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Bosquejos de sermones para cada ocasión

Vol. 1

¿Qué Predicaré Ahora?

Marcelo J. Solís M.
Contenido
SERMONES DE MOTIVACIÓN Y LIDERAZGO
“¡Levántate y Resplandece!”
¿Sabes lo que vales?
Él peleará tus batallas
Haga conmigo paz
Cristianos victoriosos
SERMONES DE LIDERAZGO MINISTERIAL
Necesidades de los nuevos miembros
Los desafíos y estrategia de un líder llamado Nehemías
Elementos esenciales para el servicio
El Carácter de la Fidelidad
La Cualidad Suprema del Líder Cristiano
La Voluntad de Dios
El Zoológico Ministerial
El Hombre de Dios
Cinco requisitos para dar frutos
Claves de la humildad
Ocupaos en los asuntos del Padre Celestial
Deberes bíblicos
Lo que Dios nunca hará
SERMONES DE EVANGELISMO
Un Llamado Divino
Los cuatro “todos”
Hacer discípulos; no miembros
Las cinco objeciones de un misionero comisionado por Dios
La primera evangelista: María Magdalena
SERMONES PARA DÍAS ESPECIALES
Trae al corazón sabiduría
Consejos a un hijo noble
Mujer Virtuosa
Dedicado a Jehová
“Desde principio del año hasta el fin”
SERMONES PARA MUJERES
“¡Gracias Señor, por tu salvación!”
¡Renuncia al rencor!
A los pies de Jesucristo
No dejes la casa vacía
SERMONES PARA NIÑOS
La Bendición de un Bebé
Beneficios de la sabiduría
SERMONES DEVOCIONALES
Hazme oír por la mañana
Con mi voz clamaré
SERMONES DE MOTIVACIÓN
Y LIDERAZGO
“¡Levántate y Resplandece!”

Texto clave: Isaías 60: 1


Introducción:
Vivimos en un mundo oscuro y negativo. Oscuro, porque muchos
están sumergidos en la oscuridad de la ignorancia. Ignoran la
verdad de Dios y tampoco se conocen a sí mismos tal como
deberían conocerse. También, es un mundo negativo porque hay
muchas contrariedades y desavenencias que no nos permiten
experimentar la felicidad plena.
Muchas personas ahora mismo, mientras usted está sentado
escuchándome este mensaje, están llorando con el corazón
destrozado. Hay quienes piensan que no valen nada y que sus
opacas vidas ya no tienen tanto significado como para seguirla
viviendo. Sus lúgubre sentimientos y pensamientos son suicidas.
Y no sé si realmente estoy hablándole en esta ocasión a alguien que
esté sufriendo de esta manera. Pero déjeme decirle a usted, quien
quiera que sea, hay buenas noticias y palabras de fortaleza y poder
para usted en esta oportunidad.
Dios lo ha traído acá, para escuchar ese mensaje que necesita en
su corazón. Dios lo ha traído para sustentar su corazón y fortalecer
su alma.
A continuación, compartiré con usted un versículo maravilloso de la
Palabra de Dios:
Isaías 60:1
“¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de
Jehová ha nacido sobre ti!”
I. “LEVÁNTATE”
Puede ser que en la vida usted experimente varias caídas, pero
no es necesario permanecer así. Se nos exhorta a levantarnos.
Quizá usted haya tenido caídas en el amor, pero Dios le ha dado
la capacidad de volver a empezar.
Tal vez usted haya tenido una caída financiera, pero Dios le ha
dado la oportunidad de recuperarse y estabilizarse.
O a lo mejor usted haya tenido alguna caída de salud, pero Dios
es su Sanador.
No necesita usted vivir caído; vivir de este modo no es vida, sino
muerte.
Todavía no conozco a un niño que al intentar caminar tenga
varias caídas y no lo siga intentando. Al caer al suelo es posible
que llore por el golpe de la caída, pero nunca se da por vencido.
Resultado final de su persistencia: aprende a caminar y hasta a
correr y saltar.
De esta manera, de los niños aprendemos la gran lección de la
vida. Si has caído, levántate. Si estás desanimado, cobra buen
ánimo. Si estás triste, alégrate.
II. “RESPLANDECE”
¿Cómo se encuentra su corazón? ¿Triste? ¿Abatido?
¿Perturbado? ¿Opacado? ¿Todo te parece oscuro? ¿Todo te
parece nada? ¿No tiene usted razón para sonreír? ¿Le parece
que ha perdido el brillo de sus ojos? ¿Tiene usted la sensación
de haber perdido el resplandor de su mirada y de su sonrisa?
Claro, los problemas que le ha tocado atravesar; las
adversidades que le ha tocado soportar y las heridas que le ha
tocado sufrir han lastimado su corazón y han apagado su
resplandor. El pecado mismo es la única razón del
oscurecimiento del alma.
Pero Dios le está diciendo hoy a usted a través de su Palabra:
“Resplandece”.
¡Vamos! ¡Recupera esa sonrisa! ¡Renueve ese brillo de su
mirada! ¡Resplandece! ¡Usted no tiene razón para estar
opacado!
¿Y por qué debes resplandecer?

III. “PORQUE”:
a) “Ha venido tu luz”.
Esa luz es la luz que ha venido del cielo a alumbrar a todo
hombre y mujer de esta tierra. “La luz resplandece en las
tinieblas, y las tinieblas no la dominaron” (Juan 1: 5). Esa
maravillosa luz es Jesucristo, nuestra vida. Porque “En él
estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (ver.4). Lo
que para mí significa que mi vida es luz, porque ha sido
iluminada con la llegada de Jesús a mi corazón. Cristo,
entonces, es “la luz verdadera que alumbra a todo hombre que
viene a este mundo” (Juan 1: 9).
Esta es la primera razón por la cual usted no debe permanecer
caído, sino levantarse y resplandecer. Sin embargo, para no
exaltar nuestro ego, siempre se debe tener en cuenta de que
esa luz con la que se resplandece no es luz propia, es la luz
que viene del cielo; esa luz es Jesús en nuestro corazón.
Por lo tanto, usted para poder resplandecer debe recibir a Jesús
en su vida, debe dejarlo entrar a su corazón. Él es el único
capaz de darle brillo y alegría a su corazón herido.
b) “La gloria de Jehová ha nacido sobre ti”.
La segunda razón por la que usted debe levantarse y
resplandecer es porque “la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”
(Isaías 60:1 ú. p.).
La gloria de Jehová es su constante presencia.
La gloria de Jehová es el poder del evangelio en nuestro
corazón.
La gloria de Jehová es la operación del poder de su Espíritu
Santo en nuestra vida.
La gloria de Jehová es la transformación de nuestro carácter.
La gloria de Jehová es la renovación de nuestro entendimiento.
La gloria de Jehová es lo que le hace volver a nacer a usted.
Sólo la gloria de Jehová es capaz de darle a usted una nueva
oportunidad de vida.
La manifestación de la gloria de Jehová en nuestra vida es la
manifestación misma del Salvador en nuestro corazón. Porque
“el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y
de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre” (Juan 1: 14).
Su constante presencia en nuestra vida es lo más significativo
para tener una vida plena y llena de Dios. Lo contrario nos
puede ocasionar tener una vida vacía, hueca y sin sentido. Sólo
la presencia de Dios en nuestra vida es lo que realmente le da
verdadero significado. Ésta es la única manera de levantarnos y
resplandecer.
Entonces…
CONCLUSIÓN:
“¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de
Jehová ha nacido sobre ti!”
Isaías 60:1
INVITACIÓN:
¿Quiere usted levantarse ahora y venir al frente para orar?
Deja el desaliento y, “levántate y resplandece”.
¿Sabes lo que vales?

Texto clave: Isaías 43: 4


Introducción:
La mayoría de las personas se lastiman a sí mismas. Y esto suele
suceder por tener una autoestima muy mala, o dicho de otra forma,
una autoimagen desfavorable.
Muchos han sido víctimas de maltratos, de menosprecios, de burlas
y sarcasmos; algunas personas han sido ridiculizadas, incluso,
públicamente, en los colegios o universidades, en las iglesias, en
sus trabajos y hasta en sus propios hogares. Y como consecuencia,
se han devaluado a sí mismas. Han llegado a pensar que no valen
más que sus semejantes.
Pero esto no es verdad…
Mira cuánto vales en realidad…
Dios te quiere decir en esta hora:
«Porque a mis ojos eres de gran estima y yo te he amado; daré,
pues, hombres a cambio de ti y naciones a cambio de tu vida»
(Isaías 43: 4).
a) Que a los ojos de Dios seas de gran estima… es más que
suficiente.
b) Si Dios mismo te mira de esa manera, entonces, ¿por qué
te maltratas a ti mismo?, ¿por qué crees que no vales
nada?
c) Eso es lo que muchos te han hecho creer.
d) Los mensajes negativos y abusos que has sufrido durante
tu vida, te han confundido en cuanto a lo que realmente
vales.
e) Tal vez no tengas el físico de las modelos de la TV, pero
eso no significa que seas de menos valor que otras
personas.
f) Tal vez no vivas en la mejor casa o tengas el mejor
automóvil como otros, pero ninguna cosa externa que no
tengas le resta valor a tu vida.
g) Tú sigues siendo del mismo valor que Dios te ha conferido.
h) Te pueden pisotear, rechazar, burlarse de ti y
menospreciarte. Pero sigues siendo tan valioso ante los
ojos de Dios como los has sido siempre.
Jesús te ama
Sí. Él lo ha dicho en su Palabra. Y lo sostiene. Su amor hacia ti es
incomparablemente maravilloso, profundo e intenso. Él dice:
“Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he
amado” (Isaías 43: 4).
«Jehová se me manifestó hace ya mucho tiempo, diciendo: “Con
amor eterno te he amado; por eso, te prolongué mi misericordia”»
(Jeremías 31: 3).

Te quiero pedir un favor:


No sigas desconfiando nunca más del amor de Dios.
Las Escrituras dicen:
«Aunque mi padre y mi madre me dejen, con todo, Jehová me
recogerá» (Salmo 27: 10).
Y, ¿sabes por qué nunca te abandonará Jehová?
Él responde:
“Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he
amado” (Isaías 43: 4).
Reflexiona en esto…
¿Lo crees?
¿Lo aceptas?
Eres de grande estima ante sus ojos. Vales la misma sangre del Hijo
de Dios.
Si realmente crees en esto, ponte en pie, da unos pasos hacia
adelante, acércate a la plataforma, y juntos oraremos a nuestro
amoroso Padre celestial.
Él peleará tus batallas

Texto clave: Isaías 49: 25


Introducción:
Se ha dicho que la vida se compone de una constante lucha. Y en
realidad, sí lo es. Y si la vida es lucha, quien no sabe luchar, aún no
sabe vivir. Porque hay que luchar legítimamente contra nuestras
amenazas, contra los peligros y acechanzas del diablo, nuestro
enemigo. El apóstol Pablo, para los cristianos, le llamó: la buena
batalla de la fe.
Pero, como ya lo sabemos, en todas las luchas y batallas,
tristemente hay caídos. Muchas personas caen derrotadas y otras
se dan por vencidas. El ideal es que esto no debe ocurrir entre los
verdaderos hijos de Dios. Pero sí sucede en la realidad. De cada
cierto número de personas que entran a las filas del cristianismo,
ese número casi siempre se reduce con el paso del tiempo. La
deserción, el desánimo y las caídas en las tentaciones están
mermando cada vez las iglesias del Señor. Algunos, incluso, se
sienten tan tentados que terminan dándole gustos al diablo,
literalmente. Por otro lado, hay quienes traicionan y abandonan
porque se dejan engañar por el enemigo de Dios.

¿Y tú… cómo te sientes?


Ahora te pregunto, ¿qué está ocurriendo en tu caso?, ¿en tu vida
espiritual? ¿Te sientes cansado de esta lucha? ¿Estás a punto de
claudicar? ¿Te vas a rendir como otros lo han hecho? ¿A veces
sientes que ya no puedes más? O, ¿acaso has planificado salirte de
las filas del ejército de Cristo?
Hasta cierto punto puedo comprenderte. Las batallas espirituales
nunca han sido fáciles de sobrellevar con éxito. Pero tampoco es un
imposible.
La naturaleza de la lucha del cristiano
A continuación, pasemos a ver la naturaleza de esta batalla del
cristiano.
Estas batallas espirituales no son iguales a las batallas bélicas ni de
ninguna otra naturaleza, «porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes» (Efesios 6: 12).
Lo que significa que, si esta es la naturaleza de las batallas
espirituales del hijo de Dios, entonces se deben enfrentar desde
esta perspectiva. Si son batallas espirituales, espiritualmente se
deben luchar, en el nombre del Todopoderoso. Recuerda que tú eres
un finito mortal sujeto a las tentaciones, como lo fue Elías. Pero el
profeta Elías obtuvo grandes victorias espirituales porque se sujetó
de la mano del Omnipotente Dios.
¿Cómo pelear?
Así que, lo primero que debemos hacer es buscar la fortaleza en el
Señor. «Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en
su fuerza poderosa» (Efesios 6: 10). Esto quiere decir que no
debemos pelear con nuestras fuerzas humanas, sino con las fuerzas
divinas. En otras palabras, es Cristo quien hace la obra en nosotros.
Con justa razón, el apóstol Pablo escribió: «Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece» (Filipenses 4: 13). Sin embargo, pregunto: ¿Quién
lo puede? Yo. ¿A través de quién? “En Cristo”. Dicho de otro modo,
en palabras del Señor Jesús: “Separados de mí, nada podéis hacer”
(Juan 15: 5).
En segundo lugar, estas batallas espirituales se pelean no con
nuestras propias ropas ni con nuestras propias armaduras, sino con
las ropas de guerra espiritual del Señor. Por eso se nos exhorta:
«Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes
contra las acechanzas del diablo» (Efesios 6: 11). Nuestras ropas
están sucias con la fea mancha del pecado, del egoísmo, de la
envidia y del orgullo. Necesitamos despojarnos de nuestras ropas
sucias, y seguir el consejo del divino Señor del Apocalipsis 3: 18:
«Por tanto, yo te aconsejo que compres de mí… vestiduras blancas
para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu
desnudez». Es que, amigos que me escuchan, para poder ponernos
toda la armadura de Dios, necesitamos despojarnos de las nuestras.
Debemos ser cubiertos con el manto de su justicia, esto es, ser
rociados con la sangre de Jesucristo mediante la fe para justicia y
salvación.
En tercer lugar, debemos asegurarnos de poseer toda la armadura
de Dios, no parte de ella. Por eso se nos vuelve a exhortar: «Por
tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el
día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes» (Efesios 6: 13).
Asegúrate de que no te haga falta nada de la armadura de Dios.
En cuarto lugar, es importante permanecer con una actitud de
campeón, no de perdedor. ¿Cuál es la actitud de un campeón? Es la
misma actitud de un valiente soldado: “firmes”. Por eso se nos dice
también: «Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad,
vestidos con la coraza de justicia» (Efesios 6: 14). Esta actitud de
campeón es permanecer firmes de parte de la verdad y de la
justicia. Es una actitud espiritual positiva. Es una actitud como quien
está seguro de la victoria porque está de parte del Señor
Todopoderoso.
¿Cuál es la armadura de Dios?
Dejemos que la Biblia nos lo describa en palabras inspiradas del
apóstol Pablo: « Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la
verdad, vestidos con la coraza de justicia y calzados los pies con el
celo por anunciar el evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el
escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego
del maligno. Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del
Espíritu, que es la palabra de Dios» (Efesios 6: 14-17).
“¡Mucha oración, mucho poder!”
Y finalmente, debes orar, orar siempre. Esto es una necesidad,
porque el poder del cristiano se obtiene a- través de la oración. Dios
es la fuente de poder. Pero el poder de la fuerza del Señor se
obtiene cuando oramos.
«Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y
velad en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos»
(Efesios 6: 18).
Y no olvides…
«Pero así dice Jehová: “Quizás es cautivo sea rescatado del
valiente y el botín sea arrebatado del tirano, pero yo defenderé tu
pleito y salvaré a tus hijos… Entonces todos sabrán que YO,
Jehová, soy tu SALVADOR y tu REDENTOR, el Fuerte de Jacob”»
(Isaías 49: 25-26).
¡Sí! Dios mismo peleará tus batallas, finalmente. Y sólo de esta
manera obtendrás la victoria en estas batallas espirituales.
Ahora, si has caído en alguna batalla, no te desanimes, recobra
buen ánimo en el Señor, porque aún queda una guerra qué ganar en
el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo. Di con el profeta
Isaías: «He aquí que Jehová el Señor me ayudará» (Isaías 50: 9).
Haga conmigo paz

Texto clave: Isaías 27: 5

INTRODUCCIÓN:
Nacemos como enemigos de Dios, separados de su santidad y con
una naturaleza inclinada al pecado. Por naturaleza, somos
pecadores, separados de la gloria del Señor.
La Biblia asegura que “por cuantos todos pecaron, están destituidos
de la gloria de Dios”, y esta separación es la causa por la que no
hay paz mental, emocional ni espiritual en el ser humano.
Es que vivir separados de Él acarrea sufrimiento y dolor. El pecado
puede conducirnos a los resultados más desagradables; el pecado
agobia constantemente el alma. Destruye la dignidad personal, y
cuando ésta desaparece, disminuye el respeto por los demás. Esa
razón es por la que muchos, en esa condición, llegan a juzgar a sus
semejantes como peores pecadores que ellos mismos.

