370 PALLOS DE LA CORTE SUPREMA
ABRAHAM SOMERSTEIN vy. NATALIO KOPPEL BODIAN
JURISDICCION Y COMPETENCIA: Competencia ordinaria. Por la materia, Cues-
y comerciales, Sucesién. Fucro de atraccién. Divisién de condominic.
tiones civil
El hecho de que una sucesién tramite en la Capital Federal no altera la
competencia de los jueces del lugar de ubicacién del inmueble para cono-
cer de Ja divisién de condominio promovida respecto de un bien de aquélla,
tal como lo dispone el art. 5° del Cédigo Procesal Civil y Comercial de la
Nacién (1).
JURISDICCION Y COMPETENCIA: Competencia ordinaria. Por la materia. Cues-
tiones civiles y comerciales. Sucesién. Fuero de atraccién.
Dado el cardcter real de la accién por divisién de condominio, no es atraida
por el sucesorio, y si bien cuando se trata de jueces de una misma jurisdic-
cidn puede aquélla radicarse ante el que entiende en Ia sucesién cuande,
median razones de conexidad, en el caso, tal doctrina no resulta aplicable,
en razén de que el actor no es coheredero de los demandados y en con-
secuencia, Ia conexidad invocada no resulta argumento valedero que jus-
tifique un desplazamiento de la competencia.
CESAR OSCAR OXLEY v. PROVINCIA pr SANTA FE
EMPLEADOS PUBLICOS: Principios generales.
Corresponde dejar sin efecto la sentencia que —aplicando el decreto que es-
tablecia la exigencia de contar con un informe favorable de los organis-
mos de seguridad, de cardcter secreto— rechazé el recurso contencioso-
administrativo tendiente a obtener la nulidad de los actos por los que se
excluyé a un docente del oftecimiento de vacantes para el cargo que habja
obtenido por concurso. Ello asi, pues si en la esfera de la seguridad
parece propio que prime el secreto y el sigilo, en la del natural proceder
administrativo es principio esencial e insoslayable, de nuestro sistema re-
publicano el de la publicidad de los actos, asi como lo es la improcedencia
¢ intrascendencia del levantamiento de cargos que afecten a Ja persona del
empleado ptiblico sin un sumario administrative previo reglado y la im-
posibilidad de privar al imputado del derecho de defensa.
(@) 8 de mayo. Fallos: 289:27.DE JUSTICIA DE LA NACION 371
CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Defensa en juicio. Principios
generales.
Es propio del debido proceso legal que la suerte existencial de un ciuds-
dano no puede depender del exclusivo resorte de un informe secreto, sia
poder enterarse de qué se lo acusa coneretamente y sin que se le permita
defenderse libremente. El agente piblico —y ef ciudadano en general— debe
estar siempre salvaguardado de arbitrariedad alguna y nunca puede ver
frustradc su legitimo derecho por acusaciones o declaraciones abstractas y
mucho menos, secretas, respecto de las cuales no puede defenderse, pues
ello implicaria exponerlo a posibles abusos de la autoridad pul
quedarian al margen de todo control.
ica que
DICTAMEN DEL PRocURADOR GENERAL
Suprema Corte:
Contra el fallo de la Corte Suprema de la Provincia de Santa Fe
obrante a fs. 95/103 interpuso la parte actora el recurso de fs. 106/
118, que el tribunal a quo concedié sélo en Ja medida en que se cues-
tiona la validez constitucional del decreto 3.630/77, dando motivo a Ja
presentacién de esta queja en Ja cual se mantienen los agravios susten-
tados en la doctrina de V.E. sobre arbitrariedad de sentencias.
Estimo conveniente tratar en forma conjunta ambos recursos ha-
bida cuenta de Ja intima conexidad que se plantea en el caso entre
ambas cuestiones.
I
El actor obtuvo, en el transcurso de su carrera docente, mediante
concurso, el cargo de supervisor seccional. Empero, por disposicién del
Ministerio de Educacién, se le informé que no se le ofrecerfa vacante
alguna en raz6n de no cumplimentar las exigencias establecidas por el
decreto 3.630/77, ya que el informe secreto de los servicios de segu-
tidad no Ie fue favorable.
