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Iglesia Cristiana Emmanuel Renuevos

Pastore Adrián Prado; 222 208 6214

Tema: La Cena del Señor

Cita Bíblica:

Levántate largo camino te resta (1 Reyes 19:7)

“Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta”.
1 Reyes 19:7

INTRODUCCIÓN

Las dificultades son un factor común en la vida de los cristianos y especialmente en aquellos que le sirve en un ministerio o privilegio en la
iglesia. Elías atravesó por una situación difícil cuando su vida se vio amenazada por Jezabel, fue allí cuando el profeta cayo en depresión y deseo la
muerte; pero Dios le exhorto a levantarse y seguir adelante porque largo camino le esperaba y aún tenía que ungir reyes y profetas, y ser arrebatado en
un carro de fuego.

Elias-angel-Jehova
El ángel de Jehova y Elias

I. ¿QUIÉN ERA ELÍAS?

El ministerio de Elías tuvo lugar en Israel, en un tiempo de gran apostasía y revelación. Para esta época la nación se encontraba gobernada por Acab el
cual era manipulado por su esposa Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, la cual introdujo en Israel el culto a Baal y Asera. Fue durante este
periodo de frialdad espiritual que Elías oro y no llovió por tres años y medio, y al final de la sequía aparece reprendiendo a Israel por su idolatría y
desafiando a los profetas de Baal y Asera: “Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas
de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel… Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo
claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra”, (1 Reyes 18:19,
21). Fue así como Elías desafío a todos estos falsos profetas a que cada uno invocara a su Dios y el que respondiera con fuego ese sería Dios:
“Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro
buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y
el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho”, (1 Reyes 18:23-24). Los falsos profetas
invocaron a su dios sin respuesta alguna: “Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana
hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían
hecho. Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o
va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su
costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero
no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase”, (1 Reyes 18:26-29). Sin embargo, Dios respondió por fuego y el pueblo creyó nuevamente en
El: “Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo
el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”, (1 Reyes 18:38-39). Luego de ver el pueblo el respaldo de Dios hacia Elías se
volvió a Él y Elías mando prender a todos los falsos profetas para degollarlos: “Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios,
Jehová es el Dios! Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo
de Cisón, y allí los degolló”, (1 Reyes 18:39-40).

II. LA DEPRESIÓN DE ELÍAS.

Sin embargo, después de esta gran victoria y que haber orado para que volviese a llover sobre Israel, Jezabel amenazo la vida del profeta provocando
que este saliera huyendo a lugares desiertos y cayese en terrible depresión: “Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo
había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si
mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a
Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando
morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido”, (1 Reyes
19:1-5). Cuantos de nosotros podemos identificarnos con el profeta Elías, que después de grandes luchas y victorias en el evangelio, viene una situación
difícil que nos agota y deprime a tal punto que deseamos salir huyendo de todo deseando aun la muerte. Sin embargo, aun en estos momentos el Señor
no nos abandona sino nos da fuerza para seguir adelante, tal y como lo hizo con Elías al enviarle un ángel que le alimentara: “… y he aquí luego un
ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y
bebió, y volvió a dormirse”, (1 Reyes 19:5). Lo importante en estas situaciones de dificultades es no retroceder, sino fortalecernos en el Señor y seguir
adelante.

III. LA EXHORTACIÓN DE DIOS A SEGUIR ADELANTE.

“Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta”.

Podemos ver como el ángel volvió a Elías quien dormía, para que comiera y bebiera, exhortándolo a levantarse y seguir adelante, porque largo camino
le quedaba por delante. Como creyentes no podemos ignorar los momentos de dificultad que enfrentaremos ya que en ocasiones serán situaciones en
extremo difíciles que no lograremos comprender, pero ante esto debemos seguir los siguientes pasos:

1. Fortalecernos en el Señor.
Cuando las fuerzas le faltaron a Elías, Dios envió su ángel que lo fortaleció dándole de comer y beber. Es clave que en nuestros momentos de debilidad
busquemos la ayuda del Señor para no desmayar. Uno puede ver algunos ejemplos de personas que se aferraron a Dios para salir adelante en medio de
sus dificultades. Por ejemplo, cuando David huía de Saul, se vio atribulado aún más de lo normal cuando se vio rodeado de sus hombres que hablaban
de apedrearlo ya que todas sus mujeres, niños y bienes habían sido robados: “Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec
habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que
estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino. Vino, pues, David con los
suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. Entonces David y la gente que con él
estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer
de Nabal el de Carmel, también eran cautivas. Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en
amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios”, (1 Samuel 30:1-6). También nuestro Señor
Jesucristo cuando se vio afligido hasta la muerte porque iba rumbo al Calvario se fortaleció en su Padre: “Y él se apartó de ellos a distancia como de un
tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un
ángel del cielo para fortalecerle”, (Lucas 22:41-43). Y el mismo apóstol Pablo declaro muchas veces que cuando las fuerzas le faltaban no le quedaba
más que confiar en Dios: “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados
sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia
de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos
que aún nos librará, de tan gran muerte”, (2 Corintios 1:8-10). Por tanto, cuando sintamos desmayar debemos buscar fortalecer nuestra vida con la
presencia de Dios.

2. Continuar adelante, no renunciar.

Después que comió, el ángel exhorto a Elías a levantarse y seguir adelante porque largo camino le esperaba. Ante las dificultades, Elías creyó que ya
todo estaba terminado y que lo mejor era dejarse morir, sin embargo, Dios le dijo que no era así, sino que había muchas más cosas que él tenía que hacer
en su nombre: “Y le dio Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. A Jehú hijo de
Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar. Y el que escapare de la espada de
Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron
ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron”, (1 Reyes 19:15-18). Aún tenía que ungir reyes y profetas, profetizar a reyes y ser levantado por un carro de
fuego, antes de morir.

CONCLUSIÓN.

De igual forma, Dios nos exhorta a levantarnos en medio de nuestras dificultades y seguir adelante. Es importante comprender que aun en medio de las
peores dificultades, nuestra vida no está perdida ya que Dios tiene control de ella. El deseo de Dios es usarnos para su gloria y honra, y por ello Satanás
levantara oposición, sin embargo, ante las peores dificultades no debemos retroceder, sino buscar llenarnos de Dios y seguir adelante porque aún hay
mucho que hacer para gloria y honra de su nombre.

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