Entonces…
El ser humano, como pecador que es, está en enemistad con Dios,
y como consecuencia, no hay paz total en su corazón y está
inclinado hacia la maldad constantemente.
Pero, de aquí surge, entonces la mayor necesidad del ser humano,
la cual no es ni la fama, ni la riqueza ni los placeres, sino la gran
necesidad de volverse en amistad y paz con Dios.
Ahora…
Miremos el consejo de Dios para nosotros:
“¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz
conmigo” (Isaías 27: 5).
La pregunta retórica: “¿O forzará alguien mi fortaleza?
En la versión Reina Valera Contemporánea (RVC) dice de la
siguiente manera:
“¿Quién querrá desafiar mi fuerza?”
La verdad es que muchos han intentado desafiar la fortaleza del
Señor Todopoderoso, pero sus intentos han sido inútiles.
Un ejemplo histórico lo encontramos en el filósofo francés Voltaire,
quien era un crítico vehemente de la Santa Palabra de Dios, y habló
en nombre de muchos que compartían sus ideas cuando dijo:
“Dentro de cien años no oirán más de ella. Posiblemente vean una
copia en algún museo, pero de lo contrario habrá desaparecido”.
Cien años después, la casa en Paris donde fueron dichas estas
palabras, la que fuera alguna vez la casa de Voltaire, se había
convertido en propiedad de la Sociedad Bíblica Británica y del
Extranjero, y en un centro para la distribución de Biblias a lo largo y
a lo ancho del mundo. Parece que Voltaire no tenía mucho de
profeta.
Cuando tomamos la Biblia, estamos teniendo en nuestra mano un
libro que ha sobrevivido a los intentos repetidos por destruirla a la
fuerza o por argumentos durante más de dos mil años. A pesar de
todo, ha sobrevivido y permanecido intacta a lo largo de los siglos.
Pretender desafiar la fortaleza de Jehová es inútil. Voltaire creyó que
la Biblia desaparecería en un siglo. Pero las palabras divinas siguen
diciendo:
“Sí, la hierba se seca, y la flor se marchita, pero la palabra de
nuestro Dios permanece para siempre” (Isaías 40: 8, RVC.).
Encontramos otros ejemplos de personas que desafiaron la fuerza
del Señor Todopoderoso:
1. Thomas Andrews (El Creador del Titanic). El ing Diseñador
del Titanic. Después de la construcción del Titanic, un reportero
le preguntó que seguro sería. Con un tono irónico él dijo: "Ni
Dios puede hundirlo" El resultado: todos saben lo que pasó al
Titánic.
2. Una adolescente en Campina, Brazil en el 2005. En
Campinas, Brasil un grupo de amigos, borrachos, fue a recoger
una amiga... La madre la acompañó al automóvil y estaba tan
angustiada sobre la embriaguez de sus amigos y le dijo a la
hija, sosteniendo su mano, ya sentada en el automóvil: "Mi hija,
Vaya Con Dios y permita que Él la Proteja. Ella respondió:
"Sólo si Él (Dios) viaja en el maletero, porque aquí dentro ya
está Lleno". Después, horas las noticias vinieron que ellos
habían envueltos en un fatal accidente, todos habían muerto, el
automóvil no podría reconocerse, pero sorprendentemente, el
maletero estaba intacto. La policía dijo que no había ninguna
manera el maletero podría permanecer intacto. Dentro del
maletero había una canasta de huevos, para su sorpresa,
ninguno estaba roto.
3. John Lenon: Cantante. Algunos años antes, durante su
entrevista con una revista americana, él dijo: " La Cristiandad
acabará, desaparecerá. Yo no tengo que discutir sobre eso. Yo
estoy seguro. Jesús era ok, pero sus asuntos eran demasiado
simples. Hoy nosotros somos más famosos que Él" (1966).
Lennon, después de decir que los Beatles eran más famosos
que Jesús, le dispararon seis veces.
4. Marylin Monroe. Actriz. Ella fue visitada por Billy Graham
durante una presentación de un show. Él dijo que el Espíritu de
Dios le había enviado a predicarle a ella.
Después de oír lo que el Predicador tenía que decir, ella dijo:
"Yo no necesito a su Jesús."
Una semana después, ella se encontró muerta en su
apartamento.
5. Tancredo Neves. Presidente de Brasil. Durante la campaña
Presidencial, él dijo que si consiguiera 500,000 votos de su
fiesta, ni Dios lo quitaría de la Presidencia. Efectivamente él
consiguió los votos, pero se enfermó un día antes de ser hecho
Presidente, y murió.
6. Christine Hewitt. Periodista jamaicana y animadora, dijo: “La
Biblia (la Palabra de Dios) fue el peor libro escrito en la vida”.
En junio del 2006 ella se encontró quemada imposible de ser
reconocida en su carro.
7. Bon Scott. Cantante. El ex-vocalista del AC/DC. En una de
sus canciones de 1979, él cantó: “No me detenga, yo estoy
bajando todo el camino, bajando por la carretera al infierno".
En 19 de febrero de 1980, Bon Scott se encontró muerto,
ahogado por su propio vómito.
8. Cazuza. El compositor brasileño Bi-sexual, cantante y poeta.
Durante una muestra en Canecio (Río de Janeiro), mientras
fumaba su cigarro, él resopló fuera algún humo en el aire y dijo:
"Dios esto es para ti." Él se murió a la edad de 32 de SIDA de
una manera horrible.
La pregunta de Dios sigue en pie:
“¿Quién querrá desafiar mi fuerza?” (Isaías 27: 5).
Nadie puede hacerlo.
“No se engañen. Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre
siembre, eso también cosechará” (Gálatas 6: 7).
Lo que realmente nos conviene:
“¡Que haga la paz conmigo! ¡Sí, que haga la paz conmigo!” (Isaías
27: 5).
Cristo vino a este mundo para reconciliarnos con Dios Padre. Su
muerte fue expiatoria y vicaria. Él es nuestra paz. Porque de él se
había profetizado:
“Pero él será herido por nuestros pecados; ¡molido por nuestras
rebeliones! Sobre él vendrá el castigo de nuestra paz, y por su llaga
seremos sanados” (Isaías 53: 5).
“Así, pues, justificados por la fe tenemos paz con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5: 1).
“Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún
éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Con mucha más
razón, ahora que ya hemos sido justificados en su sangre, seremos
salvados del castigo por medio de él. Porque, si cuando éramos
enemigos de Dios fuimos reconciliados con él mediante la muerte de
su Hijo, mucho más ahora, que estamos reconciliados, seremos
salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos
regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora
hemos recibido la reconciliación” (Romanos 5: 8-11).
Por eso… el Señor sigue diciéndonos…
“¿Quién querrá desafiar mi fuerza? ¡Que haga la paz conmigo! ¡Sí,
que haga la paz conmigo!” (Isaías 27: 5).
LLAMADO: Apreciados oyentes…
¿Desean ustedes hacer la paz con Dios?
Jesucristo está con los brazos abiertos, esperando que llegues a Él
tal como eres, para darte un abrazo y la bienvenida a su reina de
gracia.
Dios te ama y desea que hagas hoy la paz con Él.
Jehová te está diciendo ahora:
“Haz la paz conmigo”.
Sí, Dios quiere ser tu mejor amigo.
¿Harás la paz con Dios?
¡Ven al altar y oremos a Dios, de rodillas y de todo corazón! ¡Dios te
sigue amando!
Cristianos victoriosos

INTRODUCCIÓN:
Uno de los temores que sufren muchas personas es convertirse en
Cristianos y luego fracasar. Es decir, temen ser cristianos
derrotados. Pero, estos temores se pueden superar con la ayuda de
Dios siguiendo sus instrucciones dadas en su Palabra a fin de lograr
ser CRISTIANOS VICTRIOSOS.
Un cristiano victorioso se alimenta con la Palabra de
Dios
“Jesús le contestó:
— Las Escrituras dicen: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra pronunciada por Dios”
(Mateo 4: 4).

“Como niños recién nacidos, nutríos de la leche pura del Espíritu


para que con ella crezcáis y recibáis la salvación”
(1 Pedro 2: 2).

Un cristiano victorioso debe estudiar la Palabra de Dios


a fin de trazar bien la Palabra de verdad
“Esfuérzate por merecer la aprobación de Dios, como un trabajador
que no tiene de qué avergonzarse, como alguien que sigue
fielmente la palabra de la verdad”
(2 Timoteo 2: 15).

Un cristiano victorioso pide a Dios que dirija su vida


Tienen la seguridad de que Dios oye sus oraciones de fe.
“Tenemos plena confianza en que, si algo pedimos a Dios tal y como
él quiere, nos atenderá. 15 Y si estamos seguros de que Dios
siempre nos atiende, lo estamos también de conseguir lo que le
pedimos”
(1 Juan 5: 14-15).
David oraba tres veces al día (Salmos 55: 17)
Daniel, “se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias
delante de su Dios, como lo solía hacer antes” (Daniel 6: 10).
Jesús mismo, oraba de madrugada y en un lugar solitario (Marcos 1:
35). Otras veces, él salía al monte a orar, y pasaba allí “la noche
entera en oración a Dios” (Lucas 6: 19).
Ahora, la Biblia nos muestra seis condiciones necesarias para que
nuestro Padre celestial conteste nuestras oraciones:
1- Persevere (Efesios 6: 18)
2- “Pida con fe” (Santiago 1: 6)
3- Necesitamos perdonar a otros (Mateo 5: 24)
4- No tener ningún pecado acariciado y sin confesar (Salmo 66:
18).
5- Debemos observar la Ley de Dios (Prov. 28: 9).
6- Orar conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5: 14).

Un cristiano victorioso respeta lo que pertenece a Dios


Respetemos su tiempo (Éxodo 20: 8-11)
Respetemos su diezmo (Malaquías 3: 8, 10).

Un cristiano victorioso piensa en otros primero


Practica la regla de oro (Mateo 7: 12): “Portaos en todo con los
demás como queréis que los demás se porten con vosotros. ¡En
esto consisten la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas!”
El apóstol Pablo, dijo: “No hagáis nada por egoísmo o vanagloria; al
contrario, sed humildes y considerad que los demás son mejores
que vosotros. Que cada uno busque no su propio provecho, sino el
de los otros” (Filipenses 2: 3-4).

Un cristiano victorioso busca ser limpio en todo lo que


haga:
Limpio en pensamiento (Filipenses 4: 8)
En conversación (2 Pedro 3: 11)
En comportamiento – conducta (1 Juan 2: 6; 3: 3).
Limpio en tu cuerpo (1 Corintios 6: 19; 3: 17; 6: 20; Deuteronomio
14: 2-3).
Limpio en tu vestido y atavío (Génesis 35: 2, 4; 1 Tim. 2: 9-10; 1
Pedro 3: 3, 4).

Un cristiano victorioso es prudente en los asuntos


financieros:
“No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse
unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley”
(Romanos 13: 8).

Un cristiano victorioso busca el compañerismo de los


creyentes:
“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al
amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como
acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y
con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”
(Hebreo 10: 24-25).
Un cristiano victorioso le entrega todo a Cristo:
“Dirigiéndose a todos, declaró:
—Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo,
lleve su cruz cada día y me siga”
(Lucas 9: 23; cf. Mateo 19: 27, 29).

Un cristiano victorioso comparte a Cristo con otros:


“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer
todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes
siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28: 19-20).
Un cristiano victorioso guarda los Mandamientos de Dios:
“Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su
potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en
la ciudad”
(Apocalipsis 22: 14, ARV).
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios
traerá toda obra a juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta,
buena o mala”
(Eclesiastés 12: 13-14).

¿Quieres convertirte en un cristiano


victorioso?
SERMONES DE LIDERAZGO MINISTERIAL
Necesidades de los nuevos
miembros
INTRODUCCIÓN:
Todo Líder Espiritual (Ministro de Dios), gana almas para Cristo. Pero también
busca la forma de retenerla. Es por ello que, en esta ocasión, nos abriremos
espacio para analizar algunas necesidades que tienen los nuevos miembros
de iglesia, y que si son debidamente atendidas, veremos resultados
sorprendentes en nuestras iglesias.
1. ¡A los nuevos miembros les gusta la vida y la acción!
Hay que involucrarlos en las actividades y dinámicas de la iglesia y de los
grupos de crecimiento.
Una iglesia o grupo de crecimiento fríos e insípidos lo único que
proporcionará es el desgano y la desilusión del nuevo miembro, así que, si
deseamos que nuestro grupo de crecimiento haga honor a su nombre
(crezca), y que nuestra iglesia se desarrolle cuantiosamente satisfactoria
debemos ser más dinámicos, emotivos y de acción y así no sólo ganaremos a
los inconversos, sino que retendremos a los nuevos ganados y rescataremos
a los descarriados.
2. Nuevas avenidas de expresión y desarrollo espiritual
a. El impulso de orar (Mat. 14:23). Ore con él e invítelo a orar.
b. El impulso de adorar (Luc. 4:16). Anímelo a cantar y llegar a los
cultos puntualmente.
c. El impulso de servir (Marcos 10:45). Ayúdelo a desarrollar sus
talentos en beneficio de Dios.
d. El impulso de compartir la nueva vida en Cristo con otros (Mar. 6:6).
Involúcrelo en su programa evangelístico. Salga a dar estudios
bíblicos con él y enséñele cómo dar un estudio bíblico.
e. El impulso de disfrutar el compañerismo cristiano (Juan 2:2). Sea
amigo de él y preséntele a sus amigos para que ensanche su círculo
de compañerismo y amistad en la congregación.

3. Lo que la iglesia debe proveer para los nuevos miembros

a. Educación. Ser Adventista del Séptimo Día es tener un nuevo


estilo de vida, el nuevo miembro necesitará aprender mediante
toda oportunidad de educación esa sub-cultura cristiana.
Aprenderá desde cómo se maneja la Biblia, los libros del
Espíritu de Profecía, sus nuevas responsabilidades hasta su
vida personal y familiar en todos los aspectos.
b. Cuidado vigilante, esto no significa fijarse de sus errores y
criticarlo. A ellos no les gusta el regaño ni la crítica. Note que no
hemos dicho vigilancia cuidadosa, sino cuidado vigilante. Esto
es protegerlos de los peligros que amenacen su fe y ayudarlos
en sus nuevos desafíos y dificultades.
c. Dirección. Los nuevos miembros necesitan dirección y consejo
especialmente en aquellos puntos que tienen dificultad.
d. Instrucción. Anímelos a participar de los seminarios de
capacitación que provea la iglesia y el pastor. Tal vez necesite
instrucción en algún área que desee servir, quizá como
predicador laico, instructor bíblico o testificador u otro cargo que
desee desempeñar en la iglesia o en su grupo de crecimiento.
e. Conocimiento: provéales seminarios o estudios acerca de las
profecías y doctrinas de la iglesia de manera cristo-céntrica.
f. Estímulo. A través de incentivos y elogios sinceros.
g. Enseñanza de obligaciones. Muéstrele el sentido de
responsabilidad y la necesidad de su cooperación en la obra del
Señor, esto lo estimulará a seguir adelante. Provéale instrucción
sobre el Manual de la Iglesia y el de la Pequeña Congregación.
h. Visitación. Hágalo con regularidad a fin de que se sienta
importante para la hermandad. La visitación nos permitirá
conocer mejor sus necesidades a fin de ayudarlo a salir
adelante.
i. Oración. Ore por él y con él. Invítelo a que desarrolle el buen
hábito de orar.
j. Alimento espiritual: provéale literatura bíblica, el folleto de
Escuela Sabática, El Centinela, y otros que usted vea
conveniente y necesario.

Ciertamente el nuevo miembro necesita comprensión,


cuidado vigilante y amor:
Compréndalo en sus debilidades como Cristo se compadece de nosotros y
ayúdelo a ser mejor cada día con amor.
Cuando tratemos de desarrollar relaciones significativas con los nuevos
miembros ellos apreciarán la atención útil y cuidadosa. Para estos nuevos
creyentes ha comenzado el camino de un discipulado duradero.
Los ancianos y los miembros de iglesia encontrarán que el hacer planes,
organizar y dirigir un ministerio de nuevos miembros tomará tiempo, pero la
recompensa se mide en términos de resultados más permanentes.
“La mejor ayuda que los predicadores pueden dar a los miembros de
nuestras iglesias, no consiste en sermonearlos, sino en trazarles planes
de trabajo. Dad a cada uno un trabajo que ayude al prójimo. Enseñad a
todos que, por haber recibido la gracia de Cristo, tienen el deber de
trabajar por él. Especialmente a las personas que hace poco aceptaron
la fe, debe enseñárseles a colaborar con Dios. Si se los pone a trabajar,
los abatidos se olvidarán muy pronto de su desaliento; el débil se
tornará fuerte; el ignorante, inteligente; y todos aprenderán a presentar
la verdad tal cual es en Jesús. Hallarán una ayuda segura en Aquel que
prometió salvar a quienes se allegan a él” (Servicio Cristiano, pág. 87).
Los desafíos y estrategia de un líder
llamado Nehemías
INTRODUCCIÓN
Nehemías, al igual que lo siervos de Dios de todos los tiempos, tuvo que
enfrentar distintos desafíos. Y es que en realidad, hacer la obra de Dios,
nunca ha sido fácil. Veamos a continuación la estrategia que usó este líder
espiritual para lograr avanzar en la obra de Dios a pesar de los desafíos y
oposiciones que tuvo.
ESTRATEGIA
a. Estar a cuentas con Dios –Nehemías 1:1-4.
b. Pedir el éxito al Señor —Nehemías 1:11.
c. Enfrentar en equipo -Nehemías 2:1-8.
d. Evaluar el desafío - Nehemías 2:11-16.
e. Transmitir dinamismo - Nehemías 2:17-18.
f. Izar el equipo - Nehemías 3:1-32.
g. Enfrentarlo - Nehemías 3.

Comentarios de Elena de White


“Nehemías fue sincero para la gloria de Dios... Por la estabilidad de su
proceder, demostró que era un valiente cristiano. Su conciencia estaba limpia,
refinada, ennoblecida por la obediencia a Dios. Rehusó apartarse de los
principios cristianos (Carta 406, 1906).
“Si el obrero humano anda en total humildad de pensamiento, mirando a
Dios, confiando en Él, obrando su propia salvación con temor y temblor, el
Señor cooperará con él. Concederá su sabiduría, su poder divino a cada uno
que esté empeñado en su servicio. Hace de su siervo humilde y confiado su
representante; el que no se ensalzará a sí mismo ni se tendrá en más elevado
concepto del que deba. La vida del tal estará dedicada a Dios como un
sacrificio vivo, y Él aceptará esa vida, la usará y la sostendrá…” “Cada pizca
de influencia ha de ser apreciada como un don de Dios. El ojo de la mente ha
de estar fijo sólo en la gloria del Señor. Entonces el sentido de la
responsabilidad aumentará. Nuestros talentos serán dados a los banqueros
para que sean incrementados y se dupliquen. Hay cientos de hombres y
mujeres, quienes, si tuvieran una adecuada apreciación del encargo celestial,
irían diligente y fervientemente a trabajar para utilizar lo que poseen” (Carta
83, del 17 de agosto de 1898, enviada a un ministro, dirigente en Australia).
“El ejemplo de este hombre santo debiera ser una lección para todos los
hijos de Dios, de que no deben solamente orar con fe, sino trabajar
diligentemente y con fidelidad. ¡Cuántas dificultades encontramos, cuán a
menudo ponemos trabas a la obra de la Providencia en nuestro favor, porque
se considera que la prudencia, la previsión, y el esmero tienen muy poco que
ver con la religión! Este es un grave error.
Es nuestro deber cultivar y ejercitar toda facultad que pueda hacernos
obreros más eficientes para Dios. La reflexión cuidadosa y la elaboración de
planes bien maduros son tan esenciales hoy para el éxito de las empresas
sagradas como lo eran en el tiempo de Nehemías… Los hombres de oración
debieran ser hombres de acción. Los que están listos y dispuestos,
encontrarán formas y medios de trabajar. Nehemías no dependía de lo
incierto. Los medios que a él le faltaban los pedían a quienes podían
concederlos… Hay necesidad de [muchos] Nehemías en la iglesia hoy:
hombres que puedan no sólo orar y predicar, sino hombres cuyas oraciones y
sermones estén corroborados por un propósito firme y anhelante… El éxito
que acompañó los esfuerzos de Nehemías muestra lo que la oración, la fe y la
acción enérgica y sabia pueden llevar a cabo…
El espíritu manifestado por el dirigente será reflejado en gran medida por el
pueblo. Si los dirigentes que profesan creer las verdades solemnes e
importantes que van a probar al mundo en esta época no manifiestan ardiente
celo en preparar a un pueblo para que permanezca firme en el día de Dios,
debemos esperar una iglesia descuidada, indolente y amante de los placeres"
(SDA Bible Commentary, tomo 3, pág. 1137).
“Nehemías era un reformador, un gran hombre suscitado para una ocasión
importante. Cuando entró en contacto con el mal y toda clase de oposición,
surgieron un nuevo ánimo y un celo renovado. Su energía y determinación
inspiraron al pueblo de Jerusalén; la fuerza y el valor tomaron el lugar de la
debilidad y del desaliento. Su santo propósito, su elevada esperanza, su jovial
consagración al trabajo, eran contagiosos. El pueblo se contagió del
entusiasmo de su dirigente: en su esfera, cada hombre se convirtió en un
Nehemías y ayudó a fortalecer la mano y el corazón de su vecino” (Ibídem).

