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Construir un microscopio casero con materiales más o menos

habituales en nuestros hogares no sólo es posible sino que es fácil.


Tan sólo necesitamos un poco de agua, una jeringa grande (sin
aguja), cinta adhesiva, algún soporte, un puntero láser, una pinza de
tender la ropa y una pared sobre la que proyectar. Hay que montar
esos elementos de tal modo que la luz del puntero láser incida sobre
una muestra suspendida en una gota de agua, como en el ejemplo
que vemos en el dibujo.

La muestra que queramos


observar dependerá de nuestra
imaginación. Puede ser nuestra
saliva, el agua de una maceta o
el bebedero de una mascota.
La luz del puntero atravesará la
gota y se reflejará en la pared,
donde podremos ver el
contenido de la muestra a gran
tamaño, como si lo
observáramos a través de un
microscopio. En la imagen se
podrá apreciar el movimiento
de los microorganismos e
incluso diferenciar algunas
partes de las células.

El microscopio casero es una de las diez propuestas que se pueden


realizar en casa o en el aula con las nuevas fichas de experimentos
sobre la luz que ha elaborado el CSIC –con apoyo de la FECYT– en
el marco del Año Internacional de la Luz, celebrado durante 2015.
Estas fichas son un nuevo recurso educativo, especialmente dirigido a
niños y niñas de Primaria y Secundaria, que se pone a disposición de
profesores, estudiantes y familias y que complementa la exposición
itinerante Un universo de Luz y sus unidades didácticas.

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