TPL 6TO 1RA COM TALLER DE

PRODUCCIÓN EN LENGUAJES
TRABAJO3 PROFESORA SANTA CRUZ ROSA | CORREO
SANTACRUZ26ROSA@GMAIL.COM
ABRIL

CONTENIDO
GÉNERO PERIODÍSTICO: LA CRÓNICA
El género
interpretativo: la En el trabajo anterior vimos las características de la
crónica. noticia como género informativo. En el presente
trabajo y siguiendo el tema que estamos viendo,
géneros periodísticos, identificaremos las
OBJETIVO características que tiene la crónica que como formato
es informativo y a la vez interpretativo. La crónica
periodística es un cruce entre elementos de la
Reconocer las
Literatura y el periodismo y en ese sentido utiliza
características de la
muchos recursos propios de la Literatura.
crónica.

ACTIVIDAD

Leer las siguientes notas periodísticas y responder:

1- ¿Qué diferencias y similitudes reconocen entre las dos

notas?
2- ¿Cuál de las dos es una noticia? ¿Cuáles son las 5 W?
3- ¿Qué metáforas pueden reconocer?
4- Observar los signos de puntuación y describir su uso.
5- Elegir una frase que les haya gustado y justificar
6- Explicar cuál es la intención de la oración final.
7- Hacer una lista de hechos que pueden ser contadas en
forma de crónicas.
LA NACION Sociedad
Tragedia en un recital: 169 muertos
Habría, además, más de 500 heridos; el incendio fue provocado por elementos pirotécnicos;
sucedió alrededor de las 23
Al menos 169 muertos y 500 heridos provocó
anoche, minutos antes de las 24, un incendio
ocurrido en la discoteca República
Cromagnon, ubicada en Bartolomé Mitre
3066, mientras se desarrollaba allí un recital
del grupo de rock Callejeros, según
informaron fuentes policiales y el gobierno
porteño. Varios de los testigos dijeron que
había en el local más de 4000 personas,
incluidas algunas decenas de niños.
Al cierre de esta edición, parecía claro que el
comienzo del desastre había sido producido
por el uso de pirotecnia, que quemó el bajo
techo del lugar. No había certezas, sin
embargo, sobre qué tipo de pirotecnia había
sido utilizada. Varios de los asistentes al
recital afirmaron que se trataba de una
bengala. Otros, de petardos
rompeportones.
El incendio comenzó alrededor de las 23,
cuando unas 4000 personas se aprestaban a
presenciar el tercer recital consecutivo de
Callejeros. Paradójicamente, anteanoche, el
empresario Omar Chabán, a cargo del local,
había reclamado al público que no arrojara
elementos pirotécnicos, porque eso podía
desencadenar un incendio (ver aparte).
A pesar de los ruegos de Chabán, hubo
pirotecnia, y eso desembocó en la catástrofe.
De acuerdo con la descripción que fuentes
policiales realizaron sobre el lugar, había dos
puertas de salida. Una de ellas, según algunos
asistentes al recital, habría estado cerrada.
Las ocho dotaciones de bomberos asignadas
al desastre intentaban, al cierre de esta
edición, encontrar sobrevivientes dentro del
boliche, en donde el humo no permitía una
buena visión de la situación.
Se temía que en el primer piso de la
discoteca, donde funcionaba el sector VIP,
hubiera más personas asfixiadas
carbonizadas. Fuentes que pudieron ingresar
en el recinto aseguran que había varios
cuerpos inertes sobre la escalera que
comunicaba la planta baja con el salón VIP. El
humo impedía conocer con cierta
aproximación el estado real de la sala.
Los heridos habían sido derivados
principalmente al Instituto del Quemado y a
los hospitales Ramos Mejía, Argerich,
Fernández y Penna.
Sobre la calle Bartolomé Mitre se apilaban
cadáveres, al igual que sobre una playa de
estacionamiento ubicada al lado del local
bailable. En la puerta del boliche, centenares
de zapatillas perdidas daban una muestra de
la desesperación por huir de la catástrofe.
De acuerdo con el relato de varios de los
jóvenes que asistieron al recital, además, en
el salón había decenas de niños.
Afuera, en la calle, las escenas de terror se
sucedían. Los sobrevivientes intentaban que
Defensa Civil y los bomberos se ocuparan de
sus respectivos amigos, de manera que se
generaba tensión y rispidez entre distintos
grupos, con alguna pelea incluida.
y Mientras, comerciante de la zona aseguraban
que se trataba del tercer incendio en el local
y que las ambulancias del SAME habían
llegado con una demora de no menos de 45
minutos, con lo que varios de los heridos
habían sido trasladados a los hospitales en
taxis o hasta colectivos.
Pasada la medianoche, llegaron al lugar el
ministro del Interior, Aníbal Fernández; el
jefe de la Policía Federal, Néstor Vallecca, y
los secretarios porteños de Justicia y
Seguridad Urbana, Juan Carlos López, y de
Salud, Alfredo Stern. Hubo ocho dotaciones
de bomberos y más de 46 ambulancias del
SAME en todo el operativo. Algunos de los
hospitales de la ciudad de Buenos Aires,
como el Ramos Mejía, estaban saturados. Por
ello, el Gobierno de la Ciudad derivó heridos
a casi todos los hospitales oficiales. Al cierre
de esta edición, no había listas oficiales de
fallecidos ni de heridos.
lanacion.ar
31 de diciembre de 2004
o
Clarín, domingo/ 02.01.2005

