Está en la página 1de 14

1.

Los ratones, de Lope de Vega


Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.

Salió un ratón barbicano,


colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?

2. Agua, ¿dónde vas?, de Federico García Lorca


Agua, ¿dónde vas?
Riendo voy por el río
a las orillas del mar.

Mar, ¿adónde vas?


Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.

Chopo, y tú ¿qué harás?


No quiero decirte nada.
Yo…, ¡temblar!

¿Qué deseo, qué no deseo,


por el río y por la mar?
Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están.
3. Mariposa del aire, de Federico García Lorca
Mariposa del aire,
¡Qué hermosa eres!
Mariposa del aire
dorada y verde.

Luz de candil,
Mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!
No te quieres parar,
pararte no quieres.

Mariposa del aire


dorada y verde.
Luz de candil,
Mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!
¡quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?

4. Canción de cuna del elefante, de Adriano del Valle


El elefante lloraba
porque no quería dormir…
Duerme elefantito mío,
que la luna te va a oír…

Papá elefante está cerca,


se oye en el Manglar su mugir;
Duerme elefantito mío,
que la luna te va a oír…

El elefante lloraba
y alzaba su trompa al viento…
parecía que en la luna
se limpiaba la nariz.

Poesias cortas infantiles


5. El lagarto está llorando
El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer


su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo!


¡Ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente


monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo


lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!


¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran!


¡Ay, ay, cómo están llorando!

6. Pegasos, lindos pegasos, de Antonio Machado


Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.

Yo conocí siendo niño,


la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.

¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!
7. Llega el invierno, de Marisol Perales
El señor invierno
se viste de blanco,
se pone el abrigo
porque está temblando.

Se va a la montaña,
se mete en el río,
y el parque y la calle
se llenan de frío.

Se encuentra a la lluvia
llorando, llorando,
y también al viento
que viene soplando.

¡Ven amigo sol!


Grita en el camino,
pero el sol no viene
porque se ha dormido.

8. La vaca estudiosa, de María Elena Walsh


Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja,
muy vieja, estaba sorda de una oreja.

Y a pesar de que ya era abuela


un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.

La vio la maestra asustada


y dijo: – Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?

La vaca, vestida de blanco,


se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.

Y como el bochinche aumentaba


en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.

Un día toditos los chicos


se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuaca
la única sabia fue la vaca.

9. De ola en ola, de Antonio García Teijeiro


De ola en ola,
de rama en rama,
el viento silba
cada mañana.

De sol a sol,
de luna a luna,
la madre mece,
mece la cuna.

Esté en la playa
o esté en el puerto,
la barca mía
la lleva el viento.

10. Las gaviotas, de Julián Alonso


Mira las gaviotas
Volando en el puerto
Con sus alas blancas
Abiertas al viento.

Parecen cometas
Parecen pañuelos
Son sábanas blancas

que van por el cielo.

11. Abuelita, de Tomás Allende Iragorri


Quién subiera tan alto
como la luna
para ver las estrellas
una por una,
y elegir entre todas
la más bonita
para alumbrar el cuarto
de la abuelita.
12. El barquito de papel, de Amado Nervo
Con la mitad de un periódico
hice un barco de papel,
en la fuente de mi casa
le hice navegar muy bien.

Mi hermana con su abanico


sopla, y sopla sobre él.
¡Buen viaje, muy buen viaje,
barquichuelo de papel!

13. Pobre burro, de Gloria Fuertes


El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.

¿Qué culpa tiene el burro de ser burro?


En el pueblo del burro no hay escuela.
El burro se pasa la vida trabajando,
tirando de un carro,
sin pena ni gloria,
y los fines de semana
atado a la noria.

El burro no sabe leer,


pero tiene memoria.
El burro llega el último a la meta,
¡pero le cantan los poetas!

El burro duerme en cabaña de lona.


No llamar burro al burro,
llamarle “ayudante del hombre”
o llamarle persona.

14. Los sueños, de Antonio Machado


El hada más hermosa ha sonreído
al ver la lumbre de una estrella pálida,
que en hilo suave, blanco y silencioso
se enrosca al huso de su rubia hermana.

Y vuelve a sonreír porque en su rueca


el hilo de los campos se enmaraña.
Tras la tenue cortina de la alcoba
está el jardín envuelto en luz dorada.

La cuna, casi en sombra. El niño duerme.


Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.

15. En un trozo de papel, de Antonio García Teijeiro


En un trozo de papel
con un simple lapicero
yo tracé una escalerita,
tachonada de luceros.

Hermosas estrellas de oro.


De plata no había ninguna.
Yo quería una escalera
para subir a la Luna.

Para a subir a la Luna


y secarle sus ojitos,
no me valen los luceros,
como humildes peldañitos.

¿Será porque son dorados


en un cielo azul añil?
Sólo sé que no me sirven
para llegar hasta allí.

Estrellitas y luceros,
pintados con mucho amor,
¡quiero subir a la Luna
y llenarla de color!

16. Todo está en su sitio, de Gloria Fuertes


Los lobos en el monte,
los pollitos en el corral,
los peces en el agua,
los barcos en el mar.

Ya todo está en su sitio,


ya todo en su lugar.

Los niños en la escuela


y los patos a volar.

17. Miedo, de Gabriela Mistral


Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.

Yo no quiero que a mi niña


la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta…
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.

Y menos quiero que un día


me la vayan a hacer reina.
La subirían al trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla…
¡Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!

18. Un desfile numeral, de Carlos Reviejo


Con este desfile
terminamos ya.
Marchando, deprisa,
los números se van.

Primero va el Uno,
que es el general,
porque de los números
es el mandamás.

El Dos es un cabo,
y el Tres, capitán.
El Cuatro y el Cinco
desfilan detrás.

El Seis con el Siete


no paran de hablar.
El Ocho está cojo
y no puede andar.

El Nueve les dice:


– !Más formalidad!
Y el Cero, enfadado,
rodando se va.

19. La merienda, de Ana María Romero Yebra


Hoy vienen mis amigos
a merendar
bizcocho y chocolate
que hace mamá.

Luego, sobre la alfombra,


nos cuenta un cuento.
No hay en toda la tarde
mejor momento.

Hoy es de una princesa


que está encantada.
Mientras tanto, la tele,
sigue apagada.

20. La escuela, de Eduardo Soler Fiérrez


Clases de pequeños,
clases de mayores,
pupitres y sillas,
pizarras y flores,
libros y cuadernos,
tizas, borradores,
lápices y gomas
de muchos colores.

Tiene un patio grande,


jardín, corredores,
y niños y niñas
con sus profesores.

También podría gustarte