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Cuando alguien menciona el término idolatría, pudieras imaginar estatuas dorados descritas del
Antiguo Testamento. Tal vez imagines a los Israelitas dando su espalda repetidamente a Dios para
adorar otras cosas.
En Éxodo 20:3, Dios da los primeros de los Diez Mandamientos y declara, “No tendrás otros dioses
delante de mí”.
Pero no pasó mucho antes de que los Israelitas fueran sorprendidos adorando un becerro de oro
(Ex. 32). Ya que frecuentemente aprendemos todo esto en una sola lección de Escuela Dominical,
podemos asumir fácilmente que la idolatría es un problema del Antiguo Testamento con el que los
Cristianos modernos no batallan.
No es así.
Romanos 1:25 declara, “porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron
a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén”.
Practicamos idolatría cuando cambiamos la verdad de Dios por una mentira y comenzamos a
dedicarnos a nosotras mismas a la mentira. Permíteme explicar lo que quiero decir.
Ídolo Moderno
#1: Tu Teléfono
Un teléfono inteligente puede rápidamente llegar a ser un ídolo cuando creemos las siguientes
mentiras:
¿Quieres saber si hay algún ídolo en tu vida? Haz a ti misma las siguientes preguntas:
Ídolo Moderno
#2: El Espejo
El ídolo del espejo puede manifestarse con dos mentiras diferentes. La primera es no eres
suficientemente bonita. La segunda es tu eres extremadamente bonita y tu belleza te define.
Independientemente de cual mentira creas, te dedicas a ti misma al espejo al perseguir o
mantener obsesivamente el punto de vista moderno irreal de la belleza.
La Palabra de Dios define nuestro valor, no los estándares arbitrarios y siempre cambiantes del
mundo.
¿Puede un novio/enamorado ser tu ídolo? Piensa en tus respuestas a las siguientes preguntas:
Es hora de cambiar
La idolatría no es solo un concepto del Antiguo Testamento que involucra estatuas de oro. Es una
tentación actual que nos obstaculiza a muchas de nosotras en nuestra relación con Dios. Si te das
cuenta que tienes un ídolo en tu vida, ora y pide a Dios que te muestre como dejar los ídolos y
adorarle únicamente a Él.