteriosas (vv. 6-7).
 “El Señor había hecho que los sirios escucharan el sonido de carros,
caballos y un gran ejército. Por eso los sirios se dijeron: «El rey de Israel
contrató a los hititas y a los egipcios para atacarnos» y salieron huyendo
esa tarde dejando todo atrás. Abandonaron sus carpas, caballos y asnos, y
escaparon”.
Cuán grande fue la sorpresa de los leprosos al ver el obrar de Dios, el
campamento de los sirios fue abandonado y en él quedaron la comida, dinero,
caballos y muchas cosas más. Esto nos enseña que “Dios es el maestro de las
soluciones milagrosas” y que gusta de sorprender a los humanos con sus
portentos inexplicables. Por eso no pierdas tu tiempo tratando de entender el
accionar del Señor, más bien agradece y ten expectativa de que un milagro
sucederá y éste vendrá en el momento menos esperado y de la forma  más
insospechada.
5ª LECCIÓN: Disfruta las bendiciones a pesar de (v. 8).
 “Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en
una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y
fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también
tomaron, y fueron y lo escondieron”.
Los leprosos se dispusieron a disfrutar las bendiciones de Dios (comer, beber,
vestirse, guardar dinero); ellos no menospreciaron las bondades del Creador sino
que se arrojaron sobre ellas, gozaron la gracia del Señor a pesar de seguir con
lepra.
¿Saben que aprendemos? Las bendiciones de Dios se dejan ver constantemente
pero somos nosotros las que nos las vemos. Aprendamos a disfrutar las
bendiciones de Dios en medio de la adversidad. Hay personas que no disfrutan las
bendiciones de Dios porque están demasiado focalizadas en sus problemas, hay
personas que no viven la vida porque están molestas con lo que la vida les ha
robado, hay personas que se frustran tanto por lo que no tienen que no disfrutan lo
que sí tienen. Un cristiano sano es aquel que ha aprendido a disfrutar la vida  “a
pesar de”. Por eso la Biblia dice en Eclesiastés 7:14, “cuando te vengan tiempos
buenos disfrútalos”.
6ª LECCIÓN: Sé un Puente de Bendición para los Demás (vv. 9-10).
 «Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de
buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos
alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva
en casa del rey. Vinieron, pues, y gritaron a los guardas de la puerta de la
ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los
sirios, y he aquí que no había allí nadie, ni voz de hombre, sino caballos
atados, asnos también atados, y el campamento intacto”.
Los leprosos no fueron egoístas con lo que habían descubierto, ellos reflexionaron
y dijeron: «No estamos actuando bien. Hoy es un día de buenas noticias y
nosotros guardamos silencio. Si esperamos hasta el amanecer, se descubrirá que
somos culpables. Entremos ahora al palacio y demos aviso».
No hay que ser mezquinos en la vida, si queremos afrontar las épocas difíciles y
salir victoriosos debemos compartir las bendiciones a los demás (la clave es “dar
en vez de guardar”). El egoísmo, la tacañería, la avaricia no sólo se manifiesta en
cuestiones de dinero sino en todo tipo de áreas.
¿Qué habría pasado si lo leprosos hubiesen guardado silencio? De seguro todos
los habitantes de Samaria habrían muerto pero ellos decidieron ser “puente de
bendición”, y eso es precisamente lo que debemos nosotros hacer, permitir que
las bendiciones recibidas también lleguen a otros. Aprende a compartir una idea,
una conexión, una recomendación, una oración, un aporte financiero, una palabra
de ánimo, una invitación, un consejo; comparte tu compañía, tu tiempo, tu
habilidad, lo que sabes hacer; en otras palabras “procura que a los demás les
vaya bien, si lo haces a ti también te irá bien”. Eso es ser un puente de bendición.
CONCLUSIÓN.
Cuatro hombres leprosos nos han dado tremendas lecciones de vida, lecciones
que les fueron útiles para enfrentar épocas difíciles y lo pueden ser hoy también
para quienes estén enfrentando grandes problemas. Repasemos cada una de las
acciones de los leprosos y con ello damos por terminado el sermón:
 1º Dale sentido a la crisis que estás viviendo
 2º Elabora estrategias para salir adelante
 3º No te quedes ahí parado, ¡Actúa!
 4º Entiende que Dios obra de Maneras misteriosas
 5º Disfruta las bendiciones a pesar de
 6º Sé un puente de bendición para los demás

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