A taiz de ello impugné por inconstitucional la medida, por en-
tender que violentaba su derecho de defensa, al impedirsele conocer372 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
los carges que se le impu' iderando, asimismo, que cl acto
recs ql P
era nuio, por carecer de exteriorizacién formal.
ue
A mi modo de ver, el problema substancial que debe analizarse en
el sub lite y que en rigor motiva fas quejas federales de mayor enver-
gadura traidas por el recurrente, consiste en precisar los alcances que
se derivan del contenido del decreto 3.630/77 en cita, con relacién a
la validez de su contenido para frustrar la aspiracién del actor de as-
cender en su carrera docente al cargo de supervisor seccional, que gand
luego de ubicarse en el tercer lugar del concurso llamado por las auto-
ridades educativas a ese efecto.
Entiende el tribunal a quo que nada puede hacerse en la esfera
judicial para solucionar dicha frustracién, toda vez que la exigencia de
contar con un informe favorable de los organismos de seguridad es un
requisito aut6nomo mas que se viene a sumar a los otros previstos en
el llamado a concurso y que la autoridad educadora debe limitarse a
exigir su cumplimiento sin que le cuadre potestad alguna de constatar
0 no la veracidad de su contenido, el cual, de ser puesto en duda por
el afectado. tinicamente resultaria pasible de ser controvertido en Ja
sede pertinente. A lo que afade, que el cardcter reservado de dicho in-
forme no ofende principio administrativo alguno, dado que hace a la
naturaleza de las normas de seguridad en que se funda.
Considero que esa decisién debe ser descalificada como acto ju-
risdiccional pues, a través de la inteligencia atribuida a las normas
locales en juego, se lesionan claros y trascendentes principios republi-
canos.
En efecto, creo importante distinguir, ante todo, entre el informe
de los servicios de seguridad en si y el hecho de hacer jugar a éste
como requisito auténomo en la designacién 0 promocién de los agentes
piblicos. Ello asi, porque mientras parece altamente razonable el ri-
guroso secreto que cabe guardar en el Ambito de la actividad de los
servicios de seguridad y en la elaboracién y archivo de los informes
pertinentes, tal razonabilidad, en cambio, cede, cuando se trata de ha-
cer pesar el contenido del informe de mentas a los efectos de impedir,DE JUSTICIA DE LA NACION 373
como ocurre en e! caso de autos, el ascenso del agente afectado por Jos
alcances de aquél. En la esfera de la seguridad parece propio que prime
el secreto y el sigilo, mas en la del natural proceder administrativo es
principio esencial, ¢ insoslayable, de nuestro sistema republicano cl de
la publicidad de los actos, asf como lo es la improcedencia ¢ intras-
cendencia del levantamiento de cargos que afecten a la persona del
empleado piiblico sin el marco imprescindible de un sumario adminis-
trativo previo reglado, y la imposibilidad, también de nitida raigambre
constitucional, de privar al imputado del no menos insoslayable ejercicio
del derecho de defensa,
Til
No hay que —es mi opinién— confudir y mezclar esferas dife-
rentes. Una hace al orden, a la seguridad del Estado. La otra corres-
ponde a la libertad, a los derechos y garantias de los ciudadanos y
de los habitantes. Me refiero en ambos casos, por supuesto, al sistema
politico democratico constitucional, cuya esencia y cuyo perfil estan
dados por nuestra Constitucién histérica.
