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“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu

casa” (Hechos 16:31).


Mi estimado amigo, tan solo Jesucristo puede dar-
nos aquella felicidad perdurable que todos deseamos
y que no hemos podido encontrarla en ninguna otra
parte. Dios desea que usted experimente todos Sus te-
soros maravillosos de amor, gozo y paz infinita; todo
esto y mucho más, Dios ha puesto a su disposición
como un regalo que no le cuesta absolutamente nada.
El regalo que Dios nos ofrece ahora, le costó a Él
una cantidad enorme: “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha DADO a Su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna” (Juan 3:16). Dios castigó a Su pro-
pio Hijo, para así poder ofrecer el perdón a cuantos
llegasen a confiar en Él. Usted es liberado de la pena
del pecado simplemente cuando acepta Su regalo de
amor, como leemos en Romanos 6:23: “Porque la paga
del pecado es muerte, mas la DÁDIVA de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Dios inclusive le ofrece la fe necesaria para creer en
el Señor Jesucristo: “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es DON de
Dios” (Efesios 2:8).
Acepte hoy el regalo de salvación que Dios le ofrece y
entonces descubrirá mediante el Señor Jesucristo la
verdadera y única fuente de felicidad.

“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu


casa” (Hechos 16:31).
Mi estimado amigo, tan solo Jesucristo puede dar-
nos aquella felicidad perdurable que todos deseamos
y que no hemos podido encontrarla en ninguna otra
parte. Dios desea que usted experimente todos Sus te-
soros maravillosos de amor, gozo y paz infinita; todo
esto y mucho más, Dios ha puesto a su disposición
como un regalo que no le cuesta absolutamente nada.
El regalo que Dios nos ofrece ahora, le costó a Él
una cantidad enorme: “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha DADO a Su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna” (Juan 3:16). Dios castigó a Su pro-
pio Hijo, para así poder ofrecer el perdón a cuantos
llegasen a confiar en Él. Usted es liberado de la pena
del pecado simplemente cuando acepta Su regalo de
amor, como leemos en Romanos 6:23: “Porque la paga
del pecado es muerte, mas la DÁDIVA de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Dios inclusive le ofrece la fe necesaria para creer en
el Señor Jesucristo: “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es DON de
Dios” (Efesios 2:8).
Acepte hoy el regalo de salvación que Dios le ofrece y
entonces descubrirá mediante el Señor Jesucristo la
verdadera y única fuente de felicidad.
M
ucha gente ha procurado alcanzar la felicidad niado y mal pagado. Yo no pido por recompensa
mediante el dinero, el placer, la inteligencia, la más que el reposo y la conservación de mi honor; por
fama, el poder o la filosofía. Pero veamos las desgracia es lo que no consigo». También pronunció
conclusiones a las que llegaron algunos hombres muy su muy conocida frase: «He sembrado en el viento y
conocidos y las consecuencias de utilizar su propio arado en el mar».
método para encontrarla. Salvador Dalí, el famoso pintor español, pasó los úl-
timos años de su vida solitario por decisión propia y
DINERO finalmente murió triste.
Jay Gould, el prestigioso financiero norteamericano
del siglo diecinueve, quien al tiempo de su muerte po- PODER
seía aproximadamente un equivalente a por lo menos Alejandro el Grande, quizá el general más notable
1.300 millones de dólares, admitió al morir: «Supongo de la historia, conquistó al mundo entero de su época.
que soy el diablo más miserable en la tierra». Pero cuando ya había completado su asombrosa con-
George Eastman, quien se puede decir que contro- quista, se acostó dentro de su tienda y lloró diciendo:
laba la industria fotográfica en los Estados Unidos de «¡Ya no hay más mundos por conquistar!».
América a principios del siglo 20, dio un equivalente
a más de mil millones de dólares para obras de cari- FILOSOFÍA
dad, pero estaba insatisfecho y se suicidó. Voltaire era un enérgico opositor del evangelio de
Jesucristo. Pero su conclusión fue: «¡Ojalá nunca hu-
INTELIGENCIA biera nacido!» Ante sus ojos, el asunto de su propia
Luis Álvarez, ganador del premio Nóbel de Física, muerte era aterrador, demasiado horrible para pre-
la noche que recibió su homenaje pronunció las si- senciarlo. Hacia el final de su existencia gritó furioso:
guientes palabras: “No estamos libres de una catás- «¡Tengo que morir: abandonado de Dios y de los
trofe global en el futuro tal como una época de hombres!»
enfriamiento global, un período de intensa actividad Cada uno de estos hombres solo confirma la vera-
volcánica que deje una capa de polvo en la atmósfera cidad de lo dicho por Salomón hace más de 3,000
o el derretimiento de la Antártica que podría inundar años: “Todo es vanidad y aflicción de espíritu” (Ecle-
la mayoría de la tierra donde vivimos ahora”. Luego siastés 2:17).
se despidió de aquellos estudiantes a quienes había
hablado, deseándoles una mejor suerte que la de su LA FELICIDAD SOLO SE ENCUENTRA
propia generación. EN JESUCRISTO
El Señor Jesucristo dijo: “Yo soy el pan de vida; el
FAMA
que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí
Simón Bolívar, el célebre libertador de varios paí- cree, no tendrá sed jamás” (Juan 6:35).
ses, dijo al final de su vida: « . . . Yo estoy viejo, en- “Porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien
fermo, cansado, desengañado, hostigado, calum- al alma hambrienta” (Salmo 107:9).

