COMENTARIO PERSONAL

Me parece importante revisar y conocer la evolución que ha tenido un concepto tan complejo como
la inteligencia, pues considero que, de manera general, la existencia humana implica diversidad de
retos, necesidades y formas de acción que requieren más de “un tipo” o una inteligencia única de
medir la inteligencia, es por ello que, lo que más destaco del artículo revisado es la aportación
realizada por Howard Gardner en 1989, así como las otras aportaciones desde los planteamientos
factorialistas.

La relevancia de ver el concepto de inteligencia como una composición de factores, es que, a pesar
de que estos se vean en mayor o menor medida en unas y otras personas dependiendo de distintos
aspectos como pueden ser genéticos, ambientales o contextuales, cabe señalar que todas las
personas posemos en cierta cantidad cada una de estos y a su vez, el desarrollo de los mismos es
algo que también se puede potenciar. Me parece importante dentro de la enseñanza, no solo en el
ámbito académico, sino en cualquier contexto conocer y compartir este tipo de información, puesto
que, normalmente el foco de atención únicamente va directo a dos de ocho tipos de inteligencia (la
lingüística y la lógico-matemática) dejando de lado las aportaciones que pueden lograr las
habilidades o inteligencias en otros ámbitos, lo cual no permite aprovechar las cualidades u
habilidades propias de cada persona, por ello, es necesario un cambio en el enfoque o en la
definición que se tiene con respecto a lo que la “inteligencia” realmente implica.

Por último, cabe señalar, todos estos elementos de la inteligencia emocional como se puede notar,
se encuentran relacionados con distintos componentes de la personalidad de las personas, como la
autoestima y la asertividad, y a su vez, estos se ven implicados en aspectos de tipo personal como lo
son las relaciones interpersonales con familia, amigos y pareja, en esta última hay que resaltar que la
inteligencia emocional se necesita para trabajar aspectos de comunicación, responsabilidad
afectiva y en general, para lograr un mayor desarrollo personal, y por ende, una mejor calidad de
vida.