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Unidad 1 Introduccion
Unidad 1 Introduccion
Introducción a la Bioética
Dra. Beatriz Vanda Cantón
¿Qué es la Bioética?
La palabra bioética fue un término acuñado en 1970 por un cirujano oncólogo
llamado Van Rensselaer Potter y se entiende como la “ética de la biología”
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que han puesto en peligro el equilibrio de la vida en el planeta y el bienestar de
todos los seres vivos, y es precisamente la bioética quien tiene la función de
humanizar la ciencia y la tecnología y fungir como árbitro entre éstas y la biosfera.
La medicina en cualquiera de sus especializaciones, ofrece servicios que se
pagan, por lo que muchos la consideran un negocio como tantos más. Esto
aunado a la tecnificación y la manera de explicar los fenómenos biológicos en
términos de la física, hicieron que la Medicina se fuera “divorciando” de las
humanidades, cuando en el mundo antiguo, estaba íntimamente ligada a la
filosofía. Hoy en día la corriente mundial es que la Medicina “vuelva a sus raíces”,
reencontrándose con las humanidades, y la bioética es el puente para que ello
suceda.
En la cultura occidental se tiene la costumbre de valorar los actos y situaciones
como ventajosos o desfavorables, dependiendo cómo afectan a los intereses de
nuestra especie; pensado que nada tiene sentido ni valor en sí mismo, a no ser
que el ser humano se lo otorgue;7 pero la bioética está aquí para hacernos mirar a
los otros, para recordarnos que no estamos solos como especie y que debemos
considerar a las otras formas de vida que comparten con nosotros este planeta.
Dado que el médico veterinario trabaja con seres vivos y es responsable de la
vida, la salud y el bienestar de los animales que le son confiados, no puede
permanecer ajeno a la reflexión bioética actual, sino que esta disciplina debe estar
integrada a su práctica profesional.
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por lo que es mejor. 12 La ética no es lo mismo que los valores, la “buena
educación”, ni la deontología.
La deontología es la ciencia de los deberes, determina obligaciones que han de
cumplirse en circunstancias específicas, y plasma estos deberes en leyes,
normas, reglamentos y códigos de carácter obligatorio, por lo que a diferencia de
la Ética, tiene facultad de sancionar. En condiciones ideales las leyes no debieran
elaborarse por consensos ni por simples opiniones, sino debieran estar
sustentadas en reflexiones éticas.
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a actuar de cierta manera. Uno de dichos imperativos es el siguiente: “Actúa de tal
manera que trates a los otros, nunca simplemente como un mero medio, sino
siempre y al mismo tiempo como un fin”.15 Es decir, que los demás, incluyendo a
los animales, no deben ser vistos sólo como instrumentos para alcanzar nuestros
fines.
Ética principialista o basada en principios.
Sus más conocidos exponentes son T.L. Beauchamps y J.F. Childress, quienes en
su famosa obra: “Principios de ética biomédica”, publicada en 1979, proponen una
serie de principios en el ejercicio de la práctica médica, algunos de estos son:10
los que se cumplen por deber (también conocidos como deontológicos), que
corresponden a los mínimos que se deben tomar en cuenta para una convivencia
sana y correcta, por lo que su cumplimiento se puede obligar jurídicamente. Estos
principios son:
– No maleficencia (que con los animales se traduciría como “mínimo daño”).
– Justicia o equidad (que con los animales se aplica como justicia retributiva).
Hay otros principios que se cumplen en conciencia, por el sólo convencimiento de
actuar bien, y no son obligatorios, corresponden a una ética de máximos y son:
– Beneficencia.
– Respeto a la autonomía (que en medicina veterinaria no se puede aplicar a
los pacientes, sólo a los clientes).
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La mayoría de estas propuestas están inspiradas en alguna de las corrientes
descritas anteriormente. Una de ellas se basa en el utilitarismo extendido hacia
otras especies animales, su principal exponente es Peter Singer. Considera que
la capacidad de experimentar dolor y/o sufrimiento así como placer, es condición
suficiente para que alguien tenga intereses:17 el interés de estar bien, de no ser
molestado ni lastimado, de tener alimento, una guarida, libertad para moverse y
poder convivir con otros individuos. Esta teoría ética sostiene que los intereses de
todo sujeto deben ser tomados en cuenta en igual medida, sin importar su
especie; por eso no es correcto ignorar los intereses vitales de un animal, por el
simple hecho de que no pertenece a nuestra especie, esto sería una
discriminación negativa basada arbitrariamente en la posesión de un genoma
distinto al del Homo sapiens, a esta discriminación de especie Singer la llama
“especismo”.18
Si un viviente sufre, no puede haber ninguna justificación ética para que su
sufrimiento no sea tomado en cuenta. Si un sujeto posee un sistema nervioso
central funcional, que le permita percepción de sensaciones agradables o
displacenteras, se tiene la obligación de no causarle dolor, de disminuir su
sufrimiento al mínimo posible y de maximizar su bienestar.