M
ucha gente ha procurado alcanzar la felicidad niado y mal pagado. Yo no pido por recompensa
mediante el dinero, el placer, la inteligencia, la más que el reposo y la conservación de mi honor; por
fama, el poder o la filosofía. Pero veamos las desgracia es lo que no consigo». También pronunció
conclusiones a las que llegaron algunos hombres muy su muy conocida frase: «He sembrado en el viento y
conocidos y las consecuencias de utilizar su propio arado en el mar».
método para encontrarla. Salvador Dalí, el famoso pintor español, pasó los úl-
timos años de su vida solitario por decisión propia y
DINERO finalmente murió triste.
Jay Gould, el prestigioso financiero norteamericano
del siglo diecinueve, quien al tiempo de su muerte po- PODER
seía aproximadamente un equivalente a por lo menos Alejandro el Grande, quizá el general más notable
1.300 millones de dólares, admitió al morir: «Supongo de la historia, conquistó al mundo entero de su época.
que soy el diablo más miserable en la tierra». Pero cuando ya había completado su asombrosa con-
George Eastman, quien se puede decir que contro- quista, se acostó dentro de su tienda y lloró diciendo:
laba la industria fotográfica en los Estados Unidos de «¡Ya no hay más mundos por conquistar!».
América a principios del siglo 20, dio un equivalente
a más de mil millones de dólares para obras de cari- FILOSOFÍA
dad, pero estaba insatisfecho y se suicidó. Voltaire era un enérgico opositor del evangelio de
Jesucristo. Pero su conclusión fue: «¡Ojalá nunca hu-
INTELIGENCIA biera nacido!» Ante sus ojos, el asunto de su propia
Luis Álvarez, ganador del premio Nóbel de Física, muerte era aterrador, demasiado horrible para pre-
la noche que recibió su homenaje pronunció las si- senciarlo. Hacia el final de su existencia gritó furioso:
guientes palabras: “No estamos libres de una catás- «¡Tengo que morir: abandonado de Dios y de los
trofe global en el futuro tal como una época de hombres!»
enfriamiento global, un período de intensa actividad Cada uno de estos hombres solo confirma la vera-
volcánica que deje una capa de polvo en la atmósfera cidad de lo dicho por Salomón hace más de 3,000
o el derretimiento de la Antártica que podría inundar años: “Todo es vanidad y aflicción de espíritu” (Ecle-
la mayoría de la tierra donde vivimos ahora”. Luego siastés 2:17).
se despidió de aquellos estudiantes a quienes había
hablado, deseándoles una mejor suerte que la de su LA FELICIDAD SOLO SE ENCUENTRA
propia generación. EN JESUCRISTO
El Señor Jesucristo dijo: “Yo soy el pan de vida; el
FAMA
que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí
Simón Bolívar, el célebre libertador de varios paí- cree, no tendrá sed jamás” (Juan 6:35).
ses, dijo al final de su vida: « . . . Yo estoy viejo, en- “Porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien
fermo, cansado, desengañado, hostigado, calum- al alma hambrienta” (Salmo 107:9).

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