Por supuesto que el sistema politico democratico constitucional
puede y debe arbitrar los medios e instrumentos conducentes a su de-
fensa. Esa facultad y esa necesidad han sido reiteradamente puestas
de manifiesto por esta Corte. En Fallos: 243:504, se expresé —en ese
caso con referencia al art. 23 de Ja Constitucion— que de los fines de
tal norma “es permitir que la democracia sea capaz de practicar su
autodefensa y de asegurar la supervivencia de las formas politicas que
le dan vida” y se sefialé, ademis, que “uno de los datos més revelado-
res y angustiosos de la realidad contempordnea es el de que, comin-
mente, el presupuesto factico del despotismo se encuentra en la debi-
lidad del sistema democratico que lo antecede”. En Fallos: 253:133
—y esta vez no s6lo con referencia al art. 23 sino invocando también
los incisos 21 y 24 del art. 67 y el inciso 18 del art. 86—, dijo el Tri-
bunal que, entre los bienes juridicos cuya tutela justifica Ja restriccién
de esos derechos (alusién a “los derechos que la Constitucién consagra”),
se encuentra la defensa del Estado democratico, esto es, la preserva-
cién de las instituciones vigentes —fundamentalmente, de las aludidas
en el art, 19 de la Constitucién— contra todo aquello que !as desco-374 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
nozca, afecte o amenace”. En el caso registrado en Fallos: 278:287,
dijo ef Procurador General al dictaminar: “Si se acepta que la democra-
cia como forma de vida y como principio orientador de Jas garantias
constitucionales, cs, a pesar de sus imperfecciones, el sistema que me-
jor asegura la libertad, la igualdad y el respeto de los derechos esen-
ciales, cabe preguntar si tal sistema es tan fuerte por su propia natura-
leza como para tolerar sin mengua todas las actividades encaminadas
a socavar sus bases fundamentales. En una palabra, corresponde deci-
dir si es admisible que se haga uso de la libertad preconizada por la
democracia aun para ensayar destruirla, o si, por el contrario, es dable
limitar aquella libertad justamente en miras a su propia preservacién.
Es evidente que el Estado democratico puede y debe defenderse, pre-
cisamente para asegurar la defensa permanente de los valores que esta
llamado a tutelar”.
En sintesis, el sistema democratico constitucional, para evitar lo
que ha sido llamado su “suicidio de hecho”, no debe dejar de adoptar
medidas defensivas so pretexto de fidelidad incondicional a sus propios
principios. Pero, a la par, para impedir lo que ha sido denominado
su “suicidio dialéctico”, no debe negarse a si mismo en su concreto
comportamiento,
Asi entendida, la defensa del sistema democratico constitucional
debe ser amplia y firme, pero no excesiva ni arbitraria, bajo pena de
que se produzea el “suicidio dialéctico”. El sistema debe actuar de tal
modo que se pueda seguir reconociéndolo. Y para ello, la nota tipica~
mente por excelencia esta dada por el sometimiento del poder al de-
recho, uno de cuyos rasgos basicos lo constituye precisamente el de-
bido proceso legal.
Iv
Es propio del debido proceso legal que la suerte existencial de
un ciudadano no puede depender del exclusivo resorte de un informe
secreto, sin poder enterarse a ciencia cierta de qué se lo acusa concre-
tamente y sin que se le permita defenderse libremente.
En el sub examine, es perfectamente vilido y no esté en discu-
sion —e incluso no podria estarlo, por cuanto el interesado se ajustéDE JUSTICIA DE LA NACION 375
sin hecer reservas ce ningtin tipo a las reglamentaciones del concurso—
que Ja autoridad educacional imponga el cumplimiento del requisito
del decreto 3.630/77, asi como, por ejemplo, se exija el cumplir con
otro tipo de requisitorias, entre las que como ejemplo, podriase men-
cionar Jas vinculadas a la sanidad. Pero lo que no puede validamente
aceptarse, como de manera, a mi modo de yer equivocada, lo postula
el tribunal a quo, es que los resultados de {os informes previstos para
el cumplimiento de tal o tales requisitos se soslayen al conocimiento
del interesado y queden en secreto presuntamente resguardados me-
diante Ja vaga invocacién de la seguridad nacional. Tan impropio es
gue el agente piblico se vea privado de acceder a un ascenso en su
carrera, que por lo demas gané tras cumplimentar Jas exigencias de
un concurso, por la invocacién de supuestos cargos que no se le se
fialan en conereto y que, por ende, no puede levantar mediante ejer-
cer su legitimo derecho de defensa, como que se le privase del acceso
a dicho cargo por indicdrsele que no cumple con el requisito de la
salud, sin que se Je mencione asimismo de manera concreta las afec-
ciones que eventualmente padeciese, a la par que se le prohibiese la
posibilidad de desmentir o controvertir los resultados médicos a que
arribasen dichas conclusiones. El agente ptiblico —el ciudadano en
general— debe estar siempre salvaguardado de arbitrariedad alguna y
nunca puede ver frustrado su legitimo derecho por acusaciones o de-
claraciones abstractas y mucho menos, secretas, respecto de las cuales
no puede defenderse, pues ello implicaria exponerlo a posibles abusos
de la autoridad piblica que quedarfan al margen de todo control.