Otra ética zoocéntrica es la que propone Tom Regan, es más restringida que la
anterior, que considera a todos los animales sintientes; esta teoría fundamenta
que los animales que poseen capacidades cognitivas como memoria, capacidad
de aprendizaje, de reconocimiento de los otros, de establecer vínculos afectivos y
que pueden darse cuenta de lo que sucede a su alrededor, tienen un valor en sí
mismos que va más allá del simple valor instrumental (económico, genético,
estético, productivo, emocional o zootécnico) que se les quiera adjudicar; es decir,
poseen un valor inherente ó también llamado intrínseco. Este valor inherente
que tienen muchas especies de animales nos debe impedir tratarlos como meros
recursos o medios para satisfacer nuestros fines, sin tomar en cuenta los intereses
que ellos pudieran tener y hace que tengamos ciertas obligaciones mínimas hacia
ellos.16, 19
Por eso, para actuar éticamente bien es necesario crear una conciencia de
respeto por el “otro” y que cada quien se imponga límites en las formas de
relacionarse con los demás (humanos y animales).
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¿Cómo fundamentar los juicios éticos?
Los dilemas y problemas que enfrenta el médico veterinario zootecnista (MVZ) en
su ejercicio profesional y en su vida personal, pueden ser abordados y resueltos
desde alguna de las corrientes éticas descritas en el punto anterior, las cuales no
son pura teoría sino también nos ayudan a resolver conflictos y valorar nuestras
acciones, para poder tomar las mejores decisiones.
No hay actos u objetos que en sí sean malos, eso depende de las intenciones y
las consecuencias.
¾ Para que un acto pueda ser sometido a juicio ético, debe ser consciente y libre.
¾ Ninguna ética, ni acción puede imponerse a nadie en contra de lo que le dicta
su propia conciencia (objeción de conciencia).
Lo que se valora en un juicio ético son:
a) La intención, que es la finalidad o motivación del acto (¿para qué lo
hago?).
b) La acción, así como los medios y las circunstancias en las que se llevó a
cabo (¿cómo lo hago?); las circunstancias pueden ser atenuantes o
agravantes.
c) Las consecuencias de la acción y sus efectos, ya sean intencionales o
imprevisibles.
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opta por alguna de ellas para aminorar el daño, esto puede ser un atenuante para
valorar los medios utilizados.
Conflictos de intereses
Existen intereses primarios o vitales como conservar la vida, tener alimento,
salud, refugio, estar libre de sufrimiento, dolor y miedo; e intereses secundarios
que no son indispensables para sobrevivir, como es el caso de la diversión, las
comodidades, los adornos, las cuestiones estéticas y los lujos. Cuando entran en
conflicto, suena lógico que siempre tendrán prioridad los intereses vitales sobre los
secundarios. A esto se le conoce como "principio de proporcionalidad",20 que a su
vez se apoya en el principio de justicia y en la consideración de los intereses de
todos.
Cuando los intereses de los animales se contraponen con los de los humanos, se
aplica el mismo principio: la balanza no debe inclinarse con base en la especie,
sino en favor de los intereses que estén en discordia. Si el conflicto es entre
intereses vitales o que tengan el mismo nivel de importancia para humanos y
animales, se da prioridad a los intereses humanos, por solidaridad con nuestra
especie; pero entonces, debe aplicarse el principio de mínimo daño para los
animales cuyos intereses se verán subordinados a los de los seres humanos.21
Si el conflicto es entre intereses vitales de los animales, frente a intereses
secundarios de los humanos, tendrán prioridad los intereses vitales de los
animales.
1. “No hay que hacer a los otros lo que no queremos que nos hicieran a
nosotros”.
2. Los intereses vitales o primarios (aun si son los de un animal) siempre tienen
prioridad sobre los secundarios.
3. El bien común debe estar por encima del bien individual. Hay que elegir el bien
mayor y lo que más conviene a la mayoría.
4. Aplicar simultáneamente los cuatro principios bioéticos, y en caso de conflicto,
jerarquizarlos para dar preferencia al de no maleficencia y justicia, sobre los de
beneficencia y autonomía.
5. Evitar la “Ley del doble efecto” (hacer algo con buena intención, pero que tenga
una consecuencia indeseable que perjudique a terceros).
6. Una decisión responsable siempre será inteligente, pero una decisión
inteligente puede no ser responsable ni ética
1
. Van Rensselaer P. Bioethics: the science of survival. Perspect Biol Med 1970; 14: 127–
153
7
2
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4
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5
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7
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10
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12
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13
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14
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16
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18
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19
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20
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21
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Perspect Bioét. 12(22): 77-88.