neurológica, responde a un desarrollo espontáneo, es decir, se desarrolla independientemente de la estimulación que reciba. Al mismo tiempo, la estimulación es justamente el factor clave para lograr un desarrollo cualitativo en estas habilidades. Pongamos esta idea en otros términos.
Nos aleja de la comunicación
hablada, literal y socialmente pactada, para introducirnos en el mundo de la complicidad sonora, de los “innombrado” y la expresión abstracta. Podemos decir sin hablar, así somos las personas; más de una vez hablamos demasiado sin decir nada realmente. . .
Con esta ciencia se busca generar en el individuo un cambio favorable
en su conducta, orientadolo a desarrollar el propio entendimiento y una mejor interacción con el mundo que lo rodea.
Pero de nuevo : cómo llevamos esta idea de sonoridad y abstracción al
lenguaje? ¿Cómo le explicamos a alguien por escrito lo que sucede en una sesión de musicoterapia? Hace falta música para entenderlo, de eso estamos seguro.
En este espacio vamos a limitarnos a comentar algunos rasgos de esta alegre práctica. De todas formas paso a comentarles : vamos a publicar un segundo
artículo con varios ejercicios guiados para que puedan incursionar en
ellos, aplicarlos y ver qué les pasa. Esto lo charlamos más adelante . . .
Por ejemplo : El hemisferio derecho de nuestro cerebro se
encarga de la figuración creativa, la percepción emocional, la sugestión... entre mil cosas más. Bien sabemos, la vida nos va trayendo estímulos varios. Estos ayudan a desarrollar las distintas partes de nuestro cerebro.
Por lo general se emplea la musicoterapia para tratar el desarrollo de
las habilidades motoras, las habilidades socio-emocionales y el lenguaje. Lo más común es emplear esta herramienta con las siguientes dinámicas : ❖ Improvisación: el paciente improvisa creando música con instrumentos o con su propia voz. ❖ Recreación: se imita una pieza musical ya creada. ❖ Composición: a diferencia de la anterior forma de trabajo, en esta actividad el paciente crea una pieza musical nueva.
❖ Escucha: se escucha una pieza musical en vivo o mediante
recursos auditivos
Pasemos a romper otra idea incorrecta sobre esta disciplina . . .
Más allá del prejuicio, ponerle al pobre pibe Bach o Chopin las 24hs del día, no va a convertirlo en un genio de las teclas. Todo lo contrario, la escucha músical se desarrolla desde la variedad. Es importante recibir una escucha integra : distintos géneros, familiarizarse con distintas instrumentaciones y letras. También es preciso generar distintas percepciones de lo qué es la música y cómo se encarna. Se recomienda enseñar al niño que la música no sale solo de un aparato, digamos una radio, sino que también mamá y papá pueden cantar y manifestarse con ella. Esto ayuda a que él dimensione su propia expresividad en esta herramienta. Y que algún día se anime a cantar, o bailar y jugar con su movimiento. En la niñez, nuestra mente es como un gran depósito de archivos, que se expande constantemente. Todas las preguntas (en un punto agobiantes) que nos hacen los niñxs, responden en su mente a un proceso en donde el mundo es una gran incógnita que ellos van respondiendo. Así van armando muchas categorías de lo que “hay” en la vida, seres vivos - objetos, bajo - fuerte, fácil - difícil, etc . . . Con la música se vuelve complejo . . . ya que es difícil delimitar lo qué es la música : ¿Es una experiencia Social o Individual? ¿Personal o
Compartida? ¿Cómo sé si estoy sintiendo lo mismo que el otro? ¿Eso
sería algo bueno? Lógicamente, ninguna de estas reflexiones existen en la niñez, pero si comprendemos que nos hace bien y que es una experiencia profunda e intensa; y que los demás parecen vivir una experiencia parecida. Por último, quiero mencionar el baile, como manifestación y herramienta fundamental de esta disciplina.