CONCLUSIÓN:
Al igual que Nehemías, cada líder espiritual, ciertamente, tendrá que
enfrentarse con distintos desafíos en la obra. Sin embargo, si como
Nehemías, ante las dificultades y desafíos resolvemos poseer nuevos ánimos
y un celo renovado, confiando en la mano del Todopoderoso, entonces
veremos resultados maravillosos para la gloria del Dios a quien amamos y
servimos.
Elementos esenciales
para el servicio
(Tomado de: Obreros Evangélicos, 148,149)

INTRODUCCIÓN:
Un verdadero líder espiritual es cual Cristo Jesús, el cual, “no vino para ser
servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos” (Mateo 20:
28). Es por eso que el apóstol Pablo reclamó: “Por tanto, que los hombres nos
consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de
Dios” (1 Corintios 4: 1). Por lo cual, los ministros y todo líder espiritual, en los
distintos niveles de la obra, deben ser siervos por excelencia. A esto se le
conoce como “líder siervo”, concepto novedoso para el mundo, pero en el que
está basado el reino de Dios. Por eso Cristo dijo: “… el que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro servidor” (Mateo 20: 26 úp.).
Partiendo de este principio cristiano, entonces, a continuación observemos
algunos elementos esenciales para el servicio de un líder espiritual.
La Simpatía
Dios desea unir a sus obreros por una simpatía común, un afecto puro. Es la
atmósfera de un amor semejante al de Cristo que rodea el alma del creyente
lo que lo hace sabor de vida para vida, y permite a Dios bendecir sus
esfuerzos. El cristianismo no levanta murallas de separación entre el hombre
y sus semejantes, sino que liga los seres humanos a Dios y unos con otros.
La Integridad
Se necesitan para este tiempo hombres de probado valor y fuerte integridad,
hombres que no teman elevar sus voces para defender lo justo. A cada
obrero quiero decir: Que la integridad caracterice todo acto vuestro en el
desempeño de todos vuestros deberes oficiales. Todos los diezmos y dineros
confiados a vosotros con algún propósito especial, deben ser entregados
cuanto antes adonde pertenecen. No debéis apropiaros para vuestro uso
personal del dinero dado para la causa de Dios, con el pensamiento de que
puede ser devuelto más tarde. Dios prohíbe semejante cosa, Es una tentación
de aquel ser que hace el mal y únicamente el mal. El predicador que recibe
fondos para la tesorería del Señor debe dar al donante un recibo por la
cantidad recibida, con la fecha. Luego, sin aguardar a ser tentado por la
presión financiera a emplear recursos para sí mismo, deposítelos donde,
cuando se pidan, estén a mano.
La Unión con Cristo
Una relación vital con el Príncipe de los pastores hará del sub-pastor un
representante vivo de Cristo, una verdadera luz para el mundo. Es esencial
una comprensión de todos los puntos de nuestra fe, pero es aún de mayor
importancia que el predicador esté santificado por la verdad que presenta.
La Humildad
El ministro de Dios debe poseer humildad en un grado eminente. Aquellos
que tienen la experiencia más profunda de las cosas de Dios son los que más
se alejan del orgullo y ensalzamiento propio. Por tener un alto concepto de la
gloria de Dios, comprenden que el lugar más humilde en su servicio es
demasiado honorable para ellos.
El Fervor
Hay necesidad de mayor fervor. El tiempo transcurre rápidamente, y se
necesitan hombres que estén dispuestos a trabajar como trabajaba Cristo. No
es suficiente vivir una vida tranquila, de oración. La meditación sola no
satisfará la necesidad del mundo. La religión no ha de reducirse a una
influencia subjetiva en nuestra vida. Hemos de ser cristianos alertas,
enérgicos, fervientes, llenos de un deseo de dar la verdad a otros.
La gente necesita oír las buenas nuevas de la salvación por la fe en Cristo, y
por esfuerzos fervientes y fieles se le ha de dar el mensaje. Se ha de buscar
a las almas, orar y trabajar por ellas. Deben hacerse fervientes llamados, y
elevarse ardientes oraciones. Nuestras oraciones tibias y sin vida deben ser
cambiadas en oraciones de intenso fervor.
La Fidelidad
Por muy celosamente que se defienda la verdad, si la vida diaria no testifica
de su poder santificador, de nada valdrán las palabras dichas. Un curso de
acción inconsecuente endurece el corazón, empequeñece la mente del
obrero, y pone piedras de tropiezo en el camino de aquellos por quienes
trabaja.

La Vida Diaria
El predicador debe estar libre de toda perplejidad temporal innecesaria, para
poder entregarse por completo a su vocación sagrada. Debe dedicar mucho
tiempo a la oración, y disciplinarse según la voluntad de Dios, a fin de que su
vida ponga de manifiesto los frutos del dominio propio. Su lenguaje debe ser
correcto; sin que salgan de sus labios frases ni expresiones bajas. Su
indumentaria debe estar en armonía con el carácter de la obra que hace.
Esfuércense los predicadores y maestros por alcanzar la norma fijada en las
Escrituras. No descuiden las cosas pequeñas, que a menudo no se
consideran importantes. La negligencia en las cosas pequeñas induce a
descuidar las responsabilidades mayores.

CONCLUSIÓN:
Entonces, como ya hemos visto, los elementos esenciales para servir son:
simpatía, integridad, unión con Cristo, humildad, fervor, fidelidad y vida diaria
en armonía a su vocación espiritual a la que ha sido llamado por Dios.
Si embellecemos nuestro ministerio de estos elementos esenciales para el
servicio, tendremos mayor eficacia y seremos más eficientes en nuestro
trabajo para el Maestro.
Pidámosle al Señor nos ayude a crecer en nuestro servicio eficaz para su
gloria y honor.
El Carácter de la Fidelidad
“Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra y te apacentarás en
la verdad. Deléitate así mismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de
tu corazón”
(Salmos 37:3-4).

Introducción:
La fidelidad es una virtud carente en el alma de muchos hombres. A esto se
deben las más vergonzosas corrupciones de la sociedad. Solamente
cultivando con sabiduría esta virtud y siendo dirigidos por el Todopoderoso
haremos frente a la funesta situación en que nuestro mundo se encuentra.
Frase transicional: Por lo tanto, hoy veremos el carácter de la fidelidad y la
necesidad de cultivar esta virtud.
Aristóteles decía que los hábitos se convierten en una segunda naturaleza
porque tienden a manifestarse naturalmente. Bien lo expresa este lúcido
pensamiento:
Siembra un pensamiento y cosecharás una acción, siembra una acción
y cosecharás un hábito, siembra un hábito y cosecharás un carácter,
siembra un carácter y cosecharás un destino.
Se nos amonesta en la Palabra sabia de Dios a “cultivar” la fidelidad: “Confía
en el Eterno, y haz el bien; habita en la tierra y cultiva la fidelidad; deléitate en
el Señor, y él te dará los deseos de tu corazón” (Salmos 37: 3-4 NRV).
¿Por qué es tan necesario cultivar la fidelidad? ¿Qué beneficios nos
dará el hacerlo?
(1) Porque por la carencia de fidelidad existe la traición.
(2) Porque la infidelidad es pecado, la deslealtad y la inexactitud promueven la
imperfección, la infidelidad es alimentada por la avaricia y el orgullo. Y como
decía Salustio: "La avaricia es corruptora de la fidelidad, de la honradez y de
todas las demás virtudes".
Hermanos oyentes, se necesita exactitud y fidelidad en la devoción cristiana.
El mundo no tiene la respuesta a esta necesidad. Los hombres más honestos
y fieles, se espera que estén dentro de nuestras filas adventistas.
La fidelidad es adhesión, lealtad, devoción y apego a nuestro Dios. Es
puntualidad con nuestros compromisos, es sinceridad para con los demás y
para con nosotros mismo, es esmero en la causa de Cristo, es exactitud en la
devolución de los diezmos, es minuciosidad en los deberes cristianos, es
perfección en el amor, es constancia en la lucha, es veracidad inalterable, es
probidad insuperable, es escrupulosidad y observancia de las realidades de la
vida y sus demandas. “La fidelidad es una virtud que ennoblece hasta la
esclavitud” (Paul Masson). ¡Se necesita la fidelidad en nuestras almas! Dios
nos dice: “Sé fiel hasta la muerte...”
Veamos algunos ejemplos inolvidables sobre el carácter de la
fidelidad:
1. El carácter romano.
Cuando el rey etrusco Porcena sitió Roma a causa de las maquinaciones de
Tarquino, el joven patricio Mucio Escévola decidió matar al enemigo de su
patria. Salió de Roma y cruzó las líneas enemigas hasta alcanzar el
campamento del rey.
Al llegar al campamento creyó ver a Porcena y, acercándose, le dio muerte.
Inmediatamente descubrió, sorprendido, que no era el rey, sino su
lugarteniente. Hecho prisionero y llevado ante el rey se negó a contestar el
interrogatorio. En vez de hablar actuó. Frente a él había un brasero ardiendo.
Ante el asombro de Porcena y sus guardias, metió la mano derecha a las
llamas y, sin hacer un sólo gesto, la mantuvo allí hasta que se quemó por
completo.
Mientras su mano ardía le dijo al rey que imponía ese castigo a su mano
derecha porque había fallado en su empeño de matarlo. Porcena y sus
guardias, como hipnotizados por aquel acto heroico, no acertaron a detenerlo.
Cuando su mano se convirtió en carbón, le presentó el muñón a Porcena y le
dijo que otros 300 jóvenes romanos estaban resueltos a emprender la
empresa en la que él había fracasado. Impresionado Porcena ante tanto
heroísmo y atemorizado por la amenaza, levantó el sitio y ofreció paz.
Esto es el verdadero carácter de la fidelidad. Durante las guerras púnicas,
escenarios de tan grandes hazañas, brilló con resplandor, que todavía no se
extingue, la llama de un gran carácter de fidelidad.
Marco Atilio Régulo fue Cónsul de Roma por primera vez en el año 267 a. C.,
y de nuevo en 256. Durante la primera guerra púnica fue comandante de la
escuadra romana con la que obtuvo brillantes victorias sobre los cartagineses.
Después de la victoria en la batalla naval de Ecnomo, los cartagineses
pidieron la paz, pero las condiciones que Régulo les impuso fueron tales que
prefirieron continuar la guerra. Como los cartagineses habían recibido
refuerzos de los griegos, logístico y humano, en la batalla que se dio a
continuación derrotaron a los romanos y tomaron prisionero a Régulo.
Después de dos años de cautiverio, lo cartagineses, debilitados, pidieron la
paz a los romanos y enviaron a Régulo a Roma como negociador. Pero antes
de salir de Cartago le exigieron que jurara, bajo la palabra de honor, regresar
al cautiverio si no lograba obtener la paz por medio de sus gestiones. Es fácil
imaginar sus emociones cuando llegó a su amada ciudad. Podría haberse
quedado abogando por la paz.
Pero, ¿sabes lo que hizo?
Cuando el Senado se reunió para discutir la proposición de Cartago, él fue el
más ardoroso defensor de la continuación de la guerra, sabiendo que la
victoria de Roma era segura.
Cuando se decidió la continuación de la guerra, el Senado le pidió que se
quedara, alegando que un juramento arrancado a la fuerza no obliga a quien
lo profiere, pero Régulo le dirigió estas memorables palabras:
“¿Tan empeñados estáis de que me degrade? Bien sé que me esperan
torturas y muerte al volver.
Pero, ¡qué cosa baladí es todo esto, comparado con la vergüenza de una
acción infame, con las heridas de un alma culpable! Quiero conservar en su
pureza el carácter romano, aun siendo prisionero de los cartagineses. He
jurado volver. Cumpliré mi palabra. Lo demás, dejadlo en mano de los dioses”.
Fiel a su palabra, regresó a Cartago para constituirse nuevamente en
prisionero. Irritados, lo cartagineses lo sometieron a los más horribles
tormentos, en los cuales murió. Pero su nombre ha quedado como símbolo de
patriotismo y lealtad.
2. La fidelidad de algunos varones de Dios.
a) José en Egipto (Gén. 39:1-3). La vida de José se ha convertido en motivo
proverbial de inspiración juvenil a causa de su vida fiel al Señor. Fue fiel a su
familia, fiel a su amo, fiel al carcelero, fiel al Faraón, y todo, porque fue fiel a
Dios bajo cualquier circunstancia.
b) La fidelidad de Moisés y de Cristo (Hebreos 3:5-6). Moisés, a pesar de
haber vivido en medio de lo ficticio y lo aparente de la Corte egipcia, fue
cuando se encontró con Dios que empezó a cultivar la fidelidad. Cultivó el
campo de su alma día tras día y año tras año hasta arrancar de allí todo lo
inútil, todo lo aparente, todo lo ficticio.
c) La fidelidad de los tres jóvenes hebreos (Dan. 3:17-18). La fidelidad de
ellos para con su Dios los llevó a los anales memorables de las inspiradoras
historias que nunca se olvidan.
d) La fidelidad de Daniel (Dan. 6:4). El Dios que libró a Daniel de los leones
hambrientos todavía vive para rescatarnos de las perplejidades de la vida.
Dios quiere que seamos fieles como Daniel.
e) La fidelidad de Esther, una joven que obtuvo victorias y honra por tan sólo
serle fiel a Dios bajo circunstancias cohibitivas y desanimadoras.

3. La Fidelidad del pueblo remanente en los últimos tiempos.


En estos últimos tiempos, Dios busca con esmero a los siervos fieles. Él
pregunta: “¿Quién es el siervo fiel...? (Mateo 24: 45-46).
La iglesia del Señor necesita firmeza y fidelidad en estos últimos tiempos. Es
verdad que los tiempos cambian y las demandas son otras, pero no dejan de
ser desafiantes para los hijos de Dios. Necesitamos ser más fieles para
hacerle frente a nuestro destino.
La mente despierta, la gracia alegre, los modales finos, son manifestaciones
de un carácter noble y fiel. La fidelidad es un estilo de vida. Se nos dice que
debemos ser fieles de por vida.
La verdadera fidelidad se funda imprescindiblemente en los principios de bien
y de moral establecidos por el Creador mismo. Se requiere que seamos
mayordomos fieles. La fidelidad y la honradez no se compran con dinero. Dios
las da.
“La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni
se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de
sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le
corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la
brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia
aunque se desplomen los cielos”
(La Educación, pág. 54).
Querido hermano y amigo: Busca en el Sagrado Libro la norma de tu vida y
de tu fidelidad. Si lo haces, tus días serán más placenteros, más llenos de
optimismo y tu juventud será más real y permanente.
Dios pregunta: ¿Quién es el siervo fiel?
Responde tú y cultiva la fidelidad.
La Cualidad Suprema del
Líder Cristiano

Renunciar a su derecho de elección y entregárselo a Dios:


“Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero,
sino como tú” (Mateo 26:39).
“Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar
de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad” (versículo 42).
“Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta
copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú” (Marcos 14:36).
“Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la
tuya (Lucas 22:42).
¿Qué significa entregar a Dios el derecho de elegir?
Renunciar al libre albedrío y darle a Cristo la soberanía sobre toda la vida.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
a. Aunque implique callar (Hechos 16:1-6)
b. Aunque choque con el itinerario establecido (vv. 7-10)
c. Aunque se arriesgue la vida (Hechos 5:17-29)
d. Aunque se desacate la autoridad y el mandato humano (Hechos 5:29-
42)
e. Aunque se tenga que sacrificar lo más querido (Génesis 22:1, 2;
Hebreos 11:17)
f. Aunque signifique desventaja material (Hebreos 11: 24-27).

¿ABUSO O CONFIANZA?
¿EL ABUSO DE DIOS CON SUS SIERVOS?
a. Isaías 20:1-6: Desnudo. Todo para predicar un sermón.
b. Ezequiel 4:9-13: Estiércol. Todo para predicar un sermón.
c. Ezequiel 24:15-27: Muerte de su esposa. Todo para predicar un sermón.
d. Oseas 1:2: Casarse con una fornicaria. Todo para predicar un sermón.
¿CÓMO SE DEJARÁ USAR EL MINISTRO POR DIOS?
a. ¿O el anciano, el líder o el predicador contemporáneo?
b. ¿Hasta dónde confía Dios en usted?
c. ¿Cuánta disposición hay en cada uno para servir al Señor?
d. ¿Cuánto importa para usted predicar un sermón?
La Voluntad de Dios
(El líder espiritual busca la voluntad de Dios)

INTODUCCIÓN:
Un líder espiritual siempre buscará la voluntad de Dios y no la de los hombres;
siempre buscará agradar a Dios y no a los hombres. Para ello, es importante
conocer la voluntad de Dios para su vida, su ministerio y para su familia.
En esta ocasión, haciendo uso de la mayéutica y a manera de un estudio
bíblico, analizaremos lo que la Biblia dice sobre “la voluntad de Dios”.
DEFINICIÓN DE VOLUNTAD: Decreto o determinación de Dios;
consentimiento o aquiescencia.
1. ¿Cuál debe ser nuestro deleite?
“Dios mío, me deleito en hacer tu voluntad, y tu Ley está en medio de mi
corazón" (Salmos 40:8).
2. ¿Qué le debemos pedir a Dios que nos enseñe?
“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Tu buen Espíritu me
guíe en tierra de rectitud" (Sal. 143:10).
3. ¿Qué significan para Jesús todo aquel que haga la voluntad de Dios?
“Porque todo el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi
hermana y mi madre” (Marcos 3:35).
4. ¿Para llegar a conocer la verdadera doctrina de Dios qué necesitamos
hacer?
“El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o
si yo hablo por mi propia cuenta" (Juan 7:17).
5. ¿Para qué nos ha elegido Dios?
“Y él dijo: 'El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su
voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca” (Hechos 22:14).
6. ¿Cómo es la voluntad de Dios?
“Y no os conforméis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación
de vuestra mente, para que podáis comprobar cuál es la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
7. ¿Conforme a qué se dio a si mismo nuestro Señor Jesucristo?
“Gracia y paz a vosotros, de nuestro Padre Dios, y del Señor Jesucristo, que
se dio a si mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo
malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1:3-4).
8. ¿Cómo debemos hacer la voluntad de Dios?
“No para ser vistos, como los que agradan a los hombres, sino como siervos
de Cristo, que hacen con ánimo la voluntad de Dios” (Efesios 6:6).
9. ¿Cuál es la voluntad de Dios?
“Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación, que os apartéis de
la fornicación" (1 Tesalonicenses 4:3).
“Dad gracias por todo, porque ésta es la voluntad de Dios para vosotros en
Cristo Jesús” (1 Tes. 5:18).
“Porque ésta es la voluntad de Dios, que haciendo el bien, acalléis la
ignorancia de los hombres insensatos" (1 Pedro 2:15)."Porque es mejor que
padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo
el mal” (1 Pedro 3:17), “para que el resto de su vida terrenal, no viva según los
malos deseos de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios” (1 Pedro
4:2). (cf. Juan 6:38-40, La gran voluntad de Dios es que tengamos la vida
eterna por la gracia mediante la fe en Jesucristo, nuestro amado salvador).
Nuestras oraciones deben ser conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5:14).
10. ¿Cuál será la consecuencia final si hacemos la voluntad de Dios?
“Porque la perseverancia os es necesaria, para que, habiendo hecho la
voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (Hebreo 10:36). “Y el mundo y sus
deseos se pasan. En cambio, el que hace la voluntad de Dios, permanece
para siempre” (1 Juan 2:17). La vida eterna no la ganamos, la recibimos
gratuitamente por la voluntad de Dios, permaneciendo dentro del marco de su
voluntad tendremos garantía de recibir el galardón en la segunda venida de
Jesús.

