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EL DOLOR QUE MÁS DUELE

Duele…
Apretarse el dedo con una puerta, duele. 
Golpearse la cara contra el piso, duele.
Doblarse el tobillo, duele. 
Una paliza, una bofetada, un puntapié, duelen.

Duele golpearse la cabeza con la punta de la mesa,


duele morderse la lengua, duelen los cólicos, las caries y las piedras en los
riñones. 

Pero lo que más duele es Extrañar.

Extrañar a un hermano o un hijo que vive lejos. 


Extrañar una cascada de la infancia.
El gusto de una fruta que no se encuentra más. 
Al padre o al hermano que ya murió. 
Extrañar a un amigo imaginario, que nunca existió. 

Extrañar una ciudad.


Extrañarse uno mismo, ya que el tiempo no perdona...

Duelen todas esas melancolías…

Pero la melancolía más dolorosa es la de a quien se ama...


Extrañar la piel, el olor, los besos. 
Extrañar la presencia y hasta la ausencia consentida...

Podían estar uno en el comedor y otro en el dormitorio, sin verse, pero se


sabían allí.

Podías ir hasta la oficina y ella al dentista, pero sabían dónde.

Podías estar el día sin verla y la otra persona el día sin verte, más sabían
que había un mañana.

Pero cuando el amor de uno acaba, al otro le sobra la melancolía que nadie
sabe cómo detener. 
Extrañar es no saber.

No saber más si él continúa resfriándose en invierno.


No saber más si ella continúa con los dolores de estómago. 
No saber si todavía usa la remera que le regalaste.
Si ella continúa haciendo costura, si él continúa sonriendo, si ella continúa
bailando, si él continúa jugando, si ella continúa amándolo. 

Extrañar es no saber…

No saber qué hacer con los días que son más largos, no saber cómo
encontrar tareas que detengan los pensamientos, no saber cómo frenar las
lágrimas al oír una canción, no saber como vencer el dolor de un silencio que
nada satisface.

Extrañar, es no querer saber si está con otra persona y al mismo tiempo,


querer.
Es no querer saber si está feliz, y al mismo tiempo, querer. 
Y no querer saber si él está más flaco o si ella está más linda.
Extrañar, es nunca más saber de quien se ama, y aun así mismo, Doler.

Es lo que más duele. 

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