La vida, el milagro y la muerte, tres destinos para las hermanas Noboa

Dos lograron sobrevivir a la tragedia del Once, pero la más chica murió. Anoche, el padre
seguía reclamando el cadáver de Daiana, para poder velarla.

Por Pablo Calvo

Como las estrellas que andan de a tres, Lucía, Cecilia y Daiana iban por la vida siempre
pegaditas. Juntas a pasear por Isidro Casanova, juntas a comprar pantalones rockeros en
Morón. Juntas para mimar a sus padres, Margarita y Raúl. Y juntas para hablar de novios y
chicos lindos del barrio de Atalaya. Juntas decidieron ir al recital de Callejeros. Y juntas ya
no pudieron seguir.

Las hermanas Noboa se miraron por última vez antes de la segunda canción. Lucía, de 21
años, estaba abajo, más cerca de la salida. Se aferró a Martín, con quien hace poco había
empezado a salir. Una insignificante historia de amor, que en segundos se haría gigante.

Bengala, incendio, humo, oscuridad, desesperación. Ella cayó al piso, se soltaron las manos.
La pisotearon, la pasaron por encima. Perdió las zapatillas, y la hebilla del pelo. Se cortó un
pie. Un bombero la rescató y pudo salir, pero Martín seguía adentro. Pensó en Cecilia y
Daiana, que estaban en el primer piso, antes con mejor vista al escenario, ahora con menos
chances de escapar. Respiró un poco, se ahogaba, tomó coraje, se zambulló otra vez en la
oscuridad. Encontró a su novio. “Vamos, vamos”. Y salieron.

Lucía y Martín vomitaban un líquido negro, del humo que tragaron. Llamaron por celular al
papá de él. “Estamos bien, pero adentro están las chicas”. No estaban bien, tenían un
principio de asfixia. Una ambulancia los quiso cargar, se resistieron. Pero se ahogaban.
Aceptaron oxígeno. Y aceptaron la ambulancia, porque el padre de Martín no llegaba.
Terminaron en el Fernández.

Daiana murió asfixiada. Hasta noche, los padres seguían haciendo trámites para obtener su
cuerpo y poder enterrarla. Tenía 15 años, era la estrella menor. “Siento culpa, yo le compré
la entrada, me salió diez pesos. Me había privado de cosas que necesitaba para poder
invitarla. Era la primera vez que ella venía a un recital de Callejeros y era el día que iba a
conocer a Martín. ¡Cómo me duele! ¡Cómo la quería! El relato de Lucía a Clarín se entrecorta
por las lágrimas y la tos.

-¿Y Cecilia? ¿Dónde está Cecilia?, preguntaba un tío en el Centro de Gestión y Participación
de la calle Junín, el viernes a la madrugada. Lo acompañaban dos primos de Pompeya, que
tenían auto. Cecilia no estaba por ningún lado. Ni en los hospitales afectados a la emergencia
ni en la morgue. Le dijeron que tenían que tener paciencia. “Entiendo, sé lo que está
pensando, pero tenga fe, puede que esté inconsciente, siempre puede ocurrir un milagro”,
lo alentó uno de los voluntarios, que a esa hora, las primeras del año, cenaba sándwiches de
pan lactal acercados por un vecino.

A las 3.10 sonó el teléfono en la casa de los Noboa:

- Por la descripción, puede ser ella- avisó una persona.
- Cecilia, 18 años, tenía marcas de una operación coronaria, por un soplo, y un antojo en
un brazo. “Fuimos, aunque no nos queríamos hacer ilusiones”, dijo Lucía. Pero era Cecilia
nomás. Estaba en el Sardá, establecimiento que no estaba entre los destinos de derivación
de víctimas. Es una maternidad. Cecilia había vuelto a nacer.