REFLEXIÓN FINAL:
“Señor y Dios, digno eres de recibir gloria, honra y poder; porque tú
creaste todas las cosas, por tu voluntad existen y fueron creadas”
(Apocalipsis 4: 11).
Señor, “enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Tu buen
Espíritu me guíe en tierra de rectitud” (Salmo 143: 10).
El Zoológico Ministerial

Alguien dijo: “No existen cosas imposibles... Lo que existen son


hombres incapaces”.
Reflexión:
“No es una virtud, para hombres y mujeres disculpar un trabajo lento
o desmañado, de cualquier carácter, los hábitos de lentitud deben
ser vencidos. El hombre que es lento, y hace su trabajo en
desventaja, es un siervo inútil... La ociosidad y la ignorancia, no son
virtudes... ‘En lo que requiere diligencia, no perezosos, fervientes en
espíritu, sirviendo al Señor” (FE, 316).
DIOS DESEA QUE SUS MINISTROS Y LÍDERES TENGAN:
a. La fuerza del buey
b. El arrojo del león
c. La tenacidad de un toro
d. La visión de un águila
e. El cuello de una jirafa
f. La productividad del conejo
g. La astucia de una serpiente
h. La ternura de una paloma
i. La belleza de un pavo
j. La destreza del gato
k. La industriosidad de una hormiga
l. La perseverancia de una araña
m. La impermeabilidad de un pato
n. La piel de un rinoceronte
o. La sabiduría del búho
p. Y la humildad y la sencillez de una oveja.
El Hombre de Dios
(Un siervo espiritual)

1 Timoteo 6:11-12.
“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la
piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena
batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste
llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos
testigos”.

Introducción:
Es imprescindible notar que desde los tiempos del apóstol Pablo la gente vivía
un cristianismo fuera de lo genuino y lo correcto. Este ha sido un problema de
todos los tiempos y no es de asustarnos por ello. Sin embargo, en la Palabra
de Dios encontramos el consejo aún válido para nosotros en nuestro tiempo.
I. “Oh hombre de Dios”
La expresión "varón de Dios" se aplica en el AT a un profeta enviado por Dios
Juec. 13:6; 1 Sam. 2:27; 1 Rey. 12:22; 2 Rey. 1:9- 10; Jer. 35:4), y Pablo aquí
exhorta a su colaborador más joven a consagrarse de esa manera a su
deber.
1) El hombre de Dios se distingue entre el hombre del diablo.
2) El hombre de Dios sirve a Dios.
3) El hombre de Dios pertenece a Dios.
4) El hombre de Dios ama a su Señor más que a cualquiera.
5) El hombre de Dios huye de las cosas que lo aparten de su Dios.
6) El hombre de Dios sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y
la mansedumbre.
7) El hombre de Dios pelea la batalla de la fe y no se deja vencer por el
maligno. No pelea otra batalla que no sea ésta.
8) El hombre de Dios echa mano de la vida eterna, lo que significa que no
está dispuesto a perderla porque está seguro de la promesa que Jesús le ha
dado.
9) El hombre de Dios está seguro que fue Dios quien lo ha llamado a la vida
eterna.
10) El hombre de Dios hizo la buena profesión delante de muchos testigos, lo
que significa que no se avergüenza del evangelio “porque es poder de Dios...”

II. “Pelea...”
Gr. agonízomai (ver com. Luc. 13:24). Pablo frecuentemente compara la vida
cristiana con los concursos de atletismo familiares a los habitantes del Asia
Menor. La victoria era el resultado de una perseverancia resuelta y de un
rígido dominio propio. Una vez que empezaba la carrera no había tiempo
para asuntos colaterales ni intereses divididos. Un corredor tampoco se
detiene en la mitad de su carrera para jactarse de lo bien que está corriendo
(ver com. 1 Cor. 9:25).
1) “Pelea”, es una orden y no una opción.
III. “La fe”: Es decir, la revelación cristiana del Evangelio (ver com. vers. 10).
Ante todas las religiones rivales del mundo, el cristiano defiende el Evangelio
en dos formas: mediante una vida cristiana consecuente y con una
presentación lógica y sólida de la verdad cristiana (ver com. cap. 4:16).
1. No es por cualquier cosa que debe pelearse, es por la fe.
2. La pelea de esta naturaleza no es mala, porque la batalla es “buena
batalla de la fe”.
3. Lo que significa que esta pelea es para defender la verdad y ayudar a las
personas.
4. No se atacan a las personas, sino las ideas falsas e impías. El luchador
cristiano debe seguir el amor y las demás virtudes que señala el apóstol en el
versículo 11.

IV. “Echa mano”.


Es decir, continúa peleando para poder aferrarse de la recompensa de "la vida
eterna" (ver com. 1 Cor. 9:24; 2 Tim. 4:8).
“Venid a Jesús con fe. Pedid y recibiréis. Se promete el perdón de los
pecados al que se arrepiente, la justificación al que cree, y la corona
de la vida al que es fiel hasta la muerte” (Carta 33, 1895).
1. El que echa mano a la vida eterna no está dispuesto a perderla.
2. El que echa mano a la vida eterna, está seguro de ella.
3. El que echa mano a la vida eterna sigue la voluntad de Dios.
4. El que echa mano a la vida eterna entrega su corazón a Jesús.
5. El que echa mano a la vida eterna cree sinceramente en la promesa y por
lo tanto invita a otros a entrar al camino que conduce a la vida.
Cinco requisitos para dar
frutos
INTRODUCCIÓN:
En un liderazgo espiritual siempre hay frutos como resultado del trabajo y de
la consagración a Dios.
La principal razón por la que Dios nos ha llamado a servirle es para que
seamos sus discípulos fructíferos.
Una vida fructuosa glorifica a Dios y contribuye con el crecimiento de la
iglesia.
Si fuese lo contrario, una persona infructuosa sólo ocupa un lugar, roba la
sabia alimenticia y atrasa la obra de Dios.
Necesitamos dar buenos frutos para el Reino de Dios.

El profeta Isaías describe la siguiente parábola:


“Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi
amado una viña en una ladera fértil.
“La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había
edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y
esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
“Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí
y mi viña.
“¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo,
esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?
“Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y
será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada”.
(Isaías 5:1-5; Mateo 7:16-20).
Jesús dijo:
“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos” (Juan 15: 8).
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he
puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que
todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé” (v. 16).

LOS CINCO REQUISITOS PARA DAR FRUTO:


Primero: Necesidad del agua de la vida
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su
tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmo 1:3). (cf. Job
14:7-9).
Segundo: Que el terreno esté preparado
“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y
cuál a treinta por uno” (Mateo 13:8).
Tercero: Morir al yo
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Juan 12:24).
Cuarto: Ser podado
“Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva
fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto” (Juan 15:2).
Quinto: Permanecer unidos a Cristo
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan
15:5).

PARA REFLEXIONAR:
“Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo
3:8).
Claves de la humildad
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de
mí, que
soy manso y humilde de
corazón; y
hallaréis descanso para vuestras
almas” (Mateo 11:29).

Introducción
Indiscutiblemente, quien es un líder espiritual, es un hombre humilde. Porque
la verdadera humildad fluye de una perspectiva correcta de Dios.
Un hombre de Dios es un hombre humilde, con una visión adecuada de Dios,
comisionado por la voluntad de Dios y consumido por su gloria.
El líder espiritual y humilde:
1. Un hombre humilde estará confiado en el poder de Dios.
“Por lo demás, hermanos mío, fortaleceos en el Señor y en el poder de su
fuerza” (Efesios 6:10).
2. Un hombre humilde estará comprometido con la verdad de Dios.
“Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por
engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase
el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios,
que prueba nuestros corazones” (1 Tesalonicenses 2:3, 4).
“Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios,
sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos
de Cristo” (2 Corintios 2:17).
3. Un hombre humilde es comisionado por la voluntad de Dios.
Pablo fue “aprobado por Dios para confiarle el evangelio” (1 Tes. 2:4).
“Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, a los santos y fieles en
Cristo Jesús que están en Éfeso” (Efesios 1:1).
4. Un hombre humilde es conducido por el conocimiento de Dios.
El recuerdo de la omnisciencia de Dios evitó que Pablo buscara agradar a
los hombres. “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O
trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no
sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:10).
“Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu,
para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os
sean multiplicadas” (1 Pedro1:2).
5. Un hombre humilde es consumido por la gloria de Dios.
“Ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque
podíamos seros carga como apóstoles de Cristo” (1 Tesalonicenses 2:6).
“Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor,
y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que
mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, el que resplandeció en
nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en
la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la
excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (2 Corintios 4:5-7).

PARA REFLEXIONAR:
¿Qué distingue a un hombre
efectivo en el ministerio?
- Tenacidad, confía totalmente en el poder de Dios.
- Integridad, su vida es consistente con su doctrina.
- Autoridad, recibe su comisión de Dios, no de sí mismo.
- Responsabilidad, es consciente de manera constante de la omnisciencia de
Dios.
- Humildad, es consumido no con sigo mismo, sino con la gloria de Dios.
Solo un hombre así es lo suficientemente humilde para pastorear el rebaño de
Dios.
Un hombre humilde según Walter Cradock:
1. Cuando ve a otro pecador, se considera a sí mismo peor que él.
2. El corazón humilde se considera a sí mismo todavía peor.
3. Es Dios quien hace las cosas posibles y los méritos que hay en él.
4. Considera que el más vil de los pecadores puede llegar a ser, en el buen
tiempo de Dios, mucho mejor que él ª.
El verdadero hombre de Dios busca la aprobación del Señor antes que la
adulación de la multitud.
_____________________
ª Citado por I. D. E. Thomas, A Puritan Golden Treasury (Edinburgh: Banner of Truth,
1977), 148, 149.
Ocupaos en los asuntos del
Padre Celestial
“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre
me es necesario estar?” (Lucas 2: 49).

INTRODUCCIÓN
Desde muy niño, Jesús de Nazaret comprendió la necesidad de depender de
su Padre celestial y de involucrarse comprometidamente en sus negocios: a
saber, en las cosas del reino de Dios.

¿A dónde se encuentran los siervos de Dios?


Esta es una muy interesante pregunta. Para responderla, cada uno sabrá
mejor cómo hacerla, y se espera que sea con honestidad.
La declaración del niño de Nazaret es muy profunda, llena de significado.
“Me es necesario estar”: Para todo ministro comprometido con Dios, estar
en el campo de trabajo, en los “asuntos del Padre celestial” se convierte en
una necesidad.
El mundo necesita de hombres y mujeres que trabajen con entrega y
dedicación en la obra del Señor. La iglesia necesita de líderes que
permanezcan al frente del campo de batalla, no a los que acostumbran
atrincherarse detrás de un púlpito.
Igualmente, como Jesús se ocupaba en los asuntos de su Padre, debemos
hacerlo nosotros los ministros y líderes del Señor. Un escritor anónimo captó
vívidamente la esencia de la mayordomía pastoral para con el Señor y su
exhortación a hacer la obra a la manera de Dios conforme a su Palabra:
La Mayordomía Pastoral: “Comprométete con tu trabajo. No temas porque
el león ruge; no te detengas a apedrear los perros del diablo; no malgastes tu
tiempo persiguiendo los conejos del Satanás; deja que los engañadores
mientan, deja que los sectarios riñan, deja que los críticos maldigan, deja que
los enemigos acusen, deja que el diablo haga lo peor; pero cuida que nada te
haga cumplir con gozo la obra que Dios te ha dado.
“Él no te mandó para ser admirado o estimado. Nunca te ha mandado para
defender tu carácter. Él no te puso en la obra para contradecir la falsedad
(acerca de ti) que los siervos de Satanás o de Dios puedan empezar a
difundir, o para averiguar el origen de todo rumor que amenaza tu reputación.
Si haces estas cosas, no harás nada más; estarás trabajando para ti mismo, y
no para el Señor”.
Mantente en tu trabajo: Deja que tu meta esté tan firme como una estrella.
Puede que seas asaltado, contradicho, mal entendido, o que se atribuyan
motivos impuros; Quizá seas insultado, abusado por tus enemigos,
abandonado por los amigos, matado, herido y rechazado por los hombres.
Pero cuida con firme determinación que tu celo no falte, que sigas el gran
propósito de tu vida y el objeto de tu existencia hasta que finalmente puedas
decir: “He terminado la tarea que tú me encargaste hacer”.
Por último: Déjate guiar por la providencia divina de Dios. Si haces esto,
tendrás un liderazgo espiritual feliz de acuerdo al corazón de Dios.
Deberes bíblicos
“No te maravilles de que te dije:
Os es necesario nacer de nuevo”
(Juan 3:7).

INTRODUCCIÓN
En primer lugar, como cristianos e hijos de Dios tenemos deberes y privilegios
señalados por la Palabra de Dios. Y como líderes espirituales, por precepto y
por ejemplo debemos conocerlos y cumplirlos, y a la vez, animar a la grey del
Señor a cumplir esos deberes bíblicos.
En la Palabra de Dios encontramos muchos “debemos”. Sin embargo, en esta
oportunidad les mostraré sólo ocho.
Primero: Debemos orar siempre.
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y
no desmayar” (Lucas 18:1).
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”
(Salmo 91:1).
“Presenta a Dios tus necesidades, gozo, tristezas, preocupaciones y temores.
No puedes incomodarlo ni agobiarlo. El que tiene contados los cabellos de tu
cabeza, no es indiferente a las necesidades de sus hijos” (El Camino a Cristo,
página 148).
Segundo: Debemos leer las Escrituras
“La Palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y
exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros
corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Colosenses
3:16).
“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para
que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro 2:2).
Tercero: Debemos asistir a todos los cultos de la iglesia.
“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos
10:25).
“Aunque Dios no mora en templos hechos por manos humanas, honra con su
presencia las reuniones de sus hijos. Prometió que cuando se reunieran para
buscarlo, para confesar sus pecados, y orar unos por otros, él los
acompañaría a través de su Espíritu” (Patriarcas y profetas, página 35).
“Con frecuencia, la presencia de Cristo y de los ángeles ministradores se
manifiesta en las reuniones de su pueblo; y, sin embargo, muchos no se dan
cuenta. No perciben nada especial, pero la presencia del Salvador es
reconocida por algunos. La paz y el gozo animan su corazón. Son
consolados, animados y bendecidos” (El Deseado de todas las gentes, página
109).
Cuarto: Debemos dar testimonio
“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se
cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos
10:9-10).
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio
de todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y
me seréis testigo en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta en lo
último de la tierra” (Hechos 1:8).
Quinto: Debemos devolver los diezmos y traer nuestras ofrendas al
Señor.
“Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las
guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los
ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a
Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado?
En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros,
la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya
alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os
destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová
de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis
deseables, dice Jehová de los ejércitos” (Malaquías 3:7-12).
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad,
porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).
Sexto: Debemos ser sinceros
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario
que adoren” (Juan 4:24).
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo
5:8).
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores
busca que le adoren” (Juan 4:23).
Séptimo: debemos comparecer ante el tribunal de Cristo
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en
el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10).
El juicio de un Dios omnisapiente, amoroso y justo está destinado finalmente a
poner a los hombres y todas las cosas en su debido lugar. Nos conviene
conocer y prepararnos para afrontarlo.
“Y dije yo en mi corazón: al justo y al impío juzgará ´Dios” (Eclesiastés 3:17).
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el Evangelio eterno
para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y
pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su
juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las
fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6-7).
En un tema posterior analizaremos lo que la Biblia enseña sobre del juicio de
Dios (Lo abordaremos en el segundo volumen). Ahora pasemos al octavo y
último deber de los hijos del Señor.
Octavo: Amar a Dios y guardar sus mandamientos
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de
Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).
“Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
“El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que
me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”
(Juan 14:21).
CONCLUSIÓN
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios y guarda sus
mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda
obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”
(Eclesiastés 12:13, 14).
“Delante de nosotros están los mayores incentivos para ser fieles, los
más altos motivos, las más gloriosas recompensas. Los cristianos han
de ser los representantes de Cristo, hijos e hijas de Dios. Son sus joyas,
sus tesoros peculiares. En cuanto a todos los que se mantengan firmes,
declara: Andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos.
Los que lleguen a los portales de la bienaventuranza eterna no
considerarán demasiado grande ningún sacrificio que hayan hecho”
(Testimonios Selectos, tomo 4, páginas 94, 95).
Llamado:
¿Quieres cumplir con tus deberes como hijo de Dios, y como un líder
espiritual? ¿Deseas pasar al altar para que oremos juntos a nuestro Padre
celestial?
Lo que Dios nunca hará
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra” (Mateo
6:10).

Debemos tener la seguridad de que Dios siempre hará lo mejor por


nosotros. Y también hemos de tener la plena seguridad de que Él
nunca hará nada que no sea para bendecirnos.
A continuación veamos lo que Dios nunca hará:
1. La voluntad de Dios nunca te llevará donde su gracia no te
guarde.
2. La voluntad de Dios nunca te llevará donde sus brazos no
puedan sostenerte.
3. La voluntad de Dios nunca te llevará donde sus riquezas no
puedan suplir tus necesidades.
4. La voluntad de Dios nunca te llevará donde su poder no te pueda
dotar.
5. La voluntad de Dios nunca te llevará donde su Espíritu no pueda
trabajar a través de ti.
6. La voluntad de Dios nunca te llevará donde su sabiduría no te
pueda enseñar.
7. La voluntad de Dios nunca te llevará donde su ejército de
ángeles no pueda defenderte.
8. La voluntad de Dios nunca te llevará donde sus manos
poderosas no puedan moldearte.
9. La voluntad de Dios nunca te llevará donde su inmenso amor no
pueda envolverte.
10.La voluntad de Dios nunca te llevará donde su gracia no te
sostenga.
11.La voluntad de Dios nunca te llevará donde su paz no pueda
calmar tus miedos.
12.La voluntad de Dios nunca te llevará donde su autoridad no
decida a tu favor.
13.La voluntad de Dios nunca te llevará donde su consuelo no
seque tus lágrimas.
14.La voluntad de Dios nunca te llevará donde su Palabra no te
alimente.
15.La voluntad de Dios nunca te llevará donde sus milagros no
puedan ser realizados en ti.
16.La voluntad de Dios nunca te llevará donde su Omnipresencia no
te pueda encontrar.

Reflexión:
“Pídanle a Dios que haga todo lo que ustedes no pueden hacer por
sí mismos. Cuéntenle todo a Jesús. Expongan abiertamente a él los
secretos de sus corazones; porque sus ojos penetran hasta los
lugares más íntimos del alma, y lee los pensamientos de ustedes
como si fueran un libro abierto. Cuando pidan todo lo necesario para
el bien de sus almas, crean que lo recibirán, y que vendrá. Acepten
sus dones de todo corazón; porque Jesús murió para que puedan
poseer los tesoros del cielo, y por último vivir con los ángeles
celestiales en el reino de Dios”
(Meditaciones Matinales, 1953, página 16).
SERMONES DE EVANGELISMO
Un Llamado Divino

INTRODUCCIÓN
La Biblia registra de cómo Dios llamó a muchos hombres y mujeres
para que le sirvieran en su obra. Y no porque fueran las mejores
personas del mundo, sino porque en su gracia y misericordia así lo
eligió Él.
Su obra es grande y sagrada; nosotros somos pequeños y
pecadores. Pero, por la gracia de Dios, se nos ha llamado también a
nosotros para que cumplamos su propósito a favor de la humanidad
por la cual Cristo vino a morir en la cruz del Calvario.
Ante el llamado de Dios, siempre debemos aceptar su voluntad y
permitir que Dios gobierne nuestra vida y nos transforme cada día
según su imagen divina con el fin de que cumplamos la misión
evangelística que nos ha encomendado.
I. Dios nos escogió a nosotros
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a
vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y
vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre
en mi nombre, él os lo dé” (Juan 15: 16).

