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La teoría del color se sustenta en el uso de la gama de colores que asumen los
diferentes efectos respecto de la coyuntura de las tonalidades, con la intención
de motivar a consumir el espacio interior. Por otro lado, la psicología de color
instaura el estado anímico del habitador de acuerdo a la percepción. Las estrate-
gias de selección redundan en matiz, la temperatura y los efectos visuales.
El matiz puede ser atribuido a partir de los efectos cálidos, fríos o neutros; mien-
tras que la tonalidad por la intensidad o saturación. Por otro lado, los efectos
visuales se consiguen con la temperatura, el tamaño, el peso y la profundidad.
Técnicamente, los colores son una sensación producida por rayos luminosos que
percibe el ojo y que interpreta el cerebro. Se trata de un fenómeno físico–quími-
co que depende de la distancia que se establece con los elementos. Por tal razón,
son transmisores de emociones y portadores de información, pues cada color es
capaz de alterar las impresiones del habitador.
Como podemos apreciar, la interpretación básica del color inicia con la reacción
biológica, la cual se ha desarrollado a través de la adaptación al medio durante
miles de años de evolución, donde indica si la fruta está madura, si un sujeto se
sonroja, si la piel del compañero es sana, etc. Esta información es interpretada por
el cerebro en seis segundos. Esta interpretación del color nos ayuda a sobrevivir,
ya que se relaciona directamente con nuestras reacciones básicas primitivas.
El siguiente nivel nos habla de las sensaciones que nos genera el color a través
de un inconsciente colectivo, es decir, las sensaciones que nos transmite sin
importar la condición sociocultural a la que nos enfrentamos; por ejemplo, todos
podemos experimentar los colores cálidos y fríos.
El cuarto nivel hace referencia a las influencias culturales, ya que una cultura
o una tradición pueden identificarse por sus colores; por ejemplo, el morado y
blanco que se emplea para representar la celebración de la Semana Santa.
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Unidad 1. El color en el espacio interior
El siguiente nivel son las tendencias de estilo y moda, las cuales muchas
veces marcan la preferencia por determinados colores en temporadas o periodos
específicos; por ejemplo, en la década de los 90, hubo una fuerte tendencia hacia
los colores fluorescentes.
Representaciones y evocaciones
Para realizar este acto de evocación, Aristóteles sugiere que nosotros tenemos que
seguir en la conciencia de la secuencia de movimientos de los objetos con respecto
a la secuencia temporal. Un objeto es evocado solamente cuando la secuencia del
tiempo y los movimientos de los objetos llegan a coincidir (Ramírez, 1987).
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Unidad 1. El color en el espacio interior
El color en la plástica
El color parte de una sensación percibida por medio de la luz; mientras que la
plástica se introduce como medio de comunicación visual. Muchos artistas se
preocupan por buscar la razón y causa de los medios artísticos para crear sus
obras, en las que incluyen el color como elemento primordial, sin importar la
corriente a la que hagan referencia.
El color es la vida, pues un mundo sin colores parece muerto. Los colores
son las ideas originales, los hijos de la luz y de la sombra, ambas incoloras
en el principio del mundo. Si la llama engendra la luz, la luz engendra los
colores. Los colores provienen de la luz y la luz es la madre de los colores.
La luz, fenómeno fundamental del mundo, nos revela a través de los colo-
res el alma viva de este mundo.
El relámpago y el trueno asustan pero los colores del arco iris o de la auro-
ra boreal nos tranquilizan y nos subliman. El arco iris está considerado
como un signo de paz.
El espíritu profundo del color constituye una resonancia de sueño, una luz
que se hace música. Cuando reflexiono sobre el color, cuando relaciono
nociones, cuando construyo frases, todo vuela en perfume y en mis manos
queda el espíritu (Itten, 1992, pp. 8-9).
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Unidad 1. El color en el espacio interior
Como podemos darnos cuenta, el color es uno de los elementos más expresivos
del lenguaje visual y plástico, ya que a través de él, es posible expresar más
cosas que con las palabras. Por ejemplo, un árbol lo podemos reconocer por su
figura, pero, además, a través de su color podemos identificarlo más fácilmente.
Incluso, podemos conocer por los cambios de color la estación del año en la que
nos encontramos.
