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Víctor Garciamora Casarrubio Intervención Social en Presos y Familiares

CASO DE REINSERCIÓN Y REINCORPORACIÓN SOCIAL DE PRESOS

La película “El leñador” nos muestra una situación que se da en la mayoría de presos,
tanto de los Estados Unidos como en España. Es un hecho constatado que los porcentajes de
reinserción y reincorporación social son muy bajos para determinados delitos. En esta crítica
me dispongo a focalizar el problema desde tres puntos de vista, el propio preso, las
instituciones públicas y el trabajo de profesionales con el mismo, a modo de lograr establecer
una serie de recomendaciones y buenas praxis para que esos tres puntos lleguen a un punto
común y pueda extraerse una conclusión a modo de ejemplo de una posible intervención con
los presos con la finalidad de favorecer la reinserción y la reincorporación social.

En un primer lugar el propio preso. En la película podemos ver cómo el protagonista


estuvo a punto de reincidir en el delito, esto se debió a que su contexto social le rechazaba,
todos los puntos del mismo le discriminaban, desde familia, amigos, compañeros de trabajo y
novia. Esto, además de ser culpa de ellos, es culpa del propio preso, el cual no supo utilizar sus
habilidades sociales para establecer vínculos más fuertes con los mismos, también se exponía a
sí mismo a situaciones en las que se probaba para ver si reincidía o no. Podríamos decir que el
preso debe poner en marcha sus estrategias y aprendizajes, así como experiencias previas para
evitar la reincidencia y favorecer su propia reinserción y reincorporación social. En definitiva, si
el propio preso no favorece su propia reinserción social, por mucho trabajo que se haga con el
mismo por parte de profesionales y de la institución pública, será imposible la completa
reincorporación social.

En segundo lugar están las instituciones públicas, desde la prisión a los servicios
sociales comunitarios o específicos. El segundo eje de este ensayo debe procurar en primer
lugar durante el periodo de prisión y después de la misma el acompañamiento del preso, así
como permitir que los profesionales puedan trabajar con el mismo. El principal problema que
observamos en la película es que durante los 12 años de prisión que pasa el protagonista en la
cárcel, no parece haber recibido ningún tipo de promoción o atención por parte de las
instituciones. Por otro lado, especialmente en España, los recursos que se asignan a los presos
son muy limitados, por lo que hay muy pocos profesionales para la cantidad de presos que
existen, por lo que su acompañamiento se hace complicado. Lo mismo ocurre cuando el preso
está en libertad condicional o se licencia. Los presos después de la cárcel no reciben en su
totalidad la ayuda necesaria para favorecer la reinserción, desde la asignación de psicólogos,
educadores y trabajadores sociales.

En tercer y último lugar los profesionales de prisión y de acompañamiento. Es verdad


que existen muy buenos protocolos, como el reglamento penitenciario desde el interior de la
prisión y desde el exterior. El principal problema es que la calidad de los mismos deja mucho
que desear por diversos motivos. Es imposible que un único profesional lleve más de 20 casos,
el hecho de llevar más hace que disminuya la calidad de la intervención, por otro lado los
métodos que utilizan muchas veces están desfasados, como el uso de psicoanálisis por
psicólogos o las intervenciones de educadores sociales estereotipadas y no personalizadas con
los mismos presos.

En conclusión, si se mejoran los recursos que la institución pone a disposición de los


profesionales, éstos mismos podrán favorecer a la reinserción social de los presos al poder
hacer un trabajo más dedicado con los mismos y potenciando sus recursos personales para
que sean capaces de manejar el mundo exterior de una forma adaptativa y ajustada.

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