II. Llamados según su propósito


“Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las
cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados” (Romanos 8: 28).

III. Ante el llamado, debemos permanecer humildes


“Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que
no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte de
su presencia” (1 Corintios 1: 28-29).
IV. Es un llamado santo para vivir en santidad
“Él nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a
nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que
nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los
siglos” (2 Timoteo 1: 9).

V. Llamados a heredar bendición


“No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por
el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a
heredar bendición” (1 Pedro 3: 9).
Para reflexionar:
Elena G. de White, escribió: “¿No nos llaman las Escrituras a
realizar una obra más pura y santa que la que hemos visto hasta
ahora?... Dios llama a los que están dispuestos a ser dirigidos por
su Espíritu Santo a encabezar una obra de completa reforma. Veo
una crisis delante de nosotros, y el Señor llama a sus obreros a
entrar en la liza. Cada alma debe ahora asumir una posición de más
profunda y verdadera consagración a Dios que en los años
pasados… He sido profundamente impresionada por escenas que
recientemente han pasado delante de mí durante la noche. Parecía
haber un gran movimiento—una obra de reavivamiento—que se
desarrollaba en muchos lugares. Nuestros hermanos acudían
respondiendo al llamado de Dios. —Boletín de la Asociación
General, 19 de mayo de 1913, 34.

CONCLUSIÓN
El Señor sigue llamando a hombres y a mujeres para que formen
parte de sus santos escuadrones misioneros.

Llamado:
¿Cuál será tu respuesta ante tan enorme invitación divina?
¿Quieres responderle un “heme aquí, envíame a mí, Señor”?
Los cuatro “todos”

INTRODUCCIÓN
Por lo que sabemos, Jesús ha dejado su carta magna del
evangelismo a su iglesia. Ésta la encontramos en Mateo 28: 18 al
20, y al leer cuidadosamente esos tres versículos, encontraremos
una palabra que se repite cuatro veces, como queriendo dar énfasis
a lo cuán abarcante es para Dios esta orden divina.
Leamos lo que dice: “Jesús se acercó y les habló diciendo: TODA
potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced
discípulos a TODAS las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden
TODAS las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros
TODOS los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28: 18-20).
1. “Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra”
a) Ese poder y autoridad le ha sido dada por el Padre celestial.
b) Su potestad es absoluta.
c) No hay nadie más poderoso que Jesús en el Universo.

2. “Id y haced discípulos a todas las naciones”


a. El mandato explícitamente es el de ir a hacer discípulos a
todas las naciones. No sólo a unos cuántos.
b. Nuestro blanco es: TODAS las naciones, todas las etnias.
Nadie debe quedarse sin discipular en el Evangelio de
Jesucristo.
c. La orden de ir y discipular es para todos los creyentes.
d. Todas las naciones deben recibir el Evangelio de la
salvación.
e. Antes del cierre del tiempo de la gracia, todo el mundo
habrá recibido la predicación del evangelio.
f. La iglesia tiene el mandato de predicar el “evangelio eterno”
a todo el mundo.
g. Por tanto, no debemos limitarnos a ciertas regiones
únicamente.
h. No debemos conformarnos a sólo donde hay presencia
adventista.
i. Hay que seguir, avanzar y conquistar nuevos territorios y
debemos llenar al mundo con el evangelio de salvación.
j. La tarea es grande, nosotros pequeños. Pero con TODA la
autoridad de Cristo, sí podremos alcanzar a todas las
naciones.
k. Jesús espera que no nos quedemos donde estamos.
¡Avancen! Es la orden de Dios.

3. “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he


mandado”
a. Fíjate que el texto no dice que debemos enseñarles sobre las
cosas que deben obedecer.
b. Más bien dice que debemos enseñarles a obedecer.
c. Todas las cosas que él nos ha mandado.
d. Esto incluye hasta evangelizar y hacer discípulos.
e. La mejor manera de discipular es haciendo un evangelismo
práctico.
f. Esto incluye los mandamientos de Dios. También incluye La
Gran Comisión.

4. “Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del


mundo”
a. La presencia de Jesús en nuestra vida es indispensable TODOS
los días hasta el fin del mundo.
b. Su presencia inspira confianza en medio de un mundo hostil. En
su presencia hay plenitud de gozo. Su presencia da fuerzas al
cansado y valor a los que tienen miedo.
c. Con su presencia está garantizado el éxito. Su presencia es
condicional.
d. Él quiere estar con sus hijos hasta el final.
e. Jesús quiere estar hoy a tu lado y no abandonarte jamás.
Conclusión:
El Todopoderoso nos ha enviado a todas las naciones a discipular.
Él requiere que le enseñemos a obedecer todas las cosas, y,
ciertamente estará con nosotros todos los días hasta el fin del
mundo.
Hacer discípulos; no
miembros

INTRODUCCIÓN
Todos los cristianos sabemos que tenemos una Gran Comisión de
parte de Cristo para su iglesia ante un mundo que perece en sus
pecados y delitos.
Nuestro Dios está interesado en salvar a la humanidad a través de
la gracia de nuestro Señor Jesucristo y es por eso que nos ha
ordenado anunciar las virtudes del Evangelio para remisión de sus
pecados. Pero el método que él quiere que usemos es a través del
discipulado.
La Gran Comisión:
“Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda autoridad me es dada
en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os
he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén” (Mateo 28: 18-20).

¿En qué consiste la gran comisión? Respondemos: en hacer


discípulos.
El gran problema es…
En vez de ir a hacer discípulos, nos hemos preocupados en hacer
simplemente miembros.
Todo discípulo del Señor necesariamente debe ser miembro de la
iglesia; pero no todo miembro significa que sea un discípulo del
Señor.
Entonces, veamos la diferencia ente un discípulo y un miembro:
A) Un discípulo: permanece en la Palabra de Dios (Juan 8: 31).
Un miembro: se olvida de la Palabra de Dios; ni siquiera la
estudia.

B) Un discípulo: ama a sus hermanos desinteresadamente (Juan


13: 35).
Un miembro: se arma contra sus hermanos.

C) Un discípulo: da la gloria a Dios y da mucho fruto (Juan 15:


8).
Un miembro: busca su propia gloria y no da ningún fruto.

D) Un discípulo: sigue a Cristo abnegadamente (Lucas 14: 26).


Un miembro: sigue a Cristo por conveniencia, pero Jesús no
es su prioridad.

E) Un discípulo: carga su cruz y sigue a Cristo cada día (Lucas


14: 27).
Un miembro: no le gusta ningún cargo en la iglesia y tampoco
sigue ni sirve a Cristo.

F) Un discípulo: es capaz de renunciar a todo por causa de


Cristo (Lucas 14: 33).
Un miembro: prefiere renunciar a su fe y a su Salvador antes
que abandonar las cosas de esta vida, como trabajo, dinero,
etc.

Conclusión:
Dios pide discípulos, no miembros. Aunque todo discípulo debe ser
antes un miembro de la iglesia del Señor, pero no todo miembro de
iglesia es un discípulo de Cristo.
¿Quieres convertirte en un verdadero discípulo de Jesús?
Rinde tu corazón a Jesús, y siéntate a sus pies para aprender de Él
que es manso y humilde de corazón.
Deseo orar por ti en esta oportunidad. ¿Puedes arrodillarte ante el
Señor junto conmigo?
Oremos…
Las cinco objeciones de un misionero
comisionado por Dios

INTRODUCCIÓN
“Apacentando Moisés las ovejas de su suegro Jetro, sacerdote de
Madián, llevó las ovejas a través del desierto y llegó hasta Horeb,
monte de Dios. Allí se le apareció el Ángel de Jehová en una llama
de fuego, en medio de una zarza. Al fijarse, vio que la zarza ardía en
fuego, pero la zarza no se consumía. Entonces Moisés se dijo: Iré
ahora para contemplar esta gran visión, por qué causa la zarza no
se quema. Cuando Jehová vio que él iba a mirar, lo llamó de en
medio de la zarza:
-¡Moisés, Moisés!
-Aquí estoy –respondió él.
Dios le dijo:
-No te acerques; quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que
tú estás, tierra santa es.
Y añadió:
-Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y
el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo
miedo de mirar a Dios.
Dijo luego Jehová:
-Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído
su clamor a causa de sus opresores, pues he conocido sus
angustias. Por eso he descendido para librarlos de mano de los
egipcios y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a
una tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del
heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor,
pues, de los hijos de Israel ha llegado ante mí, y también he visto la
opresión con que los egipcios los oprimen. VEN, por tanto, AHORA,
y te ENVIARÉ al Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a
los hijos de Israel” (Éxodo 3: 1.10).
Objeciones de Moisés
Objeción #1: “¿Quién soy yo…?” (v. 11).
Respuesta de Dios: “YO estaré contigo…” (v. 12).
Objeción # 2: ¿… qué les diré? (v. 13).
Respuesta de Dios: “Así les dirás: YO SOY me ha enviado” (v. 14,
15).
Objeción # 3: “Ellos no me creerán, ni oirán mi voz” (4: 1).
Respuesta de Dios: “¿Qué tienes en tu mano? … Por esto te
creerán…” (vv. 2-9).
Objeción # 4: “¡Ay, Señor! Nunca he sido hombre de fácil palabra…
soy tardo en el habla y torpe de lengua” (v. 10).
Respuesta de Dios: “Ahora, pues, ve, que yo estaré en tu boca y te
enseñaré lo que has de hablar” (vv. 11-12).
Objeción # 5: “¡Ay, Señor!, envía, te ruego, a cualquier otra
persona” (v. 13).
Respuesta de Dios: “Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y
dijo: … Envió a su hermano Aarón para que lo ayudara. (vv. 14-16).
La orden final de Dios:
“Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales” (v.
17).
CONCLUSIÓN:

Dios te ha llamado a servirle y que cumplas una misión divina ante las
personas en toda la tierra, a saber, la de la proclamación del Evangelio de
salvación.

¿Tomarás tu Biblia (vara) con la cual harás señales?

¡Ven! Te invito a orar.


La primera evangelista:
María Magdalena

¿SABÍAS QUE LA PRIMERA EN ANUNCIAR LAS BUENAS


NUEVAS DE LA RESURRECCIÓN FUE UNA MUJER? MARÍA
MAGDALENA
Lee Juan 20: 1-18

María Magdalena fue la primera testigo de la resurrección:


María, había recibido la misión directa de Jesús: “Ve a donde están
mis hermanos, y diles de mi parte…” (v. 17).
“Entonces María Magdalena fue a dar las nuevas a los discípulos…”
(v. 18).
Así mismo, también nosotros hemos recibido una gran comisión: la
de ir y hacer discípulos a todas las naciones. La de Ir y predicar el
Evangelio de Jesucristo.

AHORA VEAMOS LA GRAN COMISIÓN SEGÚN MARCOS:


En Marcos 16:9-18
Jesús se aparece a María Magdalena (vv. 9-11)
a) Era la misma María de quien había echado siete demonios
(v. 9)
b) Ella dio testimonio de la resurrección a sus condiscípulos
(v. 10)
La actitud de los discípulos:
c) Mientras tanto, los discípulos estaban tristes y llorando
(v. 10)
d) Ellos estaban con una actitud incrédula (v. 11) (cf., vv. 12-
13)
e) También estaban sentados a la mesa (v. 14)
¿Qué hizo Jesús?:
a) Les reprochó su incredulidad y obstinación (v. 14)
b) Les dio una comisión (v. 15)
c) Les dio indicaciones específicas (v. 16).
d) Les promedió poder para terminar la obra (vv. 17-18)
QUIERO HACERLES UN LLAMADO ESPECIAL EN ESTA HORA:
¿Deseas convertirte en un testificador de que Jesús vive? ¿O
prefieres quedarte sentado junto a la mesa, con incredulidad y
obstinación, tristeza y llorando la muerte de Jesús?
Anúncialo: ¡CRISTO VIVE! ¡CRISTO VIENE!
¡PREPÁRATE PARA EL ENCUENTRO CON TU DIOS!
SERMONES PARA DÍAS
ESPECIALES
Trae al corazón sabiduría
(Para cumpleaños)

La vida del ser humano solemos contarla en años, pero en


realidad deberíamos contarla en días y así poder vivir “un día a
la vez”.

Salmo 90: La eternidad de Dios y


la transitoriedad del
hombre
Se estima que una generación es cada cuarenta años. Y el escritor
del Salmo 90 es alguien que vivió tres generaciones, es decir, llegó
hasta al menos 120 años de edad. Y saben que me refiero a
Moisés, siervo de Dios.
El salmo 90 es el primero de los 17 salmos que componen el cuarto
libro del Salterio. 14 de estos salmos son anónimos y dos del rey
David, pero sólo el salmo 90 fue escrito por Moisés.
Salmo 90: 1-17 Sea la luz de Jehová sobre nosotros
Esta es una oración para que el Dios santo y eterno conceda a sus
siervos sabiduría, amor, gozo y prosperidad.
El himno contrasta la eternidad de Dios con la mortalidad humana.
Cabe destacar los términos que designan el tiempo, dejando claro
cuán efímero somos.
Salmo 90: encabezado: Oración de Moisés,
varón de Dios
Esta era una designación usual de los profetas de Jehová en el
Antiguo Testamento:
Deuteronomio 33:1
“Esta es la bendición, con la cual Moisés, varón de Dios, bendijo a
los hijos de Israel, antes de morir”.
Josué 14: 6
“Los hijos de Judá fueron a donde estaba Josué en Gilgal, y Caleb
hijo de Jefone, el cenezeo, le dijo: “Tú sabes lo que Jehová dijo a
Moisés, el varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a nosotros dos”.
1 Samuel 2: 27
“Vino un varón de Dios ante Elí, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿No
me manifesté yo claramente a la casa de tu padre cuando estaban
en Egipto en casa del faraón?”
1 Samuel 9: 6, 10
“Él le respondió: En esta ciudad hay un varón de Dios; es un hombre
muy respetado. Todo lo que él dice acontece sin falta…”
“Dijo entonces Saúl a su criado: Dices bien; anda, vamos. Y se
fueron a la ciudad donde estaba el varón de Dios”.
Y podríamos mostrar más ejemplos, como 1 Reyes 13: 1, 6-8; 17:
18, 24; 2 Reyes 4: 7.
Salmos 90: 3-6
Los humanos viven ante el Dios eterno bajo una sentencia de
muerte.
Aún si alcanzan 70 u 80 años de edad, su vida está llena de penas,
dolores y aflicciones (versículo 10).
Salmos 90: 12 Trae al corazón sabiduría
En vista de nuestra fragilidad necesitamos acudir al Señor para
adquirir sabiduría a fin de saber cómo usar nuestro tiempo en forma
adecuada.
Este versículo, por eso, dice:
“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que
traigamos al corazón sabiduría” (v. 12).
a) A vida se debe contar, no en años, sino en días.
b) Siendo que nuestra vida es demasiado corta y frágil, nos
conviene acudir a Dios en búsqueda de sabiduría.
c) Vivamos con sabiduría, y nuestra efímera vida será de mayor
bendición para nosotros mismos, para nuestros semejantes y
para nuestras futuras generaciones.
Salmo 90: 17 la luz de Jehová
En hebreo: no’am. En el Salmo 27: 4 el mismo término se traduce
por “hermosura”. Se refiere al carácter perfecto, agradable, sin igual
de Dios, así como a su obra extraordinaria y sus hechos
maravillosos.
Terminemos citando este último versículo, como oración final a
nuestro Dios:
“Sea la luz de Jehová, nuestro Dios, sobre nosotros. La obra de
nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, la obra de nuestras
manos confirma”.
APELACIÓN FINAL:
Siendo que nuestra vida es corta, ¿cuántos le dan gracias a Dios
por otorgarnos sabiduría y luz?
Les animo a que vivamos nuestros día con gratitud al Creador y
buscando constantemente la sabiduría que viene de lo alto.
Para los cumpleañeros, ¡felicidades! Pero nunca olviden en contar
sus días de vida, no en años, sino en días, de modo tal que
“traigamos al corazón sabiduría”.
¡Feliz cumpleaños y qué Dios los bendiga!
Consejos a un hijo noble
(Para jóvenes y gobernantes)

Nuestra madre es insustituible. Su amor es lo más cerca del


amor de Dios. Su sabiduría y consejos no debemos abandonar
y sus enseñanzas debemos seguir siempre bajo el temor del
Señor.

Proverbio 31:1-31
El rey Lemuel transmite los consejos de su madre

“Profecía con que lo instruyó su madre” (31: 1)


Una madre amante siempre instruirá a sus hijos con sabiduría de
Dios, y no con sabiduría propia.
La instrucción de una madre es mejor que cualquier consejo ajeno, y
peor aún, que el consejo de una mujer extraña que solo busca
destruirte.
Consejos para la realeza sobre la integridad, la temperancia y la
justicia (31: 2-9)
(v. 2): “Hijo mío”. Repetidas expresiones cariñosas de una madre
amante.
(v. 3): “No des tu fuerza a las mujeres…”
En este consejo habla de la virilidad, vitalidad y energía. La
pluralidad de mujeres (nótese el plural) socaba las posesiones, el
vigor y la capacidad de gobierno.
Un hijo de Dios debe ser casto. Y en su matrimonio, fiel a su
esposa. Ser mujeriego, socava las fuerzas y extrae la vida
disminuyéndola a la ruina misma.
(vv. 4, 5): “No es digno… beber vino… ni darse a la sidra; pues
quizá bebiendo olviden la Ley y perviertan el derecho de todos los
afligidos”.
El alcohol y la ebriedad ponen la justicia en riesgo.
(vv. 6, 7): Es que el alcohol es la solución temporal a la infelicidad.
Así que no es de sabio ir tras el alcohol. La fuente de la verdadera
felicidad es venir a los pies de nuestro Señor Jesucristo.
(vv. 8, 9): “Abre tu boca en favor del mudo en el juicio de todos los
desvalidos. Abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del
pobre y del menesteroso”.
El consejo de esta madre es: Así como Dios, ocúpate de los
vulnerables.
¿Cómo se nos aconseja a nosotros que hagamos también?
“No robes al pobre, porque es pobre, ni oprimas al desdichado en
las puertas de la ciudad, porque Jehová juzgará la causa de ellos y
despojará de la vida a quienes lo despojen” (Proverbios 22: 22-23).
“No remuevas el lindero antiguo ni entres en la heredad de los
huérfanos, porque su defensor es el Fuerte: él abogará por la causa
de ellos contra ti” (Proverbios 23: 10-11).
Como podemos ver, estos son consejos divinos, de una madre en la
sabiduría de Dios. Este tipo de consejos los puede dar solo una
mujer virtuosa que teme a Jehová.
Querido amigo o amiga: “Aplica tu corazón a la enseñanza y tus
oídos a las razones sabias” (Proverbio 23: 12).
No desprecies el consejo ni la sabiduría de una madre amante. Y
aunque en ese momento no te guste, recuerda, el consejo de una
madre que teme a Jehová y que ama a sus hijos, siempre es el
mejor.
Mujer Virtuosa
(Para las madres)

El mejor regalo que un padre puede darle a sus hijos es


manifestarle amor, cortesía y buena actitud a su esposa, que es
la madre de ellos.