Para Valenciano (2006), “el color da una información total, pues todo cuanto nos
rodea tiene color, pero ese color que percibimos es la luz que el objeto refleja
(todo objeto absorbe unas longitudes de onda y rechaza otras, que son las que
percibimos)” (p. 38)
La fuente del color proviene de la luz solar o luz blanca, que se refleja
sobre las superficies y que percibimos a través de nuestro sistema visual.
Este a su vez transforma esta información en señales eléctricas que se
envían a nuestro cerebro, responsable de crear la sensación de color. Por
lo tanto, se concluye que el color no existe como realidad física. Del estu-
dio de las propiedades del color y de sus aplicaciones se encarga la teoría
del color (Andueza et al., 2016, p. 183).
Dado que los colores son una sensación percibida por nuestro cerebro, éstos
transmiten determinados mensajes cuando son recibidos. Por tal motivo, es
importante conocer las propiedades y singularidades del color cuando se tiene el
propósito de comunicar un mensaje.
De acuerdo con Bargueño, Sánchez y Sainz (2015), “el color se asocia a diferen-
tes objetos y sensaciones, y puede transmitir o sugerir sentimientos. Cada época
y cultura ha encontrado en el color una simbología diferente. Estos valores influ-
yen en signos, señales, anuncios publicitarios, cine, etc. “ (p. 75). Por ejemplo, el
blanco es signo de pureza, limpieza, ausencia o verdad, y se puede utilizar para
indicar que un producto es nuevo; mientras que el negro se asocia a la oscuridad,
el miedo o el vacío, aunque también indica elegancia.
Asimismo, los tonos saturados son vivos y alegres; mientras que los colores poco
saturados dan sensación de sucios o viejos, desgastados. Por otro lado, los colo-
res claros son suaves, dulces, acarician y transmiten tranquilidad; mientras que
los oscuros son tristes, agresivos y dan una sensación de temor y miedo.
Todos estos factores deben ser considerados dentro de la plástica, ya que ésta
es un medio que permite comunicar las vivencias del habitador a través de un
lenguaje de pensamiento que se dicta por la propuesta del color.
El análisis del color se puede abordar desde diversas perspectivas, como la física,
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El ojo humano está compuesto por células fotosensibles, las cuales dotan de visi-
bilidad al habitador, mediante conos sensibles a la luz roja, verde y azul, razón
por la cual se denominan “colores luz”. Los colores que se producen por la luz de
objetos como pantallas de cine o computadoras, son capaces de identificar los
colores primarios del rojo, el verde y el azul (por sus siglas en inglés RGB); sin
embargo, no son objetos visuales que puedan imprimirse con dicha calidad, ya
que requieren de la luz para mantener la tonalidad precisa.
Por otro lado, los colores acromáticos (blanco y negro) tienen cierta luminosidad,
pero no tienen tonalidad ni saturación. Debido a que el color es una sensación,
llega a los ojos y es capaz de enviar información al cerebro, la cual interpreta o
reinterpreta. Precisamente, para el trabajo en el espacio interior, es importante
reconocer las cualidades de los colores luz y pigmentos, con el fin de realizar una
propuesta basada no sólo en los aspectos sensoriales, sino también en los técnicos.
La luz es el elemento que crea armonía entro dos o más colores; sin embargo,
la decisión depende del criterio de cada habitador, pues hay combinaciones que
sugieren un carácter análogo o colores agrupados con el mismo valor tonal;
mientras que otros están reunidos con un contraste marcado que puede generar
una serie de emociones en el espacio interior. No obstante, dicho contraste debe
ser justificado mediante la armonía de un condicionamiento subjetivo; es decir,
de acuerdo a los gustos e impresiones que posea el habitador de las experiencias
vivenciales dentro del espacio. Además, son importantes las impresiones de los
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La física explica el color como una función de la luz, donde la energía del sol
viaja en forma de ondas electromagnéticas, las cuales, al llegar a los objetos,
estimulan la percepción visual. Las diferencias entre los colores suponen diversas
formas de captar la realidad que se observa de las tonalidades, las cuales, según
la física, corresponden a una cierta porción de gama de longitudes de onda.
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Referencias
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