Es nuestro sistema republicano la posibilidad de defenderse de
cargos injustos se garantiza, precisamente, mediante la actividad de Jos
6rganos jurisdiccionales, capacitados para analizar la razonabilidad y
la legitimidad de los actos administrativos y en cuyo Ambito el ciuda-
dano, en Ia libertad y amplitud del proceso, puede pretender el reco-
nocimiento de lo que considera su justa verdad y su derecho legitimo.
De alli que tampoco considero acertado el critetio del juzgador al ex-
presar que no es en la esfera de la justicia donde el actor estarfa fa-
cultado para discutir la veracidad del informe que se le opone.
Creo oportuno recordar que al dictaminar en la causa “Brusser,
Benito c/Estado Nacional” registrada en Fallos: 303:1217, sostuve,376 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
respecto del tema, la exigencia de moderacién y prudencia en la activi-
dad del érgano jurisdiccional a fin de evitar que interfiera funciones
asignadas a otros poderes no puede extenderse al punto de tornar ilu-
sorio el ejercicio de control de razonabilidad que le compete, eximien-
do ai Poder Administrador de acreditar las imputaciones que efectia
Sobre un ciudadano, pues ambas soluciones se apoyan precisamente en
los prineipios del sistema republicano y en las diversas garantias sus-
tanciales que hacen a su esencia.
V.E. tiene dicho, por otra parte, que ta privacién de justicia “no
£610 se configura cuando las personas se encuentran ante la imposibili-
ded de recurrir a un tribunal competente o cuando Ia decision se apla-
za en forma irrazonable, sino también cuando no se dan las condiciones
necesarias para que los jueces puedan ejercer su imperio jusisdiccional
con la eficacia real y concreta que, por naturaleza exige el orden juridi-
co, de manera que éste alcance su efectiva vigencia en el resultado posi-
tivo de las decisiones que la Constitucién Nacional ha encomendado al
Poder Judicial” (Fallos: 300:1282, cons. 49, 302:232).
La aplicacién de los principios enunciados al efectuar un adecua-
do balance entre los intereses relativos a la seguridad del Estado y los
derechos del ciudadano en mi entender no permite admitir la validez
de una suerte de inhabilitacién para el ejercicio de un cargo como lo
que aqui se produce en virtud de un informe secreto producido por los
organismos de seguridad dependientes del Poder Ejecutivo. Lo contra-
rio importarfa reconocer Ja posibilidad, negada por la Constitucién,
de que dichos érganos del Poder Ejecutivo aplicaran penas a través
de procesos secretos y mediante actos dictados con menores exigencias
de las que se imponen a los mismos fines a los érganos del Poder Ju-
dicial, respecto de los cuales la propia Constitucién brinda segurida-
des especiales relativas a su independencia.
Entiendo, pues, con especial referencia al sub jtidice que el derecho
del recurrente obtenido a través del concurso no puede ser enervado
Por un informe secreto desfavorable si no se Io ha puesto en conoci
miento de los cargos concretos que se le efecttian, déndole oportunidad
para ejercer su defensa.
Opino, consecuentemente, que el recurso federal interpuesto en
autos es procedente, que debe dejarse sin efecto Ia sentencia apeladaDE JUST:CIA DE LA NACION 377
y que deben devolverse los autos al tribunal de origen para que por
medio de quien corresponda se dicte uno nuevo con arreglo a lo ex-
puesto, Buenos Aires, 17 de noviembre de 1983. Mario Justo Lépez.
FALLO DE LA CORTE SUPREMA.
Buenos Aires, 8 de mayo de 1984.
Visios los autos: “Recurso de hecho deducido por Ja actora en
la causa Oxley, César Oscar ¢/Provincia de Santa Fe”, para decidir
sobre su procedencia.
Considerando:
Que la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe
resolvié rechazar el recurso contenciosoadministrativo de plena juris-
diccién interpuesto por César Oscar Oxley, con el objeto de obtener
Ja anulacién del decreto 4.207 del 13 de noviembre de 1978 y los res-
tantes actos que constituyen sus antecedentes, por los cuales se lo ¢x-
cluyé del ofrecimiento de vacantes para el cargo de supervisor seccio-
nal de escuelas que habfa obtenido por concurso. Contra ese pronun-
ciamiento la parte actora interpuso Ia apelacién federal del art. 14 de
la ley 48, concedida inicamente en cuanto se cuestiona la validez cons-
titucional del decreto 3.630/70, lo que motivé la presente queja.
Que por los fundamentos del dictamen del sefior Procurador Ge-
neral, que esta Corte Suprema comparte y hace suyos en razon de
brevedad, corresponde acoger los remedios planteados y descalificar
Ja sentencia como acto jurisdiccional en los términos de la doctrina so-
bre arbitrariedad. En efecto, los agravios ‘del recurrente se vinculan
directamente con el art. 18 de la Constitucién Nacional, que Ieva im-
plicita la garantia en virtud de Ja cual a quien se Je atribuye una con-
ducta ilicita debe contar, al menos, con la oportunidad de ejercer su
derecho de defensa. Cabe aclarar, no obstante, que este resultado se
alcanza sin abrir juicio sobre la solucién que en definitiva corresponda
acordar al problema planteado.
Por ello, y de conformidad con lo dictaminado por el sefior Pro-
curador General, se deja sin efecto la sentencia recurrida. Vuelvan los78,
FALLOS DE LA CORTE SUPREMA
antos al tribunal de procedencia para que, por quien corresponda. se
dicte nuevo fallo (art. 16, primera parte, de la ley 48). Con costas.
Genaro R. Carrié — José S. CABALLERO
— Cartos S$, Fayr — Aucusto C. J.
BELLUScIo — ENRIQUE S. PETRACCHI.
EMILIA IRMA FRIEBOES ve BENCICH y Orra
vy. MASSIMILIANO BENCICH
RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestiones no federales. Sen-
tencias arbitrarias. Improcedencia del recurso.
Es improcedente el recurso extraordinario deducido contra el pronuncia-
nto que rechazé Ja demanda por nulidad de convenio, si los agravios de
la apelante remiten al examen de cuestiones de hecho, prueba y de derecho
comtin y procesal, materia propia de los jueces de la causa y ajena, por
naturaleza, a la via del art. 14 de Ja ley 48, maxime cuando Ja decision
se apoya en razones suficientes de igual carécter que eliminan la tacha
de arbitrariedad.
RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos formales, Interposicién del recurso.
Fundamento.
Si el tema referente a la propiedad de las acciones de las sociedades ané-
nimas fue decidido sustancialmente con apoyo en la cosa juzgada emergente
de un pronunciamiento penal, tos reparos referidos a la falta de tratamiento
de las objeciones formuladas respecto de lo obrado por el contador de la
firma resultan carentes de eficacia para fundar Ja apertura del recurso ex-
traordinario.
RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos formales. Interposicién del recurso.
Fundamento.
Las impugnaciones vinculadas con la violacién de 1o dispuesto por el art.
303 del Cédigo Procesal y con la falts de consideracién de las constancias
dei jury de enjuiciamiento de los magistrados, no revelan una critica con-
creta y razonada de Jo expuesto en la sentencia sobre esos temas, pues no
rebaten los argumentos en que se basa el a quo para obviar Ia aplicaciée
de un plenatio, ni se precisan los elementos de aquel proceso que fueron
idos ni cual seria su entidad para invalidar 1o resuelto.