Proverbio 31:10-31
Elogio de la mujer virtuosa
Este es un poema acróstico alfabético sobre la mujer virtuosa. Cada
verso comienza con una letra diferente del alefato, en orden.
“Mujer virtuosa” (31: 10)
Una mujer virtuosa es una mujer ejemplar e ideal. Este término
también designa poder, riqueza y prestigio.
La madre siempre es una mujer ejemplar para sus hijos y la mujer
ideal para su marido.
La triste realidad es que este tipo de mujer está en peligro de
extinción. Pero doy por sentado que, las madres cristianas, todas,
deben ser, al menos un ejemplo para sus hijos y la mujer ideal para
su esposo bajo cualquier circunstancia.
Una mujer virtuosa es de alto valor. Más aún que las joyas y perlas.
Es más valiosa que el oro y la plata. Por eso, una mujer virtuosa no
se puede comprar con dinero. Su valor es inestimable.
“El corazón de su marido confía en ella” (v. 11)
La mujer virtuosa es aquella mujer que inspira confianza en todos
los tratos de la vida, tanto en las relaciones sociales así como en los
negocios, porque “no carecerá de ganancias”.
“De ella recibe el bien y no el mal todos los días de su vida” (v.
12)
Es una mujer que ama hacer el bien y más aún a su esposo. Y no
se cansa de hacerle el bien, puesto que lo procura “todos los días
de su vida”.
Es una mujer laboriosa (v. 13)
“Trabaja gustosamente con sus manos”. Eso significa que sus
trabajos domésticos o laborales los realiza con alegría, no
refunfuñando, sino como quien le sirve al Señor Jesús. Es una mujer
laboriosa y emprendedora. Ante las necesidades que se le
presenten a su familia, no prefiere quedarse de brazos cruzados; es
trabajadora, esforzada y proactiva.
Los versículos 14 y 15 mencionan que ella es productiva y
abnegada. Practica la diligencia femenina. La distinguen el esfuerzo
y cuida el patrimonio familiar (vv. 16, 17).
Como no es perezosa, el sueño no la domina, porque está dispuesta
a trabajar hasta largas horas de la noche (v. 18). De hecho, sus
desvelos, que casi nunca los valora un hijo ingrato son gran parte de
su vida que entrega al cuidado de su familia. Vigila que vayan bien
sus negocios. Y finalmente, podemos observar que ella elabora su
propio hilo en su telar haciendo uso de la rueca y del huso (v. 19).
(v. 20). Es una mujer que piensa en las necesidades ajenas.
“Alarga su mano al pobre”, pero no para pedirle, sino para darle. Le
ofrece siempre su mano al necesitado. Ella “extiende sus manos al
menesteroso”.
(v. 21). Elabora ropa de calidad
La mujer virtuosa confecciona ropa de alta calidad, sea por lo
abrigada o colorida.
Toda madre amante siempre se esforzará para que sus hijos y su
esposo anden buena ropa. Si le falta un botón, ella se lo pone. Si se
le rompe una camisa, ella la arregla. Su interés es ver bien y segura
a su familia. (v. 22).
(v. 23). Su marido es un hombre de respeto
Para llegar a tener como marido a un hombre honorable y respetado
por su comunidad, la mujer virtuosa se busca como esposo a un
hombre con esos valores. Así que, las mujeres virtuosas tienen
hombres virtuosos.
(v. 24) Es emprendedora
Elabora su producto que luego pone a la venta. Eso indica que con
una mujer virtuosa, sus hijos nunca pasarán necesidades, porque
ella se encarga de conseguir dinero y ayudar a su esposo con las
responsabilidades financieras del hogar.
(v. 25) La cualifican los valores de “fuerza y honor”
Para ella estos valores son más importantes que cualquier ropa que
pueda lucir en la calle ante la vista de los hombres. Mejor prefiere
vestirse de “fuerza y honor”, porque éstas “son su vestidura”.
Y como es una mujer previsora, no teme al porvenir. Ella está
confiada en la bendición y protección de Jehová.
(v. 26) “Abre su boca con sabiduría”
Es lindo saber que cuando la mujer virtuosa habla, hay palabras de
sabiduría. Cuando abre su boca habrá palabras de sabiduría, de
edificación y de motivación. Por lo que se puede decir que, una
mujer virtuosa es una auténtica consejera.
(v. 27) Está pendiente de que todo en su casa esté en orden.
Como no es perezosa, tampoco “come el pan de balde” o “pan de
ocio”. Se esmera en mantener la casa en orden y funcionando cada
cosa en su lugar. “Considera la marcha de su casa”.
(v. 28) Es admirada por su esposo y por sus hijos
No solo el día de las madres, sino todos los días, ella da un motivo
suficiente para que sus hijos se sientan orgullosos de tener a esa
mujer virtuosa como su madre. “También su marido la alaba”. O sea,
su esposo la admira y la respeta. Es un hombre que se siente
privilegiado de tener a esa mujer como esposa y como la madre de
sus hijos.
Para su esposo, esta es la mejor mujer del mundo. No hay otra
como ella. Por eso, el marido la alaba con las siguientes palabras:
“¡Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a
todas!” (v. 29).
(v. 30) Lo más importante: es una mujer que teme a Jehová
El mundo carece de mujeres temerosas de Jehová, pero abundan
las mujeres cobardes y que le tienen miedo a la vida misma y aún
hasta la muerte. Una mujer temerosa de Jehová siempre hará todo
conforme al corazón de Dios. Busca agradar más a Dios que a los
hombres.
Su belleza femenina no radica en lo físico, sino en lo espiritual. Su
alma es noble y de fe.
(v. 31) Esta mujer merece ser recompensada por lo que es y por
lo que hace en su vida como bendición para su familia y para la
comunidad
Elogiarla, agasajarla en el día de las madres es lo mínimo que
podemos hacer a favor de esta mujer.
Querido joven y señorita, su mamá merece más de todo esto.
Merece el elogio y la admiración de Dios mismo, puesto que él
conoce el corazón de los demás.
CONCLUSIÓN
Amigos y hermanos, recompensadla conforme a su diligencia. Esta
noble mujer, a la que le llaman “mamá” merece ser tratada como
una reina, y no solo este día, sino todos los días de su vida.
¡Qué Dios bendiga a todas las mujeres virtuosas que me
escucharon!, bueno, pienso que todas me escucharon.
Dedicado a Jehová
(Par una presentación de niños)

Un niño es un regalo de Dios; una madre devota siempre lo


pondrá en manos de Dios antes de tenerlo en sus propias
manos.

1 Samuel 1
¿Cómo nació Samuel, el profeta de Dios?
Empecemos diciendo que Samuel, es un nombre hebreo y significa
“escuchado por Dios”.
a) Su madre, era estéril.
b) Ana, una mujer virtuosa y piadosa, era una mujer que
practicaba la oración
c) Ella pidió a Dios un hijo varón
d) Dios le respondió a su petición del corazón.
e) Resultado: nació Samuel, cuyo nombre significa también
“pedido a Jehová”.
f) Podemos, con esto, asegurar, entonces que, Samuel es
producto de la oración de su madre.
Aplicación: En el mundo se necesitan más mujeres piadosas y
llenas de fe, que oren más por sus hijos, aún por aquellos que aún
no han nacido.
Ana hizo voto a Jehová
“Ella, con amargura de alma, oró a Jehová y lloró
desconsoladamente. E hizo voto diciendo: Jehová de los ejércitos, si
te dignas mirar a la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te
olvidas de tu sierva, sino que das a tu sierva un hijo varón, yo lo
dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja
sobre su cabeza” (vv. 10-11).
(vv. 19-20): Jehová respondió la petición de Ana. Cuando uno hace
voto con Jehová, el Señor es fiel en cumplir la parte que le
corresponde.
Ana cumplió su voto a Jehová (vv. 22-28)
“Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo
dedico a Jehová también; todos los días que viva, será de Jehová”
(vv. 27-28).
a) Ana hizo un voto y lo cumplió
b) Jehová cumplió su parte fielmente en este trato.
c) Dios nunca falla.
d) La oración del justo puede mucho.
e) Ana dedicó “todos los días de su vida” a su hijo Samuel
para que le sirviera de por vida a Jehová el Señor.

APELACIÓN FINAL:
También Dios ha sido bueno con ustedes como padres de familia, al
concederles la dicha de ser padres de este bello niño y/o de esta
linda niña. La Biblia dice que los niños son regalos de Jehová. Por lo
cual, les pregunto:
a) ¿Están ustedes dispuestos a dedicar este niño o niña a
Jehová todos los días de su vida?
Si la respuesta es sí, entonces los invito a venir todos los
días a la iglesia para adorar al Señor.
b) De Ana se dice en la Biblia en el versículo 28: “Y adoró allí
a Jehová” (última parte del versículo). ¿Desea usted
también adorar a Jehová, así como lo hizo Ana?
c) ¿Desean ustedes dedicar este niño/a Jehová para
siempre?
Quiero invitarles que nos arrodillemos para orar y pedir al Señor la
bendición de este niño.
¡Qué Dios los bendiga!
“Desde principio del año hasta
el fin”
(Para el nuevo año)

Lo que más deseamos es la presencia de Dios a lo largo de


nuestro recorrido de estos próximos 12 meses del año nuevo.
Esto representa la mayor victoria y seguridad de los hijos de
Dios.

Deuteronomio 11:12
“Una tierra de la que cuida Jehová, tu Dios. Siempre está sobre
ella los ojos de Jehová, tu Dios, desde el principio del año
hasta el fin”.
INTRODUCCIÓN:
No tenemos duda alguna de que el (2020) ha sido un año muy triste
para muchas familias en el mundo. El planeta entero sufrió la más
grande tragedia del siglo, la pandemia (COVID 19).
Al menos 1,8 millones de personas han fallecido por la covid-19. Es
el balance que deja un año de pandemia, exactamente 12 meses
después de que las autoridades chinas alertaran por primera vez de
una neumonía no identificada. Bélgica (cerca de 19.360 fallecidos),
Eslovenia (2.630), Bosnia (4.020), Italia (73.000), Perú (37.500) y
España (50.400) son los países de más de dos millones de
personas que más muertes por habitante han notificado en 2020. De
los 15 Estados con más fallecidos en términos relativos, nueve
están en Europa. Y la Pandemia, aún (2 de enero de 2021) no ha
desaparecido. Pero esto no debe ser razón para amedrentarnos o
para sumergirnos en el pozo de nuestros miedos y temores. Sino
más bien, debemos aprender a confiar en el Todopoderoso.
Al leer lo que muchas personas escribieron a sus seres queridos en
sus estados de WhatsApp y Faceboook, casi todos expresan
buenos deseos y anhelos de seguridad y prosperidad en el 2021. La
mayoría de las personas tienen la esperanza de que este nuevo año
será mejor que el anterior. Pensar de esta manera es bueno, nos
ayuda alimentar nuestra confianza y esperanza en el Dios
Todopoderoso. No obstante, la realidad mundial no deja de
sorprendernos, pero ha llegado el momento en que nuestra fe
mueva montañas.
Para que nos vaya bien en este nuevo año:
1. Pon a Dios en primer lugar. Muchas personas han escrito
mensajes tales como: “El 2021 es un libro en blanco, empieza
a escribir los mejores capítulos de tu vida en este nuevo año”.
Sin embargo, no podríamos escribir los mejores capítulos de
nuestra vida sin Dios. La Biblia nos dice: “Más buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y el resto vendrá
por añadiduras” (Mateo 6: 33). Que tu primera meta para el
nuevo año sea acercarte más a Jesús.
2. Renunciemos al YO. “Comencemos el año con la total
renuncia al yo, oremos por un claro discernimiento, […]
para que en todo momento y en todo lugar seamos testigos
de Cristo” (Sign of the Times, 04 enero de 1883). Por su
parte, el apóstol Pablo, escribió: “y ya no soy yo quien vive,
sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora
vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que
me amó y se entregó a la muerte por mí” (Gálatas 2: 20
DHH).
3. Creer en el permanente amor de Dios. Un año va y otro
año viene, pero la misericordia y el amor de Dios
permanecen para siempre. “Alabad a Jehová, porque él es
bueno, porque para siempre es su misericordia” (Salmos
136: 1)
4. Pon tu vida y tus planes en las manos de Dios. Es cierto
que, nadie sabe lo que traerá el 2021, pero sí sabemos que
Dios está al control de todo. Sus planes son de bonanzas
para sus hijos. Él dice en su Palabra: “Porque yo sé los
pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que
esperáis” (Jeremías 29: 11).
5. Confía plenamente en Dios. No te llenes de miedo ante
las adversidades que hoy estés viviendo. Aunque sean
grandes, Dios te va a proteger y te dará la salida de todos
tus problemas. Confía en él. Dios mismo será tu guía, te
ayudará y luchará por ti. El Señor te librará de todo mal y
luchará por ti. Recuerda nuestro texto clave: “Una tierra de
la que cuida Jehová, tu Dios. Siempre está sobre ella los
ojos de Jehová, tu Dios, desde el principio del año hasta el
fin” (Deuteronomio 11:12).
6. Reflexionemos. “Ya ha comenzado el año nuevo; sin
embargo, antes de darle la bienvenida, nos detenemos para
preguntar: ¿Cuál ha sido la historia del año que acaba de
pasar a la eternidad con su carga de registros? La
amonestación del apóstol llega hasta cada uno de nosotros:
“examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a
vosotros mismos”. 2 Corintios 13:5. ¡No permita Dios que
en esta hora tan importante nos encontremos de tal
manera, preocupados por otros asuntos que no tengamos
tiempo para realizar un autoexamen serio, cándido y crítico!
Dejemos atrás las cosas de menor importancia y
ocupémonos ahora de las que conciernen a nuestros
intereses eternos...” (Exaltad a Jesús, 01 enero de 1988).
7. Esforcémonos por una mejor experiencia con Dios.
“Ninguno de nosotros puede representar el carácter de
Cristo por su propia fuerza; pero si Cristo vive en el
corazón, el Espíritu que mora en él será revelado en
nosotros; así todo lo que nos falta quedará suplido. Al
comienzo de este nuevo año, ¿quién se esforzará por
obtener una experiencia nueva y genuina en las cosas de
Dios? Rectifiquen sus equivocaciones, en la medida de lo
posible. Confiesen unos a otros sus errores y pecados.
Deséchese toda amargura e ira y malicia; que la paciencia,
la longanimidad, la bondad y el amor lleguen a formar parte
de su mismo ser; entonces, todo lo puro y amable y de
buen nombre madurará en su experiencia... (Ibídem).
8. Evaluemos nuestros frutos del año pasado. ¿Qué frutos
produjimos durante el año que acaba de pasar? ¿Qué
influencia hemos ejercido sobre los demás? ¿A quiénes
hemos traído al redil de Cristo? Los ojos del mundo están
sobre nosotros. ¿Somos epístolas vivientes de Cristo,
conocidas y leídas de todos los hombres? ¿Imitamos el
ejemplo de Jesús en abnegación, humildad, mansedumbre,
paciencia, disposición para llevar la cruz y devoción? ¿Se
verá el mundo compelido a reconocer que somos siervos
de Cristo?... { EJ 9.4; LHU.15.9 }
9. Corrijamos nuestros errores pasados. ¿No trataremos
de corregir los errores del pasado durante este nuevo año?
A nosotros nos corresponde cultivar individualmente la
gracia de Cristo, ser mansos y humildes de corazón, ser
firmes, inamovibles, constantes en la verdad; porque sólo
así se puede progresar en la santidad y ser hechos aptos
para la herencia de los santos en luz. —The Signs of the
Times, 4 de enero de 1883.
10. Exaltemos a Jesús y esperemos su venida.
“Exalten a Jesús, ustedes que enseñan al pueblo. Exáltenlo
en sus exhortaciones, sermones, cantos y oraciones. Que
todos sus esfuerzos se concentren en llevar a las almas
confusas, perplejas y perdidas, hacia “el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29. Invítenlos a
mirar y vivir. —The Review and Herald, 12 de
abril de 1892. “Y será predicado este evangelio de Reino en
todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y
entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
LLAMADO:
A pesar de las circunstancias difíciles que hemos vivido en el 2020,
aún tenemos muchos más motivos por qué agradecer a Dios. Y que
en este nuevo año, la gracia del Señor sea derramada en nuestros
corazones y sigamos esperando su Venida.
¿Decides confiar a Dios tus planes, tus metas y tu vida en este
nuevo año?
SERMONES PARA MUJERES
“¡Gracias Señor, por
tu salvación!”
LA GRATITUD es una de las mejores virtudes que puedes
demostrar, y está directamente relacionada con tu persona.

“La gratitud no es sólo la mayor de las


virtudes. Está emparentada
con todas las
demás” –Marco
Tulio Cicerón.

VIVIMOS EN UN MUNDO MALAGRADECIDO


En 2 Tim. 3:1-2 se nos dice:
“También debes saber que en los últimos días vendrán
tiempos peligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a
los padres, ingratos, impíos”.
(Y la lista negra sigue…).
El adjetivo “ingratos” se refiere a las personas que no agradecen
nunca nada. Esas personas son desagradables y desabridas.
Y mi pregunta para ti es: ¿Cómo te consideras que eres? ¿Eres una
persona agradecida o ingrata? ¿Estás en la lista negra de 2 Timoteo
3:1… o estás en la lista de los agradecidos hijos de Dios?
LA MUJER PECADORA:
María… la hija de las tinieblas… estaba en la lista negra…
«Por la mañana volvió al Templo, y todo el pueblo vino a él; y
sentándose, les enseñaba. Entonces los escribas y los
fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y,
poniéndola en medio, le dijeron: —Maestro, esta mujer ha
sido sorprendida en el mismo acto de adulterio, y en la Ley
nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué
dices? Esto decían probándolo, para tener de que acusarlo.
Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el
dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les
dijo: —El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en
arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el
suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto,
acusados por su conciencia, fueron saliendo uno a uno,
comenzando desde los más viejos hasta los más jóvenes;
solo quedaron Jesús y la mujer que estaba en medio.
Enderezándose Jesús y no viendo a nadie sino a la mujer, le
dijo: —Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno
te condenó? Ella dijo: —Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo: —Ni yo te
condeno; vete y no peques más».
(Juan 8:2-11).
La Biblia no registra nada acerca de sus padres, únicamente de su
hermana Martha y de su hermano Lázaro. Era de Betania. Pero a
ella se la conoce como la María de Magdala, porque… allí se
convirtió en la hija de las tinieblas. Tenía una vida muy lejos de Dios.
Los demonios la tenían cautiva. Su licenciosa y disoluta vida cada
vez era más oscura y sin sentido.
Un día, mientras la avanzaron en el acto mismo del adulterio, puesto
que era una prostituta, los escribas y fariseos la maltrataron…
a) La trajeron… supongo que arrastrada…
Esto es actuar contra su voluntad. Es violencia. Es
violación. Es manipulación. ¿Alguna vez te han hecho
hacer cosas contra tu voluntad? ¿Te han llevado a lugares
que nunca deseaste ir?
¿Cómo te sentiste? Y más aún, ¿te han arrastrado
literalmente para llevarte contra tu voluntad? Pues esto es
lo que sufrió esta pobre mujer. Fue tratada con desprecio y
con mucha grosería. Lo más triste es que la “trajeron” a
Jesús ara que la condenara, pero afortunadamente Jesús
no condena a quien viene a Él. Jesús perdona y salva al
pecador arrepentido.

b) La expusieron públicamente… “poniéndola en


medio…” (v. 3).
Esto es jugar con la dignidad de una persona y arrebatarle
el derecho de su privacidad. Es una forma de humillación
muy cruel. Es arrebatarle la oportunidad de ser bien vista,
sino más bien, entregarla a los ojos de todos sus
acusadores y criticones. Qué triste es que existan personas
que se alegran del mal de los demás. Qué pena por esas
personas, con una pobre alma y una oscura conciencia.
Las malas personas que se dedican en exhibir los errores
de los demás de forma pública solo hacen daño. No lo
hacen porque sean celosos de la causa de Dios, sino
porque quieren lastimar a los demás.
Cuando una persona comete un error, lo ideal sería
ayudarla a levantarse de sus caídas o sanar sus heridas
como lo hiciera el Señor Jesucristo.
Ridiculizar a los demás es como burlarse por sus
infortunios o de sus pecaos. Es como alegrarse por sus
tropiezos y burlarse de las debilidades ajenas. Quiero
decirles, esta no es la voluntad de Dios. El Señor espera
que amemos a las personas a pesar de sus defectos y
caídas espirituales. Y que las ayudemos a salir adelante.
Esto no significa que nos conformamos de sus pecados,
sino más bien que como no estamos conformes con sus
errores, nos esforzaremos por restaurarlos en el nombre
del Dios Todopoderoso.

c) Fue sorprendida en el acto mismo del adulterio, es


decir, la vigilaron (v. 4)
Está claro que los Fariseos que la acusaban eran unos
despreciables vigilantes contra sus propios hermanos en la
fe. Y tristemente, así hay muchas personas en la
actualidad. Su supuesta santidad no les sirve sino para
estar vigilando en qué alguien se equivoca para señalar su
pecado y aprovecharse de su caída para atacar a esa
persona. Quiero decir que esto es odioso ante la vista de
un Dios de amor.

d) La juzgaron injustamente, aplicando incorrectamente la ley


de Moisés (v. 5).

e) La usaron para tenderle una trampa a Jesús: “Tú, pues,


¿qué dices?” (v. 5 úp).

El amoroso Jesús, con firmeza, después de escribir con su dedo en


el suelo, y después de tanta insistencia de parte de los acusadores
de la pobre María Magdalena, les dijo:
“El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la
piedra contra ella” (v. 7).
Y se volvió a inclinar al suelo y continuó escribiendo con su dedo en
tierra. Mientras que los acusadores, “acusados por su conciencia,
fueron saliendo uno a uno” (vv. 8-9).
Cuando Jesús quedó sólo, y la mujer llorando también sola, el Señor
se enderezó y dijo a la mujer:
“Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?”
(v. 10).
Ella dijo: “Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo: “Ni yo te condeno; vete y no peques más”.
(v. 11).
AHORA, QUIERO PREGUNTARLES:
¿Cómo se sentía esa mujer mientras la arrastraron en medio de
todos y acusada para ser condenada a muerte?
Cuando tuvo ese encuentro con Jesús, al perdonarla el Señor,
¿cómo crees que se encontraba ahora esa mujer?
Ya no estaba condenada por nadie. Ya nadie la acusaba. Ahora ella
escuchó las palabras más hermosas que necesitaba escuchar de
Jesús:
“Ni yo te condeno; vete y no peques más” (v. 11).
¿Qué le quedaba hacer ahora a María Magdalena?
Vivir como perdonada y siempre agradecida con Dios por su amor y
por su misericordia.
QUERIDA AMIGA Y HERMANA:
Todas ustedes, así como yo, tenemos un pasado oscuro, una
historia de tinieblas, una vida de pecado.
Pro también, todas ustedes, así como yo, hemos recibido el perdón
de nuestro amante Salvador.
Jesús no nos mira como nos miran las demás personas. Él nos mira
con amor y misericordia. Nos mira con ansias de ayudarnos a
nuestra pobreza espiritual. Su mirada es profundamente amante. No
nos mira ni siquiera como ustedes mismas se ven en el espejo. Nos
mira con mirada de ternura y con ganas de salvarnos de nuestra
desesperada manera de vivir.
¿Te sientes agradecida con Jesús?
Así como perdonó a María Magdalena, te ha perdonado a ti, me ha
perdonado a mí. Yo, estoy profundamente agradecido con mi Jesús
por salvarme.
Ahora, quiero que reflexiones en las siguientes frases:
1. “Agradecer habla bien de tu corazón y hace que tu corazón
hable” –Anónimo.
2. “La gratitud es la memoria del corazón” –Lao Tse.
3. “El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe
nunca debe olvidar” –Proverbio hebreo.
4. “Cuando bebas agua, recuerda la fuente” –Proverbio Chino.
5. “Cuando la gratitud es absoluta las palabras sobran” –
Anónimo.
6. “Un solo pensamiento de gratitud hacia el cielo, es la
oración más perfecta” –Gotthold Ephraim Lessing.
RECUERDA ESTO:
1. La gratitud emana de aquello por lo que el Señor ha hecho
con nosotros: “Ni yo te condeno”, le dijo a la mujer
pecadora (Juan 8: 11).
2. La gratitud fluye del hecho de aquello que el Señor está
haciendo por nosotros y en nosotros. “Vete y no peques
más” (v. 11).
3. La gratitud se muestra a Dios sirviéndole con amor y de
corazón. Se muestra a través de una entrega sin reservas
ante sus pies. Vea a María Magdalena, en Lucas 7: 37 y 38,
a los pies del Maestro, llorando y derramando lo más
valioso que poseía: el perfume carísimo, al Señor Jesús.
4. Cuando hay gratitud ante Dios, nada es más valioso que el
amor de Dios.
CONCLUYO, PUES… DICIÉNDOTE:
El Señor había hecho maravillas en la vida de María Magdalena.
Te pregunto… “¿Qué ha hecho en tu vida?” “¿De qué te ha
salvado?” “¿De dónde te ha sacado?” ¡Mira a dónde te tiene, en qué
posición tan privilegiada: como esposa de un ministro del Señor!
¿Estás agradecida con Jesús?
TE INVITO A QUE…
Muestres tu amor y gratitud hacia tu amante Salvador:
Siguiéndolo donde te guíe… sirviéndole de corazón… entregándote
para su obra… viviendo en comunión con él… compartiendo con las
demás personas lo que Dios ha hecho en tu vida.
¿Quieres hacerlo?
¡Renuncia al rencor!
HABLAR DE RENCOR es lo mismo que hablar de resentimiento, lo cual es
una desazón, desabrimiento o queja que queda de un dicho o acción ofensiva
que puede perdurar por largo tiempo, y en algunos casos, hasta toda la vida.
¡Y qué vida más desdichada!, manchada por el descontento y el rencor. Una
vida así es agonía, infortunio e infelicidad.
Cuando alguien te hace daño, te miente o te humilla, es muy fácil despertar
sentimientos como la ira y el resentimiento. Sin embargo, te pregunto, ¿vale la
pena vivir con esa amargura del alma?
Las personas rencorosas, casi siempre viven maquinando cómo vengarse o
hacer sentir el trago amargo que le obligaron tomar alguna vez.
Pero te quiero decir algo…
“No te sentirás mejor por actuar provocando dolor a
los demás”.
No permitas que el resentimiento permanezca en tu interior antes de que se
esconda el sol.
Ahora, con esto no te quiero decir que no debas llorar por algo que te duela
en el corazón.
“Exterioriza tus lágrimas, si no, éstas te
oxidarán por dentro”.
Mira lo que brotó del corazón de David, cuando los filisteos lo apresaron en
Gat: “Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están
ellas en tu libro? (Salmo 56:8).
En este pedido pareciera como si Dios mide las lágrimas. Esta figura destaca
el tierno cuidado de Dios para con su hijo.
Una redoma, es un recipiente que se usaba en el Cercano Oriente para llevar
agua, vino, leche, etc., El salmista ruega a Dios que ponga sus lágrimas en un
odre para que estén siempre en la presencia divina.
Y esto fue lo que precisamente sucedió con María Magdalena… Véase
Lucas 7: 36-50:
María…
Había sido víctima de los demonios.
Los dirigentes religiosos la habían maltratado.
Muchos hombres habían abusado de ella.
Su vida estaba herida y lacerada.
Su corazón estaba magullado de tantos desprecios y maldades que había
sufrido.
Hasta Simón, quizá, había sido uno de los fariseos que abusó de ella en
aquella ocasión cuando la encontraron en el acto mismo del adulterio.

¿Podría haber rencor en su corazón?


Su alma estaba perturbada. Su corazón estaba amargado con estas
personas. Ni siquiera ella misma ya se soportaba.
Solo había odio y rencor que no la dejaban tranquila. Una profunda amargura
de espíritu. Los demonios se habían ensañado en ella.
Su lúgubre vida la había convertido en la hija de las tinieblas.
Era una vida sin sentido, sin Dios y sin amor verdadero.
PERO UN DÍA TUVO UN ENCUENTRO CON SU SALVADOR…
Jesús, no la desechó. Tampoco Él te desechará a ti.
Por ser una mujer pecadora, no la rechazó. Antes bien, la recibió con gozo.
“Hay gozo en los cielos por un pecador que se arrepiente” (Cf. Lucas 15:7,
10).
¿Tu corazón?
¿Tienes odio y rencor en tu corazón?
¿Sientes la amargura del desprecio por alguien que te ha lastimado?
Mira a María Magdalena…
1) Vino a donde se encontraba Jesús (en la casa del fariseo, no le
importó más los rencores contra los fariseos. Lo importante, allí
estaba Jesús).
2) Trajo un perfume carísimo en un frasco de alabastro (piedra
costosa y fácil de tallar).
3) Cayó a los pies del Maestro.
4) Lloró a los pies de Jesús.
5) Regó con sus lágrimas los pies del Maestro.
6) Secó sus pies de esas lágrimas con su cabello.
7) Besó los pies de Jesús. (Una profunda muestra de amor).
8) Ungía sus pies con el perfume.
Como María Magdalena, abandona el rencor. Renuncia a él. Cambia la fea
mancha del rencor que hay en tu corazón y adórnalos con la gracia y el amor
de Dios a través del perdón.
RECUERDA QUE…
“El rencor pilota tu alma cuando se impone ante el perdón”.
Para ser más felices y vivir a plenitud, necesitamos venir a los pies de Cristo,
derramar nuestras lágrimas ante él y debemos en su nombre todopoderoso
derrotar la tentación de la venganza, la rabia, el orgullo, la ira, la amargura y el
disgusto.
Es que el rencor lastima más tu alma que la vida de a quien odias. Porque el
rencor es como el fuego: sólo te quemas tú.
Guardar rencor es una señal de debilidad espiritual.
Guardar rencor contra alguien implica que le estás permitiendo que esa
persona viva aún en tus pensamientos.
¿Sabes algo? El rencor y la rabia son como los boomerangs, que una vez
lanzados contra alguien, vuelven y nos azotan a nosotros mismos.
No olvides: La peor prisión no se encuentra entre rejas, sino entre tus
pensamientos negativos.

JESÚS NOS DICE EN SU PALABRA:


“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para
que vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras
ofensas” (Marcos 11: 25).
Experimenta el perdón de Dios, para que experimentes amarlo más, así como
María Magdalena.
Jesús dijo a Simón sobre la mujer pecadora que estaba a sus pies: “… sus
muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; pero aquel a quien
se le perdona poco, poco ama” (Lucas 7:47).
QUIERO APELAR A LO SIGUIENTE:
Sustituye el rencor por el perdón, y verás que tus enemigos te amarán.
Renuncia a todo resentimiento y amargura que esté anidado en tu corazón.
Vive el amor de Dios. Y verás que tu vida cambiará para gloria del Señor.
A los pies de Jesucristo
MUCHAS PERSONAS QUIEREN ESTAR EN EL MEJOR LUGAR DEL
MUNDO. Y constantemente están buscando ese mejor lugar del mundo, el
cual nunca encontrarán, porque el mejor lugar del mundo no está en este
mundo, sino a los pies del Salvador Jesucristo.
ESCUCHEN LAS HERMOSAS PALABRAS DE ESTE PRECIOSO HIMNO:
(Entonar el himno # 377: A los pies de Jesucristo).
Precisamente esto lo entendió muy bien María Magdalena. El mejor bien lo
encontró a los pies de Jesucristo. Allí fue donde ella dejó sus males, sus
penas, sus cuitas; allí es el lugar donde encontró un grato descansar de su
alma. Fue a los pies de Jesucristo, donde María, humildemente, lloró y se
gozó en orar por misericordia y perdón.
Veamos lo que la Biblia dice al respecto:
Lucas 10:39
“Marta tenía una hermana que se llamaba María, la cual se sentó a los pies de
Jesús para escuchar lo que él decía”.
Jesús aseguró que María había elegido el mejor lugar del mundo (v. 42).
Juan 11:32
“Y cuando María llegó a donde estaba Jesús, y lo vio, se arrojó a sus pies, y le
dijo: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”.
Recuerde que estas mismas palabras le dijo Martha a Jesús, pero no a sus
pies, sino de pie (Juan 11:21).
Estar a los pies de Jesús es lo que marcó la gran diferencia.
Lucas 7:38
“Llorando, se arrojó a los pies de Jesús…”.
Y finalmente vemos a María Magdalena acompañando a la madre de Jesús
“junto a la cruz de Jesús” (Juan 19: 25).

CONCLUYO CON LO SIGUIENTE: (Leer Filipenses 4: 6 y 7).


Así como María Magdalena encontró que el mejor lugar del mundo es a los
pies de Jesucristo, debes saberlo que no hay sitio tan feliz y precioso que
arrodillarnos a sus pies e implorar en oración fervorosa y humilde.
Si pones todo en las manos de Dios, siempre la mano de Dios te guiará en
todo.
Si oras en secreto a tu Padre celestial, tu Padre que ve en secreto te
recompensará en público.
No dejes la casa vacía
¿TE HAS SENTIDO SUCIA ALGUNA VEZ? De seguro que sí, porque vives
en un mundo sucio, contaminado de pecado.
Esta era la sensación terrible que tenía María Magdalena. Se había
contaminado tanto de pecados, que la Biblia la señala como “una mujer
pecadora” (ver Lucas 7:37).
Su condición no estaba lejos de la nuestra. Tenemos algo en común: que
somos pecadores sucios.
Isaías 1: 4 nos llama “gente pecadora, pueblo bajo el peso de la maldad”. Y
aún más, nos llama “malvados, hijos corrompidos que han abandonado al
Señor”.
Pero ante las acusaciones del maligno contra nuestra alma, Dios nos pide que
le entreguemos nuestro corazón (Proverbios 23:26) y que le confesemos
nuestros pecados a él (Proverbios 28:13).
MIRA LO QUE LE PASÓ A MARÍA MAGDALENA…
Seguramente el Señor la había perdonado una vez…
Sin embargo, volvió a caer… Tristemente se endemonió con siete demonios
más (Lucas 8:2), pero finalmente, el Señor los había expulsado de ella por
completo. No hay nada imposible para Dios. ¡Hay poder en la sangre de
Cristo!

ESTO ES LO QUE PUDO HABERLE PASADO A MARÍA:


Mateo 12:43-45 dice:
“Cuando el espíritu impuro sale del hombre, anda por lugares áridos en busca
de reposo, y no lo haya. Entonces dice: “Volveré a mi casa, de donde salí”. Y
cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va y trae
otros siete espíritus peores que él, y entran y allí se quedan a vivir. ¡Y el
estado final de aquel hombre resulta ser peor que el primero! Así también le
pasará a esta generación malvada”.
JESÚS LE HABÍA DICHO A MARÍA: “Ni yo te condeno. Vete y no peques
más” (Juan 8:11).
Jesús perdonó a María Magdalena. La limpió de sus pecados. La liberó del
demonio que la aprisionaba.
Pero un problema ocurrió. Aunque Jesús limpió su corazón, ella no llenó más
de la presencia de Dios su corazón, al estar vacío, el enemigo se aprovechó
nuevamente de la situación y la hizo caer nuevamente, así, siete demonios la
poseyeron.
¿Te ha pasado acaso algo similar? ¿Que eres perdonada, y luego vuelves a
caer en el mismo pecado? Si continúas el curso de tu vida de esta manera,
tristemente el enemigo se enseñoreará de tu vida y te destruirá
completamente.
Si Cristo te liberta, entonces, es necesario que llenes tu casa, tu vida, tu
corazón del Espíritu Santo. No permitas que éste esté vacío. Y para lograrlo, a
continuación te daré cinco consejos prácticos:
1. Llena tu vida de la presencia de Dios en tu corazón por medio
del Espíritu Santo:
“Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibiréis
poder…” (Hechos 1:8).
2. Ven humildemente ante Dios:
“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta…” (Isaías 1:18).
3. Llena tu corazón con la buena semilla de la Palabra de Dios:
“Pero la semilla que calló en buena tierra representa a los que con
corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan una buena
cosecha porque permanecen firmes” (Lucas 8: 15).
4. Llenen sus corazones del buen hábito de orar siempre in
desmayar:
Porque “la oración del justo es muy poderosa y efectiva” (Santiago
5: 16). Es por eso que Jesús, “contó una parábola en cuanto a la
necesidad de orar siempre y de no desanimarse” (Lucas 18:1).
5. Comparte el evangelio de Jesucristo con todas las personas:
Si lo hacemos fielmente como lo manda en su Palabra, ciertamente
Él cumplirá la promesa maravillosa: “Y yo estaré con ustedes todos
los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).
PARA CONCLUIR LES INVITO A LEER Isaías 1:18
“El Señor dice: Vengan ahora y pongamos
las cosas en claro. Si sus pecados son como la grana, se
pondrán blancos como la nieve. Si
son rojos como el carmesí, se
pondrán blancos como la lana”.

Y DESEO FINALIZAR PREGUNTÁNDOTE:


¿Deseas llevar una vida devocional plena en Jesús?
¡Cuida tu vida espiritual!
SERMONES PARA NIÑOS
La Bendición de un Bebé

Un bebé es un regalo de Dios. Aún, antes de que éste nazca, atrae


bendición al seno del hogar. Enternece el corazón de sus padres, y
derrite el corazón de los abuelos. Sin embargo, nunca deja de existir
la posibilidad de la incertidumbre de cómo será al nacer, y si no ha
pasado la madre por una ultrasonido, su pregunta y la de casi todos
es, ¿será varoncito o una niña? También otra de las preguntas que
se formulan es si nacerá sano y completo con todos los miembros
de su cuerpecito. En fin, los sentimientos son encontrados… y solo
quienes somos padres ya sabemos por propia experiencia la
emoción de tener un bebé.
¡Te amé aun antes de conocerte!
Una de las virtudes de una amorosa madre junto a su esposo es
que manifiestan un amor incomparable por ese nuevo ser que se
está gestando en el útero. Nadie puede amar a alguien que no
conozca, pero en el caso de una madre y de un padre amoroso,
Dios les da la capacidad de amar a su hijo o a su hija aún antes de
conocerlos. Es un amor a ciegas; es un genuino amor de padres
que nada lo puede superar, excepto el amor de Dios.
Y aunque los padres no conozcan a su hijo antes de su nacimiento,
lo primero que logra desarrollarse en su corazón es el amor más
intenso y puro que pueda experimentar ser humano alguno. Sin
embargo, Dios sí ya lo conoce, así como nos conoció a nosotros
aun cuando ni siquiera habíamos nacido. Lo cual indica que, cada
persona que viene a este mundo, nace por voluntad de Dios según
su propósito.
Dios dijo al profeta Jeremías, y sus palabras son aplicables a cada
uno de nosotros también:
“Antes que te formara en el vientre, te conocí, y antes que nacieras,
te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1: 5).
Nadie es producto de un accidente o de la mera casualidad.
Nacemos no por casualidad, sino por causalidad. Dios tiene un
propósito para cada ser humano. Y todos los nacidos de mujer
vinimos a este mundo con una misión específica y un propósito
especial.
Apreciada madre, usted que ya en pocos meses o días tendrá la
dicha de conocer a su hijo que desde ya ama intensamente, debe
saber que su bebé tiene un propósito por el cual Dios lo ha traído a
este mundo.
En la Biblia podemos encontrar muchos ejemplos que
sostienen este punto tan importante:
a) Sansón, aun antes de nacer, Dios le explicó a sus padres que
este niño tendría una misión importante, la de liberar a su pueblo de
la mano opresora de los filisteos.
b) Moisés, ése fue el nombre que le designó su madre adoptiva,
creyendo que significaba “sacado del agua”, pero en realidad su
nombre significa “el que saca”, y no el sacado, y evidentemente la
Biblia y la historia nos dicen que Dios lo llamó para “sacar” a su
pueblo de la esclavitud egipcia.
c) José, fue llamado a una misión importante en Egipto, la cual
salvó a toda una civilización de la hambruna y hasta a su misma
familia de aquella crisis de siete años de hambre que vino sobre
toda la tierra.
d) Jesús, ese fue el nombre que le dio el ángel Gabriel, para
explicarle a María que “Él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Así que, no tengo duda alguna que su bebé que pronto nacerá tiene
un propósito por el cual ha de nacer. ¿Cuál será? Dios lo sabe y a
su momento se lo indicará. Ore mucho para que los planes de Dios
se cumplan exitosamente. Porque también Satanás se interpondrá
de distintas maneras para que éstos no se cumplan. Así mismo
como lo hizo con cada uno de los personajes bíblicos que ya hemos
mencionado anteriormente.
El amor de madre
Por otro lado, hay algo importante que su hijo o su hija debe
entender desde la más temprana edad, y es que usted como madre,
al igual que su padre lo aman desinteresadamente. Y de hecho, es
así.
Se cuenta que en una pequeña ciudad se produjo un incendio en
una modesta casa y que, en poco tiempo, ardió en llamas. Los
bomberos accionaron de inmediato, pero la estructura de la casa era
de madera, y al llegar al lugar no pudieron entrar porque el riesgo de
derrumbe era inminente. Así que se concentraron en evitar que el
fuego se expandiese por las casas vecinas.
Las llamas crecían y lanzaban al aire una columna de humo. Aquella
calle, generalmente calma, se llenó de personas atónitas que
observaban, espantadas, la furia del fuego. Chorros de agua eran
lanzados por los bomberos pero parecían perderse evaporados en
el calor de las llamas, sin producir ningún efecto.
Entre esa multitud, una señora salió gritando; y antes de que alguien
pudiese impedirlo, ciega por la desesperación, venció las cuerdas
de seguridad y sin mirar para atrás, entró en la casa y desapareció
en segundos, envuelta por el humo.
Se escuchaban gritos por todos lados, unos llamando a la mujer,
otros alertando a los bomberos. La confusión era tan grande que
nadie sabía qué hacer delante de tan desvariada actitud. ¿Por qué
esa mujer desafiaría la muerte arrojándose en aquel infierno en
llamas?
El calor y el humo eran tan intensos que hacía que todos alrededor,
aún a la distancia, mantuvieran sus manos sobre el rostro como
forma de protección.
Poco después, la misma mujer salió de las llamas protegiendo con
su propio cuerpo algo que traía cubierto con una colcha blanca, ya
completamente ennegrecida por el humo.
Los bomberos corrieron para ayudarla, y grande fue la sorpresa
cuando vieron que había un bebé envuelto en aquel paño. Aunque
sollozando, el bebé parecía estar bien. Desgraciadamente no se
podía decir lo mismo de la señora. La mujer tenía las manos y parte
de su rostro quemado.
Por milagro, ambos sobrevivieron. El bebé se transformó en una
hermosa niña; pero su madre tenía un lado de la cara y las manos
completamente deformadas. Su apariencia asustaba, causando
temor en quien, distraído, mirase tan horrendas cicatrices.
Así, aquella pobre mujer, todavía joven, vivía recluida, evitando lo
más que podía, exponerse a que vieran su deformación. Pasaba los
días cosiendo para obtener su sustento.
Su hija, a quien salvara del fuego, era lo más precioso que le
quedaba en la vida.
Como madre, no escatimaba ningún sacrificio para mantenerla bien
vestida y en la mejor escuela de los alrededores.
Un día, no pudo encontrar a nadie que buscase a la niña a la
escuela, y tuvo que ir ella misma. Al aproximarse a la puerta del
colegio, los otros niños se espantaron con su fealdad. Cuando las
compañeras le preguntaron a la niña si esa horrible mujer era su
madre, ella respondió repentinamente:
-¡No, no! Es una empleada de mi madre. Mi mamá es muy linda, no
fea como esta mujer.
Aquellas palabras calaron hondo en el corazón de la pobre señora,
tal vez le dolieron más que las llamas de aquel incendio. En el
camino de regreso, no pudo contener las lágrimas, y al llegar a su
casa, le dijo a la niña:
-Hija mía, yo sé que te sientes avergonzada delante de tus amigas
por la madre que tienes. Quiero decirte que una vez fui muy bonita
hasta que una tragedia llegó a mi vida. Yo te había dejado
durmiendo en la cuna, mientras iba rápidamente a buscar el pastel
de tu primer cumpleaños. Al volver, encontré nuestra casa en llamas
y, desesperada por miedo a perderte, corrí en tu auxilio. Las llamas
quemaban mi rostro y el humo hacía arder mis ojos. Te encontré
llorando en la cuna.
Te tomé en mis brazos y te saqué de la casa usando mi cuerpo para
protegerte del fuego. Quedé muy quemada pero tú no sufriste nada.
Hoy soy fea, pero ése es el precio que pagué para que pudieras
permanecer linda.
En ese instante, la niña entendió el dolor de su madre y con
lágrimas respondió:
-Mi querida madre, hoy veo lo bella que eres. Para mí, eres la más
linda de todas las madres, pues sacrificaste tu belleza por la mía –
concluyó la joven.
Cuando Jesús fue llevado a la cruz por nuestros pecados, Él fue
dejado desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, dice
la Biblia que los que lo miraban, no veían en Él ninguna hermosura
para agradarse. Así fue despreciado y no hicieron caso de Él.
La ciudad de Jerusalén estaba llena de judíos y gentiles, que habían
venido para conmemorar la Pascua. Todos estaban ocupados,
preparando los panes ácimos, las hierbas amargas y el cordero,
para celebrar la fiesta que hacía dos mil años, tradicionalmente, se
repetía.
Mientras tanto, el verdadero Cordero era abandonado sobre la cruz,
desnudo y sangrando, con una corona de espinos. Y los que
pasaban no podían ver que aquella fealdad en verdad es la belleza
de cada uno de nosotros.
Así que, asegúrese de que lo primero que su hijo debe aprender es
el amor. El amor de los padres, especialmente el de la madre debe
ser una inspiración y una representación del amor de Dios en su
vida.
CONCLUSIÓN
Su bebé es un regalo de Dios en su vida, en el seno de su
matrimonio, en sus corazones. Qué lindo es saber que ustedes lo
aman aun antes de conocerlo, y así debe ser siempre. Nunca
olviden que es por voluntad de Dios que este niño haya venido a sus
vidas y que Dios tiene grandes planes para él según su propósito. Y
por último, asegúrese de enseñarle lo que significa el amor más
grande del universo, el amor de Dios mediante el amor de una
madre y la protección del padre.
Deseo en esta ocasión concluir recitando las estrofas del Salmo
127:
“Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si
Jehová no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es
que os levantéis de madrugada y vayáis tarde a reposar, y que
comáis pan de dolores, pues que a su amado dará Dios el sueño.
Herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
Como saetas en manos del valiente, así son los hijos tenidos en la
juventud. ¡Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos!
No será avergonzado cuando hable en el puerta con los enemigos”.
Oremos por su bebé que está a punto de nacer…
Beneficios de la sabiduría

INTRODUCCIÓN:
Todos somos inteligentes y racionales, pero no todos tenemos
sabiduría. Hay muchos chicos y chicas que más que inteligentes,
son sabios, porque buscaron esta sabiduría en el consejo de sus
padres, de los maestros, y sobre todo la buscaron en Dios.
Muchos se preguntan, “¿y por qué será tan importante buscar
sabiduría? ¿Acaso no es suficiente con lo que tenemos?” Estas
preguntas surgen cuando no se entiende ni el significado ni los
beneficios de la sabiduría en el corazón humano.
En Proverbios cuatro encontramos estos beneficios, por favor,
vayamos a la Biblia y analicémoslos detenidamente.
Iniciemos con tres consejos generales:
1- Presta atención a las enseñanzas
“Escuchad, hijos, la enseñanza de un padre; estad atentos
para adquirir cordura” (Proverbios 4: 1).
2- Guarda sus consejos en tu corazón y no los olvides
“Retén mis razones en tu corazón, guarda mis mandamientos y
vivirás” (v. 4).
3- Adquiere sabiduría e inteligencia
“Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia, no te olvides de ella ni
te apartes de las razones de mi boca” (v. 5).
Beneficios de la sabiduría:
1- La sabiduría te guardará y te protegerá
“No la abandones, y ella te guardará; ámala, y te protegerá” (v.
6).
2- La sabiduría te engrandecerá y te honrará
“Engrandécela, y ella te engrandecerá; te honrará, si tú la
abrazas” (v. 8).
3- Te dará gracia y belleza
“Un adorno de gracia pondrá en tu cabeza; una corona de
belleza te entregará” (v. 9).
4- Te dará más años de vida
“Escucha, hijo mío, recibe mis razones y se te multiplicarán los
años de vida” (v. 10).
5- En el camino de tu vida, no tropezarás
“Cuando andes, no se acortarán tus pasos; si corres, no
tropezarás” (v. 12).
6- La sabiduría es tu vida
“Aférrate a la instrucción, no la dejes; guárdala, porque ella es tu
vida” (v. 13).
7- La sabiduría te da vida y salud
“Que no se aparten de tus ojos, guárdalas en lo profundo de tu
corazón, porque son vida para los que la hallan y medicina para
todo tu cuerpo” (vv. 21-22).
Los siete últimos consejos:
1. No andes por malos caminos ni imites a los impíos
“No entres en la vereda de los impíos ni vayas por el camino
de los malos. Déjala, no pases por ella; apártate de ella, pasa
de largo” (vv. 14-15).
2. Presta mucha atención a la sabiduría de Dios
“Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis
razones” (v. 20).
3. Cuida tu corazón
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él
mana la vida” (v. 23).
4. Cuida de no decir malas palabras
“Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad
de los labios” (v. 24).
5. Cuida tus ojos de no ver cosas que te corrompan
“Que tus ojos miren lo recto y que tus párpados se abran a lo
que tienes delante” (v. 25).
6. Ten cuidado por dónde camina y examina tus caminos
“Examina la senda que siguen tus pies y sean rectos todos tus
caminos” (v. 26).
7. Mantente en el camino correcto y no te desvíes por el mal
camino
“No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del
mal” (v. 27).
Dios, querido hijo y querida señorita, está interesado en tu felicidad.
Desea que seas una persona sabia y que lo honres con tu vida. ¿Lo
harás?
SERMONES DEVOCIONALES
Hazme oír por la mañana
“Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado. Hazme
saber el camino por donde ande, porque hacia ti he elevado mi alma” (Salmo
143: 8)

INTRODUCCIÓN
Un día, mi abuelo materno le dijo a mi mamá: “Hija, no olvides esto:
algunas veces para poder triunfar en la vida, es necesario ser mudo,
ciego y sordo”. Por supuesto que él estaba hablando
simbólicamente. “Mudo”, se refería a no hablar innecesariamente.
“Ciego”, es mejor no ver aquellas cosas que nos podrían acarrear
problemas en nuestra vida. “Sordos”, no siempre necesitamos
escucharlo todo. Las palabras ofensivas y las críticas sólo pueden
destruir y desanimar. Así mismo, los muchos halagos pueden
convertirnos en soberbios y ególatras.
Sin embargo, ante la voz de Dios y sus misericordias, necesitamos
tener bien abiertos nuestros ojos y nuestros oídos. También
debemos proclamar sus misericordias.
Usemos nuestra boca para orar y testificar. Usemos nuestros ojos
para leer la Palabra de Dios y contemplar las obras de bondades del
Señor, y usemos nuestros oídos para escuchar la voz del Espíritu
Santo.
Para esto, el salmista pide en oración al Señor: “Hazme oír por la
mañana tu misericordia, porque en ti he confiado. Hazme saber el
camino por donde ande, porque hacia ti he elevado mi alma” (Salmo
143: 8).
PRIMERA PETICIÓN:
“Hazme oír por la mañana tu misericordia”
Es necesario escuchar a Dios en medio de este bullicioso mundo.
Necesitamos escuchar la misericordia de Dios.
El mejor momento para escuchar la misericordia de Dios es por la
mañana.
Razón de esta primera petición:
“Porque en ti he confiado”.
Únicamente la confianza en Dios nos permitirá abrir nuestros oídos
para escucharlo a Él.
Solo quienes confían en Dios serán capaces de hacer esta petición.
Quienes confían en Dios buscarán la misericordia del Todopoderoso
cada mañana.
La confianza en Dios es la máxima manifestación de fe en el Señor
nuestro.
SEGUNDA PETICIÓN:
“Hazme saber el camino por donde ande”
Necesitamos conocer el camino, de lo contrario nuestra vida se
puede perder.
En esta vida, todos necesitamos la dirección de Dios.
No todos los caminos por buenos y atractivos que parezcan nos
conducen al mismo destino. Muchos de ellos son engañosos y nos
pueden perder para siempre.
Es necesario pedirle a Dios todos los días esto. Porque Él es el que
mejor conoce nuestra vida y cómo conducirla.
No andemos en caminos de pecadores ni en sendas de personas
inicuas. Busquemos el camino verdadero: Jesús dijo: “YO SOY EL
CAMINO”, andad por Él.
Razón de la petición:
“Porque hacia ti he elevado mi alma”.
¿Qué significa elevar nuestra alama a Dios?
Es ofrecerle nuestra vida.
Es entregarle nuestro corazón
Es orar fervientemente. Cuando oramos no bajamos a Dios del
cielo, sino que elevamos nuestra alma hasta su presencia por medio
de la fe.
Elevar nuestra alma a Dios es fijar nuestra vista al que es el Autor y
Consumador de nuestra fe, a Cristo Jesús.
CONCLUSIÓN:
Al igual que el salmista, presentemos estas dos peticiones a nuestro
Dios y pongámosla en práctica:
“Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado.
Hazme saber el camino por donde ande, porque hacia ti he elevado
mi alma” (Salmo 143: 8).
Mañana, muy de mañana, ¿te levantarás para escuchar la
misericordia de Dios? ¿Le pedirás que te muestre el camino por
donde debes andar?
INVITACIÓN:
“Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu
oración: “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis
planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo y sea toda mi obra
hecha en ti”. Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por
ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o
abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en
las manos de Dios y será cada vez más semejante a la de Cristo” —El
Camino a Cristo, 69, 70.
Con mi voz clamaré
“Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia.
Delante de él expondré mi queja; delante de él manifestaré mi angustia”
(Salmo 142: 1-2).

INTRODUCCIÓN:
Muchas veces se me han acercado personas para pedirme que ore
por ellas, y eso no está mal. Pero además de orar por los demás, a
los demás también los invito a orar por ellos mismos. Porque no
sirve de nada que tú ores por otros, si ellos no oran por ellos
mismos siquiera. A Dios le encanta que practiquemos la oración
personalmente. Aunque es importante orar por los demás y es lindo
saber que otros oran por nosotros, no hay mejor experiencia en la
oración que orar uno mismo. Es una experiencia inigualable.
La experiencia personal de David:
Cuando David estaba en la cueva, en momentos de angustia y
aflicción, no esperó que otros oraran por él, sino que más bien él
elevó su oración a Dios, y dijo:
“Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová
misericordia. Delante de él expondré mi queja; delante de él
manifestaré mi angustia” (Salmo 142: 1-2).
CON MI VOZ CLAMARÉ A JEHOVÁ:
Yo soy el de la necesidad.
Dios a mí quiere escucharme.
El Señor quiere que YO desarrolle confianza en Él y en su poder.
Mi clamor es a Jehová, no a alguien más, porque sólo en Él está la
solución plena de mis problemas y aflicciones.
Él dice: “Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas
grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33: 3).
¿Qué le pediré a Jehová?
“Con mi voz pediré a Jehová misericordia”.
Soy pecador, y si viniere el juicio contra mí, estoy perdido. Necesito
su misericordia, porque es lo único que me puede salvar. “No entres
en juicio con tu siervo, porque no se justificará delante de ti ningún
ser humano” (Salmo 143: 2), por eso: “con mi voz pediré a Jehová
misericordia” (Salmo 142: 1).
¿Cómo alcanzar la misericordia de Jehová? “El que oculta sus
pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta de ellos
alcanzará misericordia” (Proverbios 28: 13).
Por eso, el salmista sigue diciendo: “Delante de él expondré mi
queja; delante de él manifestaré mi angustia” (Salmo 142: 2).
Una queja, no es un reclamo, es presentar la queja del dolor por sus
pecados.
La angustia, no es por causa de sufrimientos causados por este
mundo, sino la angustia de saber que estamos perdidos sin su
misericordia.
Por eso, “Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová
misericordia” (Salmo 142: 1).
Clamaré a Jehová, porque Él es mi única esperanza.
Cuando David huía de delante de Saúl a la cueva, su constante
ruego era:
“Te misericordia de mí, Dios, te misericordia de mí, porque en ti ha
confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta
que pasen los quebrantos” (Salmo 57: 1).
Aún en situación de desesperanza y depresión, David sabe que está
en las manos de Dios. Esta conciencia le da nuevos ánimos para
confiar en Dios, el único refugio de su vida. Por eso escribió:
“Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conocías mi
senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo” (Salmo
142: 3). El joven poeta sabe que el mejor lugar del mundo es estar
ante la presencia de Dios. Dios lo mira desde el cielo, lo conoce y lo
protege. Por eso, David fortalece su fe en el Omnipotente y
Soberano Rey del universo.
APLICACIÓN:
Así mismo, tú que te encuentras, quizá en momentos de depresión y
tristeza; tú, que tienes tu alma turbada y que te parece que los
problemas agobian tu alma, DIOS está contigo, no te ha
abandonado. En medio de la prueba, se ha de manifestar el brazo
protector del gran Jehová. Confía en Él, porque Dios es la Roca de
los siglos, inamovible, fuerte, poderoso. Grande en amor y
misericordia.
¿Quieres orar al Señor pidiendo su inspiradora presencia en tu vida
ahora?
PARA REFLEXIONAR:
“Debéis aprender a mirar con la mente tanto como con los ojos.
Debéis educar el juicio para que no sea débil e ineficiente. Debéis
orar en busca de dirección y confiar vuestros caminos al Señor.
Debéis cerrar el corazón a toda necedad y pecado, y abrirlo a toda
influencia celestial. Debéis emplear la mayor parte del tiempo y las
oportunidades en el desarrollo de un carácter simétrico”. —Hijos e
Hijas de